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Chains (Marco x Ace) por Portgas D Kurotsuki

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Notas del capitulo:

 No sabéis lo que me ha costado escribir este capítulo Dx. Por eso he tardado tanto en publicarlo. También he de decir que me fui de vacaciones a un sitio que prácticamente no tenía internet (Porque tanto el wi-fi como los datos iban como el culo) Bueno, me disculpo por la demora, también por el patético lemon que me ha salido, pero bueno, vosotras quisisteis lemon, así que aquí lo tenéis. Aunque ya os advierto, no pienso volver a escribir lemon en mi vida Dx (Mentira ^^U)

 

 Apenas cerraron la puerta del camarote con pestillo, Marco y Ace se volvieron a besar, con más fuerza y fiereza que antes si cabe. Se fueron desnudando, lanzando la ropa por todo el camarote, sin importarles demasiado donde cayese. Una vez que Ace estuvo completamente desnudo, Marco lo lanzó a la cama, para a continuación ponerse encima de él con los brazos a cada lado del cuerpo del pecoso para sostenerse y no aplastarle. Ace le miró con desafío y deseo, mientras que Marco le mandaba una mirada que decía: "Te voy a comer, y no voy a dejar ni tus huesos". Marco acercó sus labios al oído del pecoso.

-Más te vale estar preparado yoi, porque no pienso dejarte escapar -Le susurró, para a continuación bajar hasta su cuello y empezar a lamer y a besar hasta hacer gemir de anticipación a Ace. Marco sonrío contra su cuello, y procedió a morderle el cuello con posesividad, ese pecoso era suyo y solo suyo.

 

Ace dejó escapar un pequeño grito cargado de placer al notar la mordida que no se esperaba. Marco volvió a lamer la zona para aliviarla, y empezó a bajar por la clavícula hasta llegar al pecho. En ese momento le lanzó una mirada lasciva a Ace, que le miraba completamente sonrojado y expectante, para a continuación pasar a juguetear con los pezones del pecoso, primero con sus dedos, acariciándolos, pellizcándolos, después dio paso a su boca, que los lamió con gula y los mordisqueó juguetona, mientras Ace trataba de contener sus gemidos y jadeos cubriéndose la boca con el dorso de su mano. Marco al darse cuenta, se desató el pañuelo que siempre llevaba como cinturón, dado que aún tenía los pantalones puestos, y procedió a atar las manos de Ace a la cabecera de la cama.

-Quiero escucharte, Ace -Dijo con voz ronca. La visión de Ace totalmente desnudo y atado a la cama era... Estremecedora.

Marco volvió a bajar hasta el pecho de Ace, y siguió bajando. Ace al principio había tratado de desatarse, pero al sentir otra vez a Marco sobre su cuerpo, perdió todas las fuerzas. Marco continuó su camino hasta llegar al ombligo, donde se paró para simular embestidas con su lengua, provocando que Ace lanzase un ronco gemido y se estremeciese. Marco al notar la reacción, sonrió contra la cadera de Ace. Sin embargo, Ace quemó el pañuelo que le ataba, y sin que Marco se lo esperase, le puso debajo, quedando Ace encima de Marco con las piernas a cada lado. 

-Yo también quiero divertirme, piña pervertida -Esta vez fue el turno de Ace para susurrar al oído del primer comandante.

Ace fue mucho más directo, ya que pasó a quitarle los pantalones a Marco, dejando al descubierto su ropa interior, con un más que evidente bulto sobresaliendo. Marco enarcó una ceja, evidentemente divertido, y Ace le sonrió desafiante y goloso, bajando la cabeza hasta la erección de Marco, cubierta por la ropa interior, para lamerla por sobre la tela, provocando que Marco se estremeciese de anticipación. Ace jugó un poco más con la intimidad del comandante, lamiendo, mordiendo con suavidad y soplando para volver loco de placer a Marco antes de quitarle la ropa interior. Cuando la erección de Marco estuvo libre de la cárcel de tela, Ace se la tragó entera, con evidente satisfacción, y empezó a lamer y succionar mientras masturbaba la parte que no le cabía en la boca, acariciando de vez en cuando los testículos de Marco. Metía y sacaba la erección de su boca, a veces lamiendo solo la punta, a veces mordisqueando suavemente para no hacer daño.

Marco solo era capaz de gemir descontroladamente, era la mejor relación que le habían hecho en la vida, sentía que en cualquier momento se correría. 

-Ace... -Suspiró

El mencionado sonrío maliciosamente, y siguió con lo suyo, dispuesto a que Marco se rindiese completamente a él, pero el primer comandante no quería acabar tan rápido, así que cuando sintió que estaba a punto, volvió a cambiar posiciones, dejando a Ace tumbado en el colchón bocabajo con una expresión confundida y algo enfurruñado.

-Ya te has divertido bastante ¿No crees, Hiken no Ace? 

Marco bajo su mano hasta rozar el trasero de Ace, para a continuación darle una nalgada juguetona que hizo que Ace se quejase, más por la sorpresa que por el dolor. Mientras con una mano masajes a la zona adolorida, llevó la otra hasta la boca de Ace, y jugueteó con sus labios hasta que Ace abrió la boca para lamer, y de vez en cuando morder en forma de venganza, sus dedos. Cuando ya estuvieron lubricados, Marco los retiro de la boca de Ace. Introdujo el primer dedo en la entrada de Ace con cuidado, tanteando el terreno, a lo que Ace, al notar el primer dedo, no pudo más que lanzar un gemido ahogado con el nombre de Marco impregnado en él. Cuando introdujo el segundo, Ace se tensó momentáneamente, pero al cabo de un rato, ya estaba contoneando sus caderas en busca de más. Marco introdujo el tercer dedo solo para asegurarse, ya que Ace para ese entonces estaría suplicando por más si no fuese el orgullo en persona, sin embargo, ya no podía contener los gemidos.

-Aaah, Marcooo... Yah... 

-¿Ya qué? ¿Quieres que pare, yoi? -Respondió Marco, con ganas de picarle un poco mientras movía sus dedos contra la próstata de Ace.

-¡Aaaah! -Gimió Ace- Maldito... Ca...brón

-¿Entonces, Ace? ¿Qué es lo que quieres?

-¡A ti!... Aaah... ¡Dentro de mí!....Kgggh... ¡Maldita... sea!

-Buen chico

Marco sacó sus dedos de la entrada de Ace, haciendo que éste se quejase, para reemplazarlos con su miembro. Se introdujo de una estocada, quitándole por unos momentos el aliento a Ace. Sin embargo, Marco empezó las embestidas inmediatamente, él ya sabía como le gustaba a su pecoso. Cada estocada de Marco era certera, haciendo casi gritar a Ace por más, mientras que Marco gruñía de placer ante las estrechas paredes que le apretaban deliciosamente. Entre embestida y embestida, Marco puso a Ace boca arriba, quería ver la cara de Ace mientras se corría. Cada embestida les acercaba más al climax, y ambos se corrieron mascullando el nombre del otro. Al terminar, ambos se miraron con ganas de más, y así Marco terminó tumbado boca arriba mientras Ace le montaba. Ace bajaba y subía, parando momentáneamente para hacer círculos con la cadera, dando mayor placer a Marco, que resistía la tentación de volver a tumbarlo para follarle duro, sabiendo que Ace con su mirada ardiente le estaba retando para ver cuánto podía aguantar, y si realmente era tan paciente como aparentaba. Ace volvió a aumentar la velocidad, bajando y subiendo rápidamente, llevando a Marco al límite para a continuación volver a bajar la velocidad, dejándoles a los dos al borde del climax. Marco ya no aguantaba más, Ace estaba jugando con él, pero no queriendo darse por vencido, agarró el miembro de Ace masturbándole acorde a su velocidad, cuando Ace aumentaba el ritmo, él también lo hacía, si Ace bajaba el ritmo, él también. Ace y Marco se miraron, se retaron con las miradas, Ace "molesto" y Marco divertido al darle su propia medicina. Ace le mandó una última mirada antes de volver a subir y a bajar con rapidez, está vez sin parar, gimiendo cada vez más al notar al miembro de Marco dando en su próstata, y al mismo tiempo notando a Marco masturbar su miembro expertamente, sabiendo que no podría continuar con su juego sin volverse loco, así que esta vez siguió con el ritmo, dispuesto a dejar que ambos se corriesen de una vez por todas. Se corrieron al unísono, Marco dentro de Ace, y Ace en los vientres de ambos. Jadeantes, se miraron, Ace ligeramente enfurruñado por haberse tenido que dar por vencido, y Marco con una sonrisa victoriosa, mientras lamía la esencia de Ace que había ido a parar a sus dedos. Ambos querían volver a besarse, pero ya no tenían ninguna excusa para hacerlo. Ace comenzó a recoger su ropa, dispuesto a irse, sin embargo...

-Ace - Llamó Marco- Quédate a dormir.


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