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Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

And I hear you call my name,
I hear you cry again, in the dark,
Hear you call my name, 
And I hear you cry again, in the dark.

Meant to go, Kristian Ranta

( https://www.youtube.com/watch?v=8kPO1YAqJbw ) 

 

Unos días mas tarde, campanadas de Skelling Michael y gritos de “Vikingos, vikingos!” se dejaron oir.

-¡Vikingos! – entro un pescador agitado y entonces todos salieron a ver.

Era verdad. Salida de la nada, o de detrás de An Coirean, una gran nave se aproximaba. En la oscuridad de la noche era difícil identificarla, pero conforme se acercaba se distingian sus velas, sus cubiertas y sus cañones.

-Cuarenta y uno, cuarenta y dos, cuarenta y tres. – contaba uno – Eso significa que con los del otro lado suman ochenta y seis cañones.

Los irlandeses del condado de Kerry estaban impactados. Ni siquiera cuando los ingleses aplastaron la ultima rebelión habían enviado un navio de línea tan grande.

-Si tiene ochenta y seis cañones, es el Pony de su Majestad.

-El Lyon. – lo corrigio otro.

-¡Es el mismo! El barco del mandamas de la Armada.

-De su hermano. – corrigio el de antes.

-¡Da lo mismo! A veces es el, a veces su hermano.

-Pero, ¿Qué rayos hace aquí?

Las comisuras de los labios de Pacino se curvaban ligeramente hacia arriba, tranquilo en el ajetreo general. A Brendan le dio muy mala espina.

La fortaleza flotante apenas paso entre las Skelligs, llevando al paroxismo de terror a los monjes que convulsionaban desmayados.

Se puso al pairo tan cerca de los acantilados que podían distinguir las caras de los marineros.

-Mi nave ha llegado. – dijo poniéndose de pie – Caballeros, no hay necesidad de alarmarse. Es solo la embarcación particular de un viajero que la necesita para llevar a su esposa salva y comoda a casa.

Brendan sintió horrible cuando lo oyo decir eso. Aunque no tanto como Domhnall.

Se abrazo a su mama y su mama lo abrazo y Brian se les puso enfrente.

-Suegro, ¿hay un lugar donde la lancha pueda recogernos?

-Por supuesto.

Su prioridad era alejar a Pacino de ahí, de los oídos de tanta gente. Pateo a un borracho de la pequeña caballeriza y estrujo el cuello de la ropa de Al.

-No te vas a llevar a mi hijo a ningún lado.

-Es mi esposo. – replico tranquilo, despidiendo con la mirada a Enzo – Es lógico y natural que me lo lleve conmigo, Brendan.

-Tu me dijiste que lo dejarías conmigo luego de desposarlo.

-No, tu lo asumiste. Recuerda nuestras palabras, Brendan, nuestras palabras exactas.

Al hablaba tan suave. Tan como en su juventud. Letra por letra, en la maldita conversación, Al jamas habia hecho una promesa ni dicho en claro que haría con Domhnall.

-Ni la ley de Dios ni la de los hombres privilegiarían a un padre sobre un marido.

Era verdad. Cada maldita palabra.

-Lo quiero. – lloro Brendan.

-Yo también.

Al era tan calmado, tan persuasivo.

-No te lo lleves. – gimio.

-No será para siempre.

Era verdad. Tal vez. Pacino no quería llevárselo por la fuerza, aunque lo haría, de ser necesario. Preferia ser razonable, con su viejo amigo.

-¿De verdad, Al?

-De verdad.

Si el bebe lo arruinaba, se lo devolvería.

-¿Me lo juras Al? ¿Volvera?

-Volvera.

De vacaciones, si decidia quedárselo.

-¿Por qué…

-Por esto. No te lo dije antes porque sabia como reaccionarias. Tienes que entender que lo mejor para Domhnall es que se vaya con su marido.

-Domhnall… sufrirá.

-Tendra doctores en su cabecera. ¿No querias que olvidara al otro? Aquí no lo hara.

Brendan suspiro. No estaba convencido. No le parecía lo mejor. Pero si ese hombre podía llevar ochenta y seis cañones a la perdida costa de Iveragh en cosa de una semana podía hacerlo todo, todo de verdad.

Lo miro. El muchacho que habia conocido no tenia tanto poder. Era como un soldado en tierra enemiga, y esta turra era como un general en su baluarte.

Comprendio que en su desesperación le habia vendido al diablo a su hijo.

-Si le haces daño, ya no tendre nada que perder. – le advirtió con una voz desprovista de amistad.

Pacino, que se lo esperaba, ladeo el rostro.

-Es mi esposo, y ya siento que lo quiero. En esa nave ni siquiera se mareara.

 

 

Los gritos y las suplicas de Domhnall cuando los separaron en el barco le dejaron punzando el corazón. Sus pestañas, llenas de lagrimas, y su propia cobardía mientras bajaba a la lancha que lo llevaría de vuelta a donde estaba el resto de su familia.

 

 

***

 

A bordo de La furia del norte solo habia dos personas cabizbajas: Gwaine y el teniente Willbond.

Vikingos y turras celebraban el Valhalla a diario: festin con los banquetes que preparaba Burton (una delicatesen que nadie tocaba en el centro de la mesa rodeada de galletas y carne en conserva), peleas para mantenerse en forma y orgias con las turras, que si bien estaban acostumbradas a que la proporción de semes respecto a ellas fuera de 3 o 4 a 1, no a que estuvieran asi de buenos.

A Rollo le gustaba el teniente (tenia debilidad por las turras maduritas), por lo que declaro sus intenciones de arrancarle la cabeza al que se lo ganara. Willbond todavía recordaba el horror que sintió cuando creyo que lo violaría toda una tripulación de salvajes, y en vez de ser intimidado en un rincón y abierto de piernas, fue intimidado en un rincón y cortejado con un pescadito.

-Oye, lindura, ¿quieres tener sexo conmigo? – le pregunto un sueco antes de ser descalabrado por Rollo.

El noruego de pelo negro hizo su declaración, recogio el pescadito y le propuso con su sonrisa mas coqueta:

-Oye, lindura, ¿quieres tener sexo conmigo?

Nego aterrado y Rollo fue persistente, hasta que una turra marinera que siempre le habia parecido timida fue a el, le jalo el brazo y le dijo:

-A mi si me gustaría tener sexo contigo.

Lo tuvieron prácticamente en sus narices, pero todas las turras parecían hacerlo de buen grado.

-¿Por qué no me violo? – pregunto a Gwaine, que le inspiraba confianza por ser irlandés y asombro por no estar borracho.

-Oh, es que ellos lo entienden como que tu eres la señora y ellas tus siervas.

Asombro de los ojos lánguidos.

-Para los vikingos es ilegal violar a una turra libre, o señora.

-¿Y… son respetuosos de la ley?

-Si, mucho.

Gwaine escupio al mar la astillita que habia estado mascando y se despidió:

-Ire a ayudarle a Burton con la comida.

Eso significaba supervisar al cocinero ingles, para que no robara parte de la carne salada y la preparara sin veneno, aunque bueno, si los vikingos habían sobrevivido a los experimentos culinarios de Burton, lo habían sobrevivido todo.

-Esa masa de donas tiene buena pinta, Dick.

-Richard, si eres tan amable. Y es masa de pan toscano.

-Por supuesto que lo es. – ladeo la boca Gwaine, enharinándose las manos y tomando las de Burton.

-Lo siento, no sabia que interrumpia. – se fue molesto Wilde al verlos acariciándose las manos.

-No se que rayos le pasa. – refunfuño Burton, haciéndose cargo de su jalea, que parecía agua coloreada – Cualquiera diría que follando seria feliz.

-Follar y beber no garantizan la felicidad. – comento reflexivo Gwaine.

-Garantizan la de nuestros amigos. – señalo para arriba.

-Creo que ellos disfrutan mas la pelea. – asevero con un gesto, y sigio con el amasado.

-¿Por qué no follas tu?

-No… me sentiría comodo haciendolo.

-¿Comodo? – repitió Burton - ¿Comodo cómo en acuéstate y deja que la turra se mate sola?

-No, no eso. Bien conmigo mismo. Practicamente estoy casado.

-¡Casado! – refunfuño Burton – Esta jalea no espesa, ¡al demonio con ella! – y la arrojo por la escotilla.

-¡Ay, mi nalga! – grito uno que estaba pescando.

-¡Perdon! – luego, poniéndose junto a su amigo y ayudándolo a dar forma a los panes – Tu sabes porque no soy feliz. ¿Por qué no lo eres tu?

-Por Domhnall. Tiene días que no me siento bien.

Aplastado. Se sentia aplastado como esa masa que no volveria a alzarse.

-Si lo extrañas… es que lo amas, y eso esta bien.

Gwaine asintió, salvando la masa con que se alimentaria.

-Tambien significa que eres un llorica.

-Ojala fuera solo eso. Siento… siento como si le hubiera pasado algo malo.

-¿Qué rayos puede ocurrirle en la agreste periferia de Ballenskelligs? Los vikingos están todos aquí.

-Tienes razón. Esta con sus padres, con su hermano.

-¿Pero? – continuo Burton al ver su gesto mortificado.

-Desearia no despertarme en las noches creyendo que la oigo llorar.

 

***

**

*

 

Notas finales:

Y este fue el fin...

¡de la primera parte! ¡Que susto, ¿verdad?! jajaja!

La segunda ya esta terminada y estoy en la tercera, y segun yo seria algo rapidito, pero he disfrutado tanto haciendolo como hace mucho no disfrutaba de escribir.

Ojala ustedes tambien lo sigan disfrutando. 

Como regalo de ¿fin de temporada? los reviews que seran recibidos hasta que publique el proximo capitulo, la proxima semana, y que pregunten un spoiler o las ultimas novedades sobre los quasares seran respondidos.

Besitos!


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