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Entre lazos por Naotsuki-chan

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Notas del capitulo:

Bueno aqui va el segundo capitulo, recuerden que los personajes no me pertenecen.

La ciudad del arbusto, una capital con grandes edificios modernos y enormes secciones de vegetación, una ciudad hermosa que juntaba la riqueza arquitectónica de los edificios con lo verde de sus árboles entre ellos. De esa majestuosa ciudad llena de valor cultural y belleza natural, con más 345.000 habitantes no quedaba nada, los nuevos edificios habían sido remplazados con chozas destruidas, los verdes espacios eran más extensos y completamente devastados, y los habitantes vestían con ropajes rasgados y sucios, era como si esa hermosa ciudad hubiera regresado a la edad media. Los bibliotecarios y su guardián pasaron por una de las tantas puertas de madera quedándose en shock por ver lo que antes era una de las ciudades más limpias e importantes de Australia.

 

 

   — ¿Pero qué paso aquí? —Eve se mostraba confundido y no era el único todos veían a su alrededor y nadie podía creer los que veía.

 

 

   — ¿Esto es Canberra? – el asiático tomo una foto con su celular o al menos lo intento por que de inmediato este desapareció—Mi celular.

 

 

   — Esto parece…--las palabras de Jacob fueron interrumpidas por Flynn.

 

 

  — Bienvenidos a la edad media donde la magia aún era libre. —una sonrisa algo sarcástica pero emocionada salió de su garganta.

 

 

   — Esto no puede ser posible – la pelirroja miraba todo sin creerlo.

 

 

   — Al parecer el báculo ha hecho esto – Flynn también miraba a un lado a otro buscando, aunque no sabía a ciencia cierta qué, pero algo le inquietaba.

 

 

   — ¿Estás diciendo que esto lo hizo un pedazo de metal? – el rubio solo movía la cabeza de un lado a otro.

 

 

   — Ese pedazo de metal tiene siglos de existencia y energía mágica almacenada desde entonces, creo que es capaz de hacer esto y más. –Cassandra avanzo hacia donde se veía un pequeño camino de tierra.

 

 

   — Comprendo, comprendo, ahora bien ¿por dónde empezamos? – el rubio por más que quería comprender esto de la magia siempre le era imposible de creer y eso que había sufrido una transformación por parte de esta.

 

 

  —  Creo que por haya – la pelirroja señalo el pequeño pueblo donde se escucha un gran tu multo de gente.

 

Sin agregar más y con un asentimiento de cabeza general todos se dirigieron a lo que parecía el centro de la ciudad. Al momento de su llegada notaron la gran cantidad de gente que se agrupaba alrededor de una piedra.

 

 

  — Es mi turno—gritaba uno de los tantos hombres. —esa espada será mía

 

Flynn y compañía se miraron entre si y se abrieron camino por la multitud sin importarles que les miraran extraño puesto que eran los únicos con ropa “moderna”, al llegar al centro vieron todo lo que ahí pasaba, hombres de diferentes contexturas hacían filas para tratar de sacar una espada de una gran roca.

 

 

   — Cal…-- el susurro de Flynn llamo la atención de Eve quien se mantenía a su lado.

 

 

   — ¿Esa es excálibur ? – la pregunta fue escuchada por no solo el grupo de bibliotecarios si no por algunas de las personas que los rodeaban, incluyendo una joven encapuchada.

 

 

   — Ustedes no son de aquí… --murmuro en un tono bajo para que solo fuera escuchada por los “extraños”.

 

 

   — ¿Quién es usted? – Ezekiel al estar casi a la espalda de la encapuchada demando con un tono de desconfianza.

 

 

   — Es normal que vengan forasteros, después de todo quien logre sacar la espada de la piedra será el nuevo rey—mientras pronunciaba esas palabras iba retirando la capucha de la túnica que llevaba, una vez retirada los bibliotecarios pudieron observar a la joven de piel blanca y ojos negros al igual que su cabello algo rizado – aunque bueno eso era hace siglos.—sus ojos destellaron en un brillo dorado y de inmediato todo el centro  de lo que parecía una placita desapareció, gente y estructuras, dejando solo un terreno desolado. Los bibliotecarios quedaron absortos, pero aun así no se movieron ni un centímetro.

 

 

   — ¿Quién eres tú? – demando Jacob observando como Eve se ponía enfrente de todos protegiéndolos.

 

 

   — La pregunta aquí es ¿Quién fui una vez? –la mujer mostro una sonrisa sus ojos aun mostraban ese destello amarillo.

 

 

   — Volveré a preguntar ¿Quién eres? —esta vez la pregunta fue dicha por el rubio.

 

 

   — Oh vamos ¿que no me reconocen? —la mujer bufo mientras daba media vuelta y comenzaba a caminar dejando atrás al grupo que esperaba una respuesta. – pero claro cómo me van a conocer ¡si Merlín me mato mucho antes de que pudiera dejar historia! – dijo furiosa haciendo que varias rocas estallaran, logrando un estremecimiento en sus acompañantes.

 

 

   — Yo te conozco. —la pelirroja llamo la atención de todos. —tu eres Nimueh la esposa de Merlín.

 

 

   — ¿esposa? – la pregunta de Ezekiel se vio interrumpida por el grito de furia de la ahora reconocida Nimueh.

 

 

   — ¿Su esposa? ¿Así es como ustedes personas ordinarias me conocen? Yo nunca fui su esposa, yo lo odiaba y hasta la fecha lo sigo odiando, por darme este maldito “encargo” para no “eliminarme” por completo – un gruñido se escuchó y un viento, así como nubes negras comenzaban a poblar el cielo, ninguno de los presentes se atrevió a pronunciar palabra, no  por que tuvieran miedo si no por el asombro a escuchar lo dicho.—maldito el día en que trate de matar a ese viejo estúpido, por su culpa recibí un rayo ¡y eso no es todo!, tuve que aceptar esta tarea para que no me dejara en el purgatorio, pero no se los dejare fácil, si quieren el estúpido báculo, ¡tendrán que pelear por el!

 

En el justo momento que pronunciaba esas palabras levanto las manos y murmuro unas palabras que los otros no pudieron escuchar, de inmediato el cielo comenzó a tronar, todos llevaron su mirada al cielo donde gotas grandes y negras caían y se agrupaban para formar criaturas extrañas.

 

 

   — ¿Qué son esas cosas? – grito Ezekiel asustado escondiéndose en la espalda de Jacob.

 

 

  —  Son contempladores—grito Cassandra al observar mejor a las criaturas, estas estaban conformadas por un cuerpo recubierto de una gran dureza y forma globular con un ojo gigante, más o menos esférico, y con unos diez tentáculos largos que también tenían un ojo al final de ellos, también tenían una enorme boca con dientes afilados, en si una criatura grotesca.

 

 

  —  ¿Y que rayos es un contemplador? —grito aún más asustado Ezekiel jalando la camisa de Jacob, quien se sintió algo incómodo con el asiático casi arriba de él, solo faltaba que el otro le abrazara.

 

 

   — ¡Son criaturas mitológicas! O eso creía – mencionaba la pelirroja aun observando con asombro y terror a las criaturas.

 

 

   — ¿No son hermosas? – la voz de la pelinegra se escuchó claramente a pesar de los truenos y el gruñir de los contempladores—criaturas de las profundidades de los mares y de los cielos más oscuros que con un incentivo pueden convertirse en las perfectas mascotas, ¡ataquen! —con esa orden todas las criaturas comenzaron a flotar deslizándose en el aire y lanzando rayos de sus ojos al final de cada tentáculo.

 

 

   — ¡Corran! – Cassandra fue la primera en correr y los demás la siguieron hasta una pequeña colina hecha de rocas.

 

 

   — ¡¿y ahora que hacemos?! – un aterrado Ezekiel, que no se separaba de un incómodo Jacob, exclamo.

 

 

   — Aléjense de los rayos pueden causar mareos, ilusiones o la muerte—menciono con la respiración agitada Cassandra

 

 

   — ¡¿Cómo si quisiera que un maldito rayo me pegara?! – el terror de Ezekiel se veía en su rostro consternado, Jacob sin poder evitarlo le tomo de la cara posando sus manos en cada mejilla.

 

 

   — ¡Cálmate! Si te alteras nos alteras a todos, debemos pensar que hacer para evitar a esas cosas. —menciono con voz clamada transmitiéndole una tranquilidad a Ezekiel quien se había sonrojado un poco al ver la cercanía del otro a su rostro.

 

 

   — Está bien, ya me calmo ¿pero podrías soltarme? —dijo abochornado, causando el mismo bochorno en Jacob.

 

 

   — A si…claro—lentamente en una pequeña caricia dejo libre al asiático, Cassandra la única que había presenciado esa escena sonrió algo picara.

 

 

   — Miren—el rubio llamo la atención de todos haciendo que olvidaran lo que acaba de pasar – detrás de ella, ese no es…

 

 

   — El báculo—Flynn había interrumpido las palabras de su pareja, ellos dos eran los únicos que miraban sobre las rocas que los protegía para ver qué tan cerca estaban los contempladores. Justo detrás de Nimueh un hermoso báculo de madera con tallados en todo el largo simulando unas hermosas enredaderas, en la cima de este una hermosa piedra azul, que brillaba con intensidad, protegida con la misma silueta de las enredaderas, se alzaba majestuoso.

 

 

  — Si ese es la fuente de poder, si la desconectamos podemos deshacernos de esas cosas ¿no? – a pesar del miedo Ezekiel se permitió pensar, haciendo que los otros lo miraban incrédulos-- ¿Qué?

 

 

   — Nada…-- dijeron todos no creyendo que esa conclusión saliera de él.

 

 

   — No sabemos si funcionara, pero tenemos que recuperar el báculo --. menciono Flynn—la pregunta es ¿Cómo pasaremos entre tanto pulpo?

 

 

  —  Les abriré camino. —Eve dijo mientras sacaba su arma, un calibre 38, pero en el momento en que la alzo para cargarla esta se transformó en un arco y flechas. -- ¿pero qué rayos?

 

 

   — Estamos en lo que era la edad media no existían armas más que la espada y el arco y flecha – menciono Jacob mientras sacaba un cuchillo que rápidamente se transformó en una espada.

 

 

   — Genial no se disparar esta cosa. —el rubio soltó un gruñido.

 

 

   — ¡Yo sí! – el grito de júbilo de Ezekiel llamo de nueva cuenta la atención—oh vamos dejen de mirarme así, antes de convertirme en un ladrón profesional tuve unos padres algo extraños ellos me enseñaron el tiro con arco, así que dame eso ¡y vayan por ese bastón!

 

 

   —  Bien, Eve dale el arco, Ezekiel, —hablo Flynn con voz demandante, Eve le dio el arco y las flechas a Ezekiel – Bien, quédate aquí donde estarás protegido y dispara, Jacob ven con nosotros para ser el frente -- Jacob rápidamente se puso delante de Flynn y Eve—Cassandra quédate con Ezekiel y ayúdale en lo que puedas.

 

 

   — Pero…

 

 

   — No hay pero que valga Cassandra es mejor que estés protegida—las palabras del rubio eran para no contradecirle.

 

Después de que cada uno supiera su lugar, todo paso demasiado rápido. Jacob, Eve y Flynn se abrían camino entre los contempladores mientras eran protegidos por las rápidas flechas de Ezekiel y algunas pedradas de Cassandra (única arma que pudo encontrar). Los rayos de los contempladores se disparaban a diestra y siniestra, pero no podían evitar que los tres avanzaran. Una, dos, y tres estocadas y Jacob derribaban a uno de esos pulpos, Flynn corría hacia Nimueh quien con una sonrisa invocaba más de los contempladores, en un descuido Flynn pudo acercarse a la bruja para derribarla.

 

 

   — ¡Eve! ¡Toma el báculo! —el rubio que hasta hace unos momentos estaba esquivando un rayo escucho el llamado de aquel que era su pareja, quien sostenía como podía a la hechicera con su cuerpo en el suelo, aunque esto no era del todo necesario puesto que Flynn no se había dado cuenta del golpe que se había llevado en la cabeza al momento de la caída.

 

Rápidamente y sin cuestionar nada, el rubio corrió lo más que pudo pasando el lugar donde su pareja aun “mantenía quieta” a la bruja, el bastón estaba cerca y no muy lejos del suelo, en un salto lo alcanzo, y al momento que lo tomo en sus manos, una la luz cegadora broto de él, haciendo que todos cerraran los ojos fuertemente.

 

De un momento a otro, un claxon se escuchó tan fuerte que todos pensaron que les romperían los tímpanos, abrieron los ojos rápidamente al darse cuenta de que en efecto lo que escuchaban era el claxon de un auto.

 

 

   — Muévanse –la voz de una señora ya entrada en edad se escuchó y dirigiéndole una mirada Flynn y Eve observaron el auto que estaba a unos pasos de ellos, sin saber realmente lo que pasaba se movieron del camino de peatones, hasta llegar a la banqueta, mirando como el auto de los años 50 se alejaba.

 

 

    — ¿Pero qué…-- la pregunta que Flynn estaba por hacer murió al ver como su rubio se desmayaba, rápidamente lo tomo para que no cayera al suelo, Eve aún mantenía el báculo fuertemente entre sus manos? —¡Eve! ¡Amor! ¡responde! –la voz desesperada llamo la atención de su alrededor.

 

 

    — No lo hará – una voz algo aniñada le hizo levantar la vista, los otros bibliotecarios habían aparecido no muy lejos de ahí y al escuchar la voz de Flynn se habían acercado, justo en el momento en que una jovencita de no más de 18 años se acercaba a la pareja que yacía en el piso.

 

 

    — ¿Quién…-- la pregunta de Cassandra murió en su garganta al ver alzar la mano de la joven de la cual broto un pequeño contemplador?

 

 

    — Nimueh—menciono Jacob quien se encontraba aun lado de Ezekiel.

 

 

    — ¡¿Qué le hiciste a Eve?! – la pregunta hecha con furia de Flynn se escuchó.

 

 

    — Yo no le hecho nada, --miro a todos con una ligera sonrisa. —ha sido el báculo.

 

 

    — ¿Qué quieres decir? – la pelirroja pregunto con preocupación al ver al coronel algo pálido.

 

 

    —El báculo solo puede ser tomado por Merlín – la pelinegra los miro cambiando su expresión a una seria—o por un descendiente del mismo.

 

 

   — ¿Eso qué quiere decir? – pregunto Ezekiel preocupado.

 

 

   — Fácil, el báculo solo obedece a Merlín, es el único que controla su poder, si alguien más que no fuera el, tocaba el bastón este se activaba y mostraba lo que ustedes presenciaron es un…-- las palabras de Nimueh de vieron interrumpidas.

 

 

   — Un método de auto defensa – Jenkis había aparecido de quien sabe dónde.

 

 

   — ¿Eso quiere decir? – la pelirroja ya no entendía nada.

 

 

   — Que alguien toco el báculo antes de nuestra llegada por eso la ciudad se transformó en el puedo de la edad media – menciono Jacob.

 

 

   — ¡¿Pero eso que tiene que ver con lo que le pasa a Eve?!—la preocupación y la rabia se escuchaba en la voz de Flynn quien abrazaba el cuerpo inerte del rubio.

 

 

   — Tiene mucho que ver -- dijo la bruja adolecente, haciendo que todos le exigieran una explicación muda—la única forma de detener al báculo es que el mismo Merlín viera por el o que uno de sus descendientes apareciera.

 

 

   — Imposible…--murmuro el mayor.

 

 

   — Tu más que nadie caballero deberías saberlo – Nimueh se dirigió específicamente a Jenkis—no importa que tan pequeña sea, pero por las venas de este joven corre sangre de Merlín. – las palabras ocasionaron un asombro en todos. Dando media vuelta la bruja comenzó a andar.

 

 

   — ¡Hey! ¿A dónde vas? —Ezekiel el único que salió del asombro momentáneo llamo a la hechicera.

 

 

   — Tengo una nueva oportunidad de vivir—volteo solo un segundo para ver a los presentes—de ahora en adelante el camino será peligroso, encuentren a Merlín es la única forma de que su amigo regrese de ese mundo que el báculo le creo.

 

Las últimas palabras dichas por la hechicera calaron en el corazón de Flynn quien miraba al cuerpo que  tenía entre sus brazos, el rubio parecía un ángel, ahí dormido con el báculo en sus manos, Flynn le acaricio la mejilla y le dio un suave beso en los labios, ahora tenía que buscar al mago más poderoso de todos los tiempos, para poder salvar al amor de su vida.

Notas finales:

espero que les haya gustado y como siempre espero sus comentarios sugerencias o criticas bye bye


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