Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Buttontale. La historia de las almas por Lubay Nue

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siglos para poder volver a aparecer y escribir… pero de verdad, me está costando un vendito milagro poder avanzar esta historia en particular… no sé porque, pero sí que me cuesta mucho… no tengo más que decir, solo que pido una disculpa, este cap es un tanto más corto que el anterior, de todos modos

 

¡A leer! Por que se pone interesante

Salió gritando el nombre de su “otro” Papyrus, sonriendo tan contento como lo era al saber que estaba de vuelta con este Papyrus tan diferente al suyo, sentía una gran emoción, en especial porque había dejado al contrario del otro lado. Escucho la voz de su otro hermano en las afueras de la casa y había corrido, pero en cuanto la idea de su verdadero hermano cruzo su mente, pareciera que por unos segundos, una tela blanca se hubiera quitado momentáneamente de su nublada vista… se freno entonces, a mitad de pasillo observando el vacio y una casa iluminada por los focos aun cuando fuera ya tarde

 

-¿Pero que estoy haciendo?-  se pregunto asustado, afirmándose a si mismo que “ese” otro esqueleto de botones en sus ojos no era su verdadero hermano… por mucho que le doliera, ese no era su verdadero hermano… el… su Papyrus tal vez ya nunca más seria el de antaño… Red no podía buscar con desespero una ilusión de algo que sabía de antemano que no volvería, bajo su mirada decaído… de pronto, ya no tenía las ganas ni la energía que hasta hace una cosa de nada había… se sentó en su lugar y cruzo sus piernas…

-creo… que estoy perdido-  se susurro a si mismo dolido

 

-debes volver a casa con tu verdadero hermano-  escucho una voz extraña, al girar su mirada, asustado se encuentra con una flor delante de él, de pétalos amarillos, un tallo que salía del suelo y en especial, tal vez lo más tenebroso seria verlo con un rostro en el centro, trago duro y por el susto, se echo hacia atrás apoyándose de sus codos y gateando para alejarse un poco

 

-¡¿Pero qué mierda?!-  grito asustado de ver a la flor que le veía de un modo ligeramente molesto

 

-es de mala educación gritarle a alguien que te está tratando de ayudar-  hizo un puchero. Red, envuelto en su confusión trato de ponerse en pie, aun cuando solo logro ponerse de rodillas, negó confuso, Flowey podía verlo, Red estaba más perdido de lo que tal vez estuvo Sans en su momento, suspiro colocando una de sus hojas verdes en su frente simulando tal vez sus brazos y manos… soltó un suave suspiro de estrés y volvió a ver al esqueleto que aun lo miraba fijamente como si tuviese miedo de que la flor le saltara encima

-escucha, soy Flowey, Flowey la flor y soy tu amigo… necesitas escapar de este lugar a antes de que seas atrapado por “el otro Papyrus”-  pidió preocupado, inclinándose delante de Red para enfatizar las últimas palabras, Red negó confuso

 

-el otro Papyrus no me ha hecho daño… ni siquiera es malo-  “ni violento” deseo decir sin que esta última frase escapase de su boca, Flowey negó frustrado, de verdad no sabía cómo tratar con las personas y mucho menos que menos, como hacer para que estas creyeran en él y escaparan… ¿Gaster hubiera sido de ayuda? No lo cree, no pudo salvar a su hijo o tal vez, fue la flor la que llego demasiado tarde para ayudar; ahora que podía ¿No era su momento para salvar una vida inocente?

 

-escucha… necesito de tu ayuda para que podamos salir de aquí-  se le ocurrió pedir, Red enarco un ojo confuso… ¿Pedir su ayuda? Pareciera que con estas palabras el esqueleto había salido de su momento de shock pues se puso de pie y miro desconfiado y confuso a la flor que ahora tenía que alzar otro poco más la vista para poder ver directamente las cuencas negras y carmesí de quien tenía delante suyo

-hay una llave que necesito que consigas y tiene que ser sin que el otro Papyrus se dé cuenta-  explica suavemente, con preocupación latente que hace a Red debatirse por lo que realmente debe de hacer

 

-¿Qué clase de llave exactamente necesitas?-  pregunto extrañado, Flowey lo miro sorprendido y una chispa de esperanza se poso en sus ojos junto a una sonrisa ¿Sans le había creído? Flowey casi podía decir que pronto lo salvaría… pero aun era un camino largo por recorrer

 

-es una llave de fierro oscuro, casi parece negra, es pesada y parece muy vieja… el mango es largo y tiene la forma de un botón… solo hay una de esas en toda la casa, no se aun donde se encuentra, pero la necesitamos-  le explico, Red asintió confuso… ya sentía de antemano que algo era “extraño” en ese lugar y aunque su instinto le había dicho que tuviera cuidado la primera vez, no quiso prestar demasiada atención, había quedado tan encandilado con la idea de poder tener a su hermano de vuelta que había mandado al diablo lo demás (entre ello, la lógica) así que… aun no comprendiendo bien a qué demonios se refería la flor, supuso… ¿Qué podía ser peor? ¿Una flor parlante o un esqueleto con botones en sus ojos? Bueno, por lo menos sabía que si la flor lo engañaba podría matarlo con mucha más facilidad a tener que enfrentarse a la forma de su hermano o pero aun… a su propio hermano

 

-bien… la buscare por ti planta-  susurro pasándolo de largo y caminando en dirección a la salida, Red pudo escuchar de Flowey peticiones por que volviera al lado de su hermano pero Red sintió un revoltijo… ¿Ir al lado de su verdadero hermano? ¿Aquel ser cruel que solo sabia lastimarlo y odiarlo como si de verdad no sirviera, como si su propia existencia fuera una mera estupidez? ¿Un desperdicio de la naturaleza? ¿Un terrible error que no se ha corregido aun?... no… Red no iba a volver… y si para eso debía de volver a colocarse la manta delicada y blanca en sus ojos, con mucho gusto, sería él quien diera varias vueltas a la tela para que no cayera de su mirada

 

-escucha amigo… te dije que buscaría la supuesta llave-  le dijo osco, girando a verlo con molestia y creándole un sentimiento de intimidación que caló en lo profundo de Flowey

-pero no pienso volver al lado del imbécil de mi hermano-  y con aquellas palabras, giro en una esquina de la casa saliendo por fin de esta y encontrándose rápidamente en la parte trasera donde increíblemente, podía ver a su otro hermano entrenando con huesos que flotaban

 

-¡Sans!... por un momento pensé que te habías perdido en la gran casa-  le sonrió su otro hermano al ver que el esqueleto más bajo por fin salía, Red solo sonrió nervioso y coloco sus manos en los bolsillos de su sudadera

 

-hehe, lo siento, a veces me pierdo un poco en este lugar Paps-  menciono como si nada, Edge dejo de lado todo lo que hacía y se encaminó al lado de su hermano para poder tomarlo entre sus brazos y estrecharlo con ligera fuerza, cargándolo en sus brazos y llenándolo de besos melosos por todo su rostro

 

-vamos, te tengo un dulce regalo-  susurro Edge llevándolo esta vez en dirección de la casa, Red sonrió tranquilo, asintiendo a su comentario, se abraza a su cuello y ríe suavemente al sentir en sus huesos como el otro Edge pasea sus huesudos y fríos dedos sobre la ropa creándole cosquillas inocentes por todo su cuerpo

 

Al entrar a la gran casa y dirigirse al comedor, Sans se encuentra sorprendido al observar un gran banquete que consistía mayormente en piezas con lasaña o espaguetis pero dentro de lo que había, variedad aun en los mismos platos, Sans se encuentra asombrado; hacía varios años que su hermano no cocinaba y menos desde que habían comenzado los problemas y que a su inteligente (si, sarcasmo) hermano se le ocurriera cargarle la mano con los deberes de la casa y luego un montón de estupideces mas

 

-¿Te gusta?-  escucho la pregunta del otro Papyrus haciendo al contrario pegar un pequeño brinco y observar fijamente a quien aun lo cargaba y observaba fijamente todas sus acciones con una muy extraña pero gentil sonrisa fraternal, Sans asintió sin poder evitarlo, lleno de felicidad

-me alegro, todo esto es para ti-  el simple comentario asombra aun mas a Sans de ser posible, sus cuencas se vuelven diminutas estrellas carmesí que solo observan el banquete y posteriormente al otro Papyrus quien sonriente se sienta a su lado, sirviendo un plato de comida bastante retacado y entregándoselo al primero

 

-¿E-En serio es para mí?-  pregunta intimidado, demasiado asombrado como para creer que sea verdad lo que le pasa, Sans se toma un mili segundo para pensar, que si aquello era un sueño, desearía no despertar… era el paraíso que siempre deseo junto a su hermano

 

-así es tontito… después de todo el gran Papyrus no puede comer tanto él solo, necesito de mi hermano mayor-  le sonrió encantador y de un modo ligeramente lujurioso que fue pasado de largo por Sans quien solo observaba con sorpresa la mesa a su alrededor y el plato que anteriormente se le había servido

 

-g-gracias Paps-  susurro dejado caer diminutas y discretas lagrimas de felicidad, el otro Papyrus no demoró más, anuncio el inicio de la comida y entre charlas amenas, diminutas risas y chistes sin sentido, por primera vez en mucho tiempo hace a Sans sentirse contento de tener de vuelta a su hermano, aun cuando es muy ligeramente consciente de que ese, no es su verdadero Papyrus

 

… … …

 

-haaa… no puedo mas-  susurra recargado en el respaldo de la silla, sobando su estomago de magia que ahora parece estar más inflado que antes, comió demasiado pero le pareció delicioso, desde el primer plato hasta el postre, junto a su condimento favorito como bebida

 

-me parece que a esta cerecita hay que llevarla a descansar-  sonrió el otro Papyrus, tomando con cuidado a Sans de sus costillas, cargándolo de frente, permite al más bajo colocar su barbilla en el hombro del otro Papyrus, abrazándose a su cuello, cierra sus cuencas y se deja hacer mientras sus piernas se colocan a los lados de las costillas de Edge

 

Siente como es llevado suavemente por toda la gran casa, subiendo escaleras y andando entre pasillos, sus cuencas se comienzan a cerrar, los brazos de aquel otro Papyrus son tan jodidamente agradables que siente que se perderá en el sueño rápidamente de no ser que nota una mota verdusco moverse en las tablas a la distancia. Sorpresivamente sus cuencas se abren con demasía pero su cuerpo se mantiene en su lugar, parpadea varias veces y talla uno de sus ojos con la intención de esclarecer su mirada

 

*es esa planta parlante*  se dice al ver en las esquinas a aquella flor viéndolo con preocupación, parece que se oculta del otro Papyrus aunque Sans no comprende realmente sus razones… si este otro Papyrus era mucho mejor y todavía más agradable que el suyo en casa

 

Y fue en ese instante que sus ojos se abrieron a una verdad… le había hecho la promesa a la planta que le ayudaría a encontrar una llave especial y sacarla de ese mundo; se estiro perezosamente aun en los brazos del otro Papyrus, soltando un cansado suspiro, sus piernas chocan con algo en el trasero del esqueleto, la mirada de Sans baja discretamente encontrando entre los bolsillos del otro esqueleto una diminuta llave

 

De un modo discreto, deja caer su mano izquierda, soltando un cansado suspiro, restriega su rostro en el hombro de Papyrus para observar mejor sus movimientos; es cuestión de agilidad y de recordar sus viejos trucos de infancia cuando robaba sin problemas las carteras de un montón de gente sin que estas se dieran cuenta; en un movimiento tranquilo, igual de perezoso que los demás, Sans ha tomado la llave de la parte trasera del otro Papyrus y la oculta con velocidad en la manga de su chaqueta enredándola en sus huesos y abrazando de nuevo a el otro Papyrus, ocultando su rostro en el hombro de este, alcanza a percibir una última vez a la planta que le mira a lo lejos

 

El recorrido por fin acaba para todos y el otro Papyrus acomoda con cuidado a Sans, lo arropa y besa su frente, recostándose a su lado, lo mira y acaricia con cariño su frente y cráneo, Sans sonríe enternecido

 

-es curioso como cambian los roles conforme el tiempo pasa-  susurra suavemente, repegando su frente en el pecho del otro Papyrus, una suave voz se hace presente en forma de pregunta, Sans sonríe y diminutas lágrimas comienzan a brotar de sus cuencas

-es solo… que extraño que mi hermano sea el mocoso cariñoso que alguna vez fue-  sus susurros se quiebran junto a su voz, el otro Papyrus puede sentir las lágrimas empapando su ropa y solo atina a abrazar a Sans contra su cuerpo para brindarle ese sentimiento de comprensión que parece ser que el mayor necesita en ese momento

-lo extraño-  maldice, dejándose llevar por esa silenciosa pesadumbre que había estado cargando desde hacia tanto tiempo atrás, que de pronto se da cuenta que ya no puede soportarlo por tanto tiempo

 

El otro Papyrus se mantiene callado, observando fijamente las acciones y palabras de Sans, acaricia su cabeza con gentileza y lo estrecha tanto como puede a su cuerpo, algo curioso que había notado Sans era que el otro Papyrus a veces era frio, frio como si de verdad estuviera muerto, pues si los monstros de frio eran tan… “helados” ¿Qué cosa era el otro Papyrus?

 

Realmente eso a Red no le interesa en ese preciso instante, de hecho, prefiere no pensar demasiado en eso, solo se acurruca mas en el pecho del contrario, sintiendo como es consolado por el esqueleto más alto; sorpresivamente el cansancio que anteriormente le había atacado ahora parece volver mucho más fuerte y violento, sorpresivamente sus ojos comienzan a cerrarse, todo es distante pero nota algo en particular

 

-no tienes por qué irte si no quieres Sans-  sus palabras le sorprenden, quisiera poder verlo pero su cuerpo se siente demasiado agotado como para poder hacer algo mas, muy por apenas puede mover su rostro y ver directamente al otro Papyrus quien acaricia su mejilla limpiando sus lagrimas y sonriendo suavemente, de un modo diferente, tal vez oscuro… Sans quiere pensar que está viendo mal por el cansancio, pues el más alto sonríe y sorpresivamente se acerca a darle un beso… que no sabe reconocer donde fue dado, no puede distinguir ya nada mas

-podrás quedarte aquí siempre que así lo desees-  escucha el susurro del otro Papyrus antes de cerrar sus ojos presa del sueño

 

-------------

 

Sus ojos se abrieron al escuchar un sonido llamativo haciendo eco entre sus muy agradables sueños, se sentó en su cama y noto que estaba de vuelta en su habitación, aquella de la cruda y molesta realidad, soltó un cansado suspiro hasta que notó algo extra en su antebrazo izquierdo; algo confundido y adormilado saca lo que muestra ser una diminuta llave de fierro oscuro, casi negro carbón, era pesada y a como lucia, pareciera ser realmente vieja, su mango era largo y en punta tenia la forma de un botón; ahora recuerda extrañado que aquella extraña flor le había pedido tomar la llave

 

Aunque, del mismo modo que observaba la llave, algo capto completamente su atención haciéndolo sobresaltarse… pero de emoción…

 

En aquel otro lado “si es que no era un sueño” había tomado la llave del otro Papyrus; hasta hace poco Sans aun seguía creyendo que aquel otro Papyrus era solo un sueño agradable, creía que todo había estado en su mente… pero… pero la más clara e irrefutable muestra de que no era un sueño sino la pura realidad era la llave que sostenía entre sus manos justo en ese instante… ¡la llave era la respuesta!

 

-es real…-  se dijo

-¡Es real! ¡Es real! ¡Es real!-  comenzó a gritonear emocionado, dando pequeños saltos en la cama y viendo en una esquina a la muñeca que había encontrado, unos segundos más tarde calla al imaginar que irá a despertar antes de tiempo a su hermano, sonríe divertido, mas radiante de lo que nunca pudo haber sonreído antes en su vida… tal vez solo cuando conoció a su hermano siendo un bebe adorable…

 

Pero hoy tenía un motivo más especial para sonreír…

 

Bajo alegremente a la cocina tarareando una canción que le había escuchado al otro Papyrus, se sentía tan endemoniadamente feliz que parecía querer estallar de felicidad, llego a la cocina con el muñeco en mano y comenzó a tomar todo lo necesario para crear un muy rico y saludable desayuno; hoy se sentía mejor que nunca, tanto, que incluso era capaz de olvidar lo “mierda” que era su vida… por un solo y mísero segundo, Sans estaba olvidando donde vivía para ser feliz ante los recuerdos de lo que él creía era un simple sueño y que ahora, sorpresivamente le demuestran que puede ser muy real

 

Colocó aquella muñeca con su forma delante suyo en el fregadero, con la intención de simular que era otra persona observándolo mientras hacia sus deberes, toma un par de tazones, esta vez tiene ganas de algo mas especial; saco las pocas frutas que aun quedaban junto a otros guisantes, corto todo en pequeños trozos y los deposito todos en un bol

 

-hehe, espera a que vea que yo también puedo hacerlo-  le dijo al muñeco imaginando como se comportaría el otro Papyrus cuando fuera Sans quien le preparara el desayuno y lo llevara hasta la habitación del más alto, la simple idea le emociona y le hace sentirse querido, ya imaginando que aunque tenga botones por ojos, estos destellarían gráciles y llenos de emoción, le llenaría de besos y abrazos, ambos comerán del mismo tazón y acabando tendrían horas y horas entre diversión de hermanos o sino, simplemente leyendo un libro en la misma habitación sin la necesidad de ser Sans el humillado y Papyrus el que se sienta superior… una simple, tranquila y sencilla tarde entre hermanos…

 

La idea era como el paraíso en la tierra para Sans y le llenaba de todavía mas emoción, continua tarareando cualquier canción que le llega a la mente, una vez que termina de cortar todo lo que llevaría el nutritivo desayuno toma un par de cucharas de madera y comienza a combinar la mezcla, las risillas para este punto eran inútiles de mostrar, le llenaba de emoción la idea que el otro Papyrus le había dicho… la oportunidad de quedarse en ese lugar, lejos de todo lo que le hacía daño… la oportunidad de ser feliz de nuevo incluso ayudando a su verdadero hermano…

 

Si, Sans estaba más que consciente de la situación… ese “otro Papyrus” no era su hermano… pero lo amaba más que el que sí lo era… se preocupaba por él y le amaba… pero también era cierto que Sans amaba a su hermano de sangre, aun cuando fuera un maldito mal nacido que parecía odiar su existencia, Sans aun lo amaba como al hermano menor que parece haber olvidado que era… no le importaban ya sus abusos… se sentía feliz, porque por fin había encontrado a alguien que no solo lo valoraba, sino que se interesaba por él, que le mostraba que era especial, que valía… un ser que lo trataba como un ser vivo y no solo como una basura cualquiera…

 

Y por ese simple hecho se sentía a desfallecer de felicidad, tan feliz y rebosante de energía, que parecía que todo lo anterior mierda de su vida desaparecía como a una de las tantas pilas de polvo que él había dejado a lo largo de su camino… por fin su vida estaba cambiando y estaba más que seguro que aceptaría la propuesta del otro Papyrus para quedarse del otro lado para siempre… se quedaría con el ser que sí parece tener importancia por su existencia y dejaría a su hermano ser libre de su inservible presencia… su hermano sería feliz ahora que ya no iba a estar y el sería feliz con ese otro Papyrus que parecía apreciarlo mucho más que nadie… era feliz y eso le hacía crear una sonrisa contenta en su rostro

 

Continua tarareando con más énfasis, ya ha acabado el desayuno, al girar encuentra al famoso Papyrus observando fijamente sus movimientos, pero ni siquiera eso le perturba, se imagina momentáneamente que es el otro Papyrus quien le sonríe dulcemente preguntándole en sus razones para despertar tan temprano, Sans sonríe contento

 

-ho, buenos días hermano-  se imagina diciendo esas palabras mientras el contrario se acerca a darle un beso en la cabeza y Sans devolviéndole el gesto en la comida que hace con mucho amor… Sans se encuentra tan metido en sus alucinaciones, sus fantasías inocentes que no se da cuenta del extraño comportamiento de su hermano real, sirve el coctel de frutas que ha hecho pensando en el otro Papyrus y lo feliz que seria si aceptara quedarse con él y nunca más volver a la realidad… que ni siquiera tiene hambre

 

Le sirve a Papyrus y toma de vuelta la muñeca, al sentarse en su lugar coloca delante suyo la muñeca, entre él y el verdadero Papyrus quien aun lo observa, un suspiro tranquilo y lleno de felicidad se escapa de Sans mientras se recuesta en la mesa para observar con ensoñación su muñeca, imaginando como serian los siguientes desayunos en compañía con el otro Papyrus, riendo grácilmente, cocinando juntos, bañándose juntos como cuando lo hacía con su pequeño hermano bebe y…

 

-¿Y tú no piensas comer?-  la pregunta osca y amenazante de Papyrus lo hace salir de su ensoñación inocente, Sans lo mira y sonríe ya sintiendo casi en huesos propios la felicidad que tendrá apenas vuelva a estar con el otro Papyrus charlando felizmente, así que solo puede negar y despegar su vista de su hermano para volver la mirada a la muñeca que tiene delante suyo, recostándose en la mesa

-¿Has empezado por fin la dienta que te ordene tomar?-  Sans no ha escuchado nada al respecto de su siguiente pregunta, pero logro percibir la voz de su hermano, así que sonriendo, imaginando que le ha vuelto a preguntar por la comida, vuelve a negar

 

-no, estoy bien, gracias Papyrus pero no tengo hambre-  responde una última vez, levantándose de su lugar, ya imagina que su hermano le ordenara hacer algo productivo en vez de perder el tiempo, así que prefiere evitarse las palabras insultantes he hirientes del esqueleto y comenzar por su cuenta, por supuesto, sin dejar de tomar el muñeco en todo momento entre sus ropas

-si me disculpas, tengo más cosas que atender… nos veremos más tarde hermano-  le sonríe y anuncia lo que hará para que por lo menos no lo moleste mientras él se encuentra soñando despierto en su futura vida junto al otro Papyrus

 

Apenas cruza la cocina en dirección al hobby se encuentra sorprendido de ver a la flor parlante, parpadea, nuevamente como si el velo que lo mantiene en transe se apartara un segundo, observa fijamente a la flor que le mira y por un momento se pregunta si esta tan “bien” que haya otro Papyrus y que sea más amable que el original

 

-¿Pudiste tomar la llave?-  pregunta la flor y Sans solo asiente

 

-no se para que te vaya a servir, pero amigo, espero que pueda serte de ayuda-  sorpresivamente aun para él, se está comportando de un modo muy amable mientras se arrodilla para estar más o menos a la altura de la flor y poder entregarle delante suyo la llave que ha guardado desde que despertó esa mañana; Flowey ha notado la diferencia en la personalidad del esqueleto y Sans solo se encoje de hombros tratando de restarle importancia al asunto mismo

-posiblemente no me vuelvas a ver por aquí otra vez… después de todo, me parece más agradable estar del otro lado, ya sabes, con el otro Papyrus-  sonríe de un modo tranquilo que asusta a Flowey

 

-¡no puedes!-  grita sacándolo de su concentración y obligando a que el esqueleto que aun se mantenía arrodillado lo observe con sorpresa y confusión, el silencio se crea pesado y Sans enarca un ojo desconfiado ante las palabras de la flor

-solo hay una única puerta y una única llave-  responde, Sans asiente… pero es claro que aquella explicación no “explica” nada

 

-y… ¿Cuáles son tus “motivos” para negarte a que yo valla hacia el otro Papyrus?-  pregunta molesto y amenazante, el silencio regresa nuevamente al observar a la flor callarse ante sus palabras, Sans suelta un bufido de molestia al tiempo que gira sus ojos con el fastidio claro… era un lindo día… no lo va a arruinar por una estúpida flor

-te di la llave que tanto buscabas, lo demás es asunto tuyo amigo-  cerro la conversación, pasando a otra habitación para continuar desempacando las cajas que aún le quedaba por acomodar

 

Y mientras Flowey se quedaba solo en aquella habitación comprendía, que con cada segundo transcurrido, los caminos se iban cerrando y se volvía un único final, el definitivo…

 

¿Ese chico iba a morir también por su ineptitud?

Notas finales:

¡Regrese de entre los muertos! Ok no… me quede viendo anime, casi no escribí nada de este fic pero de algún bendito modo estoy aquí con una nueva publicación XD ya regrese de mis vacaciones para quedarme otro buen rato, así que no se desharán de mi tan fácilmente… ahora… con respecto a Sans y Papyrus… me duele, este fic siempre me va a doler ¬¬ aun los momentos lindos son crueles… ¡¿Qué rayos con mi existencia?! ¡¡¿Qué rayos con este fic sad?!!! En fin… me pareció adorable la actitud de Sans después de haber vuelto de la última vez con el otro Papyrus, se veía super tierno… y lo peor es que sus pensamientos son tan puros e inocentes que me parte el corazón saber cómo va a acabar este pobre chico de todos modos TTnTT noooo… mi dulce Red… ni qué hacer

 

¿Les ha gustado?

Que tengan lindo día

¡Comenten!

¡Regrese muajajajajaja!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).