Después de la charla con Marco, Ace se sentía aún más confuso, pero más relajado. Parte de la tensión que había sentido desde que despertó en ese barco se había ido, por lo que la mayor parte de su mal humor se había esfumado, aunque claro, aún seguía mirándolos a todos con cara de mala leche y seguía con sus intentos de asesinato a Shirohige, después de todo tenía una reputación que mantener. Seguía sin relacionarse con nadie, pero los demás tripulantes notaron su cambio, por lo que cada vez trataban de acercarse más a él, tanto para hacerle jugarretas como para hablar, haciendo que a Ace cada vez le fuese más difícil mantener su enfado. Ese barco le estaba empezando a gustar.
La noche era tranquila, y Ace al cansarse de mirar el mar y las estrellas en ese cielo despejado, decidió una vez más tratar de asesinar a Shirohige. Se escabulló en el cuarto de Shirohige con éxito, y una vez más, al tratar de cortarle la garganta con su cuchillo le lanzó por la borda, sin embargo al ser de noche todo el mundo estaba durmiendo, con la excepción del encargado de hacer las rondas, que esa noche era Marco. Por supuesto, el primer comandante conocía bastante bien a Ace y a su capitán, además de que había estado observando a Ace todo el rato, hasta el momento en el que le vio dirigirse al camarote del capitán, por lo que se puso en posición para atrapar a Ace en el momento en el que Shirohige lanzase a Ace por la borda, en su forma de fénix, por supuesto. En el momento en el que vio a Ace salir volando hacia el agua, voló para atraparlo entes de que tocase el agua, porque si no no tendría oportunidad de rescatarle al ser él también incapaz de nadar, y se las arregló de alguna manera para que Ace acabase tumbado en su lomo, disfrutando del viento y de las vistas del barco desde el aire junto con él. Marco apenas pudo contener una sonrisa de satisfacción al ver al pecoso con los ojos como platos, observando el barco meciéndose con las olas desde el aire. Dio un par de vueltas más para que Ace pudiese disfrutar un poco más, y descendió hasta la cubierta, dejando que Ace se bajase antes de volver a transformarse en hombre. Marco jamás lo admitiría, pero dar ese pequeño vuelo teniendo encima al pecoso fue duro, ya que su forma de fénix apenas era más grande que él en su forma humana, y cargar encima con otra persona cuando realmente no estaba hecho para eso... Fue duro. Ahora, el sentir a Ace encima suyo, acariciando sus plumas y disfrutando como un niño pequeño del vuelo no tuvo precio, así que Marco no se arrepentía, su sufrimiento mereció completamente la pena y estaría dispuesto a volver a repetirlo.
Ace le miraba con el ceño fruncido y un poco sonrojado. No estaba seguro si debía decir algo o como decirlo. Cuando Marco le miró con satisfacción mientras una sonrisa se formaba en su rostro, estuvo tentado de girar la cabeza e irse, pero se recordó a sí mismo que no era un niño pequeño, y que, quisiese o no, tenía que agradecerle por lo que había hecho por él.
-Muchas gracias -Masculló un poco a regañadientes- Por salvarme y por el vuelo nocturno. Ha sido... Espectacular -Ace sentía que su sonrojo cada vez crecía más.
Sonriendo, Marco se acercó hasta estar a un palmo de él.
-Ha sido un placer yoi -Ensanchó aún más su sonrisa- Aunque si realmente quieres agradecerme podrías venir a mi camarote, después de todo, ya he terminado mis rondas yoi -Le susurró esto último al oído, provocando un estremecimiento en Ace.
Ace no estaba seguro de si quería aceptar o no. Por una parte la proposición le había causado enfado, y por otra le había causado deseo, ya que el primer comandante era muy bueno en la cama. "A la mierda" pensó "Ya me cabrearé por la mañana" Y se lanzó a besar a Marco.
El primer comandante correspondió inmediatamente al beso, a pesar de no esperárselo, combatiendo fieramente con el pecoso por el liderazgo en dicho beso. Una vez que se quedaron sin aire se separaron, con un claro vencedor pero ningún perdedor. Marco pasó al lado del pecoso para enseñarle el camino a su camarote, no sin darle una nalgada antes. "Las cosas están yendo mejor de lo que pensaba, yoi" Se regocijó Marco con placer.
Apenas cerraron la puerta del camarote con pestillo, Marco y Ace se volvieron a besar, con más fuerza y fiereza que antes si cabe. Se fueron desnudando, lanzando la ropa por todo el camarote, sin importarles demasiado donde cayese. Una vez que Ace estuvo completamente desnudo, Marco lo lanzó a la cama, para a continuación ponerse encima de él con los brazos a cada lado del cuerpo del pecoso para sostenerse y no aplastarle. Ace le miró con desafío y deseo, mientras que Marco le mandaba una mirada que decía: "Te voy a comer, y no voy a dejar ni tus huesos". Marco acercó sus labios al oído del pecoso.
-Más te vale estar preparado yoi, porque no pienso dejarte escapar -Le susurró, para a continuación bajar hasta su cuello y empezar a lamer y a besar hasta hacer gemir de anticipación a Ace. Marco sonrío contra su cuello, y procedió a morderle el cuello con posesividad, ese pecoso era suyo y solo suyo.
En otra parte, un poco lejos de ahí, más concretamente en una isla de invierno deshabitada podemos ver a Thatch con un chaleco sin mangas que deja ver su torso y unos pantalones cortos tratando de hacer fuego sin mucho éxito mientras tirita de frío. Cuando se da por vencido solo puede maldecir a Marco, que le engañó diciendo que le iba a enviar a una isla de verano y que no necesitaría ropa abrigada. Aún recuerda la alegría que le dio ver al news coo con una nota para él, creyendo que pondría que pronto irían a buscarle, y la desesperación cuando leyó: "Para que aprendas a bajar tu calentura y a no mirar lo que es mío. Con amor, tu piña favorita ;)" Tenía que admitir que esta vez Marco se la había jugado pero bien. Pero ahora la cuestión era... ¿Cuando demonios iban a venir a por él? ¡Si seguía así terminaría por congelarse!
-Ah, si solo hubiesen por aquí un par de bellas señoritas... O Izo, él también valdría. Seguro que así podría entrar en calor y no morir congelado TTwTT ¡Marco, si me escuchas, lo siento, no volveré a hacerlo, pero ven a por mí porfi TToTT!