Llevaba horas sin poder cerrar sus ojos, suponía que ya había pasado buen rato desde que su padre lo había llevado en brazos hasta su habitación, su magia que por algún vendito modo, en alguna de las experimentaciones de su padre había cambiado, ahora poseía la habilidad de regenerarse con una abrumadora velocidad, ahora le permite no estar tanto tiempo en la cama
Supone que lleva suficiente tiempo en cama como para poder mover su cuerpo sin que este le duela y le cruja tanto, está lo suficientemente fuerte como para poder ponerse en pie, y es lo primero que hace; con trabajo y una pasmosa lentitud que detesta, se ve obligado a moverse aun más lento que un caracol, se molesta por la idea pero no tiene de otra, su cuerpo aun le duele demasiado como para poder moverse a su velocidad habitual de perezoso y su magia aun esta curando su cuerpo semi destruido, así que no puede usar su tele transportación, sin contar que no quiere llamar la atención de su padre
Tarda lo que siente como una eternidad para poder salir de la cama y otro poco más para poder llegar a la puerta, se ve obligado en todo momento de sujetarse de los barandales, los muros y todo lo que encuentre, no tiene las fuerzas para sostenerse en pie, pero tampoco puede dormir no importa cuánto haga… quiere de vuelta el muñeco de Papyrus para poder dormir tranquilamente aunque sea. El camino se le hace eterno y extendido como nunca en su vida, aun así, se toma su tiempo para buscar por todas partes de su camino, busca su muñeco especial para volver a la habitación y dormir lo que su lastimado cuerpo le suplica descansar
Una vez después de haber logrado el milagro de haber bajado las escaleras sin caerse ni contratiempos llega a una de las salas donde ve sentado a su padre, se queda unos momentos buscando en la habitación pero no está la muñeca, baja la mirada con cansancio y molestia… viéndolo por el lado amable, al menos no tendrá que ver a su padre si la muñeca no estaba ahí, se gira dispuesto a marchar y seguir buscando su preciada muñeca pero algo lo detiene, al volver la vista a donde se encuentra su padre, ha notado un ligero temblor en su cuerpo y sus lagrimas caer con mas fluidez… era sorprendente que no se hubiera dado cuenta antes
*papá está llorando* se dice mentalmente, mostrando un rostro apenado, ha logrado ver que el mayor tiene entre sus manos una fotografía alterada que ellos hicieron a petición de Papyrus, es una fotografía donde se encuentran ambos padres juntos y felices y bajo de ellos Sans y Papyrus antes de que se enteraran de la enfermedad de ambos hermanos… esa fotografía era especial para ellos, para todos ellos
Con un sentimiento de culpa prefiere regresar a la cama, suponiendo que su padre sufrirá de nuevo en silencio por la pérdida de dos de sus seres más preciados, Sans se siente como una basura andante, sabe que no debería de estar molestando a su padre ni decirle todas esas palabras hirientes que no se merece el mayor, pero… simplemente no puede evitar sentir el dolor en su alma, ese hueco en su corazón cada vez que lo veía y como el hombre desesperado corría entre el humo y las llamas con la inocencia de poder rescatar a su hijo quien ya se encontraba muerto… es una escena que el ultimo de sus hijos no se puede sacar de la mente y que le acosara por el resto de su vida… por la eternidad
Habiendo olvidado la razón por la que bajo de la cama, ha regresado a ella con lentitud, recostándose con dolor mira al techo de su casa y sus ojos se cierran entre lagrimas de tristeza, arrepentimiento y soledad… la noche se cierne en todas partes, nadie descansa hoy tampoco
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Unas campanillas hacen eco por la habitación, Sans se despierta incomodo, ni siquiera ha podido soñar realmente… o tal vez solo posee la imagen de su padre llorando, siendo él quien lo vea desde sus espaldas, sintiéndose una basura por no poder ir a ayudarlo… quiere ir y abrazar a su padre, decirle la mentira que se dijo alguna vez… “todo estará bien” “estaremos bien”
Parpadea confuso, sus ojos le arden, siente el cansancio recorrer su ser, pero no puede dormir, junto a un extraño sonido de campanillas suaves busca suavemente la muñeca entre sus cobijas… ahora recuerda que estaba tirada en la sala. Se levanta con dolor en su cuerpo, gruñe molesto, su magia aun no puede regenerarlo tan rápido, pero es un avance; al menos se puede mover con más velocidad y sin tanto dolor como hace rato, aunque se pregunta ¿Cuánto tiempo tuvo para descansar?
Prefiere dejar de lado el asunto y comenzar a caminar, baja más rápido las escaleras, aun contra el dolor, se asoma una vez más en la sala donde vio a su padre… esta vez ya no lo encuentra… su mirada se desvía al suelo, tal vez… tal vez cuando tome la muñeca de Papyrus valla a su habitación y duerma junto con él. Recuerda que cuando él o Papyrus tenían pesadillas su padre iba y les consolaba, a veces les cantaba y en una ocasión se despertó por que su padre tuvo una pesadilla; aquella vez llego a la conclusión de que su padre también podía tener pesadillas
*los adultos también tienen pesadillas… y también pueden ser consolados por sus seres queridos* pensó mientras seguía su camino…
*yo también puedo consolar a papá… ahora que solo nos tenemos nosotros dos, no puedo dejarlo solo* se dijo decaído pero con cierta determinación en ese momento. Camino lo más erguido que su adolorido cuerpo le permitía y llego por fin a la sala principal donde encontró de nuevo la muñeca con la apariencia de Papyrus
Sonríe emocionado, pero esta vez, no solo ve a la muñeca, también encuentra la puerta entreabierta. Emocionado avanza lo más rápido que puede, tomando la muñeca abre la puerta y encuentra nuevamente el túnel. Con sonrisa dibujada en su máxima expresión, llena de esperanza y anhelos, Sans se adentra por el túnel que curiosamente le parece un poco más largo que la vez anterior… bueno, no le interesa realmente, avanza tan rápido puede hasta salir del otro lado, donde a lo lejos puede alcanzar a ver una tenue luz en el comedor
Camina más animado, se da cuenta que al entrar a ese lugar, el dolor de su cuerpo ya no es ni siquiera notorio, así que se aventura a correr con todas sus fuerzas, al llegar al comedor no se siente cansado, no siente que le falta el oxigeno o que su magia borbotea intranquila y desestabilizada, eso le emociona y aun mas, le emociona encontrar a su hermano Papyrus hablando tan tranquilo sobre puzles con la persona que tiene delante, su sorpresa es grande cuando Sans nota a la otra persona con la que haba su hermano
-¿Papá?- pregunta sorprendido, mas cuando el mencionado adulto gira a verlo, el también posee botones por ojos; asustado, da un par de pasos hacia atrás, hasta que escucha la voz de el otro Papyrus llamándolo, Sans gira, cayendo por fin en cuenta de los botones que aunque ya había visto, ahora le parece algo… “extraño”
-ho, por fin has llegado Sans, papá y yo te esperábamos ¿No es así?- pregunta al adulto mientras se pone de pie para llegar a su lado, Sans mira todo confuso y desconfiado, apretando con fuerza la muñeca que tiene en una de sus manos, mira fijamente a ambos seres más altos que él, Papyrus llega a su lado, dándole un tierno “clanck” en su cabeza, su padre; más bien, su “Otro” padre, Gaster también se acerca y besa del mismo modo amable su cabeza, Sans se siente confundido
-tardaste esta vez ¿Cómo te sientes Sans? ¿Estas cómodo? ¿Quieres que te cargue?- bien, Sans esta completamente desorientado
-mi padre no es amable conmigo- menciona desconfiado, activando ligeramente la magia en sus cuencas, su otro padre ríe divertido y acaricia tiernamente su cabeza, inclinándose para besar esta vez su mejilla con ternura, Sans siente el azul cubrir levemente sus mejillas y procura no mostrarlo al ver hacia abajo, pero Papyrus ríe suavemente, cargando con su cuerpo y llevándolo hasta la mesa para sentarlo en su lugar correspondiente, ahora, Sans se encuentra en el lado derecho de Papyrus y Gaster sentado a su lado izquierdo, todos se miran, aunque en realidad, solo miran a Sans con sonrisas gentiles
-recuerda que somos tu otra familia Sans… aquí somos lo que tú siempre deseaste, lo que tú siempre soñaste tener- responde Papyrus amablemente, chasqueando sus dedos y para sorpresa de Sans, de la mesa se puede apreciar como si esta se abriera en dos, dejando salir todo un banquete que costa mayormente de pastas y demás comidas que la acompañan… las cuencas de Sans parecen llenarse de lagrimas, recuerda bien que es era uno de los sueños de su hermano, crear un gigantesco banquete para su familia, que constara mayormente de pastas y espaguetis pero que también tuviera verduras, frutas y comida nutritiva, nada de grasa… aunque habían varias botellas de kétchup por la mesa esparcidas, la mayoría cercas de Sans para que pudiera alcanzarlas
-ho… se ve rico- escucha a su padre decir, Sans se emociona y se inclina para ver a su hermano quien sonríe
=¡gracia por la comida!= dicen los 3 a coro perfecto, comenzando a comer con emoción y felicidad, Sans ha olvidado sus dolores, acomodo a la muñeca de Papyrus a su costado de la mesa y ha comenzado a comer, probando los fideos de su otro hermano, el sabor es aun mejor que el de su hermano mientras vivía…
-hehe, has mejorado increíblemente Paps- menciona feliz, con lagrimas cayendo por sus mejillas y una notoria felicidad que inunda el ambiente, Papyrus ríe divertido, acariciando su espalda y asintiendo felizmente, con un poco de efusividad, aunque claro, nada comparado con el verdadero y difunto Papyrus
Sin embargo, mientras la cena parece entretenida y llena de espectáculos por algunos cubiertos que salen volando y caen cuidadosamente en lugares estratégicos, con una mesa llena de puzles para que las siguientes partes puedan avanzar, Gaster; el otro Gaster ser toma un momento para observar con cierto gesto de dolor al pequeño esqueleto que come con felicidad, hablando muy animado con su otro hermano
La hora del a comida termina, los juegos comienzan…
Como si el pasado volviera a ellos, Gaster se dedica a jugar con ambos hermanos, hacen trivias, se retan con puzles del más alto de los hermanos, juegos mentales, cuentas rápidas, “adivina el personaje” entre otros, la noche pasa alegre, todos han ido ganando a su tiempo y a su momento, las trampas estratégicas no faltan, Sans se divierte como nunca en su pasado, Papyrus lo observa enternecido, acariciando cada cuando su cabeza y besando su frente… cada vez, bajando otro poco mas
Primero fue su nuca, luego su frente… ha bajado entre besos hasta llegar a su nariz pero Sans no se ha dado cuenta, continua riendo alegremente, llamando a su padre, es su turno en el juego de yenga, el adulto continua sonriendo, mueve la siguiente pieza pero ha perdido, la torre se derrumba delante de él y ambos hermanos ríen divertidos, es turno de cambiar de juegos
Ahora salen de la casa, el gran jardín lleno de verdes prados y flores de vivos colores, junto a una luna llena que asombra al más bajo de los presente… comienza un juego de atrapadas. Sans nunca había visto a su padre jugar con ellos este tipo de juegos, pero hoy, en esta noche tan especial juga con él, Sans puede correr, por una vez en muchos años corre con libertad, corre como si fuera una gacela, una hermosa ave que puede extender sus alas de un modo majestuoso sin cansarse, sin lastimarse y sin poner en peligro su salud
Las atrapadas son un juego bastante cansado, Gaster logro atrapar a Papyrus, Papyrus a Sans y Sans logro volver a atrapar a su hermano, ahora, parece que han olvidado lo que hacían por que ríen y juegan girando por los campos verdes, se divierten dando marometas en el suelo, tomando flores y haciendo coronas que su padre les enseño… alguna vez, su madre también hizo lo mismo… no importa, son felices así como están… Sans es feliz con la pequeña familia que recuerda haber tenido en el pasado… cuando aun no sabían de las enfermedades de ambos niños
Sans cae encima del estomago de su padre con cuidado, no aguanta su estomago de magia, la risa es demasiada y cree que le falta aire para respirar; se estira perezosamente sobre su padre y este a su vez acaricia con ternura su mejilla, Sans ha dejado de reír y por fin puede llenar sus pulmones mágicos con el aire que le hacía falta, Papyrus se acerca a él y por fin, ante la anonadada mirada callada del otro Gaster, ha besado tiernamente los dientes de Sans en un Clack que ha simulado un beso real, pero Sans no se ha dado cuenta… estaba tan contento aun lleno de felicidad que no ha prestado atención a lo demás
-ya es muy tarde niños, es hora de ir a dormir- responde Gaster tratando de levantarse, Sans asiente por primera vez de acuerdo con sus palabras, se siente agotado de tanto reír y correr, así que se levanta, ayudado por Papyrus y luego ambos ayudando a su padre a ponerse de pie, los tres entran a la casa riendo y empujándose levemente, aun haciendo pequeñas bromas entre ellos; Sans no ha parado de decir sus malos chistes y ver como su hermano a veces se ríe y en otras ocasiones se molesta por lo malos que son, incluso su pare juega con él, continua los malos chistes y los juegos de palabras
Entre risas y alguno que otro disgusto de parte del otro Papyrus, todos han llegado a la habitación del mayor, Papyrus le entrega la muñeca que le ha hecho y por fin arropan al mayor, el otro Papyrus se sube a la cama, recostándose de su lado izquierdo, abraza a Sans sobre las cobijas; de su lado derecho, Gaster se recuesta y acaricia su cabeza con gentileza. Sans sonríe felizmente y le desea a ambos seres las buenas noches, Gaster se inclina y besa con ternura su mejilla, lo más lejos pueda de su boca, Papyrus lo mira con desapruebo antes de inclinarse y besar directamente sobre sus dientes… Sans no se ha dado cuenta, ya está dormido
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-no te atrevas a arruinarlo- acota el otro Papyrus con un tono molesto pero susurrante de voz… Gaster se encoje de hombros tímidamente y niega apenado…