Los días pasaban en una lenta y penosa rutina que parecía no cambiar pasara lo que pasara, el pequeño omega seguía encerrado sin salir de su cuarto a pesar de los esfuerzos de sus padres por sacarlo de su encierro, estando desesperados por tratar de ayudar a su hijo sin saber realmente como podían sacarlo adelante.
-¿Como sigue?, perdónenme por no poder venir antes...Tuve problemas- acudiendo lo mas rápido que podía al desesperado llamado de Edgar, vaya día que se le ocurría ausentarse por una enfermedad y solo para enterarse que su mejor había pasado por un horrible día.
Aun convaleciente por su resfriado había tardado 2 días en poder ir a verlo, encontrándose con un el padre de Donovan hecho un completo desastre por sus irritados e hinchados ojos era evidente que tenia días llorando, incluso los pequeños omegas siempre rebosantes de energía ahora parecían estar tristes sin moverse de la sala como si ambos no estuvieran ahí, algo muy raro en ellos.
-Lamentamos molestarte James, pero no sabemos que hacer para ayudar a Donovan, el ya no sale del cuarto y no come no toca la comida que le dejo en la puerta de su cuarto ¡por favor ayúdanos!, estoy seguro que te escuchara- sin poder evitar llorar sintiéndose impotente por no ser capaz de apoyar en un momento tan importante a su hijo, solo podía observar en silencio su dolor.
-Tratare de hablar con el, aunque no estoy seguro que quiera hablar conmigo no después de lo que me contaron que ocurrió en la escuela- sintiéndose mal por no estar ese horrible día para apoyarlo, aunque sabia que no era su culpa no podía evitar sentirse mal.
Dejando recargado en el sillón su viejo bolso que miro con cierto desagrado el objeto, ignorando por completo su propia tristeza se decidió a no mostrarse lamentable ante el otro omega ya habría tiempo para tratar sus problemas, suspirando trato de concentrarse como demonios podría levantarle el animo.
-Donovan por favor ábreme, no esta bien que estés encerrado todo el día en ese cuarto...déjame entrar, hablemos sobre lo que paso- tanto tiempo de conocer a Donovan le dejaban muy en claro que seria bastante difícil lograr que se abriera y le contara lo que le estaba pasando, un cambio muy notorio y marcado desde el aumento desmedido de peso, esperando paciente frente a la puerta.
Podía escuchar ligeros movimientos detrás de la puerta, apenas perceptibles de lo sutiles que eran...No solía ser muy paciente empezando a desesperes por solo ver esa desgastada puerta, su estomago dio un vuelco al ver la piel de su mejor amigo de un horrible morado y ver que su lindo cabello rojo ya no estaba, sintiéndose enfermo y furioso contra quien le hiciera eso a su querido amigo.
-Eres un asco, te ves fatal ¿quieres hablar de como te sientes?, no es muy sano que solo estés aquí encerrado- otra raro defecto que poseía además de su impaciencia, su muy sincera forma de hablar sin ser en ocasiones delicado aun cuando la situación lo ameritara, sabia que el omega necesitaba con quien hablar y poder sacar todo el dolor y sufrimiento que estaba arrastrando desde ese día.
-Realmente no me gustaría...- escondiendo la mayor parte de su manchada cara, la pintura aun se negaba a borrarse por completo, dejando espantosas manchas por doquier eso sin contar con que ahora estaba calvo...aun su cuerpo entero se sentía pesado y adolorido, la falta de alimento comenzaba a afectarle al no ser capaz de mantenerse por si solo de pie.
Entendía muy bien que su forma de actuar estaba siendo demasiado egoísta y que solo lastimaba a sus padres al encerrarse en ese cuarto, no salir y no probar ni un trozo de comida, sintiéndose por completo miserable gracias al bastardo alfa y su omega que deseaban hacerle ver que el que salía sobrando en esa relación era el.
James le traía un poco de tranquilidad, necesitaba con urgencia quien pudiera escucharlo y aconsejarlo, estaba tan perdido que no sabia como salir del bache donde fue empujado.
Aunque no lo dijera de forma abierta estaba tan agradecido por tenerlo como amigo y un apoyo incondicional, aun cuando no soportara a su alfa que a su juicio solo era un idiota cuya única meta en la mente solo consistía en meter a una cama a James.
Verlo romperse por completo y llora sin parar al contar todo lo que sintió en ese momento pudo confirmar una cosa, Donovan necesitaría ayuda de un profesional para superar ese incidente y de tardar mas no serian capaces de ayudarlo, dejando que su condición empeorara con cada que pasara sin tener la ayuda adecuada.
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-Hola Donovan, seré tu psicólogo mi nombre es Louis Anderson- observando con cuidado el lugar donde su paciente se encontraba casi acuartelado, no solía hacer visitas a domicilio y no lo hubiera hecho de no ser por insistencia de su omega, la triste historia que Edgar les fuera a relatar fue lo suficientemente conmovedora logro hacer que su esposo llorase por horas y le implorara ayudara al pobre niño.
Ahora podía ver que ese hombre no había exagera en nada en su relato, ver las aun muy claras manchas de pintura en la piel del omega, sin cabello y su reacción tan asustado mostraban claramente que seria un poco difícil acercarse al joven y ganarse su confianza, al ser un psicólogo sabia muy bien que las heridas emocionales resultaban muy difíciles de sanar y mas aun encontrar a quien contarlas.
-Mis padres me están obligando, no quiero hablar- escondiendo lo mas que podía entre los pliegues de su gruesa chamarra que traía puesta y usaba como un torpe escudo para defenderse de aquel alfa, totalmente incomodo y asustado de tener a ese alfa frente a el, sin poder evitarlo observo curioso la notable cicatriz en la mejilla izquierda del hombre.
-Quiero ser un amigo y que puedas confiar en mi, creo que te contare una historia personal y así me contaras el porque estas encerrado aquí- con el tiempo ya había aprendido un truco casi infalible: contar una experiencia personal importante, era una forma muy fácil de lograr acercarse a su paciente.
Solo conocía una capaz de lograr ese efecto y la historia detrás de esa cicatriz.
-Ves esta cicatriz, es un doloroso recuerdo de mi infancia: fue hecha por mi propio hermano, un tirano horrible, solo tenia 4 años cuando paso- al ver el interés que parecía tener el omega en el relato continuo con el, no era una historia extraña y de hecho resultaba común cuando se tenían 2 hijos alfa, si uno de ellos se sentía amenazado por la existencia del otro trataría de quitarlo del camino.
-¡¿Fue su propio hermano?! No puede ser...eso no puede ser- impresionado por aquella historia medio salió de los pliegues de la chamarra aunque conocía relatos así, solo que hasta ahora nunca antes había conocido a un alfa que pasara por eso.
-Es horrible pero muy común, cuando los padres malcrían a un hijo y solo logran criar a un tirano, eso es lo que era mi hermano y mis padres justificaban cada unas de sus acciones, esto también fue algo que ellos consideraron normal- a tantos años de ser casi asesinado por su hermano mayor, solo veía como un suceso desagradable ese episodio de su vida y algo que no podía solo ignorar fingiendo que no existió.
Una platica que se extendió por cerca de media hora, contarle como termino internado de emergencia en un hospital, como sus padres mentían a los médicos diciendo que la herida en su mejilla fue su culpa solo para proteger a su hijo consentido y el asustado por como actuó su hermano a escondidas le pedía a una enfermera que llamara a su tía, no era tonto para no saber que el otro alfa volvería a intentar quitarlo del camino y no debía volver a esa casa nunca mas o seguramente terminaría medio muerto.
Solo a ella contaba la verdadera historia del accidente y ella se encargo de su cuidado desde ese día, no volvía a ver a sus padres o hermano sino hasta casi 16 años después enterándose de 2 cosas serias acontecidas después de su salida del hospital:
1-sus padres eran procesados por negligencia y pasaron 10 años en prisión.
2- su hermano entraba en una casa hogar hasta ser mayor de edad y terminaba como un adicto a las drogas y alcohol, siendo una basura humana hasta la fecha.
-yo...vera...no estoy cómodo con mi físico y mi alfa me hiso a un lado por mi- le incomodaba demasiado todo su físico, comparándose con otros omegas podía ver claramente la diferencia que existía entre ellos y el.
-Por tu padre se la razón de porque tu apariencia es así, si confías en mi te ayudare a superar esta etapa que se es muy difícil, solo te pido una oportunidad- haría lo que estuviera en sus manos para lograr que su paciente recuperara por completo su salud tanto física como emocional.