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-Tú más nunca volverás a ver a saber donde esta la tumba de mi hijo. No mientras yo viva - me dijo
De un momento a otro sentí como todo cambio, un dolor inmenso se aferró de mi cabeza. Cuando por fin se calmo, no era yo, sino él. Mi verdugo había regresado - Eres una maldita, Isabel Altamira. Pero juro que me las vas a pagar, todos ustedes van suplicarme a mí, que los perdone. - les grito el verdugo
¡Basta ya, David. Tu también eres culpable de muchas cosas que han ocurrido y no voy a permitir que vengas a amenazarnos en nuestro propia casa! - sostuvo Santiago
-Es mejor que te calles, Santiago. Porque tú al igual que tu madre y toda tu familia son unos malditos. Que no les importa hacer sufrir a los demás con tal de estar bien -le dije David - Y como les dije una vez, esta casa no es de ustedes. Si siguen aquí, es porque a mi me da la gana de tenerlos aquí - le grito
-Sé que mi madre te ha hecho daño, al igual que tu a ella pero debes respetar su decisión de remover el cuerpo de Leonardo a donde ella quiera -
-Entonces ustedes, tendrán que respetar mi decisión de querer recuperar lo que es mio - espetó David - Así que, tienen 12 horas para recoger sus cosas y largarse de MI CASA!!!... o de lo contrario, tendré que demolerla con ustedes adentro y...
-Pues atrevete a hacerlo - le interrumpió Isabel
-Creame, Doña Isabel, que sus vidas me importan una mierda y si se mueren de una vez por todas, para mi seria mejor. Así que, les quedan 11 horas y 50 minutos para salir de MI CASA -
-¡Te Desconozco, David! - le dijo Santiago
-Realmente nunca me has conocido. - le dijo esté antes de marcharse. David no entendía como su verdugo había regresado, los medicamentos se los había tomado al pie de la letra pero por primera vez no estaba luchando con su alter ego, él había dejado que este regresara con facilidad
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Damián estuvo esperando a David para cenar pero este nunca llego. Tenía que hablar con su amigo de la decisión que había tomado, de mudarse a casa de Santiago. Era la primera vez que David, no llegaba a dormir desde que murió Leonardo. Damián intento comunicarse con él varias veces pero la llamada le entraba al buzón. El francés decidió no esperar más y se levantó de la mesa y se marchó hacia su recámara, mientras subía la escaleras su propósito cambio, ya no iría a su cuarto sino al cuarto prohibido, el de Doña Gloria. Él iba a aprovechar que David no estaba en casa para entrar a la recámara y así fue, poco a poco fue abriendo la puerta y se sorprendió con lo que sus ojos vieron al estar allí
-¿Qué es esto? - se preguntó para si mismo - No puedo creerlo, como puede estar esto aquí - dijo al mirar un cuerpo de yeso, que era idéntico a Gloria Larrazabal, sobre la cama -¡David, de verde esta enfermo! -
La escultura de yeso, era la fiel imagen de la Señora Larrazabal. Parecía un cuerpo embalsamado, y estaba vestido con ropa nueva. Era como una imagen a la que el verdugo le rendía culto o pleitecia - Por esto es que David entra todas las noches aqui, esto lo explica todo - repetía una y otra vez, Damián quien no salia de su asombro. Su amigo estaba realmente enfermo. Decidío acercarse hacia la mesa de noche y encontro todas las pastillas que se había "tomado" David o mejor dicho que nunca se había tomado. Sin pensarlo, se giró y decidió salir en ese mismo instante de ese lugar, David no se estaba tomando los medicamentos, su alter ego seguía dominandolo y podía hacerle algo si lo encontraba en ese lugar pero fue en vano ya David lo había descubierto
-¿QUÉ HACES AQUÍ? - le pregunte al ver a Damián
-¡Puedo explicarlo todo! - le dijo esté, muy asustado
-Tú sabes muy bien, que aquí no puede entrar nadie. Solo yo - le dijo el verdugo
-Lo sé, David. Discúlpame, te juro que no le diré a nadie que es lo que hay aquí - le suplico pero no fue suficiente
-¿Porque, entrataste aquí amigo? - le pregunto - Ahora, tengo que matarte y no quiero. -
-No lo hagas entonces, te juro que no diré nada - volvió a suplicar Damián quien ya estaba llorando
-Ya conociste a mi maestra, a mi creadora. Ahora tú, vas a estar con ella en un mejor lugar - dijo el alter ego de David, sonriendo. Refiriéndose al cuerpo de yeso que yacía sobre la cama de Doña Gloria y que la representaba a ella
-¡No me hagas daño David, te lo suplico!-
-¿Prométeme que no vas a decirle a nadie? - le pregunto él
-Te lo juro amigo, te lo juro - dijo Damián
-Bueno voy a confiar en tí - le dijo David - Pero no puedes decirle a nadie, porque ninguna persona puede enterarse de esto, ¿entendido? -
-Sí - le respondió. Y David se acercó a Damián y lo abrazo.
-No debiste entrar aquí - le susurró al oído, antes de colocar sus manos en el cuello de Damián y comenzar a ahorcarlo.
Poco a poco el verdugo fue presionando más y más fuerte sobre el cuello de Damián, provocando que este se quedara sin oxígeno y perdiera la fuerza para respirar en un intento fallido le suplico en su último aliento que parara pero David o quien estaba en la mente de David, no le hizo caso y siguió asfixiandolo sin parar -¡No debiste entrar aquí, no debiste entrar aquí!, ¡NO DEBISTE ENTRAR AQUI! - le grito al sentir como Damián forzajeaba con sus manos para que este lo soltara pero no tenía fuerzas para luchar, el aire en sus pulmones ya era excazo
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-Yo no voy a salir de aquí. Esta es mi casa, y aquí me quedare - dijo Isabel
-No podemos hacer nada, mamá. Esta casa es de David y en algún momento él iba a reclamarla -
-Todo es tu culpa, sino fuera por tus ineptos trabajos. Nunca hubiéramos perdido nuestro hogar. Tú eres el único responsable de nuestra quiebra - sostuvo Isabel, refiriéndose a su marido
-Tú siempre buscas un culpable para todo. Cuando la única responsable de todo, eres tú. Porque te recuerdo que si no hubieras sacado el cuerpo de nuestro hijo de donde estaba, nada de esto estuviera pasando - le recriminó este - Todo este tiempo, tu has provocado a David, y no logro comprender el porque de tu obsesión de querer destruirlo -
-Debiste hacerme caso cuando te dije que no le entregaras el título de propiedad, bastaba con que le ofrecieron el amor de Leonardo - replicó la madre de Santiago
-No se puede ser tan criminal en esta vida. Él nós presto el dinero y nosotros teníamos que darle una garantía de que íbamos a pagarle y como no lo hicimos ni lo haremos, debemos darle la casa - espetó con serenidad Don Sergio
-¡Yo no voy a salir de aquí! - volvió a decir Isabel, quien en ningún momento había dejado de llorar
-¡YO NO TENGO PARA PAGAR ESE DINERO, Y YO SI VOY A ENTREGAR LA CASA! - grito
-¡Lo siento, mamá. Pero papá tiene razón, nosotros no tenemos como pagar ese dinero y ende debemos salir de la casa!
-Me niego rotundamente a abandonar mis cosas, a dejarlo todo -
-Si no quieres dejar de vivir, te recomiendo que le digas a David y a todos donde llevaste el cuerpo de Leo -
-¡JAMÁS!, nunca ese maldito volverá a saber donde esta la tumba de mi hijo -
-Entonces, nosotros más nunca volveremos a estar aquí - espetó Santiago, marchándose a su cuarto
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-¡Suéltame, David. Suel... Suéltame! - volvió a suplicar Damián, luchando con sus manos para alejarse de su amigo que lo estaba asfixiando
Por la mente de David no había cabida alguna para la certeza. Él estaba siendo dominado por su alter ego, quien se aferraba al dolor que el verdadero David estaba sintiendo para dominarlo con mayor facilidad. Sus manos nunca dejo de aumentar su fuerza con la que comprimian el cuello de Damián para cortarle la respiración. De un momento a otro el cuerpo de David cayó tendido al suelo y sin explicación
Damián comenzó a toser y a agarrar grandes bocanadas de aire para respirar. Ni él mismo entendí que había ocurrido pero no podía seguir ahí, debía salir de ese cuarto lo más rápido posible, antes que David recuperará la conciencia. Tomó a su amigo por los brazos y consiguió sacarlo de ese lugar. Lo llevo hasta su recámara y espero que este despertara. Cuando David despertó, no recordaba nada de lo que había pasado
-¿Todo esta bien, amigo?- le pregunto Damián a David. Aun con dificultad para respirar
-No recuerdo, nada. ¿Qué sucedió? - pregunto David
-Tuviste una recaída - le dijo esté. Sin darle mayor explicaciones a David. Quien al despertar, no era él sino su verdugo -¡Por fin, bajas a desayunar!
-No tengo tiempo para comer. Tengo algo muy importante que hacer -
-Pero hoy no hay nada importante en la empresa - le dijo Damián a David
-No es a la empresa a donde voy. Voy a terminar algo que tuve que haber hecho desde antes - le dijo David. Tomando las llaves de su auto y marchándose a la residencia de su madre, cuando llego se encontró con Luis y Rubén juntos, además de Rebecca
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-¿Y eso que decidiste venir hoy a visitarme? - le pregunto Luis a Rubén cuando lo vio llegar
-¡Quería verte, además vine a saber como esta mi gente! - le susurró antes de besarlo
-¿Y tú cómo estás? - le pregunto Luis - ¡Ya casi se agotan tus vacaciones!
-Asi es mi corazoncito!!! - sonrió Rubén quien volvió a besarlo sin imaginarse que David los iba a sorprender
-¿Cuando van a casarse? - pregunto esté, arqueando las cejas cuando Luis y Rubén conocieron su presencia
-No pensamos en eso - respondió Luis
-Todavia - especifico Rubén
- ¡Pero les recomiendo que no le comenten a ciertas personas sus planes, porque les puede pasar como a mi! - sostuvo David
-¿A qué te refieres, David? - le pregunto Rubén
-Pues que justamente ayer, me entere. Que la oveja "mansa" que tienen por ayudante aquí, es decir Rebecca. Fue la que planeó todo para que Leonardo fingiera un matrimonio conmigo
(FLASHBACK)
-¿Y tú cuando ibas a decírmelo? - le pregunto David a Carlos (el mago)
-Cuando tú volvieras mi bebe!! - le respondió mientras lo acariciaba - No confío en el otro David, solo en tí. ¡Mi putita! -
-¡Esa maldita de Rebecca me la va a pagar! - le dijo - Le voy a cobrar caro, todo lo que me ha hecho. La muy perra se va arrepentir de haberse metido conmigo - espetó David antes de suspirar por última vez la droga que le ofreció del Castillo
(END FLASHBACK)
-¿QUÉ?, ESO NO PUEDE SER CIERTO - espetó Luis. - Y una vez te lo dije, no voy a permitir que vengas a insultar a Rebecca -
-Rebecca, nunca a cambiado. Solo actúa así delante de ustedes, pero ella sigue siendo la misma de siempre, ¿O me equivoco? - le pregunto a Rebecca
-Si es cierto, pero tu te lo merecías por engañar a Leonardo y por todo lo que me has hecho - le respondió - Además todos tenemos el derecho de cambiar, hasta tú puedes hacerlo -
-Rebecca tiene razón, David - comento Luis - Estas a tiempo de cambiar, todos podemos cambiar -
-¿Tú has cambiado, Luis? - le pregunto David - Ya no odias a tu padre, ¿ah?. O mejor dicho ¿aceptarías a tu nueva familia?
-Esas son cosas que no vienen al caso. Además para mí todo lo que tenga que ver con ese mal... con ese hombre, no me importa y a esa supuesta familia de la que hablas, prefiero tenerla lejos -
-No parece. La tienes más cerca de lo que crees, todo este tiempo han estado cerca de tí -
-¿De qué hablas, David?. Tú muy bien sabes que primero muerto, que tener algún trato con la familia del maldito que tengo por padre - espetó con furia Luis
-Mi amor, ¿qué dices?, ¿porque hablas así? - pregunto sorprendido Rubén
-¿Te sorprende, Rubén?. Más bien el sorprendido soy yo, que me doy cuenta que no conoces a Luis tan bien como creía -
-¿Qué dices? -
-¡Que Luis no es lo que crees. Él y yo crecimos juntos; yo crecí con el odio hacia los Altamira y el con odio hacia su padre y la otra familia por la que los abandono! - le dijo David a Rubén.
-¡Mentira! - exclamó, Luis - Yo he cambiado y si es verdad que odio a mi padre, pero solo a él y nadie más -
-¿De verás? - pregunto con cinismo David, quien estaba decidido a contar todo lo que sabía - Entonces tienes que saber, que sé quién es tu padre -
Tal afirmación sorprendió a todos pero más a Luis quien por mucho tiempo quiso saber quien era el hombre que lo había abandonado y su amigo se lo prohibía en cualquier momento
-¿Porque no me lo habías dicho antes? - le pregunto Luis a David
-¡No había necesidad de que lo supieras, no merecías sufrir! - se sincero, David.
-Lo supiste todo este tiempo, como pudiste ser tan hipócrita para mentirte a mi, tu amigo!!!!! - le gritó
-Yo solo quería protegerte, amigo - le dijo. David estaba fingiendo, todo lo que estaba haciendo lo tenía muy bien calculado
-¡En este mismo instante te exijo que me digas quien es mi padre! - volvió a gritar Luis
-No voy a decirte quien es tu padre. Pero si voy a decirte quien es tu familia... - dijo David antes de guardar silencio y continuar - Rebecca es menor que tú, Luis. Por ende eso te convierte en su hermano mayor-
-¿QUÉ DICES? -
-Lo que estas escuchando. ¡TÚ Y REBECCA SON HERMANOS!, ¡H-E-R-M-A-N-O-S!
La mirada de Luis se centró solo en Rebecca, su amiga. La que lo había ayudado todo este tiempo era su hermana, la hija menor de quien era su papá y de quien aborrecía con todas sus fuerzas