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Obsesionado Contigo por Neko_san

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¡Eh aquí el capítulo! Falta poquísimo para que concluya TnT extrañaré esto :c

¡Espero que les guste!

Las nubes al parecer anunciaban que dentro de poco las gotas puras comenzarían a caer de ellas.

El silencio gobernaba el lugar. Todas las miradas iban dirigidas al cajón de gran tamaño que bajaba para ser cubierta por la tierra.

Los ojos rojos solo podían mirar a la nada mientras analizaba lo que esa mañana había captado sus tímpanos.

Flashback.

-El cuerpo ya ha sido examinado. –Habló el padre de Midorima quien sacaba los guantes de látex de sus manos.

-¿Qué halló? –Yendo al grano, y no es que fuera impaciente Akashi, pero la familia Momoi no se encontraba muy feliz con tener tanto tiempo el cuerpo de la peli rosa en autopsia. Solo querían hacer el proceso de purificar su cuerpo para terminar todo.

El peli verde lanzó un largo suspiro solo para levantar la vista e informar lo posterior.

-Nada. –Con una mueca en su boca no paró. –He examinado si había rastros de ADN en sus uñas, dientes y muchas cavidades más pero… por desgracia, no hay algo relevante. Solo puedo notificar que quien hiso esto, es innegablemente un hombre.

-¿Podría… suponer el aspecto del hombre?

-Respecto a la edad no puedo asegurarlo. Pero las marcas que se encontraban alrededor de Momoi eran de manos grandes y fuertes, seguro que la persona que lo haya hecho se ejercitaba. El peso de esa persona puede ser de unos 80 Kg, pero no de grasa, si no, de musculatura.

Fin del Flashback.

Bufó para salir del cementerio para dirigirse al grupo de sus amigos.

-¿Aomine-kun… no ha venido? –Cuestionó el pequeño peli celeste.

- No.

Pero tan solo pasar unos segundos el grupo de chicos se giraron a ver hacía la lápida, que, a su lado, se encontraba un chico de traje oscuro. Era Aomine.

Dejó unas orquídeas aprovechando que ya la gente se había ido del lugar. No quería enterarse ya que Akashi le había dicho a todo el mundo que él era el sospechoso estrella y todos lo vieran asqueado.

-¿Deberíamos ir? –Sugirió Teppei con una chispa de pena en sus palabras.

Himuro que se encontraba allí estaba dispuesto a ir a partirle la cara pero fue detenido por Akashi.

-Él no ha sido.

Todos se giraron a verlo con asombro.

-¿Q-Qué mierda estás diciendo? –Tartamudeó Himuro con resignación.

-Le pedí al padre de Midorima que examinara el cuerpo de Momoi antes de su entierro. Ya saben que fue asesinada pero no encontraron rastros de ADN, y por las marcas de su cuello, derivó a que fue una persona de gran peso, ella murió rápidamente.

Ahora era una disputa de quienes se sentían mal por juzgar a Aomine equivocadamente, y entre quienes no podían creerlo.

Al paso de un rato todos se fueron con sus respectivas parejas y solo quedaron Akashi junto a Kouki quienes esperaban ya la limusina.

-Akashi-san…

-Mentí. –Dijo seco mientras aun miraba al frente.

-¿Qué…?

-El señor Midorima me dijo que había sido alguien que seguramente se ejercitaba, con un peso de 80 Kg aproximadamente y que era un hombre.

-¿P-Por qué me-mentiste?

-Ellos ya no lo van a juzgar ni perseguir, en especial Himuro y Kasamatsu. Ahora es cuando las muertes deben parar, Aomine creerá que el juego ya lo ganó y se inmutará a seguir su camino.

-¿Eh?

-Kouki… -Miró a los ojos al castaño quien pudo ver lástima en los ojos rojizos de su pareja. –Sabía que tarde o temprano Momoi sería una víctima, para demostrar que no había sido él. Matar a su mejor amiga para hacernos pensar que “Ninguna persona en su sano juicio podría matar a alguien que ha estado contigo siempre” y decir, “si yo no lo podría hacer, Aomine tampoco.” Y así, liberarse de todo. –Rió. –Es, una buena jugada, pero la muerte de Momoi me ayudará mucho.

Confesó mordiendo sus labios. Pues, todo lo que ahora tenía planeado había sido gracias a Momoi y podría ponerlo a prueba. Utilizar un medio como ese… se sentía devastado…

-Sé que no lo querías hacer así… -La voz tranquila de Kouki fue un efecto calmante para Akashi. Lo abrazó fuertemente para apoyarlo y aun así, seguir a su lado. Porque él sabía que Akashi no hacía, o no haría, esas cosas. Y hacerlo, solo significaba que el peli rojo se encontraba muy desesperado.

Abrió la puerta para sacarse los zapatos con vagancia y mirar al peli rojo que se encontraba aun zarandeando sus cadenas.

-¿Todavía en eso? –Preguntó indiferentemente. -¿Necesitas agua, baño? ¿Tienes hambre? –Arrancó la cinta de la boca del tigre esperando respuesta.

-¡Suéltame! –Y apenas pudo decir eso ya que Aomine le restauró la cinta.

-Ya sé que necesitas. Un baño de agua fría. –Se sacó su chaqueta negra para sedar el brazo derecho y las piernas del peli rojo. Lo tomó a regañadientes para llevarlo al baño y lo tiró a la tina aun sin agua.

-¡Mmh…! –Gimió del dolor.

Giró la manilla del agua y esta comenzó a salir haciendo torcer el cuerpo de Kagami.

-Hoy tuve un día largo. Fui al funeral de una amiga que maté y le puse orquídeas a su lápida. –Rió irónico mientras lavaba el cabello de Kagami. –Tal vez un día de estos deberías acompañarme, ¿no crees?

Una llamada de su celular interrumpió el baño haciendo chistar al moreno.

-Ya vengo. –Avisó para salir del cuarto. -¿Quién habla? –Atendió.

-Señor Aomine, soy el guardián del hospital psiquiátrico de su padre. –Se escuchó en la otra línea.

-Ah… hola, ¿Sucede algo?

-Su padre ha recibido una visita, pero no es un familiar.

-Entonces, ¿qué están haciendo? Si no es un familiar la visita no es autorizada. –Se quejó tomando su cabello. -¿Sabes quién es?

-Al parecer el chico tiene influencias aquí, el jefe autorizó la visita. Oí que su nombre era… Aka… Akashi Sei… no recuerdo muy bien…

-¿Akashi Seijûrô?

-¡Sí!

-Está bien, muchas gracias por avisarme.

Cortó la llamada para suspirar y entrar nuevamente al baño.

-Vamos. –Tomó a Kagami por sorpresa para sacarlo del cuarto. Se había percatado que aun tenía su ropa y se hallaba mojada. –Bien Kagami. –Lo lanzó a la cama para sentarse a la orilla y verlo. –Hay dos opciones, distinta jugada pero con el mismo fin. O te mato para quedar absuelto de todo y seguir mi camino sin que nadie, al final, descubra que fui yo, me mudo a otra ciudad y hago una familia, bla, bla. O la segunda opción… te mantengo con vida hasta que mueras aquí utilizándote como mi juguete sexual. ¿Qué dices? –Destapó sus labios.

-¡Ja! A estas alturas te convendría matarme, ¿para qué enfrentar siempre el riesgo de que te descubran si me mantienes vivo?

-Porque si te mato podrás descansar y pensar que de esa forma todas las muertes de las que también fuiste responsable, ya no serán un peso para ti. –Con simpleza selló los labios. –Por ahora aplicaremos la segunda opción. ¿Sabes? A mí no me molestaría ser tu juguete sexual, siempre y cuando yo este arriba. Más si eres tú. –Relamió sus labios observándolo.  –Y cuando duermas plácidamente después de haber jugado contigo, tengo que hacer una visita. –Anunció para desenredar la corbata y levantarse. –En este momento, solo cumple con lo tuyo.

“Papá.” 


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