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Betta turquoise por Siri_Looper

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Notas del capitulo:

Siento la demora, este capitulo es extra largo, gracias por leer, por sus comentarios y por esperar.

 

Gracias por todo!

— Basta Seung Hy… no… — la última palabra salió solo en un murmullo ahogado, el otro comenzó a besarle el cuello y sus manos lentamente bajaban por su espalda queriendo llegar hasta sus glúteos.

 

— Si en realidad quisieras que parara ya me hubieras golpeado — dijo Seung contra la piel blanca de Ji, siguió besando su cuello, una de sus manos atrapó una nalga y la otra volvió a su espalda baja para acariciar por debajo de la camisa.

 

Ji le dio un leve golpe en el brazo, pero el mayor lo apretó más contra su cuerpo.

 

En ese momento en la mente de Seung solo existía una cosa: hacerle el amor a Ji Yong. Al salir del calabozo después de devolver la recompensa lo arrastró de vuelta a su habitación para cumplir su objetivo, al cerrar la puerta del cuarto lo atacó ferozmente a besos. Ji se resistía, estaba preocupado por sus hermanas, quería hablar con ellas y explicarles, aunque no estaba seguro de cómo hacerlo, pero debía ir a verlas, seguramente estaban asustadas y confundidas, Ji pensó que probablemente estarían enojadas y decepcionadas también.

 

— Señor Seung, la comida se servirá en un momento — escucharon la voz de una sirvienta que hablo desde el pasillo. Mierda ¿desde cuándo en esa casa se servía la comida tan temprano? Es lo que pensó el capitán, pero era la hora de siempre, es que la mañana se le había pasado demasiado rápido.

 

— Seung… ya — dijo Ji colocando ambas manos sobre sus hombros para empujarlo.

 

— ¿Señor Seung Hyun? ¿Está ahí? — preguntó la muchacha tras la puerta, debía asegurarse de cumplir su tarea y dar el aviso.

 

— ¡Escuché, gracias! — grito el mayor y siguió besando ahora la oreja ajena.

 

— Ahhmm — no pudo resistir dejar salir un suspiro al sentir como su lóbulo era tirado por los dientes de su captor — vamos a comer…

 

Seung Hyun no le hizo caso, siguió besando, dejo de acariciar una de las nalgas de Ji para comenzar a levantar su camisa con ambas manos, pero las manos del otro le arrebataron la prenda y la volvieron a su lugar. Seung rendido dejo de besarlo y lo miro sin soltar sus caderas.

 

— Quiero ver a mis hermanas, además tengo hambre.

 

— Esta bien, pero dame otro beso…

 

Ji Yong no se hizo de rogar, besó a Seung lento introduciendo toda su lengua, tenían ambos los labios hinchados de tanto besarse esa mañana, pero nunca sería suficiente, podrían estar besándose un año completo sin cansarse.  

 

— No te alejes demasiado — dijo Seung al separarse — te esperare en el comedor, ve por tus hermanas para que se sienten a la mesa como siempre.

 

Ji movió la cabeza de forma afirmativa, Seung soltó el agarre de su caderas lentamente, desde que lo había tomado del barco a la fuerza que no lo había soltado, cuando se separó sintió como un golpe en el interior de su pecho, se preocupó, no quería que se alejara, aún tenía miedo de que se fuera para siempre.

 

— Ji — dijo mientras el menor se acercaba a la puerta — diez minutos, si te demoras más iré por ti.

 

Ji rodo los ojos, pero luego sonrió y se volteó para girar el pomo de la puerta y atravesarla.

 

— ¡Hablo en serio! ¡Te iré a buscar con mi espada en la mano! — le grito con Ji ya en el pasillo.

 

El castaño comenzó a caminar por la mansión sonriente, pero su sonrisa se fue desvaneciendo paso a paso, no tenía ni idea que le diría a Dara y Chaerin, recordó el momento en el barco, habían visto como se besaba con otro hombre y eso lo llenaba de vergüenza.

 

Cuando llego a la habitación de sus hermanas se detuvo frente a la puerta, no estaba cerrada con llave pero si había dos guardias cuidando que las señoritas no saliesen, no tenían órdenes de prohibir que alguien entrara, así que no hicieron nada cuando Ji tomó la manija y la giro para entrar.

 

— ¡Ji Yong por dios! — Chaerin se acercó apenas lo vio — ¿Qué está pasando?

 

Ji apoyo la espalda en la puerta después de cerrarla y miro a las dos mujeres, Rin parada frente a él con el ceño ligeramente fruncido esperando respuestas y Dara sentada en el borde de una de las camas.

 

— ¿Qué está pasando? — repitió al no obtener respuesta.

 

Las dos hermanas ya habían discutido lo que habían presenciado temprano, Sandara encajo todo y varias cosas cobraron sentido al darse cuenta del enamoramiento de Ji y TOP, estaba de acuerdo, ella creía que el amor era casi mágico, creía en cosas como enamorarse a primera vista y en las almas predestinadas a estar juntas, si su hermano y el capitán decían amarse ella los apoyaría encantada. Caso muy diferente era Chaerin quien tenía una mente más práctica para todo, discutió con su hermana esa mañana diciéndole que era imposible que Ji Yong estuviera haciendo todo eso por su propia voluntad.

 

— Yo… — habló Ji sin despegar la espalda de la puerta, miraba el suelo, tenía miedo de levantar la cabeza y encontrar miradas enojadas en aquellos dos rostros tan adorados — yo no quiero irme a Corea… me quedaré acá… con Seung Hyun.

 

— Jajaja ¡Te lo dije! — Exclamó Dara con una gran sonrisa en su rostro — ¡están enamorados!

 

— ¡No! Ji Yong no puede… — Chaerin miró a su hermana y luego al otro que tenía enfrente — ¿Te está obligando cierto Ji?

 

— Déjalo Rin, se aman, tu viste como se besaron, solo dos personas que se quieren pueden besarse de esa manera.

 

Ji Yong la miró, su sonrisa y palabras lo hicieron tranquilizarse, encararlas no estaba siendo tan malo como él pensó que sería, eso le dio fuerzas para enfrentarlo. Tomar la decisión de quedarse fue difícil y ahora como el hombre fuerte en el que se había convertido debía hacerse responsable de ella y sus consecuencias.

 

— No me está obligando, no soy capaz de irme porque mi vida sin Seung sería miserable, más estando en Corea, mi vida allá siempre fue horrible, mi familia no es como la de ustedes, ellos no se quieren los unos a los otros, para ellos la familia es un negocio y a los que no producen los envían lejos. No quiero volver, no me quiero ir de esta mansión y no quiero separase de Seung.

 

— Awww — suspiro Dara con ambas manos sobre el pecho.

 

— Lo siento — Ji miró a Chaerin, su rostro estaba serio, pero no parecía enojada, parecía más preocupada que molesta — estoy siendo egoísta.

 

— No estas siendo egoísta ¡Estas siendo un loco de remate! — Chaerin levantó los brazos, se dio la vuelta y se adentró a la habitación.

 

— Esto es maravilloso, enamorado de su captor, del capitán de un barco, es hermoso… — Sandara seguía sonriendo con las manos en el pecho.

 

— Es una locura — su hermana se sentó al borde de la cama contraria suspirando con pesadez.

 

— Yo también creo que es una locura — dijo Ji mientras caminaba a sentarse junto a Chaerin tratando de controlar el furioso sonrojo de su mejillas y el temblor de sus manos — pero la verdad es que no hay nada que pueda hacer, no dejara que me vaya, me obligara a quedarme si es necesario.

 

— ¿Y a nosotras? ¿Qué pasara con nosotras ahora? Yo no quiero quedarme acá para siempre y necesitamos saber que paso con papá y mamá.

 

“No lo sé” fueron las palabras que llegaron a la mente de Ji, realmente no lo sabía, el creía que la mansión no era un lugar seguro para ellas, por lo menos no a largo plazo, las relaciones entre TOP y la marina eran densas, no podía imponerles esa constante inseguridad. Tampoco podía enviarlas solas a Corea, si llegaban solas tendrían que explicarle a sus padres todo lo que había pasado y no era justo que cargaran con esa responsabilidad, tampoco tenía la seguridad que los Kwon las socorrieran, quizá lo hicieran en honor a las antiguas relaciones que tuvieron con los Park o por el tiempo que lo acogieron en España, pero eso nadie se lo aseguraba.

 

— Esta bien, ya pensaremos en algo — dijo Chaerin al ver que su hermano se demoraba mucho en responder su pregunta, adivino que no estaba seguro que debía hacer con ellas, pudo ver la preocupación y la culpa a través de sus ojos y pensó que quizá estaba siendo muy dura, después de todo, les hizo una enorme favor al sacarlas de España, de haber seguido ahí seguramente hubiesen sido encarceladas junto a su padre o hubiesen terminado en la calle pidiendo limosna para sobrevivir.

 

— Lo siento — Ji bajo la mirada a su regazo — yo no quería que todo resultara así, creo no podré cumplir la promesa de llevarlas a Corea.

 

— Esta bien Ji, no sufras por eso — Dara se levantó y se sentó en la otra cama a su lado — yo estoy feliz, es como una novela, hasta siento envidia, estoy segura que nadie tiene tanta suerte como tú, el océano es enorme y tu encontraste al amor de tu vida en él.  

 

“Amor de tu vida” las palabras formaron eco en el interior del castaño y lo hicieron sonreír.

 

— ¿Lo amas? ¿Tanto como para dejarlo todo por él? — preguntó Chaerin a su otro lado, ella aún estaba preocupada, no creía que fuera buena idea, no confiaba en TOP y no quería que Ji se quedara con él, tenía la esperanza de que fuera algo pasajero, solo un capricho.  

 

— Lo hago, lo amo.

 

— ¡Ji Yong! — Los tres dieron un pequeño salto en sus lugares al sentir el repentino grito al otro lado de la puerta, esta se abrió para dejar entrar a Seung Hyun — ya pasaron los diez minutos.

 

— No es cierto, aún no han pasado… — le respondió Ji con el ceño fruncido.

 

— ¡Claro que sí! ¡Han pasado como tres horas! Vamos a comer ¿Mis cuñadas nos acompañaran a la mesa? — les sonrió de forma ladina a las mujeres.

 

— Yo no soy cuñada de nadie… — respondió seca Chaerin, mientras se levantaba de la cama, salió pasando por un lado del capitán quien la miró sin dejar de sonreír, ella se parecía un poco a Ji Yong, parecía ser igual de testaruda.

 

— ¡Comida! — exclamo Dara caminando tras su hermana, estaba hambrienta, ambas lo estaban, no habían comido nada en todo el día, también paso a un lado de TOP y le sonrió de forma picara, se preguntaba en su interior que tan lejos había llegado con su hermano.

 

Cuando se encontraron solos TOP miro a Ji Yong, este se levantaba de la cama y se le quedo viendo parado en medio de la habitación.

 

— No sé qué debería hacer Seung, ellas son todos lo que tengo ahora… — el mayor frunció el ceño, abrió la boca para reclamar, pero Ji sonrió y se apresuró a arreglarlo — bueno… aparte de ti claro, pero no sé qué tengo que hacer, no puedo simplemente quedarme aquí y olvidarme de ellas como si nada…

 

— Lo sé, encontraremos la solución… juntos — se acercó, posó sus manos en su cintura y se inclinó para dejar un suave beso en sus labios.

 

Ese día todos en la mesa estaban más contentos de lo normal, SeungRi y Taeyang se hablaban cosas sucias al oído hasta que Daesung los regaño diciendo que era de mala educación decirse secretos en la mesa. Seung Hyun y Ji Yong no dejaban de mirarse y sonreírse mientras comían a varias sillas de distancia, tanto así que por estar mirando al castaño Seung derramó su copa de vino y debieron llamar a una sirvienta para que limpiara el desastre. Los cinco hermanos de la mansión también parecían más alegres esa tarde, todos excepto Taehyun, el menor de ellos tenía un grave problema que había nacido hace tiempo en su corazón, lo había ignorado, pero ya no podía seguir haciéndolo.

 

— ¿Ji Yong ya no se ira a Corea? — pregunto Taehyun llamando la atención de todos.

 

— No — respondió rotundo el dueño de casa — se quedara acá para siempre.

 

— ¿Y sus hermanas? ¿Ellas si se irán? — volvió a preguntar muy serio. Seung y Ji se miraron sin saber que responder.

 

— No lo sabemos — le aclaro Chaerin — yo aún creo que todo esto es una locura, creo que Ji recapacitara y terminara yéndose con nosotras, no me quiero quedar acá, pero tampoco podemos viajar solas.

 

— Quizá haya alguien que pueda llevarlas en lugar de Ji Yong — Tae miro a su jefe.

 

— Yo también había pensado en eso — hablo TOP desde la cabecera de la mesa — tendría que ser alguien de mucha confianza ¿puedes buscar a alguien así en el pueblo Taehyun?

 

El aludido se quedó pensativo un momento, no estaba seguro de decir lo que estaba a punto de pronunciar, si abría la boca ya no habría vuelta a atrás.

 

— Yo… yo puedo llevarlas…

 

— ¡¿Tú?! — exclamaron a la vez varias personas en la mesa.

 

— ¿Tú quieres llevarlas Tae? — insistió con la pregunta Seung Hoon.

 

— No es necesario, podemos buscar a alguien, le ofreceremos una buena recompensa por el trabajo… — hablo el capitán jugando distraído con la comida de su plato, como todos en la mesa pensó que el joven se estaba ofreciendo a modo de favor.

 

— No, yo quiero llevarlas, quiero ir a Corea... quiero regresar allá. 

 

— Tae… — balbuceo Mino quien estaba sentado en la mesa justo frente a él, fue el primero en darse cuenta lo que el otro intentaba decir, era el que mejor que lo conocía, ya se había percatado que algo extraño le ocurría, el último tiempo había estado triste y más callado de lo normal.

 

— Pero es un viaje muy largo — hablo Jin Woo dejando su vaso de agua en la mesa — mejor ayuda al señor Seung Hyun a buscar a alguien, te demoraras al menos un par de meses en regresar, nos volveremos loco acá sin ti.

 

— Es que no quiero volver — hablo despacio, esperando los reclamos, sabía que sus hermanos no le perdonarían jamás lo que estaba punto de hacer — yo quiero ir a Corea y no regresar.

 

A esas alturas Mino ya tenía los ojos brillantes de lágrimas, pero nadie lo notó, todos miraban a Taehyun sin entender.

 

— ¿Te quieres ir? ¿Por qué? — preguntó Seung Yoon.

 

— Es lo que quiero. Discúlpeme señor Seung Hyun — miro a su jefe — pero yo no soy feliz acá, estoy muy agradecido por todo lo que ha hecho por nosotros, pero yo soy coreano y esta no es mi tierra, extraño sentirme en casa.

 

— Esta es tu casa Taehyun — dijo atónito Seung Hyun, él pensaba que estaba haciendo un buen trabajo con toda su gente, que uno de los suyos le dijera que no era feliz lo descolocaba.

 

— Lo sé, pero no es mi tierra, no es mi hogar, es solo una casa, lo siento — bajo la mirada.

 

— No es solo una casa — hablo Mino con un hilo de voz, los demás lo miraron y se dieron cuenta de su mirada brillante — el hogar es donde está la gente que te ama.

 

— No… — negó lento con la cabeza y miro al moreno — eso no es suficiente.

 

Toda la tristeza de Mino se convirtió en ira ¿Cómo era capaz de decir eso Taehyun? ¿Cómo podría ser tan frio y desconsiderado? Después de todo lo que habían pasado desde que eran niños, después de lo que había pasado entre ellos dos, de todas las veces que se dijeron “te amo”. Taehyun podía sentir los reproches en la mirada de Mino, no pudo seguir sosteniéndola y la desvió, eso lleno de rabia al moreno, golpeó la mesa con su puño y se levantó para salir del comedor dando largas zancadas.

 

— ¡Mino! — Jin Woo se levantó de su silla y lo siguió.  

 

— Tae… — Seung Yoon limpiaba las lágrimas de sus ojos con la manga de su camisa — por favor no te vayas…

 

— Lo siento, debo hacerlo, creo que es lo mejor para mí — miro a Ji — Ji Yong, por favor permíteme llevar a tus hermanas a salvo a Corea.

 

— Yo… no lo sé… no sé si mi familia las reciba sin mí — miro a TOP en busca de ayuda.

 

— Si no las reciben las traeré de vuelta o las cuidare estando allá, me quiero ir a Corea, pero también quiero hacerle un favor al señor Seung Hyun por todo lo que ha hecho por mí y mis hermanos, si el promete seguirlos cuidando yo puedo hacer lo mismo por las señoritas.

 

— No lo sé Taehyun — hablo Seung muy serio — yo te puedo prometer cuidarlos hasta mis últimos días, pero no quiero que te vayas, debes pensar mucho lo que harás.

 

— Ya lo he pensado mucho, por mucho tiempo…

 

— Pero no los has discutido con tus hermanos, creo que deberías pensarlo junto a ellos ¿dejaras a tu familia por un pedazo de tierra que no te ha dado nada? — El joven bajo la mirada sin responder — creo que deberías seguir pensándolo o quizá después te arrepientas.

 

Seung se levantó de la mesa y el resto en seguida lo imito, solo quedaron Taehyun sentado inmóvil junto a Yoon y Hoon que limpiaban silenciosos las lágrimas de sus caras, se sentían tristes, pero más que nada, se sentían heridos.

 

Esa tarde en la biblioteca Ji discutió con Seung lo que debían hacer, la solución que les había dado Taehyun era buena, ninguno de los dos quería que el joven se fuera para no volver, pero por otro lado ¿Qué persona de más confianza podrían encontrar para darle esa tarea? El menor de los hermanos de la mansión no era bueno con la espada ni nada que involucrara destreza física o fuerza, pero era muy inteligente y capaz de encontrarle una solución ingeniosa a cualquier problema.

 

Esa tarde Ji también habló con sus hermanas, Chaerin intento convencerlo una vez más que todo aquello era una locura, pero Ji ya había tomado una decisión y cuando el elegía el camino a tomar difícilmente podía alguien hacerlo cambiar de opinión. Las dos mujeres estaban de acuerdo en ser acompañas por Taehyun no porque estuvieran emocionadas de su compañía o algo por el estilo si no porque sabían que aceptando le quitaban la responsabilidad a Ji Yong y parte de la culpa que sentía por no cumplir la promesa. Porque ellas también amaban a su hermano y si su felicidad estaba aún lado de TOP ellas tendrían que aceptarlo y respetar su decisión.

 

La cena ese día fue un poco sombría, los cinco hermanos no se sentaron a la mesa, solo Jin Woo que como encargado de la casa debía asegurarse que todo se sirviese de acuerdo a sus instrucciones, pero todos los demás lo vieron muy serio y con los ojos hinchados de tanto llorar. Seung Hyun después de cenar los reunió a los cinco y habló con ellos a puertas cerradas dentro del salón donde se recibía a los invitados.

 

Ji Yong estaba cansado, se dirigió a su habitación ya tarde en la noche, Seung seguía encerrado en el salón y no daba señales de salir pronto así que se retiró a su cuarto dispuesto a dormir, se llevó una gran sorpresa cuando entro a la habitación y encontró su cama sin mantas ni sabanas, solo el colchón desnudo. Miraba a todas partes confuso buscando la ropa de cama, pensando si quizá Jin Woo había olvidado mandar a una mucama a limpiar su habitación cuando una voz lo exalto a sus espaldas.

 

— ¿Qué haces acá Ji Yong? — Seung estaba parado a un lado de la puerta.

 

— Yo vine a dormir — respondió Ji después de darse la vuelta — pero creo que Jin Woo olvido…

 

— Esta ya no es tu habitación — lo interrumpió con rostro muy serio, estaba nervioso, esta vez cumpliría su cometido, no dejaría que Ji se escapara de sus brazos.

 

El menor lo miro confundido, iba a preguntar dónde dormiría pero la sonrisa ladina que lentamente lleno el rostro de Seung respondió sus preguntas.

 

— ¡Ah no! ¡No dormiré contigo Seung! — el mayor camino hacia él. Lleno de nerviosismo y con el corazón latiéndole como loco Ji fue retrocediendo hasta que su espalda choco contra un mueble que estaba pegado a la pared — esta es mi habitación, yo quiero dormir aquí…

 

Sus palabras fueron interrumpidas por un candente beso muy diferente a los que le había dado hasta ese momento, Seung introdujo su lengua lo más adentro de la boca de Ji que pudo casi con furia, Ji respondió ahogado primero por la boca ajena y después por su propia respiración que comenzó a agitarse rápidamente. Seung puso ambas manos en sus caderas y lo empujo para pegar sus cuerpos.

 

— Te tengo una sorpresa — murmuro Seung después de separarse, su respiración se movía de forma pesada, Ji pudo sentir su miembro en contacto con el ajeno por sobre la ropa, ambos comenzaban a endurecerse como sabiendo lo que ocurriría esa noche.

 

— ¿Qué es? — pregunto en un hilo de voz.

 

— No te lo puedo decir, tienes que verlo.

 

Sin más Seung lo tomo fuerte de una muñeca y lo arrastro afuera, se lo llevo a través de los pasillos hasta que se detuvieron frente a la habitación del mayor.

 

— Cierra los ojos — le dijo Seung antes de abrir la puerta, Ji lo miro con desconfianza — vamos, te gustara.

 

Ji Yong sonrió levemente y cerró los ojos, Seung sonriendo también abrió la puerta y lo empujo despacio un par de metros para que entrara y cerró.

 

— Aun no los abras — escucho Ji en la oscuridad de sus parpados.

 

— No lo haré, pero me está dando sueño de estar tanto con los ojos cerrados — bromeo, sueño era lo que menos tenía en ese momento, ahora estaba muy nervioso, al parecer pasaría la noche en esa habitación, probablemente Seung Hyun quería compartir la cama, Ji Yong nunca había dormido con alguien en la misma cama, lo que podría pasar lo llenaba de miedo pero a la vez el pensar en dormir abrazado al cuerpo de Seung lo hacía sentirse bien.

 

— Mierda… esta se apagó… — Ji escucho su voz, eran velas, pero no eran las típicas que usaban para iluminar en la noche, podía sentir el olor a ellas en la habitación, un olor diferente, dulce, su estómago se estrujo de nerviosismo, pero luego río, escuchaba los pasos de TOP acá y allá maldiciendo, a veces el capitán daba miedo, pero en el fondo era solo un niño muy torpe — ya está… huyy creo que es muy cursi…

 

Ji volvió a reír y sonrió las manos de Seung sobre sus hombros, después en sus caderas, fue abrazado por detrás, el mayor pego su cuerpo a su espalda, Ji pudo sentir su corazón latiendo igual de rápido que el suyo.

 

— Puedes abrir los ojos ahora.

 

El castaño obedeció, frente a él la habitación estaba iluminada con muchas pequeñas velas de color rojo, ellas dejaban salir un dulce aroma a flores y le daban un aspecto mágico a la habitación, desde la cama salía un camino de pétalos de rosas rojas y blancas, Ji las siguió con la vista y estas llegaban hasta sus pies.

 

— ¿Te gusta? Lo hice yo solo — dijo el mayor acariciando su abdomen y posando el mentón sobre su hombro.

 

— ¿Tu solo? No te creo, Jin Woo te ayudo.

 

— No, bueno… me dio las ideas, pero no lo quise molestar por todo lo que paso hoy, así que lo prepare todo yo con estas manos — las metió por su camisa para seguir acariciando su abdomen ahora directo sobre la piel.

 

Ji Yong contemplo un momento más sonriendo la habitación, las innumerables velas creaban muchas sombras que se arremolinaban sobre las paredes dándoles un efecto romántico al lugar, se dio la vuelta y miro a la cara a Seung Hyun.

 

— Me gusta, pero si, es muy cursi — rio.

 

— Bueno, quitémosles lo cursi y pongámosle un poco de — sonrió con lujuria  — pasión…

 

Ji Yong no pudo oponer resistencia, después de ver esos ojos llenos de excitación y de escuchar esa palabra dicha con esa voz tan grave hizo que sus piernas flaquearan, pero no importo porque Seung Hyun se agacho a su lado puso un brazo detrás de sus rodillas y lo levanto del suelo cargándolo con ambos brazos.

 

— Igual que una princ… — hablo Seung mientras cargaba al otro, comenzó a caminar hacia la cama siguiendo el camino de pétalos en el suelo.

 

— No lo digas… no lo soy — Ji lo interrumpió con el ceño fruncido y las mejillas coloradas, no quería que Seung lo dijera porque siendo cargado de esa forma rumbo a la cama para hacer el amor con otro hombre realmente parecía una princesa, lo peor es que le gustaba, le gustaba sentirse mimado, que Seung preparara algo cursi para él, le gustaba ser llevado de esa forma y por su orgullo testarudo no podría admitirlo jamás en voz alta.

 

— Te amo Ji Yong — habían llegado al borde de la cama, Seung deposito a Ji sobre ella con mucho cuidado y lo contemplo de pie.

 

La cama estaba cubierta de pétalos de rosas, Ji estaba sobre ellos mirando al mayor expectante apoyado sobre sus codos, su corazón latía tan fuerte que sentía que en cualquier momento se desmayaría, un extraño calor estaba alojado en su pecho y hacia hervir todo el resto de su cuerpo.

 

— Yo también… también te amo — pronuncio Ji tímido y enseguida sintió su rostro quemar por el sonrojo.

 

Seung sonrió, se quitó la gabardina que traía para tirarla al suelo y sonriendo sin quitarle la mirada a Ji comenzó a desabotonarse la camisa.

 

— Voy a hacerte el amor Ji, esta vez no dejare que te escapes de mis brazos.

 

— No quiero escapar — pronuncio casi en un susurro Ji, su miembro estaba erecto escondido dentro de sus pantalones, palpitaba ansioso a medida que esa hermosa piel canela era revelada, jamás había visto el abdomen desnudo de Seung, se sorprendió al encontrarse frente a un musculoso pecho, pensó que el color de su piel era realmente hermoso y se mordió el labio al darse cuenta que esa deliciosa piel de chocolate pronto tocaría la suya. 

 

— No hagas eso Ji — Seung tiro su camisa al suelo y comenzó a inclinarse sobre la cama — no muerdas tu labio así, te vez jodidamente sexy cuando lo haces, me vuelves loco.

 

Seung hablaba en voz baja luchando contra el deseo de follar a Ji sin control, pusó una rodilla entre sus piernas obligándolo a abrirlas un poco, luego la otra rodilla, las manos sobre las mantas a ambos lados de la cabeza del castaño y lentamente se dejó caer sobre el cuerpo más pequeño, ambos jadearon cuando al fin sus cuerpos se conectaron, Seung hizo presión en la zona de su entrepierna para que ambas se frotaran.

 

Ji Yong estaba perdido, eso se sentía muy bien, sin pensarlo llevo ambas manos a la espalda desnuda de Seung y jadeo al sentir su suave piel, paseo sus palmas por toda su espalda perdido en la amplitud de esta, las llevo más abajo por la curva de su cintura hasta el borde de su pantalón y metió la punta de sus dedos debajo de este ansioso por tocar más.

 

— Eres hermoso… — Seung murmuro jadeante y ataco su cuello sin piedad mordiendo y succionando su piel, al siguiente día Ji tendría problemas para ocultar las marcas, pero en ese momento ninguno estaba preocupado por eso.

 

— Seung yo… — balbuceo Ji sin dejar de acariciar su espalda, su cuello estaba estirado permitiendo al otro besarlo por toda su extensión — yo nunca he hecho esto antes… con otro hombre.

 

— Lo sé — Seung detuvo el ataque en su cuello y llevo su rostro frente al otro — seré amable, lo prometo.

 

Ji sonrió avergonzado y levanto la cabeza para besarlo, ambas lenguas comenzaron a luchar desesperadas, sus jadeos se unieron también encima de sus rostros. El mayor llevo una de sus manos entre las ropas de Ji, acaricio un lado de su abdomen y subió hasta atrapar uno de sus pezones, lo apretó con dos dedos sin dejar de besarlo, Ji gimió entre el beso, los peñizcos sobre su pezón mandaban corrientes eléctricas directo a su entrepierna, gimió más fuerte rompiendo el beso cuando Seung apretó más sus miembros y estos de encontraron por sobre la ropa.

 

— Ji Yong… — jadeaba Seung moviendo sus caderas sobre las de Ji, simulaba lentas penetraciones, pero el menor abrió más las piernas, le permitió moverse más rápido, más cerca de su entrada, buscando desesperado más contacto para aliviar el enorme deseo que ardía en su interior.

 

Seung se incorporó sobre sus rodillas, miro un segundo al jadeante Ji Yong quien también lo miraba con ojos brillantes de lujuria, acaricio con ambas manos sus muslos abiertos a su alrededor, paseo sus manos hasta llegar a su cinturón, acaricio su pene por sobre la ropa, Ji gimió, arqueo la espalda y cerró los ojos, pero los abrió enseguida para mirar hacia abajo, Seung estaba desabotonando su camisa, demasiado lento para su gusto, poco a poco su abdomen pálido y agitado fue quedando a la vista, cuando su camisa estuvo por completo abierta Seung lo miro hipnotizado, paseo ambas manos por su piel y se inclinó, atrapo un pezón con su boca, lamio y succiono, Ji gimió, la boca del otro se sentía tan caliente sobre su piel, era como si estuviera quemándolo, las manos del menor acariciaron entre los cabellos oscuros con una mano y la otra se movía sobre sus omoplatos.

 

Seung llevo su boca al centro de su pecho sin dejar de lamer ni besar, lentamente fue bajando mientras Ji lo miraba con la cabeza un poco levantada, Seung llego hasta su vientre y con la boca aun sobre su piel comenzó a quitar su cinturón con ambas manos, abrió sus pantalones y dejo a la vista su ropa interior, siguió arrastrando sus labios hasta atrapar su miembro por sobre la ropa.

 

— No Seung — Ji estaba avergonzado, nunca nadie lo había besado ahí antes — con la boca no…

 

Pero a Seung Hyun no podía importarle menos la vergüenza de Ji, volvió a apretar su miembro entre sus labios, esta vez más fuerte, Ji arqueo la espalda e involuntariamente dejo salir un gemido con los ojos cerrados, satisfecho Seung bajo su ropa interior y liberó su miembro húmedo, aun avergonzado Ji miro hacia abajo, pero ya no pudo seguir haciéndolo, dejo caer su cabeza sobre la cama cuando el mayor comenzó a masturbar su pene lentamente, más gemidos agudos de la boca de Ji salieron uno tras otro, Seung había comenzado a lamer su pene, desde la base hasta la punta, llevándose con su lengua las gotas de líquido pre seminal.

 

— No… no… ¡Ahhm! — balbuceaba Ji, pero dio un gemido gutural cuando sintió la punta de su pene ser envuelta por los labios ajenos, demasiado calientes y mojados, siguió gimiendo cuando lentamente fue envuelto por completo, podía sentir la respiración cálida del mayor sobre su ingle, su lengua moverse en el escaso espacio al interior de su boca, Ji Yong se perdió por completo en el placer y casi por reflejo alzo las caderas cuando el otro comenzó el balanceo sobre su pene.

 

Los gemidos de Ji Yong impulsaban a moverse más rápido a Seung, a hacer el balanceo más duro, su saliva mojaba por completo la zona creando sonidos obscenos en cada movimiento.

 

— Seung Hyun… detente… ¡ahh!... yo voy a… — pero esa suplica solo encendió mas al mayor, Ji Yong estaba a su merced e intensifico sus movimientos, con una mano acaricio su abdomen y su pecho y con la otra bajo un poco más su ropa interior y acaricio sus testículos suavemente.

 

Ji Yong no luchaba, alzaba las caderas y jadeaba rápido, ya al borde del orgasmo puso ambas manos entre los cabellos del otro y empujó al mismo ritmo de los movimientos de su pelvis.

 

Seung supo que estaba a punto de recibir el semen de Ji cuando ya casi no se movía, ya no le estaba dando sexo oral, ahora era Ji Yong el que estaba follando su boca, relajo la mandíbula y dejo que el otro hiciera con sus labios lo que quisiera hasta que el caliente liquido inundo su boca, se sintió ahogado y trago con dificultad, pero su sabor era delicioso y los gemidos agudos de Ji eran terriblemente sexys, Seung apretó los labios contra el pene del otro para darle más placer mientras dejaba salir las ultimas gotas que él bebió sediento de Ji Yong.

 

— Seung… perdón… — balbuceo Ji en los espasmos del post orgasmo, aun movía sus caderas lentamente, acariciando con cariño los cabellos del mayor, lo miro hacia abajo y los ojos de Seung casi lo hacen derretirse, él lo miraba hacia arriba aun con su pene en la boca, sus mejillas estaban ahuecadas, lentamente se retiró apretando la piel con sus labios para no dejar rastro de semen fuera de su boca, cuando lo saco trago lo último y dio una lamida final sobre su falo.

 

— ¿Seguro que no has hecho esto antes? — pregunto Seung sonriendo, se incorporó sobre sus rodillas y se pasó el antebrazo por la boca para limpiar el exceso de saliva y semen de su rostro.

 

Ji Yong afirmo con la cabeza, no fue capaz de responder con palabras, se sentía muy avergonzado, seguía recostado en la cama, su pecho subía y bajaba agitado y perlas de sudor adornaban su frente, los pétalos de las rosas estaban esparcidos aun en su espalda.

 

— Eres hermoso… — dijo Seung levantándose de la cama y comenzó a abrir su propio cinturón, luego bajo sus pantalones incluyendo la ropa interior, Ji vio con miedo su erección, era más grande que la suya, Seung la tomó y se masturbo lentamente — date la vuelta…

 

Ji lo miro a la cara un momento, pero al siguiente obedeció, rodo en la cama y término boca abajo, sintió como Seung terminaba de quitar su camisa y luego tiro de sus pantalones dejándolo completamente desnudo, un nuevo sentimiento de vergüenza lo ataco, Seung estaba mirando su trasero, se sentía tan expuesto en ese instante y tan pequeño, pero todo eso se disolvió rápido cuando sintió que un par de grandes manos atraparon cada uno de sus glúteos y lo apretaron junto a un suave gemido.

 

— Abre las piernas hermoso — dijo Seung soltando su trasero, Ji obedeció, abrió las piernas y sus caderas se elevaron un poco de la cama, su pene otra vez duro colgaba entre ellas.

 

— Es muy grande — dijo Ji temeroso, aterrado sintió que el otro ponía las rodillas sobre la cama entre sus piernas.

 

— Te gustara, estoy seguro — Seung volvió a apretar sus glúteos con fuerza, deslizo sus manos por su espalda y se afirmó de la leve curva de su cadera, posiciono su pene en la línea del trasero de Ji, ambos dejaron salir gemidos ante el contacto.

 

— Hazlo con cuidado — pidió Ji entre asustado y ansioso por lo que iba a pasar, pero enseguida gimió cuando Seung Hyun detrás de él se comenzó a mover masturbando su pene entre sus glúteos, simulando penetrarlo con duras y rápidas embestidas.

 

Ji Yong coopero moviendo las caderas, sentir ese gran pene sobre su cuerpo le gustaba, sintió un momento después como un par de gotas mojaban su espalda baja, adivino que era el líquido pre seminal de Seung, este jugo un momento más con su trasero, quería acostumbrar a Ji a la sensación, prepararlo para lo que venía porque como su primera vez probablemente le dolería al principio y no quería hacerlo sufrir. A ratos Seung se inclinaba sobre su espalda y dejaba húmedos besos sobre su piel, acariciaba sus muslos y caderas y  nombraba su nombre entre jadeos.

 

— No te muevas — dijo el mayor cuando sintió que ya no podía más, se paró de la cama, Ji obedeció y no de movió.

 

Seung tomo un pequeño frasco de vidrio que había dejado más temprano en la mesita de noche, luego se inclinó sobre ella la cama y acerco su rostro al trasero de Ji, este no se lo esperaba, si antes sintió vergüenza aquello era mil veces peor, Seung comenzó a acariciar su entrada con la lengua mojándola con su tibia saliva.

 

— ¡Dios, Seung no! — pero luego gimió, la lengua de Seung Hyun intentaba abrirse paso por entre la piel de su entrada, apretó las mantas con los puños de sus dos manos atrapando algunos pétalos — tu lengua… no… ahhmm…

 

Seung Hyun sin dejar de mover su lengua abrió el frasco en sus manos y metió un dedo en él, luego retiro su boca y la reemplazo por su dedo, Ji dio un respingo.

 

— Esta frío — reclamo al sentir el dedo en su entrada, intento mirar hacia atrás para ver que hacia Seung Hyun, pero solo alcanzaba a ver uno de sus hombros.

 

— Es vaselina hermoso, para que entre y salga más rico — murmuro Seung Hyun justo antes de introducir un dedo, sin parar lo metió hasta que ya no pudo llegar más adentro.

 

Ji Yong sintió que el mundo daba vuelta a su alrededor y que sus piernas ya no eran capaces de sostener su peso, comenzó a gemir sin poder controlarse cuando el dedo en su entrada salió y volvió a entrar sin aviso, más veces se repitió el proceso hasta que dejo salir un agudo grito, Seung metió un segundo dedo, no lo dejo acostumbrarse a la sensación cuando ya estaba metiendo y sacándo de forma rápida, Ji primero sintió incomodidad, pero después de algunos movimientos comenzó a experimentar un placer que nunca había sentido, algo estaba tocando Seung en su interior que él no sabía que existía, un pequeño espacio dentro de él que lo llenaba de calor.

 

¿Te duele? Quiso preguntar Seung, pero la respuesta era obvia, Ji jadeaba y se empujaba el mismo contra sus dedos. El mayor retiro su mano, Ji se quedó inmóvil controlando su respiración, el otro volvió a colocar sus rodillas sobre la cama, mojo de vaselina su pene y tiro el frasco a la cama lejos, se posiciono en la entrada del otro para comenzar a empujar.

 

— Seung… — pronuncio Ji al darse cuenta que era lo que ocurría, Seung le estaba metiendo su pene lentamente, no dolió al principio, pero cuando ya la cabeza estaba adentro una terrible punzada lo atacó — ¡Ahhh! Duele, me duele Seung.

 

Ji pensó que el otro se detendría ante su suplica, pero Seung Hyun siguió introduciéndose en su cuerpo y aunque lo hacía muy lento dolía de forma infernal.

 

— Seung… basta — pronuncio Ji ahora jadeando de dolor, intentaba impulsar sus caderas hacia adelante para separarse, pero el otro lo tenía bien sujeto de ellas y no le permitía moverse.

 

— Tranquilo… — Seung Hyun hablaba en un hilo de voz reprimiendo las ganas de llegar hasta el fondo de una sola estocada — relájate, el dolor solo dura un momento…

 

— Maldito… te odio — apretó más las mantas en sus puños y escondió el rostro en entre los pétalos de las rosas.

 

Seung Hyun llego hasta el fondo y se quedó inmóvil, dejo salir un ronco gemido y luego una corta carcajada media ahogada por su respiración rápida.  

 

— Pensé que me amabas… — dijo sonriendo mientras acariciaba sus glúteos con la punta de sus dedos, trataba de controlarse, si no fuese porque se trataba de la entrada virgen de su amado Ji Yong ya se la hubiese roto sin piedad.

 

— No, te odio… ¡Ahhh! — respondió con los dientes apretados, Seung comenzó a moverse de manera circular.

 

— No te durara mucho — dijo divertido mientras sonreía, se inclinó sobre Ji y atrapo su miembro con una mano y comenzó a masturbarlo, el menor inmediatamente comenzó a gemir — ¿me odias aun?

 

— Si… — respondió con un hilo de voz, el dolor en su entrada se estaba calmando y la mano en su pene se sentía demasiado bien, Seung Hyun realmente sabia como tocarlo.

 

Seung Hyun comenzó a mover sus caderas, primero de manera lenta, con cuidado, saco solo un poco su pene y lo volvió a meter despacio, al escuchar como Ji gemía y al sentir su entrada contraerse comenzó a moverse más rápido, sacaba su pene más y lo volvía a meter más duro, seguía masturbándolo al mismo ritmo, ambos estaban jadeando, claramente a Ji Yong no le dolía, el mismo se estaba impulsando contra sus caderas.

 

— ¿Y ahora… me odias? — volvió a preguntar el mayor entre gemidos y jadeos sin dejar de moverse, estaba golpeando con fuerza las nalgas de Ji con su ingle y su próstata con su pene.

 

— Te amo… te amo… ¡Ahhh! Seung Hyun… te amo — gimió Ji Yong totalmente perdido, estaba en otro mundo, uno donde solo existía el y el hombre que lo estaba llevando directo a las nubes, apretó con más fuerza las mantas, su piel estaba sudorosa, los sonidos obscenos y el olor a sexo inundaban la habitación, Ji Yong nunca se había sentido tan perdido como en ese momento, el placer lo estaba cegando, podía sentir claramente la punta del pene de Seung Hyun tocando el fondo de su interior.

 

Seung de repente se detuvo y se retiró, se levantó de la cama y Ji Yong un poco molesto se dio la vuelta en la cama para mirarlo, vio al moreno con el rostro mojado por el sudor y las mejillas levemente rosas, su pecho estaba muy agitado, gotas de sudor rodaban desde su cuello.

 

— ¿Por qué paras?

 

— Quiero ver tu rostro — Seung dio una mirada a el cuerpo ajeno mientras colocaba nuevamente las piernas sobre la cama, la cara roja de Ji, el cabello pegado en su frente por el sudor y su piel blanca y brillante le parecieron la visión más hermosa que hubiese visto nunca.

 

El mayor acaricio su muslos deteniéndose un momento en sus tatuajes, después los tomó ambos y los alzo para levantar la entrada de Ji, dirigió la punta de su pene hacia ella, se introdujo rápido en ella dando un ronco gemido, abrazo las piernas de Ji Yong y este por instinto lo rodeo por las caderas.

 

— Me voy a correr — jadeo Seung comenzando con las embestidas — ya no puedo… me voy a correr dentro de ti… córrete conmigo Ji…

 

Otra vez Ji Yong se perdió en el placer y en las sensaciones de su cuerpo, volvió a apretar las mantas en sus puños, vio con los labios entreabiertos como Seung se inclinaba sobre el sin dejar de penetrarlo y lo besaba en los labios de forma frenética, la boca del mayor tenía un ácido sabor, Ji Yong adivino que era el de su propio semen que había bebido hace rato, dejo de apretar las mantas y llevo las manos a la espalda ajena, incrusto sus uñas en sus omoplatos, Seung gimió y arremetió más duro contra él.

 

Seung estaba a punto llegar al orgasmo, se separó del beso porque no podía dejar de gemir y de embestir a Ji con fuerza, posó su frente sobre la ajena y gimió sobre la boca de Ji Yong cuando dejo salir su semen en su interior, Ji Yong lo sintió inundándolo, sintió como se desbordaba y empapaba toda la zona con el ardiente líquido, también dejo salir su propia esencia entre los dos abdómenes. Los dos gimieron fuerte al mismo tiempo, con las frentes unidas, los ojos cerrados y los labios rozándose.

 

Las embestidas se hicieron menos fuertes y más largas a medida que Seung Hyun dejaba salir lo último de su eyaculación, quería dejar hasta la última gota en su interior, ahora si podía decir que era suyo con justificada razón, ahora lo tenía marcado por dentro. Ji Yong suavizo el agarre en su espalda, pero dejo las manos ahí acariciándola con cariño, Seung lo beso aun en su interior, lo beso con amor, suavemente disfrutando del sabor de sus labios aun con el eco de sus gemidos en las orejas.

 

— Dormirás aquí a partir de ahora — dijo Seung al separarse del beso.

 

— Esta bien… solo si hacemos esto todas las noches antes de dormir.

 

— Antes de dormir, al despertar, en medio de la noche, cuando quieras hermoso.

 

Seung sonrió y lo volvió a besar.


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