Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Buen Amigo Baal, Mi Buen Amo Satán. por 691396

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Éste capitulo fue modificado, igual que el anterior y los que vienen, como dije antes, no quiero pasar verguenza por la forma tan mala de escribir que tenia a los doce, así que disfruten.

Capítulo II

 

Conociéndolo.

 

Lo primero que sintió fue dolor, el cuerpo dolía, no sentía en cuello, estaba desubicado, aun mirando alrededor no podía ubicarse.

- ¿Dónde estoy?

-Hmm, veo que ya despertó –La voz ajena le sobresaltó –parece que mi Hermano le mordió bastante fuerte –la risa le volvió la piel de gallina –al parecer no quería que escaparas-.

Apenas podía ver la figura frente a él, un borrón negro con forma humanoide que, con el tiempo se hacía más nítido.

- ¿Dónde estoy?

Repitió, ésta vez con más fuerza, quien estaba frente a él era idéntico al que decía llamarse Satán.

-Bueno –La pose exagerada de pensamiento le molestó –estás en nuestra casa, es todo lo que necesitas saber –una sonrisa apareció –además de que tienes que ponerte esto –mostró, burlón, un vestido –a mi Hermano le encantan estas cosas –se lo lanzó –avísame cuando te lo termines de poner, o si quieres –se acercó -puedo ponértelo yo.

-No, gracias –trató de ser educado –aun cuando un vestido femenino era casi destrozado por sus manos-.

-Báñese antes, en el fondo hay una puerta oculta, entre, allí hay un baño, espero que quede impecable –volvió a reír –mi hermano disfrutará mucho de usted y no queremos que tenga mal sabor-.

Dicho esto, el mayor salió, recostándose en la puerta.

-Ciertamente –habló pasa si mismo - ¿En que está pensando Itachi? traer un niño aquí –suspiró - ¿acaso no sabe lo peligroso que es? –se revolvió el cabello -¿Qué demonios hago hablando solo? Tks, cada vez más me convierto en un viejo senil.

-Ya vámonos –cinco minutos después, arrastró al niño –te queda bien la ropa de dama –se burló - ¿Debería tratarte de ahora en adelante como una? –la respuesta fue inmediata, Naruto, que ya estaba lo suficientemente humillado, se abalanzó contra él.

-Cuidado pequeña –lo tomó en hombro sin esfuerzo alguno -No queremos que te lastimes –seguía con el tono burlón, caminando sin que los furiosos intentos del rubio por liberarse lo detuvieran al menos un segundo, al cabo de un rato, el cansancio le hizo desistir de la pataleta.

Abrió una puerta descomunalmente grande como si no fuera nada con una sola mano, ya que con la otra sostenía al rubio; entró a la habitación aventando al pequeño en la cama y luego saliendo.

-Que lo disfrutes –pudo ver la sonrisa, más el tono burlón se había ido.

-¿Cómo se llama?

La pregunta le hizo detenerse.

-¿Quién?

-Tú ¡Teme!

El grito le sacó una sonrisa, se veía que el niño aún estaba furioso.

-Baal, dobe, recuérdalo.

No pudo evitar sonreír, ahora sentía cierto pesar por el niño, después de todo, sería la última vez que vería a alguien aparte de Itachi, si tenía suerte, puede que sobreviviera un día más.

Después de que se fue, el rubio observó la habitación sorprendiéndose con su contenido y de su tamaño, ahora tenía claro que esa puerta no era simple decoración, la habitación en si era inmensa, sus sentidos le fallaban al no poder adivinar si era real o no; se quedó un momento sentado en la cama con los ojos cerrados para no marearse, pero ya se estaba aburriendo, después de todo aún era un niño y era hiperactivo, sin importar que instantes antes buscara un escape de forma desesperada, que extrañara a sus padres y no tuviera idea de donde estaba, aún era un niño hiperactivo, curioso y revoltoso, decidió echar otra mirada viendo que la habitación era extremadamente tecnológica, tenía todo tipo de aparatos que él nunca había visto, finos colores por todas partes, la cama era tan grande que podía esconderse en una esquina y seguramente no lo encontrarían en días, o quizá exageraba un poco, la cosa era que, si no ha quedado claro, todo era inmenso, no de altura, de lo contrario no podría sentarse, pero le molestaba que ese cuarto jugara con su sentido de dimensión.

Se la pasó por un momento viendo la “nueva tecnología”, para luego observar el suelo, no quería marearse otra vez; se acostó en la cama sintiéndose cansado al instante, perdiendo las fuerzas y comenzándose a dormir, pero siendo despertado de un susto al oír que abrían esa descomunal puerta.

-Perdona la tardanza, pero tenía asuntos que atender.

El cuerpo le tembló, el sueño se convirtió en un recuerdo, miedo, miedo y más miedo ¿Qué otra cosa podía sentir?

-No… no se preocupe, i…itachi-san.

- ¡Te aprendiste mi nombre! –se notaba la felicidad en la voz –Naru-chan, eres tan lindo –fue un susurro mientras se acercaba, más el menor en ningún momento quitó la mirada del piso.

-Muchas… gracias, itachi-san

Respondió mientras se bajaba de la cama, tal vez si le rogaba le dejaría, si no escapar, despedirse de lo que, quizás, quedaba de su familia.

-Ya veo –Itachi le agarró un brazo, examinándole despacio, para luego soltar un suspiro –él sigue con sus bromas, pero… debo de admitir que te ves muy lindo así –sonrió –comencemos –le soltó para quitarse la ropa, Naruto lo veía confuso, más no dijo nada, su papá hacia lo mismo cuando iba a bañarse o cuando jugaban, lo consideraba normal, pero ese hombre no era su papá, tal vez le estorbaba.

- ¿Quiere que me vaya?

-Quédate allí.

Ordenó mientras se acercaba al rubio y lo sostenía de los hombros, obligándole a mirarlo.

-Piensa –La voz se tornó repentinamente gruesa - ¿Por qué crees que me desnudo? -.

-Porque… ¿va a tomar un baño?

-Si quieres que tome uno, entonces entra conmigo.

-Yo ya me bañé.

-Entra conmigo –repitió, mirándole directo a los ojos.

Al ver la mirada, el rubio olvidó todo, parecía como si esos orbes carmesíes le absorbieran el alma, porque el pequeño le dio una gran sonrisa, dejó de temblar y enterró de que en él nacía un extraño sentimiento.

-Está bien –aceptó con la sonrisa infantil que le daba a su madre –le lavaré la espalda -.

-Me encantaría que lo hicieras –le tomó de la mano, si el niño así lo quería, el baño sería –quítate la ropa –ordenó al apenas entrar -Naruto obedeció –el vestido cayó sin mayor esfuerzo, mostrando por completo la desnudez del pequeño, fue observado por un corto tiempo, para que Itachi terminara de desvestirse de forma casi desesperada -ven aquí –le llamó suave, estirando la mano mientras se metía en la bañera, no demoró mucho el ser obedecido.

Con una sonrisa, el niño comenzó a lavarle la espalda.

- ¿Naru-chan?

- ¿Si? Itachi-san.

- ¿Sabes por qué estás aquí ahora? –No hubo respuesta –mi niño –le tomó las manos -tú eres mi esposo –usó el tono más suave, más seductor, implementando más fuerza en el agarre -me casé contigo al darte mi sangre –sonrió aprisionándolo contra su cuerpo, asegurando eliminar cualquier vía de escape.

- ¿Qué?

-Mi Naru-chan –Le susurró al oído –ésta es nuestra noche de bodas.

 

Notas finales:

y ¿Qué les pareció?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).