—Vamos a mi habitación —le susurró en el oído.
Yoongi hizo caso omiso a sus palabras y siguió besando sus botones. Los succionaba, lamía y besaba como supuso le gustaría, como a sí mismo le gustaba. El mayor no quería irse a ninguna otra parte, pues al darse cuenta de la extraña cercanía entre Jimin y su conejito, pensó que era más morboso si lo hacían allí, en el living de la casa, donde supuso pasaban tiempo de calidad. Jeongguk, sin embargo, no pensaba igual, pues no quería hacer un desastre allí... no quería que su madre se diese cuenta. Pese a eso, dejó de planteárselo cuando sintió a Yoongi simular embestidas.
Le sonrió con socarronería.
—¿No que muy bottom?
Y logró sonrojar al contrario.
Este simplemente le hizo recostarse, pasando de sus palabras.
Jeongguk estaba ligeramente inquieto. Si bien es cierto y Yoongi también sabía, él tenía una vida sexual bastante activa... pero no de la manera en la que todos imaginaban. Él no iba dándole el culo a cualquiera que se le pusiera en frente, Taehyung era consciente de eso; Jeongguk solo había estado con una sola persona en su vida, solo había tenido sexo con Jimin. Y el tener a otra persona sobre sí, sacándole jadeos y gemidos y haciéndole disfrutar con sus roces no era algo que imaginó le gustaría. Se prometió a sí mismo y lo acordaron cuando empezaron con lo de Daddy, él no se dejaría tocar por alguien más que no sea Jimin; y si bien había tenido ciertos deslices, como con Taehyung, Yoongi, su profesor de Sociales y Jackson —esto Tae no lo sabía y no pensaba decírselo—, eso no quería decir que podría faltar su palabra de fidelidad y exclusividad absoluta hacia su dueño. Pero como siempre, cuando estaba con Yoongi, dejaba de pensar, dejaba de importarle todo a su alrededor. A parte... había descubierto un par de cosas en Yoongi, y no sabía si eran buenas o malas. Estaba el hecho de su dejadez hacia absolutamente todo, pasando por encima de normas y reglas, también lo hablador que era —no quería que contase a todo mundo que se habían acostado—, y... que su personalidad fría y calculadora era muy parecida a la de su padre. Pero pese a ser de esa manera, nuevamente no sentía malicia, al igual que pasó con Jimin, y eso le confundía. Se suponía que debía aborrecer todo lo referido al sexo... y lo hacía, solo que exceptuaba cuando se trataba de Jimin y Yoongi. Siempre.
Supo que las cosas iban en serio cuando sus pantalones cayeron al suelo y sintió la boca de Yoongi contra su polla.
—Ngh~.
Su mano, inconscientemente, bajó y acarició sus cabellos, incitándole a continuar. La de Yoongi se posó sobre la suya y la apretó para luego apartarla delicadamente y enredar sus dedos mientras seguía ocupándose de él, acto que Jeongguk encontró íntimo y no pudo evitar tensarse un poco.
—No aguantaré mucho más... —advirtió.
Yoongi dejó un par de besos en su miembro, muslos y pelvis para finalmente detenerse.
Jeongguk le empujó contra el respaldar del sillón.
—Yo... tengo algo que confesar —dijo rápidamente cuando se montó en su regazo.
—¿No puede esperar? —besaba con ahínco su cuello.
—N-no...
Jeongguk suspiró.
—Pues vale, suéltalo.
—Yo nunca... bueno, eso. No de esta manera.
—... ¿te refieres a dar? —Yoongi asintió tímidamente—. Oh, vaya. Pues mi experiencia como activo es nula...
—Podría intentarlo... pero no quiero lastimarte.
Jeongguk soltó una risita.
—Bien, ¿qué hiciste con Yoongi? Le quiero de vuelta.
—... vale, si quieres que te rompa por mí no hay problema, ¿eh? —Jeongguk rodó sus ojos.
—No seas pesado.
Volvió a besarle esta vez más tardado... no quería ponerle más nervioso de lo que ya estaba. Suavemente quitó su camiseta y acarició su casi nada trabajado abdomen; era liso y suave, notó con ternura lo delgado que era... pero no dijo algo al respecto porque iban casi iguales.
Yoongi se dejó hacer. Él jamás había recibido ese trato en su vida, nadie se había molestado en ser gentil con él, todos los hombres con los que había estado solo le tomaban, le follaban y se alejaban sin más; nadie se preocupó en si le gustaba lo que hacían, o si le estaban lastimando demasiado, o si lo estaba pasando bien. Así que tener a Jeongguk explorando su menudo cuerpecito, descubriendo todo sus lugares sensibles, era algo digno de grabar a fuego en su mente; porque sabía que difícilmente alguien podría igualar esos toques suaves y tiernos, esas caricias que buscaban su placer y no el del contrario; sabía que esa noche no la iba a olvidar tan fácilmente, no si Jeongguk insistía en volverlo aún más especial de lo que ya estaba siendo.
No supo en qué momento, pero ya se encontraba con Jeongguk humedeciendo su polla, lubricándola. Fue hasta que el escalofrío del clímax hizo presencia. A Jeongguk le parecía divertido el ser la primera vez de alguien y se esmeraría en hacerlo inolvidable, sin darse cuenta de lo peligroso que eso era.
Yoongi finalmente se corrió en su boca. El menor se sintió libre de tragarse todo sin la necesidad de una orden, sabía que con Yoonie no necesitaría de reglas ni protocolos. Sería sexo a lo vainilla y a Jeongguk no le desagradaba para nada la idea.
—L-lo siento, yo me corrí muy rápido.
—Me acabo dar cuenta de que mi Suga es muy tímido —se inclinó para besarle, acto que sorprendió a Yoongi, puesto que llevaba su semen en su boca. Pero no le desagradó.
—... cállate.
Cuando Jeongguk volvió a besarle pudo soltarse y relajarse un poco.
«Es normal que esté así de nervioso, ¡es mi primera vez!» pensó mientras ahora dedeaba a Jeongguk. Miró fascinado las muecas de placer que ponía Jeongguk y sintió cómo los músculos se tensaban alrededor de sus dedos bastante expertos por obvias razones. Le estaba masturbando y ver que Jeongguk lo disfrutaba y se mecía contra él le hizo mirar las estrellas.
—Ah, hyung~. Así, no te detengas.
—Ugh, quiero follarte ya.
Notó que tocaba el punto de Jeongguk y entonces creyó que estaba lo suficientemente preparado. Sacó sus dedos de él y le tomó de los muslos levantándole.
—¿Me ayudas?
El menor sonrió con malicia y se alineó al cuerpo del contrario con cautela solo para dejarse caer con fuerza segundos después, provocando que ambos gimieran al sentirse profundo. Yoongi boqueaba y apretaba sus caderas con fuerza, sus ojos estaban cerrados y sus mejillas muy sonrojadas, respiraba con dificultad y se notaba lo tenso que se encontraba. Jeongguk se inclinó y le rodeó el cuello con sus brazos creando así un poco de movimiento.
—Ah, te sientes muy bien.
—¿Cómo?
—... húmedo y caliente —su voz normalmente gruesa y áspera, ahora resaltaba esas cualidades.
—¿Qué más? —apretó su trasero. Yoongi encajó sus uñas en sus muslos.
—Apretado... es bastante extraño —su voz era solo jadeos.
—¿Te gusta?
—Sí...
—¿Y ahora? —comenzó a moverse en círculos. Yoongi le tomó del cuello y pegó sus frentes.
—Mucho.
—A-ah, Yoongi~.
Daba saltitos ligeros, provocando un sonido húmedo seguido de un casi chasquido al bajar completamente. Era nueva esa sensación, no se encontraba completamente lleno... pero tampoco era insuficiente. Los gimoteos aumentaron cuando Yoongi encontró su punto y comenzó a golpearlo una y otra vez, Jeongguk se vio en la necesidad de aumentar más el ritmo.
Pero cuando comenzaban a acercarse al orgasmo, su móvil comenzó a sonar.
—N-no. No lo cojas... —le sostuvo de las caderas.
—Podría ser importante —se quejó. Yoongi escondió su rostro en su cuello y soltó un hondo suspiro.
—Solo no te quites.
Dudoso, aceptó. Trató de regular su respiración y descolgó sin mirar antes de quién se trataba.
—¿Diga?
—Bunny —palideció.
—J-Jimin... esto, hola —soltó una risita nerviosa. Yoongi comenzó a acariciar su trasero.
—¿Qué... tal la están pasando? —Jeongguk quiso responderle que aquel no era un buen momento, pero no quería alarmarle.
—Bien, sí. Estamos viendo una película —Yoongi rió por lo bajo y comenzó a dar embestidas lentas y profundas. Jeongguk quiso golpearle, pero lo único que logró fue jadear—. ¿P-por qué preguntas?
—Por nada... yo la estoy pasando fatal y aburrido —Jeongguk soltó un ligerísimo gemido, que fue audible para Jimin, cuando el contrario había quitado parte de su presemen muy suavemente y metido a la boca—... ¿Jeongguk?
—Mande, te estoy escuchando...
—... vale, dime ahora mismo qué está pasando. Y quiero la verdad.
—¿D-de qué hablas, Jimin? Vemos una peli.
—No me mientas, sabes que no me gusta.
—Cuelga —le susurró.
—Jeon Jeongguk... quiero sab-...
—Jimin, estamos en casa, viendo una jodida película... no quieres armar un escándalo ahora, créeme.
—Voy a ir. Ahora mismo.
—Pues bien.
Y colgó.
—Eres un puto idiota.
—Muévete, me estoy desesperando...
—Te odio.
Jeongguk no sabía si creer o no las palabras de Jimin. Que él era muy capaz, sí, pero si venía sabía que él se iba a enfadar. Sin embargo, no quería, en caso de que llegara, que viera que el culito que él reclamó como suyo siendo follado por otra persona. Así que lo mejor era darse prisa.
Se aferró al cuerpo de Yoongi y comenzó a dar saltos más rápidos sobre su polla. El mayor colgó su cabeza hacia atrás mientras también se empujaba ligeramente.
—Ah, joder.
—M-más rápido...
—J-Jeongguk~.
Así, no pasó mucho tiempo para que se corrieran —primero Yoongi y minutos después Jeongguk— gimiendo el nombre contrario y abrazándose con fuerza.
Yoongi realmente lo había disfrutado, para Jeongguk estuvo normal.
Él no sabía que eso, lo que habían hecho, desencadenaría una serie de problemas a futuro; lo vieron como un polvo más pero era mucho más complicado que eso. Y es que eran tan jóvenes, muy estúpidos, no podían medir la magnitud de sus actos. Eso era curioso, pues por lo general Jeongguk sí que pensaba antes de tomar una decisión, ya lo habíamos dicho, él no haría algo como eso sin antes pensar en las consecuencias. Pero ahora, mientras Yoongi se daba un baño rápido y él arreglaba el living para poder dormir, lo entendió finalmente. Él quería borrar todos sus malos recuerdos asquerosos, quería maquillarlos con nuevas experiencias era vez más amenas... y es que Yoongi era casi idéntico a su padre, su carácter, su cinismo, su misma locura, los mismos gustos —el baloncesto, el vodka y los cigarrillos—. Qué extraño era todo. Las cosas que llegó a aborrecer alguna vez ahora se presentaban en un chico que había robado su atención y en un hombre al que había entregado muchos sentimientos. Entonces era por todo eso que él dejaba de pensar cuando el nombre de Jimin o Yoongi estaban en las decisiones que debía tomar y en las responsabilidades que debía asumir.
Suspiró con pesadez.
—Jeon, ¿te duchas?
Le vio salir del baño secándose el cabello.
—Solo me daré un aseo rápido.
Yoongi le miró extrañado.
—¿No crees que es un poco raro que ambos llevemos el cabello húmedo?
—Yo no creo que a tu madre le importe eso demasiado.
Yoongi tenía un punto.
Jeongguk mordió el interior de su mejilla. Olvidaba que era casi imposible engañar a Yoongi, no sabiendo lo muy observador que era. Tendría que elaborar más la mentira.
—Aunque creas que no, sí que se fija.
—¿Pero qué tiene? No es como si ella dudase que fuésemos a follar o algo por el estilo.
—¿Quién vive con mi madre? ¿Tú o yo?
Sabía que era difícil convencerle... pero es que no podía decirle que la verdadera razón era porque Jimin sospechaba y que se iba a enfadar por eso... ya que sonaría muy raro y Yoongi terminaría preguntando más cosas.
—... vale.
El mayor sabía que no obtendría una declaración verdadera de Jeongguk.
Una vez el menor estuvo listo y aseado, se dispusieron a hacer lo que verdaderamente iban a hacer en un principio, ver una película. Claro, ordenando todo para que se viese como una pijamada.
—¿Por qué llamó tu tío?
Preguntó casualmente a propósito y observó divertido cómo Jeongguk se atoraba con una palomita.
—E-eh... quería saber qué tal nos la estábamos pasando —vio a Yoongi con lo que era una sonrisa torcida—. Él solo se preocupa demasiado.
—¿Por qué habría de hacer algo como eso? No tiene sentido.
Jeongguk comenzó a sudar frío.
—Yo perdí a mi padre a los once...
Dijo lo primero que se le vino a la mente y para su alivio Yoongi pareció tragarse la mentira.
—...
—Él nunca fue un buen padre —dijo recordando eventos poco agradables—... y Jimin estuvo para mí desde que nací. Entonces él se volvió un poco demasiado sobre protector.
Le agradó porque mentía pero decía la verdad al mismo tiempo.
Yoongi no podría discutir eso. Es que había sonado tan real, Jeongguk no mentiría con algo así de grande y entonces empezó a dudar de sus dotes de adivino.
—Jimin se parece a... un amigo mío.
Soltó sin pensar y luego se arrepintió por ello.
—¿A sí? ¿A quién?
—Nada, olvídalo —Jeongguk le golpeó ligeramente en el hombro.
—Vamos, eres mi mejor amigo, deberías tenerme confianza.
—¿Ahora sí soy tu mejor amigo, pequeña rata? —Jeongguk rodó sus ojos, Yoongi podía ser tan infantil a veces...
—Sabes que lo eres.
—Antes de que Jimin se fuese no pensabas lo mismo, ¿qué pasó, conejito?, ¿te enamoraste de mi polla y por eso andas más zorra de lo usual?
—Vamos, mi daddy la tiene mucho más grande que tu mini Yoongi.
—Oh, pequeña puta. No trates de hacerme sentir menos, que no lo lograrás.
—¿De qué hablas? —fingió desentender—. Si yo solo estaba siendo sincero contigo.
—¿Enserio? Pues este mini Yoongi te hizo gritar su nombre.
—Va. Solo estaba fingiendo, no fuiste tan bueno.
—¿Y por eso arañaste mi pecho y espalda?
—...
—... —Yoongi sonreía con suficiencia.
—Te corriste muy rápido.
—Eso es porque, extrañamente, estabas jodidamente apretado. Digo extraño, claro, porque eres una golfa y el que sigas tan cerrado es sorprendente.
—Ugh, a veces eres tan...
—Cool.
—Imbécil.
—Gracias, es un don —le guiñó un ojo.
Jeongguk sonrió y se acomodó cerca de Yoongi para seguir mirando la TV. Estaban pasando Deathpool, que era una de sus películas favoritas, sin embargo, el reciente orgasmo hizo que se durmiera profundamente en tan solo unos minutos. Ni siquiera alcanzando a verse la mitad, pues estaba agotado. Yoongi se quedó despierto un rato más, acariciándole el cabello mientras miraba su rostro de vez en cuando. Era cómodo, así describía cuando estaba junto a Jeongguk... pero estaba enfadado por eso un poco. Yoongi no era de las personas que tenían muchos amigos, los pocos que habían sido cercanos eran solo por conveniencia, por lo general las personas se alejaban de él por cómo era, no le soportaban mucho; pero Jeongguk no parecía aburrirse de él, podía sentir incluso que le apreciaba muchísimo. Y eso le gustaba, el sentirse querido y valorado en cierto punto se sentía bien; pero no quería volverse dependiente. Entre pensamientos y recuerdos, Yoongi también quedó dormido.
Cuando despertaron, había ruido viniendo de la cocina.
Jeongguk decidió ir a ver y Yoongi se quedó echado todavía, puesto que resultó ser un dormilón compulsivo.
En la estancia se encontraba Jimin preparando el desayuno. Miró que nadie estuviese cerca y fue de puntitas a abrazarse a su espalda. El mayor se quedó quieto unos instantes y luego sonrió ligeramente. Se volteó, le cargó, le colocó sobre la encimera y entonces le besó. Jeongguk correspondió de inmediato.
Pero Jimin se separó bruscamente al recordar lo sucedido anoche.
—¿Qué pasa?
—Pueden vernos —dijo secamente.
—Yoongi está dormido... y mamá e Irene seguramente también.
—No me arriesgaré.
—Vale —alargó.
Se quedaron en silencio mientras Jimin seguía con su labor.
El castaño era consciente de que todos dormían y que podría hacer lo que quisiese... pero es que estaba enfadado. No es que él dudase de su bunny... bueno, la verdad es que sí lo hacía, pero había tratado de convencerse a sí mismo de que no ocurrió absolutamente nada entre el mocoso dormido en el living y su niño. Sin mucho éxito, cabe destacar, porque cuando llegó de la aburrida fiesta de celebración —por un nuevo logro en la empresa—, él enseguida fue a ver a Jeongguk ni bien dejó a las mujeres en las habitaciones para que descansasen... y notó con pesar la mueca de paz profunda que ponía Jeongguk cuando dormía luego del sexo —el conocía esa mueca mejor que nadie— y entonces enloqueció, porque Jeongguk le había fallado. Y Jimin no iba a cruzarse de brazos y pasar de ello olímpicamente, él quería y exigiría una explicación. La pediría ahora.
—¿Se divirtieron mucho anoche?
Jeongguk tembló un poco, pero Jimin no avanzó a notarlo.
—No. Yoongi no es una persona muy divertida —mintió.
—Ayer sonabas como si la estuvieras pasando muy bien...
—...
—...
—¿Qué estás insinuando?
—Nada.
—Mira, Jimin, si vamos a empezar con estupideces lo mejor ser-...
—No, basta con esa mierda. No vas a chantajearme. Necesitarás de otro método para convencerme porque yo te conozco demasiado y a mí no vas a engañarme como lo haces con tu madre. Tendrás que esforzarte —había dejado de cocinar para tomar sus muñecas con fuerza.
Jeongguk permaneció inmutable... pero realmente estaba maldiciendo por dentro. Tendría que seguir mintiendo... seguir mintiendo por primera vez a Jimin.
—... esto es una basura —quiso zafarse pero Jimin no le dejó.
—¿Durmieron juntos?
—Follar, la pregunta correcta es si me lo follé, no seas hipócrita. Y no, Jimin, no me jodió.
—... —Jimin apretó su mandíbula— no te creo.
Y era verdad. Sabía que Jeongguk era bueno con las palabras y era un maestro en el engaño —lo sabía porque era él el que siempre se encargaba de cubrirlos a ambos—. Tenía dudas. Era la primera vez que experimentaba celos así de fuertes.
—Pues allá tú. Solo te digo algo... si ya empezamos con las dudas lo mejor será dejar lo que sea que tenemos. Yo no te estoy reclamando nada que tenga que ver con esa mujer, y eso que estoy en mi derecho, así que no vengas a querer pedirme explicaciones ni te atrevas a dudar, porque no necesitas nada de eso.
Jeongguk logró quitárselo de encima, pero no por mucho tiempo. Iba a salir de la cocina cuando su cuerpo fue jalado hacia atrás y levantado en el aire.
Jimin no podía dejarlo solo así.
Jeongguk había logrado convencerle... pero por desgracia eso no lo hizo sentir demasiado mejor. Se estaba engañando, él mismo tapó sus propios ojos para no perder al chico.
—Bien, lo siento. Tienes razón —le hizo envolver sus piernas en su cintura y le puso contra la pared—. Es solo que... yo tengo tanto miedo, bunny —juntó sus frentes.
—¿Miedo a qué, Jimin? Si tú y yo no somos nada en específico... en la práctica yo solo dejo que me folles y ya.
—Basta, por favor —suplicó.
—No. Deja de ser tan cobarde —Jimim le besó.
—¿Qué quieres?, ¿qué exactamente quieres que diga? Yo realmente no vi necesario pornerle un nombre a esto... porque no estoy seguro...
—Quiero saber qué coño es esto.
—Es que en verdad no lo sé... yo solo quiero que seas mío, pero es que no se puede porque estás tan prohibido. No sabes lo mal que me tiene esto.
—...
—Solo eres mío y eso es todo.
—Pero tú no.
—Tú no quieres que la deje.
—¡Porque la cagarías! Tú mismo dijiste que era complicado... Jimin, piensa.
—¡Entonces qué es lo que quieres de mí!
«Yo solo quiero que me folles», pensó.
—Por ahora solo dime qué sientes por mí.
—...
—...
Jeongguk pedía cosas tan complicadas a veces...
Jimin suspiró con pesadez. Este niño iba volverle realmente loco... cuándo fue que todo se fue tan a la mierda. Y lo peor es que lo disfrutaba como nunca... lo único complicado era cuando lo hablaban. Pero ya era hora de hacerle frente a la situación.
—Te amo.