Casi una semana pasó desde que se reunió con sus amigos y de que por primera vez fuese capaz de entablar una conversación con el moreno. Desde ese momento se sintió más relajado, porque a pesar de que no le confesó a Aomine sus sentimientos, fue bastante el haber hablado acerca de la situación tan similar que ambos vivían.
Ahora se encontraba en la compañía de modelaje. Había terminado su sesión de fotos con la nueva marca de ropa de invierno y algo cansado se había dirigido hacia su camerino a recoger sus cosas para marcharse a su departamento.
"Ya se acerca el final del ciclo en la Universidad, aunque aún queda tiempo lo mejor será apresurarme con mi proyecto de tesis"
Escuchó su puerta abrirse y a una persona caminar de forma tranquila hacia él. Supo de inmediato de quién se trataba y suspiró al intuir la intención del hombre que ahora se encontraba a su lado mirándolo fijamente.
-Ryota
-Keycchi ¿terminaste la sesión también?- sonrió
-Sí, por eso venía a invitarte a un bar muy conocido que hay por el centro ¿Qué dices?
Su respuesta iba a ser un no definitivo, después de todo no le apetecía salir en esos instantes, pero luego de recordar las muchas veces que había rechazado al apuesto pelinegro, decidió aceptar.
Quizá al término de su "cita" podría hacerle entender a Key que por más que se esforzase no podría lograr que lo mirase de una forma distinta. Kise sabía muy bien como era estar en esa situación ya que él de igual forma no lograría nunca que el chico de cabellos azules y piel morena lo viese diferente.
-Vamos entonces, aún son las siete, tenemos tiempo
-¿En serio? Me alegra que aceptes - Key se acercó lentamente al rostro de Kise y tras dudar un segundo le dio un casto beso en los labios.
El rubio lo miró sorprendido unos instantes y se apartó rápidamente mirando al más alto.
-Lo siento...yo, no pude resistirme
-No te preocupes ¿Nos vamos?- Kise tomó su bolso y señalo con la mirada la puerta de la estancia
-Sí, vamos
"Me siento tan mal por darle esperanzas, pero hoy antes de despedirnos le haré entender"
...
...
Estuvieron durante una hora, sentados uno al lado el otro en la barra del conocido bar a dónde Key había llevado al rubio.
Platicaron acerca de la Universidad y trabajo de cada uno. Kise había descubierto lo divertido que podía llegar a ser el chico y le agradaba su compañía. Si tan solo el pelinegro no lo quisiese de esa forma incluso creía que podría llegar a ser un amigo tan cercano como lo era Kuroko o Kasamatsu.
-Me alegra que te estés divirtiendo, cuando sonríes te ves incluso más hermoso
Un sonrojo se hizo presente en su rostro. Desde hace mucho que alguien no le decía algo tan lindo con unos ojos que expresaban los sinceros que eran los sentimientos que Key le profesaba.
¿Y si tal vez se daba una oportunidad con él? Se había repetido muchas veces que era muy malo el tratar de olvidar a alguien con otra persona, pero Key lo hacía sentir tan querido que la parte egoísta que poseía se lo estaba planteando. Quería sentirse amado, necesitaba sentirse necesario para otro, era humano después de todo y su razón se nubló cuando el pelinegro se acercó a su rostro y rozó su nariz con la suya.
-Keycchi...
-Me gustas tanto, Ryota
El comienzo del beso fue muy lento, pero a medida que los segundos fueron avanzando se volvió cada vez más necesitado y lujurioso. Sus lenguas danzaban expertas mientras las manos del pelinegro acariciaban por sobre la ropa la cintura del rubio.
Kise soltó un pequeño gemido al sentir sus labios ser fuertemente succionados por Key, quien al oírlo sonrió para sí y mordió el blanco cuello del más bajo.
-Necesito más de ti
Kise se dejó llevar por el pelinegro hacia la salida del bar, caminaron rápidamente hasta un callejón cercano a este y fue arrinconado contra una de las paredes.
Key colocó una de sus piernas entre las de Ryota y presionando su entrepierna hábilmente hizo lo suyo con sus manos, las cuales deslizó por debajo de la playera color blanco que traía puesta Kise.
-Ahh... nngh- gimió por el roce de cuerpos
-Ryota- lamió el lóbulo de su oreja y luego bajó hacia su cuello- te deseo
Kise sintió como fue despojado de su chaqueta y luego las manos del pelinegro estimulando sus pezones mientras lo besaba y mordía fuertemente.
En ese instante llegó a su mente la imagen de Daiki. Su rostro sonriente, su cuerpo lleno de sudor cuando terminaba una práctica de Baloncesto... todo él. Estaba pasando de nuevo a pesar de que había puesto todo de su parte para intentarlo. La razón del porqué nunca fue capaz de tener sexo con algún hombre había sido siempre la misma, cuando estaba en pleno acto la imagen del moreno agolpaba en su mente y lo hacía desistir. Solo con mujeres había podido llegar hasta el final de forma rápida, pero con hombres jamás.
-Aominecchi -susurró mientras colocaba sus manos sobre los hombros de Key- Lo siento- apartó el cuerpo del pelinegro y se acomodó la playera
"¿Aominecchi?"
-¿Qué pasó? Acaso ¿hice algo mal?
-No es así- Kise recogió su chaqueta y comenzó a colocársela- no hiciste nada malo, es solo que no puedo hacerlo
-Pero Ryota yo...
-Lo lamento de verdad, en serio
Kise dio media vuelta dispuesto a irse del lugar pero sintió un jalón fuerte sobre su brazo y para cuando se dio cuenta se hallaba estampado contra la pared nuevamente
-¡No lo acepto, yo te amo!- el pelinegro aprisionó las muñecas del rubio fuertemente- te demostraré que soy mejor de lo que te imaginas
Comenzó a besarlo fuertemente y a tocarlo por todas partes. Le gritaba que se detuviera pero no lo escuchaba, trató de zafarse pero su fuerza era menor a comparación de la suya, estaba comenzando a entrar en pánico y sus ideas se acaban a medida que pasaban los segundos.
-¡Suéltame! ¡Déjame por favor Key!
Se removió fuertemente y sintió sus lágrimas derramarse libremente sobre sus mejillas
-No quiero... ¡No me toques!
En un instante sintió como el cuerpo que estaba aprisionando el suyo lo dejaba libre. Solo pensó en apartarse un poco y observar a la persona que lo había salvado.
-¡Te dijo que lo soltaras, imbécil!- el chico de cabellos azules golpeaba a Key en el piso con mucha fuerza
"Aominecchi"
Luego de unos segundos logró reaccionar y fue a parar al moreno. Es verdad que Key se había sobrepasado, pero también había sido su culpa, no quería que el pelinegro saliese lastimado.
-Para Aominecchi ¡por favor!- el rubio lo jaló del brazo tratando de parar los puñetazos que este le propinaba a su colega de trabajo
-¡¿Pero qué mierda dices?! Este imbécil trató de...
-¡Lo sé! Pero fue mi culpa, te lo explicaré después, vámonos por favor
El moreno miró un momento al chico que estaba bajo él recibiendo una paliza y luego lo soltó.
-Tsk, está bien
-Gracias
Daiki caminó apartándose hacia la salida del callejón. Kise estaba por seguirlo cuando una voz lo detuvo.
-Aominecchi... ya entiendo- el pelinegro escupió un poco de sangre y sonrió con tristeza- así que es él
Kise agachó la mirada y tras asentir salió corriendo tras Aomine, dejando a Key sentado en el lugar.
...
...
-¿Ya estás mejor?- preguntó el moreno
-Sí, gracias- respondió con una sonrisa
Tras lo sucedido con Key, Aomine lo acompañó a su departamento. Le dijo que se diera una ducha para calmarse y luego de quince minutos salió vestido con ropa ligera hacia la sala de su hogar en donde el moreno se encontraba sentado sobre el sofá mirando la televisión.
-Ahora dime ¿Por qué no dejaste que le siguiera partiendo la cara a ese idiota?
Dani continuaba mirando el programa de variedades que daba en la televisión y su voz al cuestionar al rubio sonaba de lo más desinteresada, pero Kise sabía que a pesar de lo que pareciese, Aomine estaba preocupado por él.
-Pues... yo fui a ese callejón por mi propia voluntad, Aominecchi- las palabras del rubio provocaron que el aludido fijase sus ojos en él
-No comprendo
-Yo estaba dispuesto a tener sexo con Keycchi, o bueno, al principio
-¿Por qué cambiaste de opinión entonces?
-Porque el rostro de la persona que amo vino a mi mente, luego de eso ya no pude continuar
-Ahhh- suspiró el moreno- así que fue por eso
-Nunca he podido estar con un hombre por esa razón, Aominecchi, lo he intentado muchas veces pero no he podido, aunque solo fuesen de una noche, aun así yo...- comenzó a sollozar sin preverlo
-Tsk, no llores
Aomine no sabía qué hacer en ese momento, muy pocas veces se había encargado de consolar a alguien, era muy bruto para esas cosas
-Todo es mi culpa... - más lágrimas derramaban por sus mejillas- herí a Keycchi, él me quiere sinceramente y aun así yo, por un momento pensé en usarlo para olvidar a...
-No es tu culpa- el moreno dudó en sí debía colocar o no su mano sobre el hombro del rubio, pero al final lo hizo- él trató de forzarte y eso no es de hombres ¿entiendes?
-Él es una buena persona... yo sé que solo se nubló por un instante- Kise sintió el cálido toque del peliazul sobre su hombro. Una tranquilidad lo recorrió por completo y deseó con todas sus fuerzas abrazarlo.
-Sea como sea, sino hubiese llegado quién sabe qué habría pasado
-Gracias por ayudarme- el rubio levantó la mirada y la fijó en los profundos ojos del moreno- aunque me sorprendió que tú...
-Me dirigía hacia el combini cuando escuché a alguien gritar, paré un segundo y al reconocer tu voz fui inmediatamente hacia el callejón
-Ya veo, fue una oportuna coincidencia- limpió sus lágrimas con el dorso de sus manos para luego sonreir
-No sonrías si no tienes deseos de hacerlo- Daiki llevó su mano a la mejilla de Kise provocando un sonrojo instantáneo en este- tomemos unas cervezas ¿te parece?- apretó la mejilla del modelo y esperó su reacción
-Sí- Kise tomó entre sus manos la del moreno y luego lo miró fijamente- gracias de nuevo- se paró del sofá y fue hacia la nevera en busca de latas de cerveza
El peliazul se quedó inmóvil por unos segundos con un ligero sonrojo en el rostro. Kise podía hacer cosas muy vergonzosas y él no estaba acostumbrado.
...