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IMPERDONABLE por Liss83

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Notas del capitulo:

¿Adivinen quien volvio? Y para quedarse. Ya acabe a historia y oficia?mente estamos a la mitad. Asi que posiblemente y si Merlin lo permite ¡¡¡ACTUALIZARE A  DIARIO!!! pero sin mas les dejo el nuevo cap. Espero sus opiniones

 

             ____________________

 

Pollux Lyall Black Lupin nació cerca de las ocho de la noche y, ni bien lo pusieron en los brazos de su papi, empezó a sonreír al mejor estilo Sirius y Teddy Black. Por lo que su padre dijo con gran orgullo que sería un rompecorazones como él, ganándose una mirada helada de parte de su pareja, a lo que este solo encogió los hombros, se acercó al recién desembarazado y le robo un beso que le dejo sin aire en los pulmones, el rostro totalmente sonrojado y el corazón palpitándole a mil por hora

-Te amo – le susurro mientras unían sus frentes con los ojos cerrados
-Y yo a ti – también susurro Lupin
-Se parece a ti – dijo Sirius tomando a su bebe entre sus brazos
-Pero seguro va a ser un Merodeador como tú – dijo Remus sonriendo con lágrimas en los ojos
-Y como tú – replico Sirius volviendo a besarlo
-¿Podemos conocer al nuevo integrante de la familia? – dijo Tom entrando de la mano de su esposo, seguido de su hijo, su sobrino Teddy y de los Malfoy
-Es una belleza – dijo James sonriendo con una bolsa recién abierta de uñas de dragón entre sus brazos – ¿Quieres algunas uñas?
-No – dijo Remus haciendo gestos de asco – muchas gracias
-Están muy buenas – dijo James con otra bolsa
-Councidu guon eu – traga lo que tenía en la boca – plumero despeinado. ¡Merlín, son deliciosas!
-¡Ustedes dos están embarazados! – dijo Remus a carcajadas
-¡Remus! – protesto James al mismo tiempo
-¡Cállate Black! – exigió Severus
-¿Qué cosa? – dijeron Tom y Lucius al mismo tiempo
-¡Es mentira! – dijeron James y Severus al mismo tiempo – ¿le vas a creer más que a mí? – ambos hombres se miraron molestos – ¡Deja de remedarme! – ambos se iban a lanzar uno contra otro
-¡Basta! – dijo Lucius en voz alta y autoritaria
-¡Me grito! – dijo James haciendo un puchero mientras señalaba al rubio
-Cállate, James Ryddle – siseo Tom por lo que este se encogió de hombros y apretó los ojos
-Ambos eran adictos a… esa cosa – dijo Remus haciendo gestos de repugnancia – cuando estaban embarazados de Draco y Harry.
-Yo no… – susurro Severus
-Hablaremos en casa, Severus – dijo Lucius con una voz totalmente neutra
-Pero… – iba protestar este pero su instinto de supervivencia lo hizo guardar silencio
-¿Enserio están embarazados? – dijo Harry intrigado
-¡Mejor no hables! – siseo Severus – y tú ven acá – dijo jalando a su hijo hacia él –. Lucius, quiero irme. Tengo trabajo pendiente
-Nosotros no demoraremos mucho – dijo Tom apiadándose de las miradas desesperadas de su hijo y el novio de este

Se despidieron y salieron de prisa, dejando a los Black completamente anonadados. Estos se miraron entre si y sonrieron

-Enserio James, ¿no le dirás la verdad a tu mejor amigo? – dijo Sirius levantando una ceja
-No hay nada que contar – se defendió este
-Cuando estabas embarazado de Harry, comías así de raro – dijo Tom mirándolo detenidamente como queriendo encontrar un curva nueva en el cuerpo perfecto del auror
-Solo fue un antojo – protesto James
-Los embarazados tienen antojos – dijo Sirius con picardía
-Muchísimas gracias por tu gran ayuda – dijo James con ironía – queridísimo amigo
-Cuando quieras – contesto Sirius sonriendo

Tom lo seguía mirando de manera calculadora mientras Harry y Teddy se reían de manera disimulada.

Días más tarde, durante un desayuno en los que solamente James y Severus comían saboreando el contenido de sus platos, y los demás los miraban intentando no hacer gestos de repugnancia, una lechuza llego con cuatro sobres donde se distinguía el emblema de San Mungo

-¡Los resultados! – dijo James poniéndose de pie de un salto y tomando los sobres que llevaban su nombre y el de su hijo
-¡Por fin sabré que tienes, dragón! – dijo Severus tomando los otros dos – ¡No puede ser! – susurro – Draco, no… – dijo tambaleándose por lo que su marido lo tuvo que detener
-Amor – dijo Lucius preocupado
-Papi – dijo el rubio menor socorriéndolo también
-James ¿Estas bien? – dijo Tom acercándose lentamente para abrazarlo al verlo con la mirada perdida
-Harry… – susurro  en estado de shock – ¿Por qué…?
-¿Qué les pasa? – dijo intrigado el moreno, pero contuvo la  respiración cuando ambos hombres se señalaron entre si
-¡Tú engendro embarazó a mi bebe! – dijeron al mismo tiempo
-¿Qué cosa? – dijo Draco atónito
-¿De qué hablan? – dijo Lucius sorprendido
-¡Como que embarazados! – dijo Tom tomando el papel y leyéndolos detenidamente – ¿Cómo pudieron ser tan irresponsables? – grito – ¡ambos están embarazados!
-Es imposible – susurro Harry
-¡Por Merlín! – dijo Lucius   mientras revisaba el mismo los papeles – ¡son unos niños!
-Pero… – dijo Draco asustado – nosotros nunca… aunque ese sueño que tuvimos…
-¡nadie se embaraza con sueños, ni siquiera nosotros, los magos!,   – dijo mirándolo –, ¿o sí? – dijo Harry mirando a su padre
-Habíamos hablado de esto Draco Malfoy – dijo Lucius furioso – aún son muy jóvenes para ser padres
-¿Por qué tuvieron sexo? – casi grito Tom
-Ese es el problema papá – dijo Harry asustado mientras Draco se abrazaba a él – ¡nosotros nunca hemos tenido sexo!
-¿Y esto? – dijo Severus fuera de sí mientras mostraba los  resultados – ¿Y ESTO?
-Severus, cálmate – exigió Lucius – gritando no sacaremos nada
-¿Y qué más quieres que haga? – grito este – mi bebe será padre, y ¡dos veces! – empezando a llorar – padre y madre
-Tom ¿Qué vamos a hacer? – dijo James aferrándose al pecho de su marido
-Váyanse a sus cuartos – ordeno este
-¡No estamos embarazados! – dijo Harry desesperados
-Nosotros los vimos teniendo sexo el día que Pollux nació – dijo Severus
-¿Cómo que los vieron? – pregunto Lucius sorprendido – ¿Cuándo pensaban contarnos esto?
-¡No pasó nada! – dijo Draco igual de desesperado que su novio
-Váyanse a sus cuartos – ordeno Tom – ahora

Ambos adolescentes se fueron indignados. No los habían escuchados, solo los condenaron. Si era cierto que habían tenido roces con cargas sexuales, no habían pasado de eso, algunos besos y caricias. El lazo se los exigía, casi los obligaba, pero ambos lo habían hablado, y si bien querían casarse en algún momento más allá de su unión, iban a esperar al momento adecuado, quizás cuando terminase el año, o quizás, esperarían aún más, a cuando ya estuvieran en la universidad.
Sus padres eran hombres exitosos que habían labrados sus nombres más allá de la sombra de sus familias en el caso de Lucius y James, o habían surgido de la nada, en el caso de Tom y Severus, demostrando su total capacidad en áreas que era dominada  enteramente por sangre puras. Ellos querían seguir sus pasos y también abrirse paso por sí mismos. Nunca se habían pensado realmente la idea de casarse, aunque en su inconsciente sabían que así iban a terminar. Cuando los padres de Draco intentaron llevárselo a la fuerza a Bulgaria, fue la primera vez que se plantearon la figura real del matrimonio y todo lo que ello conllevaba. Luego, cuando decidieron enlazarse, la idea de una familia se hizo más real a pesar de ser conscientes de que aún no era el momento. Sin embargo no les creyeron. ¡Pues, se arrepentirían!

Usando su lazo, Harry le pidió a su novio que metiera algo de ropa y dinero en su bolso de cuentas y dejase la ventana abierta. En cuanto Draco sintió el pedio, lo hizo. Harry, mientras tanto, había enviado una lechuza usando un papel en blanco firmado por su padre que hace años había encontrado y escondía en su baúl por cualquier emergencia. Emergencia como esta
Media hora más tarde tanto él como Draco estaban sobre el lomo de un hipogrifo rumbo Kerry en Irlanda. Sus abuelos si les creerían o al menos le darían el beneficio de la duda, sino ya verían que hacer.

Cerca a la hora de la cena Tom había ido a ver  a los chicos ya más calmados. La idea de ser abuelo estaba empezando a calar en él, y aunque su hijo era muy joven aun, un niño prácticamente y él estaba en total desacuerdo con sus últimas acciones, por supuesto que jamás le daría la espalda. Lo apoyaría en todo. Y no necesitaba preguntarle a su esposo, ni a los Malfoy para saber que ellos opinaban lo mismo, pero la sangre se le congelo literalmente al darse cuenta que los chicos no estaban, ¡habían escapado! “¡Ese par de...!” Y como confirmación  a sus suposiciones noto que sobre el escritorio había una nota. La leyó a toda velocidad y salió en busca de los otros adultos de la casa.

En momentos como esos es que Tom Ryddle se sentía orgulloso del autocontrol que había adquirido con los años, que si no fuera por él, en ese momento el mismo Lord Voldemort habría estado buscando personalmente a su hijo, yerno y nietos.

Le había gritado a su hijo, cuando en realidad su impulso era abrazarlo y asegurarle que no permitiría que nada malo le pasara. Merlín, como costaba ser padre. Era mil veces más estresante que ser un mago tenebroso dirigiendo una guerra por apoderarse del mundo mágico. ¡A veces, como extrañaba esos tiempos!
James no daba más con sus nervios. ¿Y si por sus histerias su hijo decidía no volver? Él haría lo que fuera por Harry, ¡por Merlín, lo había llevado en su vientre y sufrido nueve meses de embarazado, sin contar las doce horas que soportó en labor de parto! ¿Qué mayor prueba de amor que esa? Severus no estaba en mejor condiciones que él. Aunque lograba disimularlo. Draco era su razón  de vida ¿Por qué su hijo no confió en él para hablar sobre sexo?

-Obviamente, porque soy un mal padre – susurro mientras sus lágrimas caían
-No digas eso – dijo Lucius limpiándoselas – Draco tiene al mejor papá del mundo, y él lo sabe
-¿Entonces por qué no supe reaccionar cómo debía? – dijo llorando cundo se aferró al pecho de su marido
-Ya hable con mis contactos – dijo acariciándole el cabello – pronto los encontraremos. Tranquilos
-Seremos abuelos – dijo Severus sonriendo entre lagrimas
-¿Rubio o moreno? – pregunto Lucius limpiándole las lagrimas
-No me importa – dijo el maestro volviendo a llorar – son los bebes de mi bebe
-¿Ni aunque también sean nietos de Potter? – dijo Lucius sonriendo
-¡Ni aunque también sean nietos de Potter! – dijo sollozando – los quiero
-Yo también los quiero – dijo James sollozando mientras le entregaba a Severus su paquete de uñas de dragón – no quiero que les pase nada, por muy nietos de murciélagos que sean

El llanto de ambos hombres se vio interrumpido porque la chimenea solicito el paso de alguien. Cuando Tom dio el permiso, Flemont Potter pasó por ella con toda la elegancia de un sangre pura

-¡Papá! – dijo echándose a correr hacia él – Harry se…
-No, James Potter – dijo levantándole la mano –, no te me acerques, que soy capaz de darte unas palmadas, esas que te faltaron de niño. Estoy furioso contigo
-No… no entiendo – dijo James sollozando e hipando mientras se limpiaban sus lagrimas
-¿Acusaste a los chicos de estar embarazados? – dijo intrigado y mirándolo fijamente
-¿Usted los  vio, señor? – dijo Severus angustiado – ¿Cómo están? ¿Dónde?
-Dímelo – suplico James –, sé que no reaccione bien…
-Ustedes en verdad están seguros – dijo frunciendo el ceño
-Míralo tú mismo – dijo Tom entregándole los dos sobres
-Ya veo – dijo el anciano revisando los exámenes – ¿Y tan fácil le creyeron a esto?
-¡Son resultados de San Mungo! – dijo Lucius exaltado
-¿Y qué? – dijo el hombre – ¿acaso en San Mungo no se pueden equivocar?
-¡Papá – dijo James –, tienen quince años y están embarazados!
-Me aseguraron que aún no habían tenido relaciones, – dijo Flemont – por lo tanto, es imposible que estén embarazados. Y honestamente no veo porque me van a mentir. Si estuviesen embarazados, en algún momento de los próximos meses se va notar. ¿no les parece?
-¿Y eso? – dijo Tom señalando el examen

En ese momento llegaron dos lechuzas que traían una carta cada una con el sello de San Mungo dirigida a James Ryddle y Severus Malfoy. Tanto Lucius como Tom se miraron mientras  los tomaban y los leyeron en silencio

-¿Es sobre los chicos? – pregunto Severus – ¿Hay algún problema con sus embarazos?
-¿Qué dice Tom? – dijo James nervioso
-El problema no son los bebes – dijo Tom respira hondo –, el problema aquí son sus padres
-¿Le pasa algo a Harry? ¿o a Draco? – dijo James más angustiado
-Mira esto – dijo Lucius entregándole el papel a Tom – apuesto que es parecido a eso
-¿Por qué a mí, Merlín? – dijo Tom cerrando los ojos
-Habla claro – exigió Flemont
-San Mungo cometió un error, los chicos no están embarazados – dijo Tom
-¿No? – dijo James sorprendido
-¿Pero…? – susurro Severus - ¿entonces…?
-Los chicos no están embarazados – continuo Tom – ¡Son ustedes los embarazados!
-¿Yo…? ¿Tú…? – dijo James - ¿Cómo…?
-Supongo – dijo Flemont – que pedirán disculpa
-Por supuesto – dijo James
-¿Será que…? – dijo Severus
-Hablare con ellos – dijo Flemont – pero si no los quieren ver ahora, tengan paciencia. Recuerden de quienes son hijos y a que casas van – continuo mirando a Tom
-Gracias – dijo Severus con lágrimas en los ojos – gracias por quererlo a pesar de no ser su nieto. Gracias por… – empezando a llorar –, yo no tengo padres… pero…
-Él es…  – empezó James pero se detuvo a ver la mirada tanto de su padre como de su marido
-Vengan aquí – dijo Flemont abriendo los brazos y ambos hombres se abrazaron a él – entiendo que sus embarazos los tienen así, pero deben ser más cuidadosos con mis nietos, con los adolescentes y con los que no nacen, porque tanto Draco como ese bebé son como mis nietos – James va hablar - ¡Y ni se te ocurra contradecirme otra cosa, James Potter! – por lo que este movió negativamente la cabeza

Tom respiro hondo. La intervención de su suegro había sido provincial, y con suerte, su hijo y su… ¿yerno? no pasarían ni un solo día fuera de casa. Ahora solo deseaba que Merlín le diese al menos un par de día paz. Lo que Tom Ryddle no sabía era que, una cosa es lo que uno quiere, y otra muy diferente lo que Merlín le manda

Notas finales:

¿Opinión?


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