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LUNA NUEVA por Dark Amini

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Pasan varias semanas mientras se recupera rápidamente Clío, y sin que él sepa alguna noticia de Saba, a pesar de insistir con Tasuke. Un día, al atardecer mientras Clío bebe un poco de vino en la sala de su casa llaman a su puerta. Al abrir, observa parada en el marco de la puerta a un joven de piel blanca y cabello castaño claro, lleva puesto unos lentes oscuros, un sombrero y una larga gabardina. Además de eso también carga una pesada maleta.  Clío lo observa desconcertado, puesto que en la playa ese atuendo es exagerado, por fin se atreve a preguntarle:

 

-         ¿Se le ofrece algo?

-         Busco al Señor Clío. – dice el muchacho tratando de ocultar su rostro como si hubiera una ventisca.

-         Yo soy Clío. ¿Qué deseas?

-         ¿Puedo pasar?, me envía el Señor Alfa.

-         ¿Alfa? – pregunta con desconfianza Clío.

 

En ese instante llaman al teléfono. Clío no le permite la entrada al muchacho y va a contestar el teléfono sin perderla de vista:

 

-         Bueno, ¿quien habla?

-         Soy yo, Alfa. Supongo que a esta hora ya llego Dark. Es un regalo que te envió para que te entretengas un rato.

-         ¿Un regalo?, ¿por qué?

-         Sé que te dejo Saba. Imagine que te sentirías aburrido sin él. Acéptalo, no tienes nada que perder.

-         Oye, yo no necesito...

-         Mira, de todos modos no pienses en devolvérmelo, a mi ya no me es útil.

-         Alfa... – en ese instante Alfa cuelga el teléfono desconcertando más a Clío.

 

Suspirando lleno de fastidio, se dirige a la puerta y le pregunta al muchacho:

 

-         ¿Cómo te llamas?

-         Dark. ¿Ya puedo pasar?

-         Sí. – dice Clío con cierta pesadez.

 

Dark pasa rápidamente y ya dentro de la casa observa cuidadosamente el interior. Clío lo examina con la vista despectivamente. El joven mira a Clío a través de los lentes y pregunta:

 

-         ¿Dónde voy a dormir?

-         Mmm... arriba, hay una habitación para huéspedes.

-         ¿Una habitación para huéspedes? – dice sorprendido el mozo.

-         Sígueme... – dice Clío subiendo las escaleras, con las manos en los bolsillos del pantalón y con una actitud de pereza.

 

El chico arrastrando la maleta sube detrás de Clío y él al abrir la habitación sorprende más al chico, el cual no disimula su emoción y corre hacia al balcón y examina todo el lugar; de repente se detiene de golpe y dice pensativo:

 

-         Este aroma me es familiar.

 

Clío no dice nada. No le extraña que aún ese cuarto tenga el aroma de Saba. Pero a pesar de eso no le da importancia a su comentario. Rápidamente cambia de actitud el joven y con gran entusiasmo le pregunta a Clío:

 

-         ¿Dónde me puedo bañar?

-         Mmm... desafortunadamente  la ducha de este cuarto no sirve, pero puedes hacerlo abajo. Deja tus cosas aquí y solo llévate lo que te vas a cambiar.

-         Esta bien.

 

Clío no pensaba seriamente en acostarse con el muchacho para divertirse, pero quería observarla más de cerca y ver si le agradaba algo. Cuando llegaron a la habitación de Clío, este abrió la puerta para que entrara el joven  y le dijo:

 

-         Esta es mi habitación. Estaré aquí arreglando unas cosas mientras te bañas. La verdad no esperaba visitas.

-         Esta bien.

 

Dark entro con entusiasmo, pero cuando vio la pintura de Alfa en la pared se quedo paralizado y rápidamente miro hacia otro lado. Con gran nerviosismo busco el baño y al entrar no cerro la puerta. Clío extrañado ante su actitud se dirige al baño y abriendo un poco la puerta le pregunta a Dark:

 

-         ¿Qué relación tenias con Alfa?

-         Yo era su favorito. – en ese instante Clío escucha correr el agua de la ducha.

-         ¿Su favorito?, no creo eso... – Clío entra al baño silenciosamente y se mantiene cerca de la puerta de la ducha.

-         Es cierto, eso fue hasta que hace poco me enfrente a un tal Saba.

-         ¿Saba? – pregunta exaltado Clío y sin pensarlo abre la puerta de la ducha y le pregunta a Dark - ¿lo has visto?

 

Clío se queda paralizado al ver a Dark de espalda duchándose. Todo su cuerpo esta lleno de cicatrices de profundos arañazos y mordidas. También tiene golpes y algunos parches. Dark lo mira de reojo sin mostrar sorpresa o desagrado mientras se sigue duchando y responde:

 

-         Hace algunos días – al percatarse de la mirada insistente de Clío examinando su cuerpo, pregunta incomodo -¿Pasa algo?

-         ¿Qué te sucedió?

-         ¿No te dije?, tuve que enfrentarme con el tal Saba – voltea de nuevo y continua duchándose mientras le dice molesto – el desgraciado casi me mata. Pero estuvo arreglado, yo llevaba tres días sin comer...

-         No entiendo lo que me dices. – Clío sale, cierra la puerta de la ducha y se recarga la pared cerca de el.

-         Fue hace poco. Alfa estaba furioso con él. Le dijo que tenía que enfrentarse conmigo para volver con él.

-         ¿A que te refieres con enfrentarse contigo?

-         Cuando alguien le falla a Alfa, le da una paliza tal que casi no sobreviven.

-         ¿Y tú que tienes que ver con eso?

-         Pues yo era la que daba las palizas. Honestamente no me quería enfrentar a ese chico. Pero no tuve opción. Para Alfa era divertido que me enfrentara con esos lobos. Decía que yo había sido el mejor, que era su favorito para destrozar lobos.

-         ¿Y por que te envió conmigo?

-         Por que Saba me venció. Yo insisto que estuvo arreglado, me dejaron mucho tiempo sin comer y eso me debilito. Después de la lucha, Alfa me dijo que ya no le era útil. Sabía que eso significaba mi muerte. Pero a Alfa le pareció buena idea que me enviaran contigo. Es tan humillante ser la mascota de alguien.

 

Dark termina de bañarse y sale envuelta con una toalla. Mira a Clío completamente perturbado y extrañada le pregunta:

 

-         Conoces a Saba ¿verdad?.

-         Sí. Pero no entiendo... ¿por que volvió con él? – dice Clío con un seño triste.

-         Él no volvió, lo trajeron. A Alfa le gustaba mucho ese niño y no estaba dispuesto a perderlo. Personalmente envió a toda una jauría en su búsqueda, cuando lo llevaron de regreso me venció y volvió con Alfa – dice Dark aproximándose mucho a Clío. – Pero ahora yo intentare servirte bien. Tal vez llegue a ser tu favorito...

 

Clío no dijo nada y en ese preciso instante vio directo a sus ojos. Era de un color miel -  verdoso, y tenían una expresión triste. Dark suspira, se mete de nuevo en la ducha y se viste discretamente mientras le dice a Clío:

 

-         Pero para ser mi amo tienes que saber algunas reglas.

-         ¿Reglas?. ¿Qué reglas?.

-         Sí. La Primera es que después de una batalla debo descansar, y si soy herido debes dejarme libre para alimentarme. La segunda es que...

-         Un momento, ¿alimentarte de que?- dice Clío, aun sin poder entender la situación a la que se enfrenta.

-         De sangre por supuesto. Si te preocupa que me escape...

-         ¿De sangre? – pregunta atónito Clío - ¿por qué de sangre?

-         ¿No te dijo Alfa?, son un felino de dos colas, y para mantenerme debo de beber sangre... es mi naturaleza.

-         Eso es imposible. – dice exaltado Clío.

-         ¿Por qué?... – dice Dark mientras sale y camina junto a él - bueno tal vez no has escuchado de mí, es lógico, he estado encerrada en una jaula y no tengo mucho tiempo de existir... creo.

-         Pero yo no he dejado a ninguna victima con vida.

-         ¿Qué quieres decir?- dice Dark mientras voltea extrañado.

-         Yo soy también un felino de dos colas y...

-         ¡¿Qué?!- dice Dark retrocediendo atemorizado y después de una larga pausa le pregunta inseguro -¿has bebido sangre estos días?, ¿verdad?

-         No...

-         Entonces Alfa si desea matarme enviándome contigo... es un desgraciado.- dice completamente alterado Dark mientras camina nervioso por todo el baño.

-         ¿Por qué dices eso? – dice Clío desconcertado y tratándose de acercar a Dark.

-         ¡No me toques! – dice Dark retrocediendo exaltado.

 

Dark corre hacia la puerta que da a la calle y al abrirla ve que ha comenzado a oscurecer. Cierra la puerta de golpe y mira aterrado a Clío, que más que desconcertado e inquietado pregunta:

 

-         ¡Dime que sucede!

-         No me digas que no sabes que hoy la luna se acerca más que nunca a la tierra...

 

Clío se paraliza ante la noticia. Sin decir más toma del brazo a Dark y lo lleva casi a rastras al sótano donde hay una jaula de hierro. Clío abre la puerta y le dice a Dark:

 

-         ¡Ten la llave y enciérrame!

-         Será inútil... – dice con un tono de resignación.

-         ¿Por qué?

-         Por que ahora entiendo que me envió para matarme...  pensé que me enfrentarías a otro lobo para exterminarlo. Pero él quería que nos enfrentáramos para matarnos. Al principio pensé que quería matarme de hambre y que apiado de mí al enviarme contigo… que tonto fui.

-         No puedo creerlo...

-         No tienes ni idea de la pelea que nos espera. – dice Dark comenzando a llorar.

-         No hay remedio. – dice Clío suspirando con cierta desesperación.

 

Clío arrastra a Dark hacia unos grilletes y la encadena cerca de la jaula, y él se encierra dentro de la misma. Durante toda la noche alaridos, gruñidos y el sonido de dos bestias enfrentándose se percibe afuera de la casa. A la mañana siguiente Clío se despierta agotado y se da cuenta que tiene algunas heridas leves y algunos arañazos, y cuando voltea ve a Dark con serias heridas en el cuerpo recostada en un charco de sangre. Clío gana fuerza de su desesperación y se aproxima a Dark, que aun esta con vida. De alguna forma se mueve torpemente y busca algo en una caja cerca de la jaula. Saca una jeringa y le inyecta el contenido  a Dark. Después la carga hacia su habitación y la recuesta en su cama. Cuando voltea y mira el retrato de su hermano siente desprecio hacia él. Toma rápidamente el teléfono y llama a su doctor particular:

 

-         ¿Doctor?, necesito que venga inmediatamente con todo su equipo...

-         ¿Estas muy herido?

-         Venga pronto y en la casa se lo explico.

 

El doctor cuelga el teléfono y rápidamente busca todo su equipo, su hija lo mira desconcertada y le pregunta:

 

-         ¿Qué sucede?

-         El señor Clío me mando a buscar, parece que es una emergencia... hace muchísimos años que no tenía una...

-         ¿Y eso es lo que te preocupa?- dice su hija mientras le ayuda a preparar su equipo.

-         No. Lo que me preocupa es que ya me estoy haciendo viejo para esto. Y parece que ninguno de tus hermanos tomara mi lugar...

-         Ya te dije que yo estudiare medicina para...

-         ¡Jamás! – dice su padre de forma determinante – de ninguna forma tú estarás cerca de él.

-         Entonces es cierto lo que dicen; que todos los varones que son de esa familia se han quedado viudos.

-         Exactamente. Toda mujer que tiene contacto con ellos muere.

-         ¿Entonces que piensas hacer?

-         Decirle que busque a otro doctor.

-         No creo que lo quiera hacer. Déjame ayudarte esta vez papa, déjame demostrarte que puedo hacerlo...

 

Él hombre mira a su hija y suspira conmovido, él conoce el secreto de Clío y sabe que eso lo ata a él de por vida y no esta seguro de exponer a su hija a esa situación. Sus otros dos hijos se fueron del pueblo para estudiar leyes y administración. Toma su maleta y sube a su auto, sonríe un poco y se despide de su hija y de su mujer mientras va a la mansión. En el camino recuerda el trato que tuvo con Clío, ya hace muchísimos años cuando él era un doctor joven y reconocido, hasta que un día mato por piedad a un moribundo amigo suyo. Eso le costo que le quitaran el titulo para ejercer como medico. Duro algunos años en una profunda crisis laboral y matrimonial. Fue entonces que Clío lo contacto y le propuso devolverle sus derechos como medico y una cuantiosa paga, si él aceptaba ser su medico particular de por vida. Acepto sin imaginar el oscuro secreto de Clío y el tormento que este le proporcionaba.


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