Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saoirse


(ser'sha)


Libertad

 

Empezo a manosearlo delante de ellas, en el placido jardín de el Sueño de una noche de verano.  Estaba avergonzado, realmente avergonzado, y las otras turras se acercaban. Pacino le metio la mano bajo la falda, haciendolo gritar y tratar de cubrirse, gritando mas fuerte, ante sus intensos ojos, cuando jalo velozmente de la tira y le saco la primera bola.

Aquello fue ya demasiado para el. Podia con la vergüenza de que le metiera cosas, sin quejarse porque el no habia llegado precisamente integro al matrimonio, pero era eso, el matrimonio, el que lo hacia tolerarlo.

-¡No! – lo empujo con toda su fuerza, logrando alejarlo, bajándose la falda y sentándose, con algún exfuerzo por su voluminosa panza – No me importa si me eres infiel – no le importaba, de verdad – pero no sere parte de tus orgias.

Estaba agitado, hermoso. Pacino lo miraba. Le habia dolido que no le importara, no habia contado con ello, y trataba de analizar si era solo su ego dolido o habia mas en juego.

Raoul lo miraba angustiado con sus enormes ojos, y el capitan Pullings también.

-Dejenos solos. – ordeno.

El pecho de Domhnall se agito mas, viendo cuan prontamente y sin rechistar era obedecido.

-¿Por qué no? – trato de mostrarse razonable.

La turrita irlandesa era nítida como un espejo. En su gesto se reflejaba el proceso de sus emociones. Pensamientos. Supo antes que el que el motivo era el estúpido seme que le habia puesto el crio en la barriga.

Mirandolo, Domhnall supo que sabia porque. Sabia, siempre sabia, ese Pacino. En cuanto a el mismo, sabia el poder que tenia, lo dueño que era de el y de cuanto lo rodeaba.

Pero no mas. Sus ojos se alzaron desafiantes, orgullosos, como los de cualquier irlandés al entender el significado de la palabra libertad. Podrian someter su cuerpo, pero jamas su voluntad.

Por eso tenían fama de estúpidos y obstinados. Por eso morían a millares.

Sonrio torvamente al ver la ventana a  la oportunidad que aun tenia. Ademas, siempre resultaba interesante comprobar hasta donde realmente creía alguien en lo que decía creer.

Divertido, por la manera en que pensaba hacerlo.

 

*

La delgada vara silbaba al cortar el aire. Producia un sonido singular al impactar las blancas nalgas de Domhnall.

Habia hecho que le amarraran las manos y luego el extremo a un poste. Nada demasiado incomodo, o aterrador, puesto que Vinny no le perdonaría dañar a un bebe.

Habia hecho que lo desnudaran y hacia también que otra turra lo azotara, mientras el veía cómodamente sentado en primer plano.

Nunca habia azotado a un embarazado y ciertamente no a su esposa, y con cada dramático golpe entendia mejor la afición que los franceses tenían a ello.

Salivaba y estaba realmente excitado. No le importaba, como a Domhnall no le habían importado sus infidelidades, si lo odiaba por ello.

Aun asi, preferia no ver sus ojos. Una turra mala lo azotaba; no una que fuera amiga de Philip, pues solo quería humillarlo hasta cierto punto.

Sus nalgas estaban deliciosamente cruzadas de tiras rojas cuando al fin se quejo. Mas algo producido por el cansancio de la repetición que por el dolor, aunque su piel daba testimonio de el.

Era tan blanca que se enrojecia de una manera fascinante. Le durarían las marcas y Vinny lo reñiría por ello, tendría que prolongar su ausencia. Esto lo hizo sentirse mas irritado con Domhnall que su falta de interés en el matrimonio.

Le indico con un gesto a la turra de largo cabello negro, hasta las caderas, que se apartara. Se acerco a su adolorida esposa, sobando su carne caliente y odiando no poder pasarle la barbilla sobre el hombro para decirle:

-¿Seras una buena esposa?

-Yo soy una buena esposa. – le replico con furia en la mirada.

-¿Complaciente? – sonrio encantado.

-Soy tu esposa y no una ramera.

-No pusiste tantas objeciones con Vinny.

Dom respiro agitado. Aquello habia sido un error, un costoso error. Vinny…

-Si Vinny estuviera presente no me tratarias asi.

Que dijera la verdad irrito a Pacino aun mas que no hubiera caído en su cortejo.  Si no hubiera una explicación para tanto descaro no lo toleraría.

-Creo que hay un malentendido del que yo he sido culpable. – alejo a la turra de la vara con un gesto y continuo hasta que salio – Tuve que casarme contigo para tenerte; eso hace una diferencia para ti pero no para mi. Espero de ti lo que espero de cualquier otra de mis turras: placer, obedicencia y… gratitud.

-Te agradezco que salvaras la vida de mi hijo, de mi hermano y la mia.

-Demuestramelo.

-Ya lo he hecho.

Pacino volvió a sentir que se irritaba. ¿Habia tolerado que le hiciera sentir todo lo que una turra puede sentir? La oyo hacer un ruido raro. Estaba apretándole el cuello.

-Con todo tu poder no puedes obligarme a amarte.

Dom también quería hacerle daño.

-No – admitió Pacino, jalándolo del pelo y la cadera – Pero puedo forzarte a esto.

Le saco de golpe la tira de bolas chinas, sin siquiera disfrutarlo y lo violo, tan rudo, animal y salvaje como parecía gustarle, a la campesina.

-Si no fueras tan hermoso… - tiraba de su cabello, apretaba su cadera por debajo de la barriga para penetrarlo mejor – Tan hermoso…. – repitió ansiándolo con la mirada, deseando tenerlo, poseerlo de verdad.

Termino, agarrándole la cara, hundiendo sus dedos entre esos preciosos labios, el pulgar en la mejilla.

-Dejame ir… - le pidió, intuyendo que estaba receptivo a su belleza.

Pero Pacino no estaba dispuesto a renunciar a ella, era demasiada.

-Tu seme esta muerto. ¡Muerto! – lo sacudió – Este crio es mio, como tu y tu padre y tu miserable isla. Tal vez tu estes acostumbrado a no comer, pero tu bebe no.

¡Como disfruto sus ojos angustiados!

Se retiro de ahí, ordenando a Voreno que lo pusiera comodo, pero que no le diera de comer. Miro el jardín, con vestigios tristes de su fantasia elaborada a la luz del amanecer. Y se dirigio a las habitaciones de Keanu, a quien habia hecho creer que lo amaba y quien lo amaba de verdad.

 

***

 

  Gwaine sintió la brisa marina como nunca antes. La que tan bien había llegado a conocer, procedente del Atlantico, en las horas pasadas en la costa con y por Dom. La sentía como nunca antes, pues ahora estaba donde se generaba. La sentía convertirse en viento a su alrededor, intensificarse, ondear en el aire como una serpiente. Cobrando fuerza, vigor.

Inhalo el aroma del agua, enfriándose, y la imagino cayendo sobre Domhnall, sobre la casa de sus padres. Visualizo el rostro de su turra, tan cercano al grueso vidrio rustico, que lo distorsionaba, asi como lo distorsionaban las gotas que impactaban y caian, impactaban y caian, corrian, sobre la mejilla de Dom.

Sacudio la cabeza. La sombra de las nubes que se condensaban sobre el lo cubrió, pero otra, mas pesada y ominosa, lo perseguia desde el inicio del viaje.

Regresaba rico a Irlanda, pero saberse rico no se sentía como imaginaba. No lo afectaba, y solo cuando imaginaba que ya podría comprarle a Domhnall su vestido de novia lo hacia sonreir. Ropones de bautizo a sus futuros hijos, y bebida en grande para todos sus amigos.

-¿Tu también vas a celebrar la tormenta? – le pregunto Will, que nunca se alejaba mucho de el o Burton. Wilde lo detestaba.

-¿Por qué no?

Los vikingos ya desgarraban las tiras de carne salada, a falta de las reses vivas, como sacrificio a Thor, el invitado de honor que en breve anunciaría su presencia.

-Pero no te emborraches. – pidió, agarradole el brazo.

-No lo hare. – le dijo, y no solo para tranquilizarlo.

El Gwaine de hacia unos meses hubiera sido el primero en bañarse de cerveza al oir la palabra fiesta.

Pero ahora no se le antojaba. Es decir, si se le antojaba, pero no con ese frenesí entusiasta de no perderse ni una gota ni una nota.

-¿Qué haras cuando llegues a Inglaterra?

Will miro el horizonte con el mismo desanimo con que el lo hacia cuando se alejaban, no se acercaban, del oeste.

-No se si regresare.

-Seguro que tu First lord te perdona.

-¡Oh si! Es tan bueno, pero por eso mismo no puedo presentarme a el, con esta deshonra.

Para darle animos, Gwaine le sobo el brazo.

-Ya veo que estas sobando algo mejor que la masa – le dijo Burton, cubierto de harina y hollín del pecho a la coronilla, lo que era visible de el sin terminar de salir de la boca del lobo – pero necesito que me ayudes. Hay banquete esta noche porque el mamonazo de Thor esta soltándose pedos. Con perdón de la señorita.

-Yo también ayudo. – dijo, bajando detrás de Gwaine, poniéndole las manos en la cintura para no dar un mal paso con el deslumbramiento.

*

Las tormentas al oeste de Irlanda suelen ponerse feas y esa no fue la excepción. Los vikingos no podían estar mas festivos, tocando con las melenas chorreantes de agua en una cubierta que se balanceaba en angulos imposibles, hechando a uno que otro al mar embravecido, cuyas olas en picada eran telon para sus solos con headbang, guturales al estabilizarse, compitiendo su rugido en resonancia con el del trueno.

La fiesta, y la tormenta, no podían ser mas intensas.

 

***

Lucio Voreno, general retirado del imperio romano, no era un varon viejo, ni insensible, a pesar de lo que sus hijas turras opinaran. No se llevaba bien con la angustia turranina, menos cuando la padecia una pobre turra embarazada. Aun asi, era mas tolerable que un emperador que lo hacia salir de la batalla porque no recordaba donde había dejado sus pantuflas.

Le pesaba ver a esa pobre turra tan hermosa, abrazandose la panza, mordisqueándose los labios y acusando todos los síntomas del hambre que la acuciaba. Habian terminado de limpiar los rastros de la fiesta (ya le hubiera gustado verla, pero tuvo que vigilarla volteado para el otro lado) y de sacar a las turras que no permanecerían, con su pago y amenaza. La seguridad de la Quinta volvia a ser la misma, pues la domina (se había acostumbrado a pensar en ella de ese modo) no regresaría ese dia.

-¿Puedes darme algo de beber?

La turra se había acercado a la puerta. Tenia los labios resecos.

-Si. ¿Qué?

Ya se le había ocurrido esa manera de ayudarla, pero tenia que esperar a que se le ocurriera a ella sola.

-Leche con miel. Mucha.

Se la llevaron de inmediato. Domhnall bebio como un naufrago. Caminitos escurrían por su barbilla, perdiéndose en su cuello, con la fea marca de una mano. Movia a compasión, pero ni compasión ni tentación, si quería conservar la cabeza y ese trabajo tan relajante.

 

Engañado su estomago con la llenura del liquido, Domhnall pudo hacer a un lado la horrible angustia por el hambre de su bebe para pensar.

Vinny era lindo pero estaba sometido a Pacino. No podía confiar en que lo protegiera. Gwaine estaba vivo, quien sabe donde, y su papa, pensó con dolor, lo había entregado. Ni pensar en sincerarse con el, pues seguramente Pacino leia sus cartas.

Seguiria como hasta ahora, aparentando que era un hijo y esposo obediente, pero escaparia. Cuando Pacino le había acariciado el vientre, diciéndole que el bebe era suyo, se estremecio: entregarle el bebe de Gwaine a Pacino, era horrible; la máxima traición, aun mayor que la que había cometido con Vinny. Ahora que lo conocía, preferia que fuera un bastardo. No estaría con el ni le entregaría a su bebe.

Pero… ¿Cómo escapar, estando tan embarazado y guardado? Estaba seguro de que mil guardias lo vigilaban, aunque no pudiera verlos. Estaban en alguna parte, comandados por ese pelirrojo de piedra.

Su parte lógica, creía, le decía que esperara hasta tener al bebe para escapar mas fácilmente, pero el instinto salvaje de protegerlo lo urgia aun mas que la añoranza por recuperar la libertad. Un temor irracional de que le quitaran a su bebe, nacido de sus entrañas de madre, que apenas podía contener, lo acuciaba a actuar rápido.

Ahora, mas que nunca, sentía la falta de Gwaine.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Con este capitulo vienen dos grandes recomendaciones musicales, Pride, de U2 (Bono, de mis primeros amores) https://www.youtube.com/watch?v=wojbigOmPws

y Goi, Rode, goi!, para la parte de los vikingos

https://www.youtube.com/watch?v=A7fuuDc2hH0

Slán!

Pd: lamento la tardanza en publicar el capitulo, pero estuve gravemente enferma.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).