Dos días después del pequeño concierto dado en el hotel y los ánimos de todos eran diversos, pero Tohma tenía claro que no podía dejarse vencer por los chicos extranjeros, así que junto con su banda se encerró a practicar como si la vida se le fuera en ello. Por otro lado Yuki se había encerrado de nuevo en su departamento reusándose a hablar con alguien, llegando al extremo de cambiar las cerraduras para que no pudieran entrar.
Pero los más preocupados eran Hiro y Suguru, claro que querían a su amigo, y estaban de acuerdo en que su banda era muy buena, pero aun así, ambos sabían que iban a rechazar la oferta, después de todo la banda primero era solo de ellos tres, seguramente si aceptaban no sería lo mismo, después de todo Shuichi ya no era el mismo.
-Hiro-
El pelirrojo volteo al llamado de su novio, que le veía con cierta preocupación, K no había mencionado nada, pero sabía que para el menor era un poco shockeante ver a su mejor amigo con otros.
-Estoy bien K, un poco sorprendido, pero Shuichi se ve bien, y como amigo debo respetar eso- “aunque no me guste para nada” -además, no me dijiste tú lo mismo?-
El rubio asintió y coloco un beso en la frente de su pareja antes de ir a tomar una ducha y dejando al otro solo con sus pensamientos y su celular, que había estado revisando de manera obsesiva últimamente. Hiro volvió la vista a la pequeña pantalla, el mensaje de Shuichi brillando aun ahí, mordió sus labios y decidió escribir su respuesta, sin saber las repercusiones que esto pudiera tener.
Mientras tanto en una habitación de hotel un celular comenzó a brillar, logrando que uno de los bultos en la cama se moviera incomodo, puede que fuera temprano, pero toda la actividad del día anterior le tenía agotado, aun así logro zafarse del abrazo de su amante y sacar el brazo tomando el teléfono.
-Shu, apaga eso- pidió el castaño sin abrir los ojos.
-Lo siento, vuelve a dormir, iré por agua- susurro al mayor para después caminar a la pequeña cocina instalada en la habitación mientras abría el mensaje que lo despertó.
“Lo siento Shuichi, agradezco tu oferta y que pienses así de mí, pero no puedo irme, por favor, acepta mi decisión así como yo acepte la tuya.
Hiro”
El de pelo negro solo sonrió resignado, la respuesta como tal no le sorprendía, sabía que Hiro era muy fiel a lo que quería, igual que él, solo que ahora lo que ambos querían eran cosas diferentes. Suspiro y tomando el vaso de agua regreso a la cama, sus dos amigos lo habían rechazado, pero no se sentía mal, más bien era como quitarse un peso de encima al ver que era odiado por su alejamiento.
-Si hasta Suguru me felicito, supongo que entonces todo está bien-
Ahora, lo único que le faltaba era hablar con K, después de todo el rubio junto con Sakano le habían apoyado, con el segundo ya había hablado y todo estaba bien, pero quería cerrar todos los capítulos que dejo abiertos.
Se acostó y acurrucándose contra Julie cerro los ojos, pero no pudo dormir, cerrar capítulos, pero si en verdad quería hacer eso, debía ir y enfrentar al escritor, sabía que fue cobarde irse de esa manera, y sentía que se lo debía de alguna manera, que ambos terminaran su relación, porque si iba a trabajar durante un tiempo en Japón, no podría evitar encontrarse con Yu…Eusagi, si, ahora era Eusagi.
Sintió como los brazos de su pareja lo apretaban y solo entonces se permito volver a dormir, con un poco de paz, aun cuando dentro de sí, sentía que le faltaba algo.
-No, no, no!- Tohma Seguchi estaba frustrado, en los últimos 20 minutos no habían podido hacer ningún progreso, ninguno.
-Tohma, creo que deberíamos descansar, si seguimos así podría ser muy malo para nosotros- Noriko miro al micrófono -Ryuuichi también está al límite-
Miro al cantante y se dio cuenta que al límite era poco, el chico parecía un poco muerto en vida, y aún estaba ahí intentando dar el todo por el todo. Se mordió el labio con frustración y asintió, alejando sus manos de sus instrumentos y acercándose a Sakuma poniendo una mano en su hombro.
-Vamos a comer- ofreció como consuelo.
-Nosotros iremos a comer, tu deberías preocuparte más por el bulto dormido en tu oficina- le regaño la chica y saliendo con el cantante de la cabina.
Frunció el ceño sin entender a que se refería la otra, pero aun así camino con rapidez a su oficina para encontrarse a su primo dormido en el sillón con el teléfono en la mano, el mayor sonrió con ternura y se acercó al otro para despertarlo, pero la curiosidad fue mayor y se acercó al celular de Suguru, el menor había estado viéndolo demasiado en esos días y quería saber la razón de ello.
Tomo el celular con cuidado de no despertar al otro y lo reviso, sintiendo molestia al ver el mensaje, pero cuando bajo un poco la pantalla su mirada se suavizo, a la vez que un poco de orgullo y posesividad se instalaba en su pecho.
“Shindo-san agradezco que hayas pensado en mí para ayudar a tan increíble banda, pero mi corazón esta con Tohma y NG, no puedo dejarlos, aun así te deseo suerte en tu futuro
Suguru”
Cobijo al menor y bloqueando el teléfono lo dejo sobre el escritorio, acomodándose el sobre su pequeño amante para poder dormir igual que el otro, pero con su corazón un poco culpable, las palabras de Suguru aun presentes en el.
Si, había sido un poco su culpa el rompimiento de la pareja, pero no sabía qué hacer para ayudar y no empeorar las cosas, después de todo Eiri ya no quería estar en el mismo cuarto que él desde que Shindo se fue. Esperaba todo se solucionara más adelante.
-Vamos Shuichi, ya levántate-
-Yuki, cinco minutos más- se quejó el cantante alargando la i.
-Si no te levantas ahora te perderás tu sorpresa-
Eso fue suficiente para el menor que se levantó entusiasmado, mirando un pequeño pastel enfrente suyo que decía feliz cumpleaños, eso logro que el de pelo rosa llorara de felicidad y abrazara al escritor.
-Gracias Yuki, gracias-
-Jm- pero una sonrisa se instaló en su rostro sin que el otro la viera.
Yuki se levantó sobresaltado, otro sueño, no habían dejado de aparecer desde que su antiguo amante se había ido, pero ahora lo que más le dolía era verlo con otro. Miro la hora en su reloj, 23:24, muy tarde, pero tal vez fue ese adormilamiento aun presente en su cuerpo que lo animo a escribir un mensaje a un número hace mucho ignorado.
“Tenemos que hablar
Yuki”
Lo que no espero fue la contestación tan rápida.
“No lo creo
Shuichi”
“Sabes que si mocoso, si quieres salir con ese castaño primero debes terminar conmigo como se debe
Yuki”
El pelinegro sonrió divertido por el apodo que aún conservaba, pero negó con la cabeza, respondió el mensaje para que el escritor le ignorara y en su lugar ahí estaba, encerrado en el baño y hablando con su ex.
“No necesito tu permiso!, pero tienes razón, debemos terminar bien
Shuichi”
“Se nota que maduraste, ya no pones tus tontas caras
Yuki”
“No eran tontas! Solo no las pongo contigo
Shuichi”
“Apuesto a que hiciste un puchero, algo así -3-…será mejor que te deje descansar, dime cuando puedas hablar
Yuki”
Se mordió el labio, había adivinado su expresión, pero eso no era todo, si decía en este momento cuando verse, no habría razón para más mensajes, que se supone sería lo mejor, pero muy dentro de él sabía que aún estaba enamorado del rubio, y fue su corazón quien lo impulso a responder.
“Jaja, que gracioso Eusagi, pero bien, ya te diré después cuando este libre
Shuichi”
“Sigo siendo Yuki para ti o Eiri, si lo prefieres
Yuki”
Genial, ahora hasta le decía que lo volviera a llamar Yuki o parecido, eso no estaba bien, pero si era así, por qué su corazón latía con tanta fuerza?, y por qué sonreía?. En definitiva, aún estaba enamorado.