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Vainilla y Chocolate por Drakarys

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Notas del capitulo:

Y como se que adoramos el dia de San Valentin... al menos en el mundo Thorki, afuera es otro cantar... he aqui el capitulo.

 

*OMEDDO (Organización Mundial Especializada en la Defensa de los Derechos de los Omegas)

 

-Eres un imbécil –le soltó Fandral así sin más, con la desfachatez que solía caracterizarlo.- Un gran y completo imbécil.

Thor, quien en ese momento ejercitaba abdominales, se detuvo para observar un instante a su amigo sin entender bien a que se refería. Sin embargo, cuando vio que no agregaba más y que en su lugar prefería estarle viendo el trasero a los que levantaban pesas, continúo con su rutina retomando la cuenta donde la dejo.

-¡Te estoy hablando! –le insistió el omega, mientras se deleitaba con los esculturales cuerpos que sudaban a su alrededor -Al menos deberías de aceptarlo.

- Según tu ¿Qué tengo que aceptar? –Preguntó con la voz estrangulada por el esfuerzo que la rutina de ejercicios le exigía, esta vez sin detenerse a prestarle atención.

-¡Que eres un reverendo imbécil! –Exclamó exasperado por la forma en que Thor parecía darle por su lado. –Y un completo idiota además, –agregó, centrando su total atención en su alfa amigo, quien se limitó a contestarle con un “mjm” siguiendo con lo suyo. - ¡Te lo estoy diciendo enserio! –dijo golpeándolo con la toalla que sostenía en su mano.

-Y aparte del placer morboso que te da el insultarme ¿Esta vez por crees que lo soy? -le preguntó deteniéndose al fin y jalando varias bocanadas de aire.

-Porque lo eres ¿Sabes? Y no soy el único que lo piensa, –le dijo ofreciéndole la toalla para que limpiara su sudor. -Estoy seguro de que existen muchas personas que comparten mi opinión, pero que no tienen el privilegio de decírtelo en la cara.

-Pues bien por ellas, -concluyó el rubio levantando sus pulgares mientras dejaba el banco de ejercicios y le devolvía la toalla.

-¡¿Que?! ¡¿A dónde crees que vas?! -le preguntó al verlo caminar rumbo a la salida. –No me digas que huyes de mí solo porque te he dicho lo imbécil que eres.

-Por supuesto que no. Si hiciera eso cada que me insultas, ya no nos veríamos nunca más -contestó divertido, mientras era alcanzado por Fandral.- Simplemente he acabado por hoy.

-¿Tan pronto? –Exclamó sorprendido, comprobando la hora en su reloj. Apenas si había alcanzado a “morbosear” un rato ¿Cómo que ya habían terminado? Las rutinas de Thor solían ser mucho más pesadas y largas ¿Cómo es que había tenido suficiente con eso?

-No estoy en mi mejor forma -fue toda su respuesta. Fandral simplemente respiro resignado y luego de echar una última ojeada, lo siguió.

Solían ir al gimnasio del club a ejercitarse cada fin de semana, o en todo caso a que lo hiciera Thor; mientras Fandral hacia como que seguía una rutina, chismorreando un poco y “sabroseándose” a todos aquellos alfas que se ejercitaban a su alrededor. La mezcla de aromas de todos aquellos alfas era casi adictivo para él, algo que su naturaleza necesitaba de vez en cuando, dado que su pareja carecía de olor al ser un beta.

Thor había aceptado participar de aquella locura, aun cuando él tuviera su propio gimnasio en la mansión. Era entretenido cambiar de aires a veces y elevar su ego al demostrar que era superior a todos ellos en cuanto a fuerza y resistencia, su instinto también se lo pedía. Así que, como cada fin de semana, ahí estaban.

Luego de que su querido amigo le sacara hasta el más mínimo detalle referente a la pasada fiesta, se puso a entrenar. Pero apenas había pasado cosa de media hora cuando sintió que aquello no le apetecía, así que lo abandonó, decidiendo que tal vez una visita a la sauna le ayudaría a relajarse. Así que, dejando en su casillero su equipo de entrenamiento se dirigió hacia allá, nuevamente seguido por Fandral.

-Tal vez se deba a la ausencia de un pequeño omega en tu vida- le dijo su amigo, intentando llevarle el paso mientras atravesaban el área de duchas, los jacuzzis y el área de masajes. Thor solía caminar dando grandes zancadas que él muy apenas podía igualar.

-¿De qué me estás hablando? -En verdad había veces en que parecían ir por dos canales distintos, y Thor se ponía a pensar que tal vez eso se debía a la diferencia de castas, ya que Fandral podía tratar varios tópicos en una misma conversación y a él le costaba seguirle el hilo casi siempre.

-Hablo de tu resistencia, por supuesto, –le aclaró rodando los ojos como si se tratase de algo muy obvio. -Yo creo que se debe a que no has dormido bien.

-¿Cómo puedes saber eso? –se detuvo de golpe haciendo que el omega chocara contra él.

-Nunca has tenido buen dormir, es decir, después de lo que sucedió con Jarxana. -Thor gruñó ante la mención de aquel nombre, no era algo que le gustara tratar y Fandral lo notó, así que se apresuró a disculparse. -Lo siento, es solo que desde entonces no te veía tan relajado como en estas últimas semanas, no desde que el omega entro en tu vida y…

-Loki- lo cortó a medio discurso.

-¿Que?

-Se llama Loki. No me gusta que te refieras a él como “el omega” o “tu omega”. Me molesta, él tiene un nombre.

-Y uno muy bonito a demás- aceptó sonriendo con picardía ante la reacción de su amigo. Fandral por supuesto ya conocía su nombre, pero le causaba gran placer poder torturarlo un poco. –Bien, –continuó, –desde que Loki se mudó a tu cama, tu humor cambio radicalmente. Te he notado más relajado y de buenas, algo que la gente a tu alrededor agradece. En verdad no sé cómo Liv hace para soportar tu  genio, yo ya hubiera….

-¡Enfócate Fandral!- le exigió desesperado con toda esa palabrería.

-De acuerdo, -le dijo cansinamente. –Lo que quiero decir es que, desde el incidente del colegio, has traído un genio del demonio. Y ahora que Loki te dejo, se ve que no has podido dormir nada, así que no me quiero ni imaginar cómo vas a andar esta semana.

-Loki no me “dejo” -recalcó sarcásticamente haciendo comillas con sus dedos.

-Pero no ha dormido contigo.

-¿Cómo carajos sabes eso? –Por toda respuesta Fandral señalo su nariz. ¡Claro, el dichoso marcaje de Loki! ¿Cómo diablos lo había olvidado? –De acuerdo. Sí, no he dormido con él desde el viernes ¿Contento? Se largó a su cuarto y no ha regresado.

-Pero tú tampoco lo has buscado

-¡Por supuesto que no!- su orgullo ante todo.

-¿Ves? Por eso digo que eres un imbécil

-Y allá vamos otra vez, -se quejó reanudando su camino hasta llegar a las puertas de la sauna.

-¡Es que lo eres!

-Escucha, -lo frenó en seco, -no pienso discutir contigo esta situación allá dentro. Así que tienes dos opciones: o me dices rápidamente de una vez que te pica, o te lo guardas para otra ocasión.

Fandral se percató que habían llegado a las puertas del baño de saunas y, cuando estas se abrieron para dejar pasar a un par de chicos, alargó su cuello tratando de vislumbrar los bellos especímenes en su interior; aunque el enorme cuerpo de Thor se interpuso bloqueándole la vista.

-¿Qué de malo tiene que entre yo ahí? -Se quejó.

-¿Bromeas? ¡Es un área llena de alfas desnudos cubiertos de sudor!

-¡Lo cual es muy excitante! –exclamó el omega relamiéndose los labios y soltando un poco de su fragancia a nardos.

-Ni siquiera lo pienses, -le advirtió. -Aun no has entrado y ya pareces un zorrillo.

-Esa es rudeza innecesaria, -se quejó sabiendo que en el fondo su amigo tenía razón, pero era algo que no podía controlar.

-¿Acaso quieres que todos te salten encima? Porque si es así… adelante -le dijo haciéndole una teatral reverencia indicándole la puerta –Pero de una vez te advierto, si algo sucede yo no me pienso meter, ni aquí ni cuando discutas con Hogun por eso. -Aquella mención a su amado beta hizo a Fandral volver a aterrizar, ayudándolo a enfocarse y aplacar sus alborotadas hormonas.

-De acuerdo, -le concedió. -Entonces déjame decirte porque creo que eres un imbécil.

-Te escucho, -le dijo el alfa con una sonrisa divertida, mientras se cruzaba de brazos y aguardaba.

-Bien, –se aclaró la garganta, luego simplemente soltó- ¡¿A qué retrasado, troglodita y neandertal se le ocurre decirle a Loki las cosas que le dijiste?!

-¿Cómo? -aquello definitivamente lo descolocó.

-“Soy un alfa y puedo cogerme a un harem si quiero”, -repitió haciendo una caricaturesca imitación de la voz y la actitud de Thor. -¡Baboso! -Agregó alzándose de puntitas para darle un zape en la cabeza.

-¡Oye! -le reclamó el alfa sobándose.

-¡¿Pero que tienes en la cabeza?!

-¿Te vas a poner de su lado?

-¡Por supuesto que me voy a poner de su lado! Soy un Omega. Lo que dijiste me ofende a mí también.

-Pues yo no veo donde está la ofensa.

-¡Alfas!- exclamó con impaciencia Fandral.

-Tú haces lo mismo, -le debatió Thor. -¡Quieres entrar a un sauna lleno de alfas para que te den hasta por las orejas, teniendo una relación con Hogun!

-¡Pero es diferente!

-Yo honestamente no le veo la diferencia.

-¡Yo no estoy marcado! -Thor levanto una ceja dándole entender lo absurdo de su alegato. –Escucha, -trató de aclararle el Omega, -Hogun es un beta ¿sí? Y no puede marcarme como lo haría un alfa. Así que, técnicamente, salvo el voto de amor que nos tenemos, biológicamente hablando, soy un omega libre.

-¡Aja! Un omega libre, -repitió con sarcasmo.

-¡Si! Si Hogun hubiera sido un alfa y me hubiera marcado, créeme que yo no andaría por ahí viendo a otros alfas ¡Es que ni siquiera podría! Tan pronto como les pusiera mis manos encima, mi cuerpo se retorcería de dolor ¿Entiendes? Eso es lo que provoca en nuestro cuerpo la mordida de un alfa, coarta nuestra libertad de una forma en la que no podemos escapar aunque queramos. Mientras que ustedes, aun con una pareja, pueden andar libremente decidiendo a que otros se montan esta vez.

-¡Pero tú lo haces aunque tienes pareja! –Para Thor era exactamente lo mismo una marca y un compromiso, lo respetabas o le faltabas, no había de otra.

-¡Pero Hogun tiene la misma libertad de hacerlo, de eso estoy hablando! En cambio, en su relación, Loki no tiene esa misma libertad, no es equitativo.

En ese instante las puertas volvieron a abrirse dando paso a un par de alfas que no tardaron en reparar en aquel “desprotegido” omega perdido entre su territorio. El aroma que despidieron para llamar la atención de Fandral hizo gruñir a Thor, quien de inmediato les mostró los dientes y los fulmino con la mirada para amedrentarlo. Fandral, por su parte, les sonrió con coquetería y les guiño un ojo.

-¡Ey! –se quejó el rubio ante la descarada actitud de su amigo, tomando la barbilla del otro para que lo viera.

Por conductas como esa habían tenido muchos problemas en el pasado. Y aunque no le correspondía a él defender “su honor” sino a Hogun, era consciente que como Beta poco podía hacer para marcar su territorio ante un par de alfas, más si el desvergonzado de su amigo les daba entrada.

-Concéntrate ¿Quieres? -¿Y él le estaba recriminando? ¿En serio?

-Ok. –Se quejó deshaciéndose del agarre del alfa y prosiguió. –Lo que quiero decir es que, mientras tú puedes “cogerte un harem” a tu antojo, Loki solo se debe conformar con las migajas que tú le des y eso amigo mío, es una soberana mierda.

-¿Entonces por eso se enojó? -preguntó tratando de entender toda aquella situación.

-Tal vez, no lo sé, -Fandral se encogió de hombros. –Tal vez si tuviera la misma libertad no se quejaría tanto, aunque dudo que tú lo permitieras.

Thor se tensó ante esta insinuación. El imaginarse a Loki incitando a otros alfas para que lo tomaran, con la frescura con que lo hacia Fandral, le revolvía las entrañas. Era consciente de que era una cuestión instintiva, pero no pudo evitar soltar un gruñido de solo imaginarlo.

-¡Lo vez! –Puntualizó su amigo. -A nadie le gusta compartir, no importa que se trate de un omega, un beta o un alfa. Peor aún, el creer que no eres suficiente para tu pareja y que este tenga que buscar en alguien más lo que le hace falta contigo, es humillante.

-Pero hay alfas que tienen muchas parejas y estas parecen llevarse bien.

-¡¿Y qué otra opción queda?! No es que los alfas nos hayan preguntado nuestra opinión al respecto, simplemente nos impusieron lo que a ustedes les convenía y nosotros tuvimos que aceptarlo. Tampoco vamos a convertir nuestro hogar en un campo de batalla. A los alfas les fascinan los omegas bien portados y sumisos, cualquier sublevación lleva como consecuencia el abandono y por lo tanto…

-La muerte, –completó el alfa. Aquello siempre le había parecido una injusticia. –Aunque últimamente ya no son tan sumisos como antes –le debatió con una pequeña sonrisa. Para muestra estaba él, regañándolo como a un cachorro que se había portado mal. O como Loki, el pasado viernes.

-Eso es gracias a la nueva ley de protección a omegas, saber que tenemos derechos ha cambiado nuestra perspectiva de vida.

-Sí, ya no puede uno maltratarlos como antes, –bromeó. -No puede uno gruñirles tantito porque te echan a la OMEDDO*, -le dijo entre risas. –Que épocas aquellas en que calladitos se veían más bonitos.

-Idiota, –rio también Fandral, golpeando cariñosamente el hombro de su amigo. –Como si te gustaran así. ¿Quién se la pasó quejándose durante semanas porque su omega no dejaba de alabarlo? “Es demasiado anticuado” dijiste. Podría incluso jurar que disfrutas que se haya vuelto así de contestón.

Y para qué negarlo, pensaba Thor con una sonrisa. Había tenido cierto encanto el ver a Loki defender con garras lo que consideraba como suyo, aunque también lo hubiera sacado de quicio.

-Ya hay muchos a los que no nos gusta agachar la cabeza y aceptar con resignación nuestro destino –concluyó Fandral -Ahora hay quienes alzamos la voz exigiendo respeto e igualdad en lo referente a la vinculación y creo que eso es exactamente lo que está haciendo Loki.

-¿Quieres decir que dejo de dormir a mi lado porque está haciendo una especie de huelga o algo así?

-Algo así, -le concedió riendo de la forma en que Thor intentaba asimilar sus conceptos.

Eso era lo que más le gustaba de Thor, que no era como los demás alfas. Otro en su lugar ya hubiera tomado a Loki sin importarle si estuviera listo o no, lo habría llenado de hijos y le habría impuesto más parejas, a Amora para no ir más lejos. Pero Thor no era así. Tal vez porque tenía un hermano y un mejor amigo omega era que de cierta forma trataba de entenderlos, de respetarlos y tratarlos con igualdad, aun con sus formas un poco brutas.

“Decirle que podía cogerse un harem” ¡Que idiota!

Por supuesto sabía que no lo había dicho enserio, sino más bien llevado por una situación con la que no sabía muy bien cómo lidiar y actuando de la única forma en que podía hacerlo, siendo un alfa. Porque si, desgraciadamente Thor seguía siendo un alfa. Aun con su autocontrol y su forma de pensar modernista, había sido educado como tal y se codeaba a diario con muchos de ellos. No podía evitar que de vez en cuando se le saliese de pronto esas actitudes arcaicas sin poder controlarlas y había veces que ni siquiera se daba cuenta en que estaba mal. Pero para eso lo tenía a él y, como su mejor amigo, tenía el deber de guiarlo por el buen camino. Pero eso sería más tarde, porque luego de ver tanto cuerpo escultural entrar a la sauna, lo que más le urgía era una buena ducha de agua fría.

 

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Loki consideraba la biblioteca Odinson como su area favorita de la mansión Valaskjálf, y en verdad que existían áreas muy hermosas en aquel lugar. Como el inmenso jardín con setos podados en forma de esculturas, la pérgola de rosas situada junto al estanque donde nadaban los patos o la enorme piscina techada donde veía a Thor nadar todas las noches antes de ir a dormir. Aunque esto último lo hacía por supuesto, a escondidas.

Pero la biblioteca tenía su propio encanto. Y no es que fuera precisamente porque estuviera atiborrada de libros de pared a pared y del piso al techo. No, lo que la hacía especial era el hermoso detalle con el que fue construida.

Dos salones enteros conformaban aquel maravilloso lugar, dividido apenas por un arco labrado en mármol con altura de dos pisos. Las estanterías eran preciosas joyas talladas en madera ubicadas alrededor unas junto a otras, solo separadas cuando un inmenso ventanal se interponía entre ellas. Ventanales que dejaban entrar la luz a raudales iluminando por completo la estancia durante el día, mientras que gigantescas arañas de cristal, que pendían de un techo pintado a mano, brillaban por las noches. El piso estaba cubierto por finas alfombras persas que amortiguaban los pasos de sus visitantes.

-Ha pertenecido a mi familia durante generaciones, –le dijo el patriarca cuando recién llegara a vivir con ellos. –Fue traída pieza por pieza desde Noruega por mi padre, Bor, –señaló el inmenso cuadro de un severo alfa que colgaba por encima de la enorme chimenea de mármol negro. –En ella se encuentra el conocimiento que mi familia ha acumulado durante generaciones, ahora te pertenece también. Espero sepas darle buen uso.

¡Y que si se lo había dado! Era difícil encontrar a Loki en un lugar que no fuese la biblioteca. En especial ahora, que ya no tendría que ir al colegio.

Luego del incidente que había dado lugar a su expulsión, Thor hablo seriamente con él. Se negaba a contratarle un tutor porque eso sería caer en la forma rígida y controladora que tenía Býleistr para educarlo, pero tampoco podía volver a un colegio; al menos hasta que pudieran encontrar la forma de controlar esas inesperadas “explosiones de aroma” que lo asaltaban de repente. Así que la única opción viable que habían encontrado, era que hiciera su educación básica de manera abierta. Solo tenía que presentarse en la dependencia correspondiente en los periodos indicados a presentar sus exámenes y de este modo obtener su diploma. Así que una vez más Loki volvió a ser autodidacta.

Por supuesto Thor estaba al tanto de su enorme capacidad para asimilar el conocimiento, así que no necesitaba más que de una pequeña guía para que no se perdiera entre tanta información y él se encargaría personalmente de eso. A partir de ese día, Thor se había convertido en su tutor. Aunque luego del incidente del viernes, apenas si se habían dirigido la palabra.

Suspiró por enésima vez aquel día, aquello lo desmotivaba y bastante.

Reconocía que tal vez se había dejado llevar por los celos que aquellos aromas ajenos sobre su alfa despertaron en él. Ahora, con la cabeza fría, se daba perfecta cuenta que había actuado muy inmaduro, pero Thor no se había quedado corto tampoco. Todas aquellas cosas que le dijo en verdad lo enojaron y lo lastimaron terriblemente porque… ¡Era cierto! Thor era un alfa y, aunque le pesara, podía hacerse de cuantos omegas le diera la gana siempre que pudiera mantenerlos, y vaya que el alfa podía.

¿Qué iba a hacer él al respecto si, un buen día, llegaba con una nueva pareja? ¿Él tendría que aceptarlo? Býleistr le dijo que tenía que hacerlo, que debía agachar la cabeza y aceptarlo. Pero… ¡Demonios! Él no podía hacerlo. Deseaba a Thor solo para él, única y exclusivamente para él ¿Acaso eso estaba mal?

En eso estaba cuando la puerta de la biblioteca se abrió permitiendo que Balder entrara en ella.

Venia molesto, muy molesto. Loki podía oler su rabia aun antes de que llegara hasta donde él se encontraba, en la pequeña y cómoda salita del primer salón, justo debajo de un enorme tragaluz con vitral. Balder arrojó violentamente su mochila y luego se dejó caer frente a él, rumiando una y mil maldiciones contra alguien cuyo nombre Loki no alcanzo a escuchar.

-¡Como odio a esa maldita bruja! –gruñó por último y esto si lo pudo comprender.

-¿De quién estás hablando? –preguntó curioso por la graciosa actitud de su cuñado, consiguiendo que dejara de lado el diario que leía en ese momento.

-¡De Amora! ¿De quién más? –escupió con todo el desprecio que sentía por la rubia.

Loki se tensó ante aquel nombre. No importaba lo que hubiera pasado durante la fiesta, el aun la sentía como una rival en potencia y no iba a bajar tan fácilmente la guardia.

-¿Qué con ella?

-La muy estúpida se la paso el día entero alardeando de su fiesta –le contó el rubio.

-Era de esperarse ¿No?

-¡Ese no es el punto! –exclamó indignado. –Por supuesto, y como no podía faltar, el tema de Thor salió a relucir y, claro, no pudimos evitar burlarnos del ridículo que hizo a nivel mundial al vomitarle encima ¿Y sabes con que fue a salir? –Loki negó- ¡Que fue lo mejor que pudo haberle pasado! Ahora resulta, según ella, que mi hermano la estaba acosando. Que se la pasaba detrás de sus pasos como perro faldero, aun cuando a ella le incomodaba su cercanía ¿Puedes creerlo? ¡Y agárrate! Salió también con que ella era “alérgica” a mi hermano. Que no podía tolerar su aroma y que eso a Thor no le importaba. Que incluso trato de forzar un compromiso con ella a sabiendas de su malestar y que su madre tuvo que ponerle un freno en pos de su salud ¿Puedes creerlo?

-Bueno, eso de la alergia parece ser cierto –le comentó Loki, entregándole el artículo que había estado leyendo en ese momento.

-¿De qué hablas? –le preguntó sentándose de golpe y arrebatándole el periódico.

 

¿CAZADOR O PRESA?

Por Miranda Skeeter

 

El pasado sábado, la mansión Nornheim se engalanó festejando a la bellísima Amora, la pequeña hija de la afamada emperatriz de la moda, Karnilla Nornheim, y dueña de la famosa revista “Nornas”. Como era de esperarse, la ejecutiva no escatimó en gastos echando la casa por la ventana para agasajar a su larga lista de invitados, donde notorias personalidades de todos los ámbitos destacaron.

Mucho se especuló que en dicho festejo se haría oficial el compromiso que la hermosa omega tenia con el llamado “soltero de oro”, el primogénito de la casa Asgard, Thor Odinson; y que se vio, al parecer, interrumpido por un sospechoso malestar en la omega.

 

En este punto, el articulo venía acompañado de una imagen de Amora vomitando sobre Thor. Balder volvió a reír por eso, no importaba cuantas veces la veía, siempre le arrancaba una sonrisa.

-Voy a enmarcar esta imagen, –soltó con burla y continuó leyendo.

 

Pero ¿Existía realmente alguna relación entre ellos?

Fuentes cercanas a la pareja aseguran que, debido a la gran diferencia de edades, salvo una cordial amistad, no existía algo más. Luego entonces ¿En que se basaron estas especulaciones?

Tomando en cuenta que Thor Odinson es el alfa que todos quisieran tener de yerno, no es de extrañarse que Karnilla Nornheim pusiera sus ojos en él para que se enlazara con su pequeña hija. Esta táctica le traería una notoria popularidad dentro de la sociedad, no solo Neoyorquina si no europea. No debemos olvidar que la familia Odinson aun ostenta varios títulos nobiliarios dentro de la monarquía Noruega, acarreándole grandes ventajas de índole financiero.

Como todo mundo sabe, debido a la tecnología y a que podemos acceder a casi todo tipo de información con tan solo un ”clic”, la prensa escrita se esta volviendo cada vez más obsoleta y “Nornas” no iba a ser la excepción. Es por ello que Karnilla al igual que otras marcas, han empezado a incursionar en el mercado de los accesorios y calzado sin que al momento se hayan obtenido los resultados esperados.

Si tomamos esto en cuenta, una unión con el emporio de la moda, Asgard, potencializaría los nuevos productos Nornas a nivel mundial. No es de extrañarse entonces, que la emperatriz de la moda estuviera detrás de todos estos rumores para lograr cazar al soltero de oro. Planes que se vinieron a bajo debido a la incompatibilidad que existe entre las esencias de Amora y Thor; situacion confirmado por el reconocido Dr. Yngvi Freyr, (especialista en el campo del funcionamiento del sistema endocrino y famoso por su trabajo “el mundo de los omegas”), según una fuente anónima que se encontraba en el momento que el galeno emitió su diagnóstico, y lo cual pudo apreciarse gráficamente por todo el planeta gracias a la magia de las redes sociales.

Nosotros no ponemos en duda la belleza y cualidades que pudiera tener la Omega Amora Nornheim, pero en honor a la verdad, no hay punto de comparación entre esta y lady Sif Fruktbarhet. Parece que muchos han olvidado que, entre la hermosa Alfa y Thor Odinson, existe un compromiso que se acordó desde el momento de su nacimiento por los entonces patriarcas de ambas familias, Bor Odinson y Sifjar Fruktbarhet. Y aunque dicho compromiso no ha sido aún ratificado, no nos queda duda que esta unión se llevará a cabo, dado que ambas familias comparten tradición y legado.

¿Ustedes que opinan?

 

-No puedo creerlo, –exclamó Balder- ¿Entonces es cierto?

-Eso parece, –dijo Loki encogiéndose de hombros.

-¿Cómo es eso posible?

-No lo sé, es lo que he estado averiguando, –señaló una torre de libros a su costado que había estado consultando durante aquella mañana –Al parecer, cuando una pareja no es compatible, el aroma suele resultarnos repulsivo, en los casos más extremos. En la mayoría simplemente no nos atrae. Pero por lo que he investigado, eso ocurre inmediatamente al primer contacto.

-Lo cual no explica porque Amora no saco hasta el desayuno luego de pasarse toda la semana de la moda colgada del brazo de Thor,, –puntualizó Balder.

-No, no lo explica.

-Qué raro.

Y luego de eso los dos se sumieron en sus propias cavilaciones tratando de dar sentido a todo eso.

-Igualmente mañana llevare esto conmigo, –señaló Balder el periódico para luego doblarlo y guardarlo en su mochila. –Voy a restregarle a esa bruja en la cara lo ambiciosa que es su madre.

Loki sonrió con tristeza, a él también le gustaría poder ir y restregarle a esa omega que Thor solo era de él. Sin embargo, de nada servía lamentarse, las cosas eran como eran y lo que ahora no paraba de darle vueltas en la cabeza era otra cuestión que no dudo en abordar con Balder.

-¿Quién es Sif? –preguntó sin rodeos, aquello lo estaba matando.

-Sif, –resopló Balder, rascándose una mejilla con el dedo índice y desviando la vista, algo que hacia cuando no sabía cómo contestar. –Pues… es una amiga de Thor.

-Ahí dice que es su prometida.

-Si… bueno… no deberías hacer tanto caso a lo que dicen en los medios, –desestimó con un gesto de su mano y una sonrisa nerviosa.

-Balder, –Loki sabía que mentía y ante la intensidad de su mirada al rubio no le quedo más que ceder.

-Bien, –suspiro derrotado.- Sif es la dueña de la mitad de Asgard.

-¿Cómo? Creí que Asgard era completamente de tu familia.

-Pues no es así.

Entonces, Balder comenzó a relatarle los orígenes de una de las empresas de moda más importantes en el mercado… Asgard Industries.

Bor Odinson había llegado a América hacía muchos años con una maleta bajo el brazo y un sinfín de proyectos que en su mayoría fracasaron. Frustrado y sin dinero con que mantener a su familia, comenzó a trabajar como ayudante en una pequeña tienda cuyo propietario era oriundo del poblado de la familia de su madre. Fue ahi que conoció a Sifjar Fruktbarhet, el abuelo de Sif y quien a partir de ese momento se convertiría en su mejor amigo. Juntos levantaron una pequeña sastrería en el corazón de Nueva York que pronto fue altamente reconocida por vestir a importantes celebridades de la época. De la nada todos querían comprar ahí, todos querían lucir un traje “Asgardiano”, como solían llamarles a los diseños exclusivos que Sifjar diseñaba y Bor vendía. Y fue así que Asgard entro en el mundo de la moda, consolidándose como una marca que era sinónimo de elegancia y distinción.

Con esto, su abuelo Bor logro recuperar la fortuna familiar que se había ido perdiendo en el transcurso de tantas generaciones ineptas para los negocios y consiguió regresarle al apellido Odinson su antiguo prestigio. Sifjar por su parte liquido todas las deudas que lo perseguían y que estaban a punto de ponerlo a él y su familia de patitas en la calle. Podría decirse que fue un golpe de suerte aunado a un arduo trabajo y con el tiempo la pequeña sastrería se convirtió en una casa de moda que competía en los mercados bursátiles.

Por supuesto y como no era de esperarse, llego el tiempo en que ambos alfas debieron dejarle la estafeta a la nueva generación, siendo su padre Odín y Orvandil, el padre de Sif, los siguientes en tomarla. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente la incompatibilidad de caracteres entre estos, llegando al punto en que casi desmantelan lo que su padres tardaron años en construir. Y tal vez hubiese sido de esa manera si no hubiera sido por la inesperada muerte de Orvandil junto con su esposa en un lamentable accidente automovilístico.

Aquel suceso cubrió con un velo de pena la compañía, pero al mismo tiempo trajo la paz y el equilibrio que la empresa necesitaba. Su padre, Odín, tomó entonces las riendas apoyado incondicionalmente por su esposa Frigga, llevando a Asgard a la gloria con la que se le conocía hoy en día.

Sin embargo, eso les abrió los ojos a Sifjar y a su abuelo Bor, respecto al destino que podría correr su compañía en el futuro al estar en manos de dos familias completamente diferentes; así que resolvieron eso comprometiendo a Sif y a Thor en matrimonio. De esta manera mataban dos pájaros de un tiro, consolidaban el futuro de la empresa y a la vez emparentaba, un deseo que ambos abuelos habían tenido desde que se conocieron y que no habían podido llevar a cabo debido a que sus primogénitos eran varones.

 

-¿Entonces Thor se casará con Sif? –preguntó Loki con un nudo en la garganta.

Si eso sucedía, su relación con Thor quedaría relegada a un segundo plano. Aun con todos los derechos obtenidos recientemente, algo en que los alfas no habían cedido era en la jerarquía respecto a los omegas. Así pues, solo los alfas tenían derecho a heredar la fortuna familiar, a ser cabezas de familia y tomar las decisiones importantes. No existía un solo omega en el senado que los representara, ya no digamos un candidato a presidente. Estaban completamente vetados de la política y cargos públicos. Y con respecto al hogar, la situación no lucia muy diferente.

Solo los matrimonios entre alfas eran validados por la ley, enlazarse a un omega era considerado un concubinato y por lo tanto no se podía acceder a los beneficios y derechos que un matrimonio legal conllevaban. Podías casarte, por supuesto, pero en situaciones como enfermedad de la pareja, la palabra del otro cónyuge alfa era la única que se tomaba en cuenta. Y ya no hablemos de herencia, solo los hijos de la pareja alfa tenían derecho a heredar en primer instancia, los hijos de los omegas solo podían acceder a ella de haber nacido alfas y solo a una parte menor, mientras que los omegas quedaban relegados por completo.

Así que, si Thor se casaba con Sif, él tenía que reconocerla, respetarla y someterse a la voluntad de ella como primera esposa, sin importar que Thor se hubiera enlazado primero a él.

-Es una mierda, lo sé, –le dijo Balder empatizando con su situación. Él tampoco estaba muy de acuerdo con todo aquello pero ¿Qué se le podía hacer? –La parte buena es que aún no hay fecha para la boda y mientras eso no se concrete aún pueden pasar muchas cosas ¿No? –Trató de animarlo.

-¿Te parece? –A Loki le costaba creerlo.

-Pues me gustaría creer. Después de todo ella y mi hermano nunca se han tratado como pareja.

-¿Qué quieres decir? –preguntó el pelinegro con la esperanza naciendo nuevamente en su interior.

-Bueno, no conozco mucho sobre las relaciones de pareja entre alfas, –trató de explicarse el mayor. -Técnicamente la única referencia que tengo son mis padres y ellos se aman con locura, de tal forma que a veces pareciera que se olvidaran de que nosotros dos existimos cuando están juntos. Lo que hay entre Thor y Sif es más un compromiso de palabra que una relación en sí. Pocas veces están juntos, rara vez se besan y aunque ambos han asumido su compromiso desde que eran pequeños, lo cierto es que cada uno lleva una vida amorosa independiente sin que moleste demasiado al otro. El cómo asumirán su compromiso ahora que estás tú de por medio es algo que desconocemos y que no sabremos hasta que Sif regrese a Nueva York.

-¿No se encuentra aquí?

-Está en Italia, encargándose de la nueva sucursal en Milán.

Loki quería hacerle más preguntas a Balder respecto a la alfa: como era físicamente, cuantos años tenía, que tan amable era pero, en ese momento, las enormes puertas de madera tallada se abrieron nuevamente, esta vez para darle paso a Thor; quien venía acompañado de un enorme ramo de “sweet Juliet”,  y que se afanaba por ocultar tras su espalda, pero que el esquicito aroma delataba.

-Necesito hablar con Loki, –le dijo a su hermano tras carraspear nervioso. – ¿Podrías dejarnos solos un momento por favor?

-Claro, -le contestó este con una pícara sonrisa. Jamás en su vida había visto al león de Asgard, como solían llamarlo, actuar tan inseguro. Tomo rápidamente sus cosas y tras guiñarle un ojo a Loki en complicidad, se retiró.

Luego del sonido que hizo la puerta al cerrarse el silencio se instaló en la habitación.

Loki posó su mirada en la ventana para evitar ver a Thor. Aún seguía molesto por lo sucedido la noche del viernes y a esto se le aunó el malestar de saber que pronto se casaría con esa tal Sif.  Tal vez si se hubiera tomado la molestia de regalarle al menos una mirada, se hubiera dado cuenta en el estado de nervios en que se encontraba el mayor.

Thor, quien se había acercado hasta estar frente a él, hacia todo lo posible por aparentar normalidad, mientras los movimientos sutiles de su cuerpo no hacían más que delatarlo. Como la forma compulsiva de pasar una mano por su cabello sin encontrar la manera de iniciar una conversación, mientras trataba de ignorar el latido desbocado de su corazón y la forma como comenzaban a sudarle las manos.

Aquellas sensaciones resultaban completamente ajenas para él. Por lo regular él se caracterizaba por ser un hombre seguro de sí mismo y de sus deseos. Siempre que se trazaba un objetivo no cejaba en su empeño hasta alcanzarlo, y esto no solo lo aplicaba en los negocios sino en sus relaciones interpersonales, especialmente las amorosas. Una vez que su interés se centraba en alguien, solía atacar con todo su arsenal de seducción hasta que tenía a esa persona completamente a su merced, entre sus brazos y gimiendo en su cama.

Pero esta vez era diferente. Tal vez porque se trataba de un omega, alguien con quien no estaba acostumbrado a lidiar (Balder y Fandral no contaban en este aspecto) o tal vez era porque su intención no era seducir ni llevarse a la cama a Loki, sino más bien conseguir algo mucho más complejo y profundo que el sexo: Su perdón.

Y no es que no hubiera pedido disculpas antes, lo había hecho en incontables situaciones. Tal vez la raíz del problema radicaba en que el solo se limitaba a cumplir en ofrecer una disculpa, sin importarle realmente si la otra persona lo perdonaba de corazón o no. Pero estas personas eran clientes, empleados, socios, algún amante ocasional con quien deseara repetir la experiencia, gente sin importancia para Thor. En cambio ahora se trataba de Loki.

Thor deseaba que lo disculpara realmente, que no guardara rencor en su corazón y que alegrara sus días con su maravillosa sonrisa traviesa. Que lo volviera a ver de la forma en que lo hacía, con sus mejillas sonrosadas y sus ojos brillantes de ternura y no con ese gesto despectivo y enfurruñado que le había estado regalando desde el viernes y que en ese momento lo acompañaba. Que volviera a llenar su mundo de vainilla y chocolate.

Un poco inseguro, como nunca antes lo había estado en su vida, se sentó junto a él ofreciéndole lo que, según Fandral, era un tributo de paz. Sweet Juliet, las rosas más hermosas, extrañas y caras del mundo y que le había costado un mundo conseguir, pero las cuales estaban siendo completamente ignoradas por Loki.

-Te traje un obsequio, –le dijo quedito, para evitar que le fallara la voz.

Loki se volvió entonces hacia él, oscilando su mirada entre el alfa y las fragantes flores que este sostenía. Sorprendido por aquel gesto venido de alguien tan agrio como Thor, pero sin decidirse aun a tomarlas.

-¿Flores? –preguntó con sarcasmo.

-Rosas, en realidad. Creí que te gustarían.

-¿Y a qué viene esto? –quiso saber, esta vez mirándolo intensamente a los ojos.

-Es mi forma de decirte que lo siento.

-¿Con flores?

-Rosas, –volvió a corregir, -Sweet Juliet. –Aquella conversación empezaba a ponerlo nervioso y más que Loki no tomara el maldito ramo de una vez. Así que desesperado por la espera se decidió por colocarlo el mismo sobre su regazo.

Pero Loki no dijo una sola palabra, se limitó a contemplar aquel ramo con una sonrisa cargada de ironía y decepción.

-No te gustó –afirmó el alfa en lugar de preguntar, ya que era evidente.

-Vienes luego de tres días con un estúpido ramo de rosas a decir simplemente que lo sientes sin especificar porque ¿Y quieres que yo lo acepte sin más?

-No… yo… -de pronto se había quedado sin palabras, completamente paralizado y sin saber cómo contestar. -¡Maldición! –exclamó levantándose del sillón y poniendo distancia con la situación. Realmente le frustraba no saber cómo actuar –Le dije a Fandral que esto no serviría de nada, -dijo entre dientes caminando de un lado para el otro y desordenando su cabello con una mano. –Le dije que era estúpido.

-¿Fandral? –preguntó Loki ¿Quién era Fandral?

-Él tiene la estúpida idea de que todo se resuelve con flores, –continúo con su diatriba sin prestarle atención al sutil fruncimiento en el ceño de omega. -¡Es estúpido!

-¿Quién es Fandral? –preguntó alzando la voz para hacerse escuchar por el mayor, sin poder evitar que un tonillo celoso tiñera su voz. Thor se detuvo en el acto al detectarlo.

-Es mi mejor amigo, –se apresuró a aclarar de inmediato. Lo que menos quería era otro maldito malentendido. –Nos conocemos desde niños, en el colegio. Es un omega también y es un hermano para mí. Es el diseñador de la compañía.

Loki había escuchado de él en algún lado. Había visto fotos suyas en algunas revistas de Balder, pero nunca le había prestado demasiada atención.

-A Fandral le encantan las flores, –siguió explicando Thor –Yo le dije que no a todos tenían que gustarles y que en lo personal me parecían un regalo demasiado fácil e impersonal, propio de alguien que quiere salir rápidamente del paso sin detenerse a pensar detenidamente en lo que la persona en cuestión realmente apreciaría.

-Y tú ¿Te has detenido a pensar realmente en lo que yo apreciaría? –inquirió con cierto dolor e incredulidad.

-Un poco, –confesó un algo incómodo.

La verdad era que desde que Fandral le había dejado claro que era su deber disculparse con Loki y conseguir que lo perdonara, le había dado demasiadas vueltas al asunto sin decidirse muy bien por algo.

Al final resopló tratando de alejar sus nervios y se arrodillo frente a él para encontrarse a su altura y que no pudiera evadir su mirada. Luego se sacó el anillo de platino que siempre llevaba con él y se lo mostro.

-Este, –le dijo quedito, -fue un obsequio de mi abuelo Bor cuando entre a trabajar a Asgard. Cuando salió de Noruega y vino a América este anillo lo acompañó, tiene el escudo de la familia Odinson grabado en él, –le mostro a Loki entregándoselo para que lo viera. –Tal vez no lo sepas, pero hace muchos años atrás nuestra familia ostentaba un lugar privilegiado dentro de la monarquía Nórdica, pero los excesos y malos manejos de los antiguos patriarcas fueron minando la fortuna familiar dejándonos en la ruina. Este anillo es lo único que aún queda de la antigua herencia. Pudo haberlo empeñado cuando no tuvo ni para comer, pero se aseguró de mantenerlo siempre con él sin importar nada ¿Sabes por qué? –Loki negó en silencio devolviéndole el anillo. No sabía a donde iba con todo eso, pero se limitó a escuchar. –Él me dijo que era un recordatorio constante de nuestros orígenes, de donde venimos y de lo que habíamos sido, de lo que debíamos seguir siendo. Dijo también que era un recordatorio también de a quien había dejado atrás, a su familia, a su madre y hermanos que dependían de él. Dijo que era su motivación cada mañana, la razón por la que no debía rendirse y seguir luchando hasta alcanzar su sueño… y lo consiguió, –en este punto un nudo se había instalado en su garganta quebrando un poco su voz, carraspeó un poco para poder aclararla. –Me dijo “Thor, lleva esto siempre contigo sin importar que suceda –dijo con solemnidad, como imitando la anciana voz de su abuelo. -De esta manera no perderás nunca el rumbo de lo que es realmente importante y esto, no es el éxito ni el dinero sino tu familia, la razón por la que hacemos todas las cosas, por la que trabajamos y nos esforzamos cada día. Desde ahora Asgard es tu familia, recuérdalo

Thor tomo suavemente la delicada mano de Loki y colocó el anillo en su dedo anular sorprendiéndose de lo perfecto que le quedaba, como si hubiese sido hecho para lucirse ahí. Luego dio un beso al anillo como despidiéndose de él.

-Thor, –susurró perplejo al entender que se lo estaba obsequiando.

-Es tuyo ahora, –y la seguridad que lo caracterizaba volvió a su voz y a la forma en que ahora lo miraba. –Quiero que tú lo tengas y que cada vez que lo veas recuerdes que eres mi familia ahora… mi omega, –le dijo acariciando tiernamente su mejilla y deslizando su mano hasta su nuca. –Siento mucho como te trate la otra noche, o mejor aún, siento mucho como te he tratado desde que llegaste. Lo cierto es que toda esta… situación, me tomo por sorpresa y no supe cómo reaccionar y lo hice de la peor manera, convirtiéndome en un auténtico cretino y lo lamento.

En ese momento los ojos de Loki destilaban pequeñas lágrimas que rodaban por sus mejillas como perlas preciosas, haciendo lucir sus ojos mucho más brillantes, como un par de esmeraldas recién pulidas y limpiándolos de toda aquella rabia con la que lo habían contemplado aquellos últimos días.

Sintió un vuelco en el estómago, no podía verlo llorar de esa manera y saberse el causante de su dolor.  Se dedicó secar cada lagrima con tiernos besos que le dejaron un sabor a sal en los labios, sintiendo en el fondo de su ser como nacía una necesidad apremiante por acercarlo, por envolverlo entre sus brazos y mantenerlo eternamente ahí para que estuviera a salvo, para que no llorara más a menos que fuese de felicidad, pero entonces ¿Quién lo salvaría del él?

-Lo lamento, –le susurró atrayéndolo por la nuca y juntando sus frentes. –Tú has estado poniendo tanto de tu parte mientras que yo me la he pasado negando a aceptar lo que está pasando… pero está pasando, –le dijo irguiéndose y mirándolo seriamente a los ojos. –Eres mi omega y yo soy tu alfa y no me he comportado como tal.

-Thor….

-Aguarda, no he terminado –lo interrumpió. Tenía que sacarlo todo antes de que este arrebato de sinceridad terminara. –Quiero decirte también lo que paso la otra noche, porque venía oliendo a otros omegas.

-No es necesario, yo…

-Déjame explicarte, –lo detuvo nuevamente tomándolo por las manos. Sabía que Loki se había dejado llevar por los celos tanto como él se había dejado llevar por el coraje, pero quiera dejar todo perfectamente claro. –Amora vomito sobre mí. Aunque eso probablemente ya lo sabes.

-Si, –dijo con una sonrisa divertida que no pudo contener, la misma que Thor adoró y que provocó que riera también.

De no saber que Loki no podía controlarlo, hubiera jurado que lo había hecho a propósito para poner en ridículo a Amora.

-Bien, lo que no sabes es que no fue la nunca vez que lo hizo, –le confesó y tuvo que detenerse en este punto para contemplar como la risa de Loki se convertía en una carcajada fresca y cristalina a su costa. –Sí, fue… horrible, –dijo a falta de otro adjetivo –Como sea, –continúo aguantándose la risa también y esperando a que el otro terminara de reír. –Tuve que despojarme de mi ropa y alguien me facilito su saco para cubrirme. Ignoro de quien haya sido, tal vez un pariente de Karnilla, el caso es que…

-El aroma venia del saco, –completó Loki entendiendo ahora todo y completamente abochornado por la escenita que le montó.

-Si. Yo debí explicarte esto en lugar de decirte las cosas que te dije, pero estaba muy molesto y cansado, solo quería dormir.

-Lo lamento, –se disculpó ahora Loki arrojándose hacia él y envolviendo su cuello con cariño, recargando su barbilla en su hombro y aspirando su aroma a tormenta, mientras Thor lo envolvía entre sus brazos. – Lo lamento mucho.

-No, yo no debí decirte esas cosas. Fue muy grosero y estúpido de mi parte… estúpido porque yo jamás tendría un harem para empezar, –dijo con una sonrisa nerviosa.

La verdad  era que desde que se había unido a Loki no había podido estar con nadie más ni aunque lo intentara. ¡Vamos! Ni siquiera había sentido la necesidad, lo cual era algo que llamaba mucho su atención; teniendo en cuenta que él era un alfa y que necesitaba del sexo tanto como los omegas necesitaban de los abrazos y el cariño. Pero era algo que analizaría después. Aun se resistía a reconocer muchas cosas y a que las demás personas se dieran cuenta de aquello que él consideraba debilidades.

-Entonces ¿Me perdonas?

Loki se separó un poco de él y lo miró directamente. Sus ojos enmarcados en húmedas pestañas eran los más expresivos que hubiera visto en su vida, relucientes, bellos, llenos de inocencia y candor.  Thor se perdió en la intensidad de esa mirada, una que le hablaba del inmenso amor que aquel pequeño omega le profesaba y que le entregaba sin condiciones. De pronto todo alrededor dejo de importar… de existir. Nunca nadie lo había mirado Así.

Los dedos de Loki comenzaron a jugar con el cabello de su nuca arrancándole cosquilleos que viajaban por toda su espalda y le erizaban la piel. Luego, abandonaron su pelo y comenzaron a acariciarle el rostro, como si quisiera memorizarlo con las manos. Primero por su amplia frente y luego a lo largo de su nariz hasta llegar a los labios. Acaricio también sus mejillas sin molestarle el áspero contacto de su barba.

Thor lo dejó en su exploración, disfrutando de aquella tímida caricia que de pronto le había arrebatado el aliento.

-Loki, – su nombre surgió de su pecho convertido en un pequeño murmullo.

Loki sonrió y lentamente se fue acercando hasta posar sus labios sobre los suyos como una tímida mariposa, insegura pero terriblemente cálida, plagada de una avalancha de sentimientos que tenían a Thor paralizado.

Decidió dejarse llevar por ese torrente de emociones. Disfrutando de ese inexperto e inocente contacto, embelesándose con la suavidad y el calor de la boca de Loki. Con el exquisito aroma que broto del omega y que los envolvió a ambos opacando incluso el de las rosas, colmando cada pared de la habitación.

-Te perdono, –le susurró sobre sus labios, aun con los ojos cerrados y su cálido aliento acariciándole y causándole cosquillas, haciéndolo sentir de pronto como una extraña sensación de vértigo se apoderaba de sus entrañas.

Entonces Thor no pudo contenerse más y se arrojó contra la boca ajena para poseerla, para reclamarla y deleitarse con el dulce sabor de aquellos labios delgados y primerizos; succionándolos y arrancándole un tierno gemido que puso a su sangre a hervir.

Llevo sus manos para sostenerse de la cintura de Loki, mordiendo ligeramente el labio inferior del pequeño omega y este, sorprendido, abrió su boca dándole paso el alfa. Fue solo un roce sutil y delicioso, el suficiente para apreciar la tersura y humedad de su lengua, para que sus sabores se encontraran y reconocieran, para sentir como un latigazo eléctrico recorría todo su ser.

Y luego, antes de que perdieran por completo la cabeza, se separaron en medio de un suspiro. Loki primorosamente sonrojado, pero con una sonrisa que brotaba desde lo más profundo de su corazón y que era capaz de derretir hasta un iceberg.

-Gracias, –le sonrió un poco aturdido por lo que acababa de pasar. Jamás había conectado con alguien de esa manera y le aterraba, más cuando los ojos de Loki brillaron con una chispa de travesura

-Te perdono, –reafirmo el pequeño omega –Sin embargo… tengo una condición…

Y ahí estaba, ya sabía que no se lo iba a poner tan sencillo.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Que les parecio?

No duden en hacermelo saber con un comentario, ayudan un monton para saber si vamos por buen camino.

Pero eso no es todo... esto es solo la mitad del capitulo, la otra parte esta dandose sus ultimos retoques, esten al pendiente.


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