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Recorrido 'In-seminal'. por Negatto

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Notas del capitulo: Capítulo 5:
¡Alola!
Hoy les traigo el quinto capítulo de mi fanfic, como siempre muchas gracias a los que siempre dejan su review, ya sea logeado o no, cada opinión importa. ¡Los quiero!
Advertencia: Algo de lemon.

Terminado su festín de Malasadas, subieron al auto del profesor para llegar a casa. Eran cerca de las doce cuando el mayor paró el carro.

-Hogar, dulce hogar. -Decía Kukui bajando del vehículo.

-¡Estoy repleto!. -Kiawe acariciaba su panza que permanecía igual que siempre, no demostraba las tantas Malasadas que había consumido esa noche.

-Eran deliciosas ¿no?... -El profesor había chocado con unas bolsas al costado de la puerta. Tomó todas por completo y entró al ya abierto refugio.
Kiawe ignoró el hecho y entró, sólo tenía ganas de dormir, era agotador haber comido tanto. 
Se encontraba subiendo las escaleras cuando el mayor lo llamó para que se devolviese.

-Esto es para ti. -Kukui le entregaba 3 oscuras bolsas al menor.

-Profesor no se tuvo que molestar, no necesito nada más, de verdad. -El moreno se negaba a recibir más regalos del profesor.

-Por favor acéptalos, si no los quieres tendré que botarlos, están hecho a la medida.

Kiawe notaba como el profesor tornaba su gigantesca sonrisa a una pequeña mueca de tristeza.
-Está bien... -El menor abrió la primera bolsa para notar que en su interior se encontraba un short naranjo realmente pequeño, aún más que su traje de baño. -Profesor, esto no me quedará bien, es incluso dos tallas menor de lo que uso normalmente. -Kiawe trataba de agrandar su tamaño estirandolos de lado a lado.
-Te quedarán bien, lo sé. -El profesor sonreía.
Kiawe abría el par de bolsas que quedaban, eran más grandes que la que traía los diminutos shorts. En ellas venían dos cinturones iguales, una playera negra de mangas largas con cuello de tortuga, unos calcetines blancos largos y un par de zapatillas.
Kiawe no comprendía, en Alola ya hacía bastante calor, se preguntaba por qué habría de tener ropa tan abrigadora.
-¿Puedes probarte el short? -Kukui sonreía.
-No creo que me entre, sinceramente... -Kiawe desvíaba la mirada.
-Póntelos, ahora. -Kukui sonaba con un tono levemente más ronco de lo normal quitando la brillante sonrisa de su cara.
 Kiawe sorprendido por la orden del mayor tomó las bolsas y se dirigió a su cuarto. Se sacó traje de baño rapidamente, no quería hacer esperar al profesor, temía por su reacción.

Comenzó metiendo una de sus piernas en el pequeño short, luego la otra y trató de subirlo.
Llegó hasta un poco más arriba de las rodillas y ya sentía que no subiría más.

Fuertemente tiró de él, haciéndo divertidas muecas mientras contraía completamente su cuerpo. El short se encontraba en el lugar deseado, sin embargo, apretaba por completo su trasero, notaba como sus nalgas sobresalían por la parte inferior del short.
-Esto es demasiado incómodo. -Kiawe observaba su espalda frente al espejo que se encontraba al salir de su pieza.
Bajó las escaleras lentamente, sus piernas temblaban. Cada paso que daba era tela que apretaba fuertemente entre su miembro y su trasero.

-Te quedá bien, te lo dije. -Kukui observaba al joven llegando al último escalón.

-Me aprieta demasiado, profesor. -Kiawe mantenía sus mejillas rojizas mientras miraba el piso parado al final de la escalera.

-¿El pene?. -Preguntaba el mayor sin pudor alguno.

-También... ahg. -El moreno se quejaba a medida que caminaba al sofá donde estaba el profesor.
Cuando llegó donde él, Kukui pudo observar de mejor manera como el redondo trasero del menor sobresalía del diminuto short.

-Ven un poco, lo tienes mal puesto. -Kukui señalaba con su mano derecha para que se acercase. El moreno obedeció pensando en liberarse de aquel sufrimiento. No obstante, lo que recibió fue una fuerte palmada del profesor contra su trasero, tomó con ambas manos el short del menor y lo subió lo más que pudo, dejando a la vista 1/4 de sus nalgas. El moreno permanecía con la boca cerrada, y sus mejillas aún más rojas.
El profesor lo tomó de la cintura y lo sentó encima suyo.
-Me encantas. -Susurraba antes de comenzar a lamer el cuello del menor, dando pequeños besos de vez en cuando.
Kiawe sentía como se comenzaba a excitar, el placer se volvía dolor dentro de aquellos pantaloncillos.
El mayor quitó la camisa del moreno rapidamente, luego de lanzarla por los aires metió sus manos por debajo de la playera térmica Que le había regalado al menor. Podía sentir  lo cálido que era el cuerpo de este.
Con sus grandes manos recorrió por completo el abdomen del moreno mientras aún besaba cuello de este.
-Me...me duele. -Kiawe se retorcía por el dolor que le causaba la fuerte tela apretando contra su pene ya erectado.
El movimiento pélvico del menor sobre las piernas del profesor causaba una mayor excitación, provocando al gran miembro despertar.
Las manos del profesor llegaron a los pezones del menor rapidamente al escuchar la excitante respiración proveniente del ya erecto joven. Sus dedos comenzaron a jugar levemente, de vez en cuando apretaban con fuerza por unos segundos las erectas tetillas del menor.

El profesor escuchaba los silenciosos gemidos que le brindaba el joven extranjero sobre sus piernas. Este susurraba excitantes frases que el menor en su vida habría escuchado.
Kiawe llevaba sus brazos al cuello del profesor, esto levantaba más su pecho, y su trasero apretaba contra el bulto del mayor.
El sudor que provocaba la calentura y la playera de Kiawe hacian que las manos del profesor sudasen mientras seguía tirando de los pequeños pezones del menor.
El menor sentía como la tela del short comenzaba a entrar entre sus nalgas debido al sudor y la pose en la que se encontraba.

-Necesito quitármelos. -Jadeaba al oído de Kukui. -Por favor, quítemelos.
El mayor sacaba una de sus manos para luego lamer sus dedos y pasarlos por la boca de Kiawe.

-Aún no, pequeño. -Mantenía un tono arrogante.
El profesor llevó ambas manos al final de la playera del moreno y se la quitó lo más rápido que pudo, el sonido que creó la térmica prenda al desprenderse del sudado cuerpo de Kiawe excitaba de una forma indescriptible.

-Muévete más rápido. -Ordenaba con una pontente voz a la oreja del menor.
El completamente sudado joven llevaba sus manos entre sus piernas para aferrarse al sofá, comenzó a moverse velozmente su redondo y grande trasero sobre el bulto del profesor.
-Nghh... -Se mantenía el moreno cabizbajo mientras gemía.
El profesor en cambio, se quitaba la bata tranquilamente, sus pies quitaban sus zapatillas entre si. Luego de desvertirse casi por completo llevó sus manos a la cintura de Kiawe.

-Detente. -Dijo levantando las caderas del menor para que se parase.
El profesor comenzó a quitarse sus pantalones cortos, el menor permanecía mirando el suelo.

-Mírame. -Ordenaba el fornido hombre que se encontraba sentado en el sofá masturbando su grueso y largo pene.

El moreno miró de reojo como lo hacía siempre, al llevar su mirada nuevamente abajó notó como su pantaloncillo se encontraba mojado por completo, su miembro apretado por este secretaba grandes cantidades de líquido pre-seminal manifestandose.

-Hey. -El mayor se levantó velozmente del sofá debido a la nula reacción del joven. -Obedéceme cuando te hablo. -Rodeaba la cintura del menor con sus fuertes brazos.
Kiawe sentía como una de las manos del profesor comenzaba a juguetear con el líquido que sobresalía del short. Lo esparcía libremente sobre el ya mojado miembro para luego llevarlo a la boca del menor. Metía sus dedos empapados de un líquido transparente dentro de la cabidad bucal del moreno, los llevaba de adentró hacia afuera, Kiawe reaccionaba succionandolos lentamente, de vez en cuando rodeaba los dedos con su lengua. El sabor que le brindaba le hacía pensar que estaba lamiendo un pene de verdad. Sus ojos se cerraban demostrando su notoria satisfacción.

-Haz sido un mal alumno hoy, Kiawe. -Susurraba el mayor cerca de su oreja. -Debes cumplir una sanción. -La ronca voz del profesor hacía que el cuerpo del moreno se estremeciese.
-Castígueme, profesor. -Decía el menor entre gemidos.

Al escuchar semejante petición el mayor no lo dudó dos veces. Empujó al menor sobre el sofá nuevamente, dejándole a la vista ese glorioso y gigante trasero. Kiawe apoyaba sus manos en el sofá, arqueando su espalda para que su trasero se levantase. El menor ya sabía cómo al profesor le gustaba cuando tomaba esa posición. 

El mayor abría una de las bolsas negras que no le había entregado al menor, de ella sacó un largo y delgado látigo de cuero. Se acercó lentamente, rozó su pene contra el trasero del más joven, y acarició por un momento lo poco que se asomaba de las nalgas alrededor del pantaloncillo.
Retrocedió unos pasos y procedió a azotar el redondo trasero frente a él. 
Los latigazos sorprendieron de golpe al menor, no se esperaba algó así, sus musculos se tensaban cada vez que se veía azotado. Gemidos escapaban de su boca. Podía ser doloroso, pero le excitaba el hecho de que el profesor lo estuviese haciendo.
Rápidamente debido a los fuertes golpes que daba el látigo sobre el trasero de Kiawe, comenzó a romper el pequeño short que llevaba puesto.
Largos y delgados tajos abrían el short aún sin romperlo por completo, el profesor notaba como entre medio de esos cortes relucían marcas del latigo sobre la piel del menor.
Lo asustó por un momento, pensó que podría estar dañado, sin embargo, las suplicas del menor para que siguiese lo alentaron a continuar.
Kiawe gritaba fuertemente por el dolor, no obstante, después de cada queja venían los jadeos y extenuosos gemidos.

Después de largas sesiones de prolongados golpes el profesor soltó el látigo dejandolo caer al suelo sin problema alguno, se acercó al menor y acarició la espalda de este.

-¿Que te pareció? .-Sonaba exhausto.
Kiawe se dejaba caer sobre el sofá aún jadeando. Sus ojos brillaban, lagrimas caían lentamente.
-¿Te duele demasiado?. -El profesor comenzaba a preocuparse rapidamente.
El menor no respondía, permanecía respirando por la boca. Sus pómulos habían tomado un color burdeo.
-Perdóname, por favor. -Kukui abrazaba al debilitado joven sobre el sofá. -No debí hacerlo, lo siento mucho. -Sonaba como si estuviese a punto de llorar cuando la débil voz del moreno le contestó.

-Me encantó... -El menor lucía una pequeña sonrisa.

El profesor era un hombre amable y cariñoso, sin embargo, nunca se le había visto llorar por algo o "alguien".
Una lágrima se veía caer por el definido rostro del mayor.

-Lo siento mucho, pequeño. -Decía mientras abrazaba al más joven.

Luego de unos minutos, el profesor tomó en brazos a Kiawe y lo llevó a su habitación.

-Dormirás en mi cama hoy, no quiero molestarte con mis constantes movimientos en la noche por lo que dormiré en tu habitación, ¿Está bien? -Preguntaba el profesor sin recibir respuesta alguna, al mirar al joven notó que ya se encontraba dormido.
Llegando a su habitación, lo recostó sobre su cama boca abajo. El profesor bajó a la cocina por unas tijeras, cuando subió cortó el poco el tela que mantenía al short sobre la piel de Kiawe y lo quitó cuidadosamente.

-Increíble. -El profesor observaba como estaba de rojo el trasero del menor, contaba con pequeños cortes debido a los latigazos. -Lo siento demasiado, pequeño, espero que me perdones algún día. -Decía mientras tapaba con una sabana el fornido y enrojecido cuerpo del menor que yacía dormido sobre su cama. Lo observo por unos minutos antes de irse, pensando en las posibles reacciones que tendría Kiawe contra él el próximo día.
Preocupado abandonó la habitación para recostarse sobre la antigua cama en la cual dormía Kiawe normalmente.

-Qué mierda más incómoda. -Se quejaba tratando de encontrar una posición en la que no lo molestara los ya salidos resortes del colchón, cada movimiento causaba un molesto rechinido. -Encima lo hago dormir en esta basura. -Pensaba- Soy un pésimo nov... compañero de piso.

Kukui aún pensando en la situación bajó a recostarse sobre el sofá, definitivamente era más cómodo que la vieja cama.
Se mantuvo pensando toda la noche, se levantaba y caminaba por la sala de estar. De vez en cuando subía las escaleras para percatarse de que Kiawe no tuviese algún problema.

Así sucedió toda la noche, el profesor no fue capaz de dormir durante todas esas horas. Cuando ya eran las 7:30 de la mañana subió nuevamente para despertar al joven.

-Despierta, pequeño. -El profesor pasaba su mano sobre la espalda del más joven, acariciandolo lentamente.
Luego de unos minutos el menor abrió los ojos lentamente.
-Alola, Kiawe. -El profesor sonreía. -¿Te encuentras bien?.
Kiawe asentía con la cabeza. Sus ojos permanecían cansados y sus mejillas habían perdido el fuerte color rojo, remplazandolo con un rosa claro.

-¿Puedes moverte?. -El profesor destapaba el desnudo cuerpo del joven. El enrojecimiento había desaparecido, y las marcas habían disminuído drasticamente su tamaño.
Kiawe movió su redondo trasero por un par de segundos, respondiendole al profesor.

-Ya veo que estás mejor... Yo me iré a la escuela, tú quédate aquí y no salgas por favor. -El profesor besaba la frente del menor.

-Pero... ¿Por qué? Hoy tengo clases de botánica... -Kiawe hablaba en un tono muy bajo, se le oía cansado aún.

-No quiero que te lastimes más, fue un error mío tratarte así, no pude medir mi fuerza en el minuto, fui muy duro contigo y lo siento... De verdad lo siento, Kiawe. -Una lágrima rodeaba la quijada del profesor.

Kiawe lentamente se volteó y estiró sus brazos para que el profesor lo abrazase.
-De verdad lo disfruté, pero creo que mi cuerpo no pudo aguantar... -Susurraba al oído del mayor.
El profesor potenció su abrazo al escuchar las tiernas palabras del menor.
-Prometo tener más cuidado la próxima vez. -El profesor daba un corto pero tierno beso en la mejilla del menor.

Cuando se separaron Kiawe esbozó una sonrisa y se despidió del profesor.
-Cuídate y no salgas, pequeño. -El profesor se encontraba saliendo de la casa cuando recordó algo importante. Bajó las escaleras rápidamente, tomó una pequeña bolsa negra entre las que quedaban ahí y se devolvió a su habitación.

-Este lo compré para ti, tenía pensado dartelo cuando te graduaras pero la situación lo amerita. -Decía entregando la pequeña bolsa a Kiawe.
El moreno la abrió avergonzado, cada vez Kukui le daba más regalos y él por temas de dinero no tenía nada que darle a cambio. El regalo era un Pokévisor, era algo diferente al del profesor, este tenía una apertura en el centro.
-Profesor, no puedo quedarme con esto, ya es demasiado... -Kiawe miraba con tristes ojos al mayor.
-No digas nada, pequeño. Te quedarás en casa solo, te llamaré de vez en cuando, por favor dime que lo aceptarás. -El fornido hombre se encontraba sentado al costado del menor poniendo ambas manos sobre el nuevo Pokévisor.
Kiawe dudó por un momento y luego contestó.
-Está bien, profesor... -Kiawe esbozaba una leve sonrisa.
-Muy bien pequeño, viene con mi número incluído, no olvides llamarme si necesitas algo. -Decía el mayor para luego besar la frente del moreno. -Hasta luego.

El profesor abandonaba la casa para dirigirse a la escuela.

Kiawe puso su nuevo Pokévisor en su muñeca izquierda y prendió la gigante TV del cuarto del profesor.

Estuvo viendo noticias internacionales, uno de los canales más importantes "PNN", transmitía por parte de una periodista que decía así:
"Y así es como el famoso chico de Pueblo Paleta volvió a perder otra liga Pokémon, mi reportaje desde Calle Victoria en Kalos, su servidora Marta. Adelante estudios."
Kiawe rió para si mismo, luego apagó la televisión.
Se disponía a dormir cuando recordó que se encontraba completamente desnudo, y que el profesor estuvo con él hablando seriamente durante la mañana.

-¡¿Cómo es que no me di cuenta?!. -Kiawe se sentía avergonzado, aunque el mayor ya no estuviese ahí.
Trató de moverse un poco y sintió como le dolía el trasero.
-Ahg... -Se quejó. -Creo que sólo dormiré por ahora...

Durmió hasta cerca de las cuatro. Al despertar notó que su trasero ya no dolía. Se levantó con cuidado y caminó hasta el baño. Abrió la puerta y pudo notar que el profesor había tomado una ducha la noche anterior, había una toalla en el piso. Kiawe se agachó para tomarla y debajo de ella se encontraba el boxer del profesor, lo tomó también.
Colgó la toalla en la pared y se sentó sobre la tapa del inodoro con el boxer del profesor entre sus manos.

-Hasta está más estirado de esta parte... -Decía tocando la tela delantera del boxer.

Pudo notar que la ropa interior del profesor  desprendía cierto aroma que se le hacía familiar.
Olfateó la prenda de vestir que como indicaba su olor, estaba usada.
-No puedo creer que esté haciendo esto... Pero huele a su verga... -Pensaba el moreno. Olfateaba tratando de absorber todo el aroma que desprendía el boxer.
No se pudo dar cuenta cuando se encontraba masturbándose.
-No puedo evitarlo, es el mismo olor... -Se decía.
Lo dio vuelta, dejándo la etiqueta afuera para poder oler mejor. Notó que aún conservaba el olor al pre-semen.
Su erecto miembro no daba más hasta que eyaculó por completo. Su viscoso líquido disparó fuertemente, incluso llegó a salpicar a la ropa interior que tenía frente a su nariz.

-Mierda. -Lamió el semen que había llegado al boxer del profesor, puesto a que no quería por nada que supiese que se masturbó oliendo el aroma de su pene. Se sentía ridículo haciéndo eso, sin embargo no podía evitar excitarse por el olor que emanaba dicha prenda. Luego la fregó con las manos, miró el PokéVisor y pudo notar que ya era hora de que llegase el profesor.
Lanzó el boxer al suelo y volvió a tirar la toalla sobre el mismo como la había encontrado. Se limpió los restos de semen con papel higénico y salió del baño.
Pudo notar que el profesor le había dejado una nota en una silla al costado de la puerta del baño.

 "Te he dejado ropa que puedes usar si te llegas a levantar. Supongo que lo hiciste ya que estás leyendo esto jaja, cuídate. -Kukui."

Debajo de la nota había uno de sus boxers que le había comprado el profesor días atrás junto a una playera grande de color blanco, en el centro tenía un Shinx siendo levantado por un Infernape, parecía de una película.
Kiawe se puso ambas prendas y se miró frente al espejo. La playera era gigante, parecía ser del profesor. No le importaba, después de todo era para andar por casa mientras estaba adolorido.

Volvió a la cama del profesor para recostarse nuevamente, prendió la televisión y notó que ya era tarde y el profesor aún no volvía.
Kiawe apretó la cara del profesor Kukui dentro de su PokéVisor y comenzó a llamarlo.
Luego de unos cuantos llamados que no atendía, contestó.

- ¿Profesor, está bien?. -Kiawe trataba de ver la cara del mayor pero no se podía, algo tapaba la cámara.
- Sí, sí, no te preocupes, llegaré un poco más tarde. No bajes, llevaré algo de comer.
- Está bien... Cuídese... -Kiawe sonaba triste.

La llamada fue cortada por el mayor. El moreno sentía su estómago rugir y quería comer algo. Vió televisión hasta que sintió raros ruidos fuera de la casa, se asomó por la ventana y notó un camión descargando cosas, el profesor se encontraba ahí bajando objetos, parecían ser muebles.
Kiawe bajó las escaleras lentamente, trataba de tener cuidado para no lastimarse otra vez. Se encontró con el profesor entrando por la puerta.

-¡Kiawe, ¿Qué haces de pie?!. -Kukui soltaba unos largos pedazos de madera y corrió al menor.

-Tienes que estar en cama, recuerda, puedes lastimarte. -Tomó al más joven en sus brazos y subió rapidamente.

-Ya puedo caminar profesor, estoy bien. -Kiawe le decía al oido del mayor.

-Te dije que no salieras de mi habitación, espera aquí, yo ya vuelvo. -Dijo Kukui dejando al moreno sobre su cama nuevamente.

Kukui bajó las escaleras y terminó de descargar las cosas del camión, junto a otros tipos subían y bajaban escaleras.
Kiawe sentía sus pasos pero no se movía de la cama después de lo que le dijo el profesor.

Al cabo de unos minútos Kiawe sintió cómo el camión se marchaba, y Kukui cerraba la puerta de la entrada.
El mayor subió las escaleras y entró a la habitación.
-Uff, por fin en casa, ¿Estás mejor, no? -Dijo el fornido hombre secando el sudor de su frente quitándose su gorra y sus lentes. -Tomaré un baño, esperame aquí ¿Ok?- Decía quitándose la ropa restante.

-Está bien pero profesor ¿Por qué se demoró tanto en llegar, pasó algo en la escuela? -Kiawe trataba de enfocarse en mirar a los ojos del mayor.

-Luego te cuento, espero que mejores pronto, mañana tienes que ir sí o sí a la escuela y... Te ves tierno vestido así. -Decía el mayor mirándolo mientras entraba al baño.

Las mejillas de Kiawe se enrojecieron mientras desvíaba la mirada hacia la ventana. El profesor cerró la puerta del baño  y comenzó a sonar el agua correr.
El menor se encontraba en la cama del mayor, sentado de piernas cruzadas, algo más conocido como "la pose del indio". Sólo le quedaba esperar a que el profesor saliese del baño para que le explicase, después de todo él no podía salir de la habitación por ordenes del mayor.

Notas finales: Y bien, ¿Qué les pareció el capítulo? Espero que les haya gustado tanto como a mi x) Kukui cada vez está demostrando cómo se preocupa del pequeño jovencito proveniente de Kanto. ¿Qué es lo que creen que planea el profesor con las "cosas" que traía el camión? He añadido dibujos hechos por mi sobre el capítulo en la versión de wattpad, la pueden encontrar con el mismo nombre o con mi mismo usuario, Negatto. No olviden dejar su review. ¡Hasta luego!
Equipo de Kiawe:

Litten M Nivel 10
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Arañazo
-Ascuas
-Gruñido
-Lengüetazo

Charizard M Nivel 39
Habilidad: Mar llamas
Movimientos: 
-Lanzallamas
-Vuelo
-Ataque ala
-Golpe roca

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