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Recorrido 'In-seminal'. por Negatto

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Notas del capitulo:

Capítulo 2:

¡Alola, queridxs lectorxs! 

He estado con bastante tiempo libre y no se imaginan la cantidad de cosas que he escrito, me apasiona bastante pensar en cómo tomaría diferentes tipos de situaciones Kiawe en la nueva vida que está  descubriendo en Alola.

En este capítulo se habla sobre sus sueños y metas en la nueva región.

Ah, tambien hay un poco de lemon, pero no tan extremo como el del capítulo anterior, hahaha.

¡Espero que les guste!

A la mañana siguiente Kiawe abrió sus ojos perezosamente.
-¿D-dónde estoy?... -Se decía a si mismo entre las sabanas.
Se pudo percatar que estaba desnudo, lo que le hizo recordar todo lo vivido el día anterior, sin embargo, se encontraba solo en la gran habitación del profesor.

-¡Kiawe, el desayuno está servido! -Se podía escuchar proveniente del piso inferior.

El moreno se puso su ropa interior, sus pantalones cortos color cereza, su collar de piedras hecho por su pequeña hermana y sus sandalias.
Bajó la escalera lentamente, se sentía avergonzado, no podía dejar de pensar en lo sucedido la tarde de ayer.

-¡Buenos días, pequeño! -Sonreía el profesor sentado en la mesa desayunando, cabe decir que ya estaba vestido como de costumbre.

- B-buenos días, profesor -Kiawe tartamudeaba, no podía creer que al profesor se le hiciera tan natural haber tenido relaciones con alguien que había conocido el día anterior y haberlo hospedado en su propia casa. 

El más joven se sentó para servirse el desayuno preparado por el profesor; estaba compuesto por dos tostadas, un posillo de leche con cereales y un jugo de bayas Aranja.

El ambiente era agradable, el profesor le hablaba sobre la isla, sus habitantes y sus costumbres.

- Profesor, yo... es decir ¿Sabe usted donde puedo encontrar un hotel para quedarme mientras esté en Mele-Mele? -Kiawe interrunpió a Kukui con esta pregunta.

-¿Para quedarte? ¡Qué dices, hombre! -Rió antes de beber lo último que quedaba de su jugo- Tú dormirás aquí, para mi no hay problema, no te cobraré por nada.

Kiawe bajó su cabeza, pensó por un momento.
-Sería un gran ahorro de dinero si es así...

-¿Y qué dices, musculín? -Preguntaba Kukui en un tono burlesco.

Kiawe aceptó la oferta propuesta por el profesor, buscaba ahorrar la mayor cantidad de dinero que pudiese.
El profesor al terminar se levantó de la mesa y se dirigió a la escuela de entrenadores de Alola, era día lunes, por lo que debía ir a trabajar.
Le había platicado de eso a Kiawe, sin embargo primero debía hacer sus papeles estudiantiles si quería entrar para convertirse en un entrenador pokémon.

Kiawe se quedó con una tarea encargada, debía ir al centro de la ciudad por unos alimentos que le encargó el profesor.

Pudo notar como su pokeball se encontraba al lado de la puerta del hogar, junto a las llaves y una nota.

"Volveré dentro de las 4:30PM, he dejado algo para que le pongas a Charizard afuera, y algo para ti también." Decía la nota.

Kiawe tomó las llaves y la pokeball de Lizard, salió y se encontró con una especie de montura. Se adaptaba perfectamente al cuerpo de Charizard, traía muchos bolsillos alrededor para transportar gran cantidad de cosas. Y encima de la montura se encontraba una especie de cinta amarrada por detras, parecía ser un collar muy ajustado. 
Kiawe pudo notar que era parte de la cinta que profesor Kukui le ordenó que se pusiera en los ojos el día anterior.

Las mejillas del moreno se enrojecieron por un momento y amarró la cinta a su cuello. Era lo mínimo que podía hacer después de semejante ayuda que le brindaba el profesor con la hostadía.
Puso la montura en charizard y se elevaron con dirección al centro de la isla.

Aterrizaron en Ciudad Hauoli, había un gran cantidad de puestos con bayas y distintos tipos de pan. Kiawe realizó las compras correctamente, charizard se encontraba en su pokeball como de costumbre.

-¡Alola, joven! -Decía un vendedor, era un poco más alto que Kiawe, tenía el cabello castaño y su tez estaba algo bronceada.

-Alola -Respondía a secas Kiawe buscando entre las bayas. -¿Bayas Rimoya?

-Perdone ¿Cómo dijo? -Contestaba el vendedor algo molesto por la actitud del moreno. -¿Podría ser un poco más educado conmigo?

-¿Disculpe? Sólo estoy pregúntandole si tiene Bayas Rimoya. -Kiawe miraba a los ojos del vendedor con el seño funcido.

-Acompañeme por favor, creo tener en el almacen. -Decía el vendedor con un tono imperativo.

Kiawe siguió al vendedor hacia su almacen. El tipo abrió la puerta e hizo pasar a Kiawe, acto seguido entró él asegurando la cerradura.

-Deberías respetar a tus mayores, niño, más aún siendo extranjero.
Kiawe se sorprendió puesto a que el tipo sabía que él no era de por aquí.
-¿Cómo es que sabes eso? -Preguntaba Kiawe confundido- ¿Dondé guardas las bayas?

El vendedor se acercó al más bajo riendo sarcásticamente. -Con una actitud así, es notorio que no vives por acá, en Alola todos son respetuosos, no como tú, pendejo.- Decía el vendedor empujando a Kiawe contra una de las vitrinas.

Kiawe calló adolorido. -¡¿QUÉ CREES QUE HACES?! -Gritaba sobandose su brazo izquierdo tratando de levantarse.
El moreno trató de buscar entre sus bolsillos la pokeball de Lizard.

- ¿Buscas esto? -Preguntaba el vendedor mostrandole cómo ya había tomado posesión de la pokeball de Charizard. 

- ¡Dame a a Lizard ahora mismo!- Gritó Kiawe saltando en dirección al tipo de pelo castaño. Sin embargo, algo viscoso lo lanzó hacia la pared. El moreno se encontraba de espalda con los brazos y piernas adheridos a una de las murallas del almacen.

-Bien hecho Ariados. -Decía el vendedor devolviendo a la araña gigante dentro de su pokeball acercandose a Kiawe. -Ahora te voy a dar una lección para que aprendas a respetar a tus mayores, niñato. -Dijo desbotonando su camisa de trabajo que llevaba su nombre en una placa, Ryu.

Kiawe trataba de pedir auxilio, pero fugazmente su boca fue tapada con un trozo de cinta adhesiva.

-Shhh... No queremos que alguien nos escuche ¿No es así? -Decía Ryu acariciando el trasero de Kiawe. -Tienes buena mercancía por aquí atrás.

Kiawe se retorcía tratando de escapar, sin embargo, era imposible. La telaraña de Ariados era demasiado gruesa.
El moreno podía escuchar al vendedor bajar sus pantalones.

-Vamos a ver qué nos trae este visitante nuevo -Reía sarcásticamente mientras bajaba el 'short' de Kiawe. El vendedor se encontró con un redondo y gigantesco trasero. Lo acariciaba con su mano derecha, mientras que se masturbaba con la mano sobrante.

Kiawe no podía evitar excitarse, a pesar de haber sido golpeado por este, le traía recuerdos de la noche anterior, lo cual lo hacía ponerse duro en segundos. Al pasar esto, el miembro de Kiawe ganaba tamaño por lo que por temas de espacio su trasero se lanzaba hacia atras automáticamente.

-¿Eh? ¿Así que te gusta? Mejor para mi. -Ryu escupió sobre su miembro ya erecto. Acto seguido lo introdujo sin ningún cuidado dentro de Kiawe.

El moreno sentía un dolor terrible, acompañado de una satisfacción increible al tener el pene de alguien más tocando su punto G. Se retorcía por completo, sentía cosquilleos desde sus muslos hasta sus pezones.

El vendedor comenzó a dar embestidas cada vez más rápidas contra el moreno, cada puntada era satisfactoria, pero a la vez dolorosa. La entrada de Kiawe se contraía fuertemente.

-Se siente mejor aún cuando están estrechos- reía Ryu apretando las nalgas de Kiawe con sus dos manos mientras penetraba velozmente.

Kiawe lloraba del dolor, pero por otro lado, su cuerpo reaccionaba al placer soltando variados orgasmos que se podían sentir aún con la cinta adhesiva sobre sus labios.

Llego un momento en el cual el vendedor realizaba una gran cantidad de embestidas en poco tiempo, se podía sentir cómo su miembro palpaba cada vez más rápido, sus testículos chocaban contra los de Kiawe brutalmente, Ryu podía sentir que ya iba a eyacular, por lo que, con una navaja cortó las telarañas de Ariados en segundos, su pene se separo del trasero todo enrojecido de Kiawe, haciendo caer a este al suelo derrotado.

Ryu se posicionó sobre el pecho del moreno haciéndolo incapaz de moverse lo poco que podía, Kiawe estaba completamente adolorido por todo lo sucedido. Ryu quitó la cinta adhesiva de la boca del más joven, el cual se encontraba jadeando. El vendedor masturbaba su miembro lo más rápido que podía hasta que terminó por venirse en la cara enrojecida del moreno. La vista era espectacular, Kiawe permanecía jadeando, sus mejillas estaban enrojecidas del cansancio y su cara estaba mayormente cubierta con semen recién liberado por el mayor de pelo castaño.

-Espero que hayas entendido la lección. -Decía Ryu terminando de abotonar su camisa. -Ahí tienes tu estúpida pokeball.

La pokeball de Charizard rodó en dirección al moreno que se encontraba en el suelo respirando con dificultad.
Ryu terminó por salir del almacen dejando la puerta entreabierta.

Kiawe se sentía realmente inutil, sólo pensaba en cómo había sido dominado por un simple vendedor de la ciudad.
-Algún día me vengaré... -Pensaba para si mismo, aún jadeando después de todo lo sucedido.

Cuando logró pararse después de unos minutos, pudo darse cuenta del daño que le había hecho el vendedor, su trasero estaba completamente enrojecido y su ano ardía a más no poder. Se subió sus cortos pantalones para luego quitar el viscoso y ya frío semen de su cara.

Kiawe volvió a la casa del profesor Kukui alrededor de las ocho. La parte buena es que había comprado todo lo que el profesor le había pedido.

Al momento de llegar recibió un fuerte y cálido abrazo por parte del dueño del hogar.
-¿Por qué no habías llegado antes? ¿Que te pasó? -El profesor podía notar la cara de cansancio que traía el moreno.

El joven se lanzó derrotado sobre el sofá de la sala de estar. -Me perdí en el bosque, Charizard estaba dañado en una ala por un mal aterrizaje como para traerme de vuelta. -Kiawe prefería mentir que contarle lo sucedido esa tarde con ese tal Ryu.

El profesor creyó en la mentira de su visitante, por lo que evadió el tema después.

- Ya dejé todo listo, mañana mismo comienzan tus clases. Siéntete afortunado puesto a que soy yo el profesor. -Reía Kukui con el fin de animar al menor.

Kiawe ignoró el comentario del profesor y se levantó del sofa para luego dudar.
- Profesor, ¿Me puede decir cuál es mi habitación?. -La casa era bastante grande por lo que aún no conocía bien dónde se escontraba cada lugar.

El profesor estaba cocinado lo que sería probablemente la cena y respondió:
-Frente a mi habitación hay una sala con una pequeña cama, puedes usarla si quieres, aunque claro no tengo problema en que duermas conmigo.

Kiawe recordaba todo lo sucedido ayer y su estómago se revolvió, no quería pasar por eso otra vez, por lo menos por ahora.

Se encontraba subiendo las escaleras cuando una pregunta del profesor lo hizo estremecerse.
-Hoy lo volveremos a hacer, no piensas dormir aún ¿O sí?.
Kiawe se congeló, no podía creer cómo era de directo el profesor respecto a ese tema.
Sólo ignoró el comentario y subió las escaleras en dirección a la pequeña cama que le esperaba, lo único que quería era dormir.

Al llegar a su nueva habitación se encontró con una sala completamente vacía, a excepción de una vieja cama que terminaba por encojerse en el gran tamaño de la pieza.

Kiawe se lanzó sobre la cama, tenía sus años, no paraba de rechinar cada vez que se movía. Estuvo unos minutos mirando el techo, pensando.
-¿Debería de volver a casa?... -Pensaba en su familia, su hermana que tanto se había esforzado para ser tan fuerte como él, en su madre las veces que lo felicitaba por las ventas de leche y la gran sonrisa que siempre mostraba su padre. Sin embargo, todo este viaje tenía un propósito, La liga pokémon de Alola iba a abrir por primera vez en unos meses más, y al primer entrenador capaz de convertirse en maestro llegando a derrotar a la Élite 4 ganaba una gran cantidad de dinero apróximado en cerca de 15.000 millones de Pókedolares, además de recibir el título de Campeón de la región.
Kiawe había reunido dinero con el cual podría viajar a Alola para convertirse en un maestro pokémon y ganar el pozo millonario.
Fueron años de ardúo trabajo en el rancho familiar, toda su familia creía en él. Sin embargo, su pokémon inicial Charizard fue críado para repartir leche junto a él alrededor de Kanto, por lo que nunca fue bueno para luchar, es más, odia pelear contra otros pokémon.

El moreno se encontraba llorando a causa de sus recuerdos, no podía creer que ya había sido violado dos veces en tan sólo dos días que llevaba en Alola. Si esto seguía así quizas que le deparaba el futuro, sus lágrimas se prolongaron con esto. Sin embargo, no podía negar que el profesor Kukui lo había acogido gentilmente en su hogar sin siquiera cobrarle.

Kiawe se secaba las lágrimas, pero ahora con una sonrisa que esbozaba de oreja a oreja.

-¡Llegaré a la Élite 4 y derrotaré a todos esos viejos dentro de segundos! -Se dijo para si mismo en forma de alentarse. -¡Incluso si debo lamer 1000 vergas!

El profesor Kukui se encontraba en la puerta de la habitación con una bandeja llena de comida, aparentemente la cena. Rió a carcajadas a más no poder por la reacción del chico.

-¡Usted debería tocar la puerta antes de entrar! -Kiawe manifestaba su enojo al haber hecho una broma tan idiota y más aún que alguién la haya escuchado.

-Lo siento -reía por un momento- Prometo hacerlo para la próxima, succionador -Se burlaba el profesor.
Para ser un adulto tenía un humor bastante infantil.

Kiawe y Kukui cenaron juntos sentados en la vieja cama de la ahora habitación del moreno.
Kukui prometió comparle una cama nueva al joven extranjero. Kiawe se lo negó varias veces pero terminó por aceptarla, ya que le incomodaba mucho dormir en algo en tan mal estado.

-Recuerda que mañana nos vamos a las nueve de la madrugada. En la escuela podrás elegir tu primer, digo segundo pokémon. -Decía Kukui acariciando el cabello del moreno.

El profesor emitía cierta vibra de parentalidad, bueno si no fuera porque tuvo relaciones con él el día anterior.
Kiawe mostró una pequeña sonrisa y el profesor abandonó la sala.

El moreno se dejó caer derrotado en la incómoda cama.
Luego de unos minutos mirando el techo, sacó la pokeball de charizard y la observó directamente.
-Sé que no te gusta luchar y respeto tu decisión, seguirás conmigo en este viaje y espero no me dejes.
La pokeball emitió un cierto brillo después de las palabras dichas por Kiawe.

El joven se deshizo de su pantalón todo sució quedando en ropa interior, y lo dejó junto a la pokeball de Lizard al lado de su cama, pestañó por unos minutos y se quedó completamente dormido.

Horas mas tarde cuando el profesor subió a  acostarse, pasó por la habitación de Kiawe, notó que sus shorts estaban realmente sucios, los tomó y al momento de retirarse se dió cuenta de que en el cuello de kiawe estaba amarrada la cinta que había dejado para él.
Kukui sonrió unos segundos y dejó la habitación. Sentía que el pequeño extranjero moreno ya le emitía cierto afecto.

Notas finales:

¿Qué piensan de este capítulo?

No puse lemon tan fuerte ni tan explícito ya que quería enfocarme más en el pasado y en el futuro de la vida de Kiawe.

Muchas gracias a Abyss y a Vanessa por las reviews del capítulo anterior.

Como siempre, estoy abierto a todo tipo de consejos, acotaciones u opiniones constructivas respecto a mi gramática u ortografía, incluso sobre los próximos 'shippeos' hahaha x).

Un abrazo muy grande, hasta pronto :)


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