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UN DESTINO DIFERENTE por shiki1221

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Notas del capitulo:

Hola :D lamento el retraso en actualizar pero a quienes tienen mi facebook sabran que por cuestiones de salud no pude actualizar pero como ya estoy mejor regrese :3

Una cosa màs para evitar problemas a futuro, este fic contiene M-preg, muerte de personajes, lemon, y quizás tortura (aun no sé) en cuanto averigue como poner más de una advertencia al fic lo cambiaré pero por ahora lo aviso por aquí

CAP 4: El veredicto

Por lo que se llegó al acuerdo de que Uchiha Sasuke sería declarado… inocente.

Sin embargo, al considerar las acciones pasadas que éste había tenido no se lo podía dejar gozar de una libertad absoluta. Estaría fuera de las celdas, según lo dictado, pero no por ello lo dejarían ir sin más y sin ningún tipo de precaución. Por lo que se llegó a un acuerdo, el cual consistía en que sus poderes y chakra debían ser sellados, esa era la única manera en que se podría evitar el confinamiento o sentencia de muerte que correspondería a un criminal tan peligroso como él.

Empero, tenían un problema, no había manera de que algún ninja común y corriente pudiera crear un sello lo suficientemente poderoso para alguien como el sobreviviente de los Uchiha. Los sellos poseen un poder equiparable al chakra de la persona que lo utiliza y para que sea efectivo debe superar al chakra de la persona sellada. En este caso en particular sólo existía alguien que se podía medir en poder con el portador del sharingan: el héroe de la guerra, Naruto Uzumaki. El jinchuriki se negó rotundamente a quitarle su chakra a Sasuke, para él era injusto lo que querían hacerle, pero no le quedó más opción que aceptar cuando la libertad del de cabellos negros dependía de ese sello.

Al portador del Kyubi se le permitió finalmente hacerle la tan esperada visita a su mejor amigo, pese a que las circunstancias no podían ser peores, le alegraba tenerlo nuevamente frente a él. Un anbu asignado por el consejo fue el encargado de escoltarlo hasta la celda donde mantenían prisionero al acusado. Recorrió aquel camino como si fuese su propia sentencia de muerte. ¿Así se habría sentido Sasuke cuando lo llevaron? Miró con atención su alrededor, a medida que avanzaba la luz era cada vez más escasa, las gruesas paredes ahogaban los sonidos del exterior haciendo al lugar sumamente silencioso. A su vez, seguramente las oscurecidas paredes, debían evitar que los gritos de los prisioneros, víctimas de las sesiones de interrogatorios escaparan. Un lugar aislado y tétrico, silencioso de manera enloquecedora y oscuro causante de potenciar los sentimientos de soledad reinantes.

Al llegar a su objetivo, el ninja que hizo de escolta se alejó prudencialmente, pero aún mantenía los ojos en ellos, vigilando que no intentara liberar al prisionero. Su misión era evitar la fuga del Uchiha, si éste se resistía tenía la orden de ejecutarlo de inmediato, por lo cual el aclamado héroe debía cuidar lo que hiciera. Cuando Naruto ingresó a la celda, se encontró con Uchiha atado completamente por una camisa blanca y sus ojos habían sido cubiertos con telas negras, las cuales poseían sellos para impedir que intentara algo (N/A: capítulo 479 de Naruto shippuden). Al de cabello rubio no le gusto aquella imagen, siendo que el de los ojos negros había sido una pieza fundamental para triunfar en la guerra, debió ser visto como el héroe que era y no como el criminal que intentaban hacerlo parecer.

Con toda la culpa y remordimiento que podía llegar a sentir una persona, Naruto se le acercó al de cabellos color azabaches y tocó con suavidad la pálida mejilla. Aún sin poder utilizar su vista, Sasuke era capaz de reconocer el tacto de su amigo, el chakra y la calidez que le brindaba con su presencia era inconfundible para él. El nudo que Uzumaki sentía en su garganta lo apretaba al punto de sentir que no podría respirar, era agobiante el peso de tener que llevar a cabo aquella acción que lo hacía sentir que cometía una vil traición contra quién representaba su lazo más importante. A pesar de estar invidente de manera provisoria, el ex vengador, era capaz de sentir el dolor que estaba transmitiéndole Naruto. No conocía la razón de tal sufrimiento, mas intuía que quizás su condena sería la muerte, por lo que torció una sonrisa irónica.

—Sasuke… yo… —Intentó hablar, mas las palabras se negaban a salir. Se sentía un vil traidor haciendo esto.

—Ya dictaron mi destino, ¿verdad? —preguntó en un vano intento de ocultar sus sentimientos. De tratarse de cualquier otro habría creído en la falsa tranquilidad que mostró.

—Yo lo siento —susurró con la voz quebrada el jinchuriki, su mano no había dejado de acariciar la mejilla de Sasuke por lo que de inmediato notó una gota de agua tibia mojando su mano.

—Es natural que crean que no merezco vivir —fueron las palabras que escaparon de manera triste de los labios del encarcelado.

—Lo siento —repitió Naruto con dolor, tomándose el atrevimiento de abrazar al inmovilizado Uchiha.

—¿Cuándo me ejecutarán? —preguntó con resignación ante la ironía. Él pidió morir a manos de Naruto en el Valle del fin y cuando se decidía vivir e iniciar de nuevo, lo mandaban ejecutar.

—¡NO LO HARÁN! —gritó elevando la voz en un arrebato ante la sola idea de que pudiera suceder aquello que, según le comentaron fue pedido por los Hyuga y otros tantos durante el juicio.

—No me mientas —pidió el azabache sintiendo por primera vez en tanto tiempo el miedo a la muerte—. Sé que nadie me quiere con vida. —La voz sonó triste y solitaria tal y como la voz de aquel niño que fue años atrás, aquel que quedó solo y que nadie supo aliviar.

—Yo te quiero con vida —determinó con firmeza el de cabellos rubios—. Eres demasiado importante para mí, no dejaré que te maten ttebayo.

—¿Vale la pena seguir con vida cuando no tengo un hogar? —cuestionó con aquella ansía por morir. No es que le importará la opinión de los aldeanos, ni la de nadie en general, pero él ya no tenía razones para vivir—. ¿Para qué seguir viviendo si no tengo ningún objetivo?

—Oye, tú dijiste que querías ser Hokage ttebayo. —Le recordó buscando que no se rindiera. ¿De qué servía conseguirle una absolución si él mismo podría buscar la muerte por cuenta propia?

—Ya te expliqué lo que para mí significaba ser Hokage y como no lo llevaré a cabo, ya nada importa —susurró aún entre los brazos de su amigo.

—Eso no significa que no debas seguir viviendo —insistió con su típica terquedad—. Quédate conmigo por favor —pidió aguantando las lágrimas que luchaban por escapar de los ojos azules. La rabia, la impotencia y el dolor de ver a su mejor amigo sufrir lo destrozaban por dentro.

—Eso te traerá problemas a ti —comentó Sasuke sabiendo lo que su presencia podía provocar.

—No dejaré que te marches de tu hogar —declaró Uzumaki.

—Este ya no es mi hogar.

—Sí, lo es —dijo de inmediato el de las marquitas en la cara—. Siempre tendrás un lugar al que regresar mientras alguien piense en ti y yo nunca he dejado de pensar en ti en todo el tiempo que estuvimos separados.

Aquella declaración hizo que los vendados ojos de Sasuke se abrieran con mucha sorpresa, de no ser por la venda, Naruto habría podido observar la más pura expresión de desconcierto. Uzumaki recordaba aquellas palabras que pronunció Yukimaru hace tanto tiempo. (N/A: episodios de relleno 89-112 de naruto shippuden). Una frase que el de pelo negro había oído de parte de uno de los niños que Orochimaru usaba para sus experimentos, las cuales en su momento no tomó muy en cuenta. Ahora oírlas de la boca de la persona más cercana a él, le daba aquel sentimiento de tranquilidad y paz que tanto anhelaba.

—¿Venías a despedirte antes de que me maten? —preguntó con falsa calma.

—Los del consejo no te ejecutarán, pero… hay una condición —explicó con seriedad.

—¿Cuál es?

—Debo sellar parte de tu poder para que no sospechen de que intentaras algo.

—Así que es eso —comentó sin mucha sorpresa, quitarle parte de su poder era dejarlo vulnerable para que otros lo asesinarán.

—Los miembros del consejo me entregaron un pergamino del clan Uzumaki en el que explica sobre jutsus de sello —continúo relatando lo que haría—. El sello es tan fuerte como yo mismo, así que, para poder refrenar tu poder, yo debo utilizar el mío.

—En pocas palabras, tu propio chakra se verá debilitado para mantener el mío inutilizable —resumió Sasuke sabiendo que intentaba explicar el otro.

—En verdad lamento hacerte esto —comentó cabizbajo ante la técnica que iba a ejecutar.

—No es tu culpa, no fue tu decisión hacerlo. —Lo tranquilizó el de cabello oscuro a sabiendas de que habrían dejado sin opciones al otro, de lo contrario no tendría aquel tono de voz tan doloroso y que denotaba tanto sufrimiento.

Luego de aquella conversación debía iniciar el ritual para completar el jutsu como fue lo acordado. Naruto se sentía nervioso ante la idea de equivocarse en algún punto, algo que podría significar una fatalidad para su amigo. A quien liberó de todas sus ataduras para devolverle la libertad a sus extremidades, sabía que no intentaría escapar y no se equivocó. El de cabello oscuro permaneció sentado en el mismo lugar en el que estuvo anteriormente, allí se limitó a estirar brazos y piernas para desentumecerlos.

—¿Sabes lo qué harás, Usuratonkachi? —preguntó el de cabellos oscuros mirando como el otro daba vueltas en la celda.

—Sí… bueno, no del todo —admitió con nerviosismo—. Este jutsu requiere que dibuje diversos sellos menores en el suelo antes de realizarlo.

—Kakashi-sensei hizo algo similar cuando me aplicó el sello para retener la marca de maldición —comentó haciéndose a una idea de lo que sucedería a continuación.

—Nunca he realizado un sello, sólo jutsus de combate —comentó Uzumaki intentando calmarse por medio de la conversación, la cual llevaba a cabo mientras escribía en el suelo los sellos para el jutsu, utilizando una tinta especial shinobi para esos casos específicos.

—De hecho… ya es bastante sorprendente que seas capaz de realizar algún jutsu de manera exitosa. —Lo picó Sasuke como en antaño buscando romper la tensión. Qué no demostrara temor o nervios era normal, pero no sentirlos sería irreal.

—Teme —refunfuñó Naruto terminando las inscripciones en el suelo—. Colócate en el centro del círculo —pidió con pesar sin atreverse a mirarlo directamente.

—No tengo opción con esto —suspiró resignado yendo hasta el lugar que le indicó para sentarse en el centro del jutsu, asumió que ese era el sacrificio que debía realizar por sus pecados cometidos, así que no le veía el caso a intentar oponerse a lo que iba a pasar.

Las palabras que resonaban una y otra vez en la mente del ninja número uno en sorprender a la gente eran: “lo siento”. Aplicando los sellos de manos que le indicaron, reunió el chakra necesario para ejecutar aquel jutsu. Colocó su mano en el pecho de Sasuke y la marca de un sello se formó en el pálido pecho, aunque Naruto era incapaz de ver aquella marca que demostraba la efectividad de aquella técnica, si era capaz de sentir como su propia fuerza se sentía tan débil. Era natural, su propio poder era transferido de manera constante hacia Sasuke para neutralizar sus poderes. El sello ya había sido hecho y una prueba de ello era que el de cabello negro se desplomó hacia el suelo, de no ser por Naruto, quien lo tomó entre sus brazos evitando que se golpeara.

—Yo no te abandonaré nunca, lo prometo ttebayo —afirmó decidido el de los ojos azules, sosteniendo a su inconsciente amigo contra su pecho.

En la oscura prisión, a pesar de haber sido llevado un jutsu que los unía cual cadena, marcando un castigo y una condena para Uchiha, a los ojos de ellos dos no significaba la gran cosa. Todavía eran capaces de percibir la presencia del otro, el sello podía haber debilitado sus poderes, pero aun así se prometieron a sí mismos permanecer juntos y enfrentarse a quien hiciera falta. Esto no era más que una muestra de que el odio persistía en los corazones de las personas, mas ellos deseaban crear un mundo nuevo y para ello trabajarían juntos con mucho esmero.

No tomó mucho tiempo que Sasuke pudiera estar al aire libre nuevamente, con el sello cumpliendo con su función como debía, no había nada de qué preocuparse. Al menos ese era el pensamiento optimista que intentaban tener, aunque más temprano que tarde notaron su ingenuidad al pensar así. Las miradas despectivas y llenas de rencor no se hacían esperar en ningún momento, cada vez que Sasuke estaba a la vista pública. Ese mismo resentimiento marginaba al Uchiha negándole la oportunidad de muchas cosas, entre ellas, algún préstamo que le permitiera un lugar donde vivir. Naruto logró captar, sin que nadie lo supiera, algunas de las frases cargadas de odio y desprecio que frecuentaban decir los aldeanos, algunas de las cuales eran:

Traidor”

Escoria”

Sólo está esperando a que volvamos las espaldas para matarnos como a su hermano”

“No me siento seguro con él alrededor”

“No debería permitirse que siga con vida”

“Debió ser ejecutado en el momento en el que regresó a Konoha”

Esos calificativos tan espantosos, además de similares y a su vez tan distintos a los que le dijeron a él mismo, conseguían despertar viejas memorias de su infancia. Heridas que creyó cerradas hace tiempo, volvían a abrirse al compadecerse del dolor de su amigo. No tenía donde ir y a nadie que quisiera recibirlo, por orgullo y en parte por consciencia de que su presencia no era bienvenida, Sasuke no intentó pedir asilo a los ninjas de su propia generación. Quienes tampoco estaban dispuestos a tenderle una mano cuando el otro fue quien les dio la espalda al largarse con Orochimaru. El problema de su alojamiento fue rápidamente solucionado por Naruto, quien sintió desagrado por tal falta de hospitalidad de los demás aldeanos. Si nadie quería dejarle algún departamento para que alquilara ¡pues perfecto! Sasuke iría a vivir con él y asunto resuelto.

Uchiha quiso poner “peros” al sentir el peso de las múltiples razones por las que todos veían mal que ellos dos vivieran bajo el mismo techo, muchos alegaban que tarde o temprano el azabache asesinaría al Uzumaki mientras éste dormía. El dicho que rezaba con popularidad para advertir al distraído blondo era “cría cuervos y te sacarán los ojos”, al cual el de las marquitas ignoraba con celeridad. No le veía sentido a creer en las palabras de quienes no sabían los verdaderos motivos y sentimientos detrás de las acciones de Sasuke. Frases de odio se repetían en el aire siempre que Uchiha estaba en la calle, pero eso no sería un obstáculo para él. Casi arrastrándolo, Naruto consiguió que su amigo fuera a su departamento con él.

Ya había anochecido, dado que el de pelo negro se había pasado todo el día buscando donde quedarse, fallando en cada intento como ya se mencionó, por lo que ambos sólo tenían tiempo para cenar antes de irse a dormir. Según tenían entendido, pronto se les asignaría a ambos a misiones, debido a que ellos ya eran oficialmente ninjas en servicio, pero quedaban algunas cuestiones que resolver según les dijo la Hokage. Como era de esperarse en la despensa del rubio sólo había ramen para comer, no teniendo nada más que cenar, ambos se sentaron en la pequeña mesa y cada uno comió un envase de ramen instantáneo.

—Qué rica estuvo ttebayo —exclamó Uzumaki tocando su estómago satisfecho por su cena.

—Dobe, tendrás que empezar a comprar más cosas para llenar tu despensa —dijo Sasuke mirándolo acusador—. No puedes comer únicamente ramen, necesitas variedad.

—¿Por qué? —preguntó con los ojos abiertos—. El ramen es todo el alimento que necesito.

—No es saludable —afirmó con seriedad.

—Sí lo es —contradijo con algo de molestia.

—No lo es —negó con la cabeza—. Mañana iremos a comprar verdadera comida —dictaminó serio.

—¿Por qué debería seguir tus órdenes? —cuestionó Naruto cruzándose de brazos mientras hacía un mohín.

—Fácil, porque soy mayor que tú —dijo con una media sonrisa apoyando su cabeza en su mano.

—¡No es cierto!

—Sí lo es.

—Sólo por unos meses, bastardo —reclamó frunciendo el ceño.

—Da igual por cuanto, sigo siendo mayor —dijo alzándose de hombros—. Iremos a comprar porque me niego a comer ramen todo el tiempo.

—Teme —maldijo por lo bajo apretando los dientes.

—Bien, me iré a dormir —avisó Sasuke caminando en dirección al sofá, donde planeaba dormir.

—¿A dónde vas? —cuestionó el de ojos azules al ver hacia donde iba el otro.

—Vengo a dormir al sofá —respondió con simpleza el azabache.

—No, nada de eso —negó Naruto yendo hasta su amigo para tomarlo del brazo y llevarlo a su habitación.

—Dobe, ¿para qué me traes a tu cuarto? —interrogó con curiosidad.

—Dormiremos juntos —afirmó con una sonrisa.

—Estaré mejor en el sofá, tu cama es muy pequeña. —Le recordó el de ojos negros.

—La vez pasada no fue ningún problema ttebayo —dijo Uzumaki caminando hasta la cama—. Vamos, no es la gran cosa —pidió haciendo una mueca de tristeza con “ojitos de cachorro”.

—Está bien —accedió Uchiha rodando los ojos por lo infantil que era su amigo.

Una vez que consiguió convencerlo de quedarse en el cuarto con él, ambos se cambiaron de ropa y se metieron en la cama. A pesar de que varios minutos pasaron desde que estaban bajo las cobijas ninguno de ellos dormía. El rubio se removía inquieto y pese a que Sasuke mantenía los ojos cerrados tratando de descansar, el movimiento ajeno llegó a un punto en el que lo hartó. Por lo que decidió hablar para ponerle un alto al contrario.

—¿Por qué aún no te duermes? —cuestionó abriendo uno de sus ojos para mirarlo. Tan sólo dejó cerrado el ojo que portaba el rinnegan.

—¿Te desperté? —respondió con otra pregunta, intentando evadir la razón por la que estaba tan inquieto.

—Contesta mi pregunta —exigió el azabache.

—Es que… —guardó silencio sin saber cómo expresarse—. Me molesta la actitud que tienen los habitantes de Konoha contigo y a su vez me alegro de que estés aquí conmigo.

—Es inevitable que actúen así. No le des tantas vueltas.

—También… —nuevamente Uzumaki comenzó a hablar captando la atención del otro—. Me da algo de miedo que luego dormir, al despertarme, todo esto sea un simple sueño.

—¿Te preocupa estar de nuevo siendo marginado en la aldea? —cuestionó Sasuke con calma, sabiendo que el mayor temor del rubio era la soledad.

—No —negó de inmediato—. Qué estés de regreso en Konoha —le aclaró.

—¿No confías en mí? —preguntó con aparente indiferencia, pero con algo de tristeza de que Naruto en realidad no creyera en él como le dijo—. ¿Crees que volveré a escapar?

—Es que no te culparía si lo hicieras ttebayo —declaró de inmediato subiendo la voz—. Con los desagradecidos que son contigo, estarías en tu derecho de irte. Sin embargo, no quiero que sea como la vez anterior en la que te fuiste mientras yo dormía. —Se acomodó de costado en la cama para poder observarlo de frente mientras hablaba—. A veces pienso que las cosas habrían sido diferentes si esa noche hubiera permanecido despierto, quizás si yo…

—No hay nada del pasado que se pueda cambiar —interrumpió Sasuke de inmediato—. Los “quizás” o “hubieras” no existen, nada se puede modificar de lo que ya está hecho.

—Yo me siento egoísta pidiéndote que te quedes en un lugar donde te repudian —expresó con culpa mirándolo con tristeza.

—Deja de darles una importancia que no merecen —dijo con suavidad—. Yo estoy aquí por ti, tú dijiste que era mi hogar porque pensabas en mí, prometí ayudarte a mejorar el mundo. Ya deberías saber que no es una tarea fácil y que habrá mucho dolor y sacrificios para lograrlo. —Le recordó mientras los ojos negros lo miraban con pesar sabiendo que al Uzumaki le esperaba aún más dolor.

—Tú no me abandonarás, ¿verdad? —preguntó esperanzado el de ojos claros.

—No lo haré —aseguró con una media sonrisa—. Ya duérmete, Usuratonkachi.

La tranquilidad acudió a la mente del jinchuriki quien finalmente consiguió conciliar el sueño luego de su pequeña charla con su amigo. Sasuke no tardó en dormirse una vez que el rubio dejó de removerse en la cama como hacía anteriormente. La noche pasó con tranquilidad, ambos recordaban con una suave sonrisa que antes solían dormir de esa manera cuando tenían misiones fuera de la aldea. Solían quejarse de que Kakashi era un tacaño al pagar por pocas habitaciones de hotel, era comprensible que a Sakura le diera una aparte, lo que no entendían es la razón por la que los dejaba a ellos compartiendo una mientras se pagaba una sólo para él. Pese a sus infantiles peleas al compartir habitación, en el fondo, lo agradecían por lo divertido que era pelear y jugar con alguien antes de dormir.

La llegada de la mañana no trajo consigo un nuevo día solamente sino un par de visitas inesperadas al departamento del Uzumaki. El descanso que ambos ninjas estaban teniendo se vio interrumpido por una alegre voz de alguien muy conocido por ellos.

—¡Buenos días! —saludó con voz alta Kakashi mirándolos desde el pie de la cama.

—¡¿Qué?! —gritaron desorientados abriendo los ojos con rapidez ante la abrupta irrupción.

—Lamento haberlos despertado cuando se veían tan lindos durmiendo —dramatizó Hatake mirándolos alegremente—. En especial porque dormían tomados de la mano —agregó con algo de burla.

—¡No es cierto! —negaron al unísono al ver la expresión de diversión en su sensei.

—Sai —llamó con una orden implícita al aludido, quien se encontraba sentado en el marco de la ventana con su cuaderno de dibujo en mano.

—Miren esta maravilla —invitó a mirar el pintor mostrando con orgullo un retrato donde estaban Naruto y Sasuke durmiendo mientras sus manos estaban juntas.

—Maldita imitación de cuarta —insultó Uchiha viendo aquel vergonzoso dibujo.

—Sai, no deberías dibujar ese tipo de cosas ttebayo —reclamó Uzumaki levantándose de la cama con molestia por la manera en que fue interrumpido.

—Aunque me divierta molestarlos —habló el de cabello plateado—, vinimos porque Tsunade-sama solicita su presencia para una misión.

—Enseguida nos alistamos —dijo con su seriedad característica Sasuke.

—Pónganse presentables, los esperamos afuera —avisó Kakashi girando la cabeza en dirección a Sai para que saliera del marco de la ventana—. Luego cuéntenme sobre las “travesuras” que hicieron en la noche —comentó riendo con picardía antes de salir de allí.

—¡Pervertido! —gritó Uzumaki sonrojado por la pena que le producía lo que decía su maestro. Mientras, el portador del sharingan permanecía en silencio con expresión estoica, pero por dentro estaba igual de avergonzado que su compañero y sólo un tenue color rosa en sus mejillas manifestaba su sentir.

Mientras Naruto y Sasuke se alistaban rápidamente, los otros dos ninjas los esperaron en la puerta del departamento. Todos ellos no tardaron en dirigirse a la oficina de la Hokage a la espera de instrucciones. Una vez allí se encontraron con Shizune como de costumbre sosteniendo a Ton ton en sus brazos mientras llevaba los documentos que Tsunade tendría que leer y firmar. Allí presente también estaba Sakura, aparentemente ayudando a su maestra, lo que era un alivio para Shizune al contar con otro par de manos para las tareas de la oficina. Cuando finalmente todos estuvieron reunidos, la rubia comenzó a hablar.

—Les tengo una misión a ustedes tres —afirmó Tsunade mirándolos fijamente.

—Sí, una misión. —Saltó de alegría el rubio listo para la acción—. ¿Qué debemos hacer Tsunade no bacchan? ¿Proteger a una princesa, rescatar a algún líder importante? ¿Qué, qué? —preguntó lleno de ansiedad y curiosidad por su primera misión desde que había finalizado la guerra.

—¿En qué consiste nuestra misión? —cuestionó Sasuke queriendo poner fin al monólogo de su amigo.

—Cuidarán al bebé de un año de una pareja de la nobleza —informó ella acabando con los ánimos de Naruto.

—¿Por qué? Esa no es una misión para un ninja de mi nivel ttebayo —reclamó enojado.

—Es exactamente la misión que está al alcance de tu nivel —respondió ella elevando la voz—. Eres un gennin, las misiones que puedes realizar son las de rango D —explicó ella destacando el estatus del rubio.

—Soy muy poderoso ahora —alegó el blondo elevando sus brazos al aire para dar énfasis a sus palabras—. Debería darme misiones de rango A o incluso S.

—Yo te daría misiones de ese rango y te ascendería de inmediato a jounin —intervino Kakashi mostrado una expresión de alegría incluso perceptible a través de la máscara que siempre usaba.

—¿En serio? —preguntó el de ojos azules lleno de ilusión.

—No. —Rio divertido al ver la cara de estupefacción del chico de las marquitas—. Así que sólo puedes acatar las órdenes.

—Pero… —Quiso decir más, pero fue interrumpido.

—¿Quiénes iremos en la misión? —Esta vez fue Sai quien hizo la pregunta.

Era una duda bastante razonable considerando que el equipo 7 había regresado a su forma original. Al ex anbu le llegó un sentimiento de vacío y desolación al pensar en que lo llamaron para informarle que sería re-asignado a otro equipo. Aún no se acostumbraba del todo a tener esa clase de sentimientos, pero él no quería irse de ese equipo sólo por el regreso de Uchiha, ya que eso sólo hacía que la idea de ser un simple sustituto desechable cobrará mayor fuerza. El ser una simple herramienta era una instrucción básica como anbu de Danzou, pero no era así como se sintió en el equipo de Kakashi.

Sai no era el único con dudas respecto a su posición en el equipo, Uchiha era consciente de que, al traicionar a la aldea, su lugar debió ser ocupado para realizar las misiones. Seguramente lo que le dirían es que haría de ahora en adelante que no continuaría con el equipo en el que estuvo cuando gennin. Su control sobre sus emociones sería muy útil según los pensamientos de Sasuke, debido a que el equipo 7 era como su segunda familia, ser expulsado por su mala decisión pasada significaba volver a estar solo. Su primera familia la perdió por su debilidad y la segunda la perdería nuevamente a causa de la misma. Si hubiera sido fuerte, habría resistido la tentación de recurrir al poder que Orochimaru le ofrecía, pero tal y como le dijo a Naruto la noche anterior: el pasado no se puede modificar. Sólo le quedaba enfrentar lo que sea que le informaran.

—Para esta misión el equipo será conformado por Uzumaki Naruto, Uchiha Sasuke y Sai como capitán —explicó la rubia con sus manos cruzadas debajo de su mentón.

A todos los impactó un poco la decisión de la Hokage, estaban confundidos al no entender con qué motivo los llamaron a todos si la misión era para ellos tres. Sin embargo, el único que expresó sus dudas fue el impulsivo Uzumaki.

—¿Por qué? —preguntó casi a gritos—. ¿Por qué no iremos el equipo 7 completo?

—Sakura me está ayudando aquí en la oficina por tal motivo no podrá ir a una misión con ustedes —explicó la de ojos almendrados—. Ustedes por… diferentes circunstancias no acreditaron como chunnin y para nuestros registros siguen siendo gennins. Por esa razón Sai irá con ustedes como responsable.

—¡No es justo! —reclamó de nueva cuenta el blondo.

—Naruto, ya cállate y obedece —ordenó Sakura, hablando por primera vez desde que ellos entraron a la oficina—. Eres un ninja, compórtate como tal.

—Pero Sakura-chan… —intentó expresar su descontento por la decisión tomada.

—No repliques y cumple con tu deber —regañó amenazándolo con el puño en alto antes de regresar su vista a los documentos que estaba leyendo.

—Eso es todo lo que iba a decirles a ustedes. Por favor, Shizune, entrégales el pergamino con los detalles de la misión —pidió Tsunade a su asistente—. Pueden retirarse —dijo.

—Sí —asintieron todos ellos dispuestos a retirarse. Cuando los cuatro shinobis llamados estaban en el marco de la puerta la voz de la rubia captó su atención de nuevo.

—Kakashi, tú no te vayas, necesito hablar contigo de un asunto de extrema seriedad.

—¿De qué se trata, Tsunade no bacchan? —preguntó curioso Naruto deteniéndose en la salida.

—No es algo que te concierna —dijo con expresión seria la Hokage—. Ya te enterarás a su debido tiempo —explicó suavizando los gestos de su rostro.

—Pero… —cuando Uzumaki quiso persistir en averiguar de qué se trataba ese asunto su amigo lo jaló de la ropa.

—Ya vámonos, Dobe —ordenó Sasuke sacándolo de la oficina—. Recuerda que hoy íbamos a comprar comida de verdad.

—Cierto… ya casi se termina el ramen —afirmó pensativo—. ¡Vamos! —De repente quien jalaba el brazo del otro era Naruto.

—Espera, idiota —reclamó mientras era llevado por el otro—. Dije comida de verdad.

—¿El ramen es comida de mentira o qué? —preguntó con burla.

—No es nutritivo —se quejó el azabache.

—¿Puedo ir con ustedes? —preguntó de la nada Sai.

—¡No! —negaron ambos.

—Igual iré —respondió con su falsa sonrisa.

Era lo último que alcanzaron a oír de ellos desde el interior de la oficina de la Hokage. La expresión de Kakashi era una sonrisa de alegría viendo como Sasuke se comportaba como antes, al menos con Naruto, tendría que ver si lograba adaptarse a convivir con Sai, quien también tenía serios problemas para socializar. Hubiera seguido reflexionando acerca de sus alumnos de no ser por la voz de Tsunade interrumpiendo sus pensamientos.

—Bien, Kakashi tengo algo importante que decirte —comenzó a hablar ella―. Shizune, Sakura, ustedes son de mi total confianza por lo que pueden quedarse a oír lo que diré. —Les sonrió a sus alumnas antes de proseguir a contar el motivo por el que citó a Hatake.

Las palabras que pronunció Senju bajo la máxima confidencialidad impactaron a los tres shinobis presentes quienes no creían lo que estaba planeando llevar a cabo Tsunade. Para ellos era increíble y Kakashi no estaba de acuerdo con lo que ella decidió, pero no había nada que hacer, dado que la decisión era inamovible. Lo que la rubia dijo desencadenaría muchos eventos importantes en la vida de los ninjas presentes y en los que abandonaron esa oficina discutiendo por banalidades. Sólo era cuestión de tiempo que las consecuencias se hicieran presente por una simple frase dicha por ella.

 

CONTINUARÁ…. 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado hasta el proximo cap janne n_n


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