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Junto a mi (YoonMin) por kim Koharu

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Notas del capitulo:

Disfrute el capitulo.

¡A leer!

By JiMin


Ya estaba harto de probarme ropa cuando al fin TaeHyung decidío que estaba medianamente presentable para ir al Club. Pero sólo medianamente, ya que yo me había negado rotundamente a llevar una de esas camisas rasgadas, eso no me lo pongo ni muerto.


Me miré en el espejo de su habitación ridículamente grande. No podía decir que no me quedara bien la ropa que había decidido que yo me pondria, que consistían en unos pantalones bastante apretados, de color negro, y bastante rotos de la rodilla, unos cuantos en los muslos y por detras en la parte baja de mi trasero. Una camiseta de tela finísima con rayas rojas y negras lo suficiente holgada para poder adentrar solo una parte de en frente a mi cadera. Algunas pulseras de cuero trenzado, aunque esas ya las traía de mi casa, también me presto una chaqueta de tipo cuero, aunque ésta última me duraría poco puesta, ya que aunque había empezado a refrescar, dentro de una discoteca era impsible respirar con una chaqueta puesta. Y por ultimo llevaba mis botas militar negras.


Jin estaba peleando con mi cabello negro, ya que no sabia que hacerme con él porque los mechones cercanos a mi cara ya que lo tenía un poco largo, aunque detrás de la cabeza lo tenía ligeramente más corto. Al final decidió que peinaría mi cabello haciendo un tipo flequillo que cubríera toda mi frente con un ligero volumen a todo mi cabello. Según el me daba apariencia tierna y además dejaba ver mis orejas, en las que me había atrevido ha hacerme 2 perforaciones en cada una. Pequeñas argollas plateadas, ¿dolierón? Horrores, pero tuve que soportarlo si los quería.


TaeHyung portaba de una camisa blanca a botones con estampado de letras, adentrandola a su pantalon ajustado con tirantes colocando uno solo en su hombro, su cabello castaño levemente despeinado, pulsera tipo cadena en su muñeca izquierda, y por ultimo, unas botas militar blancas con agujetas negras. Se miraba realmente bien, él sabía que se miraba bien, por mucho que la ropa no combinara del todo.


Jin era el que más simple iba, y aun asi, podía jurar que llamaría la atención el doble que nosotros. Su "look" consistía en una camiseta blanca totalmente lisa, adentrandola a sus pantalones dejando ver su bien acentuada cintura, cabello castaño despeinado, chaqueta de mezclilla razgada por todos lados. Finalmente unas botas tipo militar negras amarrada por debajo de los pantalones.


Había sido una semana larguísima, JungKook llamaba todos los dias a mi móvil y a mi casa, sí, al final había encendido el aparato del diablo. Y mi madre no hacía más que acosarme diciendo que debía llamar al "pobre JungKook ya que "el chico no se merece que le hagas sufrir tanto" sabía que mi madre mantenía informado a JungKook de mis movimientos, no soy estúpido, y por eso, mi excusa para salir esa noche sin que él se enterara era: "mamá, me quedaré a dormir en casa de TaeHyung, porque ambos tenemos un trabajo muy importante para presentar el lunes en la facultad" más sonrisita inocente.


El taxi nos llevó hasta la puerta del club, ninguno llevó el coche, ya que todos pensabamos beber. Cuando bajé del taxi no me lo podía creer, seguramente había una cola de más de cien personas, todas esperando para entrar. Y en la entrada había apostados alrededor de 5 porteros, cada uno más grande y con más cara de molestia que el anterior.


-- ¿A dónde se supone que vas JiMin?-- pregunta mi primo con cara de espanto.


-- Pues a la fila, aunque no sé si llegaremos a la puerta antes de que cierre el local...-- exageré un poco.


-- No seas ridículo JiMin, nosotros no hacemos filas, ven aquí.


TaeHyung nos conduce hasta la puerta y se para frente a uno de los porteros, era alto, con el cabello castaño y tez blanca, no era excesivamente musculado, pero se intuía un cuerpo muy fibroso debajo del traje negro. Éste ultimo estaba mirando hacia otro lado, por lo que no se había percatado de la presencia de TaeHyung.


Bien, lo que pasó a continuación nos dejó a Jin y a mí en shock, la situación es la siguente: el portero por fin gira la cabeza y se encuentra con la cara de TaeHyung, sonríe con picardía, lo agarra con un brazo por la cintura y ambos empiezan a comerse la boca como si lo necesitaran para sobrevivir. Y yo me quedo en plan: ¿qué mierda acaba de pasar? ¿Están borrachos los dos o qué? El portero corta el beso pero no suelta a mi primo de la cintura.


-- Queremos entrar.


-- ¿Cuántos son?-- pregunta le portero.


-- Tres.-- Responde TaeHyung


-- Toma, pulseras para entrar a la zona VIP.-- El portero le tiende tres cintas de color rosa eléctrico.


Mi primo las toma y nos da una a cada uno. Sin siquiera darle las gracias al portero, se da la vuelta y entra a la discoteca. Nosotros le seguimos todavía alucinando con la "charla de ¿amantes?".


Al entrar en aquel lugar, una ola de calor y humo me azotó en la cara y el hielo seco picaba en la garganta. La música eléctronica hacía que el corazón te diera botes en la caja torácica cada vez que sonaba en bajo. Cuando por fin logro ver algo, lo que quiero es que la tierra me trague. La discoteca era bastante impresionante, muy grande, con el mobiliario blanco y poca iluminación, aunque decorada con neones en azul, alrededor de las barras, la cabina del DJ, la zona de las mesas y los sillones, las puertas de los baños, las plataformas donde bailaban chicos como su madre los trajo al mundo... Sí, plataformas donde bailaban chicos como su madre los trajo al mundo, aunque, algunos iban un poco mas decentes. Yo ya había intuido que íbamos a un local de "ambiente", pero aquello era pasarse...


-- TaeHyung ¿qué mierda ha sido eso?-- por fin Jin se hace notar.-- ¿Quién era ese portero?-- ¿El portero? ¿eso es lo primero que se le ocurre preguntar?


-- Hay que tener amigos hasta en el infierno, Jin.-- Sonríe orgulloso de sí mismo-- Vamos a la barra, estamos demasiado sobrios todavía.


Por Dios, no puedo mirar a ningún lado porque mire donde mire, me encuentro con un trasero o con personas manoseándose descaradamente. No es que sea un santo ni nada, me gusta el sexo tanto como a cualquiera, pero en privado.


Bien, lo que tengo que hacer es aguantar media hora, fingir que el alcohol me ha sentado mal e irme a casa "afligido porque lo estaba pasando genial".


TaeHyung pide las bebidas al camarero, que nos sirve tres copas de balón, con un coctel de color rojo dentro, no quiero preguntar de qué está hecho, así que sin pensarlo demasiado, le doy tres tragos de golpe, sin respirar.


-- JiMin, relájate, la bebida es muy fuerte, no quiero tener que llevarte en brazos hasta tu casa.-- Sí, esta fuerte, los ojos me lloran, y pongo cara de haber comido limones, me arde la garganta.


-- ¿Y lo dices ahora?-- Consigo decir entre toses y ambos ríen de mí a carcajada limpia.


-- Bien, hemos venido a divertirnos, así que ha bailar y a ligar todos, Jin, por muy bueno que estés, tú lo tíenes muy dificil.


-- Tranquilo, es un alivio no tener que tratar con tipos pegajosos.-- Sonríe contento, ya me extrañaba que se hubiera puesto unos pantalones tan apretados y razgados...


-- Pues yo me voy a la pista, hay un rubio por ahí al que le he echado el ojo nada más entrar.-- TaeHyung se despide guiñandonos un ojo y más contento que una quinceñera.


-- ¿Nos sentamos en los sillones hasta que acabemos la copa y luego bailamos?-- Jin ni siquiera espera a que le responda, ya que me había tomado la mano y me dirige hacia ellos.


Despues de la tercera copa, tengo que admitir que no lo estoy pasando nada mal, estoy un poco mareado, y Jin me hace reír con sus comentarios sobre la gente que baila a nuestro alrededor. De ves en cuando intentando meterme a algún tipo por los ojos, pero no me confío de él, está más ebrio que yo. Y eso que yo ya estoy bastante "alegre". TaeHyung viene de ves en cuando, se nos tira a los brazos, nos da algún beso y se vuelve a ir como sin nada, mañana le preguntaré por un par de marcas sospechosas que tiene en le cuello y que no traía cuando entramos a la discoteca...


-- Eh, JiMin.-- Jin me habla al oído para hacerse escuchar por encima de la música mientras me golpea con el codo en las costillas.-- Mira a ese tipo de allí, si resulta que no es gay, me lo pido, sino, es todo tuyo.-- Me río por sus ocurrencias y volteo la vista para mirar en la dirección que él me señala, justo en frente de nosotros...


Oh mierda, nada más ver al chico del que me habla, puedo notar como un intensísimo calor me sube hasta las mejillas y me da un vuelco en el estómago. ¡Me he puesto como rojo como un tomate solo con mirarlo!, y él ni siquera miraba en mi dirección, ¿soy una quinceñera?


Esta vez Jin había acertado, el chico era... impresionante. Estaba sentado en la barra de espaldas a ella, con el codo derecho apoyado hacia atrás. Hablaba y reía con otro tipo. Era un poco mas alto que yo, tiene un cuerpo delgado aunque bien acentuado.


Era de tez extremadamente palída y tenia una sonrisa perfecta, labios delgados, nariz recta, y una mandíbula bien marcada. Llevaba el cabello color rubio algo largo, y se podía apreciar un tatuaje que ocupaba parte del brazo izquierdo. Era un... HOMBRE. Con todas las letras en mayúsculas.


Llevaba alrededor se 10 minutos idiotizado mirando al "futuro padre de mis hijos", mientras mi amigo me animaba a acercarme a él y yo no me negaba. Porque sí, estaba borracho, pero una parte pequeñisima de mi cerebro, donde el alcohol no había conseguido a llegar todavía y que se llamaba "sentido común", me decía que era una estupidez y una pregunta rondaba mis pensamientos ¿y JungKook? Sí, culpabilidad a flor de piel, aunque el no la mereciera ya que mi ex novio jamás dejó de hacer nada por mí... pero aun así, me sentía culpable. Me daba miedo... miedo porque estar con otra persona significaba que lo mío con JungKook, estaba acabando para siempre, le perdería si se enteraba y aunque llevaba una semana convencido de que no volvería con él, las dudas me carcomían...


-- ¡Maldición JiMin! ¡Está mirando hacia aquí! ¡Te está mirando!


Como si mi cabeza tuviera un resorte y sin ningún disimulo, volteo a mirarlo. Tenía los ojos profundos... pero fueron sus expresiones faciales lo que me desconcentraron. Me miraba con los ojos muy abiertos, como si estuviera sorprendido y acto seguido su mirada buscaba a mi alrededor encontrando a Jin. De repente volvió a mirarme, a los ojos, intensamente y con una sonrisa ladeada en los labios, le dijo algo a su amigo y se levantó.


-- ¡Viene hacia aquí JiMin! No lo arruines, tengo que irme.


El muy tonto se había largado dejándome con cara de idiota, clavado en el suelo y mirando al chico acercarse. Mi corazón latía furioso, creía que se me saldría del pecho, quería huir, estaba nerviosísimo y aquel tipo parecía que caminaba a camara lenta, mientras me intimidaba con la mirada.


-- ¿Has venido soló con tu amigo?.-- su voz profunda, ronca, pero a la vez suave... produjo un escalofrío que recorrío mi columna vertebral... Dios, podía ver estrellitas de colores...


Lo dijo en mi oído, muy pegado a mi pero sin tocarme, había agachado la cabeza lo suficiente para que sus labios quedaran a la altura de mi oreja...


-- Emm... y con otro amigo que se ha perdido hace rato.-- intenté sonar casual, fue poco creíble, ya que el nerviosismo estaba pintando en mi cara... de color rojo intenso.


No dijo nada más, me tomo de la cintura con su brazo derecho, pegándome a él y obligándome a echar la cabeza hacía atrás para poder ver su cara. Acarició con el dorso de su otra mano mi mejilla, lentamente y sin dejar de mirarme a los ojos, para luego posar la palma de su mano en la misma. Y entonces...


Un beso... y pude sentir insectos, reptiles, peces, aves, mamíferos... todos haciéndome cosquillas en el estómago. Y las piernas me flaqueron, y mi corazón gritaba embravecido. Mi piel se erizó tanto que dolía. Era dulce para mis labios...


Atrapó mi labio inferior entre los suyos, mordiéndolo ligeramente, consiguiendo colar su lengua en mi boca. Fue profundo, húmedo y pasional... pero lento. Acariciaba mi lengua con la suya, sacandola de ves en cuando para morderme los labios otra vez.


Y luego paró, y me quise morir por que lo hiciera, me había gustado demasiado. Acercó sus labios a mi oreja, la mordió suavemente y en un susurro:


-- Esta noche te quiero en mi cama...-- susurró-- por cierto me llamo YoonGi. . .

Notas finales:

El yoongo apareció ¿Qué creen que pasara después?

Gracias por leer, nos vemos en el siguiente capítulo.


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