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Mi Buen Amigo Baal, Mi Buen Amo Satán. por 691396

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Notas del capitulo:

Jajajaja Aquí tienen, doble actualización, un capítulo de TÚ NOMBRE y otro de este ¡Disfruten mis pequeñas aves del mal! oh, ya sé, a quienes me leen desde ahora serán mis pequeños cuervos, un mote de mi para ustedes con cariño.

 

 

Capítulo III

 

Transformación

 

 

Aún no podía salir de su sorpresa ¿Casados? Estaba consternado, ni siquiera cayó en cuenta cuando Itachi tomó su rostro.

 

 

-Mi pequeño –sonó lo más suave posible –esta noche pienso hacerte mío –se acercó hasta casi rozar los labios ajenos –y lo haré estés o no de acuerdo –le obligó a mirarle, el encanto que sus ojos otorgaban no podía ser roto por ningún mortal, el carmesí se reflejó en el azul y como si fuera un muñeco, su cuerpo se destensó, su mente se puso en blanco y sus labios aceptaron la perdición –Satán sonrió con suficiencia, besando ya sin delicadeza los pequeños labios, poniéndose encima, disfrutando el tacto de la piel, de los opacos iris que se perdían en la nada, del cuerpo lánguido que podía hacer y deshacer.

 

 

 

Movió sus manos con maestría, besó el cuello dejando marcas de pertenencia, mordió cada tramo, disfrutó de los sonrosados pezones, saboreo con gula, olfateo con fanatismo, sintiendo las corrientes de excitación cada vez más fuertes, le miró de nuevo a los ojos dando una orden muda, Naruto le besó por sí mismo, como si fueran amantes de años, como si no fuera un niño con olor a leche, Itachi rio entre beso y beso para comenzar de nuevo el recorrido, remarcando el camino de besos del rostro hasta el cuello, recibiendo algunos gemidos, estimulando el miembro contrario, tratando de despertarlo.

 

 

 

Naruto sentía como las manos del pelinegro recorrían con deseo su cuerpo como sus labios le besaban la piel, estaba aturdido ¿Dónde estaba? ¿Qué le estaban haciendo? Se sentía raro y aun así de su boca escapaban sonidos extraños y pedidos desconocidos, su cuerpo se movía por si solo y su mente era una bruma espesa en la que apenas podía ver, más sí que sintió cuando algo se metió por donde iba al baño, ese hombre estaba en medio de sus piernas, sentía el agarre en sus nalgas, algo caliente y viscoso hurgar en su agujero, el calor de la respiración contraria chocaba con esa zona, de un momento a otro fue volteado y el dolor le despertó, gritó, trató de sacarlo, de irse, de escapar, las manos ajenas le sostenían tan fuerte que creía escuchar su cadera romperse, lloró, gritó, pataleó, rogó, nada parecía funcionar y más cuando comenzó el movimiento, escuchaba los gruñidos de un animal detrás suyo, vomitó sin quererlo escuchando la risa contraria ante el acto, su cabeza fue estampada en la reciente excreción y el ritmo de lo que le estaba partiendo en dos aumentó.

 

 

 

-Apenas cabe la mitad, Naru-chan.

 

 

 

El tono juguetón resonó por todo el baño, haciendo relucir la excitación del ángel caído, cosa que estaba muy lejos de sentir el más joven, que seguía suplicando, siendo respondido por movimientos más dolorosos, por besos forzados que incrementaban la agrura en su boca, fue volteado de nuevo, sus piernas abiertas y llevadas a su pecho, sintió aún más terror con el cuerpo de ese ser encima suyo, trató de apartarlo sin éxito, lo arañó causando que el carmesí en los ojos contrarios aumentara al igual que la sonrisa y se sintió morir cuando una nueva embestida llegó, sintió su cuerpo romperse por dentro, el vómito de nuevo se deslizó por su garganta siendo tragado por la boca contraria, al igual que sus lágrimas.

 

 

 

Desde esa posición podía ver como la cosa que su padre hacia que a veces acariciara se perdía en su agujero, al menos la mitad de ella entraba y salía con rapidez cubierta de rojo.

 

 

 

Su cuerpo dolía, su garganta ardía, sus ojos casi no veían, ya no sentía de la cintura para abajo, le costaba respirar, más esos ojos no le dejaban cerrar los ojos, ese demonio encima suyo le sonreía, le robaba el aliento entre besos, se incrustaba cada vez más dentro, cada vez más rápido, le escuchó suspirar, los movimientos se hicieron más rápidos, más violentos, sintió algo inundarlo por dentro, estaba caliente, hirviendo, el cuerpo cayó sobre él aun sin sacar aquella cosa que lo lastimó y un dolor aún peor comenzó, gritó con más ganas, retorciéndose como poseído, Itachi salió de él viendo reído tal comportamiento, suspiró con alivió mientras Naruto se hacía presión en el vientre.

 

 

 

- ¡Alabam! – Gritó con voz calma mientras se cubría con una bata, de inmediato otro cuerpo apareció en la habitación, alguien parecido a él, con una sonrisa más falsa que promesa de político tercermundista; hizo una reverencia –Quiero que mires con atención –señaló al niño que yacía desmayado –es tu nueva madre, dentro de poco comenzará la transformación, quiero que le cuides –recibió un asentimiento como respuesta –Itachi le miró fijamente por unos segundos –esta vez no dejaré pasar si lo matas –sonó tranquilo –sabré muy bien si muere por la transformación o por tus manos, que quede claro, si algo raro le pasa, tu cabeza es la primera es salir volando –y desapareció.

 

 

 

Alabam esperó a ya no sentir la presencia de su padre para acercarse al niño, extrañado de lo pequeño que era.

 

 

 

- ¿Por qué te escogió? –preguntó al aire sin emoción alguna, cerró los ojos volviendo a sonreír, haciendo un ruido extraño con sus dientes, llamando a quien se materializó a su lado.

 

 

 

- ¿Ahora qué quieres?

 

 

 

Se veía al hastío en su rostro.

 

 

 

-Que grosero –fingió un puchero –y yo que te quiero tanto, soy mayor que tú, deberías de respetarme.

 

 

 

-No tengo ganas.

 

 

 

El otro suspiró.

 

 

 

-Está bien Sasuke-chan, ya no me molesta.

 

 

 

Sonrió falsamente el piel-pálida, molestando al otro pelinegro.

 

 

 

- ¿Para qué me llamaste?

 

 

 

-Para que conozcas a nuestra nueva madre.

 

 

 

- ¿otra? –Suspiró –ya van 135 en este siglo y, además ¿Por qué nos la quiere mostrar? Ninguna soporta la transformación –suspiró con cansancio- ¡Qué más da! –miró alrededor -… ¿Él? –se sorprendió al verle, más aún en el estado que estaba-.

 

 

 

- ¿Lo conoces?

 

 

 

-Lo traje aquí, pero… pensé que era hombre.

 

 

 

-Lo es.

 

 

 

- ¡¿Entonces cómo esperas que sea nuestra madre?!

 

 

 

-Subestimas los poderes de padre él puede hacer casi cualquier otra cosa.

 

 

 

-Pobre mocoso, va a morir muy joven.

 

 

 

- ¡Ah! Sasu-chan ¿No me digas que te gusta? -Bromeo fingiendo sorpresa, sin esperar que el otro no le respondiera, lo cual hizo que le mirara preocupado - ¿Sabes lo que eso significa cierto?

 

 

 

-…Sí, lo sé, pero…

 

 

 

Se llevó las manos al rostro, tenía planes con ese niño después de que Itachi lo desocupara.

 

 

 

-No te preocupes –frunció el ceño para mirar el cuerpo boca abajo –padre no sabrá nada de eso, así que desaparece ese deseo que sientes ¿Entiendes?

 

 

 

-Entiendo.

 

 

 

- ¡AH!

 

 

 

El grito los alertó, el pequeño cuerpo comenzó a convulsionar con violencia.

 

 

 

-Ya comenzó.

 

 

 

Con rapidez Sasuke tomó el cuerpo para llevarlo a la cama, necesitaban un lugar cómodo.

 

 

 

- ¿Tan pronto?  -rápido ¡aliméntalo!

 

 

 

Sostuvo al niño con fuerza.

 

 

 

- ¿Estás seguro? Puede que no lo soporte.

 

 

 

- ¡Rápido!

 

 

 

El otro obedeció, de un portal recién abierto extrajo algunos receptáculos de vidrio, dando a beber a la fuerza su contenido a quien gritaba como bestia descarriada, quien se movía frenético haciendo que un poco de sangre se desperdiciara, más Sasuke no paró hasta que las jarras se vaciaran; La reacción se incrementó, como si una fuerza supernatural poseyera el cuerpo de Naruto tuvieron que sostenerlo entre los dos, Alabam se vio obligado a sentársele en el pecho mientras Baal en las piernas.

 

 

 

El pequeño estaba descontrolado, sus gritos se oían por todas partes, parecían desgarrarle la garganta, mientras su cuerpo comenzaba a crecer, igual su cabello y uñas; Baal y Alabam estaban al máximo, era muy difícil controlar al niño, su fuerza flaqueo por un segundo, el cual Alabam lamentaría en el futuro, por ese momento, Naruto logró liberarse y morderle el hombro, los ojos del rubio se volvían rojos mientras más se aferraba al hombro del demonio.

 

 

 

Sasuke, desesperado hacia todo lo posible por separarlo, pero era inútil, tuvo que esperar hasta que Naruto parara por sí mismo; como si su conciencia regresara, sus ojos se tornaron azules mientras caía en la cama, pronunciando una disculpa antes de cerrar los ojos, los dos miraron tal escena impactados, eso nunca había ocurrido, nunca alguna de sus “madres” había mordido a alguno de ellos y mucho menos habían recuperado la consciencia después de beber la sangre de Itachi, por lo que había que sacrificarlas como a cualquier animal rabioso, era extraño, pero eso no importaba ahora; Sasuke se alarmo un poco al ver las heridas de Sai.

 

 

 

- ¡Rápido! ¡Límpiate la sangre! si padre se entera ¡Nos mata! apúrate, cambia de ropa y limpiémosle la boca.

 

 

 

-Ya, ya, cálmate –rodó los ojos –por si te interesa estoy bien, mis heridas sanaron –se levantó –me voy a cambiar, cuida y limpia a madre – el otro asintió.

 

 

 

Ya solo, Baal suspiró hastiado, sacó un pañuelo y comenzó la limpieza, los labios, el rostro, el cuello… cualquiera de las partes en donde había sangre, negó con la cabeza al detallar los muslos internos ya con abundante liquido seco, se notaba la nula delicadeza con la que Itachi desvirgó al mocoso, siguió limpiando hasta dejar baldeada aquella acanelada piel, Sasuke no pudo evitar contemplarla, además de ver ese magnífico cuerpo, esa era la primera vez que un humano sobrevivía a aquello, bueno tal vez haya sido porque esta es la primera vez que Itachi llevaba a un niño y además varón; si mucho sobrevivían hasta probar una mísera gota de la sangre del gobernante, apenas la probaban y morían de inmediato, aunque hubo excepciones y unas duraban de dos a tres semanas estando agonizantes, siendo presa del veneno en ese abolengo, de la gran maldición que este lleva, así que había más razones para sorprenderse.

 

 

 

Baal estaba algo aturdido por la situación, viendo con el ceño fruncido la placidez con la que ahora el rubio dormía, sin darse cuenta que su cuerpo se acercaba cada vez más a esos deliciosos labios.

 

 

 

-No puedes hacer eso –Se estremeció ante la voz de su fastidioso hermano, alejándose de inmediato, sintiendo la otra presencia sentarse a su lado, le sonrió como siempre hacia mientras ponía un conjunto de ropa al lado -Su crecimiento parece que hubo acabado –observó con más detenimiento –entiendo porque querías besarlo, es hermoso, pero muy delgado, tenemos que ir nutriéndolo con el paso del tiempo, tiene un bonito cabello largo y parece que otra cosa creció – salió risueño al ver en medio de las piernas ajenas.

 

 

 

Sasuke bufó para tomar la ropa, debía vestirlo, era una tentación que no estaba dispuesto a probar.

 

 

 

-Oye Sai…

 

 

 

- ¿Si?

 

 

 

- ¿De dónde sacaste esta ropa? Porque no es tuya ¿o sí?

 

 

 

-¿Crees que yo usaría eso? Es para cortesanas, ni loco, aunque sea de seda y oro, y me luzca el rojo.

 

 

 

- ¿De quién es?

 

 

 

-Se las robe a Deidara.

 

 

 

- ¿Qué? ¿¡Estás loco!?

 

 

 

-No pasa nada, él no nos puede hacer nada.

 

 

 

-Sí, pero hará un escándalo.

 

 

 

-Cálmate, no te preocupes, no pasara nada, es la única ropa que encontré de la talla de madre, seguro que era para alguno de sus esclavos, no le hará falta, está en un mejor lugar, está en su nueva reina.

 

 

 

-Nuestra supuesta “Madre” claro, si sobrevive primero, que molestia tener que llamarlo así.

 

 

 

- ¿Cómo quieres que lo llamemos entonces?

 

 

 

- ¿Yo que sé? ¿los otros sabrán?

 

 

 

-No creo… -miró al menor por un momento –Padre lo anunciará si sobrevive -.

 

 

 

Se escucharon las grandes puertas azotarse, los demonios se alejaron de la cama como si quemara, reverenciando al recién llegado.

 

 

 

- ¿Cómo está?

 

 

 

-Felicitaciones padre, sobrevivió, está durmiendo.

 

 

 

-Así es hermano, aunque fue difícil de controlar ya está mejor.

 

 

 

Al escuchar eso Itachi miró a la cama fascinándose con la vista.

 

 

 

-Es hermoso, es sumamente hermoso, es perfecto, su cabello, sus labios, su piel, su cuerpo, es mi perfecta reina ¿No es así? ¿Acaso su madre no es hermosa?

 

 

 

-Si padre, lo es.

 

 

 

Respondieron al unísono.

 

 

 

-Ya pueden irse, yo lo cuidaré, vuelvan mañana en la mañana.

 

 

 

-Si.

 

 

 

-Esperen –acarició la melena rubia - ¿Cuánta sangre bebió?

 

 

 

-Un record padre, ocho litros, Sasuke se encargó de dárselos.

 

 

 

-Ocho litros –no pudo evitar la sonrisa orgullosa –es más que perfecto, al fin sirves para algo Sasuke –se burló en tono frio, escondiendo un oscuro sentimiento, haciendo sentir al pelinegro menor peor que la basura, sabia a lo que se refería, a su oscuro pasado y su infierno de presente –ya pueden irse.

 

 

 

-Si.

 

 

 

Salieron de la habitación dejando al rey con su reina.

 

 

 

-Ahora mi reina –susurró cerca de los labios ajenos, acariciando con cuidado la piel expuesta -me pregunto si… tienes la habilidad para que creemos un nuevo demonio –posó la mano en el vientre descubierto –bueno –sonrió con lascivia –eso lo tendremos que averiguar más adelante, por ahora duerme, estaré pendiente de tus sueños-.

Notas finales:

Este capitulo es dedicado a aquellos pedo... digo, a los amantes del shota, espero que lo disfrutaran ¡Hasta otra!


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