Después de que James llevara a los Malfoy con los ojos vendados a la cámara de los secretos y estos vieran que su hijo estaba en perfecto estado, conversaron acerca de cómo dar con el autor del atentado. Severus era de la idea de lanzarles un obliatte a los niños para que olviden todo lo referente a Voldemort, pero los otros insistían que sería peligroso y que por ahora estaban con las manos atadas.
Rato después una lechuza llegaba, aunque nadie sabía por dónde había entrado. En su pata derecha venia un bolso de cuentas, en el que venía un pequeño tubo con un líquido transparente dentro de él, un recuerdo obviamente. James invoco un pensadero y vertieron el recuerdo. Sin embargo, tanto él como Severus se quedaron cuidando a los chicos, quienes poco después empezaron a salir de su sueño.
- Hola – le dijo James sonriente a Harry en un susurro mientras le acariciaba el cabello
- ¡Draco! – dijo nervioso abriendo los ojos
- Tranquilo – susurro Severus sonriendo – está aquí, contigo, intenta descansar
- No me mientan – susurro nervioso
- ¿Harry? – dijo despertando - ¿Qué paso?
- Nada amor, nada – apretándolo suavemente contra su pecho y besándole la frente – solo que te amo más que a mi propia vida
- Descansen niños – dijo James
- ¿No van a pelear? – dijo sorprendido Draco
- De hecho – dijo Severus sonriendo – ya lo hicimos
- ¿Y quién gano? – pregunto Harry
- Yo – dijeron ambos adultos al mismo tiempo logrando que todos rieran
- Que lindas risas – dijo Tom entrando con Lucius
- Dragón – dijo Lucius con la voz cortada
- ¿Estás bien papá? – dijo el rubio menor mientras se sentaba en la cama ayudado por su novio
- Claro que si – dijo abrazándolo y acariciándole el cabello – claro que si
Draco no daba crédito a lo que le contaban. Había estado muerto por varios minutos y solamente estar enlazado lo había salvado. Los medios insistían en decir que los Malfoy habían perdido a su único heredero y tanto su padre como Tom creían que la mejor manera para atrapar a su atacante era que todos lo siguieran creyendo. Severus conseguiría un permiso para llevarlo a casa, pero no a Malfoy Manor, sino a la mansión Ryddle, dado que el lugar estaba impregnado de la magia de Harry, le ayudaría a reponerse más deprisa, donde, tanto este como Severus, lo visitarían a diario. Harry, porque debía estar en contacto permanente debido a su lazo, y Severus porque no iba a dejar solo a su bebe en casa de un Potter Gryffindor, por muy su suegro que sea
Esa misma noche, ambos adolescentes fueron trasladados, siendo alojados en la habitación de Harry. Sí bien Draco había estado en incontables oportunidades en la habitación de su novio, descubrió que aunque Harry era un Slytherin de pies a cabeza, habían incontables cosas esparcidas estratégicamente que lo hacían preguntarse seriamente si el sombrero seleccionador no se había equivocado al seleccionar su casa. Era una habitación espaciosa, la cama predominaba en ella, a él no le molestaría en absoluto dormir esos días bien pegadito al moreno. En la pared del fondo tenía un estandarte gigante de Chudley Cannons con un diminuto equipo volando sobre minúsculas escobas con jugadores del mismo tamaño sobre ellas. Aun lado de la cama estaba un buro, sobre el que había una lámpara muggle. En una esquina había un ropero y a continuación un baúl. La puerta que daba al balcón estaba expedita, y cerca de la otra ventana estaba un escritorio con tinta y pápeles. En la esquina izquierda que daba al balcón había un perchero para lechuzas.
A Draco le sorprendió ver la austeridad a pesar de saber que los padres de Harry jamás le negaban nada. Aunque la verdadera sorpresa se la llevó al percatarse que había sobre el buro al lado de la lámpara
- ¿Y eso? – dijo con una sonrisa radiante – un retrato mío
- Ehhh… – fue lo único que salió de la boca del pelinegro que le provoco un sonrojo, el cual se intensifico al escuchar un siseo detrás de él
- Creo que descubrieron tu secreto
- Cállate – exigió el chico
- Hola Nagini – dijo Draco
- Hola – dijo sin pensar – ahora veras como abusa de ti como tu padre lo hace de Tom y yo m… – pero se detuvo y miro sorprendida al rubio – ¡me saludaste! – dijo la serpiente con un grito
- Por supuesto, las reglas de protocolo así me lo exigen – dijo Draco sonriendo
- ¿Tú me entiendes? – pregunto intrigada
- Es divertida – dijo Draco sonriendo , me cae bien
- Pero… como… – decía la serpiente atónita
- Eso te lo explicaran luego – dijo Tom entrando al lugar – Draco tus padres se quieren despedirse de ti
- ¿Se va quedar?– pregunto Nagini con una media sonrisa
- Los chicos van a pasar unos días con nosotros – dijo Tom
- Así que el nieto del gran auror ya viene en camino – dijo Nagini con malicia – espero que sea idéntico a Severus en todo, para ver que hace James
- ¡No! – gritaron con voz ahogada al mismo tiempo Tom, Harry y Draco
- ¿Pasa algo? – pregunto James desde la puerta
- ¡Nada! – dijeron todos al mismo tiempo mientras la serpiente salía con un siseo que obviamente era una carcajada
- ¿Por qué creo que se está riendo de mí? – dijo James frunciendo el ceño
- ¡Severus! – dijo Harry – hay que despedirlo. Vamos amor
- Vamos, vamos – dijo Draco saliendo deprisa con su novio
- Muy bien señor Ryddle – dijo James cruzando los brazos – ustedes si me va explicar que pasa aquí
- ¿Yo? – dijo Tom dejando caer sus hombros y sus cejas - ¿Por qué?
Todo el mundo mágico no daba crédito a lo dicho en la prensa, y el hermetismo en las familias Malfoy y Ryddle solamente aumentaban la veracidad de los hechos. Más aun cuando el mismo día que Harry volvió al colegio, empezó a circular fotografías del ataque donde se veía el cuerpo inerte del rubio. El muchacho se negó totalmente a hablar con nadie del tema y solo se lo veía rodeados de su grupo de amigos más cercanos, grupo al que Ginny se integró. Insistía en estar todo el tiempo al lado del pelinegro, por lo que se empezó a decir que Ryddle ya había encontrado un sustituto a su novio, aunque en este caso era sustituta. Ginny por su parte le había mandado una carta a su madre donde le contaba de que Harry y ella ya eran novios, aunque había evitado mencionar que al principio del año escolar había conocido a un muchacho que le demostró estar dispuesto a todo por ella, al grado de entrar al colegio haciéndose pasar por mortífago y asesinar al rubio intruso que insistía en estar al lado de quien se suponía debía secarla de su pobreza. En la carta Ginny le decía que Harry le había pedido unos meses para hacer pública su relación, por lo que por ahora no podía mencionárselo a nadie
Molly Weasley no era una mujer precisamente feliz con la vida que le había tocado. Se había casado joven con Arthur que parecía ambicioso en escalar en el ministerio, pero con el tiempo la realidad la golpeo con toda crueldad, cuando entendió que su marido no tenía intensión de progresar en la política, pero ya era tarde ¿Quién la querría con tres hijos? Sin embargo cuando se decidió a dejarlo, descubrió que estaba nuevamente embarazada, de gemelos. Se había equivocado y jamás dejaría de lamentarse. Sin embargo cuando su hija nació, lo supo. ¡Ella la sacaría de su pobreza! La crio con la mentalidad de que debía concretar un buen matrimonio. Al enterarse de que el único hijo del héroe del mundo mágico y heredero de una gran fortuna era amigo de otro de sus hijos, decidió que su hija debía casarse con él, por lo que cuando esta le conto de su noviazgo se apresuró a aconsejarle que debía conseguir a cualquier precio acostarse con él, y mejor aún si se embarazaba.
Cuando Ginny leyó eso una sonrisa apareció en su rostro. Ya sabía lo que tenía que hacer
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Habían pasado varios días ya de su regreso al colegio, pero estar sin Draco estaba siendo un verdadero tormento, si bien se veían a todos los días gracias a que Severus había inventado un castigo para que Harry tuviera detención diaria con él, no era suficiente, pero tenían que ser paciente. Su padre decía que tenían buenas pistas del atacante y Teddy le había contado que su padre le había escrito una carta exigiéndole que dejen que los aurores hagan su trabajo, obviamente ellos eran los nuevos merodeadores y meterse en problemas era algo más fuerte que ellos
Cierta noche Harry se escapó del castillo con la ayuda de la capa de invisibilidad y se sentó bajo un árbol, su nostalgia era demasiada y ese lugar era muy parecido a una parte de su casa. Draco le había contado que le gustaba pasar horas enteras en él y por las noches se iba a ver las estrellas desde ahí. Harry sentía que si sentaba junto al lago a esa hora era como estar junto a su novio, y a hacia más llevadera su ausencia. Normalmente volvía al castillo cerca a la media noche, pero esa mañana había descubierto una botella de whisky de fuego que se bebió solo mientras recordaba los hermosos labios de su amado dragón, con esa piel tan blanca y suave que siempre desprendía perfume, esos expresivos ojos grises. A medida que el líquido baja en la botella, el sueño se apodero del muchacho. No supo cuando se durmió pero soñó con el dueño de su ser.
El sol empezaba a despuntar cuando empezó a despertar, intento moverse pero sintió un peso sobre su pecho, se abrazó al cuerpo caliente que estaba sobre él y susurro sonriendo:
- Draco, mi amor
- ¿Cómo te atreves a llamarme Draco después de anoche? – dijo una voz de mujer
- ¡Ginny! – dijo incorporándose deprisa por lo que prácticamente arrojo la muchacha - ¿Qué haces aquí? ¡Y desnuda!
- ¿No lo recuerdas? – dijo ella – nos encontramos anoche, hablamos, dijiste que querías superar a Malfoy… me pediste ayuda…
- ¡Mientes! – dijo con total seguridad
- Te pedí que lanzaras un hechizo anticonceptivo – dijo ella apenada – pero dijiste que…
- ¡Deja de decir mentiras! – exigió Harry poniéndose de pie – ¡yo jamás me acostaría contigo! ¡no cuando…! ¡Draco!
Se puso de pie y se vistió deprisa. Sin decir ni una palabra ni mirar hacia atrás hecho a correr hacia el castillo, mientras la muchacha lo llamaba. Se encamino a la oficina de su profesor de pociones. Llamo desesperadamente en la puerta hasta que un furioso y medio dormido Severus le abrió, iba preguntar qué pasaba pero Harry no se detuvo y entro corriendo, se dirigió a la chimenea y lanzado polvos flu dijo fuerte y claro: Mansión Ryddle
Los dueños de casa estaban desayunando con dos rubios en medio de una amena conversación cuando la chimenea se activó dejando pasar a Harry y segundos después a un totalmente confundido Severus
- Hijo – dijo James haciendo una mueca – ¿tenías que venir en tan…?
- Amor – dijo Harry ignorando olímpicamente a todos los presentes y abrazando a su novio que se lanzó hacia él – perdóname, yo…
- Tranquilo – dijo el rubio
- ¿Qué le hiciste a mi hijo? – dijo James furioso lanzándose sobre Severus pero detenido por Tom
- Harry cálmate – exigió Lucius – y dinos que paso
- Me robe de por allí una botella de wiskey de fuego – empezó a relatar – es que ya no aguantaba…, me fui a beberla junto al lago… No sé a qué hora me dormí allí. Cuando desperté Ginny estaba… – dijo desesperado arrodillándose
- ¡Harry! – susurro James sorprendido cubriéndose la boca
- ¿Cómo pudiste…? – grito Severus – ere un…
- ¿Qué…? – susurro Draco
- ¡No le tocaras un pelo a mi hijo, Malfoy! – dijo James
- ¡No recuerdo nada! – intento defenderse el pelinegro
- ¡Calmase todos! – dijo Tom en voz alta – Draco cierra los ojos y dime que piensa Harry. Que siente
- Está desesperado – dijo este con los ojos cerrados –, no recuerda nada por más que lo intenta. Le duele la idea de haberme fallado. Lo está matando – termina abriendo los ojos inundado de lagrimas
- Anoche o esta mañana, ¿sentiste alguna alteración en su lazo? – pregunto Lucius, por lo que su hijo niega – si Harry te hubiese faltado de alguna manera el lazo te lo diría. Ninguno se puede ser infiel sin que el otro lo sepa al instante
- ¿Qué quieres decir? – pregunto Severus sorprendido
- Weasley está mintiendo – dijo Tom con voz tan fría y peligrosa que más parecía un siseo
- Yo la mato – dijo James
- Y yo te ayudo – acoto Severus
- Aquí nadie va a matar a nadie – dijo Lucius – tenemos que calmarnos todos
- Estos días han circulado chismes de que Harry le había pedido a Weasley que sean novios – dijo Severus
- ¿Acaso no estas ecu…? – dijo James furioso
- Si, si, si – dijo Severus – a lo que voy es a que Weasley quiere atrapar a Harry a como dé lugar. Si hace correr el rumor de que Harry la deshonro…
- Al creer a Draco muerto – dijo Lucius – creyó tener una oportunidad para engañarlo y obligarlo a casarse con ella. Ganaría dinero, posición… ¡todo!
- ¡Veremos si yo lo permito! – ordeno Tom – Harry vete al colegio y no caigas en provocaciones de ninguna clase
- ¡Ron me va matar! – dijo el muchacho
- Él sabe de nuestro lazo, Harry – dijo Draco – explícale la situación
- Te amo – dijo el pelinegro acariciándole el rostro a su novio – no lo dudes ni un segundo
Ni uno solo – fue la respuesta acompañada de la más dulce de las sonrisas