Shuichi reía ante las ocurrencias de Miranda, que ahora mismo se había puesto unas orejas de conejo hechas con las hojas de lechuga que tenía la hamburguesa, a su lado Julie le tomaba de la mano por debajo de la mesa mientras que enfrente suyo Cristina y Sebastian se reían en voz baja, intentando no llamar más la atención de lo que ya lo hacían.
-Vamos, vamos, tengo que darles una gran noticia- llamo la atención Shuichi.
-Que sucede?-
-Tenemos una semana de vacaciones!- celebro alzando los brazos para enfatizar la noticia.
Todos alzaron los brazos al mismo tiempo gritando por la alegría del descanso, después de todo, habían estado esforzándose en esos días casi sin descanso.
-Entonces, una semana para los tortolitos- se burló Miranda, mientras que Cristina hacia señas insinuantes.
-Solo no dejes sin caminar a Shuichi, vale?- pidió Sebastian sin poder evitar la burla.
Shuichi solo tosió y miro sonrojado y molesto a sus amigos, pero cuando sintió que apretaban su mano desvió la mirada a su novio…cierto, debía aprovechar esta semana y hablar con Yuki, pero no tenía nada malo pasar primero tiempo con su pareja.
-Unos días, quiero ir a ver a mi familia, así que tal vez aproveche los últimos tres días para ir a verlos, no te molesta?-
-Claro que no, después de todo, yo te tendré para mi durante cuatro días enteros- aseguro Julie mientras besaba de manera casta al pelinegro.
Y como dijeron, cada uno aprovecho su tiempo de la mejor manera posible, mientras que Shuichi y Julie tenían citas diversas, disfrutando del tiempo que tenían para ellos sin personas que estuvieran de chismosas. Iba y comían helado, caminaban por el parque, o simplemente se quedaban en el departamento viendo una película o componiendo canciones.
Pero justo cuando ya faltaban tres días para que finalizara su descanso, Shuichi se levantó con cierta dificultad y el cuerpo lleno de marcas, tenía que hacer una pequeña maleta para poder ir a visitar a sus padres y también a Yuki.
-Nhg, Shu, es muy temprano, vuelve- pidió Julie buscando su cuerpo en la cama a ojos cerrados.
-Tu vuelve a dormir Julie, tengo que prepararme para ir a ver a mis padres- le recordó con ternura a su novio.
-Cierto, no debería ir contigo?, digo, para presentarme- Shuichi ante ello se aterro, si iría a ver a sus padres, pero tenía que hablar con Yuki.
-Ah, bueno- y no podía ni sabía cómo negarse.
-Vamos Shu- y en ese momento el sonido de un teléfono los distrajo, Julie refunfuño y tomando el celular que estaba en la mesa respondió -…..que!, pero…agh, bien, lo entiendo, ahí nos vemos- colgó y miro de nuevo al menor -lo siento Shu, no puedo ir, Akemi quiere que vaya con ella-
Shindo casi no puede evitar el suspiro de alivio que siente, y solo sonríe, negando ante el puchero del otro y despidiéndose rápidamente, corre fuera del edificio para poder abordar un taxi y llegar a tiempo a la estación, ya tenía todo listo, seguramente sus padres estarían sorprendidos, además, y saco su celular que vibro.
“Cuídate, te amo
Julie”
Sonrió enternecido, aunque la culpa le ataco al poco tiempo.
“Suerte en el trabajo, y, yo también
Shuichi”
El vocalista miro por la ventana del tren, inconscientemente, desde que hablo con Yuki ya lo llamaba como antes en su mente…tal vez sería mejor avisar que iría a verlo, además, no quería causar un escándalo.
“Iré a tu departamento, llegare por la noche
Shuichi”
Eiri solo gruño, por qué diablos no apago su celular?, la resaca le cobraba factura. Manoteo a su alrededor buscando el aparato y abriéndolo cuando lo tuvo en sus manos, quejándose por la luz que recibía en sus ojos, pero cuando logro leer el mensaje fue como si algo lo impulsara.
Se levantó rápidamente y mirando la hora, tomo medicina para la cabeza, empezando a arreglar el departamento, tenía que mostrarse ante Shuichi un poco presentable, no exagerado, ambos conocían sus defectos, pero no podía mostrar que su departamento parecía más un basurero que otra cosa.
Para cuando termino de darse un baño apenas acabo de arreglar y el sol ya se ocultaba, se dejó caer en el sillón, estaba bastante cansado, pero eso valía la pena si podía ver a Shuichi de nuevo enfrente suyo, y hablando del diablo, justo en ese momento el timbre sonó, la verdad, no quería levantarse, no sabía cómo reaccionar, pero tomando aire, camino a la puerta.
Del otro lado, Shuichi se removía incomodo, había disfrutado el tiempo con su familia, pero la desesperación por ver al escritor fue mayor, de manera que solo estuvo un par de horas en casa antes de despedirse y salir a caminar, escuchando su reproductor, y cuando tuvo una canción en específico no pudo evitar sentirse miserable, quería a Julie, entonces, por que regresaba con Yuki?, era tiempo de aclarar las cosas.
-Shuichi, pasa, adelante-
Yuki se hizo a un lado, mirando a su antiguo amante con detenimiento, y apenas cerró la puerta, asegurándose que no había nada raro fuera, abrazo al menor con fuerza y necesidad. Shuichi quería negarse, decirle que se aleje, pero el calor de esos brazos tan conocido lo venció y dando la vuelta, lo abrazo con la misma necesidad.
-Te extrañe-
-Por favor, no lo digas-
-Tengo que, te amo Shu, fui un idiota que no lo mostraba demasiado, pero te sigo amando- sintió como se revolvía para soltarse y lo abrazo más fuerte -sé que estas con ese idiota, pero, dime que ya no me amas y te dejare en paz-
Ahí estaba, esa era una salida fácil, podía evitar demasiados problemas, incluso podía ser feliz, pero a su mente vinieron todos esos momentos que compartió con el escritor, los buenos y los malos, y las lágrimas no pudieron detenerse, en verdad quería renunciar tan fácil?, que su Yuki le olvidara tan fácil?. No, era egoísta, lo entendía, pero quería a Yuki en su vida, y más cuando aún, aun.
-Te amo, maldita sea, no pude dejar de hacerlo, quise odiarte, pero cuando te recordaba, no podía hacerlo, te amo Yuki- decía con la voz entrecortada, mientras las lágrimas continuaban cayendo por sus mejillas, escondiendo la cara en el pecho ajeno.
Yuki solo sintió una enorme felicidad en su ser, Shuichi, su Shuichi aun lo amaba, y no pensaba rendirse tan fácil, que Julie se preparara, él iba a luchar por el menor.
Ambos se quedaron en la sala hablando, discutiendo, riendo, casi como si volvieran al pasado, pero demostrando mayor madurez y además, creando un cuadro de una pareja amorosa. En ningún momento tocaron el tema que los obligo a separarse, intentando mantener cierta neutralidad, ambos sabían que debían tocar ese tema en algún momento, pero aún no.
-Es tarde, debería ir a buscar donde dormir- se levantó sonriendo apenado, el tiempo se había ido muy rápido.
Pero Eiri fue más rápido, y tomando de la muñeca a Shuichi, le obligo a verse a los ojos, sabía que la invitación estaba mal, el menor tenia novio, pero, quien no arriesga no gana, cierto?.
-Quédate, no hay otra cama que la mía, pero puedo dormir en el sofá, solo, no te vayas aun-
Shuichi abrió los ojos sorprendido, quería negarse, diablos, debía negarse, pero, entonces por qué asentía, y por qué se dejaba guiar al cuarto que tan bien conocía?.
-Descansa- Yuki se iba a ir, si el escritor se arriesgó, por qué el no?.
-Quédate, la cama es lo suficientemente grande- pidió sin verlo.
Ambos se quedaron en silencio, pero al final el rubio asintió y se dejó ir, ambos se cambiaron, uno en el baño el otro en la habitación, y cuando tuvieron que acostarse, se pusieron lo más separados posible. Pero conforme las horas pasaban, ellos se buscaban, para terminar durmiendo abrazados, reconfortados con el calor que tanto extrañaban.