Por suerte la chamarra lucía espectacular con lo que llevaba, así ya no tendría que bajar al dormitorio para cambiarme. Apague las luces de la cocina, agradeciendo la luz lunar, con ella iluminaria el camino que seguiría y no me caería recorriendo el silencioso barco.
Cuando baje las escaleras me di cuenta de la silueta del marimo ese, que estaba sentado en el lugar del idiota. Estaba solo, la luz le daba de frente, lo único que podía ver con un poco de dificultad, eran los pliegues de su ropa que se acomodaban por su espalda, su gran espalda… estando ahí sentado a la luz de la luna parecía estar tan desprotegido, tan ajeno al mundo en el que vivíamos, tan solo…
Calme mis pensamientos cuando me di cuenta que mi brazo derecho se había alzado hacia él. Mi mano intentaba alcanzarlo. Observe detenidamente mi extremidad, la cerré lentamente mientras la acercaba a mi cuerpo y me voltee.
-No- susurré muy bajo.
Me dirigí rápidamente a donde estaban las escaleras para desarrollarlas pues ya no quería estar más ahí...
- ¡Cejas de sushi!, espero que estés aquí para el desayuno-giro un poco su cabeza, siendo mi cuerpo localizado rápidamente por esos orbes negros.
-si, si como sea-dije mientras lanzaba la escalera y empezaba a descender. Lo último que vi en su cara fue una leve sonrisa, que para que negar, acelero un poco mi palpitar…
Capítulo 13: Llegando a la fiesta
La ciudad lucía totalmente diferente por la noche, era luminosa, y con varios puestos de comida, al parecer por esa noche había una fiesta montada en aquella isla. Había varios reporteros que se enfocaban en la gastronomía, la cultura de aquella rara isla y por lo visto varias atractivas competencias con buena recompensa. vi de reojo a los reporteros, seguramente eran de islas aledañas, y hacían reportajes para un periódico no muy popular, claro, en una isla como esta puede que haya peleas entre piratas, ya sea unos contra otros o consigo mismos desintegrando así su banda… eso si que sería una noticia interesante pensé mientras seguía mi camino.
Cuando llegué al bar me sorprendí un poco, pues por su fachada no parecía un lugar de mala muerte como yo creía, es más parecía un lugar muy agradable. Mi sorpresa fue mayor cuando me adentre en el bar, pues nada más entrar podía observar a 4 miembros de tripulaciones diferentes que estaban cantando alegremente, lo supe porque cada quien tenía una marca pirata diferente.
En el rincón del bar reconocí una melena verde limón. Keichi me llamaba, alzando su brazo y moviéndolo rápidamente.
-Hola, mellorine- mis ojos se volvieron corazones
-oh, Sanji ven te voy a presentar- la chica dijo y rápidamente algunos se me quedaron viendo con intriga. Era obvio que me conocían por ser parte de los sombrero de paja. Me dolía admitirlo pero Zoro tal vez, solo tal vez, tenía un poco de razón con lo que me dijo la noche anterior.
-Chicos - Keichi grito y todos le pusieron atención, alzo mi mano, como si estuviera ofreciendo a la presa- El es Sanji, de los sombrero de paja...- Varios de los piratas que estaban ahí se pusieron a la defensiva. Ohhhh no… si esto se convierte en una lucha sería muy difícil salir ileso, pensé -...es compañero de nuestro hermano Zoro- todos se relajaron, brindaron y empezaron a tomar.
Me senté en la misma mesa que Keichi y la chica peli rosa que el otro día la llamaba desde lejos.
-¿Hermano?- pregunté rápidamente a Keichi pues mi curiosidad respecto a ese maldito ya no se podía controlar, la chica peli rosa contestó
-así que ¿El maldito no hablo sobre nosotros?-Comentó mientras tomaba un tarro de cerveza y se lo tomaba. Rápidamente negué con la cabeza- por cierto soy suba, un gusto Sanji-lo último lo dijo de forma muy sensual perdiéndome un poco de lo que quería saber.
-calma suba, estoy seguro que tiene buenos motivos, recuerda lo que nos dijo la ultima vez- la chica peli rosa solo volteó para otro lado, mientras que Keichi solo reía
- Bueno Sanji, a nosotros no nos toca decir que tipo de relación tenemos Zoro, pues aun si te lo digo no Confiarías en mí ¿cierto? - la chica me guiño un ojo.
-yo nunca dudaría de las palabras de una mujer- las chicas solo comenzaron a reír
-vaya Sanji, en verdad eres divertido, ten bebe esto- me ofreció una cerveza, la acepte por mera cortesía, en mis planes no estaba beber pero conforme iba avanzando la plática los tragos también avanzaban. Después de un rato de plática, las chicas empezaron a contarme un poco de sus aventura, y de alguna que otra que había vivido con Zoro, claro está sin meterse en los detalles.
Ambas jóvenes se veían alegres recordando los momentos junto a zoro. Cuando ellas lo contaban se notaba que a Zoro le daban un poco igual, pero al final se preocupaba por ellas. En ese momento admire y envidie a aquellas chicas, pues aunque tal vez eran mentiras, recreaban con historias momentos tan lindos con un malhumorado como ese bastardo.
Oh, en ese momento empecé a dudar de las palabras de las chicas...
Algo dentro de mi quería que mintieran, quera que Zoro no fuera conocido tan cercanamente
Por nadie más
-¡Señoritas, un gusto verlas!- alguien en la entrada del bar grito, gire mi cabeza para observarlo. Tarde unos cuantos segundos en saber quién era pues los efectos de 9 tarros de alcohol estaban haciendo mi visión borrosa