Abrió los ojos y se encontró en una habitación familiar —¿Qué sucedió?
—Se desmayó.
Giró la mirada y se encontró con al pelinegro —No lo entregaré. Es mío.
—Tranquilo— le tomó la mano al rubio y le recorrió un escalofrío —No quiero que lo aborte y tampoco se lo voy a quitar.
—¿De verdad?
—Si— sonrió al ver es mirada esperanzada —Quiero que lleguemos a un acuerdo por el bien de nuestro bebé.
Su corazón salto al escuchar nuestro bebé. —¿Qué tipo de acuerdo?
—Se que vive solo y no tiene familia.
Asintió y cerró sus puños.
—De verdad no quiero que les pase nada. Es el padre de mi hijo y quiero que esté bien cuidado, nada le haga falta.
—Yo trabajo. Puedo pagar mis gastos. Tengo t..
Sonrió —Lo sé— ese lindo doncel era independiente —Pero soy su padre y quiero ayudarlo.
—...— mordió su labio —Supongamos que acepto el acuerdo. ¿Qué sería exactamente ese trato?
—Pues...— no lo había pensado... Tenía idea pero no sabía cómo lo tomaría el rubio —Mi padre quiere que siente cabeza.
—Esta diciendo que me... Me
—Sí.
—Yo...
—No quiero que nuestro bebé crezca fuera del matrimonio.
—Pero...
—Esa es una razón. La otra es que no me es mala idea estar casado con tan bello doncel.
Al rubio se le subieron los colores en el rostro.
—La otra. Es que... Somos una familia que siempre está en el ojo de la prensa nacional. En cuento sepan que está embarazado de mi, lo van a hostigar. No voy a mentir, se soltaría una tormenta. Y a nuestro bebé bueno... él sería el perjudicado. Por ello, le...
—Entiendo— interrumpió al pelinegro —Deme tiempo para pensarlo.
—Por supuesto. No lo quiero presionar. Pero quiero que piense en el bien de nuestro bebé... Y el nuestro.
Asintió abrumado.
12 años sin familia y ahora, con bebé creciendo en su vientre y un posible matrimonio. No mentira si decía que el pelinegro le era atractivo y le ocasionaba reacciones que no sentía desde hace años.
—Lo pensaré.
—Vamos. Lo iré a dejar a su casa. Orochimaru dijo que en cuanto despertara se podría ir.
Sonrió aliviando y de levantó de la cama.
Ambos abandonaron la habitación y se dirigieron a la salida, en el trayecto al auto se les quedaban mirando. Naruto bajó la mirada. Le apenaba estar vestido así (un pantalón chandal y una camisa blanca ancha era lo que utilizaba y sus cómodos anteojos viejos). Comparado con el varón que lo acompañaba, él parecía un vagabundo.
Abrió la puerta del copiloto y espero a que el rubio —¿Uzumaki?
—Voy.
El rubio entró al auto y Sasuke cerró la puerta, y corrió a la puerta del piloto para marcharse rápidamente.
Naruto dió indicaciones de donde vivía.
—Así que aquí vive.
—Sí— sonrió. Era un bonito complejo de departamentos frente a un parque.
—Crei que...
—¿Vivía en la calle?— preguntó ofendido.
—Lo siento...
—Es normal. Nadie espera que alguien que estuvo en un orfanato tenga un buen lugar donde vivir y un buen trabajo.
—En que t..
—Soy diseñador gráfico y de multimedia. Trabajo para los Hyūga.
—La campaña de relojes.
—Últimos 5 años han sido trabajos míos lo de los Hyūga. También acepto trabajo independientes. Actualmente estoy diseñando la campaña de Nara.
—Genial— murmuró impresionado. Conocía esas campañas, siempre le parecieron interesantes.
—¿Quiere saber algo más?
—Todo.
Soltó un suspiro y miró el edificio —Si tienen tiempo le invito un café y platicamos— el pelinegro asintió—. Después de todo tenemos que conocernos ahora ¿no?
—Cierto.