Arco 2
~El monstruo violento~
8-El chico con la vida “Violenta”
Como de costumbre lo era en ese lugar que parecía perdido y carente de vida, a lo lejos una criatura diminuta observa desde la maleza silvestre, se interesa levemente por lo que ve con ligera preocupación…
*un carro de mudanzas… una nueva familia… ojala no tenga hijos* piensa preocupada la flor observando a distancia, encontrando el pasear de un par de personajes “diferentes” a los demás… se ven jóvenes y con un aspecto bastante violento, sus ropas negras con algunos adornos rojos y amarillos, Flowey teme que sea la nueva familia…
Traga duro cuando observa que el carro marcha y el par de esqueletos entran a la casa cerrando tras de sí, se maldice, ellos son la nueva familia. Mira a todos lados, cuida que la muñeca no le este espiando… después de unos años, la muñeca cobro la vida que “el brujo” quería para que se volviera en algo más que su espía… gruñe mentalmente y se oculta bajo la tierra
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-este lugar es una mierda- dice molesto Edge al observar el interior de la mansión, Red solo lo mira con enfado callado, caminando entre los muebles recién traídos de la mudanza y las cajas, observando también, no muy a gusto el nuevo lugar que tomaran por “hogar”
-es lo único que podemos pagar entre los dos- masculle molesto, avanzando por entre los pasillos, encontrando varias puertas mas que no le interesan, suspira cansado, observando el lugar y alejándose lo más que puede de su hermano menor
Se encamina con paso tranquilo, observando cada objeto y lugar que puede… tiene muebles el lugar pero de cierto modo, apesta a algo que no puede identificar y no es solo el olor a moo, musgo y basura… mientras camina por la mansión recuerda las razones por las que terminaron en aquel lugar…
*el hombre que creó esta casa y que vivía aquí se llamaba algo así sobre Gaster… un supuesto científico que perdió la cordura y vivió lo que le quedo de vida encerrado en esta pocilga hasta que murió… aunque no queda muy en claro si murió por viejo o por hambre…* se dice, entrando por habitaciones, encontrando un espejo entre un pasillo, lo observa fijamente, le atrae y se acerca para observa su maltrecha figura, llena de arañazos, golpes, cicatrices y huecos en sus huesos que aunque no se ven por la ropa, sabe que están ahí… junto a unas ojeras llenas de cansancio y un sentimiento amargo en su ser
*dejaron la casa casi regalada por la situación de que nadie quería vivir en un lugar tan inhóspito como este… se creía incluso de un culto satánico o de un asesinato…* recuerda mientras se encamina escaleras arriba encontrando una habitación en particular que le ha gustado…
-yo dormiré aquí- se dice, entrando en la habitación para examinarla… todo tenia telarañas, todo se veía polvoriento y en especial, algunas maderas rechinaban… pero era suficiente para poder sobrevivir ambos hermanos. Red camino por la habitación hasta llegar a la ventana, al abrirla puede ver a su hermano caminando por los alrededores; un suspiro de cansancio sale de Red
-bueno, por lo menos podre bajar para hacer la comida tranquilo- se dice encaminándose de vuelta a la salida de la habitación, mas al llegar y estar a punto de cerrar tras de sí, escucha como si un cascabel cayera al suelo; regresa sobre sus pasos buscando pero no encuentra nada, confuso, se introduce de nuevo a la habitación, buscando incluso debajo de los pocos objetos que se encuentran… no hay nada más que polvo; niega restándole importancia y echa un último vistazo a la habitación antes de cerrar
*ahora recuerdo…que el hombre que se volvió loco tenía un hijo que desapareció… creo que ese fue el origen de su locura * se dijo observando la habitación una última vez pero encogiéndose de hombros mientras suelta una risa amarga
-he, eso no es de mi incumbencia… después de todo aquí también estamos jodidos- se dice cerrando por fin detrás de sí y encaminándose hacia la cocina para comenzar a preparar algo de comer, claro, no sin antes vagar un par de veces más, perdido hasta poder dar con la cocina 15 minutos después de haber salido de la que sería su nueva habitación y por supuesto, soltando pestes por lo bajo
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Cuando nos dieron a vender la casa, claramente venia escrito que en la misma había muerto un hombre que a según comentarios de los que fueron a verlo, se había vuelto loco y que se había negado hasta las últimas consecuencias de abandonar la casa, siempre alegando palabras sin sentido que de todos modos, nadie entendió…
Según tengo entendido, el hombre había perdido sistemáticamente a su familia, primero a su esposa, por algún motivo su hijo más pequeño había muerto y el ultimo, su primogénito había desaparecido, fue ahí que el hombre se volvió loco y se negó a abandonar la casa… alce mi vista un momento al techo mientras escuchaba el borbotear del aceite junto con los huevos fritos que estaba terminando de preparar… me pregunto qué es verdad… no dejaron muy en claro si el hombre se suicido, se murió o fue asesinado…
-no es como que eso importe ahora- me digo pasando la comida a un plato y comenzado a preparar el otro plato, cansado de lo que supongo, no es como que hayan fantasmas ni espectros peligrosos en esta casa, en cualquier caso… y de ser así
-nosotros somos lo más peligroso aquí- me dije con amargura, viendo como mi comida se preparaba a fuego alto en el sartén, suspire cansinamente y por fin escuche entrar al jefe
-¡ya está la comida jefe!- le grite desde mi lugar, escuchando solo un gruñido de maldiciones hacia mi
Volví mi mirada a mi comida que comenzaba a mostrar signos de pre cocido, el silencio reino un rato en la cocina, incluso mis pensamientos fueron olvidados un rato, prefería quedarme así un rato; escuche pisadas pesadas entrando a la cocina, no me intereso, el chirrear de la silla fue mi detonante en cierto modo para quitar ya mi comida del fuego y pasarlo al plato, una vez servido, me dirigí a la mesa donde ya se encontraba mi hermano sentado observándome fijamente
-¿Dónde mierda estuviste?- pregunto y sentí un escalofrío calar mis huesos, no subí mi mirada, ni siquiera había podido comenzar a comer, tenía la obligación de esperar a que mi “jefe” me diera la orden para comer, trague duro y aun observando mi comida con hambre le respondí
-estuve explorando un poco la casa… al ser mansión me perdí- respondí por lo bajo, el solo soltó un suave suspiro de molestia y escuche como los cubiertos comenzaron a sonar, trague duro, el ya ha comenzado a comer y yo, simplemente me encuentro observando mi comida… mi magia gruñe en son de protesta, aun cuando no tengo “órganos” la magia es algo que ocupa todas las funciones y como tal, exige comida para seguir en funcionamiento… yo estoy comenzando a tener hambre
-ya puedes comer basura- escucho su voz, doy un leve gracias y comienzo a comer con ímpetu, el rato pasa tranquilo como pocas veces… aun cuando es Papyrus el más chico entre ambos últimamente se ha vuelto alguien tan violento que incluso parece haberse olvidado de la persona que alguna vez fue, ahora, solo se mantiene aferrado a ideas sin sentido que lo han vuelto un verdadero demonio, es lógico, vivimos en un mundo donde para sobrevivir es necesario pasar sobre los demás, donde la “piedad” es solo un mero sueño, una mentira que ya no existe más junto a esa palabra ficticia, es mas fácil creen en humanos que creer que haya alguien que aun muestre ese tipo de sentimiento estúpido
Mi hermano es prueba de ello, alguien que se abrazo fieramente a la idea de matar para sobrevivir otro día mas en el infierno y aun así, aun me pregunto cuáles serán sus verdaderas razones para mantenerme a su lado, aun sabiendo que yo no soy alguien que pueda seguir peleando, aun cuando sabe que soy alguien “inútil” a su vida, alguien, que ya no puede aportar nada más que problemas… el me mantiene a su lado, no lo sé, tal vez solo quiera un sirviente, un mero esclavo para saciar sus locos deseos, tal vez solo quiere tener a alguien bajo su yugo para sentirse superior y poderoso, aun cuando sabe de antemano que ya lo es. Suelto un suspiro cansado al saber una verdad incomoda, gruño mentalmente y por fin, al terminar la comida ambos nos miramos
-limpia todo- ordena fríamente saliendo de la cocina sin siquiera agradecer la comida, gruño por lo bajo y me levanto, comenzando así a limpiar todo lo que se ha usado este día, lavo los platos, acomodo un poco ya que me encuentro entrado en gastos, termino algo cansado y por fin subo lentamente, encontrando entre las tantas habitaciones a mi hermano, acomodando su habitación y terminando algunos deberes, el me mira y con ayuda de su magia cierra la puerta en mis narices… un suspiro amargo sale de mi
-buenas noches jefe- dijo alto para que me escuche, solo recibiendo un “muérete” de su parte, un suspiro amargo se acuna en mi pecho y me encamino entre los confusos corredores hasta llegar a mi nueva habitación, encentro por el camino las cajas de mis cosas y las tomo con ayuda de mi magia, una vez dentro de mi habitación solo dejo algunas cosas regadas por doquier y me aboco a recostarme en la cama, tomando de una caja una sabana semi limpia, me recuesto para poder dormir aunque sea un poco…
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La mañana llega con un movimiento brusco para Sans, es lanzado de la cama con agresividad, siendo tirado y encima suyo el colchón de la cama, polvoriento como se encuentra hace a Red toser en repetidas ocasiones, siente lejano el sonido pero cuando puede espabilar completamente se encuentra siendo sujetado por su hermano desde el cuello, su chaqueta en algún punto de la noche termino fuera de su cuerpo, no parece de importancia sino el ver el suelo moverse bajo su mirada, su hermano lo está llevando por la casa sujeto de su camisa roja por los pasillos murmurando cosas intangibles para la aun soñolienta mente del esqueleto más bajo
A antes de darse cuenta, es lanzado hacia las afueras de su propia casa, al ver mejor a su hermano que se encuentra desde la puerta del a casa, este, con voz amarga lo lanza a trabajar, a terminar de desempacar todo lo que hace falta, Red se mantiene sorprendido, baja la mirada un momento, supone que esta vez no desayunara… ¿Habrá hecho lago para que su hermano le odie tanto?
-supongo que no tengo opción- masculle molesto, aunque había susurrado se sorprende el ver que Edge le ha escuchado con perfecta claridad y que ahora lo mira con cólera… Red traga asustado, un hueso blanco le atraviesa una mano lastimándolo
-¿Qué has dicho Sans?- la voz amenazante de su hermano le hace una pregunta que por momentos Red teme como mortal, pero algo dentro de él se activa… la ira lo carcome con velocidad y lo ciega a antes de que pueda pensar en una respuesta sumisa…
-bastardo- escupe red, esta vez aunque de un modo susurrante, más elevado que la vez anterior, Papyrus lo mira con enfado, Red ha tomado el hueso que aprensa su mano y se pone en pie, aun tomando el hueso que le ha lastimado
-eres un maldito bastardo mal agradecido y enfermo ¿Así? ¡¿O quieres que lo grite para que todo el mundo lo sepa?!- lo que comienzan como simples susurros molestos se vuelven una voz molesta, gutural y agresiva que pocas veces sonaba enfrente de Papyrus… la ira carcome a ambos hermanos
-estás muerto Sans- gruñe Papyrus, elevando su mano y creando desde sus alrededores un grupo de huesos, mientras que Red desde sus espaldas crea un Gaster Blaster que con un mirar igual de carmesí que el de su portador amenaza con atacar apenas de la señal su dueño
-veamos quien de los dos está muerto bastardo- masculle con ira… Papyrus no pierde tiempo y comienza a atacarlo, Sans se protege con la cabeza del Gaster blaster y luego ataca con sus propios huesos rojos, la batalla comienza entre ambos hermanos, Red ha olvidado un poco como pelear pero eso no significa que no le de problemas a su hermano
Algo que debía de aceptar Papyrus y que por su orgullo muy seguramente no haría, es aceptar que su hermano mayor Sans no solo los ha protegido a ambos desde que eran muy niños, sino que también Red es tremendamente poderoso, aterrador si se le hacía enfadar y alguien que no se tentaba el corazón para asesinar si con eso le protegía… pero por desgracia el tiempo hace cambiar las cosas y antes de que Red se diera cuenta, ya era alguien sumiso, que siempre mantenía la cabeza agachada por ordenes de su propio hermano Papyrus
Sans por su parte amaba tanto a su hermano que había aceptado todo… tal vez y demasiado y ahora, era imposible detener a su hermano a estas alturas… pero no negaba que habían momentos como este, en el que hasta la gran e interminable paciencia de Red se agotaba y era entonces que volvía a ser el Red que alguna vez fue con la gente a su alrededor… aquel monstruo peligroso y aterrador, un asesino a sangre fría que disfrutaba torturar… solo por esta ocasión… Red de verdad se ha molestado, su paciencia colmada no es algo bueno para nadie, ni siquiera para su hermano…
Los huesos se hacen presentes a las afueras de la casa, el sonido de los Gasters Blasters atacando y los rayos de luz creados por los mismos… Red está molesto, ya ha logrado acertar varios golpes a Papyrus y el contrario no ha dado ni uno solo, el enfado carcome al más alto de ambos y en un arranque de furia apenas logra rasguñar a Sans en una mejilla creando un hilo de sangre que hace enfadar al más bajo…
Un nuevo ataque de parte de Red es suficiente para lanzar a Papyrus de trasero al suelo, un hueso se hace presente en su mano izquierda, con la punta afilada y una combinación del blanco y rojo como una enredadera… uno de los ataques mas peligrosos de Red… esta tan molesto que está dispuesto a golpearlo con eso y acabar de una buena vez con todo el problema de raíz… pero, al llegar delante suyo, viéndolo aun tirado en el suelo, su mente juega sucio con el… al verlo a los ojos, le hace recordar la razón por la que él, cuando era niño, cuido tanto suyo…
*malditos recuerdos de mierda* gruñe Red, desapareciendo el hueso y esperando el ataque que sabe, llegara de parte de su hermano. Cierra sus ojos y siente un fuerte golpe en el medio de su cara, no quiere abrir sus ojos, pero el siguiente ataque que le llega en su costado lo hace perder el conocimiento…
*odio mi vida* se maldice una última vez
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Cuando sus ojos se abren se encuentra de nuevo en su habitación, pero al moverse escucha el crujir de sus huesos; cierra sus ojos adolorido y por un momento piensa que realmente su hermano debió de haberlo asesinado, no dejado convida con todos los huesos rotos… gruñe mentalmente y mira hacia el techo de su habitación, es todo lo que puede hacer mientras su mente se desvía grácilmente al pasado cuando su hermano Papyrus era un mocoso adorable lleno de inocencia…
Con cuidado de no lastimarse más de ser posible, eleva sus brazos delante de su vista encontrándose sin su amada chaqueta negra, al escudriñarse a si mismo puede ver sus huesos heridos, varias grietas aparecen en ellos y otras más, que no fueron causadas por su hermano… ¿Cuántas veces había intentado un suicidio sin lograrlo? Se sentía estúpido y aun mas humillado, pero también era cierto que ya no quería seguir sufriendo con el imbécil de su hermano… y ver que el más alto ya podía cuidarse por sí mismo le hacía tener ese sentimiento aun más arraigado…
-solo quiero desaparecer- se dijo dejando caer lagrimas por la desesperación y el dolor en todo su ser, principalmente en su lastimada alma…
… … …
La mañana sonó junto con el canto de las aves, al abrir sus ojos se encontró de nuevo en su habitación, pero aunque las aves ya cantaban, no había aun luz completa del sol. Se sentó con mucho trabajo y cuidado, viendo su habitación desolada, se encamino hacia la salida para comenzar a preparar el desayuno pero para su amarga sorpresa, la puerta estaba cerrada con llave desde fuera, hizo el ademan de abrir la puerta otro rato mas pero fue inútil… en su estado incluso usar su magia sería peligroso para su vida…
Se maldijo internamente y camino en dirección de su cama, si su hermano le había dado vacaciones encerrándolo en su habitación el no las iba a desperdiciar… se recostó de nuevo en su cama y le dio la espalda a la puerta encontrando a lo lejos algo que llamo su atención… se levanto del mismo modo lento y observo algo tirado entre las cajas de su mudanza. Se encamino con lentitud pasmosa aun para su gusto amargo, al llegar se inclina y toma lo que había llamado su atención
-¿Es una jodida broma?- se pregunta incomodo y mal humorado, al observar lo que tiene entre sus manos… un muñeco de peluche pero con su exacta forma, con sus ropas negras y grises… con su aspecto exceptuando únicamente por un par de botones por ojos, incluso el hilo usado es de un color rojo
-he, que estupidez- gruñe tomando la muñeca por uno de sus brazos y volviendo a regañadientes a la cama, al recostarse, cae rápidamente dormido