El profesor llegaba tarde.
Yuuki Cross, se recostó en la mesa de su salón de clases, aun tenia sueño y le era complicado mantenerse despierta, aun así ella lo intentaba, aunque lo único que le impedía dormir era que Yuri-chan continuaba hablando. Bostezo y estaba a punto de responderle a su amiga cuando la puerta de abre y quien entra no es otro que Zero. Su hermano adoptivo.
Se levantó, el sueño olvidado.
Zero llevaba meses sin aparecer, había ido a una misión y tanto como el director trataba de asegurar que todo estaba bien, ella podía notar la preocupación del mayor, algo malo había pasado en la misión de Zero, pero ella no quiso profundizar nada, en su lugar creyó en las palabras del adulto, si Cross decía que todo estaba bien entonces así era.
Pero ahora Zero había aparecido.
Yuuki frunció el ceño, descontenta. Si Zero regresaba significaba que seguiría molestando su tiempo con Kaname-sama, el cazador siempre encontraba la forma de irrumpir y no dejarla pasar tiempo a solas con su amor de la infancia.
Zero siempre decía que los vampiros eran peligrosos pero eso no podía ser cierto, Kaname-sama era amable y ¡Un príncipe! No podía ser peligroso, Zero simplemente era un intolerante, quizás porque era cazador, pero Yuuki sabía que el albino estaba equivocado.
Los vampiros no eran peligrosos.
Pero ahora el otro había regresado y su tiempo libre de su mal humor se acabó. Ella bufo descontenta, había tenido planes de ir esta noche donde Kaname-sama para pasar tiempo con él, incluso si debía descuidar un poco sus deberes de prefecto.
Ahora no podría.
Ella vio como Zero camino hacia donde se sentaba generalmente, ella no le hablo demasiado inmersa en sus pensamientos de su tiempo junto a Kaname-sama como para hacerlo y Zero tampoco le hablo, lo que le alivio, no quería hablar con él.
Luego llego el maestro.
Inmediatamente todo los jóvenes callaron y algunos regresaron a sus clases, el maestro los miro luego aclarándose la garganta comenzó a hablar.
—Perdón la tardanza alumnos, estuve hablando con el director, tenemos una nueva estudiante.
Murmullos, sobre todo de los jóvenes, llenaron el lugar, ellos querían saber cómo sería esta nueva estudiante, generalmente las más hermosas eran parte de la clase nocturna pero ellos no perdían la esperanza de tener su propia belleza en clase.
Las chicas pensaban igual aunque Zero era quien cumplía con la sana competencia con la belleza de los idol del colegio.
Si tan solo no tuviera ese carácter.
—¿Que tiene mi carácter?
“¡Oh Dios nuestro nos lee la mente!”
—¡No leo sus mentes idiotas, ustedes hablan en voz alta!...—había unan vena de enojo en la frente de Zero, esas locas chicas, a veces se preguntaba porque se molestaba en protegerlas.
—Ejen, Ejen…como iba diciendo…—el maestro imperturbable ante el despliegue de idiotez (que estaba acostumbrado la verdad) continuo con la presentación de su nueva alumna, se preparó porque sabía que los varones principalmente serian felices con ella—Su nombre es Kyriuu Ceras trátenla bien…—o tal vez no…considerando el parentesco de la chica.
Una vez más silencio.
No solo había un asombroso silencio por la declaración de la identidad de su nueva compañera sino por la chica que acaba de entrar a su salón de clases, como uno todos vieron a la chica, luego a su temible compañero Zero.
Otra vez vieron a la chica y luego a Zero.
De la chica a Zero.
De Zero a la chica.
De la chica a Zero.
De Zero a la chica.
Pasaron mirando de ida y vuelta durante unos solidos dos minutos antes de que al unísono todos gritaran.
¡¡¡¿Kyriuu Zero tiene una hermana?!!!
Y no solo una hermana, una gemela si lo que miraban era cierto, la chica era una copia exacta de Zero, igual de alta también, ojos lilas, largo cabello plata. Los chicos comenzaron a ahogarse con su saliva porque por un lado…la chica era sueños húmedos en persona, pero por otro…era la perfecta imagen femenina de su compañero (claramente un chico y uno de miedo cabe aclarar) Zero.
¿Si sentían deseo con ella significaba que también lo hacían con Zero?
La virilidad de los hombres en el salón estaba siendo fuertemente afectada aquí señores. Ellos no sabían que sentir ni pensar.
—Son todos unos pervertidos idiotas…
“¡¡Nos está leyendo la mente!”
—¡¡Lo están diciendo en voz alta!!
Eso era todo, la próxima vez dejaría que algún vampiro por ahí les hincara el diente, ¡Que le importaba a él! Se lo merecían por estúpidos y pervertidos.
Mientras la mayoría de los chicos dudaban de su sexualidad (otros no tanto ya que bueno…le iban a ambos lados) las chicas pasaron varios grados de sentimientos encontrados.
Celos por supuesto, las mujeres, jóvenes o no, envidiarían aquellas más atractivas que una misma, era solo su naturaleza, la belleza era importante todas ellas sabían.
Encantadas porque esa chica respondía la duda de cómo se vería Zero siendo una chica, que todas sin excepción se habían preguntado. Zero era guapo, hermoso, quitando su personalidad podría tener a toda la población femenina en la palma de su mano. Si ellas no suspiraban tanto por él como por los chicos de la clase nocturna era porque tenían la oportunidad de ver a Zero todo el día.
Pero ese era otro tema.
Al final las chicas decidieron que una versión femenina de Zero no era tan malo…tal vez.
Por su parte la autonombrada Kyriuu Ceras estaba reconsiderando sus planes, tal vez…estar con los humanos no era tan buena idea después de todo. Mirando a todos los humanos que no disimulaban nada sus reacciones a ella se preguntó si era de Kaname quien debería tener miedo en esta academia.
Tal vez…habría estado más a salvo con los vampiros.
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El cambio de clases se daría en breve.
Los vampiros se preparaban para salir, lo único que faltaba era su adorado príncipe purasangre. Afortunadamente ellos no tenían que esperar mucho. En poco tiempo la imponente figura del heredero Kuran bajaba las escaleras con su fiel guardián Seiren a unos pasos detrás.
Unos minutos después todos los vampiros de la academia Cross salieron hacia sus clases, podían escuchar el normal parloteo de los humanos a la espera de verlos, como todos los días, muchos ocultaron sus rostros de desaprobación, otros sonrieron satisfechos con sus egos altos.
Kuran Kaname no expreso emoción.
Cuando el gran portal se abrió y ellos se disponían a realizar la rutina diaria ¿O era nocturna? Poco sabían que ese momento seria ligeramente diferente.
La primera cosa que Kuran Kaname vio fue por supuesto a su querida Yuuki, le sorprendió sin embargo que esa noche Yuuki no estuviera luchando contra las muy entusiastas fan, en su lugar las niñas estaban paradas en filas muy bien portadas.
Justo como el lado de Zero.
Siendo la segunda cosa en ver justo el antes nombrado.
El cazador había regresado Kaname pensó con satisfacción, había estado desaparecido durante unas semanas ya, no podía permitir eso, el deber del joven era asegurarse de la seguridad de Yuuki lo demás poco importaba.
Él no lo había notado, pero con la seguridad de que el cazador había regresado y tan bien como recordaba le dio un alivio a una incomodidad que no se dignó en reconsiderar. Por ahora todo estaba bien, Yuuki parecía que una vez no tenía problemas con las fans y Kyriuu había regresado.
Y parece que había un tercer prefecto.
Espera ¿Qué…?
Sus ojos así como los de todos los demás vampiros (que Kaname no se dio cuenta pero no importaba) se dirigieron justo donde lo que parecía un tercer prefecto se encontraba, no solo ese era un cambio de rutina sino que dicho prefecto tenía una asombroso parecido con…
Su querido cazador y guardián.
El Kuran no podía hacer un escena, no con todos los humanos presentes, él no podría mostrar lo sacudido que estaba con este imprevisible escenario. Por lo que haciendo lo más lógico del momento él fue hacia su habitual saludo hacia Yuuki y dándole una última mirada a los….clones albinos continuo caminando.
¿Qué diablos…?
Este era un movimiento inesperado…y no apreciado en su juego.
Él no desato su aura, pero no era necesario todos los nobles presentes sabían que su líder estaba lejos de ser feliz.
¿Qué demonios estaba pasando?
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Estaba solo.
Kyriuu Zero miro hacia el cielo, él estaba disfrutando de esta situación tan…calmada que su mente le brindaba, había pasado tanto tiempo desde que estaba cómodo consigo mismo, ¿La sed d sangre? Por supuesto estaba ahí, él nunca sería humano de nuevo.
Tal y como la muerte era, su humanidad era irreparable.
Pero al menos ahora ya no sentía como si su cuerpo sufriera una constante tortura, sus ojos eran más claro, capaz de ver aquello que antes no podría, si era un vampiro, siempre lo seria, pero incluso si había nacido para combatirlos.
¿Justificaba eso odiarse tanto?
Aún tenía problemas, por supuesto que sí pero…la vida era una perra, cosas malas pasaban todo el tiempo pero no iba a ir todo el camino emo y de auto odio el resto de su vida. Muchas personas, humanos o vampiros se habían podido levantar cuando fueron duramente golpeados.
Él haría lo mismo.
Además de que era cansado, tan cansado el odiar todo.
Odiar requería una energía interminable y la cordura de su mente y se negaba a ser tan débil.
Detuvo sus pensamientos.
Frunció el ceño no oculto su desagrado, él había estado pensando aquí por dios ¿Ya no había respeto? Incluso Zero merecía sus momentos de reflexión, maldijo al purasangre estúpido ¿No podía venir en otro momento? Él había estado filosofando sobre su vida aquí y eso era importante ustedes saben.
Maldito Kaname.
—Kiryuu-kun…—ese tono suave y aterciopelado no engañaba a nadie, Kaname había venido por respuestas y las obtendría.
Zero resistió el impulso se apuntar al vampiro con su amada Rose, a pesar de que sabía a lo que el otro, había pensado que el vampiro iría a la fuente no a él. Pero de nuevo no es como si entendería la mente de ese idiota.
—Deberías estar en clases…sempai…—sinceramente eso era lo más civilizado que podría decir en esta situación.
Kaname no respondió a eso, en su lugar él hizo su propia pregunta, no venía aquí para sus acostumbrados juegos—¿Quién es ella? Su existencia no debería ser posible…—fue directa al punto y se aseguró que su aura fluyera, quería respuestas y las obtendría.
El cazador no se molestó en fingir demencia— Ella es mi hermana chupasangre—quizás fue el tono con el que lo dijo o el brillo de burla en sus ojos lilas, o tal vez se debió a la obvia mentira. Pero en un suspiro Zero se encontraba clavado contra un árbol con una mano en su garganta.
No había presión ni dolor, pero eso se debía a que quería que Zero hablara.
—No me hagas repetir la pregunta cazador…—a pesar de sus acciones rudas, Kaname no había perdido su temple, él seguía tranquilo ya que sabía, tarde o temprano el cazador hablaría.
Por eso había venido con Zero, sabía que botones apretar para asegurar la cooperación del chico, sea lo que sea esa mujer era Kaname lo averiguaría y luego la mataría de ser necesario.
—Haz ido con el director, lo que él te dijo yo lo repito, ella es mi hermana…
Ahora si había hecho una mueca de dolor Zero, la mano en su garganta se apretó y casi se quedó sin aire, casi porque Kaname aun quería que hablara. Como si eso pasaría.
—Ya veo…entonces veamos si es cierto…
“¡Mierda!”
Ojos lilas se abrieron mitad sorprendidos mitad horrorizados, ese maldito ¡Bastardo! Pánico inundo su mente pero evito hacer alguna estupidez, aunque su mano había ido directo a su arma a solo una milésima de apretar el gatillo.
Apuntando directamente a la cabeza de Kuran.
En perspectiva que estaba en su derecho, como cazador y guardián de la escuela, después de todo el Kuran punto Kaname estaba a punto de morderlo.
¡Morderlo!
Esos ojos granates ahora eran un brillante carmesí capaz de quemar hasta los cimientos a sus enemigos, Zero no era un cobarde pero maldita sea esta situación traía a la luz traumas de la niñez. Reprimiendo a pura fuerza de voluntad las imágenes de un pasado que si bien no podía olvidar pero que no dejaría se adueñara de su vida.
Zero ataco.
Él no disparo por supuesto que no, de haberlo hecho la sangre atraería a una manda de nobles extremadamente furiosos y tan salvaje como era Zero, no era estúpido, tampoco estaba en sus planes morir linchado por molestos adolescentes semi inmortales.
Claro que no.
En su lugar él extendió la otra mano, libre de su arma, y puesto que aun podía hablar a pesar de la mano en su garganta, recito uno de los hechizos de su familia que había estado estudiando durante un buen tiempo.
—¡¡Eo caece!!
Su mano estaba justo encima del pecho del vampiro, antes de que Kaname pudiera alejarse el hechizo le dio de lleno, aun así su propio impulso lo llevo a saltar unos metros hacia atrás, incluso Kaname sabía que debía tener cuidado con los encantos cazadores.
Aun así no sentía nada de dolor.
Sin embargo si sentía otras cosas.
De repente se dio cuenta que sus oídos dejaron de escuchar a lo lejos, que su piel ya no era tan sensible y que la agudeza de sus ojos disminuía alarmantemente. En una muestra de increíble debilidad, llevo su mano hacia su rostro a causa del repentino mareo que se adueñó de su ser.
Imposible.
Purasangres no se mareaban.
Pero él lo estaba, estaba mareado y no solo eso, sus sentidos disminuían a un ritmo que cualquier otro estaría sumamente alarmado, si bien en lo profundo de su ser su instinto no apreciaba este estado, Kaname mismo estaba…sorprendido.
Llevo sus ojos a la fuente de su sorpresa, su rostro no mostrando su…debilitado estado actual.
—¿Qué has hecho?
—Solo un idiota diría las técnicas que posee…—su ceño fruncido, Zero no iría por ahí regalando los secretos de los hechizos de su familia—No pienses que soy como tus lacayos Kuran. No recibo ordenes tuyas y hare lo que me dé la puta gana…si quieres saber quién es Ceras pregúntale a ella...–ahora había una sonrisa de comemierda y él lo sabía— tal vez tengas mejor suerte…no…
A pesar de todo, Zero estaba de un humor agradable, después de todos estos años de ser humillado por ese idiota esa noche había conseguido ganarle a Kaname en su propio juego. Por supuesto sabía que esto podría venir a morderle el trasero después pero por ahora…
—Esto jodidamente valió la pena…
La el puro choque de sorpresa e incredulidad en el rostro de Kaname al darse cuenta como sus sentidos disminuían hasta los de ser los de un humano común estaría en su cabeza durante mucho tiempo. Por supuesto su hechizo no suprimía otras habilidades vampiros, la rapidez, la fuerza y demás aun eran vigentes.
¿Pero Kuran no tenía que saber eso verdad?
Así que mejor se iba con su corta victoria antes que el vampiro se diera cuenta que solo estaba…momentáneamente cegado, pero con toda su fuerza aun disponible. Zero era muchas cosas…
Pero no estúpido.
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Para cuando Kaname se dio cuenta que si bien sus sentidos eran los de un humano normal, su estado de vampiros se mantenía y con eso sus habilidades, Zero ya no estaba a la vista, por supuesto él podría ir a buscarlo, pero de hacerlo era iniciar una pelea que no deseaba se desarrolle.
Sin embargo eso no quería decir que dejaría pasar esto, Kaname estaba más allá de molesto. Pero tan molesto, la sorpresa también dominaba, el cazador siempre había sido alguien quien le enseñaba los colmillos a manera de desafío, pero esta era la primera vez que de verdad lo había mordido y logrado un ataque que lo dejara en jaque.
Eso no debería pasar.
Siempre había un límite en la cantidad de desafío que Zero podía mostrar, pero esta noche había superado ese límite.
No le gustaba.
Dada la situación e impredecible elemento que se había presentado de una manera sorpresiva, era normal para Kaname culpar de este extraño comportamiento a la dichosa hermana. Parecía que antes de Shizuka o Rido, tenía que deshacerse de esa pieza inesperada.
Su juego estaba hecho y las piezas echadas, no tenía uso para nadie más.