Capítulo 1
La mañana había comenzado muy bien. El clima era perfecto, el desayuno había sido bueno, ni siquiera había tenido problema para ubicar el aula en la cual se impartía su primera clase. La mañana de Castiel había sido perfecta. Por lo menos lo fue hasta los primeros cinco minutos de su clase, cuando alguien muy poco respetuoso y nada puntual abrió ruidosamente la puerta, casi pone los ojos en blanco al reconocer a su nuevo vecino.
El profesor, un hombre de mediana edad y pinta de no tener la menor idea de cómo vestirse más o menos formal, detuvo su explicación sobre los temas que se abordarían durante el curso para mirar al recién llegado, acto seguido tomó la lista en la que aparecían los nombres de todos los alumnos.
-Winchester ¿no es así?- sin darle tiempo a contestar anotó algo en la lista y lo miró- siéntate y cállate. Llega tarde de nuevo y no entras, tres faltas y puedes olvidarte de aprobar el curso.- miró a la clase entera y dijo en todo de advertencia- va para todos- acto seguido continuó con su explicación.
Dean fue a sentarse al único lugar que quedaba libre, en el penúltimo asiento de la fila junto a la ventana. Una leve sonrisa apareció en su rostro al reconocer al chico que estaba sentado junto a él. Se trataba de uno de los gemelos del día anterior, el de los ojos azules.
La mayor parte de la clase la pasó haciendo dibujitos sobre su “nena” -un Chevrolet Impala del 67- en los márgenes de una hoja de su cuaderno. El único momento en el que prestó atención fue cuando él chico sentado junto a él explicó a la clase sus razones para elegir tal carrera universitaria.
-Quiero encontrar mi lugar en el mundo. Pienso que existiendo tantas culturas en alguna he de encajar- Mientras hablaba su tono de voz iba bajando al tiempo que un leve sonrojo iba invadiendo sus mejillas.
Sin lugar a dudas él chico era jodidamente tierno.
Cuando llegó el momento de Dean de explicar sus razones fue al chico – gracias a la presentación ante todos ahora sabía que se llamaba Castiel- a quien miró.
-Aun no me creo del todo que esté aquí. Toda mi vida pensé que sería mecánico, como mi padre. Pero después de dos años de dedicarme a eso de una forma más o menos profesional me di cuenta de que para mí no era más que un hobby.- observó al profesor antes de continuar- ¿Usted creé en la magia y todas esas cosas sobrenaturales?-
Para sorpresa del chico el profesor contestó con un asentimiento.
-Bueno pues yo igual creo en esas cosas, y decidí que mi motivo en esta vida es el encontrar la magia en este mundo tan jodidamente aburrido y monótono-
Antes de que el profesor diera la clase por terminada dividió al grupo en equipos de tres integrantes con los cuales trabajarían todo el semestre en los trabajos que lo requirieran. Dean no creía demasiado en esas cosas sobre el destino, sin embargo no pudo evitar atribuirle el hecho de terminar en el mismo equipo que Castiel, el otro integrante era un chico de apariencia amable que se encontraba sentado detrás de Dean, su nombre era Benny.
Para la primera semana debían de entregar dos reportes de lectura individuales y uno por equipo. Cuando el chico de ojos verdes propuso que se dividieran la lectura, 25 páginas cada uno, después cada quien escribía lo relevante de lo que había leído y al final lo juntaban, su magnífica idea solo recibió por respuesta las miradas desaprobatorias de sus compañeros “Genial, me tocaron los nerds” pensó Dean suspirando.
Para cuando terminaron las clases del día los tres chicos se dirigían al hogar de Benny para realizar el trabajo que debía de entregarse el lunes de la siguiente semana.
Lunes
-Tu nombre es muy raro, chico- Dijo Benny a Castiel durante el trayecto a su hogar-
El moreno se encogió de hombros. -Es el nombre de un ángel-
-Creo que te queda bien- Intervino Winchester- Pero a mi parecer suena mejor Cass- pareció pensarlo por un momento, en el cual repitió el nombre un par de veces- Si, te diré Cass-
El departamento de Benny no se encontraba muy lejos de la universidad, solo un par de cuadras caminando en dirección contraria al edificio en el que vivían Dean y Castiel. Apenas llegar comenzaron con la lectura, era bastante complicada pero muy interesante, hablaba sobre los primeros escritos de carácter etnográfico realizados por conquistadores y aventureros.
Todo se veía muy bien, terminarían los trabajos con seis días de antelación, o por lo menos así lo creyeron. La primera media hora transcurrió sin problemas, pero pasado ese lapso el ruido propio de una construcción les hizo imposible concentrarse.
-La mujer que vive arriba está remodelando su apartamento- Murmuró Benny a modo de explicación.
Tuvieron que dejar la lectura a medias. El día siguiente intentarían trabajar en casa de Cass.
Martes
Dean y Cass caminaban juntos a casa mientras charlaban de todo y nada. Benny había olvidado que ese día tenía cita con el médico, así que habían pasado lo del trabajo para el día siguiente.
-¿Verdad o reto?- Preguntó Dean de repente.
Un gesto más o menos parecido a una sonrisa cruzó fugazmente el rostro de Castiel.
-Verdad-
Dean pensó en una pregunta por un par de segundos.
-¿Te molesta mi música a todo volumen?-
Castiel se encogió de hombros y le dirigió una rápida mirada al chico que caminaba a su lado.
-No realmente, estoy acostumbrado a que todo a mí alrededor sea caos y descontrol.- otra vez ese ligero amago de sonrisa cruzó su rostro- ¿Verdad o reto?
El rubio lo pensó un momento.
-Verdad-
“Estas con alguien” La pregunta llegó inmediatamente a su cabeza, tan rápido que lo desconcertó “Vamos Cass ¡Que acabas de conocerlo! Y si, es guapo, amable y…”
-¿Por qué ese gusto de encontrarle lo mágico a la vida?- Preguntó recordando lo dicho por el mayor el día anterior.
-Porque me niego a aceptar que nuestro mundo es tan común, creo que por lo menos una de entre todas esas cosas mágicas de las que se han hecho libros, películas y series de televisión deben de tener base en algo real. ¿Verdad o reto?-
-Verdad-
-¿Tienes pareja?- Preguntó Dean como al descuido.
Esta vez Cass sonrió abiertamente.
Para ese momento ambos chicos se encontraban ante la puerta de sus respectivos apartamentos, Novak abrió la puerta del suyo antes de responder.
-No, nadie. Adiós Dean.-
-Adiós Cass-
Miércoles
Benny, Dean y Cass se encontraban en casa de este último sentados ante la mesa del comedor. En el lugar, además de ellos solo se encontraba Anna, quien iba de un lugar a otro de la casa tarareando una vieja canción, y Gabriel, quien estaba encerrado en la habitación que compartía con Balthazar.
Sin embargo la tranquilidad duró hasta que los dos hermanos faltantes hicieron su aparición.
-Créemelo viejo, las jirafas peleando son la cosa más extraña que he visto en mucho tiempo, no entiendo cómo pueden golpearse con el cuello.- decía Jimmy con efusividad.
-Yo creo que estás loco.- Respondió Balthazar con gesto divertido entrando al apartamento. - ¡Pero que tenemos aquí, Cassie tiene amigos!- él chico se aproximó a su hermano menor para despeinar sus de por sí ya desordenados cabellos-
-Deja de molestarme- Murmuró molesto tratando de volver a peinarse-
Él mayor rio dirigiéndose a su habitación. Al abrir la puerta un enorme y lanudo perro salió corriendo a toda velocidad seguido por un par de conejos negros.
-No, no ¡NO!- gritó Gabriel al presenciar la huida de sus mascotas-
Corrió tras ellos tratando de regresarlos a su habitación ante las divertidas miradas de casi todos los presentes, y digo casi porque Anna estaba poco más que furiosa.
-¡GABRIEL NOVAK! ¿Qué dijimos sobre los animales?-
-Déjalo Ann, son sus únicos amigos- Dijo Balthazar entre risas tomando a uno de los conejos de encima de la mesa-
-Me gustan los animales- murmuró Jimmy con una leve sonrisa en su rostro tomando en brazos al otro conejo - me hacen sentir más conectado con la naturaleza-
Pasaron un buen rato así, Anna gritándole a Gabriel, Gabe persiguiendo al perro que no parecía cansarse, Jimmy tratando de hacer que un conejo se sentara sobre la cabeza de Cass y Balthazar, Benny y Dean riéndose de la desventura de Gabriel.
Cuando este último logró atrapar a su perro y volvió a encerrarlo en su habitación en compañía de los conejos una batalla campal comenzó entre Anna y Gabe, Balthazar intercedió por su hermano mayor y Jimmy trató de hacer de intermediador. A resumidas cuentas la paz que reinaba hasta hace unos minutos se convirtió en caos y los tres chicos tuvieron que suspender nuevamente su lectura.
Al día siguiente intentarían trabajar en casa de Dean.
Jueves
Apenas abrir la puerta perdieron toda esperanza de trabajar en ese lugar.
Dos chicos, los cuales Dean presentó como Ash y Chuck, jugaban videojuegos sentados en el piso ante el televisor con el volumen al máximo mientras uno de ellos -Chuck para ser exactos- explicaba a detalle el contenido del libro del apocalipsis a su compañero, quien parecía bastante habituado al eterno monólogo del contrario.
Otro chico, al cual su ropa elegante y porte lo hacían lucir completamente fuera de lugar en el desordenado departamento jugaba a lanzar bolitas de papel a la cabeza de los otros dos chicos desde su lugar en el sofá. Dean dijo que se llamaba Crowley. Junto a él un chico alto y de cabello castaño, el cual el rubio presentó como su hermano menor Sam, navegaba por la Internet en busca de alguna cosa de nerds.
Por ultimo Kevin, un chico de rasgos asiáticos y apariencia inteligente, preguntaba a gritos por el paradero del burrito a medio comer que había dejado en el refrigerador.
Sin embargo lo intentaron, se sentaron ante la mesa del comedor y trataron de leer.
-¡CARAJO, CALLENSE DE UNA PUTA VEZ!- gritó desesperado Dean tras haber leído por décima vez la misma página del libro, ya que debido al ruido no había entendido nada-
-Supongo que saben, trio de genios, que pasando el parque hay una silenciosa y tranquila biblioteca ¿No es así?- Preguntó Crowley con tono irónico para después dar una mordida al burrito que había robado a Kevin-
Los tres chicos se miraron y sin decir nada tomaron sus cosas y se dirigieron a la biblioteca.
Viernes
Hace algunas horas por fin habían terminado el ensayo que debían entregar el lunes.
Después de eso Castiel había declinado la oferta hecha por sus nuevos amigos de ir por una cerveza al bar que se encontraba a unas calles argumentando que debía terminar otras tareas.
Pero en realidad lo que quería hacer era tener un rato de paz. Dado el día de la semana en que se encontraban, todos sus hermanos habían salido, así que tendría la casa para el solo al menos por un rato.
Preparó un poco de café, tomó de la mesita de noche su viejo ejemplar de “El Resplandor” de Stephen King y salió al balcón. Un piso por debajo una chica latina con la que Cass se había topado un par de veces al entrar o salir del edificio escuchaba un viejo tango. Se sentó en el piso recargando su espalda del barandal y comenzó a leer.
La lectura le atrapaba tanto que ya no era consciente de las palabras impresas sobre papel, ahora era como si estuviera ahí junto a los protagonistas. Podía sentir la locura apoderarse lentamente de Jack Torrance.
-Cass-
La desesperación de Wendy.
-¡Cass!-
El miedo de Danny. REDRUM
-¡Castiel!-
La voz de Dean lo sacó del trance inducido por la lectura.
Desconcertado elevó la vista del libro para encontrarse con la atenta mirada de Dean, quien se encontraba recargado del barandal de su propio balcón sosteniendo una cerveza en su mano derecha.
-¿Qué pasa?-
-Con que tareas atrasadas-
Cass sintió como el sonrojo iba invadiendo lentamente su rostro.
-Bueno… yo...-
-Ya, ya, lo entiendo- Una sonrisa apareció en su rostro- Pero me niego dejarte pasar encerrado tu primer viernes como universitario así que vístete. Nos vamos en cinco minutos-
El chico entró a su habitación dejando a un sorprendido Cass observando fijo el lugar que antes ocupara el rubio.
Regresó a la habitación para cambiarse de ropa, ya que el pantalón del pijama y la sudadera algo descolorida no eran algo del todo adecuado para salir. Un par de minutos después estaba ante la puerta de su apartamento, vistiendo unos jeans obscuros un poco ajustados, una playera de un tono de azul muy parecido al de sus ojos y una sudadera negra.
Al momento apareció Dean, quien lo miró de pies a cabeza y sonrió con aprobación.
-A juzgar por la forma en que rechazaste nuestra otra invitación supondré que no bebes- dijo el rubio mientras bajaba las escaleras unto a Castiel.
-No mucho- respondió el ojiazul con ese gesto tan suyo que Dean había aprendido a tomarse como una sonrisa.
Caminaron un par de calles hasta llegar a una cafetería que se encontraba casi llena a pesar de la hora. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, Dean pidió café y pie, Castiel solo tomó un té.
-¿Qué estabas leyendo antes de que te interrumpiera?- preguntó Dean cortando un trozo de pie.
-“El Resplandor”- Cass dio un sorbo a su té- me gusta leer historias de horror o suspenso. En palabras de Virginia Woolf “es agradable sentir miedo cuando sabemos que no estamos en peligro”-
Dean sonrió a medias, conocía el sentimiento. Noche tras noche, durante los peores años de su vida, las películas de horror fueron su gran compañía, él pensaba que era mejor sentir miedo por lo que le ocurriese a los personajes y no él verdadero terror que sentía al ver su vida desmoronarse ante sus ojos.
El tiempo se les fue volando, cuando pudieron notarlo pasaba de media noche y el establecimiento se encontraba casi vacío, las horas transcurrieron entre pláticas que incluían un poco de todo.
Cuando salieron del lugar Cass pensaba que tal vez estaba experimentando sentimientos que no tenía desde hace un par de años por ese chico -poseedor de los ojos más verdes que hubiera contemplado- que en ese momento caminaba junto a él.
Dean, en cambio, se encontraba ante la disyuntiva de tratar de llevarse a Castiel a la cama o darse a la tarea de conocerlo más a fondo. Durante las horas de charla había encontrado en el moreno ideas (como todo aquello que pensaba sobre política, religión y poesía) y habilidades (el poder hablar cuatro idiomas, por ejemplo) que le parecían dignos de admirar, eso aunado a la barrera que imponía el chico de manera casi involuntaria cundo la conversación tomaba tintes más personales, le parecían un enigma digno de descifrarse.
-Te veo luego- murmuró Cass al estar frente a la puerta de su apartamento.
-Adios Cass-
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I took her out it was Friday night
I wore cologne to get the feeling right
We started making out and she took off my pants
But then I turned on the TV
And that's about the time that she walked away from me
-Y… ¿Con qué abogado?- Dijo la chica con una sonrisa traviesa asomando en sus labios pintados de rojo, para después dar un sorbo a su copa de vino.-
-Sip, uno pésimo- Gabriel dio un sorbo al refresco de naranja que estaba bebiendo para después sonreírle. –
Aun no podía creer que sus hermanos lo hubieran convencido de ir a la cita que Anna le había conseguido, y vaya que agradecía que lo hubieran hecho, ya que la joven sentada frente al él era por mucho la más hermosa que había visto en un tiempo.
-¿Trabajas?-
La morena parecía muy interesada en conocer todo de él a profundidad y desde hace un rato había comenzado a hacer un montón de preguntas que, por alguna extraña razón, no le incomodaban.
-No, estudio teatro-
- ¿Y qué caso tiene enfocarse en algo tan inútil si tienes una carrera con la que puedes hacer mucho dinero?-
-Conseguir mi sueño.-
El tiempo en esa cita se le fue volando. Pasó varias horas conversando con la chica, ella se reía de sus bromas y mostraba interés en sus historias. La cita parecía ser perfecta, hasta que poco antes de la media noche, él la acompañó a su apartamento.
Ella lo invitó a pasar, y como era de esperarse apenas entraron, comenzaron a besarse con urgencia. De tal manera que, cuando llegaron a la habitación ya estaban en ropa interior. Ella lo hizo caer sobre la cama para acto seguido posicionarse sobre él.
Todo estaba saliendo mucho mejor de lo que Gabe hubiera podido imaginar, por lo menos hasta que, al tantear la mesa de noche en busca del condón que llevaba en el bolsillo de sus pantalones, presionó accidentalmente el botón de encendido del televisor. Estaban transmitiendo un episodio de The Simpson, que para su desgracia, era su favorito.
Gabe trataba con todas sus fuerzas de ignorar el televisor y concentrarse en la sexy chica que tenía sobre él, en recorrer cada centímetro de la piel ajena que tenía a su disposición. Pero cuando el episodio llegó a una parte especialmente graciosa no pudo más que echarse a reír y hacer a la chica a un lado para sentarse a verlo.
Sobra decir que ella no lo tomó nada bien.
Molesta apagó el televisor y lo obligó a salir del lugar aún medio desnudo.
-Eres un idiota inmaduro y desconsiderado. Llevo toda la noche aguantando tus estúpidas bromas y tus historias aburridas solo porque me pareciste atractivo ¡Pero esto es demasiado! ¡Tienes veintitrés, no trece años! Deja de comportarte como un niño.
Then later on, on the drive home
I called her mom from a pay phone
I said I was the cops
And your husband's in jail
This state looks down on sodomy
And that's about the time that bitch hung up on me
Gabe terminó de vestirse en el pasillo. Bajó las escaleras pensando que tal vez se lo merecía y que era tiempo de madurar. Sin embargo eso no lo detuvo para, al salir, patear el cubo de basura de la chica esparciendo por todos lados su contenido, escribir “zorra” sobre el cofre de su auto, y gritar “Que te jodan” a todo pulmón bajo su ventana, para luego salir corriendo en medio de un ataque de risa.
Nobody likes you when your 23
And you still act like you're in Freshman year
What the hell is wrong with me?
My friends say I should act my age
What's my age again?
What's my age again?
Todo habría estado bien de no ser porque el mismo llevaba tiempo pensando que tal vez debería cambiar un poco su actitud. Olvidarse de todos esos sueños locos de ser un comediante famoso y tener un tigre blanco, para comenzar a ejercer la abogacía, conseguir una novia con la cual, después de un tiempo, casarse y formar una familia. Hacer todas esas cosas que las personas normalmente hacen.
Porque la verdad es que nadie te quiere cuando te comportas como en el primer año de escuela, cuando te apetece más ver una caricatura que tener sexo, cuando hacer bromas es algo tan fundamental en tu existencia.
Sin ánimo de llegar a casa aún se dejó caer sobre el húmedo césped del parque que se encontraba frente a su hogar. Era tarde, muy tarde, el lugar estaba desierto, al igual que las calles cercanas. ¿Por qué no podía madurar de una vez? Del bolsillo de su chaqueta sacó una barra de chocolate que comió pensando en que su vida era una mierda. ¿A quién quería engañar? Ni siquiera tenía talento como actor, nunca llegaría lejos ni como actor, ni como comediante, ni abogado, ni nada, todo sería más fácil si no se esperara tanto de él, Gabe solo quería disfrutar un poco la vida, ya que todos parecían demasiado ocupados tomándose en serio y buscando algún empleo que les ayudara a costearse una vida que por muy lujosa que fuera no se daban el lujo de disfrutar. Por Dios, si solo somos simios sin pelo que se creen superiores porque aprendieron a modificar el ambiente y de paso arruinar todo el puto planeta.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un chico bastante alto calló sobre él.
Sam Winchester caminaba de regreso a su apartamento. Había pasado en la biblioteca todo el día terminando trabajos pendientes que debía presentar el lunes, cuando la bibliotecaria lo obligó a salir del lugar pasó tres horas más frente al edificio terminando de repasar sus notas de clase. Y es que cualquier sitio era mejor que el ruidoso apartamento en el que vivía. Todo el tiempo había gritos, música, bromas pesadas y las constantes críticas y observaciones de que todos eran unos cerdos, cortesía de Crowley.
Cuando llegó el momento de regresar a casa estaba tan cansado y somnoliento que al cruzar por el parque no notó al chico que estaba recostado sobre el césped y tropezó con él.
-Lo lamentó, no te vi- Dijo un tanto asustado poniéndose de pie. Extiende su mano en dirección al otro chico para ayudarlo a levantarse.
Gabe tomó la mano que el chico le extendía y con un pequeño salto se puso de pie, sacudió un poco sus ropas para después mirar a quien interrumpiera sus reflexiones.
-No te disculpes, supongo que nadie espera encontrarse a un tipo tirado en el césped de un parque a la mitad de la noche- murmuró el mayor de los Novak - Soy Gabe.
Sam, por un momento, se quedó sin saber qué hacer. Y es que el hombre que tenía ante él encajaba perfectamente en la categoría de “Amores platónicos de Sam Winchester”.
-Ss.. Sam- respondía apresurado al notar que los segundos transcurrían y él no respondía nada a su interlocutor.
-Y dime Sam ¿Caer sobre las personas es tu manera de socializar?
El mencionado sonrió con un sonrojo extendiéndose por sus mejillas.
-No, no suelo hacerlo.
That's about the time she broke up with me
No one should take themselves so seriously
With many years ahead to fall in line
Why would you wish that on me?
I never want to act my age
What's my age again?
What's my age again?
Una hora y 45 minutos después ambos chicos se encontraban sentados en el piso frente a sus respectivos apartamentos. Gabe había sido quien hablara la mayor parte del tiempo relatándole al menor todas las divertidas historias que tenía por contar, Sam, a diferencia de la chica con la cual Gabe pasara la primera parte de la noche, lo escuchaba con autentico interés y reía con gusto de lo que le relataba el contrario.
-En verdad fue genial- decía Gabriel entre risas- nunca olvidaré la cara de Jimmy cuando despertó y estaba a mitad del lago flotando sobre un colchón inflable, Balthy, Cass y yo estuvimos castigados todo el verano pero valió la pena.
Sam reía tratando de imaginarse la escena, gustoso hubiera permanecido escuchando las historias del de menor estatura hasta el amanecer, pero un adormilado Dean abrió la puerta del apartamento para llamar a su hermano menor.
-Sammy en verdad me alegra que no seas todo el tiempo un nerd y tengas amigos, pero son las 3 de la mañana.- Acto seguido se adentró en el apartamento dejando la puerta principal abierta.
Sam obedeció la implícita orden de su hermano a regañadientes. Antes de entrar Gabe ofreció a Sam salir en otra ocasión, a lo que el chico Winchester respondió con un leve asentimiento.
Al cerrar la puerta tras de sí Sam soltó un gran suspiro y sonrió.
-¿Qué tal estuvo tu cita?- preguntó Balthy, a un medio dormido, cuando Gabe entró a la habitación.
-Mejor de lo que creía- respondió con una sonrisa en su rostro mientras comenzaba a alistarse para dormir.
-Sabía que te agradaría Kali
-Oh no, con ella todo se fue a la mierda al momento en que comenzamos a hablar- comentó el de ojos miel con entusiasmo- pero Sammy…