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Recorrido 'In-seminal'. por Negatto

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Notas del capitulo:

Capítulo 3:
¡Alola!
Esta vez vengo a actualizar con un nuevo capítulo, el número 3.
Advertencia: Escenas lemon bien fuertes.

¡Espero que disfruten del fanfic!

Estaba amaneciendo y Kiawe pudo sentir algo que picoteaba su espalda, intentó rascarse pero al parecer seguía ahí. De un instante a otro se giró violentamente, un fletching salvaje abandonaba la habitación rapidamente.
Kiawe se sentó sobre su cama, miró la pokeball de charizard por unos segundos y luego notó que sus shorts no estaban donde los había dejado. Aparte se encontraba sin sentido del horario puesto a que no tenía un reloj a mano, ni un Videomisor, el último aparato en tecnología capaz de realizar videollamadas que por organización podía mostrar la hora actual.

-¡Llegaré tarde a mi primer día de clases! -Pensaba asustado.

Kiawe bajó las escaleras para encontrarse con el profesor Kukui desayunando como era de costumbre, pero para su sorpresa no estaba ahí.

Kiawe subió rápido las escaleras para luego entrar a la pieza del profesor Kukui, si no estaba ahí ya podía dar por perdido su primer día, después de todo lo podía ir a clases en ropa interior.

- ¡Profesor Kukui! -Gritó el moreno acelerado abriendo la puerta.

El profesor estaba ahí. Sin embargo, se encontraba desnudo, durmiendo sobre las sabanas, su bata se encontraba sobre una silla y sus pantalones cortos en el suelo.

El joven se quedó de piedra con semejante imágen frente a él. Kukui por otro lado pestañó un par de veces para luego levantar la cabeza.
- Buenos uwraghh... -Bostezó- ...Días pequeño...

- D-disculpe profesor, pensé que me había perdido el primer día de clases, no encuentro mis pantalones. -Decía el moreno mirando hacía el piso, trataba de evitar mirar al profesor desnudo frente a él.

Kukui se volvió a recostar unos segundos y apuntó hacia la ventana.
-Anoche los metí a la lavadora y luego los tendí, estaban muy sucios Kiawe. -Decía el profesor ahora girandose mientras bostezaba.
-Relájate pequeño, aún nos quedan dos horas de dulces sueños... -Bostezaba.

Kiawe se alivió por lo dicho, no obstante decidió salir de la habitación lo más pronto posible, podía ver la entrada del Profesor desde ese ángulo.

El moreno salió de la casa y tomó los shorts ya secos del tendedero, relucían su color cereza una vez más.
Entró a la casa nuevamente y se dirigió hacía el baño del profesor, pretendía bañarse. Kiawe no solía sudar a menudo, pero en Alola el clima era sofocante por las tardes, lo que le hacía transpirar de vez en cuando.

El moreno se metió dentro de la ducha y comenzó a lavarse, esparcía el jabón alrededor de su marcado cuerpo con cuidado, después de resfregar y mojar iba por el cabello, pero recordó que no trajo absolutamente nada de Kanto. Remojó un poco su despeinada cabellera y salió de la ducha. Amarró una de las toallas que se encontraban ahí a sus caderas y tocó una de las puertas del baño que conectaba a la habitación de Kukui.

... ...

Después de un par de minutos, Kukui abrió la puerta, se encontraba desnudo para variar, y mantenía una cara de sueño tremenda.
- P-profesor... No tengo shampoo para lavarme el pelo- Kiawe miraba al piso otra vez.

Kukui pestaño un par de veces mirando al chico y logró divisar lo que tenía en frente. Levantó la mirada del menor con su dedo índice.
-Mírame a mi cuando me hablas. -Dijo el profesor mientras tiraba la toalla de Kiawe al piso.

El moreno miraba el pecho tonificado del profesor, no era capaz de mirarlo a los ojos, menos ahora que él también se encontraba desnudo. 
-Si no entras así en confianza conmigo, no sé qué lo hará. -Decía Kukui con sus manos sobre los hombros del menor. -Ocupa mi shampoo, no tengo problema alguno, ahora vives conmigo, todo lo mío puedo compartirlo contigo. -Kukui besaba en la frente al más joven, notando como a este se le enrojecían las mejillas.

Kiawe no dijo una sola palabra y volvió al baño cerrando la puerta. Se mantuvo unos segundos quieto y luego procedió a terminar su lavado gracias a la gentileza del profesor.

Al terminar de vestirse bajó las escaleras para encontrarse nuevamente con Kukui, quien se encontraba preparando el desayuno.
- ¿Quieres que te prepare algo en particular para desayunar? -Preguntaba el profesor, se podía notar aún sus ganas de volver a la cama
-Con un vaso de leche me basta, gracias de todos modos. -Respondía Kiawe ya sentado en la mesa mirando por la ventana.

-Deberías comer más, hoy será un día agotador -Decía Kukui mientras se sentaba junto a él con una bandeja en la cual traía su desayuno y dos tostadas con un gran vaso de leche para el menor.

Ambos desayunaron tranquilamente, Kukui hablaba sobre los distintos tipos de pokémon que habitaban Alola, incluso habían algunos que eran de la misma región que Kiawe pero en Alola tenían una apariencia diferente.
Cuando el menor hablaba, Kukui observaba los labios de Kiawe, manchados por un color claro debido a la leche. No podía evitar mal pensar la situación.

Terminado el desayuno ambos partieron rumbo a la escuela de entrenadores, Kiawe iba por delante observando el paisaje y hablando de cuanto le apasionaban los pokémon tipo fuego. El profesor por su parte gozaba de una buena vista enfocando  su mirada en el redondo trasero del menor, se movía de lado a lado mientras caminaba, era algo completamente hipnotizante para los ojos del mayor.

Llegando a la escuela, Kiawe se presentó con el director, aparentemente era pariente del Profesor Oak, por lo que sabía que el joven iría a la escuela llegando a Alola.
Charlaron un par de minutos pero fueron interrumpidos por Kukui, quien llamó al menor para que entrara a clases.

Kiawe se presentó con sus nuevos compañeros, era un salón gigante y cada uno tenía su puesto individual, incluso había uno para él.
Sus nuevos compañeros eran Lillie, Lulú, Lana y Chris.
Lillie parecía ser tímida, pero poseía una inteligencía bastante grande.
Lulú era muy simpática, le gustaba hacer reír a los demás.
Lana tenía un tono de voz muy bajo, pero era muy extrovertida... a su manera.
Chris mostraba ser muy inteligente, no obstante parecía tener una actitud muy dura con él.

El profesor Kukui abandonó por un momento el salón, todos estaban hablando entre sí, Chris tenía un pokémon, togedemaru. Lulú y Lana también, un bounsweet y un popplio respectivamente.
-Pareces ser fuerte -Decía Lana tocando con un dedo el pecho desnudo de Kiawe.
-No es así -El moreno reía.
-Cuéntanos de ti, Kiawe, nunca te habíamos visto por aquí. -Lulú parecía interesada.
Kiawe les contó sobre Kanto y toda su variedad Pokémon. Todos estaban asombrados, a excepción de Chris, parecía más bien molesto por la llegada de un chico nuevo.

Minutos más tarde volvió el profesor Kukui al salón, traía con él un pequeño Litten, que al parecer era algo travieso, el profesor lucía rasguños por gran parte de su pecho.
-Me costó tomarlo. -Reía mientras trataba de retenerlo para que no escapase.

Kiawe miraba al diminuto felino, le parecía absolutamente tierno.
-¿Cómo es que se llama, profesor? -Preguntaba curioso el moreno.
-Es un litten, es uno de los pokémon que se le entrega a los principiantes en Alola, es tipo fuego por lo que pensé que podría gustar-ah-te -Kukui recibía otro rasguño por parte del pequeño animal.
Kiawe lo miraba detenidamente, se acerco al profesor y quiso tomarlo. 
El profesor no quería soltarlo, puesto que le podía hacer daño al menor. Para su suerte el felino al llegar a manos de Kiawe permanecía tranquilo. 
El joven de tez oscura acariciaba la cabeza del oscuro gato. Este ronroneaba a medida que las caricias se volvían placenteras.

-Mi padre en Kanto tenía un persian, me gustaba acariciarlo cuando no estaba trabajando, creo que por eso sé cómo cuidar de los felinos. -Decía orgullosamente el moreno.

-Que bueno que se lleven bien, porque a partir de ahora litten es tuyo -Kukui sonreía.

-¿Es en serio? ¿Puedo quedarmelo? -Kiawe estaba realmente emocionado, litten permanecía acurrucado entre sus brazos.

Kukui asentía con la cabeza, le entregó la pokeball del felino y acaricio la cabeza de Kiawe -Cuídalo bien.

El moreno se encontraba contentísimo, su primer pokémon de Alola era tipo fuego, no podía ser mejor.
Sus compañeros lo felicitaban y celebraban juntos.

-Kiawe, te reto a una batalla, para ver si eres tan bueno con los "gatitos". -Propuso Chris en un tono burlesco.

-Claro que acept--- -Kiawe fue interrumpido por el profesor Kukui

-Antes de todo me gustaría entregarte esto, Kiawe.
El profesor Kukui le dió al moreno una Pokédex, un aparato capaz de registrar todo tipo de pokémon y proporciona toda la información posible de estos.
-Registra automaticamente todo tipo de pokémon que te encuentres por el camino, además te será de ayuda en combates. -Agregaba el fornido profesor.

Todos salieron de la escuela para posicionarse en el campo de practica, la primera batalla pokémon de Kiawe en Alola estaba a punto de comenzar.

-Togedemaru, cuento contigo -Le decía Chris a su pequeño y redondo pokémon.

-Vamos, litten -Decía Kiawe emocionado.

El profesor Kukui hacía de árbitro dentro de la batalla, el primer pokémon en debilitar a su adversario ganaba.
-Podemos dar comienzo a la batalla, ¡ADELANTE! -Gritaba entusiasta el profesor señalando hacia el frente.

Kiawe ya había consultado los movimientos de litten disponibles de acuerdo a su nivel.

-¡Togedemaru utiliza placaje! -Gritaba Chris.
El redondo pokémon se movía a gran velocidad. Golpeó fuertemente al litten de Kiawe, el cual no recibió ninguna orden de evasión.

- E-eh... ¡Litten, usa ascuas! -Kiawe parecía estar nervioso al ver a su pokémon herido.

Litten lanzo un conjunto de bolas de pelos en llamas desde su boca velozmente en dirección a togedemaru.

-¡Rueda para esquivarlo, togedemaru!
El veloz pokémon giraba en si esquivando todo tipo de bolas de pelo que lanzaba litten. -Ahora, ¡impactrueno!- togedemaru rodó velozmente hasta chocar a litten soltando un impactrueno bastante doloroso para el felino.

-¡Litten! -Gritaba Kiawe preocupado -¿Aún puedes luchar?
Litten giraba su cabeza asintiendo adolorido.

-¡Utiliza arañazo! -Ordenó el moreno.

Litten acertó el arañazo, tristemente togedemaru al ser del tipo acero además de eléctrico lo resistió sin ningún problema.

-¡Contraataca con placaje! -Gritaba Chris desde el extremo derecho del campo.
Togedemaru giró rapidamente hasta golpear a litten en reiteradas ocasiones.

-¡No, litten! -Kiawe sonaba preocupado.
Sin embargo, la preocupación no sirvió de nada, litten terminó por caer derrotado.

-El litten de Kiawe no puede continuar, ¡Togedemaru y Chris son los ganadores! -Concluía el profesor su faceta como árbitro para luego acompañar a Kiawe junto a litten al centro pokémon más cercano.

Kiawe y Kukui yacían en la sala de espera, el menor se encontraba preocupado, su pequeño felino había sido brutalmente golpeado en una batalla.
-Estará bien en unos minutos, pequeño, no te preocupes. -Decía el profesor acariciando la cabeza del más joven.
-No debería haber luchado, es todo mi culpa. -Se culpaba Kiawe, mientras lagrimas caían por sus mejillas.
-Hey, pequeño -ponía sus manos en la cara de menor- mírame. -Decía Kukui girando la cabeza del moreno para que lo mirase a los ojos. -En todas las batallas un pokémon cae debilitado, es normal.
Las mejillas de Kiawe se enrojecían rapidamente. Había parado de llorar, pero sus ojos seguían humedos.

-¿El entrenador de litten?- Se escuchaba desde la recepción a la enferma Joy.
Kiawe corrió al mostrador a recibir a su pequeño amigo, este saltó hacia él. Al parecer no tenía rencores contra su entrenador. 
-Lo siento, ¡Prometo nunca más volver a ser un idiota en las batallas! -Kiawe abrazaba fuertemente al felino.

Kiawe y Kukui volvieron a casa cerca de las seis de la tarde, agotados completamente, la casa del profesor se encontraba retirada de la ciudad, lo cual lo hacía permanecer en forma ya que aparte de ejercitarse en el pequeño gimnasio de su hogar, caminaba una gran cantidad de metros a diario.

Ya llegando Kukui entró a darse una ducha, y Kiawe se quedó afuera del hogar presentandole su nuevo pokémon a charizard.
Parecían llevarse bien, litten rozaba su cabeza contra el cuerpo de Lizard para mostrarle su cariño. Kiawe permanecía sentado en la arena viendolos.
-Espero que se lleven bien Lizard, litten es mi nuevo compañero de batallas. -Decía el moreno con una sonrisa en la cara.
Charizard asentía con la cabeza, después de todo su entrenador debía tener más pokémon si este quería ser el campeón de la región.
Minutos más tarde, Kiawe metió a charizard y a litten dentro de sus respectivas pokeballs para que descansaran. El moreno entró a la casa del profesor para contarle que sus pokémon ya se llevaban bien.
Sin embargo, el profesor no se encontraba en el primer piso. Eran cerca de las 9 de la noche.
-Quizas llegó muy cansado y quiso dormir después del baño. -Suponía el moreno, mientras le rugía el estómago en señal de una potente hambre, después de la batalla pasaron la tarde en el centro pokémon y sólo bebió un batido de bayas pomaro.

Kiawe entró a la cocina y abrió el refrigerador. Habían un montón de bayas, refrescos, proteínas y bebidas energéticas del profesor. Las bayas necesitaban ser cocinadas para ser comidas por humanos, ya que crudas mantenían un sabor ácido.
Kiawe no sabía como funcionaba la cocina del profesor, en el rancho de su familia se cocinaba en un horno el cual se prendía con el fuego de charizard. Tomó un refresco, se sentó en el gran sofá de la sala de estar y prendió la televisión.
Podía ver un programa de concursos en el cual aparecia que un Mr.mime había ganado 3 pasajes en avión para ir a Alola. Pasaron minutos y su estómago seguía rugiendo de vez en cuando, necesitaba comer algo.
Kiawe subió las escaleras, necesitaba pedirle al profesor que le cocinara algo, después de todo él tampoco había comido algo en la tarde, debería de tener hambre también.

Kiawe tocó la puerta de la habitación del profesor. Pudo oír un montón de cosas caerse, como si estuviera corriendo.
Al cabo de un par de minutos Kukui abrió la puerta, se encontraba en ropa interior, llevaba unos boxers color negro que remarcaban exactamente la figura de su miembro.
-Profesor, me preguntaba si podría prepar, digo, enseñarme a usar su cocina. -Decía el joven tratando de no mirar cómo se marcaba la polla del mayor, parecía estar duro.

-¿Tienes hambre? -Kukui preguntó.
Kiawe iba a responder pero el profesor lo agarró de un braso y lo metió a su cuarto.
Kukui puso sus manos alrededor de la cabeza del menor y comenzó a besarlo. El menor se sorprendió, no obstante respondía a sus estímulos entregando de lo mismo. El mayor metía su lengua a la cabidad bucal del menor, buscaba rozar la misma del menor, ambas se entrelazaban lentamente. Kukui guiaba al moreno directo a su cama a medida que avanzaban paso a paso entre los candentes besos que le proporcionaba. Kiawe permanecía con los ojos cerrados, sus mejillas se enrojecían y podía sentir como su miembro iba creciendo por causa de la excitación. Los besos de Kukui hacían que su cuerpo se estremeciera por completo, cada uno de ellos era distinto pero por sobre todo placenteros.
Entre beso y beso Kukui ponía una de sus manos en la espalda del menor haciendolo bajar lentamente para recostarlo sobre la cama.
-No sabes cuánto he querido volver a sentirte de esta forma. -Decía el mayor al separarse por unos segundos de la boca del joven moreno.
Lentamente sus besos terminaron, pero Kukui seguía con ellos en otra dirección, besó el cuello del menor por unos segundos, luego sus clavículas, pasó al pecho y se detuvo en los pezones.
Lamía el pezón izquierdo mientras jugaba con el derecho. Su larga lengua se movía libremente calentando cada parte del pezón de Kiawe. Lamía, succionaba y mordía unas cuantas veces. Luego los apretaba con sus manos y repetía el proceso cambiando de pezón.
Kiawe permanecía jadeando a ojos cerrados, uno de sus puntos debiles eran sus tetillas, y Kukui lo sabía perfectamente.
El mayor siguió bajando, lamió cada uno de los tonificados abdominales que poseía el moreno, lentamente llegó a los oblicuos, estos sobresalían del cuerpo de Kiawe notoriamente, estaban trabajados a la perfección y habían comenzado a sudar debido a la gran cantidas de calor que le brindaba el profesor.
Rapidamente mientras pasaba su lengua por aquellos lugares el miembro de Kiawe comenzaba a asomarse, llegando a salir por arriba del short que usualmente llevaba puesto.
El profesor fue bajando lentamente sus besos mientras bajaba los molestos pantalones que contenían la cena de esa noche.
El profesor podía notar como la piel del menor comenzaba a brillar cerca de sus partes íntimas debido al liquido pre-seminal que ya estaba botando el miembro del moreno.
Kiawe se encontraba sólo en boxers, eran color blanco, los de siempre, permanecían mojados alrededor del tronco del pene. Su tela incluso se traslucía debido al color de su piel. Parecía ser una obra de arte para el profesor. El moreno se encontraba jadeando. Gemidos y orgasmos le avisaban al profesor que lo único que que quería era ser succionado por completo hasta terminar totalmente seco. 

-Me encanta como te ves así. -Decía el profesor bajando el boxer del menor. -Me haces querer follarte día y noche.

A Kiawe le avergonzaba que el profesor le hablara así, pero no quitaba que lo excitase cada vez más.

El miembro del menor fue introducido lentamente dentro de la boca de Kukui, mientras lo hacía, su lengua se movía alrededor del tronco, provocando diferentes reacciones en el menor. Desde pequeños brincos a gemidos realmente fuertes.

El profesor al llegar a la base del pene, removía su boca lentamente de este. Procedía a masturbarlo mientras le lamía el tronco, la cabeza o de vez en cuando los testículos. Podía incluso pasar su lengua por la entrada del menor. A Kiawe esto le causaba fuertes pulsasiones en su pene, sentía como si el profesor conociera todos sus puntos más sensibles.

La lengua del mayor recorría por completo el miembro ageno. Lo metía totalmente dentro de su boca, llegaba hasta su garganta, pero Kukui no reaccionaba con ningún tipo de atoramiento, poseía una espaciosa cabidad que le permitía meterse por completo el pene del menor. Así seguía chupando toda cantidad de líquido que le brindaba el menor, aún sin eyacular.

Luego de unos largos minutos succionando la larga y gruesa polla que poseía el joven extranjero se detuvo por un momento. 
-Quiero que pruebes algo... -Dijo el profesor mientras miraba a los ojos de Kiawe.

El menor aún jadeando mantenía una mirada excitante, sus ojos estaban por poco abiertos, respiraba por la boca botando ligeros gemidos y sus mejillas lucían un color rojizo.

El profesor Kukui se paró y se deshizo de su ropa interior. El menor se preocupo debido a que si hacía eso es porque ya iba a penetrarlo y no había estimulado aún su entrada. No quería volver a pasar por el dolor que obtuvo esa tarde con el vendedor.
Sin embargo, ocurrió algo que nunca habría pensado, el profesor Kukui subió a la cama dejándo su trasero a la vista, apoyandose entre su pecho y sus rodillas.
Los gluteos de Kukui también parecían ser trabajados, eran redondos y grandes pero no tan perfectos como eran los del menor.

-Fóllame. -Dijo Kukui tirando de una de sus nalgas para que se pudiese apreciar su entrada con detenimiento.

Kiawe se encontraba sentado sobre la cama, recordaba la mañana del mismo día cuando vió el trasero del profesor, no se veía tan perfecto como ahora pero seguía pareciéndole candente. El menor bajó de la cama, Kukui se acomodó quedando con su trasero cerca de la orilla y Kiawe comenzo a explorar. Tocaba y palpaba cada centímetro de las redondas nalgas que tenía frente a él, su pene no daba más, sentía que iba a explotar si no entraba ya a ese lugar.
Kukui movía su trasero de arriba hacia abajo tentando claramente al menor. 
-Hazlo, sin miedo. -Decía tentativamente el mayor ofreciendose completamente al más joven.
Kiawe comenzó a lamer sus dedos tal y como lo hacía el profesor para luego introducirlos, le fue sencillo, incluso para meter dos dedos. El ano del profesor se expandía con facilidad. Los largos pero delgados dedos de Kiawe entraban y salían rapidamente de la entrada del profesor. Kiawe derramaba lubricante sobre su erecto pene con la mano que no estaba ocupando. Se podían escuchar los silenciosos y roncos gemidos del profesor reaccionando a los tres dedos del menor que permanecían entrando y saliendo de su cabidad.
El menor virtió lubricante sobre todo el trasero del profesor, brillaba completamente y todo lo que caía por el centro entraba con sus dedos, provocaba un excitante ruido que hacía el pene del más joven moverse con libertad.

El momento había llegado, Kukui bajaba un poco el trasero para que se adaptase al porte del menor. Este quitaba sus dedos todos pegajosos para luego pasarlos por su miembro, que se encontraba completamente bañado en lubricante.
Comenzo introduciendo la cabeza, podía sentir como era de caliente el cuerpo del profesor por dentro. El mayor soltaba roncos pero excitantes gemidos a medida que entraba cada centímetro de la masiza polla del más joven.
Kiawe introdujo lentamente por completo su pene dentro de la cabidad del profesor.
-Ahhh... Se siente tan bien. -Decía el menor moviendo sus caderas creando pequeñas ondas dentro del fornido hombre.
Kukui ya había comenzado a masturbarse con la polla de su compañero de hogar dentro de él, sentía como entraba y salía lentamente, notaba como era de cuidadoso el pequeño con él.

Kiawe comenzó a excitarse cada vez más, los pequeños empujones que daba al principio se transformaban en feroces embestidas contra el mayor, posicionaba su pierna derecha sobre la cama para encontrar más placer usando diferentes posiciones. El mayor jadeaba al igual que él, dentro de la habitación de Kukui se podía escuchar una sinfonía de orgasmos compuesta desde los más roncos a los más suaves.

Kiawe había tomado una velocidad increible, su polla de vez en cuando se salia debido a los largos espacios que dejaba para que sus embestidas fuesen mejor recibidas por el mayor. Este se encontraba gozando de buenas estocadas dentro de si mismo, no paraba de masturbarse rapidamente, su mano tomaba la misma velocidad que el miembro de Kiawe dentro de él.

Una vez el menor satisfecho giró bruscamente al profesor para dejarlo recostado de lado, el mayor sorprendido por la fuerza y el entusiasmo del más joven no paraba de jalar de su polla de diferentes maneras.
Al estar en aquella pose, Kiawe posicionó su mano izquierda en el trasero del profesor, introdujo ferozmente su pene y quitó la mano del profesor de su propio pene y comenzó a masturbarlo él. Kukui no podía creer que el tímido e inocente adolescente que había conocido podía comportarse de esa forma estando excitado. Nadie podría parar a Kiawe, sus embestidas se tornaban cada vez más fuertes, el profesor gemía fuertemente de placer, al parecer esa posición hacía que su prostata fuese violentamente atacada por la polla del menor. Para ambos era completamente excitante, Kiawe permanecía masturbando al profesor mientras lo penetraba rapidamente.
El profesor trató de controlar la situación moviendo su pierna derecha para que quedase sobre los hombros del menor.
Mala decisión, Kiawe tomó el otro muslo del profesor y lo posicionó de igual manera, ahora se podía escuchar mucho más fuerte como los testículos del menor chocaban ferozmente contra el más grande.
El moreno se abalanzo sobre Kukui quedando ambos sobre la camá, Kiawe penetraba estando sobre los muslos de Kukui chocando contra el pecho del mismo.
La situación se había salido de control, el joven extranjero estaba a punto de eyacular, por lo que decidió sacar su miembro de la entrada del profesor y prosiguió penetrando esta vez la boca del mayor.
Kukui lo recibía sin problema, introducía sus largos y gruesos dedos en la entrada de Kiawe con el fin de llegar a su punto g, proporcionandole el mayor placer posible en ese momento.
En la habitación sólo se escuchaban orgasmos, el moreno terminaba por eyacular dentro de la boca del profesor. Kukui sentía como el semen del menor salía disparado fuertemente dentro de su garganta, era caliente y espeso. 
Kiawe sacó su polla de la garganta del profesor para concluír su feroz eyaculación en la cara del mayor.
El menor al terminar de liberar todo su esperma dentro y fuera del profesor cayó rendido en la cama. Su corazón latía a mil, era lejos lo más excitante que habría hecho en su vida.
El profesor culminó por masturbarse viendo semejante expresión en la cara del menor. Utilizando ambas manos se podía ver como el prepucio de su pene subía y bajaba en una velocidad increíble. 
Kiawe observó como lo hacía y sintió que podía dar un último aliento para acabar de una vez esa noche.
Se levantó para luego introducirse lo que podía del gigantesco y venoso miembro del profesor a su pequeña cabidad bucal.
Kiawe utilizaba sus manos para trabajar todos los centímetros del pene del mayor que no podía meterse dentro de la boca. Masturbaba con ambas manos junto aún con una de las manos de Kukui que permanecía ahí debido al espacio.
Rapidamente metía y sacaba el miembro del mayor dentro de su boca, cuando Kukui le indicó con una mirada que ya se venía, Kiawe succiono la polla del mayor mientras pasaba su lengua por la cabeza de esta. 

Kukui liberó grandes cantidades de semen dentró de la boca del menor, este tragaba lo más rápido que podía, hasta que el liquido blanco terminó por salir de la boca del menor, no era suficiente la cantidad que tragaba por segundo, al parecer el profesor se encontraba muy acumulado. Kiawe termino con largos recorridos de semen que empezaban desde su boca y llegaban hasta sus muslos.

Kukui comenzó a lamer el cuerpo del menor limpiando cada rincón que había ensuciado él mismo con su líquido seminal. Terminaron besándose entre jadeos y gemidos producidos por toda actividad realizada aquella noche.

-Eres increible, pequeño. -Decía el profesor recostado en la cama junto a Kiawe, ambos con dificultades para respirar.

-No sé qué me pasó .-Kiawe decía entre jadeos.

-Yo tampoco pero ojalá te pase más seguido. -Bromeaba el profesor acariciando el pecho del menor.

Ambos tomaron una ducha antes de dormir, esa noche Kiawe durmió junto al profesor. 
El menor no tenía más sucias intenciones, sólo deseaba dormir, se dieron las buenas noches y ambos cerraron sus ojos.


En medio de la noche Kukui despertó. Acarició la cara del menor que se encontraba dormido frente a él, besó sus labios y volvió a dormir, esta vez poniendo una de sus gruesas piernas sobre el más joven.

Mañana se vendría un gran día, irían de pesca junto a uno de los actuales capitanes de Alola, Marlon.

Notas finales:

¿Qué les pareció este capítulo? 
Espero que les haya gustado tanto como a mi x).

A partir de ahora en las notas finales iré actualizando la información de cada pokémon de Kiawe.

Litten M Nivel: 5
Habilidad:  Mar llamas
Movimientos:
-Arañazo
-Ascuas
-Gruñido

Charizard M Nivel: 39
Habilidad: Mar llamas
Movimientos:
-Lanzallamas
-Vuelo
-Ataque ala
-Golpe roca


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