A la mañana siguiente Haechan se despertó sintiendo el cuerpo adolorido. Intentó moverse un poco, sólo para descubrir que tenía un peso sobre si.
Aún con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados alzó la cabeza para descubrir a Mark hechado encima y abrazandolo como un almohadón.
Bufó.
Y echó la cabeza hacia atrás encontrándose su nuca con la mullida superficie de la almohada nuevamente.
Mas allá del cuerpo de su amigo. El celular sobre la mesa de luz comenzaba a sonar. Obviamente era el telefono de Mark.
-Mark- Se removió un poco con la finalidad de molestar el sueño profundo de su amigo.
El otro sólo se acomodó tragando saliva y continuó con su inconciencia.
Rodó los ojos. El teléfono continuaba sonando y conenzaba a impacientarse. Quizás era porque Haechan no era muy sociable y la idea de que su celular se encendiera cada 5 minutos todo el día, le parecía irritante. Y justo ahora, el aparato de su amigo estaba fastidiandolo.
Requería medidas.
Extremas.
-Mark!! Ow owww me duele!! Mark!!-gritó. Su rostro inexpresivo, mirando al techo.
-Haechan!! Qué? Estas bien? Qué pasa?- Mark se levantó de pronto. Hablando con voz ronca y sobresaltado. La posición que tenía le permitió adoptar una nueva sobre la cama inspeccionando el torso del menor con sus manos. Palpó los costados y el abdomen de Donghyuk con la finalidad de descubrir la raíz del dolor. Recorrió con sus manos y bajo con rapidez hacía los muslos.
Haechan se incorporó de pronto, sonrojado e intentando cubrir su cuerpo.
-Oye!!- Apartó a Mark de un pequeño empujón. Que lo miraba preocupado, buscando cualquier signo de molestia en el menor. Ni siquiera parecía oir su telefono. -estabas aplastandome. Y tu teléfono no para de sonar.- señaló el aparato sobre la mesa de luz a espaldas del mayor.
-Oh- rió suavemente.-Lo siento, estas bien?-
Que era lo divertido? Por qué se sentía tan nervioso? Suspiró.
-Si. Estoy bien. Sólo contesta. Quiero dormir. -
-Está bien- respondió sonriendo.
Haechan volvió a recostarse y le dio la espalda a su mejor amigo. Como un cachorro enojado.
No podía encontrarle sentido a que ciertas acciones del otro le pusieran tan nervioso.
Por supuesto sabía que con sólo decirle al mayor que algo le dolía, bastaba para tenerlo preguntandole todo el día si se sentía mejor.
No era manipulación, era la única forma de despertarlo. No lo culpen. Pero aunque conocía las reacciones tipicas de Mark. Ultimamente no lograba estar cómodo con ellas.
No porque le molestaban. Sólo lo sobresaltaban.
Bueno, lo sobresaltaban mucho. Quizás demasiado. Y no podía encontrar una respuesta que tuviera sentido.
Llegó a la conclusión de, que su amigo sea tan inocente, hasta el punto de parecer un tarado. Lo ponia nervioso.
Sumado a que Mark parecía desconocer el significado de "espacio personal". Bastaban para hacerlo sentirse extraño ultimamente. Verdad? Sonaba lógico, o no?
Su debate interno duró unos minutos. Quizás demasiado tiempo como para que resultara normal. Y Mark aún estaba concentrado en ese tonto teléfono.
Cuánto tardaba Mark en contestar un maldito mensaje? Se volteó y observó a su amigo con el móvil en la mano. Y una sonrisa estupida en el rostro.
Haechan frunció en ceño.
-Hey, Mark...-La mirada del mayor se apartó del teléfono y se centró en el. Estaba despeinado y con los ojos irritados por el sueño. Y Haechan no podía creer que aún con un hilo de baba y la marca de la almohada en la cara luciera guapo.
Por un segundo no supo que decir.
-Haechan...?-
Bueno, tal vez más de un segundo.
-vamos a desayunar.- contestó tajante, desviando la mirada para ocultar el ligero sonrojo inexplicable en su rostro.
Mark volvió a dejar su celular a un lado y asintió. Cuando Haechan estaba en humor mandón, lo mejor era obedecer, o acabaría quedándose sin desayuno.
El resto del día Haechan se dedicó a jugar videojuegos con su mejor amigo, o por lo menos eso intentaba mientras Mark no dejaba de intentar disculparse por lo sucedido en la fiesta, sorpresivamente el menor ya no estaba enojado por eso. Y al parecer al chico le daba la sensación de que Haechan le ocultaba algo, lo cual era completamente erróneo, y su cuestionamiento constante no dejaba al menor jugar video juegos en Paz.
-Acaso conociste al alguien en la fiesta?- preguntó por enésima vez. El cuestionado suspiró.
-Ya te dije que no Mark. Vas perdiendo...-
-Qu-oye!! No vale estaba distraido!- Mark recuperó el agarre sobre su comando e intentó devolverse al juego.
El mayor pregunto otras cosas a lo largo de la partida y Haechan comenzaba a debatirse entre perder la paciencia o reírse por la preguntadera de Mark. Pero en algún momento su hyung se dio por vencido. Y pudieron continuar con su hobbie sin mas pormenores. Eventualmente se aburrieron de jugar videojuegos y Mark quiso ver alguna película romántica y totarrona, Haechan no se negó a la idea porque disfrutaba burlarse de ellas mientras su amigo se quejaba de que era cruel.
-Ahh, esto es muy estúpido Mark!- se quejo.-Es obvio que la engaña!-
-Haechan... si tu fueses ella, lo notarias?-
-Claro que si.- respondió revoleando los ojos, quizás Mark nunca se daba cuenta de quienes eran los que hablaban mal a sus espaldas porque vivía tratando de entender las razones de todo el mundo.
-Como es eso?- contesto riendo el otro.
-Crees que no me daría cuenta? Te estas riendo de mi?- Haechan le pegó sobre el hombro y Mark siguió riendo.
-Oye no me pegues... Soy tu hyung- fingió enojo. Pero fracasó rotundamente en mantener una expresión seria.
-Compórtate como un buen hyung y no te rías de mi entonces.- Respondió con una expresión de autosuficiencia en el rostro el menor. El contrario solo continuó riendo mientras recibía otro golpe.
-Oye!- Mark devolvió el golpe con mucha más suavidad que el que le había propinado Haechan.
Ambos comenzaron una pequeña pelea de puñetazos juguetones mientras la película se reproducía a través del monitor de Haechan, cuando la madre de éste golpeo la puerta.
Aun riendo se separó de su hyung y se acercó hasta la puerta para abrirla.
-Donghyuk, Se queda Mark a cenar?- Preguntó con una sonrisa en el rostro.
-Maark! Te quedas?- Preguntó girándose para verlo.
-Oh, no lo siento. Hoy no, gracias señora Lee- Mark se removió un poco para establecer contacto visual con la mujer.
Haechan Frunció el ceño.
-Esta bien- contestó y desapareció por el pasillo.
Una vez su madre se hubo ido por completo Haechan se dirigió a Mark, solo para preguntarle porque no se quedaba.
-Haechan siempre me quedo a cenar, a mis padres les molesta que coma toda tu comida- rió. Y con su mano derecha despeinó al menor.
Bufó, pero lo cierto, es que desde el momento en que sabía que se tenía que separar de Mark, aunque sea solo por horas o un día, hasta que se vieran nuevamente en la escuela, Haechan comenzaba a valorar cualquier contacto fisico de parte del mayor.
Mark despidió a los padres de su amigo y lo saludo con un abrazo apretado antes de irse. Donghyuk se quejó, pero se dejó apretujar rápidamente.
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Por la noche, solo en su cuarto, suspiró. Era estupido sentir que extrañaba a Mark. Habían pasado practicamente el fin de semana juntos. ¿Que hacía pensando en Mark de todas formas? Tenía que dormirse de una buena vez. Pero el hecho de que su mejor amigo no se haya querido quedar a cenar , sumado a todas las veces que su teléfono había sonado esa mañana, hacían que Haechan sintiera una sensación incómoda en el pecho, que pronto bajaba a su estómago, y de la cual no se podía deshacer.
¿Estaria Mark saliendo con alguien? No era posible, porque de ser así, se lo hubiese contado. Es decir, no era imposible porque fuese feo, más bien todo lo contrario. ¿Desde cuándo encontraba a Mark tan guapo? No es que le gustara, eso sería raro. Río ante el pensamiento.
Acaso sentía envidia del aspecto de Mark? No, no era eso, era algo para lo que Haechan no conseguía una respuesta. El mismo se enorgullecía de ser una persona racional, siempre encontraba una respuesta para lo que sea que le estuviera pasando, pero esa incomodidad que le producía imaginarse ser reemplazado por alguien más en la vida de Mark, no tenía explicación, ni quiera sabía qué era lo que le estaba pasando.
Suspiró por quién sabe qué vez en la noche. Cerró los ojos intentando alejar todas esas voces en su cabeza lo más posible, antes de dormirse.
Finalmente el sueño venció sobre la conciencia, y pudo dormir.
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