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Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

El money es el money.

Retrotraigamonos una vez mas en el tiempo, hasta la noche en que Gwaine se entero que a Domhnall se lo habian llevado.

Aquella noche, sus dos amigos dejaron sus diferencias para apoyarlo. Olvidaron la pequeña guerra de venganzas que uno contra el otro llevaban, de ofensas reales y fingidas.

Wilde sorprendio a Burton mirandolo sobre la cabeza caida de su sollozante amigo, y por primera vez en mucho tiempo no evadio la mirada. Dejo que sus ojos se comunicaran, que sus almas se conectaran.

No hizo nada mas, porque estaban en publico. Palmeo la espalda de Gwaine y lleno su tarro cuando este se vacio. Pero sintio los dedos de Burton, rozando los suyos, apenas unos segundos, sobre la espalda de su amigo.

No bebieron tanto como el porque una extraña opresion los perturbaba desde el estomago. No les parecia apropiado embrigarse, cuando era Gwaine el que sufria asi.

Al lado del corazon roto de su amigo, su ego maltrecho porque Wilde fuera considerado mas importante que el se le ponia en perspectiva a Burton. Le parecia infantil sentirse molesto porque Wilde fuera reconocido sin ningun merito.

Penso, tambien, en lo duro que debio ser para Wilde ser mas pobre que el, y por ende, menos meritorio. Si el se habia sentido asi durante este viaje, Wilde se habia sentido asi desde que se conocieron.

-Ya cayo. – dijo Wilde, cuanto tras levantarle la cabeza por los cabellos y soltarsela cayo de vuelta, siguiendo perfectamente la ley de la gravedad.

-Sacale la nariz del charco. – la cerveza sobre la mesa era poco profunda, pero habia quien se habia ahogado en ella, como Terry O’Brien. – Llevemoslo a acostar.

-¿Donde lo acostaremos?

-En la cama de su prometido.

-Converti el cuarto de Dom en un pequeña sala de apuestas. – dijo Mary, que pasaba de un borracho a otro apuntandoles la cuenta con un carbon en la frente – Tirenlo en la paja – añadio al ver que se quedaban mirandolo pasmados – No voy a sacarlos ahora que la casa gana.

Con un brazo sobre cada uno de sus hombros, los dos hombres llevaron a Gwaine al establo, donde entre la nueva mula de Paddy y la pared lo acomodaron, suavemente arropado por la dorada paja tibia.

-Parece un perfume frances enviado por correspondencia. – observo Burton, sin animo de presumir.

-Asi soñaba yo con dormir cuando vagaba sin un penique por las calles de Dublin.

-Hubieras recurrido a mi. – le agarro las manos Burton.

-Lo hize, en cuanto te conoci. Al principio pense que eras un ricachon pedante. Luego me di cuenta que eras un ricachon pedante, pero igual... me agradas.

-¿Solo eso, escritor de tres al cuarto?

-¿Que podemos ser, sino amigos?

-Podemos ser lo que queramos, ¿no te lo ha demostrado este viaje? – lo tomo por la cintura histrionico, extendiendo una mano a donde la paja mierdosa se apilaba – Yo, un gran cocinero; tu, un gran navegante.

-¿Admites que soy un gran navegante?

Wilde aguardaba su respuesta con los ojos brillantes.

-Si. – se rindio Burton, y Wilde lo beso.

La musica de fondo dejo de ser los ronquidos de la mula y fue la de las campanas celestiales, para Burton. Fue mejor que el aplauso del publico, para Wilde.

-Te amo. – le dijo Burton, sintiendose como no se habia sentido con ninguna de sus aventuras.

-¿De verdad?

-Con todo mi corazon. Ahora que tambien eres rico – le alzo las manos, entre las suyas – mi fortuna no sera un obstaculo entre nosotros.

-Mi pobreza, querras decir.

-Estaba a punto de renuciar a ella para estar contigo.

-No, porque vamos a tomar medidas tan desesperadas – ademas del gusto por un bolsillo lleno de peniques, Wilde se imaginaba lo descontento que estaria un Burton que no tuviera rost beef para todos los dias.

-Podremos vivir juntos: como somos ricos, nadie tendra nada que decir.

-¡Y aunque lo dijera! Por ti, seria capaz de soportar que dijeran: ”miren, ahi va esa turra fea, admitiendo finalmente que es turra porque la mantengan.” Soy un seme Richard, lo juro por dios.

-Yo tambien amor, aunque... una gitana me dijo una vez que nunca las pusiera porque me podia quedar embarazado. Pero no le hize caso, y nunca las he puesto.

-Cuanto me alegro... – dijo Wilde, que no podia decir lo mismo.

-Perdoname por haber sido un tonto.

-Te perdono.

-¿Y ahora?

-Vayamos al granero. Nunca me ha gustado hacerlo con los animales mirando: ¡es tan de pobre!

 

*

Sus cuerpos no eran perfectos, pero eran perfectos el uno para el otro. Los brazos de Burton eran un poco cortos, pero abrazaban a Wilde como este lo necesitaba. Y Wilde abandonaba sus pretenciones de semedad en brazos de su amante; se habia dejado caer en la paja, tirandolo sobre el, llevando su cabeza a donde la necesitaba: al cuello, al pecho, mas abajo.

Y Burton no le habia hecho ascos. No a el. Le gustaba tanto la polla como a cualquier suke, esa secreta pero abundante modalidad. Ni bien seme ni bien turra, algo intermedio, capaz de embarazar y ser embarazado, de acuerdo con la leyenda. Burton nunca se habia sabido padre, a pesar de sus muchas conquistas, y Wilde menos, aunque quedaba la duda por la falta de ellas.

Conquistas turras, es decir. Como seme invertido que se sentia, Wilde buscaba varones y se entregaba a ellos, y si un par de veces, en sus peores rachas, habia recibido favores ademas del favor, era algo que a Burton no importaba. La turra androgina, machorra, tenia preferencias muy marcadas, y la preferida de ellas era Wilde. Con su cara larga de ingles y sus pies grandes, con lo que fuera. Sus labios eran deliciosos, su boca, todo lo que necesitaba.

Error, mientras hacia bajar sus manos por sus caderas huesudas. Error, era mas lo que necesitaba. Masajeaba sus nalgas mientras se besaban, Wilde lo abrazaba con sus piernas mientras se frotaban. Su seme le sabia a miel, a cerveza calida con especias, lo confortaba como un refugio en una noche helada de Dublin.

Burton no lo juzgaba. Sus ojos azules, pequeños, lo miraban con un cariño limpido. Lo besaba con una sinceridad, lo acariciaba con tal vehemencia. Se frotaban con tal placer, con tal igualdad. Pero seguiria habiendo equidad entre ellos si ambos se daban lo que querian. Lo que necesitaban.

Wilde se preparo a si mismo. Al darse cuenta de lo que hacia, los iris de Burton se encendieron de deseo. Se sento sobre sus rodillas, entre las piernas flexionadas de Wilde, para mirarlo hacer. La turra de corazon, halagada en la venilla del gusto, se los dio a ambos, desplegando su talento histrionico a dos, tres dedos, masturbandose con tanta energia y profusion de gemidos que al pelinegro se le hacia agua la boca.

Y la punta de la polla tambien. Pero no queria imitarlo, no porque le diera verguenza, sino porque Wilde le gustaba tanto que le queria cumplir bien. Aparto sus golosos dedos, lamio en redondo el dilatado agujerito, lamio un par de veces mas, y luego, apretando las piernas contra su torso pasadito de peso, lo embistio con la habilidad que para ello tenia en las caderas, haciendolo maullar de gozo mientras se la metia sin ayuda de manos, solo polla, entrando y entrando, sintiendose deliciosa, caliente, satisfactoria.

Burton la tenia bien dura y la sabia mover; Wilde la apreciaba en lo valia. ¿De que servia que fueran muy grandes si eran toscas? Habia salido lastimado en mas de una ocasion, y ahora, maduro, sabia apreciar mejor a un amante sibarita. Y Burton lo era, le constaba en cada besito, en cada atension que le prestaba mientras se lo cogia, ¡y que bien cogia! La experiencia que habia agarrado... agradecia a cada una de las malditas zorras suertudas.

”Si dura va a ser un sueño”, se decia en la mente, haciendo um y apretandolo con todo su cuerpo, a la vez, una y otra vez, ”Que dure, que dure”, y Burton duraba, aunque era duro. Wilde era suavecito, y tenia que distanciarse mucho de el y lo que hacia, ”separse”, lo llamaba en su mente, para poder tener un desempeño digno del que ufanarse. Darle a Wilde, hollar una y otra vez su culo satinado, palpitante. Goloso y caliente, queriendo sentirlo, apretando cada vez mas.

-Querido – le hablo derepente, dando palmaditas en el rostro para que reaccionara – espero que estes a punto de correrte porque yo lo estoy.

-Ah... si – Wilde lo abrazo, las nieblas disipandose de sus ojos para ubicarlo – si – lo abrazo – si! – mas fuerte – Siii!!!

Babeante y con los ojos en blanco Wilde se corrio. Y fue hermoso para su amante. Burton se corrio en el con mas gusto de lo que lo haria en Afrodita. Se corrio en el y se quedo placidamente acostado sobre su pecho, mimado por el.

 

***

 

-Tio, no podemos dejar que Domhnall se vaya asi.

-¡Lo sabia! – Pacino clavo triunfal la pluma en el tintero – Hare que lo traigan...

-Nada de eso. Me refiero a que no podemos dejar a un pobre mama primerizo solo la primera vez. Podria morir, y el bebe se quedaria sin hermanitos.

-¿Que quieres que haga?

-Mandarle ayuda.

-Se la mande: al pueblo mas cercano, pero nunca llegaron.

Vinny abrio sus enormes ojos avellanados.

-¿Crees que hayan caido al barranco?

-Ya habrian encontrado sus cuerpos... No, creo que estan escapando por las montañas.

Como un par de cabras, omitio decir.

-¡Por las montañas! ¿Que comida van a encontrar? ¿Que ayuda? Tio, tenemos que encontrarlos.

Pacino jalo el cordon de la campanilla plateada.

Voreno aparecio en el acto.

-Lucio, envia comadronas...

-y medicos.

-... y medicos a las montañas, a los pueblos cercanos, a cualquier lugar donde pudieran estar mi esposa y su amante. Quiero que ella de a luz con tanta seguridad como sea posible y, que no se enteren que los ayudamos.

-Entendido. Patrullas no armadas que deben ubicar y ayudar a su esposa. Camufladas. ¿Como peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela?

-Si, esta bien. – concedio indiferente Pacino.

Voreno se cuadro y salio respetuosamente de la habitacion.

Vinny le salto al regazo a Pacino, con lo que la vieja turra crujio.

-Eres el tio mas bueno del mundo. – declaro, abrazandosele al cuello, dandole un beso.

Pacino lo prolongo, sobandole la pompa y un carnoso muslo.

Vinny se le remolineo. Cualquier hora era buena para el amor, en especial con su tio.

Pacino lo fue empujando contra el escritorio. No tenia fuerzas suficientes para subirlo en este. Sin embarazo de por medio podian estar deliciosamente cerca, muy cerca: las bubis de Vinny se aplanaban contra las claviculas de Pacino, subiendo mas y mas conforme mas se apretaban, saliendose casi por completo del escote, con un exceso de lozania que les faltaba a las mejillas que rodeaban.

Pacino se zambullo entre sus bubis, gozandolas. Entre los cuatro crios, apenas y le dejaban una probadita de leche, pero las bubis de Vinny siempre estaban firmes, grandes, llenas. Eran una delicia de bubis, tan generosas, abundantes.

Movia la cara entre las bubis, le estrujaba las pompas con deseo, y eso que al ser turra, llevaba la abstinencia postparto mejor que la mayoria de los maridos.

-¿Como esta tu lindo agujerito? – le pregunto asomando como una flor de entre sus bubis.

-¿Porque no lo revisas? Creo que unos besitos le harian mucho bien.

Vinny solito se paro, echandose las naguas para arriba y trepandose a gatas en el escritorio, bajas, con sus alucinantes pompas tan cerca de sus delgados tobillos.

Pacino se puso de pie, pues a esa altura podia comerse facilmente a Vinny. Su pobre agujerito, tan lastimado. Aun se veia muy rosado, aun se estremecia del mal modo al tocarlo, y eso que era el mas cuidadoso roce de su lengua.

-¿Estas seguro? – pregunto con las manos sobre los trofeos.

-Por favor. – echo la colita atras. Necesitaba, realmente necesitaba, sentirse uno con su tio, aunque fuera asi.

Pacino comenzo a rodearlo con gran deleite, con gran cuidado. Era un manjar delicado, uno que no habria tocado con el petalo de una rosa, por mucho que lo deseara.

Con el petalo de una rosa.

No lo tenia a mano, pero si una pluma. Espero a que la piel se secara, que la saliva se evaporara del caliente agujerito, y la cogio.

-¡Ah! – Vinny respingo.

-¿No te gusta?

-Si – no era la primera vez que la usaban – Hazme lo que quieras.

Pacino mordio una jugosa nalga. Era tan delicioso, tan complaciente, su pequeño sobrino. Acaricio sus bolitas tambien, con la enloquecedora textura. Jugueteo con su hoyito, con la pluma, con la lengua, encargandose de darle cosquillas en las bolitas, escuchado los jadeos entrecortados de Vinny.

Duval no habia tenido nada de eso, ni lo tendria hasta que Vinny quisiera procrear otro bebe.

Sus jadeos se incrementaban. Su amor por su tio tambien. Queria ser ya uno con el. Abrazarlo, tenerlo, necesitarlo: necesitaba necesitarlo, le gustaba sentir esa sensacion.

-¡Tio! – grito, corriendose, esperando que Pacino lo penetrara en el paroxismo de placer.

Pero era demasiado esperar de alguien que lo cuidaba tanto. Dejo la deliciosa colita de Vinny y lo tumbo de lado, subiendose en el escritorio al lado de el para que lo abrazara, lo aferrara, en lo que el le prodigaba besos y caricias, palabras de amor, aguardando pacientemente su satisfaccion fisica hasta que Vinny estuviera satisfecho.

Sus hermosos ojos castaños se abrieron, solicitandole que lo apapachara un poco mas, y el accedio gustoso, orgulloso de no ser como las bestias esas, incapaz de contener sus impulsos, de necesitar una violenta satisfaccion.

Poco a poco, entre besos y ternezas, comenzaron a frotarse.

 

Continuara...

 

Notas finales:

Vean Geostorm! el presi es vinny, viejito <3

Slán!


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