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Charles está encantado. por Miss America

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Notas del capitulo:

Wuuujuuuh, hola, aqui yo de nuevo, pues nose porque sigo actualizando, pero bueno, me gusta hacer historias pendejas(?).

Raven será integrada al fanfic como una especie de antagonista, pero no la odien, por que yo adoooro a Raven jajaja. 

Algo muy importante de remarcar es que, no me gusta ver a Raven rubia, más bien es como la del comic, con ese peinado bonis que tiene ella, aaay. 

Y en la mañana siguiente, llegó la nueva madrastra con su hija, las nuevas integrantes de la familia. Llegaron en un gran carro, el vestido que llevaba la madre era bastante lindo y notablemente caro. Se notaba que venían del reino, pensó Charles, que miraba desde la ventana. Y él no pensaba por nada, con solo mirar la mirada que dedicó la mujer al lugar fue suficiente para saber qué no era lo que esperaba.

–¿Esta es la dirección? Debe ser una equivocación. – Comento la nueva “madre” de Charles mirando sin ganas la casa que se extendía frente suyo.

La puerta se abrió y el padre salió afuera, dando un beso en ambas mejillas de la mujer que lo veía confundida.

–Querida, que bien que llegaste. – Sonrió alegre el padre y miró a la joven hija, que lo miraba con una sonrisa pequeña en los labios. –Y está debe ser tu encantadora hija Raven ¿No?– Alargó su sonrisa.

–Así es; mi querida hija, Raven Darkholme.–

Charles era un joven muy educado, así que como era obvio salió a saludar, haciendo una pequeña reverencia a la nueva mujer de su padre.

–Oh, y tú debes ser Charles.– La mujer mayor lo miró feo, de pies a cabeza, pero Charles ni lo percibió.

–Muy buenos días, es un gusto.– Comento el muchacho de bellos ojos azules.

–Ah sí…– lo paso de largo y volvió a hablar para el padre. –La casa es encantadora, pero recuerdo que tú me dijiste en la convención de nobles que vivías en un castillo.– Su tono sonó algo agresivo.

Pero el padre tal al hijo, tampoco lo notó. –No, yo te dije que el lugar de un hombre es un castillo.–

Charles captó (un poco) el mal aire y se dirigió donde Raven, que no había movido un pie desde que llegó.

–Hola, espero que nos llevemos bien.–

Y así comenzó todo, trasladaron todas sus cosas dentro a de la casa, el castaño ayudo en lo que pudo, a cargar cajas y cajas... y muchas más cajas, eran eternas cajas; había convivido con mujeres en su vida, pero nunca con unas que tuvieran tanta ropa como para inundar la casa.

Ya cuando casi habían terminado, Xavier se tomó un descanso y fue a ver cómo estaba su nueva hermanastra. Se encontraba pegando unos postes en su cuarto, tenían a un hombre pintado en él y Charles sabía perfectamente quién era, como no, popular en el reino por su cara de Adonis, todas las mujeres en su universidad soñaban con tener un hombre como el, Erik Lensherr, futuro rey.

–¿Qué con todo esto del príncipe?–

–Soy la líder del club de fans del príncipe.– Comento con orgullo Darkholme.

Charles solo ladeo la cabeza y la miro sin lograr entender que le veían todas a ese sujeto, esas cosas de los clubs de fans solo ocurrían en películas… o en fanfics; era raro. –Solo que Erik y su tío son causantes de la segregación del reino.– Afirmo.

–¿Y? Es taaaaan bello.–

El castaño solo río nervioso, normalmente solía respetar cualquier tipo de opinión, pero lo que acababa de escuchar era simplemente tonto.

Escucho un chasqueo de lengua proveniente de la joven de pelo rojizo, que miraba disgustada su ropero.

–¿Qué es esto? Un armario ¿O qué? Es horrible.– Charles solo alzó las cejas sin saber que decir al respecto. –Mi ropa necesita más espacio.– Refunfuño posando ambas manos en su cadera. —Usare el tuyo, enséñamelo.—

—¿Qué?— Charles iba a negarse, pero tal parece que ese “enséñamelo” fue una orden y no pudo hacer nada más pararse de donde estaba sentado, ponerse recto y guiar a la joven a su cuarto.

A Raven le resulto raro, después de todo, de quejarse con un pequeño “¿Qué?” para luego guiarte a lo que te ordeno sin reclamar más, era raro, pero no se revolvió la cabeza y siguió a Charles, hasta llegar al cuarto del castaño.

—Oh.— Exclamo la joven y miro hacia los lados, un cuarto completamente ordenado, no lucia como de un hombre, pero tampoco como para una mujer, simplemente no tenía nada para identificar, no tenía ese toque único que alguien le da a su cuarto, máximo una tabla de ajedrez. —Es tan... ordenado y; como para un anciano.— Soltó una risa. —Es horrible.— Dijo con burla, asomándose al ropero de Charles. —Ooooh, tampoco hay espacio aquí, sacare tus cosas para meter las mías.— Afirmo Raven, apoyándose en el ropero de Charles para luego empezar a sacar las cosas del ropero.

—Hey no, apártate de allí.— Dijo Charles, intentando apartar de la forma más sutil a la pelirroja de su ropero.  

—No, ¡apártate tú!—

Charles retrocedió e intentando disimular, después de todo, no sería nada beneficioso que se enteraran de su don. Raven volvió a mirarlo raro, pero se distrajo viendo aquella cadena plateada que se encontraba en el cuello de Charles, aquella que su madre le había obsequiado a Charles antes de morir.

—Oye, ¿Qué es eso? Quiero verlo.— Apunto a la cadena.

—Okay, pero no lo toques, era de mi madre.— Comento algo inseguro.

—¿Quieres dármelo?—

—No.— Era bastante extraño que fuera cortante, siempre lo encontró como un signo de mala educación, pero ahora, estaba comprendiendo un poco a la gente que es demasiado cortante. Suspiro.

—Oooh, podría ser mi obsequio de bienvenida.— Afirmo Darkholme, sonriendo con descaro. Viendo que Charles no hacía más que reír hastió, prosiguió. —Ya, dámelo.— Ordeno.

Charles se arrancó el collar de su cuello, alzándolo hacia Raven; quería gritarse a sí mismo que se detuviera, pero no podía, solo intento hacer su mano para atrás, lo cual fue en vano.

—Sí que eres complaciente.— Raven no entendió bien por qué ese extraño castaño le entrego el collar, siendo que tenía toda la cara de que era algo muy preciado para él. —Gracias querido.— Comento riéndose y retirándose del cuarto.

Charles arqueo las cejas y no pudo evitar sentirse mal desde lo más profundo, estaba harto, el don lo estaba consumiendo lentamente.

Pasaron los días y su padre le aviso que tendría que irse, a vender su mercadería a otro reino, a lo cual Charles no reclamo, se sentía feliz cuando su padre le llamaba con alegría para decirle que había conseguido trabajo. Lo últimos días que paso con su padre, se la paso ayudándolo a empacar sus cosas, todos esos lindos relojes de mano y bolsillo que iba a vender.

Cerraron la última maleta de relojes y el padre rompió finalmente el silencio.

—Sé que este no es un buen trabajo, de hecho es bastante malo.—Se rio. —Hasta un mono lo haría, pero tengo que pagar deudas.—

Charles se rio y poso la mano en el hombro de su padre. —Está bien, cuídate padre.—

—Se un buen hombre, recuerda que ahora eres el hombre de la casa.— Exclamo revolviendo la cabellera de su hijo.


Pasaron más días, el pobre hombre tuvo la mala suerte de compartir sala en la universidad con su nueva “hermanastra”; no se quejaba, de hecho nunca se quejaba, pero no podía negar que estaba hastió de todo el tema.

Su clase había preparado un debate entre dos, a él le toco con Raven, no sabía muy bien que pensar acerca de eso, lo único que sabía era que Raven ya le daba miedo, era una mujer muy dura de tratar y sentía que ya se estaba dando cuenta. Comenzó el debate.

—Elfos, gigantes, ogros y humanos estaban antes en armonía, pero cuando el rey fue asesinado, según esto, “por un ogro”, Sir. Lensherr encontró la oportunidad de exiliar a todos los no humanos al bosque y, además quedarse con sus tierras al final.— Afirmo Charles , con mucha seguridad, mirando con una sonrisa a Hank, su mejor amigo hasta la actualidad, que le devolvía la sonrisa.

—Apasionada exposición Charles, date unas palmadas en el hombro.— Comento la profesora y Charles se palmeo el hombro, intentando disimular que se estaba quitando alguna que otra pelusa de su suéter de abuelo.

Raven lo miro fijamente y dio unos pasos al frente. —Lo que mi indigno oponente no alcanza a entender es que Sir. Lensheer ha hecho una fantástica labor, se ha llevado a los ogros y ha puesto a gigantes y elfos a trabajar de obreros y cantantes, entonces, si no fuera por el no tendríamos el próspero sistema de la libre empresa.—

—No es libre, porque esclavizan a las pobres criaturas, Sir lensheer es un monstruo y no creo mucho en su sobrino, enserio.— Explico refiriéndose al príncipe Erik.

—El príncipe Erik será el mejor Rey que se haya visto, ¿Cierto chicas?— Y la mayor parte femenina de la clase se puso a gritar el nombre “Erik”, Charles ya se sentía nauseabundo.

El ojiazul prosiguió. —Yo creo que mi oponente se basó en sus ideales no en lo político, sino en el trasero del príncipe.— Ahora la clase entera se puso a reír.

—Jaja-ja.— Se rio sarcástica. —Ya admite que eres torpe y no sabes de que estas hablando.—

—Soy torpe y no sé de qué hablo.— Miro a los lados nervioso, hasta la profesora lo miro raro, intento proseguir el tema. —En conclusión...—

Fue interrumpido por Raven, que no le había quitado la mirada de encima. —¡Charles, agarra tu lengua!.—

Charles lo hizo y el curso se puso a reírse, mientras que sus mejillas se coloraban un poco, empezó a rascar su lengua intentando disimular, nuevamente. —Es que... tenia comezón.—

—Si no tomas esto enserio, voy a tener que declarar a Raven como la ganadora.— Amenazo la profesora.

Raven se quedó pensativa la mayor parte de la jornada de clases, miraba a Charles fijamente cada que podía, sabía que eso lo ponía nervioso, pero ¿por qué tan nervioso? Ese hombre tenía un secreto, que poco a poco iba sacando a flote. Raven no lo entendía, desde el primer día que lo vio le pareció rara su actitud, tenía algo, que lo hacía obedecer, pero no solo a ella, más bien a cualquiera que le obligara a hacer algo... y eso, pues no era nada malo; para ella.

Le dedico una última mirada a Charles y sonrió divertida. 

Notas finales:

Este capitulo quedo largo, "¿Que esta pasando doctor garcia?" :00 Si les gusto dejen un review, por que me pone Happy, nos vemos en un mes, por que soy tan lenta para escribir~.



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