Observaba todo el departamento. Era muy cálido y se veía el parque.
El aroma a café inundó sus sentidos.
—¿Con leche?
—Sin leche y poca azúcar.
Caminó hacia tras del sillón y tropezó con algo, a los pocos segundos algo salto sobre el y comenzó a rasguñar —Waaaa. Quita quita.
—¡Kurama!-— salió corriendo ante el grito del azabache —¡Suéltalo Kurama!
—¿Qué es eso?
—Un zorrito. Es mi amigo, se llama Kurama.
—Parece un demonio.
—No es un demonio— dijo con un puchero.
—Vale— sabía que no debía llevarle la contraria a un doncel y menos embarazado.
—Kurama ve a mi habitación. Y no le hagas nada a Uchiha-san
El zorrito salto de los brazos de su amo y camino lentamente hasta el pasillo. No sin antes mirar al pelinegro.
—¿Viste eso?
—¿Qué cosa?
—Nada... — juraría que kurama se burló de él.
—Ahora regreso.
Miró alejarse al rubio, y él se acomodó el saco. Al hacerlo noto una foto. Una foto del rubio con una familia rubia.
—Son mis padres adoptivos. Aquí está el café.
—Gracias— se acercó al sillón y tomó asiento. Vertió dos cubos de azúcar y lo bebió —. Ella es hermosa.
—Sí. Fueron increíbles conmigo. Ellos no podían tener hijos— bebió su leche caliente — Me adoptaron cuando tenía 10. Nadie me quería adoptar porqué era muy bromistas y no tenía buena reputación pero a ellos no les importó. Los Bekam me dieron todo el cariño que pudieran dar a un hijo... Bueno, eso creo yo— sonrió ante los recuerdos —Fueron los únicos padres que tuve... Hasta — lágrimas surcaron sus mejillas —… hace 7 años los perdí. Ellos fallecieron en un accidente automovilístico, perdí a la única familia que conocí.
—Lo siento...
Limpió sus lágrimas —Ellos me amaron tanto. Siempre estaré agradecido con ellos.
—Fueron buenas personas.
—Excelentes padres...— hizo una pausa y bebió su leche—, después de su fallecimiento arregle todos los papeles, termine la carrera y cómo su familia no me quería, ya que me dejaron la casa y un poco de dinero, me tuve que regresar a Japón. Jamás imaginé regresar. Y bueno... Conseguí trabajar para Hinata Hyuga y luego ella misma me presento a su padre.
—Hinata es buena chicha.
—¿La conoce?
—Estudiamos juntos desde la escuela media. Ambos estudiamos la misma carrera. Ya sabe, por las empresas.
—Cierto...— Hinata era la heredera de los Hyūga pero ella no quería heredarla y no le gustaba la carrera. Ella quería ser editora.
—yo... y... ¿E-El Uzumaki?
Naruto entristeció —Cuando tenía 6 años aparecí en el orfanato lleno de heridas y con una mochila quemada, lo único que se podía leer era Naruto Uzumaki. Lamentablemente cuando desperté no recordaba mi pasado. Nada de mis seis años. En esos 4 años nadie me busco. Nadie pregunto por mi. Supongo que me dejaron abandonado en el orfanato porque no me querían.
—...— sintió encogerse su corazón.
—A pesar de todo, sigo teniendo la esperanza de que un día mis padres biológicos aparezcan. Por ello los Bekam no me cambiaron de apellido... Por si ellos me buscaban.
—Lo siento.
—No hay nada que sentir. A esta edad ya perdí la esperanza. Supongo que nunca les importe. Pero no hubiese gustado conocerlos aunque sea una vez. verlos de lejos... — se quebró. No aguanto más y sollozó.
Se levantó de su lugar, se sentó junto al rubio y lo abrazo —Uzumaki-san.
—P-puede llamarme Naruto—Sentía confianza con el pelinegro. Confianza que tenía tiempo que no la tenía con alguien que no fuese la familia Hyūga y los Nara.
—Naruto. Te ayudaré a encontrarlos. Haré por lo posible para ayudarte a encontrarlos.
—¿De verdad?— susurró impactado.
—Sí. Te lo prometo.
—Gracias— abrazo al pelinegro y sollozó en sus brazos.
Reforzó el abrazó ¿Cómo pudieron abandonar a un niño? ¿Cómo pudieron dejarlo? — Todo estará bien. Ahora cuenta con
migo y mi familia.
—Gracias— por primera vez en varios años no se sentía solo.