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Haciendo irlandesitos. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

La caballeria al rescate, un clasico.

El clíper cruzo como una saeta entre las dos Skelligs, aterrorizando a los monjes, que gritaron “¡Vikingos, vikingos!” y “¡Señor, estoy listo para el martirio!”, pero con Pacino aferrado al bauprés y sus tensas bolinas, nada de eso paso. Tenia los ojos clavados en el premio, el exquisito acantilado contra el que se rompían las olas y al que se dirigía.

-Tendremos que desmbarcar mas al norte, en Valentia. Queda mas cerca que Balleskelligs.

-Estamos preparados para desembarcar en cualquier situación, ¿verdad muchachos?

Dos marineros, que no habrían estado fuera de lugar entre tropas de choque, le mostraron sendas ballestas para alpinismo.

Brendan creía tener mas prisa que Pacino, y se preguntaba como evitarían que la nave se hiciera pedazos contra los acantilados, pero si su amigo decía que podía hacerlo, podía hacerlo.

Cuando estuvieron a unos veinte metros los ballesteros tiraron. Casi de inmediato, el capitan viro noventa grados, a punto de chocar, y encallo adrede en una pequeña playa negra a la que habia llevado muchas veces a Domhnall a jugar.

-¿Señor? – le dijo un ballestero, haciendole notar que el otro ya llevaba a unos quince metros a Pacino.

Brendan no creía que el hombre pudiera con el, pero el tampoco se habia olvidado por completo de como hacerlo. Pacino los aguardaba impaciente arriba.

-En la casita, todo derecho.

Se veía iluminada y muy alegre. Brendan no habia dicho a Al que habia convertido su casa en una taberna, por lo que la animada fiesta lo desconcertó.

“La novia dejada”, rezaba en la entrada y al abrir la puerta y pasar, con trabajos, junto con Pacino, Paddy grito:

-¡Burton y Wilde! – regresando decepcionado su cabeza de inmediato al plato de botana frente a el.

-¡Querida! – dijo Brendan al ubicar a su esposa casi detrás de el, con el garrote.

-Que rápido volviste. ¿Naufragaste?

Venia mojado.

-No, vengo con mi amigo Al.

Se lo presento. Pacino buscaba desesperadamente a Domhnall entre la multitud.

-Hola tio. – lo saludo alegre y apurada su sobrina Eli.

-Hola tio. – lo saludo de vuelta su gemela Eili.

-¿Qué hacen Eli y Eili aquí?

-Ayudan con la taberna. Ha tenido mucho éxito y Eri no se daba abasto atendiéndola.

-¿Y… donde están Domhnall y Brian?

Pacino le agradeció que lo preguntara.

-No se.

-¿Cómo que no sabes?

-Pues asi, no sabiendo.

Pacino la mataba. Mary, resignada, continuo:

-El dia que fui a depositar el importe de tu envio a Killarney los mande por mas bebida para la taberna, pero no los encontré. Un vendedor de yoyos ambulante me dijo que les habia vendido toda su mercancía a dos muchachos como por los que yo preguntaba, y que se alejaron en carreta en dirección a Kilcorney.

-¿Y que hiciste?

-Pues pagar por el envio de la mercancía, por supuesto, y regresarme caminando.

Tenia su lógica si eras Mary.

-¿Qué crees que hayan hecho?

-No lo se, tal vez decidieron convertirse en vendedores de yoyos ambulantes, pero creo que han ido a buscar a Gwaine.

-¿Tienes noticias suyas?

-Solo que una pareja pago su deuda en Kilcorney.

El jaleo de la taberna le incrementaba el dolor de cabeza a Brendan. Apenas estaba encarando a Al cuando este le pregunto:

-¿En que dirección queda?

Los esposos le señalaron.

-¿Pueden comprarse caballos rapidos ahí?

-Si.

-Excelente. – se volteo a su ballestero – Ya sabes lo que tienes que hacer.

El hombre saco de su mochila una jaula y de la jaula una paloma. Mientras tanto el otro le habia facilitado papel y lápiz. El hombre aseguro el mensaje a la patita de la paloma y salio a hecharla por la puerta.

-¿Cuántos caballos tienes para que vayamos a Killarney?

-Dos y un burro.

-Tu y yo iremos a caballo y el cura en burro.

El cura venia llegando con otro marinero-ballestero.

-¿El cura? – pregunto Mary.

-Si. Para casarme con Domhnall en cuanto lo encontremos.

Avivados cuchicheos chisporrotearon, y varios rostros curiosos vieron alejarse a todo galope, y a toda carrera, a Brendan, su amigo, el cura y los matones.

 

*

Brendan no sabia como agradecérselo. Estaba mortificado por el comportamiento de Domhnall, solo se lo explicaba por lo sorbido que le tenia el seso Gwaine.

Pacino estaba molesto, podía sentirlo. Era casi como un aura negra a su alrededor. No esperaban encontrarlo en Kilcorney, pero que atravesara tan rápidamente Killavullen, Killeenleagh, Kildorrery y Kilbeheny sacaba de sus casillas a Al, agotado por el viaje y la maldita tormenta irlandesa que tenia años sin experimentar.

Mucha gente los habia reconocido a su paso, y que en las tabernas usaran el nombre de Brian y le dejaran recados a el y a Gwaine no lo hacia precisamente la mejor operación encubierta de la historia.

-Descansemos en Kilmanahan. – le propuso y Al asintió, de mala gana.

El, que ya estaba saboreándose ese bocadito desde que avistaron la costa en el horizonte el dia anterior.

-¡Dios los bendiga! – los saludo el posadero con sendos tarros de cerveza. Iba en camisón y gorro de dormir. Al acepto la cerveza y la vacio de un trago - ¡Menuda tormenta hemos tenido! ¿Desean los caballeros habitaciones contiguas? O tengo una habitación excelente para un buen par de amigos, a un modico precio que incluye la comida pero ni una gota de bebida.

-Lo que sea estará bien. – dijo Al a Brendan. – Pero que nos tengan caballos frescos al amanecer; no tenemos un minuto que perder.

-¡Valgame! ¿No son tampoco ustedes de la armada inglesa?

-No – escupio en el suelo Brendan – Irlandeses.

-¡Que curioso! Asi mismo me dijeron unos jóvenes bromistas antes de la tormenta, ¿verdad Mally? – Mally asintió – Un joven que tenia su mismo color de pelo, de donde su señoria no esta canoso, y el otro tenia su misma cara y complexión, aunque menos barriga.

Pacino estaba interesado en lo poco que hacia que decía haberlos visto.

-¿Se hospedaron aquí?

-No, rechazaron la misma habitación que dare a sus señorías. – los matones, y el cura, hablaban de gente de mucho dinero.

-¿Por qué dice que eran bromistas?

-Porque se presentaron como esposos, pero cuando hablaron, bueno, cuando hablo el varoncito, me quede con muy mal sabor de boca, porque…

-Sonaban igual. – dijeron a la vez, y luego el posadero continuo.

-Si, hasta que Mally me dijo: “bah! Pero si son los hermanos Gleeson, ¿no te has dado cuenta?” Y me la di y me heche a reir, ¡claro! Buscando a Gwaine.

-Si están tan cerca preferiría continuar. – dijo Pacino a Brendan.

-¡Oh! No creo que hayan ido lejos, con la tormenta. Se los adverti, les dije: no llegaran a Kilsheelan, y seguramente no llegaron. El camino es en realidad un arroyo que baja de las Nile, en el cruze.

Brendan se volvió preocupado a Pacino.

-Si la carreta fue arrastrada al lago…

-Sabe nadar, pero será mejor que vayamos. – el posadero, que ya veía irse otros buenos clientes, se apesadumbro – Gianni, dale a este buen hombre unas monedas por sus servicios y que nos preste sus mejores caballos.

-¡Cuchulian y Cthulhu! No los hay mejores señoria, y que bueno que lleva a estos fornidos caballeros, porque en las Nile se han empalizado unos malditos verracos ingleses de Plymouth.

-¿Muchos?

-Unos veinte, sin contar turras y niños.

-Vayamos.

Pacino estaba cansado, pero sabia como se las doraban los mormones del viejo continente, y si le tocaban su propiedad, no iba a haber tormento suficiente sobre el infierno para castigarlos.

 

***

Al alba les entregaron sus ropas “de ingleses” a Dom y Brian; unos sencillos trajes de viaje, sucios y gastados. Los santos hermanos de Plymouth siempre tenían leña seca, y ganas, para quemar a la gente.

A la del cepo la acomodaron de ladito para que viera y en la explanada principal, el patio rodeado por todas las casitas, se alzaban dos grandes montones de leña con sendos palos al centro. Enfrente, tras adusta mesa y sentados en sillas de respaldo elevado, el Justo Juez, el Fiel Guardian y los Fariseos del Templo, aguardaban a que los guardianes llevaran a los padres del Anticristo.

Cuando aparecieron, los Testigos de la Verdad abuchearon.

-Ingleses pecadores…

-¡Que somos irlandeses, joder!

-¡Los irlandeses son del diablo! – no se podía gritar sin que Gruñis secundara.

-… aborrecibles herejes, hermanos concupiscentes, turrazuela del diablo…

-Del diablo. – le susurraron las otras a Gruñis, que sonreía con ambos pulgares arriba.

-… están acusados de cometer abominación, tener sexo antes del matrimonio, no tener sexo en el matrimonio, de no estar casados, de casarse siendo hermanos, ser bígama la prostituta de Satanas, ser un marido complaciente el hermano, conspirar para iniciar el Apocalipsis, estar embarazada del Anticristo la meretriz del condado de Kerry (Arcabuz 2 asintio complacido), de ser herejes e incitar a la herejía y de negarse a edificar a los santos hermanos de Plymouth con el espectáculo de su fornicacion. Y esto, que sepamos. Quien sabe de cuantos crímenes y pecados mas serán culpables.

La multitud rabio: habían escuchado con creciente entusiasmo la lista de fechorías.

-¿Insisten en no redimirse edificando a los santos hermanos de Plymouth? – inquirio adelantándose el Fiel Guardian.

-¡Vete a la mierda! – le grito Brian con todas sus fuerzas.

El grito se escucho abajo, en el camino, y los que venían apretaron espuelas.

-Testigos, estos pecadores contumaces se niegan a arrepentirse. La pestilencia de su aberración llega hasta nuestras narices (la turra avinagrada respiro tranquila), y no podemos permitirla. No dejaremos que traigan la perdición. Hoy, aquí y ahora, en esta tierra bendita de Nueva Jerico de Gales del Sur acabaremos con el Apocalipsis antes de que empieze. ¡Si hermanos! – se paro y se exalto como Gruñis - ¡Acabaremos con el Anticristo nonato y con su madre, la meretriz de Babilonia, y con su hermano y esposo, el monstruo de nueve cabezas de la Tierra de Egipto!

La verdadera tortura era oir tantas sandeces, mas que estar amarrados a los palos, con locos a la moda del mil seiscientos aguardando impacientes la hora de prenderles fuego.

Domhnall lloraba; no podía perdonarse que por su culpa asesinaran a su bebito, a su hermanito. Brian estaba tan furioso que las cuerdas amenazaban con romperse.

Un brillo proveniente del camino fue lo primero que vio. Y luego otro y otro. Eran proyectiles de ballesta, clavándose en los pechos de los que sostenían los hachones.

-¡Aquí, papa! – grito Brian al verlo.

-¡Papa! – repitió Domhnall, alzando los ojos en dirección a la caballería que venia a rescatarlos.

Flechas cayeron sobre las turras de la multitud, verdaderas bígamas y ejemplo de vicio. El Justo Juez se dio a la fuga, pero sus muchos años no lo ayudaban. El Fiel Guardian sigio su ejemplo, pero Ballestero 1 lo lazo, arrastrándolo.

Brendan y Pacino competían para liberar a Domhnall, pero al verse liberada, la turra abrazo a su papa. Ballestero 2 libero a Brian, que se unio al abrazo grupal y Ballestero 3 organizo a los mercenarios locales para que rodearan a los guarros de Plymouth. El padrino habia ordenado que no los mataran hasta saber como. El ultimo en ser capturado fue el Justo Juez, tres pasos mas lejos de donde habia empezado su huida.

Pacino estaba boquiabierto frente a la belleza de Domhnall. Atado en medio de una hoguera, como una Juana de Arco moderna, lloroso y maltratado, lucia arrebatador. Por lo que podía ver, solo sus muñecas estaban enrojecidas, rozadas por las ataduras.

-¿Estas bien mi amor? – su papa le agarraba la carita para que atendiera - ¿Qué te hicieron esos mamarrachos?

-Me dijeron que me iban a quemar...

-¡E iban a hacerlo! – protesto Brian

-querian matar a Brian también, y a mi bebe, ¡a mi bebe papa! – se le abrazaba chillando histérico – dijeron que Gwaine era el diablo…

-¡El diablo!!! – grito Gruñis espantando a Ballestero 2, que le dio un zape.

-… y mi bebe el anticristo y por eso nos iban a quemar.

-¿Quisieron violarte? – pregunto el desconocido que lo miraba intensamente.

-Querian que me acostara con Brian delante de ellos.

Papa oso gruño y los fulmino con la mirada.

-¿Te pegaron?

Dom negó y volvió a abrazarse a su papa, hundiendo el rostro en su pecho. Sentadito en el piso, de lado, se le marcaban los muslos bajo la falda, y las caderas: en todas las horas que Brendan se lo alabo, no pudo decirle lo importante; que era alto y delgado como un junco, tan estrechito del torso como anforado de las caderas, con una figura deliciosa.

Ballestero 1 estaba esperando sus instrucciones.

-Desollen a los varones antes de matarlos, azoten a las turras y jalen los cabellos de los niños.

-¿Y los adolescentes?

-Azotaina a tu criterio.

Brian estuvo muy de acuerdo en la sentencia.

-Y a ese cerdo depravado – dijo señalando a Arcabuz 1, mejor conocido como el Fiel Guardian – saquenle los ojos también.

-Y cuelguenlos de las patas para que se desangren. – añadió papa Brendan.

Pacino asintió y sus hombres hicieron desaparecer a la multitud tras las casitas.

-¿Presto celeibro os esponsales? – pregunto el cura portugués que Pacino traía.

Dom lo miro. Otro cura de acento raro: esos estaban bien locos.

-Ñao. – contesto Pacino. No se le antojaba casarse en un maldito villorio amish. Y si ya habia esperado tanto, ¡tanto! por la turra bien podía esperar un poco mas. Un par de horas en lo que regresaban al pueblito y la arreglaban.

Brendan volvió a agradecérselo con una tierna mirada: que tuviera la consideración de dejar que Dom se tranquilizara. Lo cargo como princesa, por lo que el novio pudo ver lo bien formadas que tenia las pompas, lo bonita que era su espalda.

-Regresemos al pueblito. – llamo a Ballestero 3 y a dos mercenarios para que los acompañaran.

 

 

Continuara...

 

Notas finales:

hasta un granero es preferible a un maldito villorio amish para casarse.

¿se casaran, se casaran de verdad? ¿y gwaine? omg!

Ya ni yo me acuerdo! XD

Besitos

Pd: me dolio mucho, mucho, mi pobre espalda.


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