Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

... y homoyaoi!

-Esas galletotas planas se ven muy bien, Dick. – entro agarrando una para comer Gwaine.

-Son soufflés.

-Lo siento, Richard. – sus dientes lo sentían mas, todavía cerca de los discos de hierro. - ¿Sabes? Quiza remojadas.

Sandia, el negrito, opinaba que quizá como anclas de pequeños botes para un pescadito.

-Pensaba hacerle un panque de ron con pasas a Wilde por su cumpleaños – dijo, agarrando una botella a medias y vaciándola – Pero ahora no le hago nada.

Gwaine estaba en medio del descontento de sus dos amigos, escuchando las quejas que tenían uno respecto al otro. Pero, como no era turra, ni habia tenido amigos, amigos de verdad, antes, no tenia idea de como lidiar con la situación.

Asi que agradeció que el jaleo que se oia en cubierta viniera en su dirección. El cacaraqueo de las gallinas al salir volando su jaula, seguido del tradicional:

-¡Ay, mi nalga! – del que ya la tenia como alfiletero.

Gwaine apenas iba para fuera por la boca de lobo que servia como vendiladero de los incendios culinarios de Burton cuando una turra le cayo del cielo.

Era el señor Willbond, en toga, y al verlo se le abrazo.

-¡Gwaine! – le dijo con el rostro hundido en el cuello. Olia a ron y le clavaba los dedos en las costillas.

-¿Will?

-No dejes que me atrapen – pidió con ojos implorantes, hinchados y con carreras de sal en las mejillas.

Apenas iba a preguntar quienes cuando vio aparecer sus rostros por el rectángulo luminoso.

-Ahí esta. – dijo el rey pirata, con las tiras de abalorios de su cabello balanceándose. Y luego, en un aparte a Rollo – Creo que se quería suicidar. – señalando la comida de Burton.

-Que va. – se metio en la cocina el vikingo desnudo. – Lindura…

Will ya habia sentado a Gwaine para refugiarse tras su espalda.

-¡Dejame! Ya tuviste lo que querias, ¿no? ¡Ahora déjame!

Gwaine enarco una ceja, comprendiendo. No era toga sino sabana.

Rollo estiro una mano, el se la agarro para levantarse.

-Oye – lo encaro – te dijo que la dejaras.

-Obligame.

Gwaine preparo los puños. Pero por detrás, Burton le arrojo un soufflé al líder de la expedición.

-¡Ay! ¡Mi nalga! – protesto este.

-En mi cocina, no. – dijo, listo para lanzar otro. – Señor Willbond, venga para aca. – lo llamo, refugiándolo tras los suuffles.

Rollo salio por la abertura en el techo, y luego Gwaine. Rodo, para esquivar el primer golpe ventajoso del vikingo.

-¡Nonono! – dijo el rey pirata – Peleran en igualdad de condiciones. Que se quite los pantalones.

-No voy a quitarme los pantalones. – dijo Gwaine, y mientras esquivaba otro golpe el rey se los arranco.

-¡Pelea, pelea! – gritaban los vikingos, formando el cuadrilátero con su animada presencia.

Rollo volvió a tirarle un puñetazo, pero con el balanceo del barco, se fue sobre el y ambos calleron sobre la cubierta. Gwaine reacciono de inmediato conectándole uno en los riñones, doloroso abrazo.

Rollo pujo y lo aplasto con su peso. Era mas alto y musculoso que Gwaine, pero Gwaine tenia maña. Sigio castigándole el riñon hasta que se ladeo, obligándolo entonces a quedar bocaarriba, sujetándole los poderosos antebrazos contra la madera en lo que se montaba sobre el, aferrándolo bien con los muslos. Muslos poderosos, masculinos, que apretaban la cadera. Nalgas remarcadas por la fuerza que hacían, justo sobre una polla que no tardaría en despertar por la friccion del combate.

Gwaine le solto el antebrazo derecho y apenas tuvo tiempo para darle un derechazo con todas sus fuerzas, antes de que Rollo hiciera lo mismo con el, hechandolo atrás, aturdido. Pegaba como un yunque, el vikingote, apenas alcanzo a encoger las piernas, para rechazarlo con vigor por el estomago.

Se puso en pie mientras Rollo trastabillaba. Se agarro a un palo y esquivo el golpe de Gwaine, haciendo que se estrellara contra el mesana. Aprovecho su instante de dolor para conectarle uno en las costillas, hechandolo atrás y dándole otro, otro.

Will mordio la sabana que sostenia con ambas manos cerca de la boca, abrazado por Burton. Wilde les lanzo una mirada gélida y Burton lo atrajo mas a si.

Juha Pekka apretaba los labios, preguntándose si debería detener la pelea. Sparrow, que habia desaparecido unos segundos, regreso con un balde que lanzo a los contendientes cuando Gwaine se desquitaba de la mala racha con una tanda de golpes a dos puños; izquierda, derecha.

-¡¿Qué diablos!? – exclamo Rollo y Gwaine escupio.

-¿Aceite?

-Para que no se hagan daño. – explico el rey pirata a Juha Pekka, que asintió aprobador.

-¡Pelea en aceite, pelea en aceite! – corearon los vikingos.

Los dos varones seguían enfrentándose con fiereza; golpes que resbalaban, acercándolos, musculo contra musculo, al abrazarse ambos y rodar por la cubierta con cabellos húmedos y aplanados, las narices casi tocándose.

Sparrow suspiro deleitado y muchos otros, tanto turras como semes, compartían su deleite. Incluso Juha Pekka admiraba lo bien que combatia el irlandés.

Las erecciones se frotaban en la pelea, y eso era una sensación totalmente desconocida para Gwaine: aceite, placer y otro varon grande y masculino como el encima. O abajo.

Pelear en el aceite era mucho mas cansado, aunque menos doloroso, y no se llegaba a nada.

-¿Paramos? – propuso a Rollo, pero este lo beso, con lo que las llamas se avivaron.

-Los violare a ti y a tu noviecita.

Gwaine pensó en Domhnall y con furia le atino uno mandibula arriba, que hizo chocar sus dientes. Rollo le sumio el vientre contra las tablas, rodaron aun mas, con el eslore del barco que nadie atendia. Las piernas se separaban para abrirles paso, hasta que no hubo mas piernas ni tampoco mas cubierta.

Cayeron al mar por la parte donde no habia baranda desde que los vikingos la tumbaran para asaltar el barco ingles.

El agua fría, salada, los separo. Salieron a flote rodeados de una película arcoíris que se extendia sobre el agua. Juha Pekka ordeno que les lanzaran cabos.

Subieron, Gwaine acepto el pedazo de tela que Wilde le ofrecia para taparse, enrollandoselo en la cintura como un kilt y Rollo se dejo echar sobre los hombros la piel que Bjorn, su sobrino, le llevaba.

Juha Pekka se acerco a ambos, cogio la diestra de cada uno y las alzo gritando:

-¡Empate!

-¡Empate, empate! – gritaron todos, pues asi, tendrían un desempate.

-¿Peleaban por el oficial ingles?

Gwaine iba a decir que no, pero Will le indicaba que dijera que si con vividos gestos.

-Anoche accedió a ser mio y este irlandés de segunda pretende… - ya se le iba a los golpes, amenazante.

Juha Pekka lo paro.

-Parece que no fueramos vikingos escandinavos. – le reprocho. – Oficial Willbond.

La turra inglesa, envuelta a la romana, se acerco.

-¿Accediste follar con Rollo?

Will apretó los labios y los miro con rencor a ambos. Rollo y Sparrow.

-Accedio, me consta. – intervino Sparrow.

-¡Solo para que este pirata no me violara!

-Pero accediste. – le dijo Sparrow, sacándole la lengua.

-¿Accediste? – pregunto Juha Pekka.

-Si.

-Entonces todo se limita a que escojas con que varon quieres quedarte.

Will, que ya lo sabia, respondio inmediatamente.

-Gwaine. – y se le abrazo.

Rollo la miro como diciendo “¡que traidora!”.

-Gwaine, ¿tu estas de acuerdo en ser su concubino?

-¿¡Que!? – pero nuevas suplicas de los ojos lánguidos lo hicieron decir – Si.

Y como no eran los santos hermanos de Plymouth, no tenían que delinquir en su presencia.

-¡Ya oyeron todos! La oficial inglesa es la concubina de Gwaine, por lo que si cualquiera intenta violarla…

-¿Eso incluye reyes piratas? – interrumpio Sparrow

-Si. – le dijo cansinamente Juha Pekka, retomando - … por lo que si…

-Que poca diplomacia. – se quejo Sparrow. Juha Pekka lo vio horrible.

-¡Por lo que si! Cualquiera intenta violarla ella misma o Gwaine tienen derecho de matarlos.

-Gwaine no es un vikingo, no tiene derecho a la ley vikinga. – protesto Bjorn y algunos estuvieron de acuerdo con el.

-Es vikingo, lo mismo que los otros irlandeses, temporariamente vikingos, desde que se unio a esta incursión y hasta que termine. Y si entonces – añadió mirandolo – quiere establecerse en Escandinavia y jurar lealtad al jarl, permanecerá como vikingo.

Algunos murmullos, pero al final todos asintieron.

-¿Habra segunda parte de la pelea? – pregunto alguno.

-La habrá – aseguro Rollo mirando de arriba abajo a Gwaine – La habrá.

 

***

Burton, caballeroso, ya estaba curando a la turra oficial cuando Gwaine entro. Estaba desnudo, solo con los muslos cruzados, mientras el seme madurito le ponía apósitos de algodón en los moretones y mordidas.

Gwaine aparto los ojos, pero los regreso al ver lo castigada que estaba la blanca piel de la turra. A una turrazuela asi, al encontrársela tan maltratada en Cork, le habia pagado la noche para que descansara.

-¿Qué…

-Lo amarraron, lo azotaron, lo bañaron de ron para chuparlo de su piel – el gesto de Burton no era precisamente misericordioso – y, por lo que se ve, lo mordisquearon.

-Me hicieron cosas innenarrables con la botella – se le abrazo, mojandolo con vendas chorreantes que tenia en las muñecas – y me obligaron, ¡oh, me obligaron…

-Ya, ya… - lo consolo Gwaine, que querria sentirlo mas y menos calorcito.

-Dejalo que se desahoge. – le dijo Burton con una mirada inteligente.

Gwaine le sonrio meneando la cabeza.

-Por lo menos el horrible pirata no me violo. – se sorbio los mocos.

-¿No? – pregunto Burton con candidez.

-No. Amenazandome con eso me coaccionaron a… que cediera en todo lo demás.

-Que lastima… - suspiro Burton.

Gwaine estaba vestido; camisa y pantalón, descalzo, como los marineros. La turra alzo sus ojos llorosos, viéndolo muy de cerca. Al arquear mas su desnuda espalda también su trasero se movio.

-¡Ay! – se quejo, agarrándose una nalga que jamas se habria imaginado tener visible frente a dos varones.

-Falta el culito. – Burton exhibia una sonrisa mal contenida – Empinalo, pobrecito.

-Prefiero que lo haga Gwaine…

Burton le ofrecio el trapito con una ceja levantada.

-Yo… - Gwaine se habia quedado con la boca abierta – No se nada de medicina. – le dijo a Will.

-Yo lo hare… - respondio, sonrojándose al entender que le habia pedido que le metiera mano en el culo.

Lo hizo enfrente de ambos, para su sorpresa y deleite. Burton, que tenia la mejor vista, le paso la pomada.

-Un poco mas – le insistió – para tu pobre, pobre colita.

Y lo vio meterse de nuevo los dedos. Gwaine lo sentia, con su pecho desnudo contra la camisa y sus gestos que lo mismo servían para el dolor que para el placer.

-Gracias. – le devolvió a la pomada a Burton. Se desabrazo de Gwaine, cruzando púdicamente los brazos sobre su pecho planito. Gwaine le paso lo que tenia mas cerca, una de sus camisas, para que se cubriera. – Lamento mucho… ocasionarles tantas molestias.

-No es ninguna. – dijo Burton, que ni se habia unido en concubinato con el ni iba a mover un apice su colchón (el dormia como cristiano, no como mono).

-Esta bien. – Gwaine sonrio gentilmente – Si Domhnall estuviera en problemas me gustaría mucho que alguien lo ayudara.

-Mira como te ha dejado el ojo… - le acaricio la ceja Will.

-Eso no es nada. – dijo Burton, que seguía viéndole los muslotes – Hubieras visto como lo dejaron en Limerick. En un santiamén lo curo y quedara como nuevo.

-Me avergüenza imponerles mi presencia…

Sus cosas ya estaban ahí, como concubino que era de Gwaine. El cuartito que compartían los tres amigos era la cámara de oficiales del barco, diseñada para que siete personas la compartieran  y en la que tres se acomodaban sin holgura.

-Su amigo, Wilde, ¿no se molestara?

Burton habia amontonado los libros de Wilde para hacerle lugar a Will.

-¿Wilde? ¡Es el mejor tipo del mundo.

-Creo que me recostare… bocaabajo.

Gwaine le dio palmaditas y Burton ya iba a ayudarla a subir a una de esas infernales hamacas cuando vio que ni falta le hacia. De un brinquito, y no traía calzones, se monto, y tan pronto como su cabeza toco la almohada se quedo dormido.

-No te atrevas a taparla. – le dijo a Gwaine, agradeciendo que la camisa no le cubria el tercio inferior del trasero.

-¿Seguro que no quieres que sea tu concubina? Son como de la misma edad.

-Es muy vieja para mi. – se excuso Burton. –A ver, pon el ojo.

En medio de tan atento cuidado llego Wilde, a la cámara que habia conseguido el, por ser casi un oficial, el navegante (a los vikingos no les importaba).

-Vaya – dijo, sorprendidamente airado - ¿seguro que quieres ser cocinero, Burton? Pareces tener mas vocación de enfermero; primero esa zorra y luego Gwaine.

-Que bueno que me lo dices, Wilde, para nunca hacerte victima de mis cuidados.

-¿¡Quien hacino mis libros!?

-Yo.

-Ya podias haber metido a la zorra inglesa al baúl, y tirado la llave.

-En realidad, es mi zorra – intervino conciliador Gwaine – la pondré a dormir conmigo.

-El casado casa quiere, pero sobre todo esposa, ¿no Gwaine?

Gwaine lo miro ceñudo, pero Burton se le adelanto.

-¿Qué culos te pasa? ¿Estas menopausico?

-¡¿Estas insinuando que no soy suficientemente viril!? – estallo al sentir aludido su mayor temor- ¿Qué soy una turra fea?

-Por supuesto que no. Eres un varon y bien varon. – dijo con amargura – Y uno loco, maldito dublines loco, tratando a tus amigos como si fueran enemigos. ¿Qué, ya te estas creyendo que eres vikingo? ¿Oskar Wildekson?

-Los vikingos son los primeros que han reconocido mi talento. – poso engreído.

-Como navegante, querido. Si les presentaras una obra, tendría que ser “La importancia de asesinar a Ernesto”, o se dormirían en masa.

Wilde cerro violentamente su libreto y salio de ahí. Gwaine se quedo tenso, sin poder relajar los hombros.

-¿Te mataria decirle lo que sientes? – le reprocho al fin.

-¿Yo? ¡Que lo diga el! ¿Quién es el varon bien macho?

-¿Sabes? – Gwaine tapo a su concubina que dormia como tronco – Me pregunto si es eso lo que realmente te molesta o su éxito como navegante.

-Te preparare unos bollos de Chelsea, maldito ponedor de cuernos – amenazo a su amigo que se marchaba - ¡Y te los comeras! – grito al eco de sus pasos.

 

Continuara...

con mas recetas.

 

Notas finales:

¿Han visto Reposteria facil de Anna Olson? ¿Historias horribles? ¿Epona, el nuevo video de Eluveitie, que suena a Arkona en sus buenos tiempos? ¿No? ¡Pues a ver mas tele!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).