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FUCK ME | jikook por mrsswag9394

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Notas del capitulo:

IMPORTANTE: Si no has leído | Undercover |, | Enmity |, | Falling |, | Feels | & | Together |, te sugiero pasarte a revisar si estás al día con la lectura ^^ para evitarte confusiones y que te saltes trama c:

 

Si estás al corriente del maratón y de los últimos capítulos... entonces disfruta tu lectura 7w7r

 

 

 

Grrr~

 

 

 

 

 

No esperaron que sonase la campana. Simplemente caminaron hacia el portón y se ayudaron mutuamente en silencio a saltar la verja.

 

 

 

—¡Eh, ustedes!

 

 

 

Se dieron prisa al oír a uno de los inspectores. Ambos cayeron bien —Yoongi no tanto— sobre el asfalto y una vez completamente fuera, corrieron hacia la derecha, en dirección al hogar del mayor, huyendo de la autoridad del instituto y también de algunos guardias que merodeaban alrededor atrapando pillos que buscaban fugarse del colegio.

 

 

Jeongguk no quitaba su semblante serio, aun mantenía su mandíbula apretada y las cejas hacia abajo. Yoongi no le dio mayor importancia en ese momento. Una vez en la intersección que separaba la casa de Taehyung de las suyas, ellos pudieron detenerse y respirar un poco —el mayor en especial—, Jeongguk revolvió su cabello y el contrario sacó su inhalador. No se dijeron palabra, pero no pasó desapercibida para el más pálido la mirada preocupada del menor, la sombra de una tierna sonrisa en sus comisuras.

 

 

 

 

Caminaron todavía en silencio hasta la casa del mayor —cuando pasaron por la de Jeongguk, Yoongi pudo notar cómo evitaba a toda costa mirarla directamente y sabía a la perfección por qué—. Y no pasó demasiado tiempo desde que llegaron, pero debido a lo mañosos que eran ya estaban bastante mal en relativamente unos pocos minutos... como si hubiesen estado esperando llegar y fundirse en la mierda. Muy idiotizados. Sus manos entrelazadas, caricias casi imperceptibles, ambos en mundos ajenos pero dentro del mismo espacio. No estaban enfadados, ya no, pese a haber tenido una ligera discusión saliendo del instituto, no fue muy grave, Yoongi había estado bebiendo con Jaebum, uno de los perros de Jackson que últimamente andaba muy detrás del pelinegro, y Jeongguk les encontró... no es necesario aclarar que eso no le gustó demasiado. Pero ahí estaban, bordes y actuando infantilmente.

 

El uniforme de Jeongguk estaba mal alineado, el nudo de la corbata flojo y un par de botones fuera de su sitio. Su cabello estaba algo revuelto.

 

Yoongi no estaba muy diferente.

 

 

Festejaban algo, no sabían qué, pero no importaba. Y lo hacían, claro, con: alcohol, drogas, luces tenues y rock de antes del noventa y cinco, mirando una caricatura de los años ochenta que había encontrado el mayor en internet y le había gustado bastante. ¿Sus padres? Yoongi pasaba la mayor parte del tiempo solo y Jeongguk sabía lo ocupados que estaban sus tíos constantemente. El día lluvioso y frío, la mala calefacción encendida y ellos tan al tope de todo, estaban más aletargados que de costumbre.

 

Era perfecto.

 

 

 

 

—Mi daddy... yo lo quiero mucho, ¿sabes? Y él a mí, pero somos bien idiotas —dijo de pronto, captando toda la atención de Yoongi.

 

 

Se incorporó y le miró expectante.

 

 

Es decir, Jeongguk le hablaba de vuelta primero y sin ningún insulto en medio. Además, ¡había dicho algo respecto a su daddy! Ese era un tema algo así como tabú entre ambos.

 

—¿Ah, sí?

 

—Seh.

 

El mayor tomó la pipa entre sus dedos y dio una calada. Sonrió a medias mientras echaba el humo y se recostaba ligeramente en el sofá.

 

—¿Por qué idiotas?

 

Trató de no sonar demasiado interesado.

 

—Pues porque pese a que sentimos esa mierda por el contrario, nosotros... hacemos como si nada, o al menos así lo hago yo —miraba frente suyo, como perdido en sus pensamientos.

 

—Pero si te gusta... ¿por qué no se lo dices? —le quitó la pipa y dio una calada también.

 

 

Jeongguk soltó una risita.

 

 

 

Tomó el ron y se colocó a horcajadas sobre Yoongi, comenzando a beber de la botella mientras le escrutaba con la mirada. Terminó de dar el largo trago y dejó un beso largo pero muy superficial en sus labios, sus comisuras unidas apenas.

 

 

 

 

 

La recreación de otro beso bastante mortal.

 

 

 

 

 

 

Se separó.

 

—Jamás te lo he dicho, pero eres tan simple, mi lindo Yoonie —susurró acariciando sus cabellos—. Todo es siempre demasiado fácil para ti y por eso siempre haces idioteces sin pensar en lo que podrías ocasionar.

 

Tomó sus manos e hizo que Yoongi le diera de la pipa. El mayor sosteniéndola con una mano y con la otra encendiendo el extremo mientras Jeon aspiraba largo y tendido.

 

La quitó y Jeongguk pasó todo el humo a la boca contraria.

 

 

Yoongi le agarró del cuello y le hizo besarle. Lenguas chocando entre ellas mientras las manos tibias del menor abrían lentamente su camisa, quitando los botones y acariciando su pecho desnudo cuando la hubo retirado por completo. Se separó para besar el cuello ajeno, dejando de vez en cuando alguna marca pequeña por la succión, Yoongi dócil y temblante bajo su tacto. Caricias superficiales en la tensada tela de sus pantalones.

 

 

 

—No puedo decirle cuánto le quiero porque nuestras vidas se echarían a perder —susurró, incorporándose—. Él, preso por estar con un menor de edad y yo, señalado por toda mi familia; además, estamos demasiado vinculados, si los demás se enterasen nunca creerían que me entregué por voluntad propia, pensaran todos que él es un violador y cosas parecidas, ¿entiendes?

 

 

«Demasiado vinculados». Yoongi deseó saber qué es lo que quiso decir con ello.

 

 

—Ya. Pero nadie tiene por qué saberlo. No necesitan decírselo a alguien —el menor sonrió.

 

—Lo que pasa, es que si complicamos más esta mierda que nos traemos, llegará un punto en el que debe saberse, queramos o no. Lo bueno siempre debe terminar.

 

Entonces pilló a lo que se refería. A Jeongguk le gustaba hablar en futuro.

 

—Entiendo.

 

Dijo al cabo de unos minutos.

 

Jeongguk se le quedó observando. Con las puntas de sus dedos tocó sus párpados, sus cejas, delineaba la respingada nariz, acarició los finos labios, sus pómulos altos. Yoongi respirando tranquilamente con los ojos cerrados, sus manos entrelazadas alrededor de la cintura del menor, firmes y suaves. Transmitiéndole algo de estabilidad.

 

 

—Él no es como tú, ¿sabes? —abrió los ojos y esperó a que continuara—. Sus labios son mucho más gruesos, su cuerpo es muy bien trabajado, y es más alto.

 

Yoongi le miró divertido.

 

—Parece atractivo.

 

—Lo es. Tampoco se parecen porque... bueno, él es una persona exitosa y tú eres un fracasado.

 

—No me digas —comentó mordaz.

 

—En verdad —asintió con inocencia.

 

—Eso es bueno, supongo. Te ganaste una ganga —el menor se encogió de hombros. Yoongi colocó un par de mechones detrás de su oreja, él mirándole con ojos vidriosos y pupilas dilatadas—. Jeonggukie, ¿cómo se llama ese hombre que te tiene de cabeza y caminando entre nubes?

 

Le miró lascivo, divertido y burlón.

 

Yonniecariño. No estoy tan borracho —dio tres golpecitos en su cabeza—. Nunca te diría su nombre.

 

—Okay.

 

Le tocó resignarse.

 

 

 

 

 

Jeongguk no era estúpido, si bien era cierto que estaba algo demasiado colocado y muy borracho, aun era medio consciente de lo que sucedía a su alrededor. Él nunca revelaría nada, porque no necesitaba a nadie involucrado en los problemas que tenía, porque no deseaba ayuda de nadie y porque simplemente eran demasiado fuertes como para confiárselos a cualquiera, entonces Yoongi no tenía por qué enterarse. El mayor no insistió demasiado, tampoco. No le importaba mucho, en realidad, además creía que se evitaría problemas mientras menos supiera del hombre que tenía a Jeongguk tan chiflado, porque su motivo de desilusiones era un cuerpo sin rostro y lo prefería a conocer al culpable de sus constantes celos. Era mejor así y ambos lo sabían. Preguntas al aire y respuestas que no terminaban de procesarse; era un poco gracioso, que ellos supieran tanto del contrario sin conocerse realmente, o conocerse sin saber nada... por cualquier lado que se le mirase. Y es que así debía ser, después de todo, ¿no? Porque ellos eran nada, solamente un par de buenos amigos; ambos tenían problemas graves que no podían contar y el contrario no tenía por qué saberlos. No era necesario.

 

 

—¿Él te quiere?

 

Jeongguk parecía estar esperando por esa pregunta. No vaciló cuando respondió.

 

—Me dijo que me amaba.

 

 

 

Y rió.

 

 

 

Como si hubiese dicho un gran chiste.

 

 

 

El pecho de Yoongi contrayéndose al verse derrotado antes de siquiera empezar la batalla. Porque si las cosas estaban así de estúpidas, entonces él pintaba nada en ese cuadro que era la vida de Jeongguk. Había sido desplazado con más rapidez de la que quiso y esperó.

 

 

—¿Y eso es gracioso? —cuestionó.

 

Jeongguk se calmó un poco, soltando risas ligeras ahora.

 

—Emnh, sí —le rodeó del cuello—. Porque teniendo en cuenta lo —se detuvo, al parecer casi se le va la lengua—... bueno. Sí, solo es gracioso y ya.

 

—...

 

—...

 

—Hablas con mucho misterio.

 

El menor se inclinó. Sus narices rozaban.

 

—Es porque no confío en ti —le susurró.

 

—Eso dolió —reclamó.

 

—Oh —se separó—. No me refiero a que guardes silencio, sé que lo harías. Tengo miedo a lo que fueras a hacer si supieras el circo en el que estoy metido.

 

Se encogió de hombros.

 

 

Lo quería hacer más simple de lo que era, quería lucir fuerte frente a Yoongi.

 

 

—Yo podría ayudarte.

 

—Tal vez —admitió—. Pero no quiero tu ayuda. No eres lo que necesito, solo estorbarías si te enteraras de todo.

 

—Vale, lo pillo.

 

Supo que era momento de dejar el tema a un lado.

 

Jeongguk no se apartó.

 

Solo se acomodó mejor, ahora con su rostro enterrado en su cuello y acariciando y su pecho de vez en cuando, dejándose mimar por Yoongi, quien seguía mirando la TV, muy concentrado ahora por los dibujos.

 

 

 

 

 

 

—¿Sabes a quien sí que me recuerdas?

 

—¿Huh?

 

—A Jaehwa.

 

Yoongi se quedó en silencio unos segundos.

 

—¿Tu padre?

 

—Sí.

 

—¿Me parezco a él, en verdad? Debió ser muy atractivo, entonces.

 

Jeongguk rió y se sentó correctamente.

 

—No seas odioso —le pellizcó en el brazo—. Y no me refería al físico. Sino que... tú me recuerdas mucho a él.

 

—En cambio tú eres muy único para mí.

 

—A él le gustaba el basketball —pasó del incómodo comentario. Yoongi acostumbrado—, también le valía una mierda el mundo. Pero a diferencia de ambos, él era un hombre asqueroso.

 

Yoongi frunció el ceño.

 

—¿Por qué?

 

—Merecía morir. Era un bastardo que trató de abusar de mí cuando yo era solo un crío.

 

Eso había tomando por sorpresa a Yoongi.

 

 

Jeongguk sentía que acababa de quitarse un gran peso de encima. Era la primera vez que hablaba de aquello.

 

Le tomó del rostro, la preocupación salía de él. Y trató de mantenerse tranquilo, pero no pudo evitar temblar y querer abrazarle.

 

 

—Jeongguk...

 

El menor negó.

 

—No, no. Déjame terminar...

 

Era como si te estuviese narrando el clima. Al mayor le dieron escalofríos de pensar en cómo pudo haber sucedido.

 

—No recuerdo qué edad tenía, el punto es que ya había visto varias cosa que se supone no debía. Él engañaba a mamá, estafaba a sus clientes, y le gustaba ver a adolescentes masturbándose, chicas en especial. Estaba algo mal de la cabeza y entonces una vez muy borracho me dijo un par de cosas y luego quiso pasarse de listo.

 

—Detente —suplicó.

 

¿Cómo era posible que lo dijera tan tranquilo? Él... si bien le entendía medianamente, no sabía por qué Jeongguk parecía tomárselo muy normal al contárselo, a él le daban náuseas el solo recordarlo. ¿Tan mierda era su vida, entonces? Por qué nadie más era capaz de notar cómo esos ojos estaban tan oscurecidos. ¿Es que nadie más vio esa lascivia? Ahora le parecía saber su origen.

 

 

 

Equivocado.

 

 

 

Nadie la ocasionó. Jaehwa lo supo mejor que nadie. Él había visto lo mismo, pero tomó muy malas decisiones y entonces la cagó enormemente. Jeongguk solamente era así y ya, no había ningún secreto ni nada especial detrás, simplemente era un pequeño demonio desde que nació y cuando trató de cambiarlo las cosas se salieron de control y ocasionaron el desliz de su padre. No era completamente su culpa, pues el hombre era un enfermo, pero tampoco era inocente, porque sí que le había tentado, sin quererlo conscientemente, era solo que ese Jeongguk que ahora miraba Yoongi había querido mostrarse. El menor era solamente una pequeña y tierna bomba de tiempo... y ahora que ya había detonado se estaba notando el caos que armaba a su alrededor. Si su vida hubiese sido normal, si hubiese tenido cualquier otra familia... hubiese pasado exactamente lo mismo.

 

 

—Era muy cobarde porque pese a que me había dicho que solo era suyo y que iba a ser el primero en tomarme, nunca lo hizo, y vaya si tuvo oportunidades.

 

—...

 

—Pero bueno. Era un completo bastardo y no lo extraño demasiado. Solo que me recuerda mucho a ti: siempre sobre mí y llenándome de halagos raros, me miras casi de la misma forma. Pero no tengo miedo contigo.

 

Una mirada rota que Jeongguk detestó toda su vida.

 

—No me mires así —exigió.

 

Sus cejas curvadas y una mirada molesta.

 

Yoongi parpadeó y sacudió la cabeza.

 

 

 

 

Jeongguk no quería la lástima de nadie. Y Yoongi le estaba dando justo la mirada. Esa que él tanto odiaba y que le había hecho tener problemas con el padre de Taehyung, el señor Kim y muchas otras personas preocupadas por él. Él no quería la compasión de nadie, porque con el tiempo se dio cuenta de que las palabras amables y miradas de pena realmente no servían de nada, como una burla no intencionada hacia él. Se había hecho fuerte para no verla nunca más. Yoongi pareció comprenderlo rápido, puesto que luego de dejar un tierno beso de arrepentimiento por algo que él no había hecho y de lo que no era partícipe, volvió a mirar el televisor, evitando involucrarse más en lo que no debía, porque si Jeongguk lo había superado rápido no tenía sentido ser condescendiente con él. Sabía que era complicado evitar algo así —en especial si lo dices todo muy normal y sereno—, pero el mayor lo intentaba. Jeongguk se preguntó si alguna vez se lo quitaría de encima. No es que no le quisiese, solo que realmente no se merecía todo lo que él hacía. Pero claro, son adolescentes, solo dejándose llevar por las comodidades, y para ambos era cómodo y no demasiado complicado estar con el contrario.

 

 

—¿Cómo dices que murió? —cambió de tema.

 

Jeongguk tembló ligeramente.

 

—Cambiemos de tema: dime, Suga, ¿algún día dejarás que te folle?

 

El nombrado le miró con algo de sorpresa.

 

Vale, tal vez en verdad era momento de dejar eso a un lado, Jeongguk no quería hablarlo, y estaba en su derecho, no le iba a obligar.

 

—Oh, vamos, conejito. Para eso tienes a Jennie, no me jodas.

 

—Oh, Jennie. Lindo coño.

 

Rió con ganas.

 

—El único que conoces.

 

—Il ínici qui cinicis —se burló—. Sabes que no es cierto, me follé a tus amigas, las extranjeras. Además —se cruzó de brazos—, como si tú te hubieses follado a más chicas.

 

Jeongguk solo le había visto con las extranjeras.

 

—Algunas, sí.

 

Enarcó una ceja.

 

—¿No que eras completamente gay?

 

—¿Sabes qué es un hetero curioso? —el menor asintió—. Pues yo soy un homo curioso.

 

—...

 

—...

 

—Tiene sentido.

 

—Pero sigo prefiriendo las pollas —declaró encogiéndose de hombros— y tu lindo culo —dio un toque en su nariz.

 

—Tomaré eso como un cumplido.

 

—En verdad.

 

—Ah, ahora que lo pienso... no me estarás pasando ninguna porquería, porque con lo promiscuo que fuiste y eres... —insinuó.

 

—Estoy limpio, Jeon.

 

—... —le dio una mirada escéptica.

 

El mayor rodó sus ojos.

 

—Que sí. Eres el único con el que no me protejo.

 

—¿Debería sentirme especial? —fingió emoción.

 

—Tómatelo como quieras, cariño.

 

Jeongguk le miró fijamente, luego sonrió ladino.

 

—... no te creo.

 

—No soy un descuidado —Jeongguk enarcó de nuevo una ceja—, bueno, no en ese aspecto. Esa vez, en tu casa... yo no había estado con alguien en mucho tiempo, mentí cuando dije que había estado con muchas personas...

 

—Lo sé —admitió.

 

—Ya ves. En realidad... las personas con las que he estado se cuentan con los dedos de las manos, tal vez un poco más.

 

—¿En verdad?

 

Aquello era algo sorprendente teniendo en cuenta que Yoongi sabía seducir bastante bien.

 

—Sí. Unas pocas noonas incluyendo a Momo y Lisa... sabes cómo son las adolescentes —el menor asintió—. Y pues... los únicos hombres con lo que estuve eran algo idiotas. Lo que sí es que me gustaba más el sexo con ellos, eso es todo.

 

—...

 

—Pero si quieres que use condón, solo dilo, ¿eh? Que no tengo problema.

 

—...

 

—...

 

—No. Está bien así. Confío en ti.

 

 

 

Y volvió a abrazarse a él.

 

 

 

 

 

Yoongi le envolvió en sus brazos y notó ahora con algo de sorpresa, que Jeongguk estaba creciendo bastante rápido... además de ganando peso. Recordó que le había dicho que ejercitaba... y la verdad es que aquello le gustaba, su cuerpo se estaba desarrollando y se veía mucho más guapo y varonil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Sé mi novio —soltó de pronto.

 

Y contrario a lo que imaginó, no se retractó en lo absoluto.

 

—...

 

—...

 

—¿Qué dices? —se separó y le miró algo bastante sorprendido.

 

—Vamos.

 

Sus pulgares masajeando su cintura.

 

—No. No me gustas para novio, Yoongi —el nombrado mentiría descaradamente si dijera que aquello no le dolió—. Eres un idiota, además me pedirás que deje de ver a mi daddy y yo no voy a hacer eso, ¿entiendes lo que quiero decir?

 

—Puedes seguir con él. No tengo ningún inconveniente.

 

—¿Y cuál es el punto entonces?

 

Se notaba nervioso e irritado.

 

—Solo quiero que seas mío.

 

El menor rió con desdén y se tocó el puente de su nariz.

 

—Deliras.

 

 

 

Y se levantó, dispuesto a dejar el hogar del mayor e irse a casa. Pero la mano firme de Yoongi agarrando su brazo e impidiéndole ir hacia su mochila le detuvo.

 

 

—Jeongguk.

 

Chasqueó la lengua y se soltó con brusquedad—. Déjame.

 

Conejito —esta vez le giró.

 

—Que me dejes.

 

 

 

Comenzaron un forcejeo bastante infantil. Yoongi contrariado, pues Jeongguk tenía más fuerza que él, obviamente, y aun así no ponía demasiada resistencia.

 

 

—Joder, eres tan difícil —masculló.

 

—Suéltame.

 

 

 

 

 

Y entre tirones Jeongguk terminó contra la pared del fondo, ambos rostros bastante cerca. Yoongi aspirando su aliento a tabaco, alcohol y mentas.

 

—¿Por qué? Hay algo más —escrutó al mayor con la mirada y este se puso considerablemente más nervioso, arrepintiéndose ahora de lo que había dicho, pues el contrario ya lo sabía todo ahora y no podría escapar ni de sus preguntas.

 

—Yo...

 

—¿Acaso yo... te gusto en esa forma?

 

—...

 

 

«Debes ensayar más tu rostro de sorpresa, conejito».

 

 

—Yoongi. Sabes que no te veo así.

 

Pero claro que lo sabía.

 

—Me da igual.

 

—A mí no —un brillo en sus ojos, opacado de inmediato con las siguientes palabras—. Y no me malinterpretes, no es por no hacerte daño, sabes que me la suda —se dijo que a Jeongguk no le vendría nada mal ser un poco más gentil, porque sí, Yoongi comenzaba a mosquearse—, lo que pasa es que no quiero echar a perder nuestra amistad. Porque me la paso increíble contigo.

 

—No cambiará nada, Jeon, será igual pero serás de mi propiedad.

 

—Yoongi, yo no te pertenezco ni lo haré nunca.

 

 

 

«Lo haces aunque no quieras».

 

 

 

—Por favor... —rogó.

 

Y entonces nos preguntamos: ¿dónde quedó ese Min Yoongi que no le temía a nada ni rogaba a alguien? Lo que pasaba es que Jeongguk le estaba consumiendo poco a poco.

 

 

—¿Qué es exactamente lo que sientes?, ¿estás siquiera seguro de que es real?

 

—Te quiero. Demasiado. No te haces una idea de cuánto, ya ni siquiera busco hombres porque pasar una tarde así sea solo charlando contigo me gusta más.

 

Y era completamente cierto.

 

—Tú estás algo loco.

 

—No. Te quiero, Jeongguk.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y Jeongguk podía sumar a otro imbécil a su lista. No le sorprendía en lo más mínimo. No lo hizo demasiado cuando Jaehwa le lloró expresándole ese cariño torcido, no cuando Taehyung le escribió de vuelta una vez pidiéndole hablar, hacer las paces y diciéndole cuánto le quería, ni cuando se lo dijo Jennie luego de haberle quitado la virginidad... ¿por qué habría de importarle ahora que Yoongi se lo decía? No debía y no lo hacía. Porque había algo amargándole esas victorias, y era nada más y nada menos que un sexy castaño de labios bonitos. Quiso tenerle a él y solo a él. Abrazarle y que le dijese que todo iba a estar bien y que no era una mala persona, lo necesitaba. Jeongguk empezaba a temerle a esa innata falta de empatía, ya no le agradaba demasiado no sentirlo, si bien solía tener remordimientos, estos solo le afectaban cuando estaba él completamente involucrado, porque cuando se trataba de idiotas que habían caído entre sus garras ya no le provocaban nada. Y eso le era preocupante.

 

 

 

 

—Dilo de nuevo.

 

Necesitaba oírlo. Quería sentir algo.

 

—Te quiero.

 

 

No pudo.

 

Solo un poco de ternura hacia Yoongi.

 

Pero, claro, eso ya no importaba demasiado. Nunca lo hacía.

 

 

—Otra vez —exigió.

 

—Te quiero —y por supuesto que obedeció.

 

—Más fuerte.

 

—¡Te quiero!

 

Tiró de la cintura de sus pantalones y le acercó para rodear su cuello con sus brazos. Lastimando.

 

—¿Qué tanto?

 

Se separaron ligeramente, mirándose a los ojos.

 

—Ya te lo dije, demasiado —susurró mirando sus labios rosas.

 

—¿Ah, sí?

 

Mataría por ti.

 

 

 

Y eso acababa de condenarse... al igual que a Jaehwa.

 

 

 

 

 

Jeongguk le miró fijamente, luego besó sus labios con mucha delicadeza para abrazarse a él con necesidad. Había comenzado a temblar y tenía un ligero bajón del viaje, los alucinógenos ya no le hacían reírse, solo comenzaban a marearle e incomodarle. De repente todo comenzó a moverse y a querer derretirse y unas horribles voces se escuchaban desde dentro de su cabeza. Los brazos presionaron más el cuerpo entre ellos y levantó la vista, encontrándose con un sonrojado Yoongi que le miraba con curiosidad. Sintió que se le quedó mirando minutos enteros, pero supo que no fueron más que unos pocos segundos porque el mayor le sonrió y el gesto se alargó muchísimo, sabía que era producto de los químicos en su cuerpo y se molestó porque nunca antes había pasado por esto. Su boca se secó y se sentía algo chupado, como sin fuerzas. Todo a su alrededor se distorsionaba y le era casi imposible mantenerse en pie. Se sentía pesado, le costaba respirar adecuadamente y las palabras le salían arrastradas.

 

 

 

 

 

 

—¿Qué me diste?

 

—¿Ah?, ¿de qué hablas?

 

—T-tú... qué me diste, me siento mal.

 

—Solo tragamos unas pastillas.

 

—... ¿qué tenía el ron?

 

—Nada. ¿Por qué? ¿Qué sucede?

 

Esta vez era preocupación lo que salía del mayor.

 

 

Tomó su rostro entre sus frías manos y le analizó a detalle. Un surco en sus cejas y los labios finos apretados, Jeongguk no sabría decir si estaba actuando o si de verdad que no sabía qué era lo que le ocurría. Él le dijo algo pero para el menor solo fueron balbuceos lejanos que eran opacados por un constante "Bom" profundo en su cabeza, los movimientos borrosos y su cuerpo cada vez más cansado.

 

 

—¿Hyung?

 

—¡Jeongguk! Joder, mírame.

 

Hyung... tengo miedo.

 

—Jeon, conejito. Mierda. ¿Cuántas pastillas tragaste?

 

—¿Pastillas? ¿De qué hablas?

 

 

Yoongi ya algo asustado cargó en sus brazos al menor y se dirigió a su habitación. Una vez allí le dejó caer suavemente y le ayudó a quitarse los zapatos, el cinturón y la corbata, le puso una almohada y no lo tapó porque no dejaba de sudar. Al mirar con atención sus grandes ojos, notó lo inmensas que estaban sus pupilas además del resto inyectado en sangre, su boca estaba seca, lo sabía por los constantes lametones que se daba, el sudor frío, a parte de sus temblores y la incoherencia de lo que decía. Estaba nervioso, nunca había visto a Jeon tan mal con unas pocas drogas y de verdad que temió una sobredosis o alguna mierda del estilo. El menor poco a poco iba cerrando los ojos, y terminó por quedarse completamente dormido, sosteniendo su mano con fuerza, en solo unos segundos. Yoongi respiró aliviado y entonces le dejó para ir a ordenar el estropicio en el salón antes de que se padre llegase.

 

 

Lo primero que hizo fue contar cuántas píldoras quedaban todavía y se alivió al ver que simplemente faltaban dos, que eran las que ellos habían consumido. Entonces ya claro de que lo que le ocurrió a Jeongguk hace unos segundos no fue nada más y nada menos que un simple y común mal viaje, arregló tranquilo la sala de su casa y limpió todo para no ganarse una retada de su padre. Dejó la basura fuera y fue con Jeongguk de nuevo. Se acostó a su lado y —«que Jeongguk no se levante ni que recuerde esto»— le acercó y abrazó fuerte, acariciando su sedoso cabello mientras siseaba y dejaba besos pequeñitos en su frente, ojos, nariz y labios. El menor correspondió el abrazo entre sueños y entonces se quedaron acurrucados en la cama del mayor, dormidos ambos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jeongguk despertó de pronto completamente desorientado y con un fuerte dolor de cabeza. Yoongi estaba abrazado a él, sus rostros muy cerca.

 

—Yoongi —susurró pero no obtuvo respuesta—. Hyung, despierta.

 

Nada.

 

 

Un gruñido y el agarre intensificándose.

 

 

Decidió que era hora de irse a casa, sobre todo porque estaba oscureciendo.

 

Se lo quitó de encima y entonces se puso de pie, aun algo mareado. Tomó sus cosas y se las colocó sin hacer demasiado ruido y fue a la sala a buscar su mochila y teléfono.

 

 

 

La puerta se abrió.

 

 

 

—...

 

—B-buenas tardes —hizo una reverencia.

 

—¡Jeonggukie, ¿dónde est-...?! —se quedó completamente frío al verle—. H-hola, papá.

 

—Largo —exigió el hombre.

 

—Sí, yo ya me iba.

 

—Ya se iba.

 

Les dio una mirada asqueada y se dirigió a su habitación, encerrándose de un portazo.

 

—Bueno... ya estuvo que me dejó sin cenar.

 

—Me voy.

 

—Sí, te acompaño al portón.

 

—No, no. No quieras enfadarle más.

 

—Me da igual. Tú estás mal...

 

—Ya estoy mejor. Nos vemos otro día, Yoonie.

 

 

 

Se dio vuelta, dirigiéndose a la puerta, pero se detuvo.

 

 

 

—Hey, Min.

 

—¿Mnh?

 

Caminó hacia él y se abrazó a su cuello.

 

 

—También te quiero.

 

 

Tras dejar un pico en los labios del mayor salió corriendo y tomó un taxi para ir hasta la casa de Jimin. En el trayecto le entraron unas terribles ganas de regresar el pobre almuerzo y todo el alcohol que estaba en su estómago, pero se contuvo hasta llegar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Dentro, Jimin se encontraba sentado en el sillón largo, con los brazos cruzados y expresión seria, los vaqueros ajustados se ceñían a sus piernas al igual que ese buzo cuello de tortuga. Se veía condenadamente caliente. Tragó saliva y arrojó su mochila a un lado, no le miró a los ojos, simplemente caminó lentamente hasta quedar frente a él, y se arrodilló abrazándose a las piernas del contrario.

 

 

Lo siento —susurró.

 

 

Y solo Jeongguk sabía lo que esas palabras significaban.

 

 

Jimin se tensó considerablemente, pero no hizo algo. Su ira desvaneciéndose poco a poco y dejando paso a la ternura. Maldijo en su interior por ser tan débil con Jeongguk.

 

 

—Dame un beso —le miró desde su altura.

 

—Irene está arriba.

 

—Dame un beso —puchereó.

 

Jimin miró que no estuviese ella cerca y se inclinó para dejar un suave pico en sus belfos. Se separó y le observó a detalle, sus preciosos ojos mirándole cansados y algo aturdidos. Inspiró hondo imaginándose lo que había estado haciendo y se levantó para luego cargarle al estilo princesa y comenzar a subir las escaleras.

 

—¿Qué haces?

 

—Estás borracho. Voy a darte un baño para que se te quite.

 

—Oh.

 

 

 

 

Fueron a la habitación del pelinegro y entonces Jimin le puso en el suelo para comenzar a desvestirle, derramando un cariño infinito con cada acto. Poco a poco las prendas fueron cayendo hasta dejar a Jeongguk completamente desnudo. Le volvió a cargar y le dirigió al baño para sentarlo sobre el váter en lo que él llenaba la tina con agua sin entibiar. Seguido tomó al menor y le hizo entrar, este enseguida se tensó e hizo reproche para que le dejase al sentir la temperatura, pero Jimin le sujetó fuerte y le sentó a regañadientes. Una vez completamente mojado pudo comenzar a darse prisa porque no quería que atrapase un resfriado o algo por el estilo. Jimin se había volteado un rato para estornudar y Jeongguk creyó divertido filtrar una gota de agua por su espalda y así lo hizo, haciéndole brincar. Comenzó a reírse infantilmente y Jimin tiró de su pelo ligeramente.

 

 

 

 

 

Irene miraba todo desde las sombras.

 

 

 

 

—Ya, sácame. Me hace un frío que te cagas.

 

El mayor acató las órdenes y entonces le envolvió en una grande toalla.

 

 

En la cama la secó y le hizo cambiarse con ropa de casa. Ya todo el mal humor que tenía se había ido y solo quería mimarle porque estaba jodidamente dócil en ese momento.

 

 

—¿Sigues mareado?

 

Negó infantilmente.

 

—Bien... ahora quiero que descanses un poco hasta que esté la cena.

 

Le arropó y se dispuso a salir pero Jeongguk le detuvo tomándole de la mano.

 

 

 

—Duerme conmigo, hyung.

 

—...

 

Jimin estaba completamente sonrojado.

 

Jeonggukie...

 

—Ven.

 

 

Neciamente le hizo hueco en su cama y metió a Jimin debajo de sus cobijas para luego abrazarse con fuerza a él. Jimin primero se quedó quieto, dejándose hacer, pero luego se giró y envolvió su cuerpo con posesividad. Dejando besos en su frente y caricias en su cabello, ignorando que podían ser descubiertos.

 

 

 

 

 

—Te amo, Jeongguk. No te haces una idea de cuanto.

 

Le dijo cuando ya se hubo dormido.

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras, Irene caminaba hacia su habitación, con una mano cubriendo su boca.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Dato Random: Aquí hay casi 5k de palabras xD

Orden del maratón.

 

20 de Sep | Pulse |

22 de Sep | Him (I) |

24 de Sep |Him (II) |

 

 

OMG!! LO VIERON?! DÍGANME QUE LO VIERON! EL VÍDEO ESTÁ HERMOSO, JODER! Y LAS CANCIONES!!

Ok ya, pero es que en serio x.x he muerto, realmente lo he hecho. Y las visitas! Ya 18M! No me lo creo, y el All Kill y The Chainsmokers y asdfghjklñ. Cuál fue su canción favorita? A mí me encantó DNA en verdad, pero la que me tiene de cabeza es MIC DROP, es que es tan perfecta! Y Go Go!! Ok, debo calmarme.

 

Volviendo al fic: Fuertes declaraciones el día de hoy, no?

Quién diría que Yoonie se le declararía a Jeonggukie 7w7r Oh! Y les tengo una sorpresa... hay nuevo personaje 7w7r adivinen quién podrá ser >:3 

Sale en el próximo cap c:

Creen que Irene mal piense lo que sucedió con el JiKook? No lo sabemos 7w7r

 

 

CAMBIO DE USSER! En wttp me econtrarán como minxjeon37 c:


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