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Recorrido 'In-seminal'. por Negatto

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Notas del capitulo:

Capítulo 7:
¡Alola! 
Vuelvo para actualizar, esta vez con un capítulo un poco más cortito.

Advertencia: Ninguna realmente, creo.
¡Espero que les guste!

Una bandada de Fletchings despertaban a Kiawe por la mañana, era un día sábado, por lo que no debía ir a la escuela. Entre sus brazos aún estaba el cálido huevo, lo acarició por un momento cuando sintió una lenta respiración tras de él. Cuidadosamente el moreno giró su cabeza, cubierto por el miedo y esperando lo peor no encontró nada más que al mayor durmiendo tras él, fue así cuando se dio cuenta que uno de sus musculosos brazos rodeaba su cintura.

-Pss, profesor... Hey, despierte. -Susurraba el menor tratándo de moverse.

Kukui no pensaba ni en despertar aún, gustaba de largos sueños los fin de semanas, no salía de la cama hasta que dieran las doce. Kiawe en cambio, gustaba de ir al baño cada mañana, se le había vuelto una costumbre.

-Profesorrrrr... -El más joven trataba de empujar con un codo el masizo cuerpo del fornido hombre tras él.

-Sólo un ratito más... -Decía el mayor después de bostezar, apegandose al moreno nuevamente.

"¡¿Acaso está desnudo?!" Kiawe se preguntaba dentro de su cabeza al sentir el miembro del profesor apegarse a su cubrido trasero gracias a su bóxer.

El joven rendido ante el poco esfuerzo en despertar por parte del mayor, cayó derrotado obligándose a dormir nuevamente. Sus ojos se cerraron cuando sintió cómo el profesor le besaba la cabeza.

-Alola, pequeño... -Susurraba el mayor.

-Quiero orinar. -Kiawe trataba de disimular su obvia reaccion al beso y el saludo mañanero del profesor manteniendo un tono serio.

-No te vayas... -Kukui molestaba al moreno besando esta vez la nuca del menor.

Kiawe se disponía a hablar cuando el mayor retiró su brazo de encima.

-Ve, pero vuelve rápido. -Ordenaba el profesor.

El moreno se levantó dejándo al huevo a un lado, bajó de la cama y corrió al baño.
Liberó lo que debía liberar. Se miró al espejo, lavó sus manos y volvió a la cama.

El profesor se movió un poco dejándole al menor una entrada a la gigantezca cama.
-Ven, ven y duerme conmigo un ratito más. -El mayor se oía cansado, pero aún así le daba ordenes al más joven. Este pasó entre las sabanas y volvió a su posición inicial.
Ambos volvieron a dormir, aún eran cerca de las diez, les quedaban dos horas todavía en el mundo de los sueños.

Eran cerca de las una de la tarde cuando el calor sofocante extrajo bruscamente al menor de sus sueños. Podía sentir como recorrían las gotas de sudor por su cuerpo. Abría sus ojos ya con el seño funcido, no había algo peor que despertar debido a la calor, esa también venia siendo una de las razones por la cual prefería levantarse temprano. El sudado y cálido cuerpo del profesor aún dormido se mantenía aferrado a él, aquel hombre era capaz de dormir sea cual sea el clima e incluso si hubiese una fiesta frente a él.

-Profesor... -Decía el menor quitando por segunda vez el pesado brazo de Kukui que se mantenía sobre él.

El profesor se volteó gruñiendo, al parecer seguía dormido. Kiawe quitó las sabanas parándose sobre la cama. Al notar la desnuda figura del mayor, volvió a taparlo una vez más. Tomó al huevo en sus brazos y bajó la escalera en busca de comida, su estómago rugía como de costumbre.

-Quédate aquí. -Decía sonriendo mientras dejaba al huevo sobre el sofá de la sala de estar. Sacó a Litten para que se quedase junto al huevo, al felino parecía gustarle lo cálido que era y se acurrucó junto a este.

El moreno abrió el refrigerador y sacó una botella de Leche Mu-mu. Metió un pan a la tostadora y se sentó en una de las sillas alrededor de la mesa de cocina a esperar su tostada mientras miraba a Litten junto al huevo.

-Ya quiero conocerte. -Decía el menor antes de volver a tomar un trago de la transparente botella.

Cuando su tostada saltó del tostador pudo escuchar pasos en la escalera, puso el pan en un plato y asomó su cabeza para encontrarse el predecible desnudo cuerpo del mayor.

-Profesor... ¿Podría vestirse?. -El menor desviaba la mirada en direccion a la sala de  estar.

-Pareces mi madre, pequeño. Aparte me ves así todos los días ¿Cuál es el problema?. -Decía el mayor arqueando su espalda mientras metía su cabeza al refrigerador buscando algo de comer.

-Es algo más que nada de costumbre, es... incómodo. -El menor decía seriamente mientras se sentaba en el gigantesco sofá dándole un mordísco a su tostada.

-Dime que no te gusta verme así, y me vestiré. -Susurraba el profesor al acercarse a la oreja del menor después de dichas palabras.

-Tsch...- Kiawe liberaba un pequeño suspiro acompañado del notable enrojecimiento de sus mejillas.

-El silencio otorga la respuesta. De todas formas me iba a vestir, vamos a salir a dar una vuelta. -Decía el mayor esbozando una sonrisa al comprender la respuesta del menor.

El profesor subía las escaleras cuando ordenó al moreno que se pusiese el corto traje de baño acompañado de la camiseta térmica, esta vez manga larga.
El menor obedeció poniéndose de pie, tomó el huevo y se dirigió a su habitación.

Abrió el armario y tomó las prendas dadas por el mayor, era fácil encontrarlas, no tenía demasiada ropa.

El moreno se encontraba desnudo, cuando el mayor entró a su habitación.

-Ponte esto también. -Decía dejando sobre la cama un par de zapatillas color blanco, tenían dos rayas negras a los lados.

-E-está bien. -Tartamudeaba el más joven tapando su miembro con el diminuto short entre sus manos.

-Lindo. -Dijo el mayor antes de abandonar el cuarto de Kiawe.

El moreno terminó de vestirse y bajó las escaleras junto al huevo para encontrarse con el profesor.
Esta vez el mayor lucía distinto, no usaba la típica bata con sus pantalones cortos. Vestía una playera negra, apretada por su grueso cuerpo, un short color gris tipo cargo y unas zapatillas negras con una linea blanca cerca de la suela. Su gorra blanca y sus lentes permanecían en él.

-Se ve bien, profesor. -El menor se encontraba maravillado de lo diferente que lo hacía lucir ese conjunto, se había acostumbrado a verlo con su típica bata.

Las mejillas del profesor parecieron enrojecerse por un momento, a diferencia del menor, sabía disimular la situación.
-Gracias, muchacho. -Kukui cariciaba la cabeza del moreno. -¿Listo para trotar?

El menor pensaba que irían en vehículo, lo cual le hizo poner una rara mueca de decepción, más no podía hacer nada por lo que asintió con la cabeza mostrando una falsa sonrisa.

-Entonces, adelante. -El mayor parecía trotar en un punto fijo, dandole el pase al más joven para que trotara en frente de él.

Claramente Kiawe aún no se daba cuenta de que siempre que el profesor le hacía que caminase frente a él era para verle el trasero, más que nada sentía que era un gesto de amabilidad.

-Ah, espera un segundo. -Kukui volvía a entrar a la casa para volver nuevamente con una mochila en una de sus manos.

-Mete el huevo aquí, esta bolsa es especial para mantener un ambiente cálido. -Decía abriendo el cierre de la cuadrada mochila.

El menor introdujo el huevo dentro de la oscura bolsa y con ayuda del profesor, pudo ajustarla a su espalda.

-Ahora sí. -Kiawe mostraba una grande sonrisa, ya no se tendría que preocupar si el huevo pudiese caer entre los rapidos pasos y saltos que daría trotando.

Al profesor le dio una palmada en el trasero al menor indicandole que comenzara a trotar. Informó que debían llegar a lo más alto del cerro más cercano a la escuela, ahí arriba es donde el moreno pondría a prueba sus conocimientos aprendidos por el mayor siendo su estudiante.

El trote era cansador, más aún con el sofocante calor de Alola, de vez en cuando hacían paradas para hidratarse e incluso el mayor le robaba besos al moreno cuando no parecía haber alguien por los alrededores.

-Profesor... -Jadeaba- Aquí no podemos besarnos, pueden vernos. -Decía Kiawe separando sus labios de los del mayor.

-Si tan solo pudieses ver cuan atractivo te ves sudando y vestido así. -El profesor acariciaba la mejilla derecha del menor. -Es hora de seguir muchacho, aguanta un poco más, ya nos queda poco.

Juntos retomaron fuerzas y siguieron subiendo el monte, se encontraban rodeados por árboles. Sin embargo, el camino estaba marcado para que no se perdieran entre ellos.

Haciéndo su última parada para hidratarse, es cuando fueron interrumpidos por un hombre de mediana estatura, parecía ser un poco más alto que Kiawe. Caminaba encorvado, su cabello era Blanco y excesivamente despeinado.

-Yah, Kukui. -Decía el extraño sujeto acercándose con ambas manos en los bolsillos a la dupla frente a él.

-¿Quién es él, profesor?. -Preguntaba el moreno con su botella en mano.

-Apartate chico. -El mayor se paraba frente al menor cubriendolo con su espalda. -No creí que fuese cierto.

-Así es, el team Skull está de vuelta. Y está vez con un nuevo anuncio que dar a conocer. -El peliblanco sacaba su mano derecha de uno de los bolsillos, mostrando la pantalla de su cámara. -El profesor Kuká-eh es sorprendido abusando de sus alumnos en 'Mele-Meleh'. -Decía el encorvado sujeto imitando de mala forma el tono de voz de una periodista.

El mayor se encontraba de boca abierta, notando como en la pantalla se reflejaba una fotografía de él mismo besando a Kiawe.
-Borra eso. -Ordenaba entre tartamudeo el profesor aún cubriendo al moreno.

-¿Tiene miedo el profesorcito? ¡Blah!. Acabaste con mi asociación Kukui, y aunque me haya tomado años, hoy estoy aquí... A punto de acabar con toda tu reputación... -Sonreía siniestramente el pálido hombre encorvado.

-¿Qué es lo que quieres, Guzma?. -El profesor funcía el seño, mostrando sus relucientes dientes en forma de amenaza.

-Mañana. Tú y él en Colina Dequilate, a las once de la noche. Y escucha, ONCE -remarcaba- de la noche en punto, si llegas y son las once y un minuto, mil copias de esta fotografía estarán pegadas a lo largo de la isla. Ah y es algo obvio, pero para que sepas, mis reclutas están camulfados por todos lados, cualquier movimiento tuyo sospechoso lo sabré, tenlo claro Kuká-eh. -Indicaba Guzma antes de desaparecerse entre los árboles caminando lentamente.

El mayor cayó rendido al suelo, sus puños se apretaban contra la tierra maldiciendo al peliblanco que ya no se encontraba frente a él.

-Qué grandísimo hijo de puta... ¡Cómo es que no me di cuenta que estaba viéndonos!. -Decía el profesor entre dientes.

-Pro-profesor cálmese, sólo debemos seguir sus indicaciones. -El menor se agachaba tratándo de consolar al derrotado hombre junto a él.

-¡Todo es mi culpa, absolutamente todo! ¿No te das cuenta? Ahora serás expuesto ante toda Alola, ¡Y todo por mi falta de resposabilidad! Incluso me dijiste que no te besara en espacios abiertos, era obvio que podríamos ser descubiertos pero no, yo siempre desobedeciendo como un tonto, aún no puedo ni madurar y ando teniendo re... -Las palabras del mayor eran suprimidas por un tierno beso del moreno, acompañado de sus dulces manos alrededor de la cara de este.

El profesor había abierto exageradamente sus ojos debido a la sorpresa, no podía creerlo, Kiawe quien siempre trataba de disimular la extraña relación que tenían estaba besándolo en un espacio público, las suaves manos de este acariciaban el rostro del mayor cariñosamente produciendole raras pero agradables sensaciones de plenitud.

Lentamente el moreno separó sus labios del contrario mientras abría sus ojos dirigiendo la mirada a los ojos del mayor.
-Todo saldrá bien... -Susurraba el más joven acariciando la mejilla izquierda del profesor.

Una lágrima recorría la misma mejilla de Kukui, quien esbozaba una tierna sonrisa.
-Eres tan lindo... -Decía el mayor antes de devolver un pequeño pero dulce beso al moreno.

-Mañana iremos donde nos dijo ese tal Guzma y borraremos la foto, profesor. -Sonreía el más bajo completamente sonrojado mientras se quitaba la mochila. -Ha estado moviéndose más de lo normal... -Se quejaba.

-Quizás ya le quede poco para eclosionar. Mientras más se mueven, menos tiempo les queda para nacer. -Respondía sabiamente el mayor.

Kiawe abrió la mochila para acariciar al huevo antes de volver a su viaje, después de todo no habían subido casi todo el cerro para nada. Hecho esto, continuaron con su trote hacia la cima.

El profesor se encontraba más calmado, después de la tierna escena que le proporcionó el menor, daba menos importancia a todo lo vivido anteriormente en ese día.

Después de largos minutos lograron llegar a la cima, en ella había una gran casa, muy rural al parecer. Frente a ella un campo de batalla.

-¡Wuahh! Al fin hemos llegado. -El mayor se estiraba revelando una pequeña parte de su abdomen debido a la corta playera que se levantaba respondiendo a los pliegues formados por la posicion del profesor.

Kiawe levantaba su pecho estirándose de la misma forma. A pesar de toda la caminata, y el percance que los paró por un momento, la vista y el viento en la cima de aquel cerro reconfortaba cualquier cuerpo.

-¡Kaudan! -Gritaba el profesor, poniendo ambas manos alrededor de su boca tratando de amplificar el sonido.

Lentamente la puerta de aquella casa se abrió, un bronceado y gordo viejo salió de ella, sus ojos se encontraban entrecerrados. Kiawe pensaba que el viento le molestaba a la vista, pero al parecer así eran sus ojos normalmente.

-¡¿Cómo está el viejo Kaudan?! -El mayor abrazaba fuertemente al vejete ya frente a él. -Hoy he traído una nueva promesa, Kiawe proveniente de Kanto quiere comenzar su recorrido insular, por lo que necesita de su aprovación. -Sonreía apuntando con su barbilla al moreno tras de él.

-Hmm... Alola, joven. -Saludaba seriamente el gordo viejo.

-Alola, señor Kaudan. -Sonreía el menor.

-Tendrás que luchar contra mi, si llegas a ganarme en una batalla Pokémon te daré una pulser...- Su mirada se dirigió a la muñeca izquierda del joven frente a él.
-Pero si es un PokéVisor 2.0... De ser así ganarás uno de mis cristales Z.

Kiawe no entendía la situación, el profesor le había hablado de los movimientos Z días atras, pero para ejecutarlos necesitaba de una 'Pulsera Z'.
-¿No necesito una pulsera Z?- Preguntaba confundido el moreno.

-Kiawe, lo que tiene de nuevo tu PokéVisor a diferencia del mío es la incorporación de un hueco para los cristales Z. ¿No lo habías notado?. -Le respondía el mayor sonriéndole de oreja a oreja.

-Wow... No lo sabía. -El menor abría su boca debido a la sorpresa.

-Comencemos con esto. -El viejete se movía a uno de los extremos del campo de batalla.

El profesor hacía de árbitro como de costumbre, esta vez mantenía la mochila de Kiawe en su espalda, cuidado del huevo.

-Las reglas son las siguientes, el primero en derrotar al rival se convierte en vencedor, es una batalla uno versus uno. El poseedor del cristal Z es capaz de usarlo en el combate. Pueden comenzar.

-¡Adelante, Litten!. -El moreno sacaba al felino de su pokéball.

-Hariyama, cuento contigo. -El abuelo lanzaba la pokéball con fuerza liberando a semejante mole. -La casa invita joven, puedes iniciar.

-Litten, utiliza ascuas. -Demandaba el más joven.

El abuelo no dió ninguna orden, Hariyama recibió el ataque sin ningún problema, al parecer era bastante resistente.

-Palmeo. -Susurraba el viejete.

Velozmente el ser de grandes manos se acercó al felino para dar una fuerte palmada. Litten retrocedió una gran parte del campo considerando su posición inicial.

-Vaya que es fuerte... ¡Litten otra vez, Ascuas!. -Gritaba emocionado el moreno.

El felino saltó lanzando tres bolas de pelo en llamas apuntando al gigantesco pokémon frente a él. Hariyama no evitó el ataque por segunda vez, sin embargo, esto trajo una trágica consecuencia. Las llamas se impregnaron en su cuerpo, ahora se encontraba quemado, haciéndo que sus ataques físicos perdieran potencia.

-Bien jugado, chico. Eso no me lo esperaba. -Reía el viejete. -Ahora, desarme.

La mole se dirigió esta vez un poco más lento comparado con su ataque anterior hacia Litten.

-¡Esquívalo! -Ordenaba el moreno desde la otra esquina.

El felino logró esquivar el ataque de Hariyama sin problema alguno, saltando sobré el más grande alcanzo a aferrarse a su espalda.

-¡Lengüetazo! -Demandaba el moreno ahora tomando la ventaja.

-No lo creo... ¡Hariyama, remolino! 

El pokémon más grande comenzó a girar en su propio eje liberándose del pequeño y oscuro felino.

-No tenía pensado usar esto pero... -Decía el abuelo llevando su mano derecha a su muñeca izquierda. Realizó un extraño baile moviéndo sus puños simulando golpes cuando gritó: "¡Ráfaga demoledora!".

Hariyama liberó rápidamente una gran cantidad de golpes que sobresalían de sus manos. Rápidamente el felino se multiplicó dejándo veinte copias igual a él alrededor del campo.
La mole trataba de moverse para darle con su movimiento Z a todos los pequeños gatitos.

-¡¿Acaso es un nuevo movimiento?! -Kiawe se sorprendía- Debemos de aprovecharlo, ¡Litten ahora, arañazo!

El felino real saltó sobre los cielos cayendo a la cara del más grande arañando completamente sus ojos.

-¡¿Cómo es posible?! -Gruñía el adulto mayor. -Utiliza Palm...

Las palabras del viejo fueron interrumpidas por Hariyama cayendo al suelo derrotado, las quemaduras habían acabado con él.

-Agh... esto es vergonzoso... -Decía el abuelo devolviendo a Hariyama dentro de su pokéball.

-Hariyama no puede continuar, Kiawe es el ganador. -El profesor sonreía mirando al menor.

-¡Lo hicimos, Litten! -El moreno tomaba en brazos al oscuro felino esbozando una gigantesca sonrisa.

Después de unos minutos para aceptar su derrota, el viejo se acercó al menor para entregarle su poderoso cristal, el Lizastal Z.

-Espero que lo utilices sabiamente. -Sonreía el abuelo.

Kiawe lo aceptó agradecido, notó que ya empezaba el atardecer por lo que debían volver a casa. El profesor junto al estudiante se despidieron del mayor y volvieron a bajar el cerro trotando como habían llegado.

Cada vez se oscurecía más y el camino se volvía más complicado de ver. El menor trataba de alumbrar el camino con el brillo que proporcionaba el PokéVisor.

-Debe faltar poco ya, tranquilo. -Indicaba el profesor detrás del moreno.

Kiawe se encontraba realmente cansado tanto física como psicologicamente debido a la batalla, como a la subida y ahora bajada del cerro. El profesor lo podía notar debido al fuerte jadeo que proporcionaba el menor, el fornido hombre optó por tomar al moreno en brazos mientras seguía bajando, al menos para que descansase por un momento.

Pasando los minutos, la fuerza de Kukui iba disminuyendo. Sus piernas eran fuertes, pero esta bajada, acompañada del peso de Kiawe encima le jugaba en contra. Sus pasos se volvían cada vez más lentos cuando decidió parar para descansar al menos por unos minutos.

-Estoy exhausto... -Decía entre jadeos el mayor.

El menor se encontraba cabizbajo junto al profesor, este al mirarlo volvió a hablarle para esperar una respuesta. Sin embargo, el menor se encontraba profundamente dormido, el cansancio era bastante fuerte.

Kukui llevó su mano a la cabeza del menor y acarició su cabello.

-Creo que ya no podré más... -Bostezaba el mayor.

La luna apenas se podía ver entre todos los árboles. El profesor se levantó para posicionarse tras Kiawe, lo abrazó cubriendo su cuerpo lo más que pudo y se dispuso a dormir.

Pasarían la noche a la deriva, entre todos esos árboles y pokémon salvajes. No obstante, lo único que querían era descansar aunque fuese por unas horas.

Notas finales: Y bien, ¿Qué les pareció el capítulo?
Guzma nos informa que el team Skull ha vuelto, con una amenaza contra el profesor. Kiawe le ha dado su primer beso (fuera de lo sexual) a Kukui. Es un avance para el profesor (???) ¿Qué creen que se trae Guzma entre manos?
Dejenlo en una review :D

¡Hasta luego!

Equípo de Kiawe:   Litten M Nivel 15
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Ascuas
-Arañazo
-Lengüetazo
-Doble equipo   Charizard M Nivel 39
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Lanzallamas
-Vuelo
-Ataque Ala
-Golpe roca

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