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Glowing eyes |chenmin| por laychips

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Notas del capitulo:

Por si alguien esperaba actualización... 

Lamento haber tardado tanto, pero se me había borrado el capítulo y no pude recuperarlo. Espero les guste :v

—Sube el elevador.
 
Se escuchó la burla de BaekHyun en todo el salón. JongDae devolvió la palanca al principio y continuó escribiendo sin emitir palabra. 
 
Dae usaba una máquina de braille durante las clases, la cual tenía el mismo sonido de las máquinas de escribir normales cuando presionaba sus teclas. Era el primer día de clases de aquel semestre y, aunque todos ya estaban acostumbrados a aquel ruido, las bufonadas de algunos no se hacen callar. Indignada, YoungMi giró el rostro para ver a BaekHyun y discutirle.
 
—Deja esa broma, ¿cuántas veces te lo he dicho? Nunca aprendes.
 
—No voy a recibir órdenes de la perra guía. 
 
—Silencio —interrumpió la maestra—, ¿En dónde creen que están para tener derecho a discutir así? Y, joven Byun, le he dicho que deje esos comentarios ofensivos.
 
—No son comentarios ofensivos, sólo expreso que me molesta el maldito fragor de esa estúpida máquina de ese inválido.
 
—¡Oye!
 
—Señorita Lee, yo puedo hacerme cargo.
 
YoungMi asintió y tomó asiento de nuevo, mirando de reojo cómo su amigo mantenía la mandíbula y puños apretados; estaba molesto. Sin embargo, hizo caso a la maestra y no se levantó de nuevo para golpear a Baek. La profesora pidió al joven imprudente que cambiara de sitio para sentarse detrás de JongDae, pero, como era de suponer, no quiso y se quejó. La maestra Choi llegó a su límite y sacó al muchacho del aula, enviándolo a la oficina del director. Young llevó una mano sobre los dedos encerrados de Dae, tratando de calmarlo. En el momento en el que Baek abrió la puerta para salir, se dio la coincidencia de que había un chico a punto de entrar al salón.
 
Con suma timidez al notar que todos lo miraban, éste preguntó:
 
—¿Este es el salón 365?
 
La voz de aquel desconocido logró distraer el pequeño enojo que sentía Jong, por lo que lentamente aflojó los puños hasta el punto de tener los dedos sueltos. Al notar que ahora estaba atento ante quien hablaba, YoungMi retiró su mano y se acomodó en su asiento. 
 
—Sí. ¿Cuál es tu nombre, jovencito?
 
—Kim MinSeok. ¿Puedo sentarme en aquella silla vacía?
 
Al preguntarlo, la clase hizo un pequeño alboroto de nuevo. Era el asiento detrás de Dae, el mismo al que Baek se negó diciendo que si se sentase allí tendría que hacerle favores al "bueno para nada de JongDae". Asimilando que se burlaban de él, fue a sentarse cabizbajo una vez la maestra Choi se lo permitió. Las horas fueron pasando hasta llegar al receso. Luego de haber comido, Young y Jong se fueron al patio en donde éste último se recostó sobre las piernas de su amiga, sintiendo sus dedos enredarse en su cabello oscuro. Poco lejos de ellos se encontraba el chico nuevo leyendo un libro de portada gris cuyo título no se leía por la lejanía.
 
—MinSeok oppa es lindo.
 
—¿Quién?
 
—El chico nuevo; ¿nunca prestas atención, Dae?
 
—A veces sí, a veces no. Depende —bromeó—.
 
—Ugh, y ahí va Chrystal unnie, coqueteándole como a todo ser viviente que tenga órgano viril. 
 
—¿Por qué no te agrada ella?
 
—Es una zorra.
 
—¿En serio? Pensé que era una chica.
 
—¡Dae!
 
Los adolescentes en la secundaria siempre catalogaban a los demás en grupos sociales según lo que eran vistos haciendo. Chrystal se encontraba entablando una conversación de cualquier tontería con MinSeok, quien, tras haberla soportado unos minutos, le dijo que deseaba continuar con su lectura; de la manera más amable posible, claro está. La chica comprendió y se fue. No era que no le interesara socializar, aunque no quería, pero él consideraba que si alguien estaba leyendo no debía ser interrumpido. O cuando alguien tuviera audífonos. Simplemente era mala educación. 
 
El viernes de aquella primera semana de clases estaba siendo un hermoso día. La luz del sol era fuerte y perfecta para con la brisa fresca que hacía; las aves cantaban nueva canción desde la cúspide de los árboles que decoraban el patio de la escuela; y los maestros no dejaban montón de tareas que podrían arruinar el fin de semana de cualquiera. Ni siquiera BaekHyun estaba haciendo tantas bromas imprudentes y estúpidas. 
 
Los estudiantes del salón 365 se encontraban en Historia, copiando unas preguntas que el maestro les dictaba. Como siempre, el aula estaba en silencio siendo lo único que se escuchaba los golpeteos de la máquina de braille y la lapicera roja del profesor chocar contra su mesa. MinSeok cometió un pequeño error escribiendo, por lo que tocó el hombro de JongDae y preguntó en un susurro:
 
—¿Me prestas un borrador? 
 
Jong se estremeció un poco al oír su voz tan suave en su oído; sonrió de lado y negó. 
 
—No uso borrador. 
 
—Cierto. Lo lamento. 
 
—Espera. 
 
Estiró la mano hacia el escritorio de YoungMi y a tientas buscó su borrador, lo tomó y pasó a su compañero detrás. 
 
—Gracias. 
 
MinSeok y Young intercambiaron leves sonrisas. Al final del horario escolar, cuando ya eran los últimos en salir, Young detuvo su paso y preguntó al nuevo si iba calle arriba o abajo. "Arriba", contestó, para así terminar yéndose los tres juntos. Iban transitando por la acera con JongDae en el centro, contando anécdotas de escuela el camino completo. Al llegar a la primera parada, Young tomó las llaves de la casa y abrió la puerta para su amigo. Se las devolvió y besó su mejilla. 
 
—Nos vemos luego, Dae. 
 
—Adiós Young, hasta luego MinSeok-ssi. 
 
—Hasta luego, Sunbae
 
MinSeok hizo una reverencia hacia él aunque estaba plenamente consciente de que no la había visto. Una vez observaron que el muchacho entrara a su casa, se dispusieron a irse no sin antes despedirse también entre sí. Pues YoungMi vivía unas calles abajo y sólo subía para dejar a Jong, y MinSeok vivía un poco más arriba.
 
Quizás era demasiado pronto para nuestros personajes pensar que tendrían oportunidad de una nueva amistad. Sin embargo, permítanme como buen narrador chismoso, decirles que efectivamente nació una nueva amistad entre YoungMi y JongDae con MinSeok. A lo largo de los días, tanto dentro como fuera de los límites escolares, los tres adolescentes compartían más momentos juntos. En el fin de semana después del primer mes de clases, estaban los tres recostados a la orilla de la piscina en el patio de la casa de YoungMi. La susodicha compartía toalla con su mejor amigo, mientras que MinSeok estaba del otro lado también tomando el sol. 
 
—¿Qué música escuchas, Dae-ssi? 
 
Preguntó Min poniéndose boca arriba en la toalla. 
 
—Sólo clásica. Mi abuela dice que para conocer lo bueno de algo se empieza por lo clásico. 
 
—Pero el problema de Dae es que se quedó estancado ahí —intervino YoungMi—.
 
Entre risas causadas por uno que otro cotilleo mientras disfrutaban del agua de la piscina, pasaron las horas de la tarde. MinSeok se ofreció a acompañar a JongDae hasta su casa, alegando que era innecesario que YoungMi saliera de su casa sólo para eso si a él ya le quedaba de paso. Dae no mostró desacuerdo. Entonces así fue, sólo que al llegar frente a su hogar le invitó a pasar. Sería la primera vez que Min entrase a casa de Jong si acepta, y pensando en saciar la cierta curiosidad que sentía, no se negó. Como siempre, anunció su llegada acompañada una vez en la sala. Su madre salió y conoció al muchacho, del que tanto había oído ya, invitándole a quedarse a cenar. Tras mucho rogar, MinSeok llamó a su padre para avisarle que llegaría más tarde. Pasó a la habitación de JongDae con él hasta esperar la comida. 
 
La casa no era muy grande, por lo que MinSeok no se sorprendió del dormitorio pequeño de su nuevo amigo. La cama de sábanas blancas con una variante azul era el centro de atención, estando junto a una de las paredes azul cielo a la izquierda. Al fondo estaba un armario alto de dos puertas, y a la derecha se veía la mesa de estudio con un computador y unos pocos libros alrededor. Continuó mirando hasta ver que JongDae estaba de espaldas sin camiseta; por alguna razón, se sonrojó levemente y desvió la vista. 
 
—Listo. 
 
Anunció Dae cuando se puso la playera que sacó del armario. Se giró y frunció el ceño. 
 
—¿Sigues aquí, MinSeok? 
 
—Sí, Dae-ssi.
Notas finales:

Braille: Sistema de códigos pensado para la lectura y escritura de los invidentes/ciegos. 

Fragor: Sonido, ruido. 

Sunbae: Se le llama así a la persona que sea de un puesto mayor que uno mismo en la escuela o trabajo. 

MinSeok le llamó así a JongDae ya que llegó nuevo a la escuela, y Dae sería considerado de mayor rango que él. Claro que esta forma de llamarlo se pierde con el avance de la historia. 

Chrystal de F(X), por si las dudas. 


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