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Recorrido 'In-seminal'. por Negatto

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Notas del capitulo:

Capítulo 11:

¡Alola, lectores!
Vuelvo a actualizar después de un (muy, muy) largo tiempo.
Primero que todo, me disculpo luego de la tardía continuación de mi fic. He estado muy ocupado con mis estudios, y la falta de tiempo me ha afectado horrendamente. 
Espero que entiendan mi situación, y para los que les interesa esta pequeña creación les pido por favor que esperen por ella. <3

¡Espero que les guste!

Kukui dirigió su mirada hacia el sujeto frente a él.

—¿Eh? Uhm... Alola, Liam.

—Lo he estado buscando por toda la ciudad, vengo de visitar su casa y no estaba por allí —decía el pelirosa con una molesta expresión en el rostro. —Noté su ausencía el día de hoy, ¿usted olvida cuál es su trabajo y la responsabilidad que conlleva?.

—¡Cla-claro que lo sé! —dijo el fornido hombre llevando su mano izquierda a la nuca.

—También te ausentaste tú, Kiawe —el pelirosa llevó su mirada a las manos entrelazadas frente a él. —Oh, ya veo el problema...

—¡N-no es lo que usted cree! —chillaba el moreno soltando la mano del profesor.

Lo sabían, lo sabían perfectamente. No podían volver a mostrar índices de su "íntima relación" en público, nuevamente habían sido descubiertos. Kiawe se disponía a excusarse de todo cuando la enfermera a cargo del centro pokémon le llamó a la recepción.

—To-todo tiene una explicación, por favor no se vaya aún —tartamudeaba el moreno poniéndose de pie. —¡Ya vuelvo!.

El de peinado en punta abandonó nervioso el lugar de la disputa en dirección al gran mesón en medio del local.

—¿Entonces? —decía Liam sentándose al costado del mayor, exigendo una respuesta. 

—Estoy saliendo con Kiawe —dijo firmemente mirando a los ojos del pelirosa. —¿Es eso lo que querías oír?.

—Hmm... No precisamente.

El más bajo hizo una pausa y se levantó de brazos cruzados.

—Está bien, lo comprendo. Más le vale no exponerse públicamente, usted sabe cómo son de mal vistas las relaciones con tanta diferencia de edad.

—Liam, ¿puedo pedirte un favor? —decía el mayor tirándo del chaleco ajeno.

—No le diré a nadie, no se preocupe. Sólo espero que no descuíde su trabajo, Profesor Kukui.

El más alto asintió con la cabeza soltando del chaleco de Liam. Susurró un "Adios" y vió al pelirosa salir del centro pokémon.

—¡Profesor Liam, Profesor--! —gritaba el moreno corriendo a la puerta del local, siendo detenido por el más fuerte tomándolo del brazo.

—Ya le expliqué todo, muchacho. Vamos a casa, ya es tarde.

Kiawe lo miró con sus ojos abiertos como platos, tartamudeó tratándo de manisfestarse ante el fuerte apretón por parte del contrario cuando este comenzó a caminar, abandonando el local de rojo color aún tirando del moreno.

—¡¿Qu-qué le dijo?! —gruñía alterado el más bajo cuando ya se encontraban a solas en medio del bosque camino a casa.

—La verdad, ¿qué más le iba a decir?.

—¡¿A-ah?! —gritó tirándo del brazo ajeno. —¡¿Por qué, por qué le dijo?!.

Kukui rió por un segundo, llevó sus manos a la cara del menor y comenzó a acariciarlo.

—Lindo —susurró.

—¡Pe-pe-pero, prof---!.

Las palabras del joven extranjero fueron suprimidas por un tierno beso por parte del mayor. Unos segundos bastaron para separar sus labios lentamente.

—Confío en Liam, es un chico sincero.

Kiawe tapaba sus mejillas con su antebrazo tratando de esconder su notorio carmesí color.

—Está bien... —susurró el moreno desvíando la mirada.

Kukui le lanzó una sonrisa antes de rodear la cintura del menor con uno de sus fuertes brazos.
Ambos caminaron bajo la estrellada noche entre los frondosos árboles de aquel bosque.

—Kiawe —dijo el mayor apretándo la cintura del contrario.

—¿E-eh?.

—Te quiero.

El moreno sorprendido trató de divisar la cara del mayor entre la oscuridad, era casi imposible entre tan poca luz. No sabía cómo reaccionar ante tal frase, buscó y buscó por todas las opciones posibles dentro de su cabeza. Sin embargo, ninguna lograba escapar de aquellos labios sellados por el nerviosismo. Bulbaceó algunas sílabas tratando de formar alguna oración sin fin alguno. El mayor soltó una risa entre las sombras, se detuvo un momento y abrazó fuertemente al menor a su lado.

...

Pasaron alrededor de veinte minútos y lograron entrar al hogar del más grande.
El menor entró primero como de costumbre, subió las escaleras en dirección al baño. Había decidido tomar una ducha tratándo de despejar su notorio nerviosismo.
El mayor se deshizo de su vestimenta quedando en ropa interior, se dirigió a la cocina para ponerse encima un delantal color blanco y comenzar a preparar la cena de esa noche.

...

—¿Qu-qué quería que le respondiese? Es un estúpido... —decía el moreno enrojecido desvistiéndose para entrar a la ducha del mayor.
Quitando por último su bóxer entró a aquel cuadrilátero abriéndo la puerta de cristal. Rodó la manilla para dejar correr libre el agua caliente y luego el agua fría, quedando así un tranquilizante templado sentir.
Inició aquel lavado limpiando su cabello, pasó sus manos enjabonadas alrededor de su cuerpo, limpiando cada rincón de aquella sucia tierra por donde había pasado.

Dando por terminada su limpieza, abrió la trasparente puerta pudiendo así tomar una de las toallas del mayor, secó por completo su cuerpo y caminó hasta el espejo de aquel baño. Secó su cabellera y se peinó con ambas manos, dando así el típico estílo desordenado que solía llevar.

Abrió la puerta lentamente, asomando sólo su cabeza para notar que no estaba el profesor en el segundo piso. Corrió desnudo rapidamente hacia su cuarto, al entrar divisó que sobre su cama se encontraban dos prendas de vestir; la playera del profesor con la cual había dormido cuando terminó adolorido luego de un fuerte encuentro con el mayor y un bóxer de rojo color.

Los vistió sin rechistar, después de todo el mayor solía hacer este tipo de detalles. Kiawe los apreciaba, claro. Sin embargo, no sabía cómo expresar su gratitud más allá de un simple "gracias".

Ya listo bajó las escaleras encontrándose con el mayor sentado frente al televisor, a su lado una mesa con diferentes tipos de platos cocinados por el mismo.

—Ven, Kiawe —dijo moviéndo su mano en forma de llamado.

El moreno obedeció y se sentó al lado del fornido hombre semidesnudo, quien se encontraba comiendo arroz en un pequeño plato.

—Me encanta esta película —decía el más alto con la boca llena de comida mientras pasaba un plato con arroz y carne a su compañero.

—Gracias —susurró el menor sonriéndo al ver el delicioso plato preparado por Kukui.

El mayor al terminar de comer, tomó un refresco a su lado y llevó su brazo a los hombros del menor apegándolo a su cuerpo.

—Kiawe —decía con su característica ronca voz mientras miraba la televisión. —¿Tú me quieres?.

El más bajo se estremeció.

—Yo... Yo... S-sí... —susurró timidamente enforma de respuesta.

—Dílo claramente.

El moreno dirigió su mirada sorprendida ante la fuerte indicación del mayor, notando como este no despegaba sus ojos de la televisión.

—Lo quiero —dijo entre dientes.

—¿Ah? Creo que no lo escuché, repítelo.

La actitud infantil del profesor cambiaba radicalmente cuando le daba ordenes al moreno, pasando a ser un ser completamente temible, y aún más atractivo para el menor.

—Lo-lo quiero, profesor Kukui —decía desvíando la mirada.

—Oye —el mayor semidesnudo se volteaba quedando de lado junto al más bajo. —Mírame.

Kiawe giró su cabeza quedando frente al más alto, trató de disimular su enrojecido rostro llevando su mano derecha a su cara pero el mayor se lo denegó rotúndamente.

—Si mañana logras derrotar a Liam obteniéndo el Normastal-Z te dejaré que vuelvas a hacer algo que sé que te gusta.

—¿A-ah?

—Tú sabes a lo que me refiero.

El moreno tragó saliva demostrando nerviosismo al darse cuenta de aquella propuesta. Una de las veces que más había disfrutado teniéndo sexo con Kukui fue cuando pudo hacer de "activo" en medio del acto. Sabía que no era fácil convencer al mayor de ser penetrado, y mucho menos derrotar al inteligente profesor Liam.

—Espero que te esfuerces, pequeño —dijo el fornido hombre antes de besar al contrario.

Llevó una de sus gruesas piernas sobre las del menor, acarició la barbilla de este y terminó separando sus labios lentamente.

—No sabes cuántas ganas tengo de hacerlo en este momento —decía restregando su bulto contra la pierna izquierda del moreno. —Pero, esperaré a ver si te lo ganas el día de mañana.

El menor ya se encontraba excitado ante las sofocantes frases el mayor, mordió su labio inferior y trató de detener al más alto cuando se disponía a abandonar el sofá.

—Profesor... —decía enrojecido enterrando sus dedos en una de las piernas del mayor. —Ganaré ante Liam el día de mañana y lograré volver a repetir... "Eso".


El más alto esbozó una perversa sonrisa, acarició la cabeza del menor y abandonó la sala en dirección al baño.

—Tomaré una ducha, espérame en la cama —decía subiendo las escaleras.

Kiawe asintió en forma de respuesta y le siguió el paso al cabo de unos minutos.
Llegando a la habitación del mayor procedió a recostarse sobre las sábanas esperando por el fuerte hombre. Encendió la televisión para distraerse, siguió viendo la película que veía con Kukui en el sofá del primer piso, parecía interesante después de todo.

El mayor abría la puerta del baño que daba a su habitación encontrándose con el menor en su cama.
Lucía jodidamente sexy, su fornido cuerpo aún mojado hacía brillar cada fuerte músculo que poseía bien trabajado. Una pequeña toalla le envolvía las piernas desde la cadera hasta las rodillas. Su cuerpo parecía haber sido esculpido por manos divínas, cada parte de él hacía que el cuerpo del moreno se erizase. Llegando así a excitarlo sólo a la vista.

Kiawe giraba su cintura a la izquierda juntando sus piernas tratándo de esconder su repentina erección, dejando a la vista su cubierto pero aún así redondo y formado trasero.

—No me tientes, muchacho —decía el más alto entre risas mientras secaba su largo cabello con una pequeña toalla que traía alrededor del cuello.

—C-cállese.

En una rápida maniobra, el más joven se deslizaba bajo las sabanas para ocultarse. 
Pasaron unos minútos y Kukui se encontraba sentado encima de la cama acariciando la escondida cabeza del contrario sobre las sabanas.

—Lindo —decía el mayor tiernamente.

El menor se destapó encontrándose con el más alto desnudo a su lado. Trató de mirarlo disimuladamente topándose frente a frente. Se enrojeció instantáneamente. Sin embargo, el mayor lo abrazó haciéndolo girar sobre la cama.
Ambos quedaron tendidos sobre las sabanas, el más fuerte aún abrazando al más delgado cuerpo a su poder.
Kiawe sentía cómo la cálida temperatura del profesor lo envolvía lentamente, era bastante cómodo dormir en sus brazos, a pesar de sudar como locos debido al clima de aquella región, los fuertes brazos del mayor protegiéndolo eran el gesto más lindo jamás sentido por él.

—Profesor...

El mayor realizó un quejido con tono de duda.

—No puedo dormir si está apretándome contra su... pene —susurró timidamente.

—Buenas noches, Kiawe —contestó sin más antes de besar la cabellera del moreno ignorando su comentario.

El de cabellera en punta liberó un suspiro, volteándose para quedar con su cara frente al pecho del profesor. Apoyó su frente a éste y cerró sus ojos.

—Buenas noches —susurró antes de dormirse profundamente.

...

Cerca de las ocho de la mañana, una mano acariciando su cara hizo despertar al más joven.

Se quejó unos segundos antes de entreabrir sus ojos lentamente, divisó la silueta del mayor sentado frente a él y los abrió de golpe.

—¡Pro-profesor!.

—Alola, gatito —dijo antes de reír de una forma burlésca.

—¡¿Gatito?!.

—¿No te he dicho lo tanto que te pareces a Litten? Aunque bueno, Litten es bastante odioso conmigo...

—No me parezco a un gato, profesor —susurraba mientras se volteaba liberando un gran bostezo.

—Es hora de levantarse, gatito —decía acariciando la espalda del contrario.

El moreno se quejó ante tal apodo y llevó ambas manos a sus ojos tratando de despertarse definitivamente.

—Iré a preparar el desayuno, no tardes mucho por favor. Te he dejado encima de tu cama lo que deberías vestir hoy, Liam es super estrícto en su prueba de tipo Normal.

El más alto bajó desnudo como de costumbre en dirección a la cocina. Kiawe en cambio, se sentó sobre la cama observando una de sus zapatillas por unos minutos.
Luego de recordar lo que le esperaba aquel día saltó enérgicamente poniéndose de pie.
Corrió a su habitación y se encontró con una extraña tenida sobre su cama.

Una camisa de blanco color junto a una corbata bicolor, un blazer de tono azul marino con el logo de la escuela, un pantalon largo del mismo color y un par de mocasínes.


Comenzó a vestirse rápidamente, no entendía por qué debía de verse tan formal el día de hoy pero no dió un paso atrás.

Bajó las escaleras y se encontró con el mayor cocinando con un delantal encima.

—¡Alola, Kiawe! —decía el profesor mientras servía su café.

El moreno sonrió y se sentó en la silla frente a la cocina. Movía sus pies rápidamente de la emoción y no podía evitar hablar sobre el tema.
El mayor le respondía con una sonrisa de oreja a oreja cada vez que el menor le comentaba mientras preparaba la mesa.

—Espero que des todo lo tuyo hoy, muchacho —Kukui acariciaba el cabello del contrario.

—¡Eso haré, téngalo por seguro! —respondía enérgicamente.

—Más aún con la recompensa que obtendrás —susurró al oído del menor antes de besar traviesamente su lóbulo.

El más joven sentía un cosquilleo por todo el cuerpo, esa tentación provocada por el más alto lo volvía completamente loco.

No pudo formular una respuesta y se limitó a comer el desayuno servido por parte del profesor.

Pocos minutos pasaron cuando los platos estaban completamente vacíos, y una gota de leche recorría la mandíbula del moreno. Kukui llevó su dedo índice izquierdo a esta, limpiando cada milímetro para luego introducirlo a su boca, provocando al menor nuevamente.

"No me defraudes."

...

La excitación por parte del más bajo se redujo rotúndamente. Notó cuánto había crecido su admiración y cariño hacia el mayor, no podía decepcionarlo. Definitivamente no podía.

—Prometo no hacerlo... —susurró.

El mayor esbozó una pequeña sonrisa y procedió a recoger los platos sucios. 

—No quiero hacerte sentir presionado —decía mientras fregaba uno de los sucios cubiertos. —Sólo quiero verte feliz nuevamente, Kiawe.

Las palabras del profesor se incrustaron en el pecho del moreno haciéndolo entrar en razón nuevamente. ¿Por qué se preocupaba tanto de él? Y una pregunta más grande venía a su cabeza; ¿Por qué estaba sonríendo estúpidamente después de escuchar aquello?.

Un silencio retumbó aquel salón por unos minutos donde lo único perceptible al oído era el agua correr.

Kiawe vió el fornido hombre caminar frente a él en dirección a las escaleras, este le comentó que se vestiría y que lo esperase en el sofá de la sala principal. No dudó como de costumbre y obedeció al mayor.

Los minutos pasaron y pudo ver al fuerte hombre bajar velozmente las escaleras. Vestía como de costumbre, la bata blanca, el short y sus zapatillas deportivas acompañado de su gorra favorita.

—Vamos, pequeño —dijo con una sonrisa antes de abrir la puerta principal.

El más joven se levantó y caminó a la salida, el sol parecía estar más calmado que de costumbre.

Caminaron en dirección a la Cueva Soto Bosque, el menor le hacía las preguntas pertinéntes al contrario a medida que avanzaban. ¿Con qué tipo se especializaba Liam? ¿Cómo era posible que ya fuese un capitán si tenía aproximadamente la misma edad que él?.
Respuestas sinceras salían de la boca de Kukui, dándole a conocer más acerca del pelirosa.

—(...) Entonces tuvo que tomar el puesto de su fallecido padre, sin embargo, nunca me decepcionó. Barrió el suelo con cada retador que se proponía a graduarse de la escuela —decía seriamente el mayor.

—Me asusta de alguna forma... —susurraba el moreno.

—Parece ser un chico débil por su apariencia pero, nunca sabes contra quién te enfrentas hasta que terminas abandonando el campo de batalla sin victoria alguna...

El mayor desvió su mirada del camino notando la cara de preocupación del moreno.

—Aunque claro, si tú te lo propones puedes vencer a quién quieras ¿no? —Kukui preguntaba tratando de remediar la situación.

—¡Es cierto! —contestaba esbozando una sonrisa. —Liam podrá ser muy fuerte pero, no se compara a la fuerza de Litten y Spark.

—¡Así me gusta, pequeño! —celebraba el triunfo antes de acariciar la espalda del más joven.

Pudieron notar que habían llegado al lugar índicado cuando divisaron una gran cueva con un cartel colgando por fuera.
Una palmada en el trasero por parte de Kukui hizo al moreno entrar.

—Por reglas de los capitanes, sólo una persona puede adentrarse al lugar del encuentro
Te deseo lo mejor, Kiawe —sonreía el mayor despidiéndose del más bajo.

No sabía sobre aquella regla, pero ya estaba ahí. No podía simplemente abandonar como un perdedor, debía de impresionar a Kukui de una vez.

Lentamente caminó adentrándose en aquél gigantesco agujero, dirigiéndose hacia la tenue luz frente a él.

—...¿Liam? —el moreno observaba a su alrededor, todo era vegetación. Árboles grandes rodeaban el interior de aquel lugar. Frente a él una colina se elevaba, en la cuál se encontraba el pelirosa.

—Alola, Kiawe —respondía el más bajo mientras bajaba sin problema alguno cada desnivel. —Que agradable sorpresa.

—¡Ve-vengo a desafiarte!.

—¿Huh, tan pronto?...

—¡A-así es!.

—Si es así como lo deseas... Acepto el reto —dijo Liam con una pequeña sonrisa. —El combate será un dos contra dos, el primero en debilitar a ambos pokémon contrarios es el ganador. Fácil.

z98;¿Fácil?z99;pensó Kiawe.

Ambos se posicionaron a una larga distancia, dejándo un gran espacio para la batalla. 

El pelirosa dejó salir un pequeño Yungoos sin decir palabra alguna.
Kiawe lanzó la lujoball hacia el cielo ordenándole a Spark salir a la batalla.

  —Espero que hayas estudiado, Kiawe —sonreía el pelirosa antes de comenzar el combate. —¡Yungoos, Placaje!.

El pequeño y de café color corría velozmente en dirección a Shinx.

—¡Ahora, Spark!.

El azulado pokémon cambiaba radicalmente su expresión facial, haciéndo retroceder al Yungoos enemigo.

—¿Intimidación, eh?... —reía Liam. —No está mal... ¡Yungoos, Excavar!

Kiawe observaba al pokémon contrario cómo se adentraba en la tierra, el nerviosismo recorría sus venas.

—¡Spark, sube a esa colina! —apuntaba el menor.

El obediente pokémon corrió y dio un salto logrando subir un desnivel. Sin embargo, una fuerte embestida por parte de Yungoos lo tiró nuevamente al suelo.

—¡¿Có-cómo?!.

—Ay Kiawe, no sabes cuántas personas han pensado lo mismo que tú... Subiendo a aquellos altos pensando que se escaparían del poderoso Excavar de Yungoos. —reía sarcásticamente. —Al final, eres igual que todos los otros.

La circulación sanguínea de Kiawe se concentraba en sus puños, los comentarios arrogantes de su rival lo envolvían completamente.

—¡Spark, Colmillo Hielo! —gritaba exasperado.

Shinx se levantaba rápidamente y corría en dirección al pokémon contrario, mostrando así cómo un frío aliento sobresalía de su boca.

—Yungoos, esquívalo.

La orden del pelirosa fue hecha justo a tiempo, el café color rodó rápidamente golpeando con su cola al azulado pokémon.

El moreno se lamentaba apretando sus dientes en señal de ira ante el imponente actuar de Liam, realmente desagradable.

—Es mi turno, creo yo —decía cruzando sus brazos. —Yungoos, Excavar.

El pokémon volvía a enterrarse nuevamente, mílisegundos bastaron para que Kiawe se diese cuenta.

«¡Eso es!»

—¡Spark, utiliza Rapidez en ese agujero! —demandaba ahora con una sonrisa de oreja a oreja.

Los ojos de Liam se abrieron como platos. El azulado especimen saltaba haciéndo girar su cola liberando una fuerte ola de estrellas dirigidas al agujero creado por Yungoos.

—No es posible... —susurró el pelirosa antes de ver a Yungoos salir expulsado de su escondite bajo la tierra con una fuerte explosión de aquel ataque comandado por Kiawe.

—¡Ahora, Colmillo Hielo! —ordenó rápidamente aprovechando que el objetivo estaba en los cielos.

Shinx corrió para dar un gran salto, sus colmillos se congelaban por completo.

—¡No perderé tan fácilmente! —gruñía Liam. —¡Yungoos, Mordisco!.

El pokémon de café color entró en razón al escuchar a su entrenador, se volteó en el aire abriendo su grande hocico. Ambos entrenadores pudieron observar cómo Yungoos se aprovechó de la situación, envolviéndose en el cuerpo del contrario para clavar su mandíbula.

De igual manera, los dos pokémon fueron víctimas de la gravedad estrellándose contra el suelo y una fuerte capa de tierra se levantó negando la visión.

Kiawe y Liam se escuchaban llamando a sus aliados, tratándo de divisarlos entre la fuerte capa de tierra. Sin embargo, al cabo de unos minútos ambos pudieron notar que Yungoos y Shinx se encontraban debilitados en el centro del campo de batalla.

—No puede ser... —susurró Liam. —Nunca habían pasado del primer pokémon.

Kiawe esbozó una sonrisa, le agradeció a Spark por su trabajo y lo retiró del combate con su respectiva lujoball. El pelirosa retiró de la misma forma a Yungoos.

—Debo decir que fue un buen combate —sonrió. —No obstante, la verdadera prueba comienza ahora.

Liam dió tres palmadas y un fuerte gruñir retumbó la sala.

—Adelante, Kiawe. Escoge tu pokémon.

El moreno miraba en todas las direcciones tratando de encontrarse con aquel ser del que provenía ese gruñido. Sacó una pokéball de su bolsillo y la lanzó al combate, dejándo salir a Litten.

—Buena elección —dijo el pelirosa en un tono sarcástico. —Gumshoos ven aquí, por favor.

Una gran figura se distinguía entre la potente luz de la cima de la colina. El gigantesco pokémon gruñía golpeando su pecho.
Al momento de ponerse en cuatro patas, rápidamente bajó cada desnivel.

Kiawe inclusó dio un paso atrás, ese pokémon llevaba una fría expresión en todo momento.

—Te doy el honor de comenzar, Kiawe. Después de todo, sabemos cómo acabará esta batalla —rió.


El moreno gruñó levemente.

—¡Litten, Ascuas!.

El felino dio un salto lanzando tres bolas de pelo en llamas, apuntando a Gumshoos.

—¡Protección!.

El gigantesco ser golpeó las bolas de pelo con su frondosa cola, no pudo negar que de una forma u otra le hicieron daño, pero supo cómo denegar la mayor parte del daño.

—¡Gumshoos, Tritúralo! —demandó Liam.

El feroz pokémon se deslizó rápidamente por la tierra en dirección a Litten. Su mandíbula se abría dejando a la vista sus enormes colmillos.

—¡Litten, utiliza Doble equipo!.

El felino dio un salto, esquivando aquel feroz Triturar del contrincante. Gruñó y creó quince copias de él mismo mientras caía al suelo nuevamente.

—¡Rastrea al original y golpealo con Persecución! —Gritaba Liam mientras empuñaba ambas manos.

El gigantesco pokémon no se quedó atras ante las intensas órdenes  de su compañero. Su nariz comenzó a olfatear hasta dar con el Litten original, corrió hacia él de golpe, dejando atrás una oscura aura.

Un fuerte golpe se escuchó en todo el lugar cuando Litten se estampó contra la pared frente a la fuerza de la penetrante Persecución de Gumshoos. El pequeño felino caía lentamente con una desgarradora expresión en el rostro.

Kiawe lo llamó tratando de hacerlo entrar en razón mientras Liam se burlaba de la poca resistencia de aquel pokémon.

—¿Y eso es todo lo que tienes? —rió. —Si no puede aguantar un mísero ataque, no deberías haber venido en primer lugar.

—¡Litten, por favor levántate! —gritaba Kiawe desde la esquina inferior del campo de batalla.

El pokémon felino no respondía, sus movimientos se limitaban a mover su hocico cada vez que exhalaba y de vez en cuando entreabría sus ojos.

—Si no piensa moverse, creo que tomaré tu turno Kiawe —decía Liam encogiéndose de hombros. —Gumshoos, acaba con él de un Mordisco.

El rudo espécimen sonrió mostrando sus afilados dientes. Gruñó fuertemente y corrió en dirección a Litten.

z98;Por favor, Litten. Vuelve...z99;pensó para sí, mientras cerraba sus ojos tratando de evitar presenciar aquel fuerte golpe que concluiría la batalla.

Fue en ese entonces cuando escuchó el gruñido característico del oscuro felino. Kiawe abrió sus ojos rápidamente en forma de sorpresa.

Pudo apreciar a Litten sobrevolando por los aires gracias a un gran salto, esquivando y haciendo estrellar a su contrincante contra la pared.

—¡Litten! —gritó Kiawe emocionado, el felino le lanzó una energizante mirada, mostrándole que aún podía continuar.

Antes de poder darle una orden, el pequeño felino mostró haber aprendido un nuevo movimiento; arqueando su espalda y cargando energía, sus colmillos se encendieron de un fuerte golpe de calor. Teniendo el hocico en llamas, mordió la espalda de Gumshoos fuertemente. Este se giró de una forma violenta, quitándose a Litten de encima para gruñir del dolor.

—La verdad no pensaba que llegarías tan lejos, Kiawe —dijo el pelirosa con una maléfica sonrisa en el rostro. —Es hora de acabar con esto.

Liam llevó dos dedos a su muñeca, apretándo de esa forma el Normastal-Z. Una fuerte explosión de energía se puso percibir en todo el lugar, incluso haciendo retroceder a Litten y Kiawe.

Gumshoos escaló la colina nuevamente, a pesar de llevar una fuerte quemadura en la espalda, su velocidad no se veía abrumada.
Gruñó golpeandose en el pecho mientras un fuerte enlace de energía lo unía con Liam a la distancia.

—¡Carrera Arrolladora! —gritó el pelirosa antes de que una fuerte ráfaga de viento se sintiese en toda la cueva. Gumshoos se vio envuelto en una distintiva aura de color naranja antes de comenzar a bajar los desniveles de una rápida y descomunal forma.

Kiawe sentía cómo se le erizaba la piel, la energía que brotaba de Gumshoos y Liam nunca la había percibido antes. Señaló con su brazo derecho la pared y gritó como nunca antes el nombre de su pokémon inicial.

Litten corrió rápidamente, usó Doble equipo una vez más y saltó a la pared, dándose impulso para saltar una vez más.

  Kiawe no podía creer lo que sus ojos veían, el calculo era perfecto; Litten pasó casi tocando la figura del pokémon ememigo, dejándo atras un plateado brillar.

z98;¿Acaso...?z99;

Su pensar fue interrumpido por lo que vino segundos después. Con el mismo impulso, Gumshoos saltó apoyándo sus patas contra la pared.

—¡Tritúralo!.

Su hocico se abrió ampliamente, mostrando todos y cada uno de sus afilados dientes.

Una potente combustión liberó brasas desde el hocico del oscuro felino, el cual se encontraba brillando de un fuerte color plateado aún más que antes.

Fue entonces cuando el campo de batalla se vio tapado por una fuerte explosión, una gran nube de humo tapaba todo a la vista de ambos entrenadores.   «¿Litten?»
Notas finales:

Y bien, ¿Qué les pareció el capítulo?
 
Cada vez se vuelven más intensas las batallas de Kiawe, y si quiere convertirse en el primer ganador de la próxima Liga de Alola deberá de afrontar cada combate que se le presente en un futuro.

Una potente luz se presenció antes de que aquella oscura explosión nublase la vista de Kiawe y Liam. 

¿Que habrá pasado?

Espero que les haya gustado el capítulo, una review siempre vendrá bienvenida (son gratis, y no muerden).

¡Muchas gracias por leer!.


Equipo de Kiawe:

Litten M Nivel 17
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Ascuas
-Lengüetazo
-Doble equipo
-Colmillo Ígneo

Charizard M Nivel 39
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Lanzallamas
-Ataque ala
-Vuelo
-Golpe roca

Shinx M Nivel 9
Habilidad: Intimidación
Movimientos:
-Placaje
-Rapidez
-Colmillo Hielo

 


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