Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Strawberry Panic! Flores Caidas por DarkAngelX669

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Amane-senpai…

            Me da gusto saber de ti. Mi viaje fue bastante largo y agotador, apenas pude recibir tu carta decidí responder lo antes posible pese a la demora. Me pregunto si no te sientes sola al haberte quedado en Astrea, justo cuando todas deciden abandonarla para celebrar en familia. Me gustaría que tú y yo pudiéramos hacer lo mismo; estar en un lugar cálido, una buena cena y mucha decoración navideña. Yo igual pienso mucho en ti desde que me fui, me complace saber que aun sigues practicando, la equitación es parte innata de ti.

 

            Sobre lo del torneo, debo admitir que siempre tuve curiosidad por saber cómo eran las competencias y qué tan duro eran los retos, estaría encantada de ir y darte todo mi apoyo. Solo espero que todo marche bien en nuestra ausencia.

 

            Inglaterra no es nada del otro mundo, solo cambia el idioma que tuve que dominar a los 7 para poder convivir en sociedad, una parte de mi familia es inglesa, por lo que estos viajes son muy importantes. La próxima vez que viaje, quisiera que fuese contigo, tengo un lugar en mente al cual me gustaría que fuésemos juntas, uno muy bonito que te agradará… De momento me quedo corta de tiempo, todavía debo tomar un último tren por la mañana para llegar a casa…

 

Siempre tuya, Hikari…

 

 

Amane (Susurrando): Siempre tuya… - Saboreaba en silencio eso último que escribió Hikari –

 

Tomori: Etolie-sama, todo está listo – La interrumpe viendo cómo depositaba mucha atención a su carta, siendo que debía dar la oración para dar inicio a la cena navideña que estaba por dar inicio –

 

Amane (Reaccionando): S-si… que gran noticia…

 

Tomori: Todas la esperan…

 

Ambas chicas se dirigen al comedor, lugar donde todas las chicas que habían decidido pasar el invierno en Astrea estaban ya sentadas y esperando las palabras de su Etolie. Amane sentía que Hikari hubiera querido tener algo de participación en esto, por muy improvisado que fuera aquella cena especial; ella era muy atenta a todo lo que tuviese que ver con la colina y a las que la habitaban.

 

Mientras se dirigía al altar de la oración, todas en el comedor guardaban un silencio sepulcral. La presidenta del consejo estudiantil de Spica, Tomori Shion-sama, la acompañaba en todo momento como su representante personal, ya que la Etolie era de Spica. Aquel era uno de los deberes que se reservan solo a las presidentas de la escuela que es electa la Etolie y para este periodo, le tocó a Spica.

 

Amane: Señor… te damos las gracias por hacer posible esta maravillosa… - Recita la oración habitual. No había necesidad de hacer cambios, dado que, para un dios, toda ocasión es importante - … Amén…

 

¡¡¡Itadakimasu!!! – El banquete da inicio –

 

Para ser un evento tan apresurado, la variedad de platos y su cantidad era bastante satisfactoria para el número de estudiantes presentes. Los clásicos pavos navideños no podían faltar, seguidos de varios ingredientes frescos, acompañados de una ligera variedad de comida francesa. Lo bueno de vivir en Japón, era la creativa variedad de platos que se podían encontrar en una misma mesa, sin necesidad de exclusivismo ni estereotipar la comida de otros países.

 

El ambiente era bastante cálido y amigable, muchas se animaban a hablar con miembros de su propia clase con quienes nunca habían tenido la oportunidad de presentarse y hasta de conocer a su senpai favorita que había decidido pasar la navidad en Astrea. La Etolie por su parte se mostró bastante abierta con las demás chicas; los regalos no faltaban, pero se dio la tarea de recibir uno o dos por ser navidad.

 

Era en ese momento que todas estaban relajadas y sin preocupaciones en la mente, solo conviviendo y hablando de lo que les hacía felices o les entretenía. Tamao era una de las que disfrutaba la buena vibra del ambienta, se dio el momento para mirar a su alrededor y ver cómo todas formaban parte de una sola cosa, algo que durante toda su vida había llamado “familia” ese conjunto de emociones y corazones. Sentada en su mesa, veía todo el panorama y sentía calidez, algo que recién se daba cuenta, no sentía desde hace un tiempo.

 

-       Pareces distraída – Le decía una voz desde atrás. Se voltea por inercia hacia esa persona –

 

Tamao (Reaccionando): Bueno yo… solo me alegra que todas se lleven bien… - Era Tomori, quien decidió acompañarla un rato. Se hace un lugar al lado de la poetisa con aires de suma cortesía a tal grado que parecía casi una imitación de un ensayo de etiqueta y protocolo muy natural y casi perfecto –

 

Tomori: Años de costumbre – Le dice al ver su mirada –

 

Tamao (Sorprendida): Debió recibir una grandiosa educación desde siempre.

 

Tomori: Para serte franca, se vuelve costumbre viniendo de una familia de banqueros bastante… - Tardó un poco en encontrar la palabra – Ocupada…

 

Tamao (Pensativa): Creo que puedo entender un poco lo que dices… - Ambas chicas toman su taza toman un pequeño sorbo de aquel vino tinto cuyo –

 

Tomori: ¿Sabes? No es que sea metiche, pero últimamente te veía algo solitaria ¿te ocurre algo? – Tanta amabilidad era no procesable en la mente de Tamao, con lo que opta por solo responder a las preguntas de la presidenta –

 

Tamao: No… son solo “años de costumbre” – Cita las palabras de la misma presidenta en su propio tono. Tomori la mira curiosa, probablemente preguntándose a qué se refría con exactitud –

 

Tomori: Había algo que quería preguntarle, Tamao-san… - Amabilidad inesperada seguida de una pregunta… solo vio tales comportamientos cuando quiso persuadirla de apoyarla con la idea de Amane y Shizuma como las protagonistas en la obra de “Carmen”, con lo que no sabía qué esperar con exactitud – Seré directa. Conozco a Miyuki, lo suficiente como para saber que ella te escogerá a ti como su sucesora para la presidencia de su escuela…

 

Impacto, seguido de confusión ¿por qué a ella? ¿qué tenía de especial? Nunca quiso llamar la atención, solo durante la elección Etolie y únicamente a petición de Nagisa. No hubo otra razón. Aun así, la presidenta de su escuela rival le planteaba seriamente que ella sería la sucesora de un legado bastante grande, una que llevó a cabo Miyuki durante su estancia, y que ella lo seguiría llevando en su ausencia.

 

Tamao (Impactada): ¿P-por qué?

 

Tomori (Interrumpe): Solo lo sé… ella siempre ha tenido buen ojo para elegir. En mi mente no te estoy hablando a ti… le hablo a la futura presidenta de Miatre ¿qué opinas de ese puesto?

 

Tamao (Directa): Sinceramente no merece la pena hablar de asuntos que no vienen al caso. No me mal entienda, sería todo un honor, pero hay personas mucho mejores que yo y más preparadas – Hablaba desde el corazón. Todo lo que decía era cierto para ella, además… - Además, yo personalmente no quiero ese puesto.

 

Tomori evaluaba cada parte de la supuesta competencia de su escuela, quería adelantarse a sucesos futuros para decidir por sí misma quien sería la sucesora de su propia escuela. Darlo todo aun en su ausencia, ese era el nivel de compromiso que tenía Shion con su puesto y consigo.

 

Tomori (Seria): ¿Por qué? … Tú más que nadie conoce tanto las responsabilidades… como los beneficios que conlleva ser presidente de una de estas tres escuelas. Tendrías muchas oportunidades en campos que solo la gente de clase alta conoce. Entrarías en un mundo de tan alta clase, que prácticamente pasarías a tener sangre azul en la sociedad…

 

Era cierto. Por lo general, todas las presidentas han sido reconocidas por el mundo y se les han dado altos cargos en compañías de alto prestigio en el mundo laboral. Otras se han vuelto famosas con la ayuda de la influencia que tiene su propia escuela de diversos ámbitos, como la música, el teatro, la danza y otros géneros artísticos, con lo que sería algo tono rechazar una oferta para acceder a un mundo así, si se le llegase a presentar la oportunidad.

 

Tamao (Leve sonrisa): “¿por qué?” Me sorprende que preguntes… - Ahora era Tomori quien no sabía qué esperar de la boca de Tamao – Vengo de un orfanato ¿sabes? Ni casa… no es tanto mi casa como me gustaría decir – Los roles se invierten y Tomori sentía un cierto grado de impacto – Me acogió una familia con influencias y recursos, como la suya, Tomori-sama. Mi hermanastra mayor es hija legitima de esa familia.

 

Tomori: No sabía que tuvieses una hermana…

 

Tamao: La cosa es… que fui adoptaba con un propósito. Poner a prueba a mi hermana.

 

Tomori: ¿a prueba?

 

Tamao: Te lo explicaré…

 

“Hace varios años yo estaba en uno de los orfanatos que era mantenidos por el gobierno. Daban cierta educación a los niños de aquellos lugares, pero muchos de nosotros teníamos algo que el resto no tenía. Un don. Muchos de mis amigos eran asombrosos a su manera, y las personas que nos cuidaban lo sabían, es por esa razón que se aseguraban que terminásemos en buenas manos.”

 

“Fui entrevistada por varias familias antes de la que me adoptó. Todas parecían ser buenas opciones, y una de las primeras decisiones que se me presentaron en la vida fue ¿a qué familia escoger? Se bien que te preguntarás por qué era yo quien escogía a la familia y no al contrario… Todo se debe a oferta y debanda, aquel orfanato manejaba las cosas de esa maneja, diferente a otros. Si el niño era demandado por varios clientes, se le daba a escoger, uno se los pocos privilegios de ser adoptado.”

 

“Mi don era el ser sobre saliente en aspectos académicos y aprender cosas nuevas con mucha facilidad. Como notarás, no es un don del cual presumir, entre mis compañeros yo era la chica más normal, por así decirlo. Decía anterior mente que tuve la oportunidad de escoger a cuál familia pertenecer, pero luego las cosas cambiaron. El orfanato tuvo problemas y era amenazado con ser clausurado. Naturalmente nunca supe las razones, por mucha curiosidad que tuve en su momento.”

 

“Sin embargo, aquel lugar tuvo una solución, algo que lo sacaría de aquel punto de quiebra, un presunto milagro. Al parecer una familia había dado una sume absurdamente alta de dinero a cambio de mi custodia. Mi cuidadora nunca estuvo de acuerdo en que dijera que mi familia de compro a un precio demasiado alto, tanto que debía valerlo… mucho. Todo se aclaró el primer día que llegue a mi nueva casa, se me explicó la situación y el cómo estaban las cosas.”

 

“Al parecer mi hermanastra era la heredera de una inmensa fortuna dejada por mi odioso pare falso, padre del cual no hablaré. Pero, la cosa no pintaba bien, ni sigue pintando bien, para mi hermana, dado que tenía problemas serios de conducta y sus padres no creía que fuese capaz de llevar a cabo el liderazgo de la familia, así que decidieron ponerla a prueba, pero para esto se necesitaba una competencia, alguien que diera la talla… yo era ese alguien.”

 

“A mi hermana y a mí nos pusieron en escuelas muy diferentes. Ella está recibiendo clases en una institución con muchísimo prestigio, comparable al de esta escuela, y a mí me pusieron aquí. El trato fue que, si yo conseguía un nivel de reconocimiento superior al de mi hermana saliendo de esta escuela, ella quedaría desheredada completamente, sepa el señor a donde pararía todo ese dinero. Por otra parte, si mi hermana logra ser mejor reconocida, su fortuna seguirá intacta y todo habrá terminado”

 

“En cualquiera de los dos casos, yo volveré al orfanato. No puedo hacer nada con los títulos de me otorgue esta escuela en el momento de mi graduación, dado que legalmente soy propiedad de mi familia, y ellos decidirán qué hacer conmigo.”

 

Tomori se toma un tiempo para analizar la situación de Tamao. Todo era inesperado para ella, nunca pensó que su situación la comprometiera a tales extremos.

 

Tamao (Inexpresiva): Curioso ¿no? Todas las chicas aptas para el puesto de esta escuela tienen un futuro miserable. Una contraerá matrimonio por la fuerza, y la otra regresará a su orfanato de procedencia arrebatándole toda una fortuna a su patética hermana – No parecía importarle demasiado el desenlace de su propia historia – Es como para reírse…

 

Tomori (Atónita): ¿Qué tiene de gracioso? ¿Acaso no te importa?

 

Tamao: Para ser franca me agrada más aquel orfanato que mi propia casa, solo no quiero quitarle todos esos millones a esa pobre chica, sé que tarde o temprano los tiraría a la basura con todos sus caprichos, así que el resultado sería el mismo, nada cambia.

 

Tomori: Estoy segura que debe de haber algo que puedas hacer… ¿En qué has pensado para...?

 

Tamao (Tomo vacío): Nada. No haré nada. No espero que ocurra nada que me saque de mi actual situación, porque, al igual que Miyuki, yo estoy…

 

Tomori (Tono firme): No… - Silencia a Tamao por un momento y luego procede – Las cosas no deben de ser así. Siempre hay una manera – Se levanta de la mesa – Te aconsejo, que tomes el puesto de presidenta, te llevará a algo bueno, lo sé. No debes preocuparte por esa hermana tuya, preocúpate por ti. Si quieres aceptar el cargo tómalo, si no, recházalo, pero que sea porque TÚ lo decidiste…

 

Tamao: Tengo curiosidad… ¿por qué me dices esto? Se supone que mi escuela es rival a la tuya y tú me alientas a ser presidenta porque piensas que le hará bien a Miatre – Hace una pausa – ¿por qué?

 

Tomori: Entenderás este tipo de cosas cuando seas presidenta – A lo último le dedica una leve sonrisa de aprobación, casi diciendo sin palabras que diera lo mejor de sí –

 

Tamao: Quiero pedirte un favor… - Dice en todo bajo y bajando levemente la mirada – Lo que te acabo de contar. No se lo he dicho a nadie. Nadie lo sabe. La única que sabe la mitad de lo que te eh dicho, es la hermana… solo te pido que no compartas esto… por favor –

 

Tomori: No tienes por qué preocuparte. No es la primera vez que guardo un secreto importante. Aunque…

 

Tamao (Intrigada): ¿Aunque…?

 

Tomori (Suspira): Quería evitar decirlo… pero… ¿no deberías decírselo a…?

 

Tamao (Firme): No… - Una determinación poco usual en una chica poco usual era lo necesario para intrigar a la presidenta de Spica – De todas las personas… de todas… la última que quisiera que se enterase, definitivamente sería…

 

-       ¡Tamao-san! – Una voz con aires muy diferentes, corta de un tajo la conversación. Chikaru se acercaba hacia Tamao con una bolsa entre las manos y la clásica expresión cálida en el rostro –

 

Tomori (Retirándose): Piensa un poco. Necesitas mantener a tus amigas muy cerca… - Dice y se retira del comedor, pues no había ninguna otra persona, aparte de los miembros del comité (Etolie incluida), que considerara “digna” de su tiempo –

 

Chikaru (Curiosa): ¿Mm? ¿De qué hablaban?

 

Tamao (Nerviosa): ¡Ah! N-no, no era nada jeje. Hablando de otra cosa ¿qué es lo que traes ahí? – Dice señalando la bolsa que traía en sus manos –

 

Chikaru: Es un regalo para alguien especial. Estoy por dárselo… - Mira a Tamao detenidamente. Tratando de memorizar cada uno de sus gestos y rasgos en su rostro, esa tez tan suave y ojos que parecías dos hermosos rubíes estrella morados. Definitivamente para ella no tenía comparación –

 

Tamao (Sonriendo): Estoy segura de que a esa persona le encantará…

 

Chikaru (Interrumpiendo): Ábrelo… - Dice mientras se lo acerca para que lo tome – Es para ti… - Cambia ligeramente su tono usual por una más sincero y ansioso por saber si le gustaría o no lo que hay en su interior –

 

Tamao (Sorprendida): ¿Yo? – Mira la bolsa unos momentos y luego dirige su mirada hacia Chikaru, quien deseaba mucho poder ver su reacción al momento de que ella la recibiera. Aunque, para ser precisos, Tamao no sabía qué cara poner o si debía decirle algo por dedicar este detalle. No tenía mucho de conocer a Chikaru, de modo que no difería si se trataba de un detalle cualquiera o uno de suma importancia, en cualquiera de los dos casos, lo sabría mejor si lo habría – Gracias…

 

Toma la bola. Dentro de ella hay una caja adornada con un papel de regalo rojo con un listón blanco amarrado a él. Justo al lado, había una nota que tenía algo escrito a mano con una singular cursiva. Se toma un tiempo para leer la nota de muchos deseos de prosperidad de año nuevo, luego rompe la envoltura dejando al descubierto la caja. La abre dejando ver lo que hay en su interior…

 

Tamao (Sorprendida): Esto…

 

Chikaru: Quería darte algo en agradecimiento por todo el apoyo que me has dado en el club. Esto es de parte de todas nosotras – Un vestido. No cualquiera, Tamao había visto muchos que le habían llamado la atención, y ese era el que le daba más entusiasmo por probarse. Aquel vestido francés, sin duda le habían hecho otros arreglos para que luciera como nuevo, pero no era solo eso –

 

Tamao: Uno momento… ¿de dónde sacaste esto…? – Entorno al cuello de la prenda, había algo amarrado –

 

Chikaru: ¿Esto? Lo encontré abandonado en el suelo, creí que lo querrías de vuelta… - Un listón del llamativo color rojo que siempre tuvo. Se podía ver que tenía pequeñas costuras precisas en las partes que fue roto una vez, no lucía precisamente nuevo, pero todavía conservaba su suavidad –

 

Tamao (Nostálgica): No sé qué decirle, Chikaru-sama… gracias – Pese al maravilloso obsequio, Tamao más que estar encantada, se sentía un poco en deuda con ese último detalle. Ese listón terminó siendo algo valioso para ella, pese a que no acabó en las manos indicadas –

 

Chikaru (Amable sonrisa): No tienes que decir nada, Tamao-san. Solo conserve esto consigo, y recuerda, no estás sola –

 

“No estás sola” era palabras origen abstracto para ella, pues no comprendía del todo su significado ¿qué es estar sola? Y ¿qué es no estar sola? Lo segundo podría llegar a comprenderlo un poco más, pues la compañía de Nagisa le mostró las cosas buenas de tener a alguien cerca de ti. Fueron momentos muy cálidos en su vida. Pero, poco a poco esa persona se haría más distante, hasta el punto en que la dejaría completamente sola, si es que no lo estaba ya. Lo que daba pie a otro enigma para ella…

 

Chikaru: Amor… - Esa palabra saca a Tamao del universo de dudas de repente y la sitúa en la realidad – Es algo que se da mucho en estas fechas. Las personas son felices cuando reciben y dan amor, en todas sus formas – Su voz era suave y agradable al oído – El comité organizará un baile en dos días. Si quieres podemos ir juntas…

 

Tamao (Pensativa): Yo… debo pensarlo… - Por muy despreocupada que luciera Chikaru, por muchas sonrisas carentes de preocupaciones, por muy segura que aparentase ser, había cosas que de verdad le importaban, cosas que no estaba segura de si podría o no podría y cosas, que estaba dispuesta a conseguir de la mejor forma posible – Agradezco mucho el obsequio – Da una reverencia y guarda el vestido en la bolsa – Tengo algo de sueño, iré a mi dormitorio… - Se retira –

 

Chikaru: “¿Por qué? ¿Por qué eres tan distante conmigo?”

 

 

-       Despierta… - Una chica abre los ojos repentinamente y ante ella yacía el cuerpo de un ser amado decapitado. Demasiada sangre para describir la escena. Y un hombre vestido denegro, con las manos manchadas de sangre, rostro inexpresivo, ojos fríos como esa misma noche. Todo estaba oscuro y no se distinguían muchos de los detalles de aquella habitación – Ahora veo – Tono de voz neutro – Piensas que podrías haber llegado a tiempo, y así poder… salvarla – devuelve la mirada al cadáver – Entiendo. Te demostraré el error en el que te encuentras – Toma firma su guadaña con la misma intención que tuvo hacia la persona que ahora mancha el suelo de sangre.

 

La chica huye de la escena a cómo puede, y repentinamente la casa se convierte en un laberinto de pasillos y puertas que parecían tener un orden, patrón, lógica o salida. Desliza una de las puertas y entra a lo que parece ser una cocina, donde la mesa estaba servido y los platos aún estaban calientes. Se escuchan paso en el corredor, lo que hace que por inercia la joven cierre la puerta para seguir huyendo. Justo al lado de las hornillas había otra puerta, a la cual corre con un silencioso desespero y la abre.

 

Un patio exterior que daba pie a extensos campos de cosecha, cuando se da la vuelta, nota que la case es solariega, o lo sería de no ser porque había otras casas de su mismo estilo a varios metro o kilómetros de distancia. Sin embargo, estaban a la distancia adecuada para que nadie pudiera percatarse de su muerte.

 

-       ¿Qué pasa? – Aquel hombre estaba detrás suyo – Te hacía lejos de aquí – Tuvo el reflejo de decir algo, o siquiera gritar, pero su voz era completamente muda – Sería más fácil si aceptaras tu destino…

 

“No…”

 

-       De ese modo, ya no sufrirías más… -

 

“Yo…”

 

-       Si te resistes, solo encontraras sufrimiento y dolor… - La chica mira a los ojos de aquel hombre tratando de encontrar su propia determinación –

 

“Yo…”

 

-       Terminemos con esto… - Dice a la vez que alza su guadaña para hacer cumplir su palabra –

 

“¡YO VIVIRÉ!”

 

Nagisa despierta sola en su cama con el corazón que no se rendía en querer salir de su pecho. Estaba sudando pese al aire acondicionado que había en la habitación. Te detiene un momento en observar los efectos de aquel sueño, mira su mano y nota que esta no para de temblar por muy firme que intente ponerla.

 

Nagisa. “¿De nuevo?” – Se sienta en su cama para tratar de relajarse un poco. Sabía que subsecuentemente tendría un ataque de insomnio de modo que se anima a ir a la cocina para tomar algo antes de conciliar el sueño –

 

El pasillo de la casa de recordaba un poco a las imágenes que vio en esos sueños, principalmente por lo oscuro que estaba. A Nagisa le desagradaba la oscuridad. De repente recuerda cuando acompañó a Tamao en su investigación de los siete misterios de la escuela. Las veces que le toco ir a oscuras, lo hacía estando con ella, su compañía la tranquilizaba un poco, pero, aun así, caminar por lo oscuro era una práctica que no tenía pensado mantener muy seguido.

 

Llega a la cocina pasando por la sala, esta última estaba un poco mejor iluminada por el reflejo de la luz de la luna que se habría paso entre las ventanas. Con algo de pena, se sirve un vaso de agua y se dirige a la sala para tomar asiento hasta que le volviese a dar sueño.

 

Los muebles eran bastante cómodos, fácilmente una persona podría pasar la noche en ellos. Todo estaba sumamente callado a excepción de recurrentes ruidos que provenían del exterior, principalmente aquellos incesantes grillidos acompañados de otros sonidos que hacían los búhos en la distancia. Se acaba el vaso. Nagisa se toma un determinado tiempo para reflexionar sobre los sueños que han estado apareciendo últimamente, notando que todo tiene una redundante obsesión con lo mismo. El cadáver.

 

-       ¿No es algo tarde para ti? – La sorprende de infarto una voz que provenía desde atrás –

 

Nagisa: ¡¡AHHH!! – Se tapa la boca con rapidez para evitar despertar a las demás personas, luego voltea - ¿Rokujo-san?

 

Miyuki: Siento que cada vez que nos vemos, entra en pánico… - La mira inexpresiva un rato –

 

Nagisa: Oh no, ¿Cómo cree? Yo solo estoy muy feliz de verla, por eso grité jeje – Dice tratando de disimular el enorme susto de hace un instante –

 

Miyuki (Confundida): L-lo que digas… - Toma asiento al lado de la pelirroja – ¿Tampoco puedes dormir?

 

Nagisa: Sé que por mucho que lo intente, no lograré nada por ahora. Solo esperaré un rato. Usted…

 

Miyuki: Yo… últimamente no eh dormido mucho, con lo que me es difícil hacer por periodos prolongados de tiempo. Es algo que debo arreglar poco a poco.

 

Nagisa: ¿Tiene que ver con el consejo?

 

Miyuki: Creo… que ni yo misma lo se…

 

Ambas quedan en silencio por un rato. Nagisa trataba de decidir si aquel era un momento de un incómodo silencio, o de tranquilidad para ambas. En todo caso, no es como si no se llevara bien con la presidenta o no le agradara, más bien era lo contrario, pero no había mucho de qué hablar en ese entonces, solo había silencio.

 

Miyuki (Mirada perdida): Me… alegro mucho por ti, Nagisa – No hubo necesidad de que la pelirroja diera el primer paso para romper el hielo – Incluso admito que te tengo algo de envidia.

 

Nagisa (Confusa): ¿Eh? ¿P-por qué?

 

Miyuki: Desde que llegaste a Astrea, fuiste la sensación de nuestra escuela y de toda la colina. Inmediatamente obtuviste la completa atención de la Etolie, que en ese momento era Shizuma – Habla con un tono neutral e inexpresivo. Nagisa comenzaba a tener miedo de que Miyuki le fuese a decir algo malo, aunque ese no fuese el caso – Justo ahora, eres amada por muchas chicas en la residencia. Res una idol, Nagisa…

 

Nagisa (Nerviosismo): ¿Yo? No creo en nada de lo que dice, Rokujo-san… yo…

 

Miyuki: Tú no lo ves, Nagisa – Interrumpe dirigiéndole la mirada – Yo si lo veo. Las oigo hablar de ti, de Tamao-san. Muchas hubieran querido que la elección, hubiese acabado… de otra manera…

 

Nagisa se toma algo de tiempo para pensar en sus palabras. Para ella la elección tuvo un significado muy diferente al de cualquier chica que se haya postulado. Era un paso en su vida, el ser Etolie, uno que marcaría una diferencia entre un antes y un después, pero, sobre todo, era ella quien elegía con a quien tener a su lado y dejar atrás el pasado, para darle la cara a un futuro sin remordimientos. Para ella el estar en la elección con Tamao, significaba forjar un lazo que trascendía la amistad y pasaría a ser algo más cercano.

 

Antes de la elección, había tomado una decisión, una que le permitiría dejar atrás sus sentimientos por Shizuma para seguir adelante, y no había mejor forma de hacerlo, que al lado de una chica tan buena como Tamao. Cada ensayo, cada momento que estuvo a su lado preparándose para aquel baile, era un esfuerzo que ella hacía para fijarse más en su futuro que en su pasado. Sabía que Tamao no le haría daño, con ella no sufriría de la misma forma en que lo hiso con Shizuma, pero…

 

En aquel momento. En ese instante en el que Shizuma interrumpe la elección para declararse abiertamente, todo cambia. Había un sentimiento encontrado, entre la felicidad que tuvo tras escuchar las palabras que siempre quiso que salieran de su hermosa boca, y frustración, por no poder dejarla ir… nunca. Aun así, estaba dispuesta a rechazar esa confesión. No le convenía. Por mucho que la amara, Shizuma ya le había pedido que la olvidara; ella nunca sería suficiente para llenar el enorme vacío en su corazón, nunca se consideró a sí misma como alguien “especial” para ella, incluso llegó a pensar era solo era de “medio tiempo”.

 

Ello le dolía. Mucho. No podía aceptarla estando así y teniendo esos pensamientos. Pero… Una mano amiga le ayudó justo cuando lo necesitaba. Tamao sabía lo que pasaba entre ellas dos, y ver a Nagisa en ese doloroso dilema no es lo que ella quería. Debía hacer algo, por mucho que no quisiera hacerlo, era un sacrificio que hacía en pro de la felicidad de su amada Nagisa. Sabía que, si se aferraba a ella, en vez de dejarla ir, sería un acto muy egoísta, pues estaba consiente que no le correspondía, que, si se quedaba a su lado, no sería feliz en su totalidad.

 

Lo que probablemente Tamao no sabe, es que Nagisa vive con el peso de su amor en sus hombros, o más bien, el peso de aquel rechazo no dicho con palabras. Ello hace que se sienta un poco en deuda con Tamao, y a la vez le da una sensación de culpa por no haberle correspondido, siendo que la poetisa era una chica que no tenía nada que envidiarle a Shizuma, lo tenía igualmente todo; carisma, gracia, elegancia, belleza, encantadora sonrisa, talento para ciertas cosas… cosas que la hacían especial…

 

Tomando en cuenta todo lo anterior…

 

Nagisa (Nostálgica): No hay “otra manera” … la única manera es la forma en como salieron las cosas – Miyuki la observa con una mirada profunda – Amane y Hikari son Etolie. Tamao es mi mejor amiga. Shizuma es mi novia… y yo sigo siendo una estudiante de bajo perfil en Miatre. Estoy muy satisfecha y contenta con todo esto… no necesito más…

 

Esa era la verdad…

 

Miyuki: Ya veo… - Su decisión para las candidatas Etolie no estuvo errada. Solo no estaban destinadas a serlo – Supongo que es algo tarde… mañana Shizuma querrá hacer un mundo de cosas, y debemos estar bien descansadas para entonces.

 

Nagisa (Asiente): si… - Mira cómo Miyuki se levanta y nota que su mirada refleja un profundo vacío la hubiera gustado poder alegrarle un poco la noche, pero no sabía bien qué decirle –

 

Miyuki: Buenas noches… - La mira de reojo y se retira –

 

La sala volvía a estar sola. La oscuridad no dejaba ver casi nada y Nagisa debía volver a su habitación.

 

Nagisa: “¡Moo! No vuelvo a dar paseos nocturnos nunca más”

 

 

Era ya de mañana y por fin el sol hacía su aparición. El cuarto de Shizuma estaba tal cual lo había dejado en el momento de su partida a Astrea, por supuesto, estaba bastante limpio y con muchos recuerdos de su niñez. Sobre una de las mesas se encontraban fotos de cuando era niña, muchas de ellas fueron tomadas mientras jugaba en los parques o comiendo helado en alguna feria. Dichas fotos estaban ordenadas en orden cronológico, siendo una de las fotos más “recientes” una en donde aparece cargando en brazos a su recién nacida hermanita, y la más actual de las que se conservaban en su casa, era una en donde aparecían ambas jugando al sube y baja. En esta última foto, Shizuma ya tenía la edad con la que ingresó a Astrea y su hermana se veía bastante mejor, apenas aprendía a hablar según los recuerdos de la Ex Etolie.

 

Todas las fotos tenían algo en común; lo primero era lo feliz que lucía la pequeña Hanazono al lado de su madre y posteriormente de su hermana, y otro detalle era que su padre nunca figuraba en ninguna foto por alguna razón en particular. Sin embargo, sabía que ese no era el día para preocuparse por esos detalles. Recién se levanta de su cama, pasa directamente al baño para asearse.

 

Saliendo debe enfrentarse con la terrible decisión de saber qué ponerse. Todos esos años de haber usado el mismo uniforme una y otra vez le habían quitado la preocupación de no saber combinar sus ropas, ya que, simplemente estaba obligada o escoger más que su uniforme. Aunque no perdía su toque, sí estaba algo oxidada para combinarse y justo cuando quería sorprender a Nagisa. Llaman a la puerta en un momento algo inoportuno

 

Shizuma: Un momento… - Se coloca de nuevo la bata, pues había estado desnuda. Se acerca a la puerta abriéndola con precaución –

 

-       ¿Me dejas pasar? – Su madre estaba al otro lado esperando poder intercambiar unas palabras con su hija antes que nadie –

 

Shizuma: ¡Madre! … Por supuesto, adelante… - La señorita Shinju entra al cuarto y no se sorprende al ver la cama con una nueva sábana a base de todas las prendas que Shizuma había considerado para ponerse –

 

Shinju: ¿No sabes qué ponerte? – Pregunta en tono curioso –

 

Shizuma: Claro que sé qué ponerme. Solo necesito unos minutos y ya estaré lista – Le dice mientras saca otras prendas de su closet –

 

Shinju: La verdad no lo entiendo querida. Pareciera que tratases de impresionar a alguien… - Ello hace que Shizuma pare en seco - ¡Ah! ¿no será que conociste a un lindo chico? – Definitivamente era difícil responder a eso sin mentir descaradamente –

 

Shizuma (Tranquila): Solo quiero estrenar un excelente conjunto después de haber usado la misma prenda monocromática por casi 6 años seguidos, es algo así como romper el hielo en la moda…

 

Shinju: ¿Mmmm? ¿Era eso? Creí que ya tendrías pareja…

 

Shizuma: “Para por favor…” – Dice para sí, ya que el tema le incomodaba un poco. Sabía que eventualmente tendría que aclararlo todo, pero no tenía que ser pronto –

 

Shinju: En ese caso ¿qué tal si me dejas ayudarte?

 

Shizuma: Creo que ya soy mayorcita…

 

Shinju: Por favor no digas eso… - La voz cambia un poco a una más sincera y centrada – Solo quiero hacer esto como en los viejos tiempos, cuando eras niña y no sabías que ponerte… solo será por esta vez – Shizuma lo reconsidera y se le vienen un par de recuerdos a la mente –

 

Shizuma: Esta bien…

 

Shinju: Por cierto… es una pena que tu hermana no haya podido estar aca para recibirlas en persona.

 

Shizuma: ¿Dónde está ella?

 

Shinju: Su escuela organizó un viaje con motivo navideño este año, justamente llegará en unos minutos. Perdona el inconveniente, pero juraba que ustedes llegarían un poco después…

 

Shizuma (Sonríe): Lo importante es que podré verla después de tanto tiempo… por cierto, quería preguntarte algo… - Atrae más la atención de su madre – Mi padre… - La expresión de Shinju cambia - ¿el vendrá? – Se produce un momento de silencio –

 

Shinju (Triste): Sabes cómo son las cosas con el… si viene, solo será por un momento en año nuevo… en lo personal, no creo que pueda venir.

 

Era algo pronto para tener que soportar ver a su madre con tal sensación de acongojo en el rostro. Algo en su interior sabía que su padre no llegaría, pero aun así, debía de preguntar, ya que la relación entre ambos era diferente a la que tenía Shizuma con su madre. Ella lo odiaba.

 

Shizuma (Seria): Me alegra poder pasar mis vacaciones solo con personas que de verdad me importan, pero…

 

Shinju (Sonríe): Esta bien, cariño. No tienes que preocuparte por tu vieja madre… tu solo disfruta de estos cortos días ¿ok?

 

Shizuma (Amable): Claro… - Su madre se le acerca para recogerle unos mechones de cabello mojados y se los acomoda por detrás de sus orejas, luego de da un beso en la frente –

 

Shinju: Bueno… a ver qué te ponemos… y lo primero que haremos será buscar a tu hermana al aeropuerto…

 

Notas finales:

Disculpen la demora... 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).