Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cachorros por Tenshi Lain

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: ¡Bon Nadal! ¡Feliz Navidad! ¡Merry chrismas! para todo el mundo ^.^

Cachorros.

By Tenshi Lain

Notas en negativo:


-Los personajes de YU-GI-OH! son propiedad de Kazuki Takashi, solo los utilizo porque ADORO el SetoXJoey.

-Esta Historia contiene Shonen Ai, si no te gusta, ya sabes donde está el botón para salir, si te gusta ¡disfrútalo!


Cap. 13

Seto subía en el ascensor con los brazos cruzados y la mirada fija en el panel que se iba iluminando conforme pasaban pisos. Ya sabía que había ocurrido en los laboratorios. Uno de los estudiantes en prácticas, por demás torpe, había tropezado contra la vitrina en la que se guardaban las muestras biológicas y la había tirada al suelo. Por eso tenían que volver a realizar todos los análisis. No querría estar en el pellejo de aquel patoso estudiante...

Las puertas se abrieron y salió al pasillo de la cuarta planta para ir a ver a su cachorra, pero a penas dio dos pasos cuando alguien se estrelló contra él.

- ¿Joey que demonios...? - empezó a decir al ver que el cuerpo que sostenía en sus brazos era el de su rubio amante.

- ¡Kari no está! - le cortó este a punto de un ataque de pánico. Una ligera sensación de deja vù invadió a Kaiba pero rápidamente la hizo a un lado intentando mantenerse sereno y de calmar al otro.

- Tranquilízate... - le dijo pero el rubio parecía no escucharle así que lo cogió por los hombros y le gritó - JOEY... ya cálmate - el rubio pareció hacerlo por la impresión -. Ahora dime que ha pasado.

- Kari no quería que le hicieran de nuevo los análisis, la enfermera fue a buscarme para que yo la convenciera, pero cuando volvimos al cuarto, Kari no estaba...

- Seguramente se ha escondido. No te preocupes, no puede andar muy lejos. Ahora serénate o no podrás ayudarme a buscarla - dijo sosteniendo su cara entre sus manos.

- Si... - dijo mientras respiraba y exhalaba lentamente. Después ambos fueron al mostrador de las enfermeras.

- Me pregunto a quien habrá salido con esa manía de escaparse de todas partes... - dijo Seto más para si mismo que por otra cosa.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Eric se escondió tras una cortina cuando vio acercarse a un ATS empujando un silla de ruedas vacía. Una vez que este se hubo ido salió y continuó su camino.

No le iban a volver a pinchar... ¡Oh, claro que no! La enfermera había dicho que no le dolería ¡pero si le había dolido! ¡Y mucho! No, definitivamente no le iban a volver a pinchar.

Se encontró con las escaleras y se le planteó una duda ¿seguía para arriba o bajaba? Ya había subido y bajado muchas escaleras, y no tenía muy claro donde estaba... se encogió de hombros y con su brazo sano se sujetó a la barandilla para empezar a subir. Le picaba por debajo de la escayola, pero no llegaba a rascarse ¡Aargh! De haber sabido que la pila de troncos no esta bien asegurada hubiera subido por el otro lado...

Llegó al rellano y se encontró ante unas puertas cerradas. Con cuidado empujó una de ellas y se asomó. Aquel lugar si que le gustaba. Habían patitos, payasos y arco iris pintados en las paredes y muchos niños en bata de hospital. Entre tanto niño seguro que no lo encontrarían.

Con disimulo salió de su escondite y empezó a caminar por el colorido pasillo. Nadie parecía prestarle atención y eso lo hizo relajarse. Llegó a una sala llena de juguetes esparcido por todos lados y sonrió. Le recordaba mucho a la guardería que había en el edificio de oficinas de su padre, en la que se quedaba cuando este tenía que trabajar.

Se sentó junto a otros niños que parecían estar construyendo una torre con bloques de plástico. Le parecía gracioso que allí todos fueran en pijama.

- ¿Puedo jugar? - preguntó en japonés con su marcado acento americano. Le gustaba aquel idioma. Su madre se lo enseñaba desde muy pequeño y él estaba orgulloso de saberlo. Así podía presumir en clase.

- Claro - dijo un niño que llevaba un gorro de lana estacado hasta las orejas.

- ¿Qué te ha pasado? - preguntó el otro niño señalando la mano de Eric.

- Me caí en el parque... ¿y vosotros por qué estáis en el hospital?

- A mí me operaran mañana de aquí - dijo señalándose el pecho - tengo un tumor plumonar o algo así. Me lo tienen que quitar para que pueda respirar mejor.

- Pero eso hará daño - dijo Eric espantado ante la idea.

- No que va - dijo el niño del gorro -. Te duermen y no te enteras de nada. Cuando me operaron a mi también tenía miedo pero ahora se que no es para tanto.

- ¿También tenías una pluma en el pecho? - preguntó Eric inocentemente.

- Se dice tumor - le corrigió divertido el chico - y yo lo tenía en la cabeza. Mira.

Se quitó el gorro y reveló su cabeza completamente blanca y sin rastro alguno de cabello, justo en la coronilla tenía una especie de cicatriz sonrojada en forma de C.

- Uauh... - fue lo único que atinó a decir Eric fascinado ante aquello - pero ¿nunca has tenido pelo?

- Antes si tenía - respondió el niño volviéndose a poner el gorro -, pero se me calló por culpa de la medicación.

- Oh... - dijo apenado Eric.

- No te preocupes. El doctor dice que me volverá a crecer.

- Me alegro - en ese momento una enfermera pasó por la puerta mirando a su alrededor como si buscara algo. Por instinto Eric se encogió detrás de una mesa.

- ¿Qué haces? - preguntó el chico de la pluma en el pecho con una ceja alzada.

- Es que me he escapado... no quiero que me pinchen.

- Pues te van a pinchar lo quieras o no...

- De eso ni hablar - dijo rotundo el pequeño - ¿Sabéis donde puedo esconderme?

- Mmmmh... prueba en el armario del final del pasillo. Pero ya te lo he dicho te van a pinchar.

Eric se despidió con un gesto vago de la mano y enfiló por donde le habían dicho, pero al llegar a pocos metros vio a una enfermera entrando precisamente allí con sábanas en los brazos.

- ¿Y ahora qué? - se preguntó mirando hacia todas partes.

Fue entonces que vio una puerta entreabierta, la habitación parecía estar a oscuras, pero algo llamó su atención. Se acercó despacio y metió la cabeza quedando fascinado. En las paredes, en los techos, sobre los muebles... por todas partes desfilaban cientos de estrellitas y planetas. Era como la versión en miniatura del planetario al que fue una vez con el colegio.

- ¿Quién está ahí? - preguntó alguien desde dentro.

Eric dio un respingo y no supo que hacer. Si lo pillaban lo llevarían de nuevo con aquella enfermera... y lo volverían a pinchar... y le dolería más por haberse escapado...

- ¡Por favor, no quiero que me pinchen! - casi imploró en voz alta en un repentino ataque de pánico.

- Pues ya somos dos - respondió la misma voz divertida.

- ¿Eh?

Eric se quedó mirando la cama que estaba más lejos de él. Había alguien allí. se acercó con precaución hasta quedar al lado y entonces pudo ver a su interlocutor. Era una chica algo mayor que él, con el cabello rubio recogido en una coleta y el ya familiar pijama del hospital. Ante ella, en la mesita en la que se solían poner las bandejas con la comida, había una especie de lamparita de la que salían todas aquellas estrellitas.

- ¿Es tuyo?

- Sí, me lo han regalado hoy.

- ¿Quien? - preguntó Eric subiéndose a la cama con cuidado para poder ver de cerca aquel artefacto.

- Mi novio - respondió la chica con una sonrisa -, pero no se lo digas a nadie. Si mi padrino se entera de que tengo novio le dará un ataque - añadió en tono confidencial. Eric rió alegremente - ¿Qué haces aquí por cierto? - preguntó la chica con curiosidad.

- Me he escapado. Me querían volver a pinchar - dijo enfurruñado - ¿Y tú?

- También me he escapado, estoy harta de este sitio - dijo la chica sin ocultar su hastío.

- ¿Cuánto llevas en el Hospital?

- Meses... - dijo dejándose caer de espaldas con los brazos tras la cabeza - aunque solo hace unas semanas que me internaron definitivamente.

- Jo... eso es mucho...

- Ya ves...

- ¿Y... te pinchan todos los días?

- Casi todos. Pero hoy me querían pinchar dos veces más así que decidí escaparme para darme un respiro. Dentro de un rato volveré a la habitación para que me hagan los análisis...

- ¡¿Entonces si que vas a dejar que te pinchen?! - preguntó Eric como si le fuera imposible creerla.

- No tengo otra... - dijo encogiéndose de hombros.

- ¿A ti también te van a quitar una pluma-tumor? - la chica se lo quedó mirando con una ceja arqueada y se echó a reír.

- ¿De... de donde has sacado esa palabra?

- Un chico que estaba en la zona de juegos me dijo que tenía una en el pecho y que se la iban a quitar mañana.

- Ah... se dice un tumor pulmonar. Y no, yo no tengo eso. Lo mío no se puede quitar así tan fácil...

- ¿Qué es entonces? - la chica volvió a sentarse y lo miró a los ojos.

- ¿Sabes donde está la columna vertebral?

- Sí, aquí - dijo señalándose la espalda - . Mamá tiene cosquillas ahí.

- Yo también tengo... bueno, pues por ahí dentro hay un líquido. Él mío se ha... estropeado, por decirlo de alguna manera y tienen que quitármelo y ponerme otro que esté bien.

- Vaya... - dijo Eric sorprendido. Estaba aprendiendo un montón de cosas ese día... - ¿Y cuando te lo cambian?

- Ahí está el problema... - dijo la niña triste - No sirve cualquiera, tiene que ser uno igual al mío. Primero hay que buscar a alguien que lo tenga igual y eso es muy difícil. Después lo tienen que sacar de esa persona y ponérmelo a mi.

- Mmh... - el niño arrugó la nariz no muy convencido de aquel intercambio -. Eso debe doler...

- Para nada, te duermen y no te enteras.

- ¿Aquí te duermen para todo o que? - preguntó Eric ya mosqueado. La chica se río, le caía bien aquel pequeñajo.

- Menos para ponerte inyecciones - sonrió más ampliamente al ver como el pequeño ponía morritos.

En ese momento la puerta se abrió y ambos niños se giraron para mirar. Un débil 'ups' salió de los labios de la chica.

- Estoy esperando una buena excusa para este comportamiento señorita - dijo el recién llagado con los brazos cruzados y una mirada severa que hizo estremecer a Eric.

- Pues... estaba aburrida de estar en la habitación y salí a dar una vuelta, pero entonces me perdí y antes de ir a parar a vete a saber donde decidí quedarme aquí... - siguió un tenso silencio - ¿cuela?

- Para nada - contestó el castaño. La chica suspiró.

- No quiero más análisis - dijo al fin.

- Son necesarios Kari - dijo encendiendo la luz de la habitación. Ahora Eric pudo ver a alguien a quien ya conocía - ¿Qué demonios haces tú aquí? - preguntó Seto Kaiba con el ceño fruncido y un mal presentimiento en el pecho.

Los dos niños intercambiaron una mirada y antes de que Eric pudiera decir nada para explicarse, Kari le lanzó los brazos al cuello y lo abrazó.

- Me lo he encontrado por ahí perdido ¿nos lo podemos quedar?

- Claro que no - dijo Seto al recuperarse un poco de semejante comentario - Eric ¿dónde están tus padres?

- Mamá no sé - respondió encogiéndose de hombros - y papá supongo que con la enfermera mutante...

Kari rió con el apodo y Kaiba solo negó con la cabeza.

- Enfermera. Avise que ya ha aparecido Kari y pregunte si en alguna otra planta se ha perdido un niño.

- Si, señor - dijo la enfermera corriendo hacia el mostrador de las enfermeras.

Seto se acercó a la cama y se quedó mirando la lamparita que seguía dando vueltas.

- ¿Y eso?

- Me lo ha regalado Mamoru.

- Mmmh... - dijo con una nota de desagrado. Eric se tapó la boca para que no se escuchara su risa -. Y a todo esto ¿cómo has llegado hasta aquí?

- Con eso - dijo señalando una silla de ruedas que tenía al lado de la cama y que Eric no había visto antes con la luz apagada.

- Bueno, regresemos antes de que a tu padre le de un colapso...

Kaiba alzó a Kari y la sentó en la silla, después le dio la lamparita para que la sostuviera en su regazo mientras iban de regreso.

- Y tú ven también - le dijo a Mamoru el cual saltó de la cama y fue tras ellos.

- ¿No puedes andar? - preguntó Mamoru caminando al lado de la rubia.

- Si puedo, pero estoy tan débil que no me sostengo en pie ¿así que te llamas Eric?

- Si, Eric Regan, mucho gusto.

- Hikari Wheeler, pero puedes llamarme Kari.

- Vale - dijo alegremente el pequeño.

- ¿Y como es que conoces a mi padrino? - dijo refiriéndose a Seto.

- Lo conocí esta mañana...

Kaiba tan solo los observaba con un nudo en el estómago ante tan surrealista situación ¿Quién le iba a decir que acabarían conociéndose? Se suponía que nadie sabría nada... June vendría, se haría los análisis y punto, Kari no tenía que saber nada de aquellas personas... pero allí estaba charlando con total confianza con su hermanastro aun sin saber que lo eran...

Llegaron a la habitación. Kari dejó la lampara en la mesilla de noche y con ayuda de Seto regresó a su cama. Eric se puso a observar los diferentes dibujos y ramos de flores que adornaban la habitación.

- Son bonitos - dijo señalando los dibujos.

- Me los regalaron mis compañeros de clase - explicó Kari acomodándose en la cama -. Ey ¿me dejas firmarte la escayola?

- ¿Se puede hacer eso? - preguntó Eric acercándose a la cama.

- Pues claro que sí - dijo ella mientras sacaba un rotulador del cajón -, cuando mi amigo Mamoru se rompió la pierna le firmamos todos.

- ¿El que te regaló la lámpara?

- El mismo - contestó Kari guiñándole un ojo disimuladamente para que Seto no se diera cuenta.

- ¿Y como se la rompió?

- Se calló del tejado de casa de su abuela - contestó Seto con desprecio.

Eric miró a Kari como buscando una explicación, pero solo obtuvo una confirmación. Entonces la puerta volvió a abrirse y entró un agitado hombre de cabellos tan rubios como Kari.

- ¿Pero se puede saber donde estabas?

- Dos habitaciones más allá - dijo Kari con una sonrisa inocente. Joey solo suspiró.

- No me des esos sustos quieres - le dio un abrazo mientras respiraba aliviado. Pero al separarse se le encogió el corazón de nuevo. La mirada anaranjada de aquel niño le era demasiado familiar.

- Papá te presento a Eric Regan - dijo Kari alegremente sin saber el efecto que habían causado aquellas palabras en su padre.

- Hola señor Wheeler - saludó el pequeño alegremente.

- Hola... - atinó a decir Joey, después dirigió una mirada inquisitiva a Seto, el cual se limitó a encogerse de hombros.

- Ven que te firme - dijo Kari indicándole al niño que se sentara a su lado. Eric se subió de un brinco a la cama y le extendió el brazo escayolado. Joey se alejó de la cama y fue al lado de Seto.

- ¿Qué hace aquí? - le dijo en un susurro.

- Tú hija se lo encontró por ahí perdido y me ha preguntado si se lo puede quedar - dijo llanamente consiguiendo que Joey se lo quedara mirando como si le acabara de salir otra cabeza -. No me mires así, son las palabras textuales de tu hija.

- June y Nicolas deben haberse llevado un buen susto al no encontrarlo...

- ¿Están los dos en el hospital? - preguntó Seto tensándose al recordar que le había pedido a la enfermera que avisara de que habían encontrado un niño.

- Sí... Nicolas la llamó mientras estabamos en la cafetería desde urgencias... - contestó distraídamente.

Su mirada estaba fija en la cama en donde Kari y Eric reían. Ahora que veía a los dos niños juntos, podía apreciarse claramente el parecido. Tal vez no tuvieran el mismo color de ojos o de pelo, pero se les veía unA semejanza familiar, como la que él tenía con Serenity.

En ese momento entró un hombre que parecía falto de aliento.

- Eric... - consiguió decir.

- Hi daddy! - saludó el pequeño - mira que bonito, me lo ha hecho Kari - agregó alzando la escayola que a esas alturas estaba completamente decorada.

- Muy bonito - dijo simplemente aunque lo cierto era que sus ojos estaban clavados en la pareja que permanecía cerca de la puerta. Nada más y nada menos que Seto Kaiba y el rubio 'amigo' de su esposa -. Señor Kaiba - saludó secamente - señor...

- Wheeler, Joey Wheeler - dijo el rubio extendiéndole una mano. El ambiente estaba sumamente tenso para los tres hombres.

De pronto una tos áspera llamó la atención de los adultos. Kari estaba doblada sobre si misma y al parecer le costaba respirar, por su nariz resbalaba un hilillo de sangre manchando su blanco camisón. Su padre corrió hacia ella a la vez que Seto pulsaba el botón para llamar al médico. Nicolas solo cogió en brazos a su hijo para apartarlo.

- Daddy? ¿Qué le pasa a Kari? - preguntaba el niño preocupado por su nueva amiga.

- No lo sé...

Varias enfermeras y un par de doctores entraron en ese momento echando prácticamente a los tres hombres al pasillo. Joey se quedó en la puerta completamente consternado y le dio un puñetazo a la pared.

- Para, te vas a hacer daño - dijo Seto sujetándolo por los brazos y alejándolo. Joey solo se dejó llevar mientras sus ojos permanecían ocultos bajo su rebelde flequillo. Un quejido escapó de sus labios y Seto no dudó en abrazarlo por la espalda mientras le susurraba palabras de aliento al oído.

Por su parte Nicolas miraba la escena un tanto desconcertado. Había oído comentar en alguna ocasión que el CEO tenía una 'curiosa' relación, pero jamás supo en que sentido. Ahora lo veía claro y se sintió un poco bastante estúpido por siquiera haber pensado en la posibilidad de que aquel rubio y su June... negó con la cabeza para espantar la idea.

Al momento escuchó pasos presurosos a su espalda y al volverse vio a June que se acercaba corriendo.

- Mummy - exclamó Eric estirando los brazos para que lo cogiera. Una vez en brazos de su madre enterró el rostro en su hombro.

- Eric... cariño ¿Qué pasa?

- Kari está muy malita... - dijo simplemente, haciendo que su madre mirara a su alrededor preocupada.

En ese momento uno de los doctores salió y se llevó a Seto y a Joey a parte. June los observó alejarse en silencio y como hablaban con el galeno. No necesitaba saber lo que decía el hombre, bastaba con ver la cara de desconsuelo de Joey.

- Debemos bajar - dijo en ese momento Nicolas sacándolo de su ensimismamiento -, aun tenemos que hablar con el médico sobre el brazo de Eric.

- Si... claro... - contestó June distraídamente mientras seguía a su esposo hacia los ascensores.

- Pero yo quiero saber como está Kari - protestó Eric.

- Otro día vendremos a visitarla ¿si? - dijo June dándole un beso en la frente.

Antes de girar en el pasillo sus ojos anaranjados encontraron la figura quebrada de su rubio ex amante y algo en su pecho dolió. Aquello no era justo, Joey no se merecía tanto sufrimiento.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Joey tenía la cabeza recostada sobre el colchón de la cama de su hija, eran casi las cinco de la madrugada y Kari seguía inconsciente. Tras el repentino ataque le habían administrado algunos sedantes y desde entonces que estaba así.

La puerta se abrió silenciosamente y la alta figura de Seto entró. En la intimidad de aquella habitación, se había permitido desprenderse De su máscara de frialdad y su semblante solo mostraba la extrema preocupación que le causaba la situación.

Ya no era solo la salud de Kari, también la de Joey. Se pasaba el día en el hospital, apenas dormía algunas horas en la butaca de la habitación de la niña y se mantenía a base de café y sándwichs de la cafetería. Si seguía así acabarían por internarlo también. Pero el rubio no atendía a razones, se negaba a marcharse a casa por más que se lo pidiera.

- Cachorro cabezota... - susurró Seto mientras acariciaba sus dorados cabellos.

En ese momento Joey se removió y alzó la cabeza. Sus ojos se clavaron en Kari y tras comprobar de que todo estaba en orden se giró hacia el otro lado.

- Seto... - musitó con voz apagada por el sueño mientras se sentaba derecho y su espalda crujía - auch... ¿Qué hora es?

- Las cinco...

- Deberías haberte quedado en casa durmiendo - le reprochó Joey frotándose los ojos -. A las nueve tienes reunión con el consejo de IMN-Corp. ¿no? Podrías aprovechar y dormir unas horas...

- Mira uno para hablar - dijo Seto con una sonrisa ladeada -. Deberías poner en práctica tu propio consejo y volver a casa a dormir.

- Nah... estoy bien - bostezó -. Además, el doctor seguramente ya tendrá los resultados.

El silencio se instaló entre los dos. Era cierto, ya hacía casi seis días que le habían hecho los análisis a June, si todo se había normalizado en el laboratorio tras el 'incidente', ese mismo día sabrían si era viable hacerle el transplante a Kari.


CONTINUARÁ...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).