Sasuke observó una vez más salir del área donde estaba Naruto a la familia Namikaze.
Naruto no lo había querido ver.
Sabía que ya había despertado y que estaba bien pero no lo quiso recibir... Y eso le dolió.
En esos tres meses Naruto se había ganado su corazón.
No iba a mentir, amaba a Naruto Namikaze.
Amaba a ese doncel dulce y lindo que era. Ese ser sensible y amoroso que era. Con cada sonrisa se enamoraba de él. Jamás imaginó estar enamorado de un doncel. Jamás le había atraído porque, a pesar de que podían dar a luz, los donceles eran hombres.
—Sasuke-san.
—Kushina-san. Va a...
—No.
—Vas a...
—Nos vemos luego— dijo serio —Voy a casa.
Los Namikaze vieron marcharse al Uchiha y luego ellos abandonaron el hospital.
———
Observó a la familia irse y regreso a la sala. Por casualidad vio al médico y a la enfermera de Naruto.
—Disculpen...
—Uchiha-san.
—¿Cómo está Naruto y mi bebé?
—Están bien. En buenas condiciones— explico el doctor —Mañana por la tarde será dado de alta. De hecho ahora voy a chequear su estado.
—Gracias.
———
—¿Esta dormido?
—Sí.
—Uchiha-san no ha venido a verlo.
—Que raro. Lo he visto durante mis rondas nocturnas. No se ha movido del hospital desde que ingreso Namikaze-san.
—Tal vez estén peleados. Ve lo que apareció en las noticias.
—Cierto. Tan linda y amable que se miraba Haruno. Resultó ser toda una fichita.
—Vamos. Nos toca entregar la guardia.
— sí.
Naruto abrió los ojos.
¿Sasuke no se había ido del hospital? Sus padres le habían dicho que el pelinegro se había marchado.
¿Por qué se quedaba?
——————
Naruto sonrió al llegar a casa y ver a Kurama correr a sus brazos —Kura— atrapo al zorrito —Te extrañé.
Los Namizake sonrieron al ver reír a Naruto.
Cerca allí, en un matorral grande, unos ojos negros observaban al rubio sonreír. Suspiró aliviado de verlo feliz pero también quería lanzarse a él y abrazarlo... Pero no podía. Naruto no quería verlo.
Soltó un suspiro suspiro y lentamente se alejó del arbusto antes de ser visto.
—¿Kurama?— el zorrito había saltado de sus abrazos y corriendo hacia un arbusto. A los segundos lo vio salir llevando algo en la boca —¿Qué trae...?
Era un teléfono y al quitárselo a Kurama se vio el fondo de pantalla. Era Sasuke y él. Era la fotografía del día que fueron a cenar y Mikoto le había tomado la fotografía a escondidas.
—Sasuke... — murmuró, volteó hacia el arbusto pero no vio nada.
—¿Pasa algo hijo?
—N-No... No pasa nada— susurró abrazado a Kurama.
No sabía qué hacer.
La prensa decía muchas cosas, la policía, los uchiha y sus padres también.
Le dolía, pero era conciente de la forma en que se encontró con Sasuke. Sino fuese por bebé jamás se conocerían.
—Cariño...— Kushina abrazo a su hijo —, habla con Sasuke-kun. Es la mejor forma para aclarar las cosas.
—Si...
————————
Sasuke soltó un suspiro y observó aquella foto en su escritorio. Era una de Naruto y él, sentados a la sombra del árbol de Sakura, él estaba apoyado del tronco del árbol mientras que Naruto estaba acostado sobre su regazo. Se miraba perfecta.
Extrañaba mucho a Naruto.
Extrañaba tenerlo entre sus brazos, besarlo y acariciarle el pequeño vientre.
—Naru...
—Tiene visitas, Uchiha-sama— anunció la secretaria desde la puerta.
—Te dije que no quiero ver a nadie.
—¿Ni a mi?
—Naru...
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