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Chains (Marco x Ace) por Portgas D Kurotsuki

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Notas del capitulo:

Dos horas para terminarlo, creo que nunca me había costado tanto Dx

En unos minutos el buque de la Marina había estallado en caos, piratas y marines corrían por la cubierta, intentando incapacitar a todo enemigo que aparecía. En los primeros momentos de la batalla, Ace se había quedado custodiando al prisionero, el cual tenía una sonrisilla de suficiencia cruzándole la cara, pero viendo que si la cosa seguía así iban a vencerles, decidió cambiar de lugar con un subalterno y dirigirse al corazón de la pelea, con la aprobación del Vicealmirante. Comenzó a rostizar a todo pirata que veía o a tirarlos por la borda con sus habilidades de combate, sin estar dispuesto a dejarse vencer, y menos estando en su propio barco, aunque sabía que al ser la tripulación más fuerte del Grand Line, vencer no iba a ser nada fácil, sobretodo teniendo en cuenta que ninguno de los comandantes había aparecido aún, y ya les estaba costando bastante repeler el ataque. Realmente, no sabía cómo se las habían arreglado para atrapar a uno, viendo el nivel de los subordinados. Ace hizo arder a otros dos piratas que se le acercaban por detrás, esquivó la espada del pirata que estaba delante de él, aunque no le hacía falta debido a su Akuma no Mi, para a continuación mandarle a volar de un puñetazo. Si esto seguía así, conseguirían llegar hasta el piso de las celdas, en el que estaba el prisionero. De repente, una mancha azul borrosa apareció en el aire, golpeando a unos cuantos marines y haciéndolos caer al mar. El grito de unos cuantos piratas gritando: "¡Comandante Marco!" Se escuchó por la cubierta, dejando al descubierto la identidad del que estaba acabando con más marines que todos los otros piratas juntos, y haciendo que varios marines murmurasen con temor: "¡El comandante de la primera división de los piratas de Shirohige, y la mano derecha del mismísimo Shirohige, Fushichō Marco (Marco, el fénix)!" Cuando Ace lo vio mejor, se quedó impresionado ante la belleza del fénix, haciendo que se olvidase momentáneamente de su alrededor, pero un par de piratas dispuestos a cogerle desprevenido le hizo volver al mundo real, dejando a dos piratas transformados en cenizas. Ace iba directo a enfrentar al fénix que tantas bajas había causado entre sus nakamas cuando vio que el Vicealmirante había tenido la misma idea que él, y se lo dejó a él, pensando, con cierta pena, que el tipo fénix estaba acabado.
Marco había decidido participar en el rescate de Thatch solo para matarle con sus propias manos, porque es que sabiendo que hay marines en la isla ¿Quién demonios se emborracha y se queda dormido en plena calle? Solo a su estúpido hermano de tripulación se le ocurre. Se iba a encargar de ponerle un buen castigo por causar tantos problemas. Y justo cuando se encargaba de tirar a unos cuantos marines por la borda, vio a Ace. Emprendió el vuelo para verlo mejor, y la satisfacción se extendió por su pecho al ver como le observaba maravillado, haciéndole sonreír arrogantemente por dentro. Vio al chico quemar hasta las cenizas a dos de sus subordinados, y tuvo que admitir que no peleaba nada mal. "¿Quién iba a decir que el destino nos iba a reunir tan pronto?" Pensó Marco con cierta diversión, y relamiéndose por dentro mientras volvía a dejar incapacitados a un grupo de marines. Iba a ir a enfrentar a Ace cuando el Vicealmirante de turno se le puso enfrente, creyendo que podría vencerle fácilmente. La pelea entre los dos comenzó, y pronto ningún pirata ni marine se podía acercar a ellos, parecían dos seres inhumanos, pegando y esquivando, hiriendo y siendo heridos, aunque el Vicealmirante cada vez iba perdiendo más terreno debido a la habilidad regenerativa de Marco, y de un momento a otro se vio acorralado, quedando inconsciente por un golpe del fénix. Ahora, sin nadie que se interpusiese en su camino, se dirigió hacia Ace, volviendo poco a poco a su forma humana. Cuando Ace notó su presencia detrás de él, se giró dispuesto a enfrentarle, pensando que era un pirata más, y los primeros segundos no lo reconoció, pero poco a poco los recuerdos fueron llegando a su cabeza. Mientras en su cara aparecía una expresión de incredulidad al reconocer a la persona que tenía delante como su acompañante de la noche anterior, la sonrisa adormilada de Marco no hacía más que aumentar.
-¡Tú... Maldito!
Ace se lanzó sin pensar a por Marco, transformando todo su cuerpo en fuego, la ira le consumía al pensar que ese pirata se había reído de él. Marco le esquivó con gracilidad, haciendo que Ace trastabillase, cabreándolo aún más. Aprovechó para hacer que sus llamas azules envolviesen sus brazos y así poder agarrar al chico sin quemarse, retorciendo su brazo detrás de su espalda y acercando su boca al oído contrario.
-Sólo quería decirte lo siento, y gracias por la otra noche. Supongo que lo recuerdas ahora ¿Verdad?- Le susurró, haciendo que las mejillas y las orejas de Ace se pusiesen rojas por la vergüenza- Recuerda esto bien, los piratas son criaturas voraces que van tras las cosas que quieren- Tras decir eso lo soltó, dispuesto a seguir peleando para ver de lo que ese chico era capaz.
Por otro lado, Ace estaba que ardía en ira y vergüenza, literalmente. Iba a quemar a ese pirata arrogante hasta que no quedase de él ni las cenizas. Se volvió a lanzar, intentando atraparle con su fuego, pero Marco con sus llamas azules neutralizó su ataque, estampándole contra la cubierta. Se levantó y volvió al ataque, y así hasta que recibió tantos golpes que el simple hecho de respirar le dolía, mientras que delante de él Marco seguía tan fresco como una rosa, aunque Ace daba fe de que le había golpeado unas cuantas veces.
-Nada mal, chico. Con un poco más de entrenamiento podrías llegar lejos.
-Deja de... Joder.
-Que boca tan sucia, yoi. Casi parece la de un pirata- Sonrió con malicia al decir eso.
En ese momento se escuchó un fuerte ruido proveniente del piso inferior del buque, y por la escalera apareció Thatch con sus dos espadas para sorpresa de todos, y júbilo de los piratas.
-Ya era hora, Thatch, yoi
-Estaba esperando a que se me pasase un poco la resaca, además, hasta el momento en el que irrumpisteis en este barco, estaba teniendo una compañía muy entretenida ¿No es verdad, Ace?- Dice jovial.
-Como sea, ahora que estás libre, ya no tenemos nada más que hacer aquí ¡Nos retiramos!- Ordenó Marco, cosa que causó alivio a los marines, sobretodo después de ver al Vicealmirante y al Comodoro, los dos marines más fuertes del buque, siendo derrotados como si nada, aunque por supuesto, eso no significaba que fuesen a dejarles marcharse así, sin más.
Ace, a pesar del dolor, intentó atacar una vez más al pelo-piña, como lo había denominado en su mente, pero un golpe por detrás lo dejó inconsciente de una vez por todas. Marco observó al chico caer, y luego miró a Thatch, interrogante.
-Hay que presentarlo a Oyaji, tengo un buen presentimiento- Le comentó, guiñando un ojo.
Y así, los piratas abandonaron el buque de la Marina, dejando a los marines con su Vicealmirante inconsciente, y con su Comodoro secuestrado.
Cuando Ace despertó, no reconoció el lugar, no era ni la enfermería ni su camarote, ¿Entonces...? Fue cuando recordó el golpe en su cabeza que un terrible presentimiento le azotó, poniéndose rápidamente en pie, y abriendo rápidamente la puerta para verificar, que, efectivamente, ése no era su barco.


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