Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

FUCK ME | jikook por mrsswag9394

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

IMPORTANTE: Si no has leído | Undercover |, | Enmity |, | Falling | & | Feels |, te sugiero pasarte a revisar si estás al día con la lectura ^^ para evitarte confusiones y que te saltes trama c:

 

Si estás al corriente del maratón y de los últimos capítulos... entonces disfruta tu lectura 7w7r

 

 

 

Grrr~

 

 

 

 

Jeongguk se encontraba sobre la encimera de la cocina, con sus pantalones hasta la mitad del muslo, sus muñecas atadas con la camisa de su uniforme y mordía el cuello del saco con fuerza, humedeciendo la tela con su saliva —lo hacía para callar sus gemidos—. Jimin arremetía contra su cuerpo una y otra vez, golpeando su punto con fuerza sin importarle si le estaba haciendo daño o no, sólo concentrado en hacer llegar a ambos al clímax lo más rápido posible. La regadera seguía sonando, eso significaba que Irene aun no terminaba la tarea del baño, pero aquello no les garantizaba nada, ella podría terminar en ese momento y ellos no habían acabado todavía. El condón había sido una idea inteligente, Jeongguk era listo en verdad, así no tendrían que preocuparse por limpiar el desastre que normalmente provocaban en estas ocasiones —y aunque Jimin prefería irse dentro debido a que el látex no le era del todo cómodo, no se quejó—, Jeongguk se correría en su puño y bastaría con que se lavasen para eliminar cualquier prueba. Se escuchó un ligero sollozo y Jimin casi le da una nalgada, sin embargo solo tiró de su cabello y le susurró en el oído que dejase de hacer tanto ruido. Jeongguk estaba llorando, sus ojos cristalizados y oscurecidos; habían fluidos por todas partes, saliva, presemen y notó un hilo finísimo de sangre en su trasero —era producto de una mala preparación y la rápida penetración—. Jimin gimió roncamente al observar todo aquello, era la segunda vez que Jeongguk sangraba debido a lo brutos que se ponían en estas situaciones, y joder que le encantaba, se ponía como un loco y le poseía hasta cansarse.

 

 

 

—Voy a terminar.

 

—Y-yo t-también...

 

 

Su frente se apoyó contra la fría superficie, sus ojos fuertemente cerrados y de su boca salía vaho caliente, dejando empañado donde su aliento chocaba.

 

 

—Ugh... ngh... daddy~.

 

 

 

Escuchó una risa ligera. Las embestidas aumentando, él mordiendo su labio para tragarse los gemidos que quería gritar. De pronto el silencio les hizo entrar un poco de pánico, Irene había terminado de ducharse así que debían darse prisa. Jimin le masturbó con agilidad a la vez que se enterraba más y más al fondo de bunny y entonces ambos soltaron su orgasmo al tiempo en que Irene salía del baño hacia la habitación.

 

Rápidamente acomodaron sus ropas, Jimin amarró el condón y tiró de Jeongguk para llevarlo al baño del primer piso a que se arreglase. El mayor solamente se limpió un poco, lavó su rostro y salió para sentarse casualmente en el sofá, Jeongguk decidió quedarse dentro hasta que el color de su rostro desapareciera. Irene bajó las escaleras algo apurada, con un zapato puesto y el otro a medio proceso. Metió atropelladamente su móvil y cartera en el bolso y caminó cojeando hasta la puerta.

 

—¡Se me hace tarde! —exclamó.

 

Jimin rio un poco.

 

—Ten un buen día, cariño —le deseó con sarcasmo.

 

Ella le fulminó con la mirada a la par que abría la puerta y desaparecía.

 

 

 

 

 

 

Se escuchó un pesado suspiro.

 

—¿En verdad? ¿Me tomaste en la cocina, me sacaste sangre, hiciste que me corriera en quince minutos y todo para que ella se fuese enseguida?

 

 

El castaño se encogió de hombros.

 

 

—Digo, pudimos haber esperado hasta ahora... hubiésemos tenido más tiempo —reclamó algo mosqueado, pues le ardía el trasero muchísimo y estaba adormecido.

 

—¿No fue excitante?

 

—Lo fue —admitió—, así como estúpido.

 

—Pero te gustó —le dedicó una ladeada sonrisa.

 

—Ugh, no tienes remedio.

 

—Ven aquí —palmeó a su lado, ignorando lo que acababa de decirle.

 

—Oh, no. Me duele el trasero, Jimin.

 

El mayor soltó una risita y añadió inocentemente:— solo quiero besarte.

 

—Eso no es cierto... terminará en algo más, siempre lo hace, y yo quiero a mi trasero, ¿entiendes lo que quiero decir? —Jimin rodó sus ojos—. Además, voy de salida. Debo ir a ver a Jennie, quedé con ella y se me hace tarde.

 

 

Se tensó considerablemente.

 

 

—Quédate.

 

—Joder, pero tú sí que eres un intenso. No, no me voy a quedar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Subió hacia su actual habitación y entonces se vistió con rapidez. Tomaría algo de ida, no deseaba quedarse demasiado tiempo, pues había descubierto que por lo general, ambos eran insaciables y no quería otra ronda porque entonces Jimin no le dejaría luego. Él realmente creyó que el sexo iba a volverse aburrido una vez vivieran juntos, se equivocó, obviamente; creyendo inocentemente que ya no sería tan caliente el tenerlo cerca casi todo el día —Jimin había decidido trabajar desde casa para cuidar de su sobrino—, pero había sido completamente todo lo contrario. A veces les faltaba la tarde para jugar y hacían estupideces como la de hace rato bastante seguido.

 

 

 

 

Cuando bajó... gimió suciamente y sus mejillas se sonrojaron muchísimo, su cara ardía y estaba peligrosamente cerca de conseguir de que su inmediata erección al ver aquel espectáculo se volviese incontrolable.

 

 

—M-mierda, Jimin, ¿de dónde coño sacaste eso?

 

El mayor sonrió y siguió masturbándose.

 

—Uh, bunny —su voz ronca le estremeció.

 

—Estás... estás... —la boca se le hacía agua—. ¿Eso e-es acaso...?

 

Pero claro que lo era.

 

—¿Por qué no vienes tú y me ayudas? —es maldita voz ronca.

 

Las piernas le temblaron. Joder que quería obedecer, ponerse de rodillas frente a él y quitar el maldito consolador para reemplazarlo por su boca, Jimin sabía que lo deseaba.

 

 

 

El ritmo aumentó y entonces Park comenzó a jadear.

 

 

 

Resignado, y más que nada ansioso, Jeongguk caminó hacia donde se encontraba Jimin sentado y se le quedó viendo atentamente, se relamió los labios que comenzaban a secarse y entonces se dejó caer arrodillado en el suelo frente a él. Sus grandes y morbosos ojos observaban fijos cómo la gran polla de su daddy era tragada por aquella funda de hule con textura rugosa y transparentada. Su glande tocaba el extremo y él la sacaba casi hasta el final.

 

—Pienso usarlo contigo —informó.

 

—Todavía me sorprende de dónde es que sacas todas estas cosas y las ocultas para que Irene no las vea —pensó en voz alta acercando su mano y reemplazando la de Jimin.

 

 

 

 

El ritmo que marcó era mucho más lento que el frenesí con el que Jimin lo había estado haciendo y entonces pudo sentir al mayor tensarse bajo su tacto. El objeto chupaba un poco la polla y luego se acoplaba a ella con precisión, notó cómo el lubricante se derramaba poco a poco con cada mete-saca. Sus ojos subieron y se encontraron con un Jimin sonrojado, su cabeza estaba inclinada, sus cabellos algo húmedos cayendo rebeldemente hacia atrás, dejando al descubierto su frente. Su cuerpo transpirado hacía que la fina camisa que portaba se ciñera a su estilizado cuerpo, gotas de sudor cayendo por su rostro, abriéndose paso por su cuello y perdiéndose dentro de sus ropas. Maldijo mentalmente porque ahora ya tenía un gran problema dentro de sus pantalones y el masturbar a Jimin no era una ayuda, precisamente.

 

—Oh, joder. Me estás torturando —gruñó.

 

Jeongguk sabía por qué.

 

—¿Quieres que lo haga rápido, daddy?

 

—Lo que quiero es tu boca llena de mí —le hizo saber.

 

Jeongguk se relamió.

 

—Una mamada, Park. Entonces me iré.

 

 

El mayor asintió.

 

 

 

 

Quitó el juguete, provocando un sucio y morboso sonido húmedo que lo hizo gemir inconscientemente.

 

 

 

 

Su boca se acercó, preparada para probar el aceitoso y desabrido sabor del lubricante... pero tal fue su sorpresa que tuvo que quitarse la polla enseguida, una mirada suplicante y algo desgarradora. Eso era jugar malditamente sucio, lo odió por esto porque entonces no sabía si de verdad aguantaría o se dejaría follar.

 

—¿Sandía?

 

Jimin sonrió.

 

—Lo haces adrede...

 

—¿Yo? Para nada.

 

 

 

 

Él sabía perfectamente que Jeongguk tenía debilidad por los sabores dulces.

 

 

 

 

Resopló y entonces engulló casi por completo el miembro hinchado. Su lengua lamiendo con énfasis y sus labios succionando con fuerza la punta. Un gruñido gutural abandonó los labios ajenos y se permitió sonreír a la vez que marcaba un ritmo constante. Las manos del mayor no tardaron en enredarse en sus cabellos para ayudarle y facilitarle la tarea, tirando para hacerlo subir y bajar a su antojo. Bunny se dejó hacer al tiempo que desabrochaba sus propios pantalones y se masturbaba, calmando a su hinchada polla.

 

 

 

—Más rápido, cariño.

 

Jeongguk sabía que la petición era inútil pues él no estaba haciendo nada más que chupar y lamer, Jimin era el encargado de la rapidez. Sin embargo nunca decía nada, sabía que a daddy le gustaba el control y dar órdenes era de su especial agrado.

 

 

 

 

 

 

 

 

El ritmo aumentó por ambas partes, ambos cerca de un segundo clímax. Sus pollas derramando presemen, advirtiendo de un intenso orgasmo.

 

Varios minutos después sucedió.

 

 

Se corrieron casi iguales. Jimin llenando su boca y Jeongguk manchando alguna prenda que alcanzó del suelo. Se tragó su orgasmo y entonces se permitió respirar tranquilamente.

 

 

 

 

 

—¿Acabas de manchar mi chamarra?

 

El menor aún algo aturdido miró hacia donde su dedo apuntaba y abrió mucho sus ojos.

 

—Ah, eh~... yo... lo siento, no me fijé —dijo torpemente.

 

Jimin la tomó y la observó. Luego dos de sus dedos limpiaron un poco de los fluidos y se los llevó a su boca, saboreando a su pequeño. Jeongguk jadeó.

 

—Me gusta tu sabor.

 

Sonrojado, subió su cremallera y se puso de pie.

 

—Se me pasa la hora. Me voy, hyung.

 

 

Antes de que avanzase más, Jimin ya había tomado su mano y le acercaba a su cuerpo. Su rostro tomado con delicadeza y un par ojos marrones mirándole divertido.

 

—¿No te lavarás?

 

 

Asintió y quiso ir al baño pero de nuevo fue detenido. Esta vez le besaba con bastante suavidad.

 

 

—Quédate —volvió a pedir, casi como una súplica—. Ella no volverá si no es hasta tarde...

 

El menor pareció planteárselo.

 

—Yo... no me demoraré demasiado.

 

—Tsk —se resignó—. Está bien. Tienes dos horas, bunny, te quiero aquí temprano.

 

 

 

 

 

Le soltó y Jeongguk por fin pudo ir a asearse un poco de nuevo y salió apurado en dirección a la caseta de autobuses que estaba justo enfrente de la casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

|<3|

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jennie estaba checando su móvil cuando un par de grandes manos le taparon los ojos y la boca. Ella dio un brinquito en su sitio y al no reconocerle comenzó a entrar en pánico.

 

 

—Dame todo el dinero que tengas —dijo una voz ronca claramente figida y ella dio una exhalación irritada.

 

 

 

 

Se soltó del agarre y entonces se puso de pie encarando al menudo y pálido muchacho frente a ella. Este le dedicaba una mirada de superioridad mientras la escaneaba de pies a cabeza, como queriéndola despojar de sus ropas; ella hizo puño sus manos y le fulminó a la par que se sonrojaba hasta la orejas ahora completamente indignada tanto como abochornada.

 

 

—¿Acaso me estás siguiendo? Y deja de mirarme así, maldito pervertido.

 

—¿Así cómo?

 

—No te hagas. Es como si yo te gustara —murmuró avergonzada—. ¡Soy la novia de tu mejor amigo! No deberías faltarme el respeto de esa forma.

 

—Arg, pero qué pesada. No me gustas, tonta, me gusta molestarte.

 

Un golpecito en su frente que ella trató de esquivar. Se cruzó de brazos y puso todo su peso en una pierna.

 

—Se lo diré a Jeonggukie.

 

—Oh, no te pongas a la defensiva, Nini.

 

—¡Que mi nombre es Jennie, Yoongi! Hasta cuando te lo aprenderás.

 

—Te dice Nini de cariño.

 

 

 

Al oírle, Jennie abrió sus ojos algo sorprendida, sonrió ampliamente y se volteó de inmediato. El pelinegro le devolvió la sonrisa y abrió sus brazos esperando por ella.

 

 

 

 

—¡Oppa!

 

Jeongguk le dio un breve beso y le revolvió el cabello.

 

—¿No es un poco extraño que le digas oppa cuando tú eres su noona?

 

—¿Y a ti qué?

 

—Yoongi, deja de fastidiarla.

 

—¿Vinieron juntos? —cuestionó ella—. Creí que habíamos quedado para ir a ver una película.

 

—Solo nos encontramos. Pero si quieres los acompaño, ¿eh? —tiró de su falda, levantándola un poco. Retrocedió hasta chocar con el pecho de Jeongguk.

 

—Yoongi —se quejó el menor.

 

—Vuelve a hacer eso y te... —la boca de Yoongi sobre la suya le interrumpió.

 

 

 

Cuando pudo reaccionar, él fue empujado lejos de inmediato, tocaba su labio inferior que había sido mordido con fuerza por ella mientras la diversión salía de él. Jeongguk soltó un par risas flojas y acercó a la castaña, quien se abrazó de inmediato a su cuerpo.

 

 

 

 

—Vale, ya cruzaste la línea, Yoongi —reclamó mecánicamente porque en realidad no estaba molesto.

 

Yoongi rodó sus ojos y metió las manos en sus bolsillos.

 

—Como sea. Los veo mañana en la escuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seguidamente se volteó y comenzó a caminar hacia el sur, presumiblemente hacia la estación. No le prestaron mayor atención y caminaron en dirección contraria, sumiéndose en un silencio algo incómodo. Jeongguk supo que debía disculparse por el idiota de Yoongi, no le gustaba que su novia estuviese enfadada.

 

 

—Ya. No estés molesta, él es así.

 

—No puedo creer que lo permitas. No es la primera vez que lo hace —admitió.

 

Jeongguk la analizó un poco.

 

—¿Has correspondido alguna vez?

 

—¡Claro que no!

 

Era obvio.

 

Ya mejor ni se hacía ilusiones.

 

—Entonces no pasa nada. Yo confío en ti —afirmó con una sonrisa falsa.

 

—¿Y en él? Me preocupa, realmente he llegado a pensar que quiere algo conmigo.

 

El menor se tragó una carcajada.

 

—Confío en ambos.

 

 

 

 

Jennie seguía quejándose y estaba en su derecho. Una vez habían estado jugando verdad o reto en una de las fiestas de Wang y a ella le había tocado besarse con Yoongi. Y este, al ver la mirada cargada de lujuria que les dedicaba el menor, realmente le hizo querer tener un trío entre ellos, era por eso que él se dedicaba a molestarla tan seguido, para ver si es que lograba convencerla de hacer algo. Obviamente eso no pasaba ni iba a pasar jamás, Jennie era muy firme con respecto a eso, a ella no le gustaba Yoongi, solo Jeongguk. Y eso mismo ella trataba de hacerle entender al menor, se lo repetía una y otra vez para que hablase con Yoongi para que le dejase en paz de una vez por todas. Jeongguk no entendía cómo es que podía quejarse tanto, todas las mujeres lo hacían y no lo comprendía en realidad; el creía que debía sentirse tentada por la oferta indiscreta, las extranjeras y otro par de compañeras más deseaban aquello, hasta otro de sus compañeros, Luhan, se había lanzado sutilmente como voluntario para sus juegos —siempre guardando las apariencias, claro—. Pero ni Yoongi ni Jeongguk querían a otra persona que no fuese Jennie, ambos tenían un tipo de fascinación por la castaña y era ella a quien querían para aquello. Otra opción que Yoongi le había dado había sido Jimin, claramente había ido como una broma, pero que para ambos había sido muy enserio. Aunque ese no es el caso.

 

 

 

 

 

 

 

Habían llegado al cinema y escogían vagamente una película.

 

 

 

 

 

—Uh, al parecer hay ninguna de terror en cartelera.

 

—¿Terror? —le dio una suave nalgada y ella brincó en su sitio. Jeongguk le hizo un guiño—. Ah, eh, ya veo... —mordió su labio.

 

—Veamos una cualquiera. Tú elige, yo iré a ver las palomitas.

 

 

 

Ya comprado los boletos ambos esperaban en la cola para ir a las salas. Una película de acción que no le interesó demasiado al parecer estaba siendo bastante popular, ya que había un considerable número de personas esperando. Algunos chicos en la fila miraban con atención a Jennie y a su diminuta falda que apenas y si le tapaba, con una ventisca algo fuerte se le notaría el pequeño short que traía debajo; no le molestaba aquello, sonriendo orgulloso y presumiendo la linda muñeca que se había conseguido como novia.

 

Una vez dentro fueron al fondo de la gran sala y se sentaron bastante alejados de las personas.

 

 

 

Obviamente el manoseo no se hizo esperar demasiado, casi nada concentrados en la película llena de explosiones y disparos que acallaban los tiernos gemidos que soltaba Jennie cuando los dedos algo expertos de Jeongguk jugueteaban en su interior. Era muy húmedo, ella realmente mojaba cuando él la tocaba, y eso no le desagradaba para nada. Cierto era que no conseguía ponerle duro completamente, pero le gustaba bastante la sensación.

 

Cuando le hizo venirse por cuarta vez, sacó sus dedos y se acomodó correctamente. Ella aún respiraba agitada y sujetaba su diestra con fuerza. La película ya casi iba pasada la mitad.

 

 

 

Jeongguk lamió sus dedos, probando del dulzón sabor de Jennie y le sonrió mientras se limpiaba el resto con una servilleta.

 

 

 

 

—Iré al baño.

 

—Vamos —propuso.

 

 

 

 

 

 

 

 

Los adolescentes salieron con discreción y se dirigieron a los baños de chicas. Obviamente estaban vacíos ya que las salas reproducían sus respectivas películas, entonces no se encontrarían con alguien ahora. Jeongguk fue a lavarse cuando unos delgados y frágiles brazos le envolvieron por detrás; tenía a Jennie pegada a su espalda, mordiéndole el cuello y frotando con torpeza su miembro con sus pequeñas manos.

 

 

Ella le volteó y tiró de su chaqueta a la par que caminaba de espaldas hasta adentrarlos a ambos a un cubículo.

 

 

Jeongguk sonrió ladinamente y la cargó para apoyarla contra la pared.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Varios minutos después Jeongguk tiraba el condón mientras ella acomodaba sus ropas. Una vez listos, ambos salieron discretamente y se alejaron por el pasillo hacia la salida, la película ya no importaba.

 

Jeonggukie...

 

—¿Qué? —Jennie entrelazó sus dedos.

 

—Mis padres no estarán el fin de semana en casa —insinuó.

 

El menor rio y le dio un infantil beso en la frente para luego revolverle el cabello mientras negaba.

 

Noona. Sabes que me encantaría...

 

—¿... pero?

 

—Pero quedé con Yoongi para ir a un festival de música en Gangnam.

 

—Aish, ¿no puede ir él solo?

 

—Vamos, no te enfades.

 

—¡Pero yo soy tu novia!

 

—Y él mi mejor amigo... además, llevamos planeando esta salida desde principio del mes, lo sabes.

 

Oppa, por favor~~.

 

—Lo siento.

 

 

 

 

 

 

 

Soltó sus manos y se cruzó de brazos, comenzando a caminar con más rapidez. Jeongguk rodó sus ojos y se dedicó simplemente a seguirla en silencio y dejarla en su casa sana y salva. Ella no le besó al despedirse, claramente, y lo entendía. Supo que debía comprarle algún peluche enorme para compensar su decepción. Su abuelo solía decir que una mujer feliz es una vida feliz, así que más le valía mimarla, no quería que su relación terminase tan pronto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al llegar a casa, no vio a Jimin por ningún lado. Frunció el ceño y fue hasta la habitación matrimonial. Nada. Al parecer estaba solo. Miró la hora en su reloj y notó que se había tardado un poco más de lo acordado, pero eso no justificaba que el mayor no se encontrase. «Tal vez está en su oficina trabajando». Cierto, encontró cerrada la puerta y no golpeó, lo más probable es que estuviese allí. Fue en dirección a su habitación para cargar el móvil que se le había apagado para luego bajar a hacerle compañía al mayor y fue cuando se encontró con una caja negra con moño rojo sobre su cama hecha —no recuerda haberla tendido él mismo—. Conectó el aparato y analizó el regalo. Era para él, obvio, y se sorprendió un poco. ¿Acaso había algo que festejar? No es bueno con las fechas... pero tenía el presentimiento de que justamente no había nada por celebrar ese día. Desató el nudo con cuidado, se le cruzó por la cabeza que el regalo podría ser de Yoongi, y sonrió pensando en lo que el pálido muchacho podría haberle traído. Sin embargo, todo atisbo de sonrisa se borró de inmediato al ver el contenido.

 

 

—¿Te gusta?

 

Dio un respingo en su sitio y giró el rostro para encontrarse a Park con un aspecto bastante desalineado —sí, se notaba que había estado en su oficina trabajando puesto que traía esos lentes gigantes de lectura y la camisa estaba arremangada, marcando aun más sus músculos—. Un suspiro trémulo escapó de sus labios y preguntó en un hilo de voz:

 

 

—¿T-tacones?

 

Hasta pronunciarlo le parecía absurdo.

 

—Aprenderás a usarlos... no es demasiado difícil —declaró con calma.

 

—No usaré esto... es ridículo.

 

Se acercó a él con la caja en sus manos y se la puso contra el pecho.

 

—...

 

Luego enrojeció por completo de la vergüenza.

 

—Deja de reírte.

 

—Oh, vamos. Te gustará.

 

—No voy a usar tacones. ¿No es suficiente la ropa para chica?, ¿y la lencería?, ¿qué me dices de los juguetes? He sido complaciente y flexible con ello... pero esto ya es demasiado. Comienzas a preocuparme, hombre.

 

Y era cierto.

 

 

 

Jeongguk sabía que a Jimin le gustaba bastante experimentar con cosas nuevas, pero no creyó que le pediría hacer esto. Y lo peor es que Jeongguk se lo estaba planteando, imaginando lo extraño que se sentiría...

 

Agitó su cabeza.

 

 

 

 

—...

 

—¡Que dejes de reírte! —dejó un pequeño golpe en su pecho.

 

—Vale.

 

 

 

 

Pero no dejó de hacerlo.

 

 

 

 

—¡Jimin! —reclamó de nuevo. El nombrado le miró lascivo y divertido y tiró de él para acercarle—. Oh, no. No. No me convenc- —le robó un beso. El pelinegro le empujó un poco—... basta... que... t-te detengas...

 

—Shh...

 

—No usaré esa mierda. Pídecelo a tu esposa, estoy seguro de que aceptará.

 

Jimin rodó sus ojos.

 

—Por favor... quiero verte usando estos mientras... bailas un poco para mí.

 

 

Eso le había descolocado nuevamente.

 

 

—Sueña, Park.

 

 

Jimin le soltó y se cruzó de brazos, autoritario.

 

 

—Jeongguk —advirtió para luego suavizar su voz y sonreírle con dulzura torcida—... bunny, obedece a tu daddy, anda.

 

Bunny piensa que daddy ya ha perdido la cabeza.

 

—...

 

 

 

Fue cargado al hombro sin suponer un mayor esfuerzo.

 

 

 

—¡N-no!

 

Pero fue inútil.

 

Jimin pasó de él y se encaminó hacia su oficina.

 

 

 

 

Ni bien se adentraron y echaron pestillo a la puerta, bunny ya se encontraba sobre el grande escritorio de madera, siendo besado con rudeza por su daddy. Fue despojado de sus ropas, hasta que simplemente quedó con el sencillo bóxer negro. Rápidamente una diadema de orejitas de conejo y un chóquer fueron colocados con agilidad.

 

 

 

—Úsalos.

 

—Jimin —se quejó.

 

—Vamos.

 

Tomó asiento con los zapatos en sus manos. Jeongguk, quien estaba sentado sobre la mesa con las piernas abiertas y de frente a su daddy, soltó un chasquido algo molesto por estar tan tentado de utilizar aquello, porque joder que él quería hacerlo. Tímidamente subió una de sus piernas hasta el pecho de daddy y giró el rostro completamente abochornado.

 

 

—Solo por esta vez —murmuró.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jimin, complacido, tomó su pie con delicadeza y metió el zapato, subiendo el botín hasta más arriba de su rodilla —porque eran tacos negros de botín completamente de cuero y bastante altos— y entonces subió el cierre. Repitió el proceso con el otro pie, y Jeongguk quedó con el conjunto completo. Se le quedó observando con hambre, la mirada pesada y brillante de excitación, al parecer le ponía mucho el verle vestido de esa forma. De fondo se escuchaba débilmente un remix extendido de Go Fuck Yourself de Two feet bastante apropiado, y de solo pensar que tendría que bailarle su rostro enrojeció nuevamente y comenzaron a temblarle las piernas. Y lo peor de todo es que no podía ni fingir ni reprochar nada, puesto que su erección daba a entender lo mucho que le gustaba la situación. Soltó un suspiró y se puso de pie a la par que Jimin se recostaba en el asiento. Se sentía ridículo y solo quería no verse patético mientras se giraba y comenzaba a mover sus caderas para Jimin al ritmo de los bajos que retumbaban ligeramente. Los gemidos de la chica casi le sacan una risa y entonces, ya solo un poco más confiado se recostó sobre la mesa, encorvando la espalda y meneando circularmente sus caderas, escuchó a Jimin jadear y se giró para observarle. «Podría acostumbrarme a esto» fue lo que pensó mientras se levantaba otra vez y se acercaba, su pie entre las piernas del mayor, las manos de este recorriendo sus níveas piernas y su respiración atropellada.

 

 

 

—Vas a tener que poner un par de billetes en el ligero —bromeó.

 

Jimin rio entre dientes y le giró para sentarlo sobre su erección.

 

—Mueve tu lindo trasero.

 

 

 

Y con gusto lo hizo.

 

 

 

Se frotaba al ritmo de la sensual canción, desesperando a Jimin. Manos recorriendo sus caderas y cintura, presionando sus pezones mientras él se ocupaba por quitarse el molesto bóxer. Una vez sin él volvió a sentarse y esta vez dio algunos saltitos antes de ponerse de pie e inclinarse, quedando expuesto a Jimin completamente con sus piernas juntas entre las de Jimin. Él no desaprovechó y enseguida le dio un par de nalgadas amigables y sus labios mordieron un poco para volverlo a dejar caer esta vez sobre su polla, empalando al muchacho de un solo movimiento. Y entonces Jeongguk gimió a la par que la chica de la canción y casi hasta de la misma forma.

 

 

—¿Qué esperas, bunny? Salta sobre la polla de tu daddy.

 

 

 

No esperó que se lo repitiera dos veces.

 

 

 

Su cuerpo subía y bajaba por la polla de Jimin, buscando su punto dulce, moviéndose de izquierda a derecha, en círculos, hacia atrás adelante. Jimin no dejaba de gruñir y él de gemir bastante fuerte, abierto para él, los tacones facilitaban la posición gratamente y entonces podía montarlo con mucha más rapidez de lo que solía. Jimin no aguantó demasiado y entonces se levantó y salir del menor y le puso sobre el escritorio de nuevo, sus manos tirando de su cabello y follándole con brutalidad. Una de las piernas de Jeongguk se flexionó, se empujaba al sentido contrario al encuentro de la polla de daddy, gimoteos, saliva, lágrimas, el chóquer algo apretado y la posición. Aparte de la música y el hecho de llevar zapatos de tacón. Aquello le facilitó mover sus caderas y por ende, disfrutaba muchísimo más.

 

—M-mierda.

 

 

Jeongguk sonrió lascivo y entonces se permitió correrse cuando se le apeteció, cerrándose y motivando a Jimin a hacerlo segundos después debido al estímulo en su polla.

 

Se quedaron quietos y tranquilizándose unos segundos.

 

 

 

 

Las tibias manos de Jimin acariciaban su espalda y comienzo del cabello, eran caricias extrañas, muy tiernas, y se sentían muy bien. Finalmente salió, dejando escurrir su esencia por los muslos y se inclinó a lamerle hasta dejarlo limpio.

 

—¿He sido un buen chico, daddy?

 

—Uno muy bueno, mi niño.

 

 

 

 

Notas finales:

Orden del maratón.

 

16 de Sep | Hey, Min |

18 de Sep | Pulse |

20 de Sep | Him (I) |

22 de Sep |Him (II) |

 

 

Vaaale, no pude actualizar antes porque no esstuve en mi casa :'c pero ya estoy aquí 7w7r y voy a actualizar seguido hasta ponerme al día. Es decir, mañana y pasado mañana caps seguidos... no sé si se entiende, pero meh.

 

Volviendo al fic. Hubo mucho porno hoy 7w7r, me gusta. Por favor, escucharmen esa canción porque es perfección, en verdad. Two Feet tus putos amos, depués de The NBHD, claro. El llevar calzado alto es considerado una filia 7w7r y como soy una buena persona y les adoro, decidí poner un capítulo al final de la historia, es decir, cuando esté terminada, dedicado únicamente a detallar cada parafilia y fetiche aquí nombrado -incluye los juguetes utilizados xD-. Por cierto, ese consolador que usa Jimin se llama funda para el pene (?) y es lo que su nombre indica, una especie de funda con forma de coño -o ano xD según lo que prefieran- y he visto lindos pasivos con pluggs de colitas utilizando esos 7w7.

 

Gracias por leer y no olviden dejar su sensual review, que les extraño TT-TT


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).