Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fanatismo ostentoso- Yuri!! On ice por algodon Sibyl

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Oh Jesucristo…                                     

Fue lo primero que llegó a su mente al ver al dueño de sus suspiros justo a unos metros de él como en cámara lenta, irradiando hermosura por todos los poros de su piel, siendo rodeado de hombres y mujeres que parecían más perros falderos que estudiantes universitarios. En los pasillos, algunas personas miraban al joven con admiración y a otras colegialas gritaban emocionadas al verlo pasar.

Así es, Víctor Nikiforov había llegado.

Yuri sólo lo miraba de lejos, con sus mejillas completamente rojas escondido entre uno de los pilares del pasillo. Sabía que no podía acercarse a él por más que quisiese.

Tal vez nunca me puse a pensar en lo popular que sería, ¡Qué tonto fui! Era bastante obvio que alguien como él no estaría solo. Olvidé ese pequeño detalle.

Observó cómo Nikiforov entraba a su aula justo antes que todos sus demás compañeros. Tomó aire y vaciló un poco para entrar aún y cuando la campana sonó anunciando el inicio de clases.

Sólo haz como si no te importara nada, ya verás Yuri, todo va a salir bien, todo va a salir bien.

Tan sumido estaba en su consuelo mental que no se percató de cuando el profesor entró al aula y, al mismo tiempo, comenzaba con la clase, haciendo una escena realmente incómoda cuando se paró en la  puerta y todos sus compañeros giraron su vista hacia él, incluido Nikiforov. Tragó saliva audiblemente y unas chapas adornaron su rostro.

— ¿P-puedo… pasar? —Preguntó intimidado.

— Señor Katsuki, ¿Qué lo hizo llegar justo después que yo? —La pregunta surgió debido a lo extraño que era ver a Yuri llegar aunque sea un minuto tarde a una clase, siempre era el primero.

—Y-yo… Sólo me entretuve leyendo un libro en el pasillo. —Mierda, las miradas no se iban, todas llenas de malicia, repudio, burla… …pero hubo una en particular que hizo que un escalofrío recorriera su espina dorsal: Víctor. El dueño de su corazón tenía una mirada distinta, tal vez no lejos de ser una de burla, pero era más de… ¿Curiosidad? Sí, podría decirse, o quizá eso imaginaba… en cualquier caso aquél momento se volvió una eternidad.

—Está bien, pase. —Con algo de velocidad, caminó con prisa hacia uno de los pupitres más alejados del pizarrón, justo del lado de la ventana mientras esas miradas seguían clavadas en él.

—Muy bien clase, creo que todos aquí sabemos que hay un estudiante muy especial que acaba de darnos su presencia, Víctor, ¿Podrías venir aquí y presentarte? —El corazón de Katsuki latió con fuerza.

—Hola a todos. Como sabrán mi nombre es Víctor y pues estoy aquí porque siempre ha sido mi sueño estudiar una carrera universitaria como cualquier persona, a pesar de todo soy un humano, soy como ustedes, no tienen que tratarme como alguien superior sólo por tener algo de fama. Ya conocí a muchos de ustedes y sólo quiero decirles que espero y nos podamos llevar bien.

Los ojos de Yuri se iluminaron al oír esas palabras… sin duda daría hasta su vida por tener a ese hermoso hombre a su lado, su alma ¿Qué tenía qué hacer para que sus ojos solamente estuvieran fijos en él? Sin duda tenía que acercarse a Víctor pero habría que tener un plan.

Las clases transcurrieron con normalidad, excepto para Katsuki, quien no dejaba de mirar de reojo a su autoproclamado chico cada que podía.

Sometimes you´ve got to bleed to know

That you´re alive and have a soul

But it takes someone to come around to show you how

She´s the tear in my heart, I´m live

She´s the tear in my heart, I´m fire

She´s the tear in my heart, take me higher

Than I´ve ever been!

Leía la letra de la canción una y otra vez de camino a su casa mientras bebía su malteada de fresa evitando a toda costa que las gotas de agua provenientes de su cabello no cayeran sobre el papel, ese día (mejor conocido como JJ) y su novia se habían encargado de mojarlo con su auto mientras él salía tranquilamente del campus, estaba de buen humor, así que no dejó que eso le afectara en lo más mínimo. Subió por el ascensor al último piso y, al estar distraído viendo su libreta, chocó inevitablemente con alguien.

— ¡Oye! ¿¡Por qué no te fijas por dónde vas pedazo de imbécil!? —La voz provenía de un chico rubio bastante joven que parecía sólo unos años menor que él y lo miraba con desprecio.

—Disculpa, error mío, no volverá a ocurrir. —Tomó su libreta y el vaso que anteriormente contenía la malteada que ahora yacía esparcida en su chaqueta verde.

—Así es, por que la próxima no te salvas, ¿Oíste cerdo asqueroso? —Le dijo de forma amenazante mirándolo con desprecio para después abrir la puerta que era el departamento justo frente al suyo y cerrar de un portazo.

Al sentir que ya no había peligro, se levantó del piso y miró su chaqueta repleta de líquido pegajoso. Suspiró pesado, las humillaciones eran algo a lo que ya se había acostumbrado, sobre todo cuando se dirigían a su peso; no era algo que no le afectara, pero estaba tan dañado que en algún momento de su vida creyó que no tenía sentimientos… claro que todo eso perdió su fuerza al conocer a Víctor, por ello estaba tan enamorado.

Con el enésimo suspiro del día, entró a su casa y se quitó la ropa dejando a la vista su pálida piel de más. Tomó la ropa sucia y la colocó en la lavadora, acto seguido se sentó en su sofá mirando al techo, pensando en qué habría qué hacer en esa situación. En eso su celular sonó.

— ¿Hola?

— ¿Cómo está mi casanova favorito? —Aquella voz que siempre lo animaba (y que hoy no era la excepción) lo saludó con energía.

—Hola Pitchit, ¿Qué me cuentas?

—Esa pregunta debería hacértela a ti, ¿Acaso viste a Víctor? ¿Hablaste con él?

—Jaja, no. No recordaba la cantidad de personas que lo siguen, todo el mundo se acercaba a él, así que no pude hacer mucho.

— ¡Oh vaya! Pero no te preocupes, ya verás que él se fijará en ti cualquier día de estos.

— ¿Cómo lo puedes decir así, tan seguro? ¡Estamos hablando de uno de los youtubers más importantes!

—Y yo estoy hablando con una persona sumamente importante para muchas otras. —El otro se sonrojó. —Yuri escúchame: Víctor no parece uno de esos chicos que se fijan sólo en el físico, y tú eres un muchacho increíble, tienes todo para conquistarlo, ¿confías en mí?

Del otro lado de la línea, Yuri sólo escuchó y bajó la mirada con algo de inseguridad.

—Mira, mañana es 14 de febrero y tú eres un gran compositor, ¿Por qué no le escribes una canción?

—Pitchit… sabes que soy horrendo a la hora de hablar con la gente… ¡Imagina ahora cantando!

Bueno eso lo sé, pero no me refería a cantársela, si no solamente a escribirla y dejársela en su mochila, como un admirador secreto.

— ¿Tienes idea de cuántas cartas le llegarán? Además…

— ¡Shh! No te escucharé Katsuki, ¿Podrías aunque sea una vez en tu vida interesarte por ti un segundo?  —El otro no supo qué responder. —Cómo suponía. Sólo hazlo ¿Sí?

Yuri sólo suspiró pesado y una idea cruzó por su mente, tal vez aquella sugerencia no era mala idea después de todo.

A la mañana se levantó con buenos ánimos. Pitchit le había dicho que compusiera una canción para Víctor, por suerte él ya lo tenía, así que sólo se limitó a reescribirlo con su mejor caligrafía y colocarlo en un sobre.

En la universidad Víctor llegó a su aula y se sentó en la misma banca que Katsuki anteriormente  había ocupado. El día anterior había sido agradable, conociendo a gente y admiradores nuevos con los que pudo convivir; aunque debía admitir que todo el tiempo tuvo la sensación de que alguien lo miraba desde lejos, tal vez había un fantasma en la escuela, pensó.

 

Soltó una pequeña risa y observó la ventana viendo todo el campus, era muy bello. Cuando, de pronto, sintió la presencia de alguien que se acercaba hacia él, creyó que era algún compañero tratando de buscar alguna conversación así que estando a punto de decir algo la persona sólo pasó de largo. Víctor miró a su lado con sorpresa luego hacia atrás encontrándose con el muchacho que ayer había llegado tarde y que ahora se mantenía con la cabeza gacha en alguna libreta mientras escribía con un sonrojo adornando sus mejillas y los ojos brillosos.

 

Nikiforov sonrió por dentro, tal vez ese chico gordito le escribía una carta a su persona especial.

Cierto… este es su lugar. Pensó y se levantó para dirigirse a él. Está tan concentrado que no lo notó. Sonrió y se acercó a él leyendo solo una parte de lo que salía de la tinta en su puño.

 

My heart, it´s my armor

 She´s a tear in my heart, she´s a carver…

 Mi corazón, mi armadura… qué lindo…

— Disculpa. — Le llamó.

—  ¿Sí? — El otro, aún distraído miró a su interlocutor y al ver de quién se trataba dio un pequeño salto. — V-Víctor… — Tragó saliva nerviosamente. — H-hola… — El sonrojo en su rostro se hizo notar aún más. —  ¿Qué se te ofrece? — A pesar de lo nervioso que estaba, pudo hablar sin titubear.

—  Iba a decirte que me senté en tu lugar, pero parece que estás algo ocupado.

— Oh no te preocupes Víctor, eso no importa. — Miró a otro lado rogando a todos los dioses para que el otro no hubiera leído la dedicatoria de la carta.

— Vamos, parece que es tu lugar favorito. — Animó Víctor con una sonrisa que hizo que Yuri lo mirara embobado por unos segundos para después agitar su cabeza de un lado a otro.

Tranquilo Yuri, que no huela tu nerviosismo…

— Eres muy amable Víctor, gracias. — Sonrió. — Pero enserio estoy bien aquí.

— Bueno, entonces… ¿Querrás sentarte a mi lado? Es bueno conocer gente nueva. — El otro no pudo creer lo que escuchaba, ¡Quizá no tenía tan mala suerte después de todo!

— Bueno, te tomo la palabra. — Tomó sus cosas y fue a sentarse a su lado. Ante esto Víctor sonrió y se sentó.

— Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?

— Y-Yuri Katsuki. — Su sonrojo aumentó.

—  ¿Y puedo saber para quién es tu carta? — El otro se quedó helado por un segundo. — Digo, no es de mi incumbencia, pero ya sabes cómo es la curiosidad humana.

— Emm… Es para alguien que amo, lo siento no puedo revelarlo.

— Oh, ya veo, debes estar muy enamorado como para pensar todo eso de ella, es muy bello.

Oh Víctor… si tan sólo pudiera decírtelo…

— Así es… — Yuri sonrió.

—  ¿Puedo leerla? — El otro se sobresaltó un poco, si la leía estaba acabado, se daría cuenta inmediatamente. Se limitó a pasar saliva, pero después una idea cruzó por su cabeza: si acaso Víctor lo leía ahora no se daría cuenta de que era para él, sería como si le confesara sus sentimientos de forma indirecta. Sonrió y con su bolígrafo tachó lo mejor que pudo la dedicatoria para después darle la libreta, a lo que Nikiforov sonrió gustoso.

A sus ojos, aquellas palabras eran hermosas, dichas de una manera tan alegre, tan sincera, que ablandarían el corazón de cualquiera, incluso del más frío. Sus ojos brillaron y sonrió de manera dulce entregándole el cuaderno sintiéndose totalmente conmovido, como si algo le dijera que aquellas frases estaban escritas para él.

— Estoy seguro de que caerá rendida a tus pies. — Le dedico una sonrisa que hizo que Yuri lo mirara embelesado, justo cuando los alumnos entraban al aula para dar comienzo a la clase.

Yuri sonrió y miró su perfil mirar atento a lo que decía el profesor cuando comentaba la clase.

Mi corazón, mi armadura, es una carnicera con una sonrisa, que me corta llegando más lejos… de lo que nunca he estado.

Notas finales:

A veces tienes que sangrar/

para saber que estás vivo y tienes alma/

Pero a veces necesitas a alguien para mostrarte cómo/

Ella es el desgarre de mi corazón, estoy vivo/

Ella es el desgarre de mi corazón, estoy en llamas/

Ella es el desgarre de mi corazón, tómame más alto/

¡De lo que nunca he estado!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).