Capitulo 2
Circunstancias...
Si caminas sólo, iras más rápido. Si caminas acompañado llegarás más lejos…
En la fiesta Yuugi había estado buscando junto a sus amigos a el antiguo monarca, en esos momentos ya le tenía preocupado se dividieron comenzando a observar el enorme salón de eventos, justo en esos momentos todo se le hacia una terrible idea el haber asistido a ese evento. Yami le tenía preocupado desde hace un buen tiempo más no le dijo nada, pensaba que el antiguo faraón le tenía la suficiente confianza como para confesarle que tenia por su cuenta, sin embargo eso no había pasado y el seguía esperando el momento en que Atemu fuera a verlo por si sólo, aún sabiendo que ese momento no llegaría.
Busco por todos lados pero nada no lo veía, así que decidió ir al punto de reunión que todos habían escogido el cual no fue otro que la enorme escultura de casi metro medio que se encontraba en el centro del salón siendo el segundo en llegar al parecer Tristán se había cansado de buscar al ex gobernante tras haber dado una vuelta relativamente pequeña, después de él no tardaron en aparecer Tea y Joey...
-Alguno lo ¿encontró? O ¿lo vio?- le era obvio que ninguno supo nada de Yami o lo hubieran llevado con ellos, pero aún conservaba la esperanza de que el antiguo espíritu hubiese estado ocupado y no le hayan querido interrumpir... sabía que era ilógico ya que en ese enorme lugar no conocían a nadie pero aún, así no pudo evitar el bajar la mirada...
-Lo siento viejo- habló el rubio sin mirarlo, mientras repasaba el lugar esperando poder divisar a su amigo, a pesar de que no fuera el único que no estaba. ya que Duke y Serenity aún no regresaban de buscar así que podrían haberlo encontrado...
-Yuugi, estoy segura que él Faraón está cerca, o a lo mejor en el jardín... no se pudo perder- agregó la única mujer en el grupo en esos momentos...
-Yuugi, Tea tiene razón debió salir a tomar aire... o simplemente les encontró a algún conocido- agregó el castaño del grupo con los brazos cruzados, no podía creer que no encontrarán a Yami, está bien que el lugar era inmenso puesto que sabia que el mimado de Kaiba no repararía en gastos pero eso era simplemente demasiado...
-pero... no conocemos a nadie chicos y dudo que Yami saliera sin siquiera mencionarlo- habló tranquilamente el menor mientras bajaba la mirada y es que desde que el mayor tenía su propio cuerpo, el pequeño tricolor se sentía ignorado o simplemente como si no le tuviera la suficiente confianza... y bien que ya había notado que su contraparte casi no comía,
ni dormía últimamente la ropa le quedaba un poco grande y se veían ojeras bajo sus ojos. Sin contar que tenía un humor muy cambiante estaba seguro que algo no estaba para nada bien pero él no podía hacer nada si el mismo oji amatista no le confiaba lo que le sucedía...
No pasó un gran momento cuando el inventor del juego de dado de monstros del calabozo y la hermana menor de Joey llegaron acompañados por un pequeño oji gris con cabello negro y en su cuello colgaba un pequeño camafeo en forma de una carta de duelo de monstros...
-¿Qué pasó chicos?- habló con una sonrisa el oji miel hacia su hermana mientras veía con cara de pocos amigos a su compañero peli negro.
-Yuugi... hay un problema- habló el pequeño al llegar junto a los demás los cuales callaron de inmediato esperando continuará con el relato de lo que estaba pasando -es Yami... tranquilo no es nada grave,- agregó rápidamente al ver como los presentes le veían un poco asustados por lo cual decidió aclararse la garganta y continuó -hace unos momentos lo encontré en la terraza, estaba en el suelo... llame a Seto y el se está haciendo cargo por el momento...- finalizó haciéndoles un ademán para que lo siguieran, antes de comenzar con preguntas inútiles.
*****
Por otro lado en una limusina hacia la mansión Kaiba, el dueño llevaba a un tricolor entre brazos intentando que el calor regresará al cuerpo ajeno, el cual traía como una manta su gabardina...
-¿No puedes ir más rápido?- le gritó al chofer el cual sólo aceleró, la verdad era que después de lo que pasó su jefe se había portado un poco... extraño.
###Flash Back###
Kaiba había estado con unos inversionistas arreglando una próxima junta cuando su hermanito, el cual se supone que estaría tomando un rato algo de aire ya que el lugar por más acostumbrado que estuviese a esas situaciones aún le amedrentaba un poco... Esté salió con una gran sonrisa la cual se desvaneció apenas visualizo el cuerpo en el suelo, el cual tenía el mismo color que el de un muerto, sin embargo no podía hacer gran cosa por un lado había demasiada gente importante como para pedir una ambulancia y arruinar la velada que prepararon para sus invitados, por ello recurrió a su segunda opción. Acomodo el cuerpo aún lado de una de las masetas sin prestar atención en nada y salió corriendo hacia su hermano mayor...
-mis disculpas señores- habló educadamente el menor no quería levantar sospechas, así que olvidando sus nervios siguió -podría hablar unos segundos con mi hermano, es... una emergencia en el programa establecido- esa fue la mentira más cínica que pudo decir y también la única que se le ocurrió, sin embargo no dijo nada más y pidiendo disculpas fue con el menor. Aún sabiendo que era imposible el programa que había establecido para esa noche tuviera una falla.
-¿Que ha pasado Moki?-le pregunto mientras se acercaba al menor, que se veía un poco nervioso. Lo cual no le alegraba mucho.
-es... Yami- tardó en juntar la sílaba no sabía que decirle a su hermano, tal vez sólo le dijera que no era de su incumbencia pero para su enorme sorpresa y cierto desconcierto, se topó con que su hermano le pedía continuar... -esta inconsciente en la terraza...- no necesito que le dijeran más mientras se dirigía a la misma terraza donde estuvieron por última vez, mientras su hermano se dirigía de seguro con los perdedores que se hacían llamar los amigos del antiguo faraón.
Para cuando llego lo miro unos segundos, el cuerpo del más bajo estaba recargando en una de las masetas del lugar esas que decoraban con enredaderas y bellas flores la estancia, lo cual provocaba la ilusión de que el menor estaba durmiendo. Se inclinó y retiro uno de los rubios mechones del rostro ajeno notando lo fría que estaba su piel, sin mencionar la falta de color en su rostro, llevo rápidamente su mano a la muñeca del ex gobernante de Egipto, sintiendo un líquido viscoso... retiro la mano y al verla no supo que decir, en la muñeca había una herida no era muy profunda pero si lo suficiente para dejar cicatriz, y está era ilegible por la coagulación de la sangre sobre ella, colocando un pañuelo de fina seda que llevaba consigo para evitar que la herida se infectara o en todo caso se abriera. Y tras haber llamado a Roland, se sacó la gabardina y la coloco sobre el menudo cuerpo. Para finalmente sacar al menor de ese lugar lo más discretamente que pudo, dejando como evidencia la Copa rota que descansaba bajo una banca cercana.
###Fin Del Flash Back###
Sintió como el automóvil se detuvo y salió rápidamente aún cargando al más bajo, para dirigirse a la habitación de huéspedes...
-¿Ya ha llegado el médico?- pregunto al ama de llaves tan sólo entrar por las enormes puertas de fina madera, con paso rápido...
-Ya nos hemos contactado con él, no tarda en llegar- aseguró la mujer mientras entraban a la habitación...
//Algo No anda bien// pensó al dejar el cuerpo en la cama, el cual seguía frío...
*****
Mientras Mokuba, Yuugi y sus amigos se movilizaron hacia la mansión del más joven de los hermanos Kaiba, este estaba impresionado del actuar de su hermano y a la vez, le preocupaba que algo le fuera a ocurrir a Yami o le haya pasado algo grave y por ello Seto se comportará de aquella forma. Tomó el camafeo en su cuello con algo de fuerza esperando el tricolor estuviera bien y que ir a su mansión sólo fuera para evitar a la prensa y no llamar en esos momentos la atención. Después de todo la prensa había estado últimamente sobre ellos, después de todo su hermano había entrado a ser uno de los hombres más codiciados del mundo, algunos esperaban una entrevista, otros citas o tratos comerciales usando estos sólo para presentarle jovencitas a el empresario lo cual provocaba que el horrible carácter del Kaiba mayor empeorará considerablemente...
Suspiro suavemente mientras comenzaba a divisar el edificio, quería que todo estuviese bien. Apenas les abrieron la puerta corrió a el piso superior en el cual se encontraban las habitaciones hasta que se topó con su hermano, sin olvidar que era seguido por los amigos del afectado y eso lo recordó al ver la cara que puso su hermano.
-¿Como se encuentra Yami?- preguntó rápidamente el oji gris, recordando la actitud de su hermano para con las personas que lo acompañaban en esos momentos, sin mencionar la actitud que estas también tomaban.
-vamos Moki, él necesita descansar hablaremos en la sala- le dijo señalando la puerta tras el, antes de pasar entre las visitas extra, esperadas sí pero igualmente fastidiosas. Al llegar al sintió dicho. Sin esperar a los demás se sentó en el sillón de una plaza, cruzando las piernas y encargándose en el reposabrazos del lado derecho del sofá. Dando espacio a que el oji gris se sentara en el reposabrazos desocupado, mientras todos tomaban un lugar en la enorme estancia, pulcramente decorada.
-Y ¿Bien?- agregó el oji morado con cierta impaciencia sin poder evitar el chocar los dedos con la madera del fino mueble en el que se había sentado, de forma insistente. El castaño cerró los ojos y recordó lo que acababa de pasar...
Seto tras haber dejado en la cama tapado al menor, espero unos minutos en lo que llegaba el médico, no entendía porque pero le preocupaba esa marca en la muñeca del ex faraón, ahora que lo pensaba cuando le envió la invitación a Yuugi y sus amigos había tenido esa misma sensación, movió la cabeza de forma negativa no entendía porque ahora le importaba su rival, porque para el, era Yami su rival sin importar que el título lo tuviera Motto.
Al paso de los minutos se escuchó el ruido de unas pisadas en el pasillo antes de oír la puerta abrirse.
-Joven Kaiba- mencionó de modo de saludo un hombre de tercera edad con una sonrisa, mientras el castaño sólo le hacía una seña para que se acercará. Ese hombre llevaba siendo su médico personal por algunos años, y por ello le tenía cierta confianza ya que este era discreto.
El hombre rápida mente de su maletín saco una bata blanca y se la colocó mientras sacaba algunos instrumentos, comenzando a revisar al él joven postrado en la cama...
Por su parte el castaño observaba todo sin decir una palabra...
-¿Que tiene?- mencionó por fin después de ver como volvían a tapar con el edredón al paciente y comenzaba a guardar unas cosas, antes de sacar dos ampolletas y una jeringa del mismo maletín.
-Hasta el momento sólo le puedo decir que el estrés provocó el desmayo, -dijo al preparar ambas ampolletas en la jeringa -sin mencionar que tiene una baja en sus defensas al parecer inicia a entrar en un cuadro anímico- aseguró al tomar algo de algodón con alcohol para limpiar la zona de la inyección -Pero aún así ya debió haber despertado por ello necesitaré verlo cuando se despierte y confirmar si fue el estado en el que se encontraba o alguna clase de shock el que desencadenó los síntomas. Lo cual no sería raro joven Kaiba. Un fuerte susto o una conmoción grabe como lo sería el terror podrían sin problemas dejarlo en esta forma...- finalizó el médico mientras ingresaba los medicamentos por las venas del inconsciente, para mejorar la salud de este. Luego se dirigió a la fina tela que descansaba en la muñeca para retirarla y finalmente curarla.
Después de oír atentamente lo dicho el oji azul, se quedó pensando un rato en Lo dicho por el médico incluso unos minutos después de que este se fue... y no mentiría al pensar que fue por el shock, algo lo pudo haber impactado de tal forma ya que cuando lo dejó el otro estaba en perfectas condiciones... tal vez ensimismado pero parecía estar bien.
Suspiro tapó la muñeca vendada del menor y salió a encontrarse con su pequeño hermanito...
-Habla Kaiba!!!- exigió el rubio amigo de Yuugi, con el puño cerrado después de todo, parecía que a él pequeño tricolor le daría un ataque en cualquier momento, por la ansiedad experimentada en ese tiempo.
Continuará.
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