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Chains (Marco x Ace) por Portgas D Kurotsuki

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Notas del capitulo:

He vuelto :3

        Ace estaba cabreado, aunque eso no era nada nuevo, ya que se podría decir que había estado cabreado desde el mismo momento en el que puso un pie en ese barco, a pesar de haber estado inconsciente. ¿La razón? Bueno, aparte de su secuestro, esos piratuchos de cuarta parecían no tener otra cosa que hacer que reírse a su costa. No paraban de hacerle sucias jugarretas, como poner cosas encima de su cabeza jugando a hacer equilibrios cuando le daba un ataque de narcolepsia, y eso por no hablar del comandante de la primera división, Marco, que cada vez que podía le manoseaba, que si le tocaba el culo por aquí, que si le tocaba el pelo por allá... ¡Ya estaba harto! ¡Si continuaba en ese barco durante más tiempo se volvería loco! Ni siquiera se dignaban a tomarle en serio, a pesar de los intentos de asesinato diarios a su capitán ¡Incluso le tomaban el pelo cuando Shirohige le tiraba por la borda y alguien tenía que ir a rescatarle! Apenas había pasado unas semanas con ellos y ya quería tirarse por la borda.

En ese momento se encontraba en un rincón del inmenso barco, tratando de conseguir unos minutos a solas para no perder del todo la cabeza. Odiaba ese barco, a su capitán y a toda la maldita tripulación ¡Él no se había esforzado tanto para que ahora esos tipos se mofasen de él así! Apretó los dientes y se llevó las manos a la cabeza, sintiendo a la desesperación carcomerlo por dentro. Ya no sabía que hacer para que le dejasen en paz, o para que le reconociesen como alguien fuerte. Se sentía atrapado, ya ni siquiera tenía ganas de matar a Shirohige, tan solo quería salir de ahí, lo que le cabreaba aún más, ya que se supone que él una vez que veía a su enemigo no huía hasta derrotarlo o morir, pero habían conseguido tocarle tanto la moral con sus constantes burlas, que no eran malintencionadas, hasta el punto de hacer que olvidase sus propios principios. Esa situación le recordaba a cuando estaba en Goa y preguntaba sobre Gol D Roger, al fin y al cabo, las ganas de dar una paliza a todo el que se cruzase eran las mismas, pero con la diferencia de que en ese barco si hacía eso, el que se llevaría la peor parte sería él, incluso si contra el que peleaba no tenía verdadera intención de hacerle daño. Ya lo había comprobado. 

Sin embargo, había algo que Ace se negaba a aceptar, y es que parte de la desesperación que sentía era porque los demás tripulantes de esa nave le estaban tratando como si fuesen de la misma familia, porque la forma en la que le molestaban era la misma que Sabo y él utilizaban para molestar a Luffy, ese jugueteo sin maldad que los hermanos mayores utilizaban para molestar a los hermanos pequeños. La tripulación de Shirohige le estaba tratando como si él fuese el hermano pequeño. A Ace le asustaba eso, el amor familiar que todos desprendían en ese barco. Para él, eso resultaba doloroso, y el solo imaginar que la palabra "padre" pudiese salir de sus labios... Por eso se había unido a la marina, porque ahí no había esa necesidad de llevarse bien con los demás, simplemente debías cumplir órdenes y mantener una fría cordialidad con los demás, no hacía falta llevarse bien, ni encariñarse excesivamente, por lo que la armadura que Ace había puesto alrededor de su corazón y sentimientos estaba a salvo, y las cadenas invisibles que le ataban le permitían decirse a sí mismo: "Bueno, ya no hay nada que pueda hacer" Si bien, eso a veces le hacía daño, no era comparable a todo lo que estaba sintiendo en ese barco, y es que un poco más y serían capaces de romper el escudo que le separaba de los demás, impidiendo que le hiciesen daño, pero que a la vez no le permitía sentir la alegría de tener amigos, de disfrutar la compañía de los demás.

Ace seguía perdido en sus cavilaciones cuando Marco apareció, claramente le estaba buscando. Una sonrisa entre lasciva y cariñosa se formó en su rostro al ver al pecoso así, como un niño perdido que no sabía que camino seguir.

-Así que aquí estabas, yoi ¿Qué haces?

-Intentando encontrar una forma de mataros a todos- Gruñó el pecoso al reconocer la voz del primer comandante.

-Ya está la comida, yoi. Puedes seguir pensando mientras comes ¿no? Después de todo, dicen que tener el estómago lleno ayuda a pensar mejor yoi -Replicó con ligera burla Marco. Aún no había encontrado la forma de llevarse al pecoso a la cama sin que éste explotase en furia, pero algo le decía que estaba cerca de encontrar la forma, y si no, siempre podía emborracharlo, después de todo ese método funcionó muy bien la primera vez.

-No tengo hambre

Marco enarcó una ceja al escuchar eso, su buen humor desapareció completamente. Ace siempre comía como si al minuto siguiente el mundo se fuese a acabar, y siempre, SIEMPRE tenía hambre. Es cierto que comía en el rincón más oscuro y solitario del comedor, fulminando con la mirada a todo el que se acercase, pero comer comía, al menos cuando no le daban ataques de narcolepsia y se quedaba dormido. Más de una vez habían tenido que rescatar al pecoso de ahogarse con su plato de sopa, cosa que Ace no sabía, evidentemente. Quizás por eso comía de esa manera, para comer todo lo posible antes de caer dormido. 

Marco se sentó a su lado, exhalando un suspiro sin saber muy bien que decir.

-¿Podrías largarte? Estaba muy bien con mi soledad, gracias -Volvió a gruñir Ace

-Deberías relajarte ¿sabes? No te vamos a comer yoi

-Ya os burláis bastante de mi, no quiero daros más incentivos -Bufó el pecoso

Marco sintió la tentación de soltar una carcajada, sin embargo no lo hizo, a sabiendas de que Ace se enfadaría, perdiendo esa oportunidad para hablar con él. A pesar de eso, no pudo contener una sonrisa traviesa.

-Es nuestra manera de dar la bienvenida a un nuevo hermano, yoi. Sobretodo a uno tan testarudo que ha ido por mal camino yoi -Evidentemente, Marco se había referido al hecho de que Ace se había unido a la marina.

-No sois nadie para decir eso -Replicó Ace, entre enfadado y divertido. Extrañamente, había empezado a disfrutar de la conversación, olvidando momentáneamente el "ultraje" que había sufrido a manos de Marco la primera vez que se vieron.

Y así se les pasó la hora de la comida y parte de la tarde, conversando amenamente, lanzándose de vez en cuando puyas cariñosas y tomaduras de pelo no demasiado malintencionadas...

-A todo esto... ¿Y el tipo del tupé? Ya sabes, al que capturamos. ¿Thatch, se llamaba? -Preguntó Ace, ya que creyó que él iba a ser el que más le iba a dar la tabarra, pero últimamente no lo había visto.

-Oh, él -Dijo Marco con una sonrisa macabra- Digamos que le mandé a hacer algunos trabajitos...


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