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Strawberry Panic! Flores Caidas por DarkAngelX669

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En la sala de reuniones de las tres escuelas todo lucía muy tranquilo. Se sentía mucho más silencioso que en ocasiones anteriores pues estaba abandonada a excepción de una sola persona que insistía siempre en llegar un poco antes que las demás.

 

La presidenta del consejo estudiantil de Mitrae era una persona muy seria y centrada, siempre con algún pendiente por mucho que se anticipe a sus labores, mostrando en repetidas ocasiones una actitud bastante objetiva en lo que concierne a las actividades del consejo. Por experiencia propia sabía perfectamente que, de alguna forma u otra, esa actitud siempre la terminaba empleando en su vida privada, lo cual no siempre es bueno, pero, terminó formando parte de su personalidad, “era inevitable que esto pasara” se decía así misma en ocasiones “alguien tenía que tomar esta responsabilidad”

 

Miyuki ordenaba unos cuantos papeles en la mesa mientras tomaba un poco de café. Todo era muy tranquilo, justo como a ella le gustaba y en ese momento, no había absolutamente nada que pudiera interrumpir esa calma.

 

Tomori: Buenos días – Y así fue como la calma de la presidenta de Mitrae se vio interrumpida. La presidenta del consejo de Spica, Tomori Shion, había irrumpido de repente en la sala con un par de documentos en mano – Las Etolie me pidieron que te entregara esto, y necesitan que los revises y firmes para dentro de unas horas – Le hace entrega de los documentos y toma asiento en su lugar –

 

Miyuki empezó a leer los encabezados de los papeles que recién le entregaban para ver de qué se trataba, en todo el proceso no dijo ni una palabra.

 

Tomori: ¿Sabes? Creo que esto ha funcionado a la perfección… hasta tú deberías de admitirlo para variar – Dice mientras la mira de reojo esperando respuesta –

 

Miyuki: Perdón, pero, no entiendo a qué te refieres -  Dice con una actitud bastante objetiva, como era de costumbre –

 

Tomori: Me refiero a las Etolie, por supuesto. Tal vez deberías de considerar que fueron una gran elección – Insinúa con gran confianza y orgullo de su logro como presidenta – Quiero decir; no más retrasos, ni tampoco escapadas de último minuto, no más ausencias ni misterios. En otras palabras, al fin tenemos a Etolies que hacen su trabajo.

 

Miyuki: Oye, ¿Estos papeles los ha enviado la hermana? – Pregunta mientras sigue leyendo –

 

Tomori: (Pensando): ¡¿Es que acaso no me ha escuchado?! -  Se irrita un poco por la actitud de la presidenta de Mitrae.

 

Se abre la puerta de la sala de reuniones y entra la muy carismática presidenta de Le Rim, Minamoto Chikaru, con una taza de té en la mano y unos cuantos formularios en la otra, siempre con una expresión tranquila, alegre y un tanto despreocupada.

 

Chikaru: ¡Buenos días! – Toma asiento para empezar a trabajar – (Pensando): Que lindo día hace hoy… debería comprar un helado – Mientras pensaba en muy importantes asuntos, se perdía, como de costumbre, gran parte de las discusiones entre las presidentas de Mitrae y Spica –

 

Tomori: … ¡te digo que tú nunca me escuchas, si me hubieras puesto atención cuando te dije incluso lo de los personajes en la obra de Carmen hubiéramos podido! … - La presidenta de Spica seguía atormentando a Miyuki sobre cómo supuestamente hacia las cosas mal constantemente –

 

Chikaru: (Pensando): ¿Pero un helado de qué?

 

Miyuki: Al fin y al cabo, esa obra fue todo un éxito y no tienes motivos para quejarte – Repone tranquilamente, pero sabía que su paciencia no duraría –

 

Chikaru: (Pensando): ¡Ah ya se! Uno de vainilla…

 

Tomori: ¡Lo dices porque fuiste tú quien manipuló todo el espectáculo!

 

Chikaru: (Pensando): ¡Ah! Se me olvida que no traigo dinero, ¿Qué hare?

 

Miyuki: ¿Y qué me dices tú de cuando Kaname y Momoni sabotearon la escena de Amane en esa ocación? ¡Hicieron que Chikaru se doblara el tobillo! – Repone algo molesta –

 

Chikaru: (Pensando): ¡Ya se! Tal vez le pida dinero a Nagisa, ¡ella es todo un amor!

 

Tomori: … Eso fue…

 

Amane: Un completo desastre – Recién entra a la sala para detener la discusión y completar aquella frase. Tomori se da vuelta casi asustada, pues la Etolie Annie había aparecido de la nada – Gracias por informarme de lo que paso, Rokujo-san, ahora habrán quienes estarán vetadas del escenario – Procede a ir y tomar asiento en su lugar –

 

Tomori: ¡Etolie-sama! Eso fue totalmente a mis espaldas yo no… - Repone algo nerviosa –

 

Amane: Lo sé, lo sé, pero discutiremos ese asunto luego. De momento ya podemos empezar con los temas a tratar esta mañana – Dice con algo de seriedad –

 

Chikaru: (Pensando): No sé por qué, pero de repente ya se me quitaron las ganas del helado – Sigue en lo que estaba haciendo tras su pensamiento –

 

En las afueras de Ichigo Sha:

 

Suzumi Tamao era una estudiante altamente destacada académicamente y también lo era en algunos deportes, y con el complemente artístico que le brindaba el componer sus propios poemas para el club de literatura, la hacían una persona bastante completa y digna de las seguidoras que la admiraban de primer año, no por nada fue recomendada por la presidenta de su escuela en las elecciones pasadas.

 

Las cualidades de esta chica eran admirables, y también lo era su muy bonita personalidad. Sin embargo, y por algún motivo, no se sentía satisfecha consigo misma, sentía que algo le faltaba ahora más que nunca.

 

Desde que ingresó a St Mitrae, no tuvo compañera de habitación, y era considerada “rara” entre su salón por tener la costumbre de leer en lugar de solo pasar el tiempo como lo hacían las demás chicas de su clase, sin mencionar que era algo perfeccionista para su edad en aquel entonces. Podrían ser cosas sin importancia, pero fueron estas cosas las que hicieron que se le dificultara el hacer nuevos amigos, no porque su salón la rechazase, sino porque de niña ella prefería estar sola y pasar inadvertida.

 

Fue así mientras era más pequeña, luego cuando su edad se volvió más “aceptable” para su muy literario comportamiento, se dio cuenta de que, en realidad no tenía a nadie realmente de su lado, alguien con quien formar una relación de amistad sincera, o un romance profundo. Pero, ella tenía la esperanza de que, con la llegada de su nueva compañera de habitación, todo cambiaría y en ese entonces tendría lo que había querido.

 

Esperó. Durante mucho tiempo, esperó a esa persona, pero poco a poco los ingresos a la clase de Tamao iban disminuyendo mientras que llegaban alumnas de grados menores a la colina, todas ya con sus compañeras de cuarto pre asignadas. Trató de no perder la esperanza, y se dijo que en algún momento llegaría la persona que le daría un pequeño cambio a su vida… Poco a poco, esa esperanza se iba perdiendo. Su estancia en la colina iba perdiendo realismo al ver que no tenía ninguna amistad real con alguien, y pasado cierto tiempo dejo de importarle. Decidió que lo que quería era una fantasía y que simplemente no existía… hasta que…

 

Chiyo: ¿Tamao-Oneesama? – Tamao reacciona y nota en lo callada que había estado desde que salieron de Ichigo Sha - ¿Pasa algo? Te noto un poquito ausente.

 

Tamao: ¡Ah! Descuida Chiyo-chan, no es nada – Posa su mano en la cabeza de su pequeña trabajadora de cuarto para acariciarla –

 

Chiyo: mmm, muy bien… Por cierto, ¿por qué no está Nagisa-Oneesama contigo? - Pregunta con ganas de ver a la pelirroja –

 

Tamao: La verdad, no lo sé… Anoche no llegó a la habitación, ojalá me hubiera avisado que pasaría la noche en otro lugar – Pese a la indiferencia que había mostrado últimamente, ella, aunque no quería admitirlo, quería seguir pasando el cómodo tiempo que había tenido al lado de su adorada compañera –

 

Chiyo: ¡Ah mira! Alla está.

 

Se le hace hielo la sangre a Tamao, no esperaba encontrarse con Nagisa en ese lugar, y sabía que tenía que disculparse por su comportamiento y tratar de explicarlo de alguna forma, pero, ¿Qué diría? ¿Cómo la saludaría? Esas cosas no las tenía muy en claro. Finalmente reúne algo de valor para dar la cara y logra distinguir a Nagisa tomada de la cintura por una muy afectuosa Shizuma que le decía algo al oído una muy alegre chica hiperactiva.

 

Tamao: (Pensando): ¡Otra vez ella! – Sintió una repentina descarga de energía convertida en rabia, pero, ¿por qué? A ella no debería importarle con quien ande Nagisa, o lo que haga… al fin y al cabo, solo eran amigas… -

 

Nagisa: (Enérgica): Chiyo.chan, Tamao-chan, ¡Buenos días! – Saluda mientras se va acercando –

 

Chiyo: ¡Es Shizuma-sama! No puedo creer que le de los buenos días a la Etolie en persona como si nada… bueno ya no es la Etolie, pero aun asi… - Se pone nerviosa ante la celebridad de Astrea y no sabe cómo proceder en esta situación –

 

La reacción de Tamao fue de lo más natural, ya que no tenía el menor interés en relacionarse con Shizuma.

 

Tamao: (Seria): Buenos días Nagisa-chan, Shizuma-sama – Ahora todo lo que buscaba era un momento a solas con Nagisa para tratar de aclarar ciertas cosas, pero la presencia de Shizuma lo complicaba todo. Sin embargo, no tenía que ser precisamente en ese momento, recordó que tienen clases juntas y que duermen en la misma habitación (o eso tenía entendido hasta lo de anoche), había muchas oportunidades para hablar, y también sabía que Shizuma estaba de lo más ocupada con el asunto de las nuevas Etolie, pero no duraría mucho, así que debía apresurarse.

 

Shizuma: Suzumi…-san, ¿verdad? – Trataba de recordar su nombre –

 

Tamao: Si, así es… - Contestó casi de mala gana –

 

Chiyo: Ehhhh… E-es un placer conocerla en persona Shizuma-sama – Dice, y hace reverencia –

 

Shizuma: ¿A mí?, pero si te recuerdo en la ceremonia de bienvenida junto a las demás de primer año – Se agacha y le dedica una sonrisa – si mal no recuero… Tsukidate… ¿Chihaya?

 

Chiyo: Chiyo... – Afirma corrigiendo algo penosa –

 

Shizuma: ¡Ah! Cierto, lo siento Chiyo-chan – Se levanta –

 

Nagisa: Bueno, ¿y si vamos todas juntas? – Propone animada –

 

Chiyo: ¡Claro!

Tamao: ¿Por qué no?

 

Todas llegan hasta Mitrae y en eso Shizuma se separa para ir a su clase, no sin antes darle una muy cálida despedida a su amada, una que Tamao no se quedó para ver, Chiyo también va con las de primero. Luego de eso Nagisa alcanza a Tamao que esta ya casi en el salón.

 

Nagisa: ¡Ahhhhh! Otra vez historia, ¿A quién se le ocurre poner historia dos días seguidos?

 

Tamao: ¿No te gusta? La llevas con buena calificación…

 

Nagisa: Se me hace aburrido, largo y tedioso… ¡No me gusta! – Pune cara de niña enojada de 10 años, lo que era bastante gracioso e hiso reír mucho a Tamao - ¿Qué sucede? ¿por qué te ríes? ¡Ah! ¡No será que tengo algo atrás! – Empieza con prisa a buscar detrás de su espalda –

 

Tamao: No, no, no… no es eso, tranquilízate por favor – Dice y se le queda viendo a Nagisa, esta lo nota –

 

Nagisa: ¿Pasa algo Tamao-chan?

 

Tamao: Nagisa-chan, me gustaría preguntarte algo… ¿por qué no regresaste anoche a la habitación? – Formula la pregunta con algo de miedo a la reacción de Nagisa, no deseaba un “no es de tu incumbencia” como respuesta, aunque bien que podría recibirla –

 

Nagisa: ¡Ah! La verdad es que… - Se sentía un poco egoísta al no haberle avisado a Tamao que no llegaría, más por el hecho de que había olvidado por completo la posibilidad de que tendría a Tamao preocupada toda la noche – Lo siento Tamao-chan, se me olvidó avisarte que no llegaría esa noche…

 

Tamao: (Triste): Me tenías preocupada… ¿Por qué no llegaste? – Sabía que tentaba su suerte con esa pregunta, pero aun así tenía que saber –

 

Nagisa: Pase la noche en la habitación de Shizuma – Contesta bajando un poco la mirada reflexionando en lo que había hablado con Shizuma esa noche –

 

Tamao: Ya veo… - La profesora entra al salón y organiza a todas para que se sienten y poder empezar la clase. En eso Nagisa muy obediente va dispuesta a tomar asiento, pero involuntariamente la mano de Tamao la traiciona actuando por su cuenta y tomando al pelirroja del brazo –

 

Nagisa: (Sorprendida): ¿Tamao-chan? – Sentía que Tamao actuaba raro, primero la ignora casi por completo durante una semana, luego, nota que no lo agrada ver a Shizuma, y ahora se le acerca y la toma por el brazo –

 

Tamao: Necesito hablar contigo… hay cosas que tengo que decirte, a solas… - La adrenalina corre a través de todo el cuerpo de la joven escritora, no sabía lo que hacía, pero aun así tenía que aprovechar que Nagisa tenía su atención puesta en ella – Dime cuando puedo verte… por favor…

 

 Nagisa: (Desconcertada): Y-yo… - No sabía que decirle a su amiga, era la primera vez que veía a Tamao actuar así estando tan seria – Bueno, tal vez…

 

Oosaki: Aio-san, Suzumi-san, por favor tomen asiento, vamos a empezar – El llamado de su profesora asustó un poco a ambas chicas –

 

Nagisa: Si, Oosaki-sensei

Tamao: Si, Oosaki-sensei

 

En el instituto de Le Rim…

 

Yaya se la pasaba cargando una pesada caja llena de materiales y disfraces que Hikari le había pedido que entregara al club de cosplay ubicado en las instalaciones de Le Rim. En realidad, era la primera vez que Yaya paseaba por los corredores de aquella escuela, y no tenía idea de en donde se encontraba tan peculiar club estudiantil. Tsubomi, quien decidió acompañarla, decía que sabía dónde tenían que ir, pero al igual que Yaya, estaban ambas perdidas y dando vueltas en círculos.

 

Tsubomi: mmm, estoy segura de que es por aquí – Dijo señalando a la izquierda para doblar en un pasillo –

 

Yaya: Cielos Tsubomi-chan, ¿estás segura de que es por aquí? – Pasaba el tiempo y solo había pedido permiso para hacer un “mandado rápido” a Le Rim y regresar a clases, pero en su mente ya habían transcurrido aproximadamente quince minutos y empezaba a preocuparse - ¡Se me cansan los brazos!

 

Tsubomi: ¡Venga, no seas quejita! Ya casi estamos, solo aguanta – Era claro que ni ella misma se lo creía –

 

Una destacada chica de Le Rim iba pasando de pura casualidad por el mismo pasillo, y se le hacía raro ver dos figuras de blanco merodear por la zona, por lo que el ver a esas chicas llamó su atención.

 

-       ¡Disculpen! Chicas, ¿las puedo ayudar? – Se disponía a ayudar a las perdidas chicas de Spica –

 

Yaya: Si, vera, buscamos el club de cosplay, tengo algunas cosas que podrían ser de utilidad, vienen de parte de la Etolie – Hablaba desde atrás de la caja –

 

-        ¡Ah! ¡Una caja parlante! – Se sorprendió al oír las voces que venían de aquella caja sin rostro aparente, lo que hace reír a Tsubomi –

 

Yaya: ¡No! No soy una caja parlante – Deposita toda la utilería en el suelo y procede con la presentación – Tercer año: Nanto Yaya, un gusto… ¿ves? Soy una persona común y corriente – Tsubomi sigue su ejemplo –

 

Tsubomi: Primer año: Okuwaka Tsubomi, es un placer conocerla – Solo faltaba una persona por darse a conocer –

 

-       Quinto año, presidenta del consejo estudiantil de Lilim y del club de cosplay: Minamoto Chikaru, también es un placer para mí – Se presenta con una radiante sonrisa en el rostro.

 

Yaya: ¡Ohhhhh! Asi que ¿usted es Minamoto-sama? ¿La que hiso el recado de la utilería? – Pregunta con algo de asombro –

 

Chikaru: Así es – Responde con una sonrisa en el rostro – Tenemos pensado hacer una pequeña obra en pro de un lindo gesto para las alumnas de primero de Lilim, así que tuve varias ideas creativas en cuanto al asunto, por eso le pedí ayuda a las Etolie – Al hablar demostraba una gracia sin igual, junto con notable amabilidad y belleza, pues así era la presidenta del consejo estudiantil de Le Rim –

 

Tsubomi: (Sonrojada): ¡Que maravillosa persona! Ojalá tuviera senpais como ella – Piensa para sus adentros –

 

Yaya: Ya veo, me alegra de haberla encontrado… si nos indica donde se ubica el club de cosplay le dejaremos estos materiales – Dice mientras toma nuevamente la caja de utilería –

 

Chikaru: (Sonriendo): Muy bien ¡Síganme! – Se pone en marcha para el pequeño recorrido –

 

Tsubomi: (Dice por lo bajo): Pudimos haber llegado si me hubieras dejado un poco más.

 

El instituto de Le Rim, conocido por su estilo liberal y creativo tenía un cronograma un poco diferente al de las otras dos escuelas. Mientras ambas chicas de Spica se paseaban por los alrededores de dicha escuela, observaban y detallaban un poco su colorida arquitectura (a diferencia del mono cromatismo de su escuela) y de las recreativas actividades que en ella tenían lugar.

 

Notaban que muchas de las actividades que se realizaban tenían como objetivo el involucramiento de las senpais mayores con las chicas de menor grado, y fomentaban mucho aquella integración. Y como adición, también se percibía un ambiente con una psicología un tanto más positiva y orientada al crecimiento personal.

 

Tsubomi: Este ambiente es… diferente… - Dice con una mezcla de asombro y rareza –

 

Chikaru: Lo diferente es interesante, lo normal es aburrido… Por eso siempre trato de experimentar nuevas cosas – Dice con cierto entusiasmo –

 

Yaya: Disculpe Minamoto-sama.

 

Chikaru: ¡Oh por dios no! – Siente la necesidad de interrumpir – No seáis tan formales, pueden llamarme por mi nombre.

 

Yaya: Entonces… Chikaru…-san – Se sentía rara llamando a una importante presidenta como ella por su nombre acabándola de conocer –

 

Chikaru: (Alegre): ¡Bien! Vas progresando, tú también puedes hacer lo mismo Tsubomi-chan.

 

Yaya: Tengo una pregunta que hacerte… ¿por qué elegiste ser presidenta? – Su intriga era autentica, y de verdad sentía que debía de existir un significado más profundo para lanzarse a la presidencia –

 

Chikaru: ¿Por qué? ¿eh? – Piensa un momento como meditando un poco sobre cuál sería su respuesta, Tsubomi también tenía interés en cual iba a ser la razón – mmm… ¡Estaba Aburrida! – Los rostros de Yaya y Tsubomi se volvieron inexpresivos de lo simple que resultaban ser las cosas –

 

Yaya y Tsubomi: (Pensando): Con que… ¿Eso era?

 

Chikaru: Oigan, acabo de salir de una larga reunión… ¿no se les antoja un helado? – Propone simpática mientras llegan al club -

 

Yaya y Tsubomi: No… para nada… - Responden carentes de la razón que esperaban de una chica para convertirse a presidenta –

 

Invernadero…

 

Como un lugar perdido en el tiempo, el invernadero privado para las Etolie había pasado de generación en generación a cada par de estudiante que desempeñó la labor Etolie. Las brisas frías y las fuertes lluvias no alcanzaban las bellas flores que estaban en su interior, y siempre mantuvo una buena parte de su esencia desde su construcción.

 

Por estas razones a Hikari le encantaba aquel lugar, y se había vuelto su sitio de confort en tan poco tiempo. Se encontraba regando unas Anémonas Japonesas en su pleno crecimiento para en un próximo verano poder hacer muy bonitos arreglos para ocasiones que lo ameriten. Vestía su uniforme de Spica junto con un delantal y guantes de jardinería mientras la pasaba tranquilo en aquel cómodo lugar.

 

Otori Amane, la Etolie Annie, se encontraba en el área de los establos peinando a Star Bride después de unas cuantas rondas de entrenamiento, toma una pausa y observa su reloj dándose cuenta que por la hora y por el tono naranja del ocaso que era tiempo de partir y dejar a su compañero de monturas descansar.

 

Amane: (Pensando): Has hecho un gran trabajo por hoy – Le decía contenta mientras le acariciaba el cuello, tras lo cual lo llevo a su sitio para que descansara –

 

Inmediatamente pensó en ir al lado de su compañera. Las dos Etolie no se habían visto mucho durante el día, y la razón de debía a que se dividían bien las labores, mientras una atendía reuniones, la otra hacía mandados con la hermana, y entre clases llegada la tarde era la oportunidad que habían estado esperando ambas para estar juntas.

 

Amane camina a paso rápido para llegar lo antes posible, no quería desperdiciar ni un solo segundo de su preciado tiempo con Hikari. No se dio cuenta sino hasta que empezó a sudar, de que ya estaba casi corriendo. Se acercaba cada vez más al invernadero, el cual podía ver ya a lo lejos.

 

Una vez dentro vio a Hikari muy tranquila y con una suave sonrisa en el rostro enfocándose únicamente en las preciadas flores de lo que ahora era en parte su invernadero. Amane quedó maravillada con lo que veía, pues era algo muy hermoso ante sus ojos, se sentía muy afortunada y contenta.

 

Se decidía a dar un paso al frente pero luego, y a medida que avanzaba se sentía un poco más tímida de hablarle a ese pequeño ángel que parecía que había bajado del cielo solo para estar en aquel invernadero y esperarla para poder estar a su lado. Hikari de algún modo siente la presencia de su querido príncipe y voltea.

 

Hikari: (Muy contenta): Amane-senpai, que bueno que has llegado – Deja la regadera a un lado y va directo hacia su compañera y le da un cálido abrazo –

 

Amane: Hikari… que bueno que al fin estoy contigo – Hikari se acurrucaba en el regazo de Amane sintiendo todo su calor, su aroma, su esencia, todo tan natural, pues había estado entrenando hasta tarde dado sus nuevas ocupaciones como Etolie y por ende sentía parte de su agitación sin contar que casi corría del establo hasta el invernadero –

 

Hikari: Estas cansada… Cariño sabes que te he dicho que no te excedas, no me gustaría que te cayeras de Star Bride como la última vez – Preocupada le dice recordando la ocasión en la que perdió sus recuerdos por el golpe que se dio al caer de su caballo –

 

Amane: (Amable): Estoy bien cielo… eso jamás va a ocurrir de nuevo, te lo prometo – Sostiene su mano y la junta más a su regazo – Debiste de haber sufrido mucho en aquella ocasión – Dice con algo de acongoja en el corazón –

 

Hikari: Puede… pero, alguien me enseñó a tener fe siempre en la persona que amo… - Se separa un poco para ver a su Etolie a los ojos – Ahora siempre, siempre tengo fe en ti – Para la leve sorpresa de Amane, Hikari es la que da inicio a lo que se convertiría en el más apasionado de los besos en esa tarde, y con el ocaso de fondo, hacían el complemento ideal a la romántica escena. Amane no puede resistirse y comienza a tomar con más fuerza a Hikari haciéndola gemir con más y más frecuencia, a ambas les faltaba el aliento, pero no querían separarse. Poco a poco Hikari termina aquel beso jadeando de amor y deseo –

 

Amane: Eso fue… intenso… - También se le veía agitada por la acción de hace un momento – Tal vez… debamos… ir a otra parte –

 

Hikari: Contigo iría a donde fuese, Amane-senpai – La mira con ternura y deja que su príncipe la guie a un lugar más acogedor –

 

Lago…

 

Nagisa: Creo que Tamao quería que nos viéramos por aquí – Se dice por lo bajo tratando de ubicar a su amiga – Pero… no la veo por ningún lado.

 

Ya se hacía de noche en Astrea y Nagisa lucía igual de enérgica que de costumbre, que para bien o para mal era algo que la caracterizaba, su aparentemente interminable energía. Sin embargo, lucía muy preocupada por la situación con su amiga, pues no sabía del todo qué ocurría y cada vez más necesitaba saber la verdad del asunto.

 

Se sentó a orillas del lago a contemplar un poco su nocturno esplendor, luego empezó a aburrirse, y sus inquietudes la llevaron a dar vueltas en círculos y a tratar de desahogarse sola.

 

Nagisa: (Haciendo pataleta): ¡Cielos! ¿Por qué Tamao-chan actúa tan extraño? ¿Quién la entiende? Además, ahora no se si venga, Tamao-chan ¡tonta! ¡tonta! ¡tonta! – Se quejada mientras golpeaba con ambas manos un árbol cercano. Luego de un momento de silencio se da vuelta rápidamente al escuchar una voz que le habla –

 

-       Vaya, ¿pero qué culpa tiene el pobre árbol? – Decía con tono irónico –

 

Nagisa: - Se da va la vuelta para replicar - ¡Pero…! – No podía creer quién estaba justo en frente – ¡¿T-Tomori-sama?!

 

Tomori: ¿Qué hace una alumna de Mitrae fuera de la residencia a estas horas? Muy pronto darán el toque de queda y no es conveniente quedarse del otro lado de la reja ¿cierto? – Veía a Nagisa de brazos cruzados y con actitud calmada –

 

Nagisa: Ehh, bueno es que… y-yo… - Junta las manos en señal de nerviosismo –

 

Tamao: ¡Nagisa-chan! – La llama Tamao que se acercaba a la escena –

 

Tomori: ¿Nagisa?... Si no me equivoco, tu participastes en las elecciones Etolie pasadas, y tú – Volteaba hacia Tamao – También estabas ahí, vosotras dos eras compañeras ¿no es así?

 

Nagisa: S-sí, nosotras participamos, y pues…

 

Tomori: Te retiraste… - Afirma interrumpiendo a la ex candidata – Siento mucho haberla sorprendido de ese modo, Nagisa-san – Baja los brazos, uno al aire y otro en la cintura – Me presentaría, pero, al parecer no hace falta… En fin, Tamao-san, Nagisa-san, hay que darse prisa, no quiero verle la cara a la hermana por quedarme fuera… otra vez…

 

Tamao: ¿Usted también ha tenido problemas con la hermana? – Se enciende la curiosidad –

 

Tomori: No tengo la intensión de hablar de eso ahora, de cualquier modo, ninguna de nosotras debería de estar aquí, vamos – Dice y se pone en marcha. Nagisa y Tamao la siguen de cerca –

 

Nagisa: Esto… Tomori-sama…

 

Tomori: Shion-sama estará bien

 

Nagisa: C-claro, Shion-sama ¿por qué usted también estaba afuera? – Pregunta con tono inocente –

 

Tomori: No fue la gran cosa, perdí la noción del tiempo mientras trabajaba, me gusta dejar las cosas en perfecto estado antes de ir a la cama – Responde con cierta firmeza al hablar –

 

Tamao: (Pensando): Creo que no tendré chance de hablar con Nagisa justo ahora… - Se decía mientras la presidenta de Spica hablaba sobre algunas de las responsabilidades que conlleva su cargo –

 

Tomori: … ¡Cielos! ¿cómo no me postulé para Etolie en mi tiempo? Así tendría más privilegios y haría casi el mismo trabajo…

 

Nagisa: Jeje probablemente se le hubiera dado de maravilla con la compañera adecuada… - Hablaba con más tranquilidad a medida que conocía un poco mejor a Shion, y cuando le dice esas palabras, casualmente capta su atención de forma inesperada –

 

Tomori: Tu… ¿realmente piensas eso? – La miraba seria, pero con un buen ánimo perfectamente disimulado –

 

Nagisa: Aprendí que ser Etolie viene del corazón… Por eso solo dos personas que de verdad tengan conexión entre sí pueden llegar a ser Etolie. Ello hace que todas quieran botar por ellas, porque son como dos estrellas, que juntas forman una bella y hermosa constelación. Esa es la razón por la que las Etolie quedan grabadas en los corazones de todas… - Finalmente llegan a la residencia y se separan - ¡Nos vemos luego Shion-sama!

 

Shion inmersa en sus pensamientos se le queda viendo a Nagisa mientras va las escaleras que dan al piso de su habitación.

 

Tomori: (Pensando): Hermoso… Esa chica, Nagisa… Si hubieras queedado en Spica… - Vienen imágenes a su mente de Nagisa vestida con el uniforme de Spica, luego Nagisa siendo amada y respetada por todas como en parte ahora lo es en su escuela. Ella veía, por un momento a la pelirroja en lo alto del escenario de la mano de Amane, con una victoria indiscutible de la elección, unificando a las tres escuelas – Habrías brillado… yo habría hecho todo lo posible para que eso sucediera… Vaya, creo que el cansancio me hace imaginar cosas… - Se dijo para sí y se fue a su habitación –

 

Nagisa: (Pensando): ¡Olvidé algo! – Se acuerda repentinamente – Tamao-chan debo ir a ver a Shizuma, luego nos vemos.

 

Tamao: Claro – Se sentía incapaz de detenerla en ese momento, lucía tan feliz de ir con la persona que amaba y solo la veía alejándose por aquel pasillo – Imagino que hoy tampoco regresas – Susurró a lo último –

 

Nagisa baja hasta el primer piso donde se encuentran las habitaciones de las de sexto grado. Corrió por los pasillos dejando varias puertas detrás de sí y se detuvo en una de ellas. Tiene la mano justo en frente de dicha puerta lista para tocar, en eso hace una pausa…

 

Nagisa: (Pensando): Me alegro… en verdad…

 

Flashback…

 

Nagisa: De verdad… ¿está bien así? ¿Que Kaori-san permanezca como un recuerdo y yo esté aquí contigo? – La mirada de Nagisa reflejaba calma, pero una observadora persona podría darse cuenta que le temblaban las manos, y no era por el frio –

 

Shizuma se le queda viendo pensativa durante un momento, desglosa una sutil sonrisa y posa sus manos sobre las de Nagisa contemplando la foto que sostenía.

 

Shizuma: (Calmada): Yo… fui feliz cuando ella estaba conmigo… cuando la perdí, mi mundo perdió su brillo y fue como si perdiera la capacidad de amar. Me tomaba los sentimientos a juego y hería a las personas cercanas a mí que me querían… tú fuiste una de ellas – Su ser reflejaba pura nostalgia y Nagisa escuchaba cada palabra que salía de aquella boca – Enamorarse cuando se es joven y de corazón inmaduro es hermoso y casi natural… pero hacerlo una vez que está destrozada por dentro inmersa en una oscuridad que había durado años… – hiso una pequeña pausa para mantener su compostura y que no se le quebrara la voz – Eso es realmente difícil, porque tú… tuviste incluso que derretir todo el hielo que había justo aquí – Toma la mano de Nagisa y con ella le señala el pecho – Es por eso que lo nuestro es especial… porque tú me salvaste, y soy más fuerte ahora aquí contigo de lo que jamás fui…

 

Las lágrimas afloraban lentamente en el rostro de Nagisa. Las palabras de la ex Etolie la habían conmovido y dado una calma interior que simplemente no tenía precio. Simplemente no supo qué decir ante tales sentimientos, pero no fue ella la que actuó después. Shizuma ya la estaba basando y poco a poco los ojos de Nagisa iban cerrando para disfrutar a tope de aquel gran momento.

 

Nagisa deja la foto donde estaba y Shizuma la toma de su cintura. Entre besos y besos de pasión interminable que terminan con Nagisa en la cama y Shizuma arriba de esta agarrándola de ambas muñecas viéndola tiernamente.

 

Nagisa: (Sonrojada): Me tienes así por segunda vez…

 

Shizuma: (Seria): Esta vez no te me escapas…

 

Fin del Flashback…

 

Nagisa llama apresurada a la puerta, luego de un instante sale Shizuma un tanto desarreglada y con ropa de dormir.

 

Shizuma: Cielos, Miyuki te dije que… - Se vio interrumpida por un rápido abrazo, la cual muy encantada lo recibe afectuosamente – Hola mi pequeña rojita – Le decía de ese modo porque una vez le comentó que la asociaba a ella con el color de su cabello cuando todavía no la conocía del todo –

 

Nagisa: Mi Shizuma… ¿me dejas entrar? – Alza la mirada y la observa con ojos suplicantes, haciendo sonrojar incluso a la famosa rompecorazones –

 

Shizuma: mmm, no lo sé – Desvía la vista para hacerse la interesante - ¿qué recibo yo?

 

Nagisa: (Seductora): Eso es una sorpresa, si quieres saber debes dejarme pasar.

 

Shizuma: Vaya vaya, parece que la Nagisa inocente ha desaparecido – Le lanza una sonrisa pícara, la agarra con fuerza y la hace entrar a su cuarto cerrando la puerta tras de sí –

 

Una divertida noche se desarrollaba en aquella habitación. Las dos chicas yacían desnudas en la cama con sus cuerpos de frente mirándose fijamente, la distancia que las separaba era casi despreciable y ya tenían rato conversando.

 

Shizuma: … después de eso Miyuki no dejaba de hablar sobre como Shion la molestó durante casi toda la reunión, en serio, si no las conociera a las dos estaría casi segura de que me hablaba de su pareja – Le platicaba un poco de su día –

 

Nagisa: (Riendo): De hecho, me encontré a Shion mientras hiba de regreso, para una buena persona, firme pero buena.

 

Shizuma: Y de hecho lo es… a su manera, solo que tiene la costumbre de traerla con Miyuki – Ríe tras decir eso - Supe también que habían saboteado la obra de Carmen en la escena donde Chikaru de torció el tobillo… eso me molestó un poco.

 

Nagisa: Eso es terrible, y pensar que me lleve ese final gracias a esa mala jugada – Se sentía algo culpable, a pesar de no haber tenido nada que ver –

 

Shizuma: No digas eso, estuviste magnífica… Fue lindo tenerte ahí conmigo – La ve con ternura y Nagisa se contenta. Luego de un rato, a la hiperactiva chica se le van acabando las energías – Durmamos ya, igual mañana tengo que levantarme temprano –

 

Nagisa: Dulces sueños Shiz… - No termina de decir la frase cuando ya se ha dormido –

 

Shizuma: Dulces sueños rojita – Le aparta unos mechones de la cabeza para besar su frente – 


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